sábado, 29 de junio de 2013

UN DOCENA DE BEBIDAS EN TU RECORRIDO VITAL


¿Qué has bebido en tu vida? 

Obviamente leche y obviamente agua. ¿Y después? ¿ A qué no lo has pensado nunca? Las bebidas son como escalones en tu vida, como la talla de tu ropa, con el pelo que has ido perdiendo. 

Mira lo que bebes y sabrás cómo eres de mayor.  


1. Refrescos. 
Los refrescos no son alcohol. Obvio, pero cuando tenías 7, 8, 9, 10 años, los refrescos significaban casi casi lo mismo que significarían las bebidas alcohólicas después. Eran la ocasión especial, los cumpleaños, el premio si te portabas bien, la lata que te comprabas si ibas de excursión, lo que pedías si te llevaban a un restaurante. 

Dentro de los refrescos no todos eran iguales, estaban los de naranja y limón que eran como medalla de plata y luego la Coca Cola que era el premio gordo, la medalla de oro, lo más alto del pódium.  

2. Calimocho. 
El calimocho es una bebida muy rara. Mezcla la Coca-Cola que tiene siempre un componente de bebida de cumpleaños, de niños, de chispa de la vida con el vinazo más asqueroso que es una bebida de viejos, de señores mayores con chaqueta de punto en un bar mugriento. Inexplicablemente el componente infantil de mediasnoches de la cocacola y las cabezas de gambas del vinazo amargo casan bien y resulta ser una bebida estupenda para dar los primeros pasos en el camino de la bebida alcohólica. 

Gracias a Dios, es una etapa que se deja atrás. Bueno, casi todos la dejan atrás, siempre hay el que quiere seguir viéndose como un jovenzuelo con bolsas de plástico en un banco del parque.  

3. Cerveza 
 Es la bebida permanente. Se empieza a beber en barras libres en las que está calentorra y casi sin gas, se bebe en litronas compradas a escondidas y bebidas en parques y a la entrada de conciertos, en cañas bien tiradas, en dobles “porque las cañas no duran nada”, en minis gigantes en conciertos multitudinarios, en tu casa al llegar del curro directamente de la lata recién sacada de la nevera, en el picnic con la tortilla de patata y el bocata.  Se bebe en el aperitivo, por la tarde y por la noche. Empiezas a beber cerveza de jovenzuelo y te haces viejo con una caña en la mano. 

4. Combinados imposibles: Martini con limón, licor 43 con naranja..etc.   
Esto es más de tías. Hay que beber para mimetizarse pero la cerveza resulta demasiado amarga, el calimocho resulta demasiado cabezón y además se bebe a morro y se busca una bebida un poquito más exótica, más exclusiva, más frívola.  Esos combinados son dulzones, se beben rápido, entran solos y dejan una resaca espantosa pero claro eso no lo sabes hasta el día siguiente.  

5. Whisky 
Después de dar tumbos por el mundo del calimocho, la cerveza y las copas imposibles se llega a la primera etapa de bebida de mayores: el whiskazo. El whisky lleva su propia evolución. Se empieza bebiendo el más barato que haya diluido en cuanta más coca cola mejor y luego el paladar se va educando y ya se prefiere determinada marca de whisky y se diluye en menos coca cola o incluso sólo en agua o los más campeones sólo con hielo. La etapa del whisky dura bastante, años, muchos años…y hay gente que permanece fiel a él durante toda su vida. 

El problema del whisky con cocacola es que después de atufarte n números de ellos, además de una resaca atroz provocan un nivel de azúcar en sangre muy desagradable e incluso impide el sueño si no estás acostumbrado a la cocacola. El whisky por cierto deja una resaca espeluznante también.  

6.Ron 
El ron es una bebida curiosa. Se puede llegar   a ella directamente desde la cerveza y el calimocho o después del whisky. Tiene también su propia evolución y se empieza bebiendo el clásico ron blanco que hay en todos los bares del país para terminar luego hablando jerga del tipo: “yo quiero un ron moreno venezolano que es dulzón pero no tanto”, “O yo quiero mejor uno de 25 años”.  


7. Chupitos alcohólicos. 

Por un lado tenemos los chupitos de jóvenes: tequila, saporovskys, vodka a palo seco, mezclas imposibles de bebidas con muchísima graduación. Estos chupitos se beben en la cumbre de la borrachera con el absurdo propósito de demostrar lo que se aguanta antes de derrumbarte. 

En el otro extremo están los chupitos de viejos: licor de hierbas, orujo blanco, orujo, licores variados. Estos se beben al final de pantagruélicas comidas y para disimular los llamamos “ digestivos”. La moto que vendemos es que los bebemos para digerir mejor el festín que acabas de apretarte pero la realidad es que lo que te apetece es un copazo pero no es el momento.  Cuando sí es el momento estos digestivos crecen y pasan de ser chupitos a ser “copa balón con mucho hielo”. 

Por cierto, cuanto más te gusta beber algo en copa balón más viejo eres. Y esto es científico…


8. Vino bueno 

Tras años de beber  vinos capaces de desatascar las peores cloacas del planeta tu paladar dice basta y exige vino bueno. Aquí hay también todo un mundo de posibilidades, desde el que se limita a elegir uno bueno cuando va a un restaurante hasta el que se hace un curso de cata, compra vino y lo guarda en casa para epatar a sus amistades. Al vino bueno le pasa que parece que no es beber, te atufas una copita o dos al llegar a casa o mientras preparas la cena y parece que no bebes. 

