Una cosa que aprendí con mi madre y que he odiado desde pequeña es el momento “cambio de temporada” que implica vaciar el armario de un tipo de ropa para llenarlo con otro tipo de ropa. Es decir, un espanto de orden, limpieza y complicación espacial.
Lo primero que debo decir es que prefiero el cambio de verano a inverno que el inverso. Cuando tienes que guardar la ropa de invierno el problema del espacio no existe porque donde te han cabido 15 jerseys de invierno es obvio que van a caber sin problemas 25 camisetas guarreras, 3 bikinis ajados y 4 pares de sandalias roñosas. Es más…hago el cambio y pienso…” que ordenadísima soy y que poca ropa tengo”.
El cambio de invierno a primavera es el odioso. Primero, ¿Cuándo lo haces?. Hay gente muy entusiasta de la primavera, que en cuanto el 10 de abril hace dos días sol…guarda toda la ropa de invierno y aparece vestida de colores claros y sin calcetines…y hay otra gente que se aferra al dicho “ hasta el 40 de mayo no te quites el sayo”..que en pleno mes de junio va con forro polar. Da igual cuando lo hagas, siempre te vas a equivocar.
En fin, llega el día. Te pones delante de tu armario y empiezas a sacar ropa, y a doblarla y a guardarla de donde has sacado los 3 bikinis y las 20 camisetas..enseguida te das cuenta de que ahí no va a caber ni de coña, entonces decides prescindir de lo que no te has puesto…pero esto porque me lo regaló mengano, esto porque me recuerda a cuando fui a no se donde..y esto que pienso adelgazar para volver a entrar el invierno que viene..no tiras nada. La complicación espacial es el primer problema.
Luego viene el sacar la ropa de verano y darte cuenta de que es “muy” de verano, quiero decir que si has decidido hacer el cambio el 15 de mayo..quizás sea un poco pronto para ir en tirantes y sandalias de tiras. Y un año más llegas a la conclusión de que te falta ropa de “entretiempo”…bonito concepto. El “ entretiempo” es esa sensación térmica que te hace levantarte tiritando, ponerte botas y calcetines y coger abrigo…para luego a lo largo del día convertirse en calor, bochorno y sensación de ser un pollo asado. Muy desagradable. El entretiempo además puede producirse en sentido inverso…es decir, puedes salir de casa en tirantes y chanclas para a lo largo del día ser presa de una congelación progresiva que te lleva a llegar a casa y encender la chimenea, cocinar caldo y ponerte una bolsa de agua caliente para dormir.
Esta mañana para vestirme..he dudado como siempre..pero no entre ir de rojo o de azul…sino entre ponerme botas o ir sin calcetines….he salido a la calle y me he cruzado a gente con jersey de cuello vuelto y botas y otra gente sin medias y con sandalias…
…como dice mi amigo Marcelo…es época de confusionismo estilístico….una putada.