domingo, 24 de agosto de 2014

Vacaciones a la francesa (I)


Conduzco. Hablamos de ciento veinticinco cosas a la vez en una sucesión sin ningún tipo de sentido más que para nosotros. 

- A ver Juan, ¿Me estás diciendo que no estoy en tu grupo de "personas escogidas"?
- A ver, no te pongas así. Lo estás tergiversando. 
- Ah ¿si? ¿Cómo se tergiversa la frase "Moli, no estás en mi grupo de personas escogidas"?
- Le estás dando una importancia que no tiene. 
- Una mierda. A ver, ¿quién está en ese grupo?
- Mi madre, mi tía, mis inquilinos.
- ¿Tus inquilinos están en el grupo de "personas escogidas" que pueden llamarte por la noche y YO NO?
- Lo estás sacando de quicio, es por si tienen una emergencia.
- ¿Me estás diciendo que si yo tengo una emergencia y te llamo por la noche no sonara tu móvil pero si a un inquilino que no sabes ni que cara tiene se le rompe un grifo si podrá perturbar tu sueño??
- ¿Qué clase de emergencia puedes tener tú?
- ¡Yo que sé! me quedo sin llaves, ligo y necesito contártelo, me quedo tirada con el coche, ligo y me proponen un trío.
- Vale, te meto en el grupo esta misma noche.
- Esta noche no hace falta, dormimos la misma cama. 
- ¿Ves como eres escogida?

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Toulouse. Escogimos la ciudad un poco al tún tún y el hotel por nuestra científica combinación de: wifi + parking + criterio de las colchas. El resultado es un hotel coqueto en una ubicación estupenda, con un wifi regulero y sin colcha. La habitación está más allá de ser coqueta, es canija pero conseguimos no molestarnos el uno al otro. 

Toulouse. Me sorprende muchísimo y me encanta. Es una ciudad llana, con un centro histórico con vida y unas casas maravillosas de esas que me hacen envidiar a los que viven en ellas. La gente es encantadora y muchísimos hablan español. Acierto de pleno en mi elección de cena el primer día y con mi Carpaccio de Buey con patatas al gratén me sitúo como número 1 en la competición de "a ver quien elige mejor en los restaurantes". Visitamos la estupenda colección de pintura de la Fundación Bemberg y nos morimos de la risa con la catedral y su total falta de coherencia al unir la parte románica con la gótica. Pasamos un buen rato en una librería de comics y cenamos en un indio la segunda noche y vuelvo a ganar con mi pollo de la región de Madras. 

Un río fabuloso y además llueve. 

- Moli, tienes que irte a vivir al norte. La lluvia te alegra el carácter. 

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- Moli, vas muy francesa con esa camiseta de rayas.
- Me lo tomaré como un cumplido, gracias.
- Pero una cosita, ¿por qué cuando yo me pongo mi camiseta a rayas me dices que tengo pinta de gondolero y tú no?
- Mírame, ¿tengo pinta de poder empujar una góndola? 
- Touché. 

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Carcasssone. 

Ciudad medieval en la que te sientes como si estuvieras en medio del Exin Castillos, en el castillo de los clics, en y en una página de Obelix y Compañía. Lamentablemente y como le ha sucedido a otras destinos turísticos ha caído presa de la maldición del "parque temático" que quita encanto y vida a esas ciudades convirtiéndolas en un parque temático donde hordas de turistas pasean, compran y consumen. Hay una tienda de chocolates, una de souvenirs, un cafetín, una tienda de chocolate, una de souvienirs, un cafetín. 




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- Toma anda, el último trozo de la crepe de Nutella para ti. 
- Es mi turno, no te hagas la buena.
- Ya, pero la tengo yo en la mano. Podría comerme este último bocado delicioso dónde se concentra toda la nutella y que además hará que se quede el gusto en la boca...pero te lo voy a dar a ti. 
- Vale Moli, gracias. 
- Que sepas que esto ha sido un gesto de amor supremo que seguro que ninguna de tus personas escogidas haría. 
- Touché. 

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Al salir de Carcassonne, desechamos la autopista y nos metemos por carreteras secundarias flanqueadas por árboles inmensos y que nos llevan a subir la Montaña Negra hasta llegar al país de los cátaros y por fin a Albi. Hacemos el tonto y saltamos.

Continuará...

jueves, 21 de agosto de 2014

Tu primer ahorro ¡chispas!




Si el Sr. Miyagi fuera un gurú de verdad y no un tío que se aprovechaba de la inocencia de un pobrecito para que le hiciera las tareas del hogar, su  famosa frase de “dar cera, pulir cera” hubiera sido “ganar pasta, gastar pasta”. 

El ahorro es misterioso, frustrante, adictivo y un círculo vicioso. 

Nos embarcamos en la tarea del ahorro desde muy pequeños. Tus padres, tus tíos, tus abuelos, tu prima Mari Puri te dan dinero y te dicen “para tu hucha”. Cuando eres pequeño, el simple hecho de echar algo por la ranurita de la hucha proporciona una gran satisfacción. Si eres muy muy pequeño, lo que más mola es que te den muchísima monedas que hagan mucho ruido al caer y que hagan que tu hucha pese muchísimo y suene al agitarla.  

Pronto comprendes  que esa alegría con la que los mayores se desprenden de las monedas no puede ser buena. Comprendes que los billetes son mejores y  te conviertes en un experto en papiroflexia monetaria consiguiendo doblar cualquier billete para que entre por la ranurita.  Por primera vez los mayores te dicen “esto para que lo ahorres”.  No sabes para qué, ni porqué. Lo único que sabes es que no puedes cogerlo. De vez en cuando piensas que quieres comprarte cualquier cosa: un estuche, un boli chulo que se ha puesto de moda, 25 sobres de cromos...y entonces te dicen “No, hombre no...lo de la hucha es para algo importante”. 

Para ti no hay nada más importante ni más vital que el nuevo bolígrafo de 4 colores que tiene toda tu clase, de hecho lo necesitas para poder seguir viviendo pero no hay manera. Te repiten como un mantra:  “lo de la hucha es para algo importante de verdad.” Te pones a pensar entonces en algo grandioso: un viaje a un parque temático, un coche nuevo, una moto, un trampolín para la piscina. Pero tampoco: “no hombre, no...para eso tendrías que ahorrar toda tu vida”.