9. Champán

Hasta que no te has atufado un buen pedo de champán no te gradúas en el curso CCC de “Saber beber”. El champán es muy traicionero, entra fácil, se acaba rápido y es muy celoso. ¿Qué quiere decir esto? Que es raro quedar a beber champán solo, normalmente va al final de una comida para celebrar algo y en esa comida con suerte habrás bebido sólo vino o puede que hayas bebido cerveza y vino. Después el champán “Qué fresquito” “Qué rico” “ Qué bien entra el buen champán”. Se acaba rápido y te lanza a una euforia que te hace decir..” otra botella” u “ vamos a tomar copas”. Si es otra botella,  la resaca será cabezona de las de que te crece el cerebro tanto que crees que te va a salir por las orejas…si optaste por el mundo copas, el champan se pondrá celoso y al día siguiente la holgura craneal te matará. 

El champán es de mayores y hay que manejarlo con cuidado porque además da resacas de las que no recuerdas que hiciste… 


10.Bebidas sin. 

En medio de la navegación por los mares de las bebidas alcohólicas de repente llega una etapa en la que no puedes beber o quieres beber menos. En las mujeres suele ir asociado a bombo y en los hombres a algún tipo de susto médico o esponjamiento obeso que les hace replantearse su dieta.  Es entonces cuando se empieza a beber cerveza “sin”, chupitos “sin”. Es una etapa de mucha pena y muy ridícula. Sinceramente si no puedes tomar alcohol es mucho mejor tomar zumos o refrescos o incluso agua. Las bebidas sin son como ver a otros practicar sexo..sabes cómo se hace, sabes cómo se siente y además te apetece..pero te castigas con mirar solo. 


11. Gin Tonic. 

Cuando te has bebido miles de whiskys de repente un día te apetece otra cosa. No te apetece el sabor dulzón del whisky ni una cerveza ni vino y entonces pruebas el GIn Tonic. No quieres, porque el Gintonic es de viejos, de señores mayores, de tus padres, pero te apetece, es una fuerza incontrolable y te dejas llevar. Y te gusta, te gusta mucho. 

El Gintonic es la bebida que se puede pedir de aperitivo, de sobremesa o para tomar copas. No es dulzona y no entra tan fácil como el whisky así que (en teoría) bebes menos.  Además descubres que deja muchísima menos resaca. 

El Gintonic casa bien con la juerga pero también es una bebida solitaria. Una bebida de “ estoy hasta el moño de todo me voy a tomar un gintonic a mi bola”. 

Por supuesto también tiene cosas malas. La peor es que hay una corriente terriblemente snob de ha convertido una bebida recia y molona en un carnaval de pijadas sinsentido. Hay que mantenerse firmes y no caer en absurdeces. Ginebra, tónica y limón o como mucho lima. Todo lo demás son fuegos florales. 

12. Oporto, jerez, brandy  
Estas son bebidas de señores mayores, muy mayores, de pelo blanco y manos arrugadas. Para beber en copa balón pequeña y con el periódico al lado. No sé bien cuando se llega a beber estas cosas, en qué momento dejas el gintonic y el vino bueno y coges una botella panzuda con un líquido de color oscuro. Por no saber, no sé ni siquiera si son bebidas distintas pero sé que es lo que me espera al final del camino del alcohol.  


Los caminos del alcohol son complejos y muy intrincados, pero resulta que todos más o menos hemos seguido el mismo recorrido vital en nuestra relación con el alcohol. Todos menos los abstemios…pero de esos no puedo hablar.

Publicado primero en Unadocenade.

viernes, 28 de junio de 2013

EN GIJÓN CON BRUCE.


Me duelen los pies, me suda la cintura, el canalillo, la espalda. Se me ha dormido el meñique del pie derecho. Tengo la camiseta empapada, la garganta seca. Estoy sin voz. 

-          Tenías que verte. Estás feliz. No paras de sonreír y te brillan los ojos.
-          Soy feliz.
-          Tenías que verte…no has parado de bailar y de cantar.
-          Lo sé.
-          Ha molado muchísimo.
-          ¿A que si?? Incluso tú has flipado.
-          Es el puto amo.
-          ¡¡Si!!!!!
-          Pero mola más verte a ti completamente en éxtasis. ¡¡y quita esa sonrisa ya!!!
-          No puedo.
-          Tengo hambre
-          Yo no.
-          Ya, ya sé que tú no tienes ni hambre, ni sed, ni sientes ni padeces…
-          Estoy feliz…
-          Que siiiiiii…que ya lo vemossss…

***********

Thunder Road. Acústica. Guitarra y armónica. Se está acabando… ¿Cuándo será la próxima vez?

Traca final. Bailo completamente enloquecida. Salto. Bailo. Me rio. Me doy la vuelta…bailo con Juan, con Mónica, con Fede. Con desconocidos que pasan a mi lado. Canto. Ya casi no tengo voz. Seven nights to rock….seven nights to rock.  Dancing in the dark…sigo sin ser la chica que saca, pero me da igual. Además si alguna vez me saca creo que luego me moriría, así que puedo esperar unos años todavía.

************


Estoy delante. Soy bajita y no me importa, tengo un tamaño manejable. Sólo echo de menos ser más alta en los conciertos de Bruce, cuando mis cervicales y mis dedos de los pies se quejan a gritos del esfuerzo que les estoy pidiendo. Estoy en medio de una nube de altos.  Lloro cuando Bruce toca Drive all night. Hay 30.000 mil personas y yo me siento como si me la cantara a mi sola…nunca la había escuchado en directo.

Miro el reloj. ¿Dos horas? ¿Han pasado dos horas? ¿Dónde están las últimas dos horas de mi vida? No puede ser que hayan pasado así  de rápido…

******************

Because the night, She ´s the one, Spritis in the night,.pufff…me flipan todas. Y como baila…ese movimiento de cadera es lo más sexy del mundo mundial.  

Tengo que ir al baño. Tengo que ir al baño, tengo que ir al baño. Nunca va a ser buen momento, pero mejor ahora que todavía hay luz. Esas cabinas del demonio que ponen no tienen luz y en cuanto se haga de noche ir al baño  es entrar en un pozo negro a hacer equilibrios para no tocar ese plástico asqueroso. Además están pensadas para tías de 1, 80 y la única manera de no tocar nada es hacer pis de puntillas….pero tengo que ir…a ver si no hay 60 tías en la cola. Estoy de suerte, somos 5 y además bailamos enloquecidas mientras esperamos.

