martes, 7 de abril de 2009

EL HALCÓN MILENARIO

Cuando cumplí 18 años mi padre no me echo de casa, ni me habló de sexo, ni me contó que era adoptada, ni me dio grandes consejos, me cogió de la mano y me llevó a apuntarme a la autoescuela.

Yo no quería. Me daba miedo. Desde hacía 6 meses mi padre me enseñaba a conducir en Los Molinos con resultados diversos. Nos metíamos en el seiscientos que había heredado de mi abuelo, más mono, y comenzaba la clase: “pisa el embrague, mete la marcha, levanta el pedal del embrague y pisa el acelerador”. Los resultados eran diversos porque o salíamos a la velocidad del sonido, quemando rueda, proyectados hacia atrás o se calaba y nos dábamos con la cabeza en el parabrisas.

- “ sensiblidad, tacto…ya verás como lo coges”.

Yo no entendía como se podía tener tacto con la suela del zapato en un pedal, pero esos eran los consejos de mi padre que tenía muchísima paciencia. Recuerdo una vez que tenía que arrancar en cuesta y fracasé 35 veces. Acabé con la paciencia de mi padre que se salió del coche para no partirme la cara.

Bueno, pues a lo que iba, me apunté a la autoescuela y me saqué el carnet en julio de 1991. Y ahí lo dejé. Me daba miedo. Cogía el coche, por Los Molinos, un ratito de vez en cuando pero con más miedo que vergüenza. Decía esa cosa tan tonta de “ no necesito conducir, en trasnporte público se va fenomenal”.

En agosto de 1992 mi padre me regaló “El halcón milenario”, Talbot Samba, pequeñito y blanco, de séptima mano por lo menos. Fué un flechazo, al minuto abominé del transporte público y me pasaba la vida en el coche. Comenzó nuestra bonita historia de amor, me convertí en una conductora compulsiva. Cualquier excusa era buena para estar con él: ir a la compra, recoger a mi hermano del colegio, ir a buscar leña..lo que fuera. Solo queríamos estar juntos. Era un coche pensando para ir solo, porque como tenía holgura de carrocería, en cuanto pasabas de 70 sentías como la carrocería se agarraba a las ruedas diciendo.."noooooo…tan deprisa nooo..que me vuelo”…eras un cruce entre Han Solo y Pedro Picapiedra en su troncomovil. Era tan ruidoso que no te oías ni los pensamientos, pero daba igual..nos valía con estar juntos. Nos creíamos Michael Kinght y Kitt...lamentable.

En mi Samba hice cosas memorables que no se pueden contar y que ahora me parecen físicamente imposibles. ( no, no fue viajar a otra dimensión, o a lo mejor sí). Me llevó a mi primer trabajo, a la universidad. Fue testigo de mi borrachera más grave. Me desperté sin saber como había llegado a casa, cero recuerdos, pero cuando me metí en el coche no me llegaban los pies a los pedales, así que deduzco que un ángel de la guarda muy alto me metió en el coche y me llevo a casa.

Después de unos años de noviazgo, el Samba como cualquier buen novio, empezó a hacerme putadas. Empezó por cosas tontas que yo pensaba que no eran su culpa, que las hacía sin querer: se quedaba sin gasolina y no me avisaba. Pronto decidí que no me merecía la pena apurar tanto el depósito, que la culpa era mía y que mejor me pasaba por la gasolinera cuando quedara un cuarto. Entonces empezó a hacerme putadas de verdad, íbamos tan felices por la carretera y de repente hacia un extraño, daba dos tirones, ¡pum!, ¡pum!, y echaba fuego por el tubo de escape. Y por supuesto se paraba. Es decir, ibas a 120 sintiendo el aire entrar por cada esquina de la carrocería y de repente estabas parada en medio de la autopista con un coche que echaba fuego por el tubo de escape.

Por supuesto delante de la gente y del mecánico del taller el Samba disimulaba. NO hacía nada. Un completo traidor.