“Ahorrar toda tu vida”. No sabes porqué pero esa frase no te suena nada bien. La dejas a un lado e intentas pensar algo que sea importante de verdad pero para lo que no tengas que esperar 3 eternidades y media. 

Le das vueltas y más vueltas y al final decides que quieres ahorrar para una bicicleta superchula. 

Con ese objetivo en mente, te pones a ahorrar y aquí descubres la frustración. No puedes gastarte tus ahorrillos en un album de cromos pero para conseguir la bicicleta superchula tus ahorrillos se quedan muy muy cortos; meses y meses de espera aparecen ante tus ojos.  Ansías tener 4 cumpleaños al año, quieres ir siempre ir a visitar a tu prima Maripuri, intentas revalorizar tu trabajo: “Mamá, si me hago la cama ¿cuanto me pagas?” para descubrir que el trabajo como fuente de ingresos para ahorrar no compensa “30 céntimos y da gracias porque lo tendrías que hacer gratis que es tu obligación”. Definitivamente compensa más volver a casa de la tia Maripuri aunque huela a naftalina y las galletas que te de estén rancias. Intuyes que esto es un poquito rastrero pero lo haces por una buena causa, tu bicicleta superchula. 

Cuando esos meses de ahorro y frustración terminan y por fin una tarde al sacar todo de la hucha y recontarlo la cantidad necesaria para tu bici está delante de tus ojos, te enfrentas a un nueva sensación: ¿de verdad esa bicicleta que has estado anhelando durante meses merece tanto la pena como para desprenderte de tus preciosos ahorros y vaciar tu hucha? ¿Será capaz la bicicleta de compensar las horas que has pasado contando y recontando tus ahorros? ¿Compensará la bicicleta las horas y horas que has pasado imaginando aventuras en ella y la cara de envidia de tus amigos? ¿Seguro que quieres la bici? ¿Quieres ser cigarra o hormiga? (Aquí descubres la maldad espantosa que se encuentra agazapada en los cuentos...pero ese es otro tema)

La incertidumbre el ahorrador ha llegado a tu vida. ¿Te gastas lo ahorrado o ahorras un poco más para una bici mejor? 

Le das vueltas, lo piensas, lo repiensas. ¡Bah, total esa bici ya no es tan chula....si comes unas cuantas docenas más de galletas de coco mohosas, se te caen 4 ó 5 dientes para que venga el Ratón Pérez y esperas los 4 meses que quedan para tu nuevo cumpleaños podrás ahorrar lo suficiente para la bicicleta definitiva!

Sentado en tu cama, recoges todos los billetes, los vuelves a doblar por las marcas que meses y meses de papiroflexia han hecho en ellos, los metes en la hucha, la cierras y piensas: voy a seguir ahorrando. 

Ni el Sr. Miyagi ni nadie te lo ha dicho, pero con ese pequeño gesto de no salir a comprarte la bicicleta de tus sueños has puesto la primera piedra para tu hipoteca a 30 años. 

Tu yo de 40 años te dice: ¡sal y cómprate la bici! ¡Ahora! ¡Aprende a comprar! ¡Ya! ¡No seas hormiga!


martes, 19 de agosto de 2014

9 años


Venía pensando que escribir hoy que cumples 9 años.

No se me ocurre nada nuevo que no haya dicho ya o que no suene demasiado cursi.

Y entonces he recordado este vídeo y no hay nada más que decir.

Eres tú, tal cual.

Pícara, divertida, bicho, payasa,  bruja y un completo descojone.


Haciendo el mimo en la caja de cristal. Mirador de Sos. from Molinos on Vimeo.


¡Feliz cumpleaños, princesa!

lunes, 18 de agosto de 2014

En las tapias.

Tapias bajitas que no pretenden ocultar nada. Blancas, anchas y con flores. Detrás grandes edificios con buganvillas, geranios y madreselvas que vamos a “robar”. Tengo 8 años y llevo esperando esta noche desde que llegamos hace 15 días, es la noche del “Paseo por las Tapias”. Hoy no cenamos en pijama, hoy cenamos vestidos de bonito y nos portamos fenomenal sin rechistar por la comida porque esta noche es la más especial de todas las que pasamos en Benidorm cada año.

Después de cenar salimos con Molimadre al paseo marítimo, en la esquina nos subimos a la primera tapia y comenzamos a caminar por ellas bajandonos solo al llegar a las esquinas. Hay tapias más fáciles por las que podríamos casi correr y otras en las que hay que andar muy despacito para no pincharse, para no caerse. En algunas hacemos turnos para que Molimadre nos vaya cogiendo de la mano. Se oye el mar y se ve la playa, pero eso no es lo interesante esta noche. Miramos los jardines de los edificios y decidimos que el jardín de nuestra casa y su piscina es, con mucho, el mejor de toda la zona. Nos sentimos absurdamente orgullosos de nuestra piscina, como si no llevara allí 40 años y fuera mérito nuestro su existencia.

El Gran Hotel Delfín es la parada estrella del paseo de por las tapias. Caminamos despacito acercándonos a la parte central del hotel, la terraza del restaurante donde mayores que a nosotros nos parecen artistas de película cenan a la luz de las velas o bailan las canciones que toca una orquesta. Nos quedamos embobados mirando la escena. En nuestras cabezas no existe nada en el mundo con más glamour y más elegancia que la terraza del Gran Hotel Delfín por la noche.

Volvemos caminando por las tapias, parando de vez en cuando a “robar” esquejes de plantas con flores de colores que Molimadre se empeña en plantar en Los Molinos.  

Me duermo soñando con un futuro lejanísimo en el que seré yo la que bailaré por la noche en la pista del Delfín. Ni siquiera soy capaz de imaginar que  36 años después iré dando la mano a mis hijas para que no se caigan de la tapias y me pregunten: Mami, ¿cuando seamos mayores podremos venir a bailar aquí?

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¿Qué hace que una tapia sea interesante y misteriosa e invite a trepar por ella  o a pegar el ojo? La promesa de algo detrás.  Algo conocido y misterioso, algo que no se conoce pero apetece ver. Algo que prometa imaginar. Detrás de esas tapias hay casas y vidas con las que me gustan fantasear, todas distintas, todas inalcanzables o no.