Ain ´t no good enough for you…¡¡No me lo creo!!! ¡Es de mis favoritas y estaba en mi post de la docena de ayer!!! En un nanosegundo pienso en que molaría decir algo en twitter, pero no tengo tiempo ni para twitter, ni para el móvil, ni para nada que no sea saltar, cantar y bailar y sonreír.

*******************
Sale Bruce. Joder. Parezco una adolescente, pero le veo salir, pararse, levantar la guitarra y sonreír y no quiero estar en ningún otro sitio del mundo. Tengo 40 años y soy medianamente inteligente y sé que es irracional…pero me da igual. Tengo hasta escalofríos y soy feliz. A ningún hombre del planeta le quedan los vaqueros, el chaleco y la corbata así…es más cualquier otro tío con esa pinta me daría repelús…y sin embargo aquí ando, babeando. Soy feliz.

Sale la banda…me pongo nerviosa.

**********************

La ola en el estadio.  Espera. Lleva media hora de retraso, me da igual. Ya estoy en mi trance. Estamos un grupo de 9 y yo ya no veo a nadie. No hablo, no pienso. Miro a mí alrededor. Delante hay una pareja que además de no pegar nada entre ellos, él me da mal rollo, es como antiguo. Lleva un polo azul con los cuellos levantados y es una especie de cruce entre Victor Manuel y José Sacristán…ella se ha planchado el pelo para venir al concierto y tiene ojos de pez. Miro hacia atrás, veo los rizos de Juan, no me he perdido.

Cuento 3 absurdas en chanclas. 4 tías en sandalias de tacón. A esas tías habría que quitarles el carnet de conducir si lo tienen. Si no saben qué  calzado hay que ponerse para estar de pie 5 horas entre una muchedumbre ¿cómo van a saber manejar un  coche? Seguro que si escribo este pensamiento alguien entrará a decirme que siempre hablo mal de las mujeres. Bajo la mirada…busco y busco y busco…si, allí hay un tío en chanclas. Que le quiten el carnet también. 

**************************

Nervios. Nervios. Me siento en el suelo. Me levanto. Voy al baño. 80 tías en la cola. No puedo esperar ahí. Vuelvo a nuestro sitio. Me siento. Me levanto. Hago fotos.

-          ¡QUIERES PARAR QUIETA!!
-          No puedo.
-          SI PUEDES. PARA QUIETA.
-          Encima que os he traído a Gijón a ver a Bruce…
-          Jajajajaja…pero qué morro tienes. Yo compré las entradas.
-          Porque yo te lo propuse.
-          Cierto.
-          Y el coche era mío.
-          Es de Molimadre y he conducido yo.
-          Sabes que el espíritu de este viaje soy yo.
-          Vale...pero ¡PARA QUIETA!!

****************

Voy a buscar a los de la docena. Sé que están a la izquierda de la caseta. Los busco poniéndome de puntillas. Me descojono, como si ponerme de puntillas me fuera a hacer ver algo. Tengo suerte y los veo. Llego dando saltitos…parezco un hobbit, y no puedo parar quieta.

-          Hombreee…la famosa escritora.
-          Iros un poquito a tomar por saco.
-          ¿Dónde estáis?
-          Justo al otro lado de la caseta...allí hay menos gente. Venid para allá.
-          Espera…
-          No, no espero...me voy para allá.

*****************


Entramos en el estadio. Justo en la puerta me ha asaltado Alma…
-          ¿Eres Moli?
-          Siiii... ¿cómo me has reconocido?
-          Jajajaja...era fácil. Las fotos, la camiseta…
-          Yo no te hubiera visto, ya estoy en modo Bruce.

*********************
Apuro el segundo Gin Tonic.

-          ¿Nos vamos ya? ¿Nos vamos ya? ¿Nos vamos ya?
-          Joder Moli...tranquilizate, que no hay prisa.
-          Es que ya son las 7. Empieza en dos horas.
-          Si, y estamos a 10 minutos andando.
-          Pero es que empieza en dos horas…
-          ¡TE QUIERES TRANQUILIZAR! Además, estamos esperando a que se cargue tu móvil porque otra vez te has quedado sin batería…¡¡celebrity!! Que desde que eres famosa…
-          …sois unos cabrones.
-          Si...y además nos hemos descojonado con tus amigos los de la docena.
-          Seguro que habéis hecho pandilla contra mí.
-          POR SUPUESTO.
-          Y vosotros habréis sido los peores.
-          Por supuesto…ya sabes que te queremos así que te damos más caña que nadie.
-          ¿nos vamos ya?
-          Joder que cansina eres...celebrityyyyy

*****************


A comer con los de la docena y Marina, otra descerebrada enamorada de Bruce y que además trae mi libro para que se lo firme.

-          ¿Qué quieres comer, Moli?
-          Yo nada.
-          ¿Cómo que nada?
-          No puedo comer nada…tengo el estómago cerrado.
-          Venga hombre no jodas…algo tienes que comer que luego no aguantas.
-          Lo que pidáis me parece bien…
-          Desde que eres famosa…
-          ….iros todos a tomar por culo un poquito con el tema….
-          ¿y esa camiseta?
-          ¿Qué le pasa? Moli mola mil.
-          ¿te la has hecho ahora?
-          NO...lis ti llo. Me la regalaron hace dos años.

*****************

Paseo por la playa. Me pongo el jersey. Me lo quito. Me pongo el pañuelo al cuello. Me lo quito. Sombra. Sol. Viento. Adoro este clima.

Desayuno con café con leche y brownies que hemos traído de Madrid.