- os juro que se paró y echaba fuego por el tubo de escape.
- Pues yo no le he visto nada.
- Que es verdad, os lo prometo.
- Anda, hija, a ver si no coges el coche por la noche.

Y así una vez, otra vez, hasta cinco veces. Al final opté por llorar en el taller, lágrimas de verdad, la desesperación me llevo a ese truco. Pero ya no podía más con el pánico que le tenía al Samba. Me metía en el coche y me daban sudores fríos, temblores y ataques de pánico porque en cualquier momento se pararía y nadie me haría caso. Una vez incluso se paró en un túnel.

Con mis lágrimas conmoví al mecánico que al final consiguió saber que era: la bobina de la trócola o algo así y lo arregló.

Y yo me vengué.

Salimos de paseo por la carretera y sin que se lo esperara abandoné al Halcón Milenario en Desguaces La Torre.

Y así terminó nuestra historia de amor.

7 comentarios:

yomigmo dijo...

QUE ME VUELOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
....... jajajajajajaja

Lillu dijo...

Qué final más abrupto para tan bonita historia de amor! :D Si mi padre me hubiera regalado un coche cuando me saqué el carnet (o me hubiera dejado el suyo, que lo mismo me daba) ahora no sería una inútil con pánico a conducir :/ Si es que en el curso de padres no ensañaban eso...

saluditos! (has sabido algo del halcón en los últimos años? encontró un nuevo dueño, se casó y tuvo cochecitos... :P)

molinos dijo...

No sé nada del Halcón..pero paso todos los dias por Desguaces La Torre y miro por si le veo salir para vengarse de mi....y mi nuevo coche..

Elvira dijo...

Mi primer coche fue un 600 azul de 3ª o 4ª mano que me hizo muchísimas faenas (no hubo idilio como en tu caso), y encima descubrieron en el taller que había tenido pedales en el lado de la derecha (o sea, HORROR!! que había sido un coche de autoescuela, y me lo vendió un "amigo").

Mi primer coche de primera mano lo tuve a los 35 años, y me duró 19 años!!! Ahora tengo un Citroën C1 muy coqueto que sólo tiene un año. De momento hay idilio. :-)

JuanRa Diablo dijo...

Digno de la mejor Moli. Traidora!!
Después de que nunca se chivó de lo que hacías dentro...

nanu dijo...

Mi primer coche fue el Fiesta de mi madre, aka PotPi, 947 cc. Aprendimos a conducir las 3 hermanas, pobre. Al final lo vendimos...

Luego compramos un AX, aka el Pirata, 1400 cc. Un gran coche hasta que mi hermana se salto un ceda al paso y un taxista aparecio en el asiento del pasajero.

Decidi tener un coche propio y le compre el coche a mi padre (si, si, se lo compre, pagado todo todito todo). Un Golf GTI 1800 cc. Sin duda ninguna el coche mas divertido que he conducido en mi vida y con el que me he sentido mas identificada. Le di un calenton al bloque del motor y lo vendi antes de que muriera en mis manos.

Mi primer y unico coche nuevo fue un Astra 1800 cc. GTI 16v. Blanco como la nieve. Se cogia a las curvas que era una maravilla, aunque yo anyoraba mi Golf...

Luego herede el coche de mi padre, que es el que todavia tengo. No me encanta, pero le tengo carinyo por ser lo que es, el coche de mi padre.

Mis suenyos son un Mini viejo y un Porche 911 amarillo. Creo que tengo que jugar a la primi...

Sílvia dijo...

Me ha encantado esta bonita historia de amor, jiji. Gracias qe no abandonaste a tu novio de aquella época en le desguace, jiji

Yo no tengo coche y nunca he tenido uno de propiedad. He conducido el Renault y el BMW de mi exo pero por obligación. Odio conducir con todas mis fuerzas...y los coches no me dicen nada de nada....mi padre cada vez que me ve me pincha para que coja el suyo pero nada...para algo tengo piernas largas!

Beso!