En el otro extremo están las tapias que proliferan por Madrid, altos muros de ladrillo que esconden y protegen, no se sabe muy bien de qué, a pequeños mundos en miniatura de los que sus habitantes no tienen que salir para nada. Urbanizaciones clónicas. No quiero asomarme a esas tapias, paso rápido a su lado, camino sin fijarme.. porque no quiero saber que hay al otro lado, porque ya se que hay al otro lado y no quiero ni imaginar cómo sería estar atrapada dentro.  

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Una tapia de piedra con musgo antiguo, verde oscuro que siempre está a la sombra. Delante un buzón de correos recién pintado. Amarillo. Brilla. ¿Alguién echa cartas ahí? ¿Lo abrirá el cartero cada día  y todos los días pensará que es trabajo inútil porque ese buzón ya no lo usa nadie? ¿Le hará ilusión encontrar alguna vez una carta en él? ¿Cuando fue la última vez que eso ocurrió?

Puede que fuera cuando yo pasaba las horas muertas sentada en esa tapia. Cuando quedábamos “en el buzón”. No quedábamos para ir a ninguna parte, quedábamos allí para sentarnos en esa tapia y ver pasar las horas y los días. Nos sentábamos y esperábamos a ver quién llegaba, a ver cuántos éramos. Veíamos pasar coches con gente conocida, unas veces saludábamos y otras nos escondíamos. Esperábamos ver pasar al chico que nos gustaba o al que ya no nos gustaba pero queríamos seguir controlando. Comíamos pipas, chupachups “kojac” o chicles de sabor a fresa, con sabor a fresa de verdad y no como ahora que los sabores deberían llamarse “fresa efímera”, “menta en un suspiro”. Nunca me han gustado los chicles.

La tapia del buzón, era una tapia para ver pasar el tiempo; para dejar pasar las horas hasta hacernos mayores. Llegabas a sentarte en esa tapia en el periodo de tiempo en el que eras demasiado mayor para seguir jugando a las chapas, las canicas o polis y cacos y demasiado pequeño para que te dejaran bajar al pueblo. En el buzón estabas cuando estar en casa parecía siempre estar perdiendo el tiempo; lo importante pasaba en la tapia del buzón. Había que estar allí, para ver y que te vieran.  Lo importante era estar en la tapia.

Ahora paso por allí y nunca hay nadie sentado en esa tapia. Me paro a pensarlo y supongo que ahora ya nadie se sienta a ver pasar las horas ni queda “en el buzón”. Los móviles han terminado con la incertidumbre de ir al buzón a ver si hay alguien, no hay espacio para la duda ni para la improvisación.

Ya nadie mira pasar las horas ni come chupachups “kojac”.

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En Los Molinos hay tapias que fueron durante mucho tiempo los límites de los caminos que recorría en bicicleta para ir a casa de mis amigos y a las que no prestaba mucho atención hasta que derepente, un buen día, una de esas tapias se abría para mi porque en uno de esos extraños cruces de amistades que suceden en Los Molinos (¿he contado la teoría de Juan de que todos por aquí hemos intercambiado fluidos corporales con todos en una separación de 3 grados como máximo?) los desconocidos que vivían tras esas tapias se habían convertido en amigos y sus jardines, sus piscinas, sus chimeneas y todos los secretos al otro lado de las tapias se volvían cotidianos, conocidos y habituales.

Hay tapias en Los Molinos que siguen siendo misteriosas, guardianas de maravillosas casas que casi siempre están  cerradas. Tapias comidas por la maleza, oxidadas por el paso de muchos inviernos y muchos veranos sin que nadie las haya repintado, vencidas por el peso de madreselvas, hiedras o setos que nadie ha podado en años...y tras las que se ven casas enormes que en algún momento estuvieron llenas de gente. ¿Por qué dejaron de venir?

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¿Qué piensa quien ve mi tapia? 


jueves, 7 de agosto de 2014

Los Gallipatos: nunca has visto nada igual.


Un fanático de Leonard Cohen, Julio Iglesias, capaz de recitar poemas de Baudelaire y Keats mientras toma whiskys con hielo, poseedor de unas alpargatas blancas que  consigue mantener impolutas cada verano y con unos hábitos culinarios peculiares que incluyen dosis peligrosas de ganchitos, chorizo y pizza congelada. 

Un señor casi de la generación de Molimadre, al borde de la jubilación, capaz de embutirse en unos pantalones verde loro y unas zapatillas de leopardo y pensar que va discreto.  

Un consultor economista, virtuoso de la guitarra eléctrica, padre de tres churumbeles, capaz de sacarme de quicio con dos minutos de conversación y compañero de grandes farras alcohólicas en nuestra más tierna juventud. 

Un jovenzuelo heavy al que yo cuidaba cuando era un niñito de 3 años para ganarme unos dinerillos. 

Un diletante virtuoso del bajo con todo el tiempo libre del mundo,  una dieta a base de bolsas de ensalada de 150 gramos y en cuya casa tengo en propiedad una batamanta nórdica en la que quepo yo y otros dos por lo menos. 

¿Qué tienen en común estos cinco personajes? 

Pues que poseídos por algún tipo de espíritu raruno o convenientemente drogados por sustancias alucinógenas que no han tenido a bien compartir conmigo, hace un par de años formaron uno de los grupos musicales más absurdos de todos los tiempos: Los Gallipatos. 

Los Gallipatos, con dos cojones. Cuando creíamos que no podía haber un nombre pero que "Cinta de lomo" para un grupo musical, estos cinco indocumentados se descolgaron con "Los Gallipatos"....y contra todo pronóstico están triunfando a lo grande. 

Asisto estupefacta a su encumbramiento como grupo de culto. Grandiosos y enormes. Un completo descojone de buen rollo, baile y risas mil.

¿Qué tocan Los Gallipatos?

La frase que mejor define su repertorio es: "No me puedo creer que estén tocando esto" justo antes de lanzarte a cantar y darte cuenta de que tu mente tiene guardado en algún extraño recoveco las letras de un montón de canciones que quizás no querrías recordar. 