**********************

Me despierto. Juan y Andrea duermen. Miro el techo. La cabaña mola. ¿Se despertarán ya? ¿Hago ruido? Juan lleva tapones, tendré que hacer mucho ruido o molestarle mucho. Estoy reventada de sueño y de dolor de cabeza. Debería dormir un poco más y tomarme algo. No voy a poder dormir más de los nervios y no tengo medicamentos…soy un desastre. Juan seguro que tiene… ¿le despierto? Como le despierte me pega.

****************


-          Moli…apagamos la luz.
-          Si, voy. Una cosa Juan…
-          Dimeee…
-          Yo te adoro, pero los calzoncillos verde esmeralda son demasiado incluso para mí.
-          Son azul cian.
-          ¿Azul cian?
-          Si Moli, en impresión hay cuatro colores…
-          Eso ya lo sé…pero de verdad te crees que azul cian es un color de calzoncillos adecuado.
-          …pues no lo había pensado…
-          Si tienes más de 3 años, 4 si me apuras es totalmente imposible llevar calzoncillos azul cian con dignidad. Y eso sin entrar a considerar la posibilidad de un encuentro lujurioso y lascivo…
-          Valeeee…tienes razón, lo sabía al ponérmelos. Sabía que me lo ibas a decir.
-          Y entonces ¿por qué te lo has puesto?
-          Eran los únicos limpios que tenía.
-          Jajajajajajajajaja…vale.

**********************

Me voy a ver a Bruce. 




Aquí las fotos por si alguien tiene curiosidad. 




martes, 25 de junio de 2013

UNA VEZ MÁS

La bolsa. ¿Dónde coño está la bolsa azul? La enorme no, la mediana, la de “solo necesito meter el pijama, unas bragas y una camiseta” ¿Dónde la hemos escondido? No tengo tiempo de ponerme a buscar ahora…ya lo pensaré la semana que viene. La maleta de ejecutiva y a tomar por culo. A ver, cosas que no se me pueden olvidar. El pijama, de pantalón largo que luego dicen que allí hace frio. ¿Qué problema tienen con el frio? Vestirse para pasar un día de calor extremo en Mordor es un problema. 22 grados es una temperatura cojonuda, ni sudor de canalillo ni nada. Ropa interior, conjuntada siempre como dice Molimadre. Unos vaqueros. Un cinturón que se me caen, es curioso, siempre pensé que el cinturón era más bien algo de adorno…y resulta que no, que impide que se me caigan los pantalones.  Camisetas. Lade Bruce y la de “Moli mola mil”…no sé si me atreveré a ponérmela…a lo mejor debajo de la otra. ¿La llevo o no la llevo? La llevo y otra por si acaso no me atrevo.  ¿Qué más? El cargador del móvil, la batería de repuesto, como me quede sin batería se de alguno que me cruje. Un libro. ¿Tendré tiempo para leer? Seguro que sí. Mañana me despertaré a esa hora absurda a la que me despierto siempre  y seguro que tengo que esperar horas a que los demás se levanten. Me lo llevo.  ¿Qué más? ¿Las entradas? Las tiene Juan. Tengo que mandarle 25 mensajes para que no se le olvide. Me acuerdo cuando fuimos a Gijón a ver a los Rolling hace mil años. Cada vez que parábamos en algún sitio, al montarnos en el coche Juan hacia “checking”, sacaba la cartera y miraba si llevaba las entradas y dinero, comprobaba que llevaba las llaves y no sé qué más. Joder. ¿En qué año fue eso? Hace mil. ¡Las zapatillas! ¿Las rojas o las blancas? Los calcetines. Las rojas tienen mil años pero me flipan…las blancas están más nuevas, mejor las rojas, la mejor manera de conseguir destrozar unas zapas blancas es llevarlas a un concierto. A ver cuántas absurdas con sandalias de tacón veo en el concierto. Es acojonante, pero un concierto en Gijón y habrá tipas trepadas en sandalias y otras perdiendo las chanclas. ¿Qué más? Un jersey. La cazadora vaquera. Sé que no voy a usarla pero en fin, al coche y listo. Algo se me olvida. ¡Un bolso pequeño en bandolera! Esto tiene su complicación. No puede ser enorme pero tampoco una absurdez donde no me quepa nada. ¿Este? Si. Caben las gafas de ver, las de sol, el móvil, la cartera y la batería de repuesto del móvil. ¡Ah sí!..Y los tampones... ¿estará Amaia Salamanca en el concierto?  Me desconcentro. ¿Qué más? ¿El hotel? Ni idea, de esto se encargan Fede y Mónica que van de "padres", yo voy a tiro hecho y de solterismo. Paso de preocuparme. Tengo que sacar pasta. 

¿Ya está todo? Creo que sí.

Estoy atacada pero sé que en nada adquiriré un superpoder que mola muchísimo y que me hace feliz. Durante unas horas, días en este caso, no pienso en nada más que en él.  Todo lo demás me da exactamente igual.

Sincronicemos relojes.

En 4 horas salgo para Gijón.

Otra vez a ver a Bruce.


 Y con ésta serán 13. A lo mejor es mi día de suerte y me toca ser la chica. 

lunes, 24 de junio de 2013

EUROPA SON LOS PADRES

Hoy toca un post culturetas, un post de pensar. Un post que no lee casi nadie, pero que a mí me sirve de mucho. Me hace pensar al escribirlo y si le sirve  alguien más, pues cojonudo.

Europa: un continente.
Europa: dos guerras europeas que acabaron siendo mundiales y que cada una a su manera cambiaron el mundo.
Europa, Comunidad Económica Europea: un recuerdo de la infancia, entramos en algo llamado así y parecía bueno.
Europa: algo llamado acuerdo de Schengen que por una parte molaba porque parecía que eras más europeo y por otro lado le quitaba magia a eso de cruzar fronteras y sentirse por unos momentos un poco espía, un poco contrabandista...
Europa: el euro. Hacer cálculos. Acostumbrarse a una moneda nueva. Redondeo. Todo más caro.
Europa: rescate. Ajustes. Más ajustes. Más ajustes.

