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lunes, 5 de octubre de 2015

Irene, te quiero

"Irene, te quiero. 13 de septiembre de 2012"

Todos los días veo este cartel. 

¿Quién es Irene? ¿Pasará por aquí cada día como yo o sólo pasó ese día, el 13 de septiembre de 2012? ¿Sabe que es ella? Irene no es María ni Carmen pero es posible que pasen muchas Irenes por esta carretera cada día. ¿Tendrá la seguridad de que ese mensaje es para ella? ¿Esa fecha marca un día especial? ¿Un día que no olvida o es el único que día que pasó por aquí? ¿Habrá olvidado que en una carretera a las afueras de Madrid hay una pintada que cada día recuerda a miles de conductores que hay alguien que la quiere o que la quería el día que hizo la pintada? 

"Irene, te quiero. 13 de septiembre de 2012"

¿Es una declaración de amor de un desconocido? ¿De un conocido que no se lo había dicho nunca? ¿Es el día que se casaron? ¿Por qué, si ese es el caso, no aparece el nombre de él o de ella? ¿El 13 de septiembre es una fecha que hará que Irene sepa que esa pintada es para ella? 

Sigo dándole vueltas. Puede que Irene pase cada día por aquí. Puede que el 13 de septiembre no sea una fecha especial, puede que el 14 fuera el primer día que ella lo vio. ¿Qué sintió? ¿Le dio un vuelco el corazón? ¿Tuvo dudas sobre si era ella? ¿Cómo se resuelven esas dudas? Llamas al otro y le dices "Quería preguntarte una cosa... ¿no habrás cometido la  locura de colgarte de un puente encima de la autopista para hacerme una nota de amor?". 

Dejo a Irene de lado y me pongo a pensar. Si yo me encontrara algo así por la autopista, ¿sabría que es para mí? No me llamo María ni Carmen pero tampoco Anastasia, Eleuteria o Crispina... así que de primeras pensaría que no es para mí. 

Bah, seguro que no es para mí. Y, además, conozco muchos tíos muy locos pero no tanto como para hacer esto. Y si alguno de ellos es capaz de hacerlo... o no me conoce o está loco rozando el peligro, así que mejor salgo huyendo y no me doy por aludida. 

De repente me veo a mi misma un día del verano de 1992. He ido en coche a casa de mi amiga Amaya a jugar a las cartas. Una tarde de piscina, cartas, charla y risas. Sin más. He metido el coche dentro del jardín. Mi Talbot Samba blanco con holgura de carrocería y que si pudiera hablar me avergonzaría seguro. 

Al volver al coche para irme en el salpicadero había un post it con su letra. Solo podía haber sido él pero aún así firmó la nota. 

"Te quiero"

Recuerdo el vuelco en el corazón, la sorpresa, la emoción y la incredulidad. ¿De verdad había venido, había entrado y me había dejado esa nota sin que yo le viera? Uno no lleva un post it en el bolsillo del bañador en julio. Fue algo premeditado. 

Tengo esa nota guardada y, cada vez que le veo, que me cruzo con él, me acuerdo de ese día y de esa emoción. 

Cosas del primer amor. De la primera vez que alguien me escribió Te quiero.

viernes, 11 de abril de 2014

Pintadas de mi vida.



"Remember our names we love this game". Una pintada gigante en un paso elevado que cruzo todos los días dos veces para ir y venir a Mordor. Son letras gigante, más altas como yo (vale, sí, eso no las hace gigantes) silueteadas en negro y rellenadas en blanco sucio. A lo mejor no era sucio en su momento pero se ve así. Al final de la pintada hay un muñecajo horroroso que estoy convencida que incluso yo podría haber pintado, aunque jamás en mi vida he manejado un spray de esos de pintar paredes y cuando me pongo a pintar normalmente hago caracoles.

"Remember our names we love this game". ¿Qué significa? ¿Quién ha ido hasta ese paso elevado en una autopista alejada del centro y de cualquier núcleo de población para poner eso? "Acuérdate de nuestros nombres, nos gusta este juego" ¿Por qué no están los nombres? ¿Cómo voy a recordarlos? O ¿sois vosotros los que un día de juerga, de pedo, un día de "a que no hay huevos" fuisteis por la noche hasta ese sitio en el fin del mundo a escribir eso y fue una especie de recordatorio para el futuro? ¿os acordáis? ¿Pasáis todos los días como yo, veis vuestra pintada y pensáis en por qué lo hicisteis? ¿Qué juego?

"El kiko les desea el doble de lo que ustedes a él" pone en la lona del camión que cada dos días adelanto de camino a Mordor. Letras amarillas sobre fondo azul.  Me fascina este rótulo. No sé que pinta tiene "El kiko" porque cuando le adelanto no puede mirarle, es un camión enorme y es imposible que llegue a vislumbrar la ventanilla en la que supongo que asoma el codo de "El kiko" pero me intriga muchísimo. Me fascina la mezcla de la cercanía de "El kiko" con el formalismo del "ustedes". Si pusiera "Francisco les desea"...o incluso "Paco..." pero ¿El kiko? ¿El kiko te habla de usted? ¿Cuántos años tiene El kiko? ¿Por qué su nombre no va en mayúscula? ¿Por qué me trata de usted? En cualquier caso a mi me gusta su rótulo, siempre que veo su camión le deseo lo mismo, que cambie de trabajo. El kiko lleva el camión petado de cerdos vivos. Si él me desea lo mismo, que cambie de curro...estamos casi a punto de conseguirlo. Un momento. Espero que cambiar trabajos no se intercambiarlos. "Moli les desea a ustedes el doble de lo que ustedes a ella" no sería para nada lo que yo pondría en mi camión....