Sus conciertos son espectaculares e inesperados. El fanático de Leonard Cohen y el próximo jubilado son las voces cantantes y actúan en un delirio interpretativo que te deja sin palabras. Cantan imitando voces, poses y entre estrofa y estrofa tocan lo que ellos llaman "el pífano" y que no es más que una trompetilla de plástico horrible de las que se compran en los puestos de las ferias. 

Empiezan sus conciertos con un clásico de los 80, una de esas que te lanzan a bailar y a moverte sin control, como si le hubieran dado al ON de tus pies. . Después descubres que todos ponemos la voz de Javier Gurruchaga hablando como un Lobo. Luego un poco de desamor animado  de Los Secretos y luego tras invitar a subir al escenario a todas "las chavalas"  (no hay que olvidar nunca que uno de los objetivos de tener un grupo es ligar) que quieran atacan ese gran himno de letra pegadiza que es "Las chicas son guerreras".  Una concesión a nuestras historias de amor de adolescencia "Un día cualquiera no sabes que hora es...", con esta canción siempre me encuentro pensando si lo de "eres la chica de ayer jugando con las flores de mi jardín" no es una metáfora muy currada sobre sexo de una noche de ese que no te acuerdas muy bien cómo ha pasado. 

Antes de que el público se ablande demasiado y el nivel alcohólico baje...Los Gallipatos se lanzan con un temazo que vuelve el local del revés "Y creo que he bebido más de cuarenta cervezas hoy...." Es increíble como esta canción que tiene muchísima letra se grabó a fuego en los circuitos neuronales de todos los cuarentones y tras años de permanecer agazapada ahí salta al primer plano con todos sus mínimos detalles. "Moja el patio de tu colegio, moja el ayuntamiento"....

El garito a estas alturas está ya entregado totalmente y pensando que Los Gallipatos son un gran grupo de homenaje a la movida de los 80 y es aquí cuando los dos gallipatos cantantes se retiran a sus aposentos mientras la banda (los otros tres) tocan una melodía que te suena, quiere sonarte....pero como estás entretenido aprovechando el receso para pedir otra copa no acabas de identificar...

..."Yo seré el viento que va"...los cantantes vuelven al escenario y te encuentras gritando a todo pulmón "No dirás que no, no dirás que no...seré tu amante bandido, bandido, corazón corazón malherido..." mientras bailas e intentas borrar de tu mente el recuerdo absurdo de Miguel Bosé con falda contoneándose. 

Este es un buen momento para observar las caras de estupefacción de la gente que no sabía qué había venido a ver y que literalmente no da crédito a esta mezcla de estilos, estas interpretaciones y esa comunión espiritual en el horterismo con el resto del garito. 

Por "Velvet Mornings" nadie sabe  qué canción es pero es mencionar "Triki triki, triki triki mon amour...." y un mar de manos imitando una especie de baile griego perpetrado por el "enorme" Demis Roussos llena el garito. (Ahora que lo pienso "triki triki" y "mañanas de terciopelo"....es sexo del bueno, del que deja agujetas). Los Gallipatos alcazan aquí una de sus cumbres, un momentazo en toda regla cuando mezclan "triki triki" con este otro temazo de otro tío con bigotazo ".....yo fui paloma por querer ser gavilán"....Muy muy grandes. 

Los Gallipatos, como todas las grandes bandas, se presentan entre aplausos enfervorecidos del público que grita "Bravo, bravo" y pretenden despedirse pero el público no les deja. "Otra, otra..."Es entonces cuando nos acercamos a la apoteosis de su repertorio....tocan ahora...

- ¿Qué haces?
- Escribo sobre vuestros conciertos, estoy a punto de contar cuando tocáis....
- Joder Moli... no lo cuentes todo, que jodes la sorpresa. ¡Te lo prohibo!
- Pero si a mi no me lee nadie.
- ¡Mentirosa!
- Vale, me leen algunos pero son descerebrados lejanos que no os van a ver jamás...¿qué más os da?


Pues eso, que no dejéis de ir a verlos. No os arrepentiréis y os lo pasaréis en grande....pero no digáis que vais de mi parte. 


En Facebook he colgado un par de vídeos. 

viernes, 1 de agosto de 2014

Lecturas encadenadas.- Julio


Cinco libros. Cinco autores. Ninguna mujer. Un inglés, un español, un islandés, un americano y un italiano. Todo novelas.

Empecé el mes con La mujer de verde de Arnaldur Indridason. Este libro me lo regalaron las princesas y El Ingeniero por mi cumpleaños y lo tenía desde entonces esperando en la estantería. Novela negra nórdica. Frío, un detective solitario, un crimen y un misterio. Nada nuevo. A mí todos los detectives nórdicos me recuerdan a Wallander que fue el primero que me encontré. Se lee fácil, está entretenido y no agrede. Mantiene el interés sin ser demasiado obvio y sin trampas. Ideal para la tumbona.

Un paraíso inalcanzable de John Mortimer. Lo saqué de la biblioteca tras leer una recomendación de Elena Rius. ¿Cómo sería Downtown Abbey si continuara hasta nuestros días? Sería exactamente esta novela. El autor explica en la introducción que comenzó a escribirla al mismo tiempo que un guión para una serie de tv y se nota muchísimo.

Es una historia ambientada en el típico pueblo inglés  entre los años 50 y los años 80. Aparecent odos los personajes típicos: la familia noble que ya no es tan noble, el párroco peculiar, el médico, los huelguistas de los años 70 empobrecidos por el thacherismo, los colegios exclusivos..el catálogo completo de los personajes de una serie. Es un libro muy muy entretenido y que se lee con agrado, con una sonrisa en la cara. Si te gusta lo inglés, definitivamente es tu libro. Ideal también para el verano.

"Simeon miró al joven que tenía delante y se preguntó, no por primera vez, como sería haber nacido sin capacidad para dudar. ¿Sería una bendición, una maldición o una simple carencia física, como nacer sin sentido del olfato? En ese momento, no llegó a ninguna conclusión."

En la Feria del Libro de Madrid y también por recomendación de Elena Rius compré Crematorio de Rafael Chirbes.

Es un libro áspero, duro, correoso, sucio. La crónica de la corrupción, del destrozo ambiental, la construcción desenfrenada, el enriquecimiento por el enriquecimiento, la vileza, las miserias, la destrucción de cualquier atisbo de belleza tanto interior como exterior. El dinero que todo lo corrompe y destruye, hasta los más idealistas acaban sucumbiendo ante él.