Si me siento a pensarlo todo esto sabía yo de Europa en la nebulosa de mi cerebro antes de sentarme a leer ¿Una gran ilusión? Un ensayo sobre Europa de Tony Judt.

Judt por supuesto sabe un huevo de cosas sobre Europa y las explica muy bien. No voy a decir que es un libro entretenido porque el tema es muy árido. Hay temas entretenidos, temas amenos y luego en el otro extremo del espectro, entre las cosas “espantosas, densas, complejas, con muy poco sentido y chungas de explicar”...está la política europea. Judt por tanto hace un esfuerzo por explicar qué es Europa y qué sentido puede tener. Se aprende mucho pero no es una juerga. Es algo así como cuando tenías un buen profesor con el que aprendías mucho pero tenías que esforzarte un huevo...pues igual.

Al grano. Se trata de tres conferencias que Judt pronunció en 1995 en Bolonia y que le había encargado el New York Review of Books y Hill And Wang (que creo que es una editorial). Cada una de las conferencias se centra en un aspecto de Europa.

Una de las primeras cosas que me ha llamado la atención es que frente al furor por creer que ese concepto tan poco claro que es “Europa”, “Bruselas”, o que la “Unión Europea” es la única solución a los problemas de los distintos países, Judt ya en 1996 se declara muy poco convencido de eso...de hecho nada convencido.

“Soy un europeo entusiasta; ninguna persona bien informada podría desear seriamente volver al combativo y mutuamente enemistado círculo de sospechas y naciones introvertidas que el continente europeo ha sido en el pasado reciente. Todo lo que nos aleje de aquella Europa es bueno; cuanto más mejor.
Pero una cosa es creer que algo es deseable y otra muy distinta considerarlo posible. Y lo que yo sostengo en este ensayo es que una Europa verdaderamente unida es algo demasiado improbable como para que insistir en ello no resulte tan insensato como engañoso. De modo que eso me convierte en un europesimista”

Judt tampoco cree que la Unión Europea vaya a poder crecer indefinidamente aceptando a todos los países de la zona este.

“He tratado de establecer que, al margen de que el futuro de los antiguos Estados comunistas de la Europa del Este deba encuadrarse dentro de una Europa plenamente integrada, el hecho es que lo más probable es que esto no ocurra, y sería por tanto mucho más prudente dejar de realizar promesas al respecto”

Recuerdo que el libro está basado en unas conferencias de  1996, hace 17 años. Desde entonces la creencia en que Europa es la solución a todos los males de los países que ya forman parte de la Unión Europea como la de que todos los países para crecer deben estar incluidos en ella no ha hecho más que crecer y crecer. ¿Ha sido real? ¿Es real? En mi opinión...solo en una pequeña, pequeñísima parte. Es como los Reyes Magos, molaría que fuera todo verdad y te pudieran traer todo lo que pides...pero al final te traen calcetines que no son de tu talla y hay que conformarse.

El primer capítulo es el que da título a todo el libro. “¿Una gran ilusión?” Judt hace un repaso histórico bastante exhaustivo a la creación de lo que ahora conocemos como la Unión Europea, Europa con mayúsculas.

Europa se montó sobre los restos que quedaron después de la IIGM, sobre los intereses franceses y alemanes que no estaban pensando en crear nada “para todos”  sino en defender lo que era suyo. Judt lo explica genial.

“No fue el idealismo lo que movió a los europeos en aquellos años, ni tampoco los imperativos evidentes del destino histórico. Fueron muy pocos los que durante los años de posguerra sugirieron la unión natural e inevitable de los supervivientes de la guerra de Hitler”.

Vamos, que la Unión Europea no fue una reunión de buen rollo en plan “No vamos a pelearnos, vamos a llevarnos bien y así juntos podremos hacer más cosas y viviremos felices y comeremos perdices ayudándonos mutuamente” y sacaron la guitarra y cantaron alrededor de un fuego de campamento.  

Fue algo mucho más político, interesado y menos altruista. Los alemanes necesitaban pasta para reconstruir el país y su economía pero sin que se notara mucho y los franceses necesitaban seguir creyendo que eran el centro del continente, el eje político. Vamos, lo que siempre han necesitado creer los franceses, que son el centro del universo conocido y por conocer.

La esencia del condominio en torno al que Europa Occidental se construyó reside en un acuerdo de interés para ambas partes: que los alemanes tendrían los medios económicos (para su reconstrucción) y que los franceses mantendrían la iniciativa política. En los primerísimos años, claro está, los alemanes todavía no habían adquirido su actual riqueza y el predominio francés era real. Pero a partir de mediados de la década de 1950, esto dejó de ser así: a partir de entonces la hegemonía de Francia en los asuntos de Europa occidental descansaba en un arma nuclear que el país no podía utilizar, un ejército que no podía desplegarse dentro del continente y una posición internacional derivada en gran medida de la interesada magnanimidad de las tres potencias victoriosas al final de la guerra. La premisa tácita de las relaciones Francia con Alemania Occidental era ésta: tú haces como que no eres poderosa y nosotros haremos como que no nos damos cuenta de que lo eres”.

Judt cuenta qué otros factores aparte de este “ni contigo ni sin ti” que bailaban Francia y Alemania hicieron posible el desarrollo de la Europa occidental moderna.

“El primero fue  sencillamente el impacto de la guerra en sí”. Me ha flipado esta idea porque por supuesto jamás lo había pensado. Sostiene Judt que  todos los países que participaron en la guerra (los beligerantes y los ocupados)  movilizaron cantidad de recursos  y a toda su población de una manera desconocida hasta entonces. En países como ocupados como Bélgica y Checoslovaquia la producción para la industria militar alemana y la falta de protestas laborales hizo que hubiera una acumulación de beneficios que dio “un primer impulso a la modernización acaecida durante la posguerra”. La idea que sostiene Judt es que como durante la guerra el Estado estaba implicado en absolutamente todos los aspectos de la vida diaria...se dio por hecho que durante la paz esto debía seguir siendo igual, por lo que los países europeos estaban en cierta manera “más receptivos” a aceptar “una organización económica y social centralizada, compartida en mayor o menor grado por las principales agrupaciones políticas de todos los países europeos”. La aceptación de esta idea hizo más fácil la reconstrucción tanto a nivel nacional como a nivel internacional durante la posguerra.