"Se te ven las bragas". Grandes letras negras en un sólo trazo sobre una pared color crema, exactamente a 25 metros de la Molicasa en Los Molinos, en la pared de una caseta eléctrica. Puede llevar fácilmente 15-18 años y cualquiera que llegue a casa por primera vez, al bajarse del coche lo primero que dice es ¿Se te ven las bragas? Creo que fue la primea pintada que las princesas leyeron. ¿Cuándo surgió? ¿Cómo? ¿Quién la puso ahí? No lo sé. ¿Tiene algo que ver conmigo o con Molihermana? Lo más lógico es pensar que sí, que algo tiene que ver puesto que está prácticamente en la puerta de nuestra casa. ¿Alguna noche de borrachera descontrolada terminó con alguien lo suficientemente despechado como para escribir eso? ¿Es una pintada de despecho? Se te ven las bragas como acusación....¿no deberían verse? ¿no debería llevar?  Y ¿quién la hizo? No veo a ninguno de mis amigos escribiendo algo tan poco concreto, ellos serían  más de escribir algo en clave, rollo "Enigma".  En cualquier caso, cada vez que salgo de casa, antes de meterme en el coche pienso ¿se me ven las bragas? y sonrío.

Y ahora leed queriéndome mucho para que no os de vergüenza ajena...

Lo confieso públicamente, "Moli corazón con flecha Fulano".  Después de 6 años de blog creía que ya había contado todas las cosas ridículas sobre mí pero hoy he recordado ésta mientras pensaba en pintadas.  A la tierna edad de 14 años, una noche de invierno en Los Molinos me tocó salir a sacar la basura al contenedor. Era domingo y ese era uno de los últimos preparativos antes de volver a Madrid. Cogí la bolsa, me puse el abrigo porque hacía frío y mientras abría la puerta del jardín y salía a la calle, iba pensando que me quedaba una semana hasta volver a Los Molinos y ver al objeto de mi enamoramiento adolescente (que por supuesto no sabía ni que yo existía, de hecho es el primer protagonista de mi "no vida amorosa" y lo pasé por alto en su momento) y en una oleada hormonal de sentimiento adolescente decidí que tenía que dejar constancia de ese momento de exaltación amorosa. Dejé la bolsa en el suelo, miré a mi alrededor y la única superficie que encontré susceptible de ser la base de mi pasión amorosa fue el cartel indicador de "Cuartel de la Guardia Civil" colocado a 5 metros de la puerta de mi casa.

Ya tenía dónde, pero ¿con qué? No podía entrar a por un rotulador ni pintura ni mucho menos spray. Por aquel entonces era una chica con recursos (absurda y patética pero con recursos) y cogí una piedra con un borde afilado y me puse a grabar en la chapa metálica mi declaración de amor. A mí me pareció que la tarea no me había llevado mucho tiempo pero cuando volví a entrar en casa, mi padre me dijo ¿Dónde has ido? No esperó respuesta ni me hizo mucho más caso, pero fue justo en aquel momento cuando me di cuenta de la magnitud del  error que había cometido (uno de los primeros debidos a mi ya legendaria impulsividad),  fui consciente de que en cuanto saliéramos a la calle, el cartel de "Guardia Civil" con mi absurda declaración iba a estar a la vista de toda mi familia.

Ha seguido allí años, 25 para ser más exactos.

Ahora cuando me entran esos ataques, tengo un blog y no necesito buscar una piedra con un borde afilado.

sábado, 26 de junio de 2010

jueves, 18 de febrero de 2010

MI "NO VIDA AMOROSA" (VII): Encontronazo

- Nos casamos en junio.
- ¿y por qué?
- Joder moli..nos queremos y blablablá. ¿No te alegras?
- Er..ah sí...claro...muchísimo.
- Bien porque eres testigo y tienes que leer.


Allí estaba yo, entretenida con mis ligoteos y mis viajes y de repente tenía que ponerme a pensar en qué me ponía para la primera boda de mi grupo de amigos. Esto puede parecer un tema tonto y carente de importancia, pero no lo era para nada.

Consideraciones a tener en cuenta:

- Me sentía patito feo.
- Nada sin tirantes.
- Mi confianza en verme decente disfrazada de boda, era nula.
- Nada rosa, ni de princesa ni excesivo.
- Nada caro.

Como no aprendo, me fui con mi madre dispuesta a sufrir humillación pública, escarnio y pelearnos hasta gritarnos en la tienda. Lo de siempre, vamos.

Pero no.

Entramos en una tienda, vi un vestido, me encantó, me lo probé y me estaba perfecto. Increíblemente los astros se alinearon y a molimadre también le pareció bien.

Este sutil signo debería haberme hecho pensar que mi suerte iba a cambiar, pero la verdad es que no lo pensé, estaba deslumbrada con mi flamante y espectacular vestido.

Llegó el día y yo iba con actitud de: pues nada la boda, a la iglesia porque soy testigo y luego barra libre. Gran juerga y resacón mañana.

Molimadre dijo:
Moli por Dios, modera lo que bebes que ya sabes cómo te pones luego. Te dejo esta pulsera, cuidado no la pierdas.
Joder mamá, que no la voy a perder. Lo dices como si fuera una borracha que no sé lo que hago.
Ya, por si acaso.

Así que nada, me duche, me calcé el vestido, las sandalias y la pulsera de mi madre y salí al jardín a esperar a que mi amigo F. viniera a buscarme.

- Oh…estás guapísima.
- Ya, tú también.
- Que no tía, en serio. Estás guapísima. A ver si consigues tener la boquita cerrada y lo mismo ligas.
- Si, seguro. Venga que llegamos tarde.

Iglesia, cocktail, mucha gente, blablablablabla. Derepente, allí estaba ÉL.

- Hola moli
- Hombre hola ingeniero, no sabía que venias. Ehh...cuanto tiempo, ¿ no? ( veía a mi amigo F. mirándome con cara de: no la cagues, no la cagues)
-
Ni yo que venías tú. Bueno, no lo pensé, pero claro tenías que venir, eres muy amiga de los dos y siendo en Los Molinos tenías que estar, pero no lo pensé. O sea, no lo pensé, pero me alegro de que estés, aunque tenías que estar..porque...
- Ya, yo no pensé que vinieras tu, como de Montes veníais pocos y además ¿tú no estabas en Escocia?
-
Eh..si..pero ahora no. Trabajo en Ávila. ¿te he dicho que estás guapísima?
- ¿Ah sí? quiero decir..¿Ah sí? a lo de Ávila..lo otro.eh no, no me lo has dicho pero da igual.
- No, no da igual. Estás guapísima.
- Eh, vaya gracias…(
entré en pánico )..bueno y ¿de qué curras?
- Pues en un club de tenis, ya sabes, paso el limpiafondos, corto el césped.
- ¿En serio?
(joder..que mal está el mundo de los ingenieros de montes)
- Sí, claro..¿quieres una copa?


Nos bebimos mil copas y hablamos de todo lo que nunca nos había dado tiempo. Cuando nos echaron del sitio de la boda, nos fuimos a un bar y seguimos charlando y charlando, y bailamos y nos reconocimos los premolares y se nos hizo de día. Fuimos a despertar a su amigo M., que a las 3 había volcado y estaba durmiendo en el coche. Tuvimos que agitar el coche para despertarlo y apareció con ganas de desayunar bocadillo de chorizo.

Y allí estábamos. En un bar de carretera inmundo. Yo, vestida de princesa, más feliz que una perdiz, el ingeniero mojando la corbata en el café con leche y su amigo diciendo: ¿vosotros os habéis enrollado, no?

Llegué a casa en éxtasis y sin la pulsera de mi madre.

El vestido lo tengo guardado.

Y por supuesto, no trabajaba pasando el limpia fondos. Ya entonces le encantaba tomarme el pelo.

jueves, 11 de febrero de 2010

MI “NO VIDA AMOROSA” (VI): La época dorada.

Pues allí estaba yo, con 24 años y hecha una piltrafa humana tras ser expulsada del planeta del amor a leches.

Como a pesar de todo, me quedaba alguna neurona en funcionamiento, decidí hacer algo por mí para salir de la autocompasión y la pena suprema.

- Me corté el pelo. Mucho. Parece una chorrada, pero si al mirarte al espejo ves a otra persona, no sé porque mecanismo te das menos pena.
- Me quedé en la raspa.

Una vez puesto en pie el proceso de reajuste emocional, lo importante y que saben todas las abuelas es que “un clavo saca otro clavo”. Se trataba de encontrar un nuevo fiche, pero esta vez con la intención de ligar con él, no de hacer el gilipollas.

Fracasé. No me hizo ni puto caso, prefirió sus oposiciones a Inspector de Hacienda.

Sopesé los errores cometidos, vi los pasos erróneos y decidí que había que dejar de lado el patetismo.

Aquello no podía ser. Si todo el mundo ligaba no podía ser tan difícil.
Había demanda de chicas tontas, feas, estúpidas, sosas hasta desear la muerte, bobas sin saber escribir, paletas sin lecturas, encefalogramas planos, lobotomizadas…¡¡ TENIA QUE HABER DEMANDA DE TIAS LISTAS, INTELIGENTES, CON SENTIDO DEL HUMOR Y PELÍN ACIDAS!!

Y me lancé a buscar el mercado adecuado.

Y los encontré.

Y tuve un éxito impresionante.

Descubrí que lo que yo creía que era la táctica adecuada: esto es poner cara de panoli, ojitos de cordero degollado y decir a todo que si, a la vez que eras dulce y cariñosa, no funcionaba. Probablemente porque no lo hacía bien y nadie se lo creía. " Moli, te falta sumisión" me decía F.

Era mucho mejor una actitud en plan: puede que me gustes o no. Y si me gustas puede que me enrolle contigo o no. Y si me enrollo contigo es muy probable que no me apetezca repetir.

Funcionó.

Funcionó muchísimo.

Caían como chinches.
Y cuanto más cabrona era, más caían.
Tengo anécdotas para parar un tren. Incluso ligué con uno que tenía novia y vivía con ella. A mí eso me daba igual, él pensaba que yo debía estar supercelosa y como no lo estaba, se ofuscaba. Pobre, era mono. A mí me daba igual, no lo quería para casarme con él.
Lo mejor de todo es que el tío sólo podía escaparse de su casa, los domingos por la mañana. Yo había salido de farra y me había acostado a las 6 de la mañana:

- Moli, soy X.
- Ehh…¿qué pasa?
- Que voy para tu casa para estar juntos un rato.
- Ni se te ocurra, me he acostado hace 2 horas.
- Pero, pero, pero..es que si no…voy para allá para desayunar juntos.
- Que noooo.
- Te llamó en dos horas.

A las 2 horas.
- Moli, estoy en la puerta con croissants.
- Pues yo estoy en la cama con una resaca de muerte.
- ¿No me vas a abrir?
- No.
- Pues me voy. No pienso volver a llamarte.
- A ver si es verdad.

A las 4 de la tarde.
- Moli
- ¿Otra vez?
- He conseguido escaparme. ¿Puedo subir ahora?
- Buenooo..vengaa.. ( unos mimos en la siesta siempre sientan bien)

Era alucinante.

Tengo vagos recuerdos de algunos. Uno tenía un porsche. A otro lo abandoné en un cine de madrugada. Ese miso me mandó un poema escrito a máquina donde hablaba de “pechos enharinados”, creo que lo guardé en algún sitio por si en alguna ocasión servía para algo. Debería buscarlo y colgarlo aquí.
Con otro descubrí que los polvos playeros no me van.
Otro era tremendamente divertido, nefasto como amante pero muy divertido.
Oh, otro era profesor y tenía una novia pero no me lo dijo, fuimos a su casa y al día siguiente quería echarme sin desayunar, era tan mono verle todo agobiado.

Mi autoestima se recuperó completamente, descubrí que el pelo corto me favorece, que es estupendo estar sola y que si le dices a un tío que solo quieres rollo y nada más, literalmente cae en tus brazos. La parte mala es que al día siguiente tienden a creer que era mentira , que te has enamorado y que cuando les dices " ya te llamaré", de verdad esperan que lo hagas

En fin, me lo pasé en grande, siendo joven y alocada.

viernes, 29 de enero de 2010

MI "NO VIDA AMOROSA" ( V): El novio

Bueno, pues ahí me había quedado yo penando entre dos universos. Por un lado el de los amigos, que es muy divertido, muy reconfortante y que proporciona pocos disgustos. Lo malo es que no calma las expectativas sexuales ni amorosas.


Para intentar calmar esas expectativas tenía el universo “fiches” que es una cosa lastimosa que tenemos las tías para animarnos en nuestra tristeza afectiva. Consiste en fijarte en cualquier tío de tu alrededor y dedicarte a desmenuzar cualquier gesto, palabra o posición de su cuerpo en relación a ti. Da igual que el tío no sepa ni cómo te llamas, ni quién eres y es probable que ni te vea, pero tú vas a un bar le ves y aunque no te dirija la palabra, al día siguiente tienes tema con tu amiga para unas 3 horas.

Vi a mi fiche.
¿Si? ¿Y qué tal?
Pues tía no sé. Le pille mirándome un rato, pero luego se puso a hablar con una y yo creo que sabía que yo le estaba mirando.
Seguro que sí. Lo hizo para picarte.
Y luego fue al baño y justo cuando pasaba delante de mí se giró y me rozó con el hombro.
¿Si?


Y blablablablablabla. Y así fin de semana tras fin de semana. Obviamente el tío no sabe que existes pero tú te consuelas con eso.

El caso es que ahí estaba yo, chapoteando en el patetismo amatorio e interpretando señales inexistentes, cuando una bonita noche del mes de junio en que jarreaba a mares en Los Molinos y yo llevaba un chubasquero amarillo, acabé con la lengua de un amigo mío en mi campanilla.

Así, sin comerlo ni beberlo. Noche, whisky, impermeable amarillo y lametazos.

Y de repente tenía novio. La verdad es que a mi él no me gustaba y mucho me temo que yo a él tampoco pero no sé cómo fue que empezamos a salir. Bueno, supongo que mi patetismo sentimental me empujó a ello, y a él supongo que sus hormonas frustradas.

Así que nada, empezamos una relación fabulosa como culebrón. Primero salimos 2 meses, me piré de viaje a Escocia (esto a lo mejor lo cuento otro día) y cuando volví estaba “raro”.., había recaído con su ex.
Mi primer novio y me deja a los 2 meses para volver con su ex. No se puede empezar mejor.

Volvimos a los 4 meses o así y a partir de ahí todo fue un ir y venir absurdo en el que yo sufrí como una completa imbécil confiada en que era el amor de mi vida y a pesar de todas las dificultades y leches que me estaba llevando, aquello era amor verdadero.

No todo fue malo. Cuando era bueno, era buenísimo. Eran los tiempos en que no había móviles, desaparecías de tu casa por la mañana para ir a la universidad y volvías a las 9 de la noche.

- ¿Qué tal hija? ¿te ha cundido el estudio?
- Uy..muchísimo. Todo el día en la biblioteca.

Por supuesto no habías puesto un pie en la universidad y te habías dedicado a desfogarte por ahí. En aquella época, el coche parecía un sitio tan bueno como otro cualquiera y una cama una cosa inalcanzable pero no necesariamente imprescindible.

Cuando llegó lo malo, fue lo peor. Por su culpa y por la mía.

Que te dejo porque no te quiero.
No me lo creo, tú me quieres a mi, ya te darás cuenta, asi que te esperaré eternamente.

Que te quiero pero no puedo estar contigo.
¿Cómo que no? Claro que si. Yo te espero. Me conformo con cualquier cosa, un rato vale. Si luego estás con otra, yo sé que en el fondo me quieres a mi.

Que te quiero no puedo estar contigo, pero el sexo es otra cosa.
Ya bueno, eso me dices. Pero si quieres sexo conmigo será por algo.

Que te quiero a ti y a 3 más.
Pero a mi más.

Que no te quiero pero el sexo es otra cosa.
Si, si…pero el sexo es otra cosa y seguro que al final te das cuenta de que soy la más mejor.
En fin el catálogo completo de la A a la Z. Por supuesto yo estaba en mi modo “me conformo con cualquier migaja”. Que me quieres bien, que hay sexo bien..seguro que es por algo, que no puedes estar conmigo pero me quieres mucho, bien y por supuesto el siempre contraproducente: seamos amigos.

Bueno, por no extenderme y reventar mi imagen de tía guay y con las cosas claras, al final un día me levanté y dije: ¿qué es eso polvoriento que hay en la mesilla?..Joder, es mi autoestima, vaya mierda. No puedo seguir así o me planto yo o esto no termina nunca. El sexo de regresión va a acabar conmigo.

Decidí hacer caso de los sabios consejos de mis amigos y corté todo vínculo con él. Me pasé un año sin coger el teléfono en mi casa por si me llamaba: “ Si es para mí, no estoy”. Dejé de ir a Los Molinos, y si iba no salía para no encontrármelo.

Luego volví al mercado del ligue, pero eso ya lo cuento otro día.

viernes, 15 de enero de 2010

MI "NO VIDA AMOROSA" (IV): El desierto

Una vez que fui abandonada en la cafetería Chikito de Madrid por el primer noviete de mi vida, alias "El Gato", comenzó una etapa de desierto amoroso. Vale que era joven y que visto desde ahora no parece importante, pero si tienes 17 años, todas tus amigas tienen varios novios y muchos rollos y tú no te comes ni un colín, digamos que el ser el patito feo no es lo que más te apetece.

De los 16 a los 19 y salvando mis rollos guiris del verano, mi vida amorosa fue un desastre.

Miraba a mi alrededor y aquello era un desmelene, Fulano salía con Zutana, lo dejaban y Zutana salia con Mengano que a su vez lo acaba de dejar con Menganita. Y así continuamente en un baile de parejas al que por supuesto yo no tenía acceso. No era ni la guapa de la pandilla, ni la deportista, ni me dejaban salir hasta las mil,ni tenía moto...es decir mi atractivo se reducía a mi ya por entonces habitual sarcasmo y como ya he contado, no tenía mucho éxito entre los adolescentes del momento.

En aquellos tiempos para integrarte en la pandilla y tener tema de conversación había 4 opciones:

- tener novio. Aquí no tenias conversación pero tampoco importaba, estabas permanentemente morreándote, tu lengua no estaba para pronunciar palabra. Además no querías hablar con nadie, solo darte el palo para dar envidia. Esta opción por supuesto no estaba disponible para moli.
- tener muchos rollos. Además de tener de qué hablar, "eras" tema de conversación puesto que todo el mundo cotilleaba sobre ti. Opción no disponible para moli, si no ligaba con uno, como para intentar ligar con muchos.
- hablar de música con los tíos que estaban en una etapa brasas de descubrimiento de la música de los 70. Esta por supuesto fue la opción disponible para mi, me empapé de los Rolling, Pink Floyd, Eric Burdon, Eric Clapton, Cream, The Doors, Jimmy Hendrix, Janis, Supertramp. Algunos me gustaban de verdad, otros eran insufribles pero mis amigos, los gurús musicales no dejaban de machacarte con el tema. Tardes y tardes tragándome "Quadrophenia" y la peli "The wall" con ellos, intentando desentrañar si la escena de las flores tenía algo que ver con el sexo, era apasionante. Obviamente y viendo la foto que ilustra este post, es evidente que nuestras experiencias sexuales eran nulas si teníamos dudas sobre a qué se referían.

Con esto que estoy contando a lo mejor parece que me resigne a mi suerte de tía sarcástica que sabe algo de música y dejé el tema ligue para más adelante. Nada más lejos de la realidad. En estos 3 años, creo que me gustaron absolutamente todos los tíos que conocí, esto incluye: amigos, hermanos de amigas, primos de amigas, amigos de hermanos de amigas que venían a pasar unos días en verano, primos de amigos, tíos con los que coincidía en el autobús, vecinos, macarras de Los Molinos...absolutamente todos. Creo que mi finalidad inconsciente era ampliar el espectro: si me gustaban todos, las posibilidades de gustarle a alguno eran mayores, si me centraba en uno, las posibilidades de chasco eran todas.

Como nunca he tenido una mente científica..mi experimento fracasó.

Sujetos encontrados atractivos: todos.
Sujetos que me encontraron atractiva: ninguno.
Éxito:cero.

A pesar de tener una muestra amplia, hubo 5 sujetos masculinos con los que compartí mi vida durante 3 años a los que no fui capaz de encontrarles ningún atractivo, aunque confieso ahora, desde la sabiduría de mis 36 años, que si me hubieran hecho la más mínima insinuación habría caído rendida en sus brazos. Estos tipos eran los 5 incautos a los que sus padres engañaron para meterlos en un colegio solo de niñas a la edad de 17 años, es decir, para cursar 3 de Bup y
COU entre 75 adolescentes femeninas. ¡ Pobres!.

En primer lugar teníamos al antepasado de Falete, se llamaba Arturo, y en aquel momento le encontrábamos igual que Agustín Pantoja ( si no sabéis quien es, pinchad el enlace), pero visto desde ahora..era Falete, es más, Arturo, si me lees: cobra derechos de imagen, tú estabas primero. Era pesadísimo pero con algún punto gracioso, por supuesto era gay así que no servía para ligar.

Después estaba Nikitas, así se llamaba el muchacho. De aspecto neutro, ni guapo ni feo, normal. Era muy simpático y un desastre en los estudios, bueno eso eran todos, a ver sino como habían acabado en un colegio solo de niñas, ¡porque era el único que les había admitido! Con Nikitas me llevé bien, me llevaba en moto a casa de mis abuelos los viernes..pero vamos creo que yo le debía parecer igual de atractiva que un picaporte. De todos modos yo fantaseaba en esos viajes agarrada a su cintura en plan: la gente pensará que somos novios...¿se puede ser más patética? ( si, pero ya lo contaré otro día)

José Manuel, no se podía ir más peinado ni más perfecto. El protozoo del metrosexual. Solo peinarse el flequillo debía ocuparle una hora, era espectacular. Era tímido y callado y creo recordar que tenía una novia fuera del colegio. Tengo poco recuerdo de él, así que no debía dar para mucho.

Raúl era compacto. Es lo primero que me viene a la mente. No tenia cuello, un "cuerpo estufa" de libro, además siempre llevaba una cazadora de esas de beisbol que por aquel entonces eran lo más en moda. La combinación cuerpo estufa más cazadora abombada daban como resultado un tío muy parecido a Gimli el enano de El Señor de los Anillos. Confesaré públicamente que fue el que más me gustó pero yo a él no.

Por último estaba Enrique, moreno, alto, simpático, divertido y que a la primera semana de curso empezó a salir con la mayor psicópata del colegio. Duraron hasta el final de la carrera creo, aunque les perdí la pista cuando salí del cole y caí en las garras de mi noviochungo. Lo bueno de Enrique es que tenía amigos, que por supuesto pasaron a engrosar la lista de tíos opcionables a gustarme y con cero posibilidades de gustarles yo. Eran guapos, estilosos y chachis, nada que ver conmigo.

En fin, a pesar de ser mi etapa patito feo me lo pasé teta lereta y conozco el significado secreto de la peli "The wall".

viernes, 1 de enero de 2010

MI "NO VIDA AMOROSA" EN NOCHEVIEJA (III)


Ya comenté el año pasado que odio la Nochevieja, no me mola nada y me deprime. Creo que siempre ha sido así, pero probablemente este odio visceral al último día del año se haya visto incrementado por la inexistencia de posibilidades de ligue durante la mayor parte de las nocheviejas de mi vida.

Cuando en el horizonte de tu vida adolescente se perfilaba la posibilidad de "salir en nochevieja", como hermana mayor y experimento educacional de mis padres me enfrentaba a esta respuesta: ¿salir? ¿ a una fiesta? Ni hablar. El tema se cerraba a principios de diciembre y yo me pasaba el mes, escuchando planes de modelos, elecciones de fiesta y proyectos de ligue: me voy a enrollar con mengano, seguro que me pide salir..etc, etc. Una agonía de exclusión social, porque además sabía que esa marginación del grupo no acabaría el día 1, sino que se prolongaría durante semanas con él: tía, en nochevieja, mengano se enrollo con fulana y luego cuando ésta se fue se quiso morrear con zutana. Semanas sin conversación, sin nada que aportar: durísimo para un loro como yo.

Por fin, una nochevieja mis progenitores decidieron que ya era momento de dejarme salir, en Los Molinos por supuesto, a una fiesta en casa de F, en su sótano. Glamour a raudales. Nosotras con vestidito que habíamos estado pensando un mes y con el que por supuesto adquirías un tono morado precioso porque el sótano no tenía calefacción y la temperatura en Los Molinos podía ser directamente bajo cero. Ellos de traje que al final de la noche acabaría destrozado. En esa primera nochevieja memorable no recuerdo que hice yo, seguramente beber martini y pensar que nunca en mi vida ligaría. Eso sí, la noche estuvo emocionante...mi amiga A. ( si me lees reconoce que fue divertido), estaba tomando algún tipo de medicación y se atufó todos los martinis que no me bebí yo, así que empezó la noche en todo lo alto enrollándose con R. en el "cuarto del futbolín". Habladurías por toda la fiesta.....se están dando el palo.....se están morreando...seguro que le pide salir. Lo mejor era que no dejaban entrar a nadie más en ese cuarto y claro todo tipo de conjeturas empezaron a tomar cuerpo: se está dejando meter mano...que suerte tiene R. y demás chorradas.

Las conjeturas terminaron cuando R. salió y dijo: creo que vuestra amiga no se encuentra bien. 3 ó 4 amigas corrimos en tropel, no porque estuviéramos preocupadas por su salud, ¿ a quién le importa eso cuando hay un morreo que contar?, pero resultó que A. sí se encontraba mal, más que mal al borde del colapso. La suma de medicación, martini y babas no había sido muy satisfactoria y estaba echando la pota. Tras unos primeros momentos de duda, se decidió que dado que no había manera de parar aquello y estar con la fregona detrás suyo era un coñazo, lo mejor era colgarle una bolsa de supermercado de las orejas y dejarla apoyada contra una pared. Se estableció un turno para controlar que el contenido de la bolsa no desbordara la capacidad del continente.

Ya sé que pensareis que qué clase de gentuza éramos, pues que sepáis que ahora hacemos lo mismo: si te tajas no se le puede reventar el plan a los demás. En esa fiesta, A. tenía un hermano mayor,R; que debería haberse ocupado de ella, perooooo R. estaba en otra batalla igualmente divertida. R. salía con S, quien había decidido dejarle 3 ó 4 dias antes de la fiesta para salir con F., detalle que R. conoció en la fiesta y no le gustó. Asi que agarró un destornillador y persiguió a los enamorados por el jardín: os voy a matar. La verdad es que todavía me acuerdo y me río yo sola.

Por supuesto mis éxitos amorosos fueron cero en esa fiesta y en exactamente todas las nocheviejas desde entonces. Noches y noches vestida como para matarme, pasando un frío de mil pares de narices y viendo como el "fiche" que tuviera por esa época pasaba mil millas de mi: una sucesión de humillaciones absurdas que siempre terminaban con este pensamiento cuando me metía en la cama: el año que viene no salgo.

Hubo una que ligue, tuve un encontronazo con mi EX, que provocó que dejáramos de ser EX para volver a ser una bonita relación completamente autodestructiva para mi...una historia preciosa. En otra nochevieja, en la que estaba en un interruptus con mi EX, recuerdo intentar ligotear con uno que yo creía que estaba interesado en mi, y resultó que lo estaba pero no lo suficiente como: para hacerle esa putada a tu EX (que por supuesto estaba enrrollándose con otra) . La hermandad masculina siempre me ha fascinado.

Dejo esas anécdotas para otro día que ahora voy a ver el concierto de Año Nuevo.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

MI "NO VIDA AMOROSA" (II) : Los guiris.

La segunda parte de esta serie se terminaría exactamente en 2 lineas. Nada por aquí, nada por allá.

Como eso sería aburrido, he decidido detenerme un poco más en mis guiris: tan monos, tan adolescentes, tan apasionados.

En Irlanda resulté ser un sex symbol. Era una sensación muy rara, de ser absolutamente normal pasé a ser completamente visible. Los ojos marrones eran un valor al alza y lo que es más alucinante mi ropa era digna de elogio y envidia. Todo esto es más increíble aún , cuando veo las fotos y llevo diadema, tupé, hombreras y pesqueros todo del mismo tono. Toda yo era un shock cromático, pero allí estaba yo causando estragos entre la masculinidad irlandesa. Era exótica, que es algo que me pega poquísimo.

El primer año, los señores de mi casa, de los que ya hablé en otro post, me presentaron a un grupo de amigas y empecé a salir con ellas. Estuve 28 días en Irlanda y llovió 27, así que los planes eran pelín monótonos, consistían básicamente en hacer tiempo hasta que llegaba la hora de ir a una especie de recreativos inmensos que había cerca de la playa. Allí se iba básicamente a fichar. Con mi experiencia previa, mi dominio del inglés y el frío que pasaba la verdad es que yo estaba más verde que una aceituna para ligar pero decidí seguir el consejo de “ a donde fueras haz lo que vieras” y me fijé un objetivo: el hermano de una de mis amigas.

Era como en las pelis, alto, moreno, con vaqueros y camiseta blanca, tenía un par de años más que yo y trabajaba en una gasolinera: un príncipe azul. La historia como siempre, que si te miro, que si me miras, que mi amiga te dice, que tú le dices a tu amiga, lo pienso ahora y digo madre mía que proceso más cansino. Todo este tejemaneje de preparativos debía culminar en la noche grande de los viernes en la discoteca del pueblo, si no triunfabas ahí había que esperar otra semana. Si el tonteo comenzó la primera semana, conseguí culminarlo el viernes antes de irme, asi que tenía las hormonas saliéndome por las orejas y frustración acumulada de todo el mes. Por fin, me sacó a bailar una lenta, fuimos a los sofás y alaaaaa…el morreo del siglo. Recuerdo haber pensando: joe..esto el año pasado con el pobre Costi (sale más en el blog que el ingeniero) me pareció asqueroso y sin embargo ahora me mola.

Nos quedaban 4 días en los cuales nos dedicamos a morrearnos en casi cualquier sitio que encontráramos, incluyendo un canódromo.Me descojono solo de acordarme, allí estaba yo con mis hombreras y mi tupé, entre una marabunta de irlandeses colorados, animando a un galgo que perseguía una liebre mecánica. Una de mis citas más absurdas, desde luego.

Le ponía mucho interés pero era muy baboso…desde la coronilla hasta el cuello…creo que de ahí viene mi repelus hacia los besadores babosos, realmente no le encuentro la gracia. El último día me llevó a la playa con intención supongo de meterme mano, pero las posibilidades de que yo me dejara eran nulas, teniendo en cuenta que la arena estaba fría, debía hacer 10 grados y aquello era pecadísimo.

Volví a los molinos sufriendo de amor y creo recordar que me mandó un par de cartas…las debo tener guardadas. Las cartas de amor no se tiran jamás, aquí lo dejo dicho.

Al año siguiente, después de un año de sequía absoluta en Madrid, reconozco que fui con ganas de nuevo a Youghal. El ligue del año anterior no estaba y además un año con 17 es como toda la eternidad..así que ni contaba. Ese año, fue el verano más caluroso en 30 años, lo que significo que mi hermano y yo montábamos espectáculos en la playa en los que teníamos que demostrar n veces que sabíamos tirarnos de cabeza al mar y nadar sin ningún tipo de artilugio que nos sostuviera. Esta habilidad que nosotros considerábamos simple nos procuró a ambos una legión de admiradores y admiradoras que literalmente nos acosaban por el paseo marítimo. Creo que nunca he sido tan popular. Ese año sin embargo mis hormonas hablarían francés cuando milagrosamente en una de esas cutre noches de discoteca, un tío increíblemente guapo se acercó a hablar conmigo y gracias a su total incapacidad para entender mi ironía cayó rendido a mis pies. Realmente caímos sobre un bordillo donde nos dimos el lote del siglo mientras el chico irlandés que le acompañaba nos miraba apoyado en la pared. Pudimos estar horas y ahí estaba el pelirrojo cariacontecido supongo que pensando: joder con el franchute.

Como mi sino es llegar tarde y mal, resulto que el franchute se piraba a los 2 días, así que al día siguiente, nos pasamos la jornada entera paseando por Cork embelesados de amor. En ese día de amor adolescente, ensombrecido por la tragedia de nuestra despedida, aprendí una gran lección. La primera vez que sales con un tío jamás hay que pedir spaghettis en el italiano, el atractivo se resiente muchísimo si te chorrea tomate por la barbilla mientras intentas cortar la pasta con los dientes mirando con ojos de cordero degollado al otro. Siempre pizza.

Recuerdo una despedida lacrimógena, en la que el francés me dijo que me acordara de él siempre que escuchara Hotel California de los Eagles y Angie de los Rolling. El caso es que funcionó porque siempre me acuerdo, pero creo que es más por lo guapo que era.

Ese año fui yo la que escribí una carta que jamás fue contestada.

El tercer año llegué a Irlanda como Colon, a reafirmar las conquistas y resultó que ya no era tan exótica y las irlandesas me llevaban mucha ventaja en el tema sexual, así que la cosa estuvo más complicada. Aún así triunfé con un tío bastante guapo, mayor y con mucho carisma del que por supuesto no recuerdo el nombre: Freddy, Perry..o algo así. Triunfé pero conocí el sabor de la derrota cuando al día siguiente, el tío paso millas de mi, eso si lo llevé con dignidad y poniéndome mucho escote en plan: lo verás pero no lo catarás.Suponía que eso debía ser pecado, pero en Irlanda menos. Me volví a Los Molinos con mi derrota amorosa aunque allí, por supuesto, magnifiqué mi éxito amoroso convenientemente.

Me pasé esos 3 años flirteando con miraditas muy explícitas con un tío que se llamaba John con unos increíbles ojos azules. Nunca pasó nada, pero él se lo perdió, ahora seguro que es un barrigón rubicundo aficionado a la cerveza y yo una tía exitosa con un blog.



Qué cosas.

Continuará.

jueves, 5 de noviembre de 2009

MI “NO VIDA AMOROSA” I : El principio

Teoría de la Gacela Thompson aplicada al ligue.

En la época de ligoteo, los tíos salen a la caza de las tías (gacelas Thompson). Primero se fijan en la más guapa, la Gacela jefe y obviamente no todos son capaces de cazar/ligar a la más estupenda. Una vez comprobado este hecho por activa y por pasiva, se busca otro objetivo, esto es: la gacela herida. Entre las tías, la herida es la que no liga nunca porque pasa totalmente desapercibida. Está tan agradecida cuando alguien se le acerca que el esfuerzo que hay que hacer para ligársela es prácticamente nulo”

Yo soy una gacela herida de mentira. NO ligaba nada, pero cuando algún incauto se me acercaba creyendo que sería un objetivo fácil yo abría la boquita y los ahuyentaba.
Éxito tras éxito, noche tras noche.

En los orígenes de este desastre podemos situar a “Costi”, ligue de campamento de verano que intentó darme un beso con lengua. Creo recordar que me resistí con fuerza. Supongo que esperaba algo más sugerente que un morreo en medio de la niebla en el Naranjo de Bulnes, supongo también que pensaba que podía desechar esa oportunidad porque tendría miles y por supuesto desconocía la teoría de la gacela Thompson. Creía en mi atractivo, en una palabra.

Bueno, pues allí estaba yo a mi tierna edad de 14 años, desechando oportunidades amorosas. Dejé al pobre “Costi” y me lancé a los brazos de P. que a lo mejor él no lo sabía, pero era gay. Aún así, cuando llegamos a Madrid y por supuesto juramos mantener el contacto desapareció de la faz de la tierra.

Los siguientes años mis padres me mandaron a Irlanda, país en el que debería haberme quedado a vivir porque mis éxitos amorosos fueron francamente impresionantes. Tres años, 4 ligues. Espectacular. Jamás he vuelto a tener ese porcentaje de éxito. Analizado años después, debía ser porque mi sarcasmo en inglés pierde mucha gracia. Estuvo bien, fue divertido y aprendí muchísimo sobre la técnica del beso adolescente de tornillo y el magreo sin control. Recuerdo vagamente a 3 irlandeses y muy intensamente a un francés increíblemente guapo con el que mis problemas de comunicación eran espectaculares porque él no hablaba inglés y yo no tenía ni idea de francés…pero lo menos importante era lo que hablábamos.

Durante 3 años mi vida amorosa era exitosa un mes al año y para mí era suficiente, ¡ menos da una piedra”!

La vuelta a mi rutina molinera, era francamente decepcionante porque el resto de mis amigos/as había sufrido una revolución hormonal en la que parecía que sus hormonas se habían puesto de acuerdo para gustarse y todos se emparejaban con todos. Un sin vivir de fulano sale con mengana, mengana se ha enrollado con zutano, zutana está con fulano. Y yo en medio, viéndolas pasar. La verdad es que estaba peor que pasar, era la confidente de todos los tíos que me molaban: “moli, me gusta mengana”, “moli ayer me enrolle con zutana pero a mí la que me gusta es la otra” y otras cosas peores como " tu es que eres tan maja" que quiere decir no me planteo enrrollarme contigo aunque fueras la única tía sobre la faz de la tierra. Por otro lado como mi vida amorosa era inexistente me compensaba viendo la de los demás. Por supuesto durante este tiempo, me molaron varios que no me hicieron ni el más mínimo caso, probablemente ni me vieron. Otros sin embargo se liaron con mis amigas.

Un buen día de fiestas en Los Molinos, bueno, una noche, acabé enrollándome con un tío conocido como “El Gato”. Fui gacela Thompson total. El tío en cuestión acababa de ser abandonado por una amiga mía y sufría muchísimo, escribía cartas para ella y todas esas cosas patéticas que se hacen con 18 años. Sufría mucho, pero el rollo es el rollo y las hormonas son las hormonas, así que allí estaba yo. El hombre necesitaba un hombro en el que llorar y alguien con quien enrollarse y empezamos lo que por aquel entonces se conocía por “salir”.

Salir, lo que se dice salir, salíamos poco, porque vivíamos a 3 trasbordos de autobuses, íbamos a distintos colegios y como mucho quedábamos un día a la semana.

Nuestra más exitosa cita fue en un concierto de Nacha Pop en Jácara. Recuerdo perfectamente que acudí a dicha cita acarreando mis libros de 2º de BUP, especialmente el de latín que estaba forrado con un ¡¡papel de corazones rosas!! ( quien era yo, madre mía). En fin, durante el concierto no nos separamos de la pared del fondo y creo que conseguí estar un par de horas sin respirar.

Para mi, todo parecía ir sobre ruedas después de ese maratón hormonal. Sin embargo no tenía ni idea de nada. La siguiente vez que me llamó, era para “hablar”. Ahora ya sé que eso siempre es malo, pero en aquel entonces no me lo pareció.
Allí que me fui, tan ufana con mis hombreras y mis vaqueros nevados, a la cafetería “Chiquito” de Madrid. Llegué y me soltaron el repertorio entero de clásicos: no eres tú, soy yo, te mereces a alguien mejor, no estoy preparado…blablablá. Salí llorando y pensando qué era superdesagraciada.
Lo que nunca pensé, es que 20 años después me descojonaría al contarlo en mi blog.

Y hasta aquí la primera parte de “mi no vida amorosa”. A lo mejor continúa.
Conocidos que me leeís de aquella época..dado que no tengo vergüenza, admito comentarios aclaratorios sobre ese momento tan patético de mi vida.