Chirbes escribe torrencialmente, "apretujado", apretado, dejándote sin aire, sin ver el horizonte, sin espacio, exactamente igual que si estuvieras en mitad de esas construcciones que cubren nuestras costas. Esta sensación la consigue formalmente, por la manera de escribir sin puntos y aparte en un único párrafo que se extiende durante páginas y páginas hasta completar un capítulo y también por el fondo. Lees y te encuentras sepultado en palabras, en ideas, en referencias, en relaciones...tantas que casi no puedes respirar. Al terminar cada capítulo tienes que parar a coger aire, a digerir lo leído y tomar fuerzas antes de sumergirte en el siguiente.

Es un libro durísimo, buenísimo pero duro por lo que tiene de real, de vida misma.
"Reírse su padre y ella entre lágrimas, entre sollozos.¿No lo hacen así las familias? ¿No homenajean así a sus difuntos, hablando de esas cosas, hablando de ellos? Los psicólogos dicen que es necesario representar el dolor, la ceremonia del funeral, el llanto, el luto, todos los psicólogos lo dicen, lo recomiendan; representar el dolor te lo quita de encima; o, mejor dicho, lo convierte en otra cosa, en otra forma de sufrimiento que es distinta porque parece que no es inconsolable, porque lo dota de cierta finalidad; así, compartido, meditado, parece que el dolor alimenta algo, que sirve para algo. El sufrimiento pasa de ser una fiera que te devora las entrañas a un animalito de compañía que acaricias, con el que hablas. Que se tiende a dormir al pie de tu cama." 

Cuando leí "Travels with Charley" me encontré con esto:
"There was a sign in Sauk Centre all right: "Birth place of Sinclair Lewis. (...) I didn´t know him well, never knwe him in the boisterous days when he was called Red. Toward the end of his life he called me several times in New York and we would hace lunch at the Algoquin. I called him Mr. Lewis - still do in my mind. He didn´t drink any more and took no pleasure in his food, but now and then his eyes would glitter with steel. I had read "Main Street" when I was in high school, and I remembered the violent hatred it arouses in the countryside of his nativity".
Rebuscando por las estanterías del despacho de Los Molinos buscando algo que no recuerdo, me saltó entre las manos un tomo verde, con papel fino "de Biblia" y letras doradas en las que ponía "Novelas escogidas de Sinclair Lewis" y claro, tuve que cogerlo y leer "Calle Mayor".

Calle Mayor es como un culebrón de sobremesa mezclado con unas gotitas de "La Regenta". No pasa nada especialmente interesante más allá de las elucubraciones mentales de la protagonista, Claire, una joven con muchos ideales que se casa con un médico de una pequeña ciudad de la interminable llanura del Medio Oeste americano. Llega allí tan contenta y se le cae el alma a los pies por el provincianismo, la cortedad de miras, los cotilleos y el aburrimiento. Es la historia de una vida con todos sus detalles, incluso los más pequeños. El libro es un aburrimiento que supongo que en su momento debió impactar a todos esos habitantes de las ciudades de la pradera. Steinbeck contaba que Sinclair Lewis no volvió a ser bien recibido en su ciudad natal, en la que se había inspirado para escribir esta historia.  

Eso sí, Sinclair Lewis ganó el Premio Nobel en 1930, según pone en el prefacio del libro con papel de Biblia porque ese año los académicos suecos pensaron que el premio era demasiado "europeo" y "anglófobo" y lo solucionaron premiado a Sinclair. 

Es un libro "pasado de moda", ha envejecido fatal. 
"Se daba largos paseos y era sensata en lo que se refiere a su calzado y al régimen de alimentación. Y nunca se dio cuenta de que vivía". 
"El mayor misterio que rodea a un ser humano no es su reacción ante el sexo o el elogio, sino la manera como se las ingenia para emplear las 24 horas del día."
He terminado el mes con  El caballero inexistente de Italo Calvino. Este libro lo tengo "en depósito". Mi amigo Pablo se ha ido a Perú a hacer las Américas y me ha dejado unos cuantos libros para que se los cuide, entre ellos éste. El día que los recogí en su casa, los traje a Los Molinos, los coloqué en la estantería y no volví a pensar en ellos hasta que un día recién despertada de mi sesión de pesadillas diaria, al levantar la mirada vi este librito llamarme.

Es una novela de fantasía y de caballerías. Con caballeros y princesas, con Carlomagno y un loco que cree que es el mar o el agua y que cambia de nombre con cada persona que lo conoce. Es un librito de batallas, aventuras y amoríos. Y es un libro con un finísimo sentido del humor con el que me he reído.
"Si infeliz es el enamorado que invoca besos cuyo sabor ignora, más infeliz mil veces es quien probó apenas ese sabor y después le fue negado."

Para agosto ya tengo uno entre manos maravilloso, El Cuarteto de Alejandría preparado, un libro regalado por una editorial y otro de Zadie Smith....no puedo esperar. 




martes, 29 de julio de 2014

Otro despropósito publicitario: coches para mujeres.



Los caminos de twitter son inescrutables, tan pronto te llevan a maravillosos artículos que te dejan babeando de emoción como te sobresaltan plantando delante de tus narices una realidad hostilizante que te hace creer un poquito menos en la raza humana...y que acaba completamente con los últimos rastros de fe que tenías en el mundo de la publicidad. 

"Seat y Mango se alían para hacer un coche para mujeres. Hay que ser un completo gilipollas" 

Este tuit salta delante de mis ojos diciendo "pincha, pincha". ¿Qué hago? ¿Sigo en mi limbo de ignorancia feliz o salto a la piscina de la hostilidad que esa noticia anticipa? 

La carne es débil y pincho. Se me salen los ojos de las órbitas. No doy crédito a tanta gilipollez junta, pero antes de empezar a echar espumarajos por la boca, decido dar un voto de confianza a SEAT en honor a los 492.795 km de mi Ibiza. 

Busco la noticia en la página de SEAT y paso tantísima vergüenza ajena que no sé ni por donde empezar. 