El segundo factor fue la Guerra Fría. Desde 1947 estaba claro que la Unión Soviética era una amenaza para Europa del Este así que convenía que los países de Europa occidental llegarán a alguna alianza entre ellos y con Estados Unidos. El peligro de una guerra con la Unión Soviética hubiera obligado a rearmarse a Europa y eso era algo que económicamente no podía permitirse, pero la ayuda de EEUU consiguió que aumentara el grado de unión y colaboración de los europeos entre sí  mientras que les  ahorraba los gastos militares de los que se ocupaban los americanos.

El tercer factor fue “la desastrosa reciente crisis económica del continente lo que dotó de una especial naturaleza al subsiguiente boom”. Básicamente, explica Judt, que como en la primera mitad del siglo XX los europeos nos dedicamos a pegarnos unos con otros, llevar unas políticas económicas desastrosas y destruir todas las infraestructuras que podrían haber servido para algo,  en 1945 Europa occidental no es que estuviera al nivel de 1929 o 1918, sino que estaba como en 1913. Un completo desastre al que se puso solución aplicando políticas pospuestas durante una generación y que no solo mejoraron la situación económica sino también introdujeron mejoras “en los derechos de los arrendatarios, las pensiones garantizadas por el Estado, los seguros médicos y de accidentes, los derechos sindicales, vacaciones pagadas y viviendas subvencionadas de buena calidad; Europa occidental comenzó un largo proceso de puesta al día en el terreno de los derechos sociales y del Estado del bienestar, previsto ya en las reformas políticas y legales del siglo anterior”.

El último factor fue la revolución agraria. Esto suena tan a colegio.

Judt sostiene que estos cuatro factores son irrepetibles, ni habrá una guerra que arrase el continente (esperemos), ni la agricultura sufrirá una gran revolución, ni habrá que recuperar 50 años de atraso económico y social (Judt escribió esto en 1996, no sé qué opinaría hoy) y tampoco tendrá  que unirse por la necesidad de hacerlo o por la coincidencia de la amenaza comunista y el apoyo estadounidense. Fueron unas circunstancias únicas que permitieron la prosperidad de  Europa y que “nadie más volverá a tener la misma suerte” de encontrarse.

En el último ensayo y el epílogo del libro, Judt intenta explicar qué podemos esperar de la Unión Europea. (En el segundo habla sobre la integración de la Europa del Este).

Lo que distingue a Europa Occidental  de otras regiones y también de Estados Unidos es el bienestar social que protege ( en mayor o menor medida) la salud y la protección de los ciudadanos de todos sus miembros. Judt sostiene que las prestaciones sociales además de su valor intrínseco han servido como estabilizador social, como seguro político.  Dice Judt en 1996 que de no haber sido por ese estado de bienestar la depresión económica de los años 90 hubiera desembocado en unas consecuencias desastrosas....En fin, esto es exactamente lo que está pasando ahora. El desmantelamiento del estado del bienestar a golpe de “ajustes” ha hecho que las protestas y la inseguridad política aumenten (con razón) en toda Europa...y según mi humilde opinión irá a más.

Judt sostiene que Europa no es la solución para todo, que el mantra de “Europa” no va a servir para solucionar los problemas de cada uno de sus miembros. Cree que “las unidades transnacionales sobredimensionadas padecen de un perenne “déficit democrático”, que es precisamente la acusación a la que ahora se enfrenta la Unión Europea y a la que es especialmente susceptible. Pero, funcionen o no bien en cuanto a la administración de las cosas, cuando se trata de gobernar a la gente, resultan demasiado grandes, demasiado distantes, e inevitablemente acaban desintegrándose en sus partes. También para asegurar que dichas partes no se hayan debilitado excesivamente y sea imposible repararlas”.

Más claro agua.

Las conclusiones a las que llega Judt hace un montón de años son que la Unión Europea no puede prometer (aunque lo esté haciendo) mantener unas condiciones de bienestar y progreso económico como las que han tenido en su pasado. Tampoco va a poder asumir la incorporación de los países del Este por lo que debería dejar de prometer, negociar y exigir condiciones a futuros estados que sabe que no podrá acoger y que de hacerlo será en unas condiciones muy distintas de las actuales. Judt incluso dice que la Europa del futuro será la que quiera Alemania o no será, y que ni Italia, ni España y puede que ni Gran Bretaña, cumplan las condiciones que imponga Alemania...así que plantearse que algún país del Este pueda cumplirlas es ciencia ficción.

Judt dice muchísimas más cosas...y las dice muy bien, pero me quedo con su última conclusión.

Si vemos la Unión Europea como una solución para todo, invocando la palabra “Europa” como una mantra, enarbolando el estandarte de “Europa” frente a los recalcitrantes herejes “nacionalistas” y gritando “¡abjurad, abjurad!”, un día nos daremos cuenta de que, lejos de resolver los problemas de nuestro continente, el mito de “Europa” se habrá convertido en un impedimento para saber reconocerlos. Descubriremos que ha pasado a ser poco más que la forma políticamente correcta de hacer la vista gorda ante las dificultades locales, como si una mera invocación de la promesa de Europa sirviera para tapar los problemas y las crisis que realmente afectan a ese lugar. Pocos desearían negar la existencia ontológica de Europa, por decirlo así. Y existe una cierta ventaja autocumplida en hablar de ella como si realmente existiera en un sentido más profundo, más colectivo; el mero deseo puede ayudar a generar este pensamiento y de hecho ya lo hace en bastante medida. Pero hay algunas cosas que por sí mismo no puede lograr, algunos problemas que no puede solucionar. “Europa” es algo más que un concepto geográfico, pero no llega a ser una respuesta”. (las negritas son mías) 
Europa no es la solución y tampoco puede ser la excusa para sacrificarnos a todos. 

domingo, 23 de junio de 2013

UNA DOCENA DE RAZONES PARA SEGUIR ESCRIBIENDO A MANO



Móviles, tabletas, ordenadores. Evernote, whatasp, google docs, notas de audio, grabadores de voz. Vivimos inmersos en todo un mundo de posibilidades para grabar los pensamientos al minuto, para registrarlos casi en el mismo momento en que surgen en nuestra cabeza y no olvidarlos.

