La piña. Callarme a tiempo. Tender la ropa. Llevar camisetas de tirantes. Dejar un mensaje sin contestar. Reposar una respuesta. Dejar un libro a medias. Defender mi criterio. La ginebra. La ropa interior de encaje. Decirle a un hombre «no me gustas». Los podcasts. Rodrigo Cortés. Los ensayos. La II Guerra Mundial. El cine japonés. Marcharme la primera. No ducharme en dos días. Poner reclamaciones. Escribir en serio. Preocuparme por lo que le ocurre a gente que se hace la misteriosa. Cambiar un enchufe. Cortar el césped. Leer poesía. Los calvos. Dormir desnuda. Fingir en el trabajo. El vino blanco. Escribir corto.
Cosas que fueron sí y ahora son no.
La cerveza. Los hombres pequeños. Los sujetadores reductores. Decir siempre la última palabra. Contestar todos los mensajes. Tomar vino en las comidas de trabajo. Irme la última de los sitios. Vestirme pensando «esto hoy no, lo dejo para un día especial». Cocinar. Escribir largo. Compadecerme. Fingir en las relaciones personales. Ese hombre. Salir con alguien por pena.
Cosas que, por ahora, siguen siendo no.
Las alcachofas. Los gatos. Llevar paraguas. El calor. Los hombres con perilla. La piña caliente.