"¿Estás buscando un coche urbano con estilo y un toque femenino único? No busques más. El Nuevo Seat Mii by Mango es tu coche. Es lo mejor de ambos mundos: la alianza ideal de  una marca icónica con un coche lleno de dinamismo, ¡porque el diseño importa!"

Pero, pero, pero ¿Qué mierda es esta? 

¿Desde cuando hay coches para tías y coches para tíos? Es más, ¿es que deben ser distintos en algo? ¿Los coches son masculinos o femeninos? A lo mejor me estoy perdiendo algo pero en mis 250 km diarios veo mujeres y hombres conduciendo todo tipo de coches: grandes, pequeños, monovolumen, furgonetas, deportivos, todo terrenos....Desde mi más profunda inocencia creía que los coches eran unisex y que el criterio para comprarlos era o bien económico o bien estético o una sabia combinación de ambos factores. Pero resulta que no, que ahí fuera, en una realidad paralela en la que yo no vivo hay tías sufriendo porque los coches no tenían "toque femenino". 

"Toque femenino" ¿Que será eso? Me pongo en lo peor.  

"El interior del Mii by MANGO es como el interior de tu bolso favorito: tiene fantásticos compartimentos diseñados específicamente para una mujer elegante"

Obviamente poniéndome en lo peor me he quedado cortísima. ¿Qué mamarrachada es esta? ¿El interior de tu bolso favorito? ¿fantásticos compartimentos para una mujer elegante? Lo llevo claro con este coche porque ni tengo bolso favorito ni soy una mujer elegante. Y además la frase "como el interior de tu bolso" sólo me sugiere un caos sin fondo. 

"Los asientos del Seat Mii by MANGO, con tapicería Alcántara, te ofrecen un elegante ambiente con acabados de color negro."

¿Qué es tapicería Alcántara? ¿Debería esa expresión activar algún circuito neuronal en mi cerebro? Empiezo a sospechar que no soy el tipo de mujer que MANGO (marca que por otro lado odio) ha pensado al diseñar  su cochecito de la señorita Pepis.

"Tanto si te vas de compras con tus amigas como si sales de fiesta, el moderno interior de este nuevo coche satisfará todas tus necesidades."

A ver, si voy de compras con mis amigas, mejor dicho si fuera o fuese de compras con mis amigas no se me ocurre nada aparte de asientos, un volante, frenos a punto y el maletero  que necesite para ir de compras. Si salgo de fiestas con mis amigas...l o que necesitaría en "el moderno interior de este nuevo coche" es un chofer. 

"Cada detalle del interior del Nuevo Seat se ha diseñado pensando en ti. Las costuras beige MANGO del volante de piel, así como del pomo de cambios, constituyen un elegante pero discreto toque femenino...y un recordatorio de la icónica marca de moda que ha inspirado este coche"

Me zambullo en un mar de dudas. Exactamente ¿quién es ese "ti" en el que pensaban los creativos de este coche? ¿En qué tipo de mujer absolutamente imbecil, superficial, frívola y pazguata han pensado al diseñar ese detalle tan fundamental en cualquier coche que son "LAS COSTURAS DEL VOLANTE Y DEL POMO DE CAMBIOS"? Quiero conocer a ese tipo de mujer que dice "pomo de cambios" en vez de palanca de cambios. ¿Quizás "palanca" suena a hacer fuerza que es una cosa muy de tíos y por eso han decidido llamarlo "pomo"?  

"Como la ropa de diseño que tanto te gusta, encontrarás el original logo de Mii by MANGO en los reposacabezas y las estriberas de las puertas de tu nuevo coche. ¿Hay mejor manera que esta de ir a la última y con estilo?"

Yo no digo nada pero una tía que dice "pomo de cambios" y sabe de qué color son las costuras de su volante no tiene ni puta idea de lo que es una estribera. Pero claro, le dará igual porque como irá "a la última y con estilo"...todo lo demás no le importará una mierda. ¡Que bonito debe ser superficial, absurda y tan simple como para inspirar que alguien ponga un logo en una estribera! 

"Un diseñador siempre firma sus creaciones. Por eso encontrarás la firma Mii by MANGO en la puerta de este nuevo modelo SEAT. Otra manera de distinguirte con un estilo único." 

Claro, claro. Esto es fundamental, es importántisimo que el coche lleve bien clarito el logotipo que deje claro que tú eres una tía con estilo, con amigas, desenfadada y moderna que por fin han encontrado el coche que necesitaba con un ganchito para colgar el bolso. No vaya a ser que alguien crea que eres como esos millones de mujeres que llevan un coche unisex, seguro, cómodo, confortable y práctico en el que dejan su bolso en el suelo. 

Lo del coche para mujeres es una gilipollez como una casa que me indigna y me abochorna, pero lo que más me cabrea es que haya alguna mujer, una sola, que crea de verdad que ese coche le representa de alguna manera. 

Ahora que lo pienso, hay otra cosa que me cabrea mucho más...pensar que en todo el proceso de creación de la mamarrachez del Seat Mii by Mango haya alguna mujer implicada. 

¿Qué va a ser lo próximo? ¿Tenedores solo para mujeres, estilosos, sinuosos y diseñados como tú, con el punto justo de fuerza y estilo? ¿Tenedores que sepan, como la mujer moderna que eres, cuando pinchar con fuerza y cuando empujar con suavidad? 



miércoles, 23 de julio de 2014

Balance del veraneo.

Un mes desde que empezó el verano propiamente dicho. Un mes desde que me instalé en Los Molinos para empezar a veranear.  Es hora de hacer balance. 

Con las princesas he asistido a su primera gran desilusión cuando, tras meses de ensayos, la representación de "El sueño de una noche de verano" se suspendió, antes incluso de empezar, por problemas técnicos. Lloraban desconsoladas mientras yo me preocupaba porque C llevaba 10 días con una fiebre absurda que no se le curaba. Pasarse la primera noche del verano con un frío bastante considerable casi desnuda disfrazada de trasgo...mágicamente le curó la extraña fiebre. Esa misma tarde, asistir a la transformación de la dulce M en un monstruo del bosque me hizo verla de repente muy mayor. Al día siguiente, con la cara todavía a medio maquillar y en pijama, pensé que ya era casi una adolescente. 