Cada vez se escribe más pero se escribe “peor”. Estamos perdiendo una habilidad adquirida por los humanos hace miles de años, una habilidad que era sinónimo de cultura, de conocimiento y de sabiduría y que además por un lado permitía comunicarse con otras personas al compartir un lenguaje, una gramática y unos signos (distintos en cada idioma) y a la vez era intensamente personal porque cada uno tenía su propia caligrafía y estilo de letra.

Ahora mismo, cada vez hay menos gente que acarree un cuaderno para escribir sus impresiones a mano, que lleve un boli o una pluma favorita para anotar sus pensamientos o que escriba un diario que no sea un blog. La escritura a mano está desapareciendo y a mi modo de ver es una gran pérdida.

Escribir a mano es una experiencia increíblemente satisfactoria, muy muy personal y que tiene un montón de beneficios.

1. Todos podemos escribir a mano.
Los que trabajamos con ordenadores, escribimos informes, blogs, nos comunicamos por correo electrónico y estamos todo el día conectados,  creemos que el manejo de un procesador de textos es una habilidad tan común y extendida como comer con cubiertos...y no es para nada así. Hay muchísima gente a la que la sola idea de enfrentarse a un ordenador y empezar a escribir le provoca sudores fríos y siente una terrible desconfianza hacia esas letras que salen en la pantalla y que asocian a “escritura seria”, a informes oficiales, a cartas del banco. Escribir en un ordenador siempre parece tener una connotación de seriedad que no tiene porqué tener la escritura con un papel y un boli.

Frente a la extrañeza o distancia que puede suponer un dispositivo electrónico a la hora de escribir, un papel y un lápiz siempre son “casa”, siempre son cercanos, conocidos y accesibles. Todos sabemos escribir a mano, todos aprendimos en el colegio y enfrentados a la necesidad de dejar por escrito una idea, una nota, una petición o la lista de la compra, todos sabemos hacerlo.

2.Ayuda a ordenar ideas.
Escribir, ya sea en un ordenador o a mano,  siempre ayuda a fijar las ideas, a recordar cosas y a expresar pensamientos que pululan por nuestra cabeza sin una forma definida.  Escribirlos a mano nos los hace reconocibles, las ideas que plasmamos en una pantalla dejan en cierta manera de ser “nuestras” para pasar a ser reconocibles o asumibles por cualquier lector. Escribirlas a mano las hace más nuestras, más reconocibles para nosotros mismos y además el solo acto de escribir a mano, de dejar fluir la letra hace que el hilo del pensamiento sea continuo y no a “trompicones” como cuando se escribe en una pantalla. Cuando se escribe a mano no se para, un pensamiento hila con otro en una especie de retroalimentación, la letra que va fluyendo inspira la siguiente palabra y la siguiente frase. En el ordenador uno escribe, para...piensa..escribe. Es un proceso distinto.

3. Crea adicción.
La primera vez que uno coge un cuaderno y lo mete en el bolso, la mochila o la chaqueta para ir a algún sitio y de repente se encuentra escribiendo en un autobús, en un parque, esperando a alguien,  se sorprende. Uno piensa ¿Qué hago escribiendo esto aquí? No es importante...pero luego poco a poco, se siente cojo si sale de casa sin un cuaderno, la sola idea de pensar que se nos ocurra una idea y no tener donde anotarla provoca vértigo. Sí, siempre queda la opción de la nota en el móvil, pero una vez que te has acostumbrado a escribirlo en un cuaderno, la nota en el evernote o la grabación de audio no te satisface para nada, es meramente un recordatorio que ni siquiera sabes si te servirá de algo después, cuando quieras desarrollarla.

4. No te mientes
Escribir a mano es siempre más sincero y auténtico que en una pantalla. Un ordenador, un móvil o una tableta siempre tienen un componente “público”, mientras que tu cuaderno y tu bolígrafo crean una atmósfera más personal, más de estar “en casa”. Es tu cuaderno y en principio nadie va a leer lo que tú has escrito así que uno miente menos, elabora menos, no se disfraza y según va cogiendo soltura se deja ir mientras escribe descubriendo pensamientos, sentimientos e ideas que ni siquiera sabía que tenía. Al principio cuesta releer ese ejercicio de sinceridad y apertura total a uno mismo, pero con el tiempo se disfruta y se aprende mucho.

No me estoy refiriendo exclusivamente a ideas personales que puedan ser más íntimas, también ocurre esta sensación cuando se escribe sobre trabajo, sobre ideas para proyectos o lo que sea.

5. Tachar y recuperar
Al escribir en una pantalla, las ideas que no nos gustan, las frases que no nos satisfacen, las expresiones que parecen no encajar desaparecen cuando le damos a “borrar”, se esfuman. Escribiendo a mano, esas malas ideas o cosas que en un determinado momento no nos gustan no desaparecen al tacharlas o al desecharlas al pasar el resto de las ideas a otro documento. Permanecen escritas, puede que para no ser usadas jamás o puede que para esperar el momento en que el al releerlas sean capaces de inspirarte otra línea de pensamiento, otra reflexión que esta vez si te parezca pertinente, interesante o incluso para generar otra serie de ideas valiosas.

6.Reconocerse
Todos tenemos una caligrafía característica con la que nos sentimos más o menos cómodos porque nos ha acompañado desde que aprendimos a escribir en el colegio y todos somos capaces de reconocer nuestras anotaciones en un cuaderno, una hoja o un post it.

No solo reconocemos la letra, sino que somos capaces de reconocer nuestro estado de ánimo en esos trazos. Abres un cuaderno y sabes si lo que estás leyendo lo escribiste con prisa, con pena, con alegría, si estabas deseando terminarlo, si lo escribiste  porque necesitabas sacar todo eso de dentro o si disfrutaste poniéndolo por escrito. Te lees y por cómo es el trazo, por cómo está de apretada la letra, si te cuesta más o menos leerte, te reconoces a ti mismo en un determinado momento de tu pasado escribiendo eso.

La escritura en pantalla no puede reflejar nada de eso.

Un texto manuscrito tiene personalidad por el fondo y por la forma, proporciona información por lo que cuenta  y por cómo está contado. Un texto en un ordenador no tiene personalidad más allá de su contenido, son todos iguales, no hay  nada más allá de su  contenido, la forma no importa.

7. Escribir a mano es más eficaz para fijar la memoria.
Escribir en una pantalla siempre es igual, además ahora mismo con todas las posibilidades de guardar documentos en la nube, un mismo documento puedes abrirlo en tu casa, en el despacho, en un hotel, en un viaje de trabajo y escribir en él. Escribir a mano sin embargo tiene un componente físico que ayuda a fijar los recuerdos. Recuerdas el banco donde te sentaste con el cuaderno a escribir mientras esperabas a algo, la cama de hotel donde te tumbaste a escribir sobre un día en una nueva ciudad, porque escribir a mano tiene un componente sensorial que cambia según el emplazamiento...

Los documentos en pantalla son todos iguales. Cuando escribes a mano, añades un referente “espacial”, eres capaz de recordar si lo que escribiste lo hiciste en la página de la derecha o de la izquierda, si estaba al principio o al final de la hoja, si empezabas un párrafo o no...

8.Uso de papelería: cuadernos, bolis, plumas, lápices, etc.
El placer de buscar un cuaderno exactamente cómo quieres: rayado, blanco, con cuadrícula, con espiral, encuadernado, de un determinado color, con una ilustración de tu película favorita, con una frase que te inspire...El placer de la primera hoja de ese cuaderno. El placer de terminar un cuaderno y repasar todas esas hojas llenas de escritura, ordenada a veces, caótica otras, anotaciones que ni siquiera recuerdas que eran, nombres, teléfonos...una especie de repaso rápido a esa etapa de tu vida en la que ese cuaderno te ha acompañado.

Escribir con pluma cambiando las tintas, escribir con lápices hasta que se gastan completamente, descubrir bolígrafos nuevos, experimentar con el modo en que cambia la letra según con qué escribas....

9. Anotar a mano como paso previo a pasarlo al ordenador.
Hacer un esquema, hacer una lista, anotar los cuatro o cinco pensamientos que surgen antes de enfrentarse a escribir cualquier tipo de documento en un ordenador ayuda después a redactar ese trabajo sobre una base previa, las anotaciones a mano como un armazón sobre el que montar la construcción definitiva.  Ayuda a no abrir el documento en el ordenador y decir ¿Y ahora de qué escribo?, sirve de “cimientos” a lo que se quiere decir después.

10.Las cartas.
El email, los mensajes, el wasap tienen un millón de ventajas aunque nos han hecho increíblemente impacientes, pero es indudable que la inmediatez de recibir la información, las noticias o lo que sea es una mejora notable en la comunicación.

Sin embargo nada de eso tiene el encanto de una carta manuscrita, de una nota. Recibir una carta manuscrita o escribirla,  provoca sensaciones y sentimientos completamente diferentes, escribir una carta a mano requiere un tono y un ritmo que no se parecen en nada a un mail.

Ni que decir tiene que una carta manuscrita siempre es distinta mientras que un email de trabajo, de un amigo o de tu banco, tienen todos el mismo aspecto.

11.Escribir por escribir.
Con una anotación en el evernote, una grabación de audio, un recordatorio en el ordenador siempre se tiene una intención, un propósito. La mayoría de las veces no va más allá de “no olvidarlo” para luego hacer algo con ello: un informe, un post, un tweet jocoso, la compra al volver a casa. La escritura a mano puede tener ese propósito, llamémoslo práctico pero puede hacerse sin ninguna intención más allá de dejar fluir los pensamientos y escribir lo que va surgiendo esperando qué se nos ocurra algo mientras escribimos o sin esperar nada y encontrándolo por sorpresa al final de una frase.

12.  Los textos manuscritos se pueden quemar.

“Eliminar”, “borrar”, “enviar a la papelera”, “vaciar papelera”.

Eliminar, borrar o suprimir no tienen ni de lejos el mismo encanto que quemar tus escritos.

¿Está seguro de que desea vaciar la papelera/eliminar/borrar? Esta acción no podrá deshacerse”

Una vez que tiras la cerilla o echas los papeles  a la chimenea, no hay vuelta atrás. Más drástico pero mucho más contundente.

Las pantallas, internet, las redes sociales, poder compartir nuestras ideas y nuestros pensamientos al instante, dejarlos registrados sin miedo a que se nos olviden y poder retomarlos desde cualquier lugar del planeta con red es sin duda una gran ventaja, de eso no hay duda.  Pero escribir a mano, abrir un cuaderno y, gracias al movimiento inconsciente de nuestros dedos llevando a cabo gestos que aprendimos casi sin darnos cuenta, ver nuestros pensamientos plasmados en un papel en un hilo invisible que conecta nuestro cerebro con la tinta que se fija en el papel es una experiencia que no debemos perder.

Publicado primero en unadocenade.