miércoles, 30 de septiembre de 2015

21 días de solterismo

No es lo mismo soltería que solterismo. 

La soltería es un estado bastante absoluto que exige fuerza de voluntad, constancia y un control férreo de rutinas y horarios para no despeñarse por la pendiente del descontrol absoluto. 

El solterismo de corta duración, intermitente y con fecha de inicio y fin es un estado temporal en el que puedes relajarte, dejarte llevar por la inercia y como te descuides, alcanzar unas cotas de descontrol que creías fuera de tus posibilidades. 

Día 1 

Compra de supervivencia. Descubro que comprar lo mínimo no me sale. En seguida me lanzo a cantidades absurdas o los envases son muy grandes para mi sola. Mi lado organizativo maternal es todavía poderoso en mi y compro pensando en menús equilibrados: verdura, pollo, huevo, fruta, yogures, leche y un capricho: pizza... Una compra decente. 

Día 3

¿Para qué llenar un tuper para comer en el curro si puedo comer un sandwich? Decido comprobar la resistencia del pan de multisemillas metiendo dentro todo lo que pillo en la nevera. Mi nueva mejor amiga es la mayonesa. 

Día 5

Al llegar a casa me cambio de ropa y al ir a colgarla detrás de la puerta, fallo y se cae al suelo. Se queda ahí. No tengo remordimientos. Me siento rara.

Día 6

Me descubro a mi misma tumbada en la cama, con el ordenador en las piernas y los pies apoyados en la pared. No sé si soy una soltera sobrevenida o tengo una regresión a los 18 años. A los 18 de una peli americana. En mis 18 años ni tenía portátil, ni escribía, ni tenía un cuarto para mi sola. 

Día 7

Al salir de la ducha y abrir el cajón de la ropa interior, éste se desliza ligero al suelo. Descubro horrorizada que no me quedan braguitas limpias. ¿Cómo es posible? Por el rabillo del ojo atisbo un montón de ropa sucia... mirándome con reproche. 

Llego tarde a los libros de colores así que tengo que decidir entre la lencería de lujo o la de regla. Opto por la de lujo. ¡Un día es un día!

Antes de salir de casa pongo la lavadora. Mi parte de madre/ama de casa/ tía organizada me grita ¿Vas a meter toda la ropa mezclada, sin separar por colores? ¿Vas a dejar la ropa todo el día en la lavadora hecha un guiñapo?

Cierro de un portazo y me voy escuchando de fondo el ruido de la lavadora. 

Día 8

De madrugada tiendo la lavadora...hecha un guiñapo. 

De más madrugada, compro ropa interior por internet.

Día 10

Abro el armario para coger una taza para desayunar y no queda ninguna. Me subo a una banqueta para comprobar que efectivamente no queda ninguna limpia. Abro el lavaplatos y allí están todas mirándome... sucias. Saco mi favorita, la friego. 

Abro el cajón de las cucharitas. ¡No quedan! ¿Cómo he conseguido fundirme todas las cucharitas? Abro el lavaplatos, saco una y la friego. 

El lavaplatos está a medias pero lo pongo. Mi voz interior grita ¿vas a poner el lavaplatos sin estar lleno?

Cierro la puerta y me voy mientras oigo su dulce murmullo. 

Día 11

Abro el lavaplatos para colocar las cosas limpias. Me freno en seco. ¿Para qué? Mejor las voy sacando según las necesite y ahorro trabajo. 

Es un pensamiento tan de solterismo que me entra la risa. 

Refunfuño mientras relleno el azucarero...durante los últimos 4 días he tenido la absurda esperanza de encontrármelo lleno al desayunar. No ha funcionado.

Día 12

Un día que ceno en casa. Abro la nevera, miro. Cierro. 

¿Y si ceno un desayuno? Ferpecto.  

Día 13

Bajo a los chinos a por leche. Y pan. Me he quedado sin pavo para mis sandwiches ilustrados. Compro "Finissimos". Reflexiono sobre cómo sería de buenísimo "finissimo" como nombre para unos condones. 

En un alarde de responsabilidad me hago una tortilla de patata para cenar y ensalada. Y me pongo mantel. 

Día 15

- Moli, pero pero pero ¿Qué llevas en el maletero?
- Pues cosillas.

Mi maletero se parece peligrosamente al de un tío soltero: dos forros polares, una cazadora vaquera, un gorro de paja, varias bolsas vacías, 8 triángulos (esto tengo que mirarlo, no sé si soy cleptómana de triángulos), 3 chalecos amarillos, una camiseta que no es mía y un par de calcetines que tampoco. 

Día 16

Me descubro cenando un desayuno a las 23:30 de la noche y no soy consciente de qué he hecho desde las 18:00 que llegué a casa. Bueno, sí se lo que he hecho pero no me he enterado. 

Cuando eres soltero las 8 de la tarde marca una hora en la que suele empezar el tiempo libre o la diversión: el gimnasio, las cañas, el cine o lo que sea. Cuando eres padre las 8 de la tarde es la hora del horror: baños, duchas, deberes por terminar, cenas...agotamiento supremo. 

Cuando eres solterista las 8 de la tarde sencillamente pasan, y las 9 y las 6 y la hora que sea. Descontrol horario. 

Día 17

Purpurina. 

Día 19

¿Y si me lo pongo sin planchar?

Día 21

Último día de solterismo extremo. Toca recoger el cuarto de adolescente, ordenar la ropa y limpiar un poco. Para celebrarlo decido cenar la pizza del Dr. Oetker que tengo en la nevera. 

Enciendo el horno, me pongo una copa de vino, saco la pizza y ¡no doy crédito! He conseguido que una pizza refrigerada se ponga mala y el moho la cubra por completo. 

Después de 21 días el solterismo es poderoso en mi. 

enos mal que hoy voy a pasar la tarde haciendo la compra con laz princezaz. Me espera un mes de horarios, menús, ropa limpia en el cajón, lavadoras llenas por colores y lavaplatos que sirven para limpiar y no sólo para guardar los cacharros sucios. 

Para el próximo mes, espero que me haya llegado ya la ropa interior y compraré condones aunque no sean finissimos.



lunes, 28 de septiembre de 2015

Dicen que en Bilbao llueve...


He empezado esta crónica de un fin de semana increíble en Bilbao 4 veces y ninguna me gusta. 4 borradores que he desechado. 

Así que optaré por frases sin sentido escritas del tirón. 

- La distancia del centro a la que está el Hotel Gran Bilbao para los de Madrid es "cerca" y para los del mismo Bilbao es "casa Dios". Esta diferencia en la apreciación de los tamaños me lleva a reflexiones absurdas que debería apuntar para otro post. 

- La emoción que provoca ver un cartel en la calle con mi apellido bien escrito. Aunque no sea mi calle ni tenga nada que ver conmigo. "Mamá, está bien escrito, con b"

- Hay habitaciones cuádruples que tienen cuatro camas de verdad y ningún camastro. Lo sé, resulta increíble, pero existen. Y además no hay que pasar por encima de unas camas para llegar a otras. Y se puede saltar. 

- Los columpios de Bilbao son mil veces más chulos que en Madrid. La mejor hora para disfrutarlos las 12 de la noche. 

- El Guggenheim es maravilloso. Es una pasada. Siempre. Da igual las veces que lo vea. M se ha enamorado de El gran árbol y el ojo de Anish kapoor y C de Puppy " y de las esculturas, y de la langosta ¿o es un langostino? de Koons y de Popeye y de la araña..." 

- Richard Serra y sus esculturas son un juego y una experiencia. También te pueden provocar un globo parecido al del tiovivo y se puede jugar con ellas a decir secretos a voces. 

- Clavadistas ha sido la palabra del fin de semana. Hasta el sábado a mediodía no sabía que existía ni la palabra ni ellos. Una vez más, he tenido una epifanía con el género masculino. Esta vez, compartida con Molihermana: "¿te has fijado? en esos bañadores no cabe ni un suspiro...ni sobra nada". 

- En Bilbao se vive despacio. Se respira más lento y la gente pasea. 

- Si tienes un pasillo y dos niñas hay fotos que tienes que hacer. Y pelis que hay que volver a ver. 

- Subir a Artxanda siempre es buena idea. 

- Ir por la ría en barco con un guía como Txipi que te cuenta toda la historia de los edificios, las zonas y los barrios. Un lujo. Eso sí, él llevaba jersey y yo no. No son tan aguerridos. 

- Como los de Bilbao hacen lo que quieren, he visto tíos con pantalones rojos, amarillos y ¡tachán! rosas. A lo mejor lo de "hacemos lo que queremos" se les está yendo de las manos. 

- "Soy Roque Altube, del caserío Altubena de Getxo". Por fin he ido a Getxo. Me lo debía a mi misma y a Pinilla. Me ha encantado. El puente colgante es  una maravilla que no entiendo como no tiene hordas de turistas a todas horas. Podría haberme pasado horas paseando por la pasarela. M se tumbó en el suelo a mirar por las rendijas de la madera como pasaba la cabina. C contó los pasos entre un extremo y otro. Nos hicimos mil fotos. 

- Mamá, ¿necesito un abogado? 
- Depende, ¿qué has hecho? 

Tengo una cita apuntada en uno de mis cuadernos que dice algo así como que para hacer tuya una ciudad hay que enamorarse en ella. Yo no me he enamorado en Bilbao, me enamoro de Bilbao cada vez que voy y descubrírsela a laz princezaz ha sido una pasada. 

- Mamá, Bilbao huele a campo. 
- ¿Tú crees?
- Sí y me encanta. Pero yo creí que aquí llovía. 
- Ya, y yo. 


viernes, 25 de septiembre de 2015

(Re)conocerme


Antes de ayer quedé a cenar con un amigo. Un muy querido amigo al que hacia más de un año que no veía. Un año largo en el que no he hablado con él por teléfono simplemente porque no podía. Él me llamaba, me mandaba mensajes y yo contestaba "No puedo". 

Conducía por la Gran Vía de camino a nuestra cita (a la que llegaba tarde, por supuesto) y de repente me di cuenta de que estaba sonriendo. Sonreía y pensé: ésta soy yo. 

Por fin después de un año me (re)conozco. 

Por fin me levanto por las mañanas y tengo ganas de hacer cosas. Tengo ganas y el ánimo suficiente para hacerlas. Y la energía. Energía para salir de casa a las 8 de la mañana y volver a las 11 de la noche, agotada pero contenta de todo lo que he hecho. 

Por fin tengo ganas de hablar. Siempre he sido un loro y probablemente la mayoría de las cosas que digo no tienen ninguna importancia ni interés para casi nadie, pero descubrirme con ganas de contar un chiste, una anécdota o enfrascarme en una conversación después de meses de ni siquiera contestar al teléfono me reconforta. Tengo que palabras que decir y no solo palabras que escribir. 

Por fin quiero ver gente, quiero ver a amigos que se han preocupado por mí y a los que no podía ver. Por fin salgo de casa y cuando vuelvo no estoy exhausta del esfuerzo sobrehumano que he tenido que hacer, estoy feliz y contenta. Agotada de cansancio pero con la sensación de "ha merecido la pena". 

No soy ninguna autoridad en moda y me da pereza extrema comprarme ropa, pero ahora me importa lo que me pongo por la mañana. Elijo por algo más que "está encima de la silla" y unos días me veo más guapa y otros menos... pero me veo. 

Me (re)conozco en el ánimo, en el entusiasmo, en las ganas de hacer mil cosas que me gusta hacer, cosas que sé hacer y otras que no tengo ni idea pero que me intrigan, me provocan curiosidad o simplemente están ahí a mi alcance. 

Me (re)conozco. No quiero decir que no me conociera en estos últimos tiempos. Claro que sí, me conocía, me conocía tanto que me dolía el alma. Ésa también era yo, pero dominada por el lado más negro. Ese lado sigue estando, supongo que todo el mundo lo tiene, pero mi lado de colorines y sonrisas y brillo en los ojos y mala leche, y hostilidad, y ganas de bailar y de cantar y de hablar y de comer y de dormir hasta romper la cama ha vuelto y me encanta (re)conocerme en esa mujer que se refleja en el cristal del bar "El Palentino", mientras mi amigo sale a recibirme y nos damos un abrazo de cariño inmenso y de alivio porque, por fin, vuelvo a ser yo. 

Por fin, me siento con los pies en la tierra y no tan frágil como para que una palabra, una mirada, un gesto o simplemente una sensación me tumbe de golpe o me haga salir volando por el aire sin ningún control. 

Por fin, me (re)conozco. 

Y sonrío.

Soy una chica con suerte.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Nuevo periodismo


No puedo más. Tengo que decirlo o me dará un síncope, me envenenaré con mi propia bilis y caeré al suelo presa de fuertes convulsiones: el nuevo periodismo no existe. 

O sí, pero es una basura. 

Hace año y medio escribí un post sobre el llanto y el rasgaR de vestiduras de los periodistas en la red. Llantos por su situación laboral, porque el público no les hacía caso, por los despidos, etc, etc. 

En estos 18 meses la situación ha cambiado. Hemos pasado del fin del periodismo, la libertad y la democracia a "Y si somos los mejores, bueno ¿y qué?" Tal cual. 

Hordas de periodistas pululan por la red haciendo hincapié en que han descubierto la rueda del "nuevoperiodismo". Nuevos medios, nuevas maneras de hacer periódicos, radio. Nuevas cabeceras, nuevo tono, nuevo estilo. Más rigor, más profesionalidad, más profundidad, más compromiso. 

Todo es más y todo es nuevo. 

Estupendo, ¿no? 

Si fuera cierto podría ser estupendo o no. El problema es que ni siquiera es nuevo. Es lo de siempre, pero vendido como un acto de fe. 

"Somos el nuevoperiodismo. Apóyanos. Hazte socio. Suscriptor. Patrón. Give us the money. Pon un banner, un bando y un anuncio diciendo que nos apoyas porque somos nuevos, distintos y diferentes. Tuitea que bajas al kiosko a comprar una revista tan, tan nueva que se llama Papel y tiene a Casillas en portada"

Y todavía no han hecho nada, y lo que han hecho se parece sospechosamente a lo que ya teníamos. Las mismas caras de siempre "robadas" de un medio a otro. Periodistas, o algo así, sacados de la televisión para que den opinión o información. Cuanta más gente de televisión tengan mejor, como si salir en la tele diera alguna credibilidad. (Un percebe que hable me resulta más interesante que la columna escrita por cualquier presentador/a de televisión). Historias lacrimógenas disfrazadas de información y ni un solo dato. Opinión y manipulación disfrazadas de imparcialidad. 

Todo esto ya lo teníamos. Ya existía y dejé de leerlo, comprarlo y escucharlo. 

El nuevoperiodismo adalid del compromiso me parece una pura pose. No me creo nada y, además, no tengo por qué creer en el trabajo de nadie por adelantado. Y menos pagar por ello antes. ¿Quieres que me suscriba a tu medio, lo compre y lo apoye? Bien. Pues haz bien tu trabajo, hazlo cojonudo y allí estaré, pero no me pidas actos de fe por adelantado. Mi charcutero, mi farmacéutico y el de la tintorería no me piden dinero antes de darme el servicio. ¿Por qué el nuevoperiodismo sí? 

"Si quieres periodismo de investigación, apóyanos". Pues mira, no. Haz periodismo de investigación bueno y te apoyaré. 

"Somos nuevos y diferentes, apuesta por nosotros". Pues tampoco. No sois nuevos. Sois los de siempre enfurruñados unos con otros y dándoos codazos para ver quién vende la burra antes, quién consigue el mejor puesto en el mercadillo y quién pasea a la fulgurante estrella de los medios por delante de su puesto y consigue más visitas. Sé nuevo y diferente y te apoyaré. 

"Creemos en la gente". Tururú. El nuevo periodismo son las mismas caras, todos encantados de conocerse. ¿Qué tal un nuevoperiodismo que apueste por gente nueva? Por gente nueva a la que se pague bien y no con "visibilidad". 

Entiendo que la situación ha cambiado, la red es otro medio y hay que controlarlo pero el desfile de egos, palmaditas en la espalda, cheerleaders y hooligans es aburrido, grotesco y da muchísima, muchísima vergüenza ajena a todos aquellos que, en teoría, somos el público objetivo de vuestro trabajo o, en vuestra nueva jerga mesiánica, la sociedad a la que queréis servir por el bien de la información, la democracia y no sé cuántas cosas más. 

Como diría el Sr. Lobo, a ver si dejáis de chu... , os ponéis a currar y hacéis buen periodismo. Ni nuevo, ni comprometido ni diferente. Poneos a trabajar en serio. Sin mesianismos, sin vender motos, jabalíes ni el mismo perrito con distinto collar. Dejad de jalearos y de hacer el ridículo. 

Haced bien vuestro trabajo y lo pagaré. 

lunes, 21 de septiembre de 2015

Despelleje Emmys 2015: vamos a morir por sobredosis rosa


Primer despelleje de la temporada. ¡Vamos a ello!

Empecemos por un claro ejemplo de los peligros de la originalidad mal entendida.

- Churri, no sé que ponerme para los Emmys.
- Pide un vestido por ahí.
- Es que no quiero ir de princesa, me molaría ir original, diferente,

Y se ha vestido de ilusión óptica. No quiero ni pensar el mareo de cualquiera que estuviera a su lado. He perdido la cuenta de cuantas veces original es sinónimo de espanto. Las botas de agua con plataforma me tienen completamente loca. ¿Esta chica no ha pensado lo que le van a sudar los pies ahí?

Lara Carmichael como representante del look languidismo al poder. Vestiditos flojos, con florecitas, tirantitos y volantitos. Todo muy "ito".

Rachel Brosnahan, nadie le ha dicho que si vas a enseñar el entreteto también tienes que darte ahí loción autobronceadora o parece que te has tirado la leche de los cereales.

Precioso vestido el de Viola Davis.

No sé quien es Jackie Cruz pero me da miedo. He visto limpiaflutas con mejor tacto que ese pelo.

Damian Lewis brilla. Los brillos en tíos son mal, dan sensación de resbalar y de ser pegajosos. Por eso su pareja que va de flamenca de wasap lleva gafas de sol.

Hola, me llamo Morena y Candy Candy a mi lado es un marimacho. Esta chica es guapísima y está estupenda pero le pierde el rictus. Si yo fuera tío me bajaría mucho la líbido esa pinta que tiene de tener más ganas de meter un pollo en el horno que de....mmmm...cualquier otra cosa.

Lena Headey y Maise Williams reinterpretando la bota de boatiné de toda la vida. Maise incluso reinterpreta las zapatillas de pom pom.

Candidatas a premio "Pechitos":

- Maggie con un vestido bastante chulo pero que seguro que suena.
- Joanne y su vestido imposible, excesivo y rosa "palo". ¿Por qué se llama palo? Yo les daría con un palo en la cabeza a todas, pero dudo mucho que sea por eso.
- Kiernan. Que alguien llame a servicios sociales y le quiten la custodia a sus padres. Yo iba más mona vestida de narrador del gato con botas.

Lo he dicho mil millones de veces, sólo si eres increiblemente guapo E increiblemente atractivo puedes permitirte llevar el pelo largo. Ni Adrian  ni Adam pueden permitírselo. Soy muy fan de Willie pero tampoco.

January. Otra guapa a rabiar que se sabotea a sí misma. Esta cosa verde que lleva colgada y arrastrando es espantosa, innecesaria y parece sacada del vestuario de Norma Duval.

Elizabeth Moss. Vamos a ver. Cuando resulta que estás más guapa, más mona y  más estilosa caracterizada de mujer soltera de los años 60 que eligiendo tu propio vestuario: TIENES UN PROBLEMA. En el caso de Elizabeth es un problema gravísimo. El vestido es una agresión visual sin precedentes y ¿el pelo? ¿Por qué te fries el pelo y te lo pones de ese color tannnn natural?

Look "clinc, clinc" para Kerry.

Os acordáis de cuando Timothy Hutton tenía un "puntito"? Él no.

Un par de hermanastras de Cenicienta encantadas de haberse conocido.

Taylor Schilling de rechazo visual. Me imagino a todo el mundo achinando los ojos para poder hablar con ella.

Sección gente con clase y que sabe llevar la edad que tiene: Diane de TGW y Jessica Lange aunque ésta tiene pinta de llevar la petaca en el bolso rollo "esto es un pestiño que no hay quien lo aguante y qué necesidad tengo yo de esto"  Y Jamie Lee, 

- Sofía, yo creo que ahí no cabes. 
- ¿Qué no? 
- Digo respirando. 
- Respirar, respirar...¿para qué?  Si Cristina puede, yo también. 

Ellie Kemper de plena moda. Va de mandala de esos de colorear, relajarte y caerte redondo al suelo de mareo. En la misma línea Naomi Grosman...me mareo de mirarla y supongo que al llegar a casa se habrá tenido que recoger los lóbulos de las orejas de las costillas. Zoe Kazan en la misma línea, hipnotizando a su novio.

Claire Daines de despropósito absoluto. De demasiado. Demasiado cuello, demasiado rubio el pelo, demasiado feo el vestido, demasiado espacio entre las tetas para ese escote, demasiado brillo, demasiado morado. Demasiadas cadenas.

Ni una gala sin su visillo sucio.  Ni su candelabro. 

Negro con clase: Julia y Julie.

Sarah Paulson de poquita cosa con boquita de piñón. Danielle Brooks de colores complementarios.

Jessica Paré pero ¿Qué mierda pasa con el rosa? Es horrible, cursi y sienta como el culo. Ahora que el color carne parecía pasar a la historia nos vamos a meter un atracón de rosa hello Kitty?? No, no y no...Retta.

Alan Cumming de Mary Poppins. Gary Cole de noruego. Muy fan de los dos.

Amanda, ¿Qué te pasa?

Lo peor de la noche es este diseño geométrico con trasnparencias y manguita de niña buena que lleva esta chica. La miro, la miro y la miro y pienso ¿Qué tiene en la cabeza para que le enseñen esa cosa y diga "eso es lo que quiero llevar"? ¿Qué tipo de desconexión neuronal o trauma?

Laura Prepon de "Pepona"

NIkolajjj....no sé quien eres pero me gustas. Tienes pinta de saber encender chimeneas.

Jaimie Alexander de miembro del equipo de natación sincronizada nada más salir de la piscina. 

Amy Laendecker de hiedra parásita.

Joana Newson de chista de "Se abre el telón".

Heidi de de de...algo amarillo colgando, con plumas y desflecado y transparencias.

Menos mal que siempre me quedará John Stamos ¡A mis brazos! Stamos es un ejemplo buenísimo de envejecer con clase estilo, dejando atrás un pasado de horterismo y sin caer en la tendencia a envejecer siendo la reina madre. Está tremendo. Y también tiene pinta de saber encender chimeneas y que le siente bien un jersey de cuello vuelto. Dos cosas que me gustan infinito.

Y hasta aquí el despelleje, casi muero de sobredosis de rosa. Queredme mucho.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Seamos sinceros


-  Lo que quiero es que tengamos una conversación sincera. 
- Aha.- contesta ella sabiendo que hemos empezado mal. Si algo no quiere él es que ella sea sincera. 
- Te voy a ser sincero. 
- Me parece muy bien.- contesta ella sabiendo que es ahora cuando viene el comentario desagradable. 
- A mi me gustaría para este puesto el mejor de España y ,obviamente, tú no eres la mejor de España. 
- En eso estamos de acuerdo. Si fuera la mejor de España no estaría aquí, obviamente. 

Primera cara de sorpresa de él. 

- Esto ¿por dónde iba?
- Porque no soy la mejor de España. 
- Ah si, eso. Bueno pero eso no quiere decir que no crea que tienes muchas capacidades. 
- Gracias. 
- Lo que de verdad me preocupa es que este no sea tu trabajo ideal. 
- No es mi trabajo ideal. ¿Es el tuyo? 
- ¿Qué?
- Este no es mi trabajo ideal. Claro que no lo es. Mi trabajo ideal sería trabajar en casa un par de días a la semana y otros tres ir a un sitio chulo  al que pudiera ir caminando o viajar a otra ciudad a hacer colaboraciones. Otro trabajo de mis trabajos ideales sería tener una pequeña librería o trabajar en una biblioteca.

Segunda cara de sorpresa. 

- Pero que no sea mi trabajo ideal no quiere decir que no vaya a hacerlo lo mejor posible. ¿Estar aquí, entrevistándome, es tu trabajo ideal? Seguro que no, pero yo no dudo de tu interés e intención en encontrar la persona adecuada para el puesto. 
- Esto...vale. Pero lo que me preocupa es que te cojamos, trabajes aquí unos meses y te salga algo mejor y te vayas. 
- Lo entiendo. Si me sale algo mejor, me iré. 
- ¿Cómo?
- No sé, a mi me preocupa entrar a trabajar aquí y que dentro de 4 meses pienses que no soy la persona adecuada y me eches. Estamos iguales. 
- Esto... claro pero me gustaría tener un compromiso firme. 
- Y a mi. ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué no me voy a ir si me sale algo mejor? ¿Qué te entregue a mi primogénita en prenda? ¿Qué me dais vosotros a cambio?
- Esto....


"No da el perfil. Es un alma libre". 

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Anomalía estadística

"Eres una anomalía estadística" dice mirándome mientras se agacha  porque entre lo alto que es y los (malditos) mariachis casi no me oye. 


No sabéis lo que es una anomalía ni la estadística pero esa frase, que en realidad nos incluye a las tres, quiere decir que somos diferentes. Ni mejores ni peores pero distintas de lo que la gente espera. 

¿Por qué? 
Porque no nos echamos de menos. Os lo he preguntado, os lo pregunto, mil veces para haceros rabiar. 

- ¿Me habéis echado de menos?
- Que noooo

Vosotras no me lo preguntáis nunca porque ni siquiera se os ocurre y eso estupendo. 

Yo confieso, os confieso, aunque ya lo sabéis, que tampoco os echo de menos. Confieso, incluso, que hay días en que ni siquiera me acuerdo. Luego os llamo, hablamos un rato. Otros os tengo que sacar las palabras con sacacorchos "Mamá, me estás quitando tiempo de jugar", nos reímos y lo vuelvo a olvidar. No es que os olvide, claro que no, pero no me acuerdo de que soy madre, una madre. Y me gusta sentirme así, me encanta ese sentimiento. 

Igual que me incorporé al trabajo de las bajas de maternidad sin sentir ni un ápice (otra palabra que no conocéis) de culpabilidad o tristeza; cuando ahora estamos sin vernos unos días, me siento bien, tranquila, contenta y feliz. 

Ni más feliz ni menos que cuando estamos juntas. Ni más ni menos contenta, ni más completa ni menos. Sí más tranquila porque cuando queréis sois muyyy pesadas. 

Soy yo estando juntas y también estando separadas. 

Vosotras también sois vosotras sin mi. Estáis, sois igual de felices, tristes, cabreadas, pesadas o divertidas conmigo o sin mi. 

Ahora que lo pienso no es estar "sin", esa es la clave. Aunque no nos veamos en lo que la gente considera que es un montón de días y a nosotras se nos pasa volando, nunca nos sentimos "sin".

Me gusta que seamos una anomalía estadística. Creo que lo estamos haciendo fenomenal. Y os lo escribo aquí porque aunque ahora os da igual y ni lo pensáis, puede que en algún momento del futuro... de ese futuro en el que la lejía lo solucionará todo, tengáis curiosidad por saber cómo me sentía. 

Brujas. 

viernes, 11 de septiembre de 2015

No todas


"Que los textos de @Barbijaputa levanten tantas críticas demuestra cuánto queda por hacer en la lucha por la igualdad" Ignacio Escolar. 

Y que los ficus no hablen demuestra que todo les va bien en la vida. 

Yo no quería escribir sobre la Juana de Arco del feminismo de trincherita porque no, porque para qué... pero cuando me noto hervir la sangre y hormiguear los dedos y se me atraganta el Mix 5 de alpiste, sé que o hago algo o los que me rodean van a terminar salpicados por mi bilis. 

Para el que viva a salvo de este conocimiento y, por supuesto, más feliz que yo, resumiré la situación. Barbijuana sustuvo en un artículo publicado en el diario que todos los hombres son potenciales asesinos porque todas las mujeres somos potenciales víctimas de su maltrato y opresión. 

"Al igual que todas las mujeres somos víctimas potenciales, los hombres son verdugos potenciales. ¿Quiere decir eso que todas las mujeres vamos a ser violadas o maltratadas? No. Al igual que no todos los hombres serán violadores o maltratadores. La ventaja es que los hombres al menos saben si ellos son o no verdugos: las mujeres no podemos saberlo nunca, el riesgo siempre está ahí".

Tal cual. Se queda tan pancha. Cada uno es libre de sacar las conclusiones que quiera, por muy peregrinas que sean, incluso aunque sean completamente bobas. Me parece bien. Ahora, lo que me hostiliza hasta el infinito es el hecho de envolverlo en un paquete de regalo que incluye:

- actitud salvadora: ¡Eh chavalas!, he venido a ser vuestra abanderada porque no lo sabéis pero sois unas pobrecillas oprimidas. 

- actitud de chulo de instituto. Y sí, he puesto chulo con toda la intención. Actitud de John Travolta en Grease, "eh, chavalas, vengo a salvaros, yo voy a defenderos de cualquiera que os diga nada, porque vosotras, pobrecillas, no sabéis". 

- actitud de mantón de banda. O eres de tigres o eres de leones. O gritas "babor, babor, que gane babor" o gritas "estribor, estribor, que gane estribor". O eres pares o nones, o blanco o negro. 

- actitud de terapeuta de tres al cuarto. "Usted no lo sabe pero está enamorado de su padre"..."Tú no lo sabes pero eres una víctima" y "Tú no lo sabes pero eres un verdugo". 

Con todo esto, Barbijuana te trae el regalo y tienes que aceptarlo sí o sí, porque si no lo haces, resulta que o eres una desagradecida, o estás tan oprimida por el patriarcado que ni siquiera sabes qué hacer con tu vida. Si eres un hombre y dices "hombre, yo creo que las cosas no son exactamente así", estás siendo "postmachista" que a mí me suena exactamente igual de vacío de contenido que el "predeporte" como actividad extraescolar. 

Este regalito fue el lunes, lo leí, me encabroné no sé muy bien si como víctima oprimida o como postmachista pero me callé. Sin embargo hoy, hemos tenido segunda entrega del regalito. 

"El hecho de que haya personas que comparen a la mitad de la población española, los hombres, que además de ser un grupo mayoritario es un grupo opresor sobre las mujeres por los privilegios de los que disfrutan (cobran más por el mismo trabajo, no son discriminados en entrevistas preguntándoles si tienen pensado ser padres, no temen que se les cosifique ni tienen temores como quedarse a solas con un desconocido, no tienen riesgo de ser violados en cualquier esquina…) con un grupo minoritario y oprimido como el de los gitanos, o con los negros en EEUU, otro grupo oprimido y discriminado, deja claro que el machismo vuelve a centrar el debate en el hombre y en cómo cada artículo feminista es recibido como un ataque, en vez de asimilar el objetivo de lo escrito: empatizar con la realidad de las mujeres en situaciones vulnerables".

Ole. Resulta que o comulgas con todo su artículo o estás atacando. 

Estoy siendo muy buena porque no estoy haciendo sangre de la parte del artículo en que mezcla chicas indias violadas con camareras con champán envenenado en una fiesta pero la conclusión de Barbijuana es que como todas las mujeres están en peligro, todos los hombres son peligrosos y o aceptas esto como un dogma de fe o no estás empatizando con el problema. 

Para sostener su cruzada de trincheritas, se ha dedicado a recopilar ejemplos de mujeres que en algún momento se han sentido amenazadas o que tienen miedo por la calle. Y son muchas, muchísimas, cuando no debería ser ninguna. Pero, que sean muchas, muchísimas, una barbaridad de ellas no significa que cada hombre que te encuentras por la calle, conoces o con el que tienes una relación vaya a maltrarte, pegarte o asesinarte. Es una conclusión tan evidente que da vergüenza tener que escribirla. ¿Todas esas mujeres no conocen muchos hombres con los que están seguras y tranquilas y sin ningún tipo de miedo? Seguro que sí: sus padres, sus amigos, sus compañeros de trabajo, de gimnasio. 

Una vez más lo repito para que quede cristalino: queda muchísimo para la igualdad, hay mucho por lo que pelear, mucho en lo que educar. Soy mujer, trabajadora, tengo dos hijas y me NIEGO absolutamente a convertir a mis hijas en unas odiadoras profesionales de hombres. 

Y para el Sr. Director del medio al que le parece que los textos de Barbijaputa demuestran lo que queda por hacer por la igualdad. Hay muchas mujeres, muchísimas, y muchos hombres, muchísimos que no necesitamos ni de lejos ese tipo de artículos banales, frívolos y de trincheritas para saber lo que queda por hacer. 

La diferencia es que esas muchas mujeres y esos muchos hombres trabajamos juntos para ello en vez de armarnos con palos y horcas.

Sobre el mismo tema, ya escribí hace un mes "No me liberes" 

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Documentales que hay que ver: rusos y arte.



En todas las casas hay chascarrillos particulares y sólo conocidos por los iniciados. En la Molicasa tenemos un montón, pero uno de los mejores es que si alguien dice "ensaladilla rusa", "vodka", "sputnik", "Putin" o cualquier otra palabra que remotamente tenga que ver con Rusia, alguien contestará:

- Camarrradas, rrrrussos todos. 

Y nos descojonamos. Si alguien dice "Val Kilmer" la respuesta es la misma.

- Camarradas, rrrusos todos. 

Por eso, cuando empecé a ver "Red Army" y apareció en pantalla el protagonista hablando inglés con un acento ruso alucinante y físicamente clavado a Val Kilmer (si Val Kilmer no hubiera decidido envejecer comiéndose a los rrusos todos) me levanté del sofá y dije muy seria: Camarrradas, rrrusos todos. 


A lo que iba. ¿Qué es Red Army? Es un fabuloso y fantástico documental sobre hockey sobre hielo. Lo sé, es un tema que no resulta muy atractivo y del que resulta difícil pensar, a priori, que se pueda hacer un documental interesante y que te tenga en vilo durante hora y media. 

Eso es lo que distingue un buen documental de una bazofia documental. Contar una buena historia ya sea de animales en la sabana, de guerras, de peces, de ciencia, de grandes logros o de hockey sobre hielo, requiere saber contar la historia. Parece obvio pero no lo es. Es necesario saber qué se quiere contar y, una vez que se tiene claro el fin, hay que armar la narración para conseguir que el espectador no use el documental para dormirse. 

Red Army es un documental que tomando como hilo conductor la formación, consolidación y desaparición  del mejor equipo de hockey sobre hielo de la historia y su capitán, Slava Fetisov, recorre la historia de la URSS desde la posguerra hasta los juegos olímpicos de invierno de Socchi. La figura de Fetisov, (clavadito a Val Kilmer) provoca miedo, tensión, comprensión, ternura y luego otra vez miedo. Es la historia de una personalidad hecha a sí misma por su tesón pero moldeada también por las circunstancias políticas de su país y del mundo. 

Descerrrrebraddos todos, no dejéis de verlo. 

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Si Fetisov me da ganas de llevar guardaespaldas, Herb and Dorothy me dan ganas de adoptarlos como abuelos. No pueden ser más adorables, más tiernos, más lúcidos y más entrañables. 




Herb&Dorothy es un documental sobre arte, sobre arte contemporáneo y coleccionistas. Pero no es una historia de dinero, ostentación, subastas y exhibicionismo. Herb y Dorothy viven el arte, viven para el arte, entendiéndolo, apoyándolo, admirándolo y comprándolo. 

El arte puede no entenderse y puede no gustar. 
El arte puede entenderse y no gustar.
El arte puede entenderse y gustar.
El arte puede gustar sin entenderse. 

Herb y Dorothy están más allá de estas apreciaciones, ellos viven el arte. Hay una escena maravillosa, por lo que transmite y por su sencillez, en la que Herb, anciano y con su bastón, mira fijamente una pieza de arte conceptual. Una pieza que para el profano puede no entenderse. Al mismo tiempo, la conservadora del museo está hablándole pero él permanece abstraído en la contemplación. De repente se gira y dice: 

- ¿Por qué está colocada así? Está al revés. 
- ¿al revés? No, es así.- contesta la conservadora. 
- No, así no dice nada. 

La conservadora se pone unos guantes y gira la pieza. 

- ¡Así!- exclama Herb. 

Y tiene razón. La pieza que parecía una "tontería de arte contemporáneo" adquiere esa característica, para muchos inapreciable y difícilmente explicable en palabras que le confiere la calificación de arte.


La sonrisa del bueno de Herb lo dice todo. 

Herb&Dorothy es un documental para conocer el arte sin alharacas, sin grandes millonarios, sin falsos especialistas que hablan jerga. Es un documental para acercar el arte a la gente corriente, para apreciar la dedicación de una vida a una pasión. 

Si queréis conocer a una pareja genial, entender un poco de arte y acabar el día con una sonrisa y creyendo un poquito en lo bueno de la vida, no dejéis de verlo. 

Rusos, hockey, abueletes y arte contemporáneo, dos cócteles para un par de noches. 


lunes, 7 de septiembre de 2015

Verano del 42

Se acabó el verano. Mi mejor verano de los últimos 5, no está mal. Estoy como los niños, diciendo "se me ha pasado volando". No he parado de ir, venir, hacer planes, ver gente. 

Tengo la espalda destrozada de tanto coche. ¿Cuántos kilómetros me he hecho? ¿15.000? Voy doblada de dolor y como una abuelita. Como siga así, necesitaré un bastoncito. Recuerdo cuando fuimos a recoger a los PAGS, hace tres años, a una casa perdida en el Pirineo de Huesca. Dos viejitas, casi centenarias, salieron a recibirnos. Una ciega y la otra doblada en un ángulo de 90 grados sin poder levantar la cabeza. Dos cachorros peludos corriendo entre las piernas, laz princezaz en éxtasis y El Ingeniero bajo una lluvia de piropos: pero ¡qué buen mozo eres! ¿A qué viene esta disgresión? Ah si, como siga con el coche así voy a acabar como aquella viejita. No me importaría vivir en el Pirineo pero llego tarde para tener ese cutis sonrosado. 

Por otro lado si el precio a un verano genial es acabar doblada con 90, lo pago. Nunca había estado tanto tiempo en la playa con las princezaz, 15 días que se pasaron volando y nos reímos tanto. El juego de las historias fue un hallazgo y creo que la historia de las tres chicas a las que pusimos de nombre Mari Cruz, Mercedes y Jenny (¡mami, como la novia de Forrest Gump) va a ser el típico chascarrillo para toda la vida. 

"Mami, Mari Cruz es la china, su padre es japonés porque lo digo yo y es un magnate de la leche. Vino a España a Galicia y se enamoró de una señora que hacia quesos y yogures y por eso le pusieron a la hija Mari Cruz aunque fuera china. Y claro, es alérgica". 

Me acuerdo y me muero de la risa. Creo que me acordaré también del día, recién llegada a San Sebastian, y me llamaron llorando por tercer día consecutivo desde el campamento para que las fuera a buscar. Me rompían el corazón pero fui una roca y les dije mientras me subía al bus para irme de cena: No volváis a llamarme llorando. 

Funcionó. No volvieron a llamarme ni llorando ni nada. Volvieron encantadas y quieren repetir el año que viene. Los trucos de bruja malvada molan. 

He comido más postres de manzana que en toda mi vida. Sin crema. Odio la crema pastelera. ¿Qué sentido tiene? La crema es como si la nata se hubiera puesto mustia. Un asco. 

En 60 días me he puesto pantalón largo sólo 3. Ha hecho un calor asqueroso, incompatible con llevar pantalones. Me he comprado 3 pares de sandalias y sólo me he puesto dos. Sabía que me equivocaba al comprar unas. Las guardaré para que las usen laz princezaz, estamos ya en ese punto en que podemos compartir zapatos. Pronto seré yo la que herede. 

He perfeccionado mucho la técnica de la siesta. Estaba a punto de conseguir un 10 en ejecución artística en el programa largo cuando se me han acabado las vacaciones. Perderé práctica y no sé si podré retomar ese nivel alguna vez en mi vida. 

Les he explicado a las niñas qué es un prepucio. Y les he dado la brasa con una lista de cosas que no me gustaría que tuvieran los tíos con los que salgan: nada de gorras de visera plana, ni tatuajes, ni piercings, ni joyas, ni el pelo largo...Han prometido quedarse conmigo para siempre. 

He tenido tiempo de solterismo, tiempo de madre en exclusiva, tiempo de hija, de hermana, de amiga. He escrito muchísimo pero menos de lo que me gustaría porque tengo mil cosas en la cabeza. Leí muchísimo en julio y casi nada en agosto pero supongo que ambas cosas se compensan. He ido al cine y descubierto música nueva. He vagueado y hecho planes como cuando tenía 16 años, sentarnos a charlar sin nada que hacer durante horas. He vuelto a comprobar que en Francia hay mucho tío guapo. 

Sigo con la operación dejarme el pelo largo. Ya está largo, queda decidir hasta cuando lo dejo crecer o si me lo corto ya. Según el día, la hora y el espejo que me mire me inclino por una cosa u otra. 

- Mami, no te hagas coleta que pareces más vieja. 

Me hago coleta cuando nadie me ve o cuando el que me ve considera que estoy guapísima. O cuando no puedo más. 

También he perfeccionado el arte de las pesadillas. Las que tengo ahora son del tipo apocalíptico: tsunamis de los que tengo que salvar a las princezaz, ataques nucleares terroristas de los que tengo que salir corriendo con Idris Elba mientras intento saber qué está ocurriendo. Fantasmas y espíritus. El otro día tuve una en la que el padre de una amiga de la infancia me regañaba muchísimo y con más miedo que vergüenza conseguía balbucear: tengo 42 años y hago lo que quiero. 

En St Remy de Provence me compré una pulsera que no voy a quitarme hasta que se desintegre y recordar siempre el verano de los 42 años. 

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Soy una chica con suerte

Estar deprimido no es lo mismo que sufrir una depresión. 

Sentirse solo, triste, cansado, agotado, sin ganas de hacer nada y alicaído tampoco es sufrir una depresión. 

Tener el corazón roto por un desamor, creer que nunca jamás volverás a enamorarte, sufrir una decepción personal enorme y sentirte como un idiota tampoco es sufrir una depresión. 

Perder un ser querido, sufrir la ausencia, la nostalgia, tener que rehacer una vida, tampoco es sufrir una depresión. 

Estar arrasado de pena, de tristeza, llorar sin consuelo horas o ahogarte con sollozos que no te dejan respirar, tampoco es sufrir una depresión. 

Tener miedo, terror, ansiedad, angustia, un peso en el pecho que al mismo tiempo es un hueco, tampoco es tener una depresión. 

No dormir, no comer, no hablar, no reír, tampoco es sufrir una depresión. 

Sufrir una depresión es no sentirte tú. No reconocerte en la persona que eres, en la piltrafilla humana que no puede levantarse de la cama sin tener terror de poner un pie en el suelo. 

Sufrir una depresión es como estar parado en arenas movedizas. Vas caminando por tu vida y un buen día el suelo empieza a desmoronarse y todo lo que te sostenía y que sigue estando allí deja de hacerlo. Ta vas hundiendo y aunque al principio tratas de luchar y agarrarte a algo, pronto te das cuenta de que cuanto más intentes escapar, más hondo te hundirás. 

Sufrir una depresión se parece a tener que caminar por unas vías de tren en medio de un páramo. No se ve el final, parecen no ir a ninguna parte. No puedes volver atrás, sólo puedes seguir adelante. Cada vez más despacio, cada vez con menos fuerzas, con menos ganas. Puedes pararte de vez en cuando y sentarte, pero no hay nada que ver, nada que vaya a animarte, ni ayudarte, ni empujarte. No va a venir un tren a arrollarte, ni uno al que puedas subirte y te haga más corto el trayecto. Sólo estás tú y un camino que parece infinito y no terminar nunca. Un pie tras otro, un pie tras otro, un día y una noche, y otro día y otra noche. Todos iguales, todos exactamente igual de duros. 

Sufrir una depresión es como ahogarse y al mismo tiempo sentirse protegido debajo del agua. No puedes respirar pero al mismo tiempo estás a salvo. No pueden verte, no pueden oírte, no tienes que hablar. Tu mundo, tu familia, tus amigos, todo lo que te gustaba hacer, sentir, oler, ver, tocar, mirar...está ahí, al otro lado de la cortina de agua, de la ola que te tapa. Lo ves, lo percibes...pero a distancia. A veces quieres romper esa ola y volver a hacer, sentir, oler, ver, tocar, mirar, escuchar las cosas que te gustaban, que te hacían ser tú, pero la mayoría de las veces quieres quedarte dónde estás. A salvo. 

Sufrir una depresión es estar solo. Solo con alguien que no eres tú mismo pero que puede contigo. Solo aterrado, apenado, sin dormir, sin comer, sin hablar, sin reír. Solo y asustado. Solo aunque tengas una familia maravillosa que te mira y no sabe cómo ayudarte. Solo aunque tengas los mejores amigos del mundo que jamás hayan estado tan preocupados por ti. 

Sufrir una depresión es sentirte fatal contigo mismo porque parece que deberías hacer algo, que deberías luchar contra ello, intentar curarte y sencillamente no puedes. Lo intentas, lo intentas y te sientes fatal por no conseguirlo hasta que alguien (si tienes suerte) te dice: déjalo, déjalo...es como si intentaras curarte tú sola la apendicitis, es imposible. Sufre, llora de dolor, de angustia, de cansancio, de miedo, deja que te castañeteen los dientes de pánico, tiembla, tirita, llora y descansa. No luches más porque te estás agotando y no podrás salir de las arenas movedizas, ni seguir caminando por las vias hasta que veas un final ni impulsarte desde el fondo del mar para poder romper la ola, respirar aire fresco y volver a verlo todo con nitidez. 

Y es entonces, cuando dejas de luchar y de pelear, cuando te dejas ir y descansas. Cuando, por fin, dejas de buscar explicación y dejas de culparte a ti mismo cuando sientes que un nudo, el nudo que te hundía el pecho ha comenzado a deshacerse. Un poco solo, poquísimo. Tan poco que te da miedo moverte por si acaso vuelve a apretarse. 

Sufrir una depresión es sentirse solo aunque no lo estés. Yo no lo he estado. Soy una chica con suerte, con muchísima suerte y tengo los mejores amigos del mundo. No voy a decir que amigos que no me merezco porque no es verdad, pero son los mejores. Han estado conmigo, buscando una liana para sacarme de las arenas, dispuestos a zambullirse como el Pirata Roberts. Me han dado la mano mientras caminaba por las vías y me han mirado desde el otro lado del agua, sonriendo y esperándome. Me han abrazado, me han hecho reír entre lágrimas, han dejado que les empapara la camiseta, que les abrazara sin fuerzas, que me apoyara en su hombro y me durmiera. Me han dejado descansar y estoy segura de que tienen un grupo de wasap en el que no estoy yo. Me han apoyado, alentado y empujado y me han dado fuerzas un montón de días aunque no les llamara porque ni siquiera podía hablar. Jamás me han dicho una obviedad como "anímate" sino "no te preocupes, no hagas nada, descansa". 

Son los mejores y soy una chica con muchísima suerte. Todo esto se lo he dicho a ellos personalmente, pero quería escribir esto, aquí, en Cosas que (me) pasan porque se lo merecen todo.