Llevada por esa sensación y acojonada por si me pillaba el toro, tuve con las princesas "La conversación".  En un momento cualquiera, a bocajarro, mientras recogíamos 35 toallas que habían utilizado para hacerse una cabaña.

 - Chicas, ¿sabéis lo que es la regla? 

Creo que lo hice bastante dignamente y lo expliqué con claridad y sin falsos misticismos "Chicas, os va a pasar mucho tiempo, duele y es un "coñazo"...pero no le digáis a nadie que he dicho "coñazo".  M suspiró y C dijo "el próximo mes me la enseñas". Por ahora se ha olvidado de esa parte. Después le comenté al Ingeniero que había tenido "la conversación" con las princesas y casi hiperventila. 

- Pero, pero, pero..¿para qué? Si son muy pequeñas todavía y queda muchísimo...

¿Qué más? Una noche vimos en casa de Juan, en su supertele de 60  pulgadas "Alien, el octavo pasajero".  Empezaron muy chulitas: esto no da miedo, ¿cuando empieza el miedo? Luego se rieron con risas histéricas cuando el bicho sale de la tripa, después se hizo el silencio y al final M se quitó las gafas para no seguir viendo la película y se puso a llorar. C cuando llegamos a casa y la acosté, me llamó susurrando y me dijo: 

- Mami, una cosita ¿Los alien no existen, no? 

Ja. Por chulas. 

Me he comprado un vestido tan bonito que sé que no me lo voy a poner jamás y una cazadora de cuero negra tan macarra que se que no la me quitaré durante todo el invierno. 

He leído 6 libros. He encargado en la Libreria Fuenfria de Cercedilla, El cuarteto de Alejandría para releerlo, La broma infinita de DFW y NW de Zadie Smith porque el otro día leí un artículo suyo maravilloso y a la vez en una cadena absurda de mails diarios que tengo con unos locos londineses y un terco de Malasaña no paraban de recomendármelo. He recomendado y prestado libros con gran éxito. He mandado dos cartas postales, ya lo he dicho más veces pero escribo unas cartas espectaculares. Me he pintado las uñas de los pies dos veces. Después de ocho meses me he cambiado los pendientes. Me ha salido un mechón de pelo blanco en la nuca. 

Hemos desayunado solo cuatro días en el jardín,  porque hemos tenido muchos días de verano del norte con los que yo he sido inmensamente feliz. He recolectado grosellas dos veces y he tardado cuatro días en pintar una valla interminable, me sentía a medio camino entre Karate Kid "dar cera, pulir cera" y Tom Sayer. Las pintas inmundas con pañuelo en la cabeza, gafas de sol y camiseta guarrera han sido debidamente documentadas por si, por si, por si hacen falta para algo en el futuro y sólo para público escogido.

Me he bañado poco en la piscina al aire libre pero he ido a nadar casi todos los días a la piscina cubierta. Me he venido arriba y 80 largos son los nuevos 60. He ido a un par de mercadillos. En uno pasé  un calor infernal con sudor de canalillo incluido y me compré un bikini y en otro pasé frío a pesar de llevar  mi jersey favorito de verano que tiene ya 28 años.  Me enamoré de unos  sillones de jardín de los años 50 y se los regalé a Molimadre. Ya los he pedido para la herencia y Molimadre me ha dicho que les ponga una etiqueta. Por supuesto lo haré.  He leído poco en el jardín y mucho en la cama. He visto tres temporadas completas de Breaking Bad y me he hecho fotos acuáticas haciendo el idiota  y una foto genial con mi perro en la que él parece Fujur y yo una modelo de piernas largas.  He perdido dos partidas de parchís y cuatro de Rumi Kub. 

Me he apuntado a un curso que me apetece mucho y que empezará el 1 de octubre. He escrito poco, lo confieso, pero es que ando un poco dispersa. He escrito un post sobre mujeres y ciencia y otro sobre los amigos en los libros que seguro que los que pasáis por aquí no habéis leído. 

He salido un par de noches a tomar copas. En una de ellas el tema de conversación fue mi pelo y como debería llevarlo ahora que "estoy en el mercado". Un hombre me ha aconsejado dejarme el pelo largo, otro me ha dicho que me lo deje "largo y con capas que es lo que se lleva", otro tiene mucho curiosidad por cómo me quedará y cómo me peinaré y Molihermana se ha descojonado y ha dicho "ni de coña aguantas a dejártelo largo". Veremos. 

He esperado. He hecho cookies de chocolate blanco y avena y he llevado mis sandalias favoritas al zapatero. 

Duermo mal. O no duermo o tengo unas pesadillas que son como arenas movedizas en las que caigo y de las que no puede escapar hasta que me despierto. Vuelvo a la consciencia arrastrando hilos de fango y lodo que se me quedan pegados al cuerpo muchos horas después de haberme despertado. Si la pesadilla ha sido especialmente horrible al despertar noto que me ahogo como si tuviera arena en la boca. 

He visto ratones, erizos y una serpiente. 

Visto así, me ha cundido bastante. 


viernes, 18 de julio de 2014

El cuestionario de Proust.


¿Sabéis quién es Marcel Proust? Bien. Doy pistas:  escritor francés, bigotito, una madalena, un libro muy largo que no he leído. 

Marcel en su tierna adolescencia tenía una amiga, Antoinette,  que era hija del por entonces presidente francés. Ella le pasó un cuestionario, en inglés, con preguntas que se parecen algo a lo que conocemos como test de personalidad, memes absurdos y esas cosas. El cuestionario no se descubrió hasta 1924, dos años después de la muerte del escritor. Muchos años después, un periodista francés recuperó ese cuestionario para pasárselo a varios de sus entrevistados y algunos años después fueron recogidos en un libro. 

¿Sabéis quien es David Bowie? Doy pistas: alto, inglés, frío, muy blanco, con mucha clase y una música que crees que no te gusta pero que sí te gusta. Exacto. Ya lo tenéis en la cabeza. 

Voy a hacer mi versión  del cuestionario de Proust comparado con el de Bowie. Hay que tener en cuenta que ni soy francesa, ni inglesa, ni tengo bigotito, ni me gustan las madalenas, ni hago música y tampoco tengo la seguridad de saber envejecer con la clase de Bowie. 

Veremos que sale. 

¿Cuál es tu idea de la felicidad perfecta?
Leer dice Bowie. Comparto respuesta pero un poco más elaborado. Mi idea de felicidad perfecta no es leer en la sala de espera de un hospital, ni en un autobús atestado de gente, ni en un parque petado de padres y niños... aunque todos esos malos momentos serán mejores leyendo. 

Molirespuesta: leer, descalza, tumbada en buena compañía en un sofá cerca de una gran ventana por la que entra luz. Fuera veo el mar o un paisaje verde. Puede llover a ratos y se ven nubes.  Si además me dan un masaje en los pies...

¿Cuál es su característica más relevante, más importante?
Encontrar la palabra justa, tener una respuesta para todo dice Bowie. (La traducción de esto ha sido chunga)  Obviamente esa no es la mía, es espectacular la cantidad de palabrería que gasto. Mi característica más relevante....mmmmm...esta es difícil. No tiene porqué ser algo bueno, puede ser algo malo. 

Molirespuesta: No tengo ni idea. No sé qué es lo más relevante de mi, lo primero que se le viene a la cabeza a alguien que me conoce.  

¿Cuál consideras que es tu mayor logro? 
Descubrir las mañanas dice Bowie. Cómo es el malditismo, toda una vida de drogas y juergas para acabar en el lado oscuro considerando madrugar un logro. 

Molirespuesta: mi mayor logro lo tengo cristalino. Escribir, haber empezado a hacerlo casi por casualidad para descubrir luego que es lo que más me gusta hacer y que no se me da mal. Seguir escribiendo. Y mis pies que son perfectos. 

¿Cuál es tu mayor temor?
Convertir kilómetros en millas dice Bowie. Confieso que éste no es el mayor de mis temores pero está bastante alto en el ranking. Cualquiera que me conozca sabe que cualquier cosa que tenga que ver con cálculos me hace sudar y casi marearme. Soy un desastre para las matemáticas y los cálculos, un auténtico desastre. 

Molirespuesta: mi mayor temor es, por supuesto, el de cualquiera que tenga hijos. Que les pase algo a las princesas, algo grave. Sólo pensarlo me paraliza. 

¿Con qué figura histórica te identificas más? 
El cachondo de Bowie dice que con Santa Claus. Podría ser malvadísima y pensar que lo dice porque ambos vivían entre polvos blancos, pero pensaré que es o bien porque se está haciendo el gracioso, cosa que dudo porque si hay algo que Bowie no es, es gracioso. O bien lo dice porque considera que su música es un regalo. 

Molirespuesta: otra que no tengo ni idea. ¿Una mujer? ¿Un hombre? ¿Un artista? ¿Un descubridor? ¿una gran figura de la política? No me identifico con nadie pero me hubiera molado ser Leonardo da Vinci, por ejemplo. 

¿A qué persona viva admiras más?
Bowie definitivamente está harto del cuestionario y dice que Elvis. Eso o ha encontrado los polvos blancos de Santa Claus. 

Molirespuesta: ¿famosa? Es que admirar suena a total rendición a sus encantos, a ser ciego ante sus defectos...y la verdad es que no creo admirar a nadie así. Pasopalabra. 

¿Quiénes son tus héroes en la vida real?
El consumidor dice Bowie...ya me está cayendo mal. 

Molirespuesta: los profesores. Los profesores de infantil que batallan con niños canijos y con sus padres enloquecidos.  Los profesores de adolescentes que batallan con esos sacos de hormonas maleados en muchos casos por sus padres, convencidos de que lo saben todo y comportándose como auténticos zopencos. Los profesores de universidad desesperados.  Ya lo dije hace mucho, para mí es el trabajo más sacrificado del mundo. 

¿Cuál es el rasgo qué más deploras de ti mismo?
El bueno de David dice que la tolerancia en Nueva York y la intolerancia fuera de Nueva York. 

Molirespuesta: la crueldad. Puede ser increíblemente cruel y además lo soy perfectamente consciente de ello. 

¿Cuál es el rasgo que más deploras en los demás?
Bowie dice que el talento, así que supongo que va bien servido de envidia. 

Molirespuesta: no soporto que la gente sea miserable en el sentido de ruin. Me saca de quicio, me hostiliza y hace que saque a pasear mi lado más cruel... pero en estos casos no me arrepiento de serlo. Y no lo olvido jamás, soy muy rencorosa. 

¿Cuál es tu viaje favorito?
"El camino hacia el exceso artístico" dice Bowie. Pírate, le digo yo a él. 

Molirespuesta: voy a decir dos. Uno, en coche por Europa recorriendo Normandía hasta llegar a Berlín primero y luego hasta Varsovia, parando dónde sea a dormir, comer, hacer visitas, sin prisas. El otro, a Nueva York, a pasear y ver lo típico pero también a pasear sin rumbo. Los dos en buena compañía. 

¿Cuál es para ti la virtud más sobrevalorada? 
Bowie dice que la compasión y la originalidad. La verdad es que no parece el campeón de la empatía, aunque de original va sobradito. En cualquier caso, estoy de acuerdo en que hay que manejar con cuidado la originalidad... ya lo he dicho más veces, la originalidad mal entendida lleva a auténticos descalabros estéticos y es peligrosísima en cualquier campo. 

Molirespuesta: la fuerza de voluntad es la virtud más sobrevalorada. La fuerza de voluntad es una mierda, es lo que sirve para hacer algo que no quieres hacer, la fuerza de voluntad te hace sufrir y penar como un perro con la vaga recompensa de "la satisfacción del deber cumplido". La fuerza de voluntad es el mal y convierte a la gente en zombies tristes y con la mirada perdida.  Yo, por supuesto, carezco de fuerza de voluntad. 

¿Qué frases o palabras usas más? 
Chetonic y miasma dice Bowie. 

Molirespuesta: descerebrados, hostilización, fenomenal, molar, absurdo, ni de coña... pufff...un montón. 

¿De qué te arrepientes más?
De no haber llevado nunca pantalones de campana dice Bowie. Eso no es un arrepentimiento, David. Todavía estás a tiempo. 

Molirespuesta. Cuando tenía 20 años, Molimadre quiso enviarme a Bruselas un verano a estudiar francés y yo me negué rotundamente y no fui. Me recuerdo a mí misma, muy digna, a la salida de un concierto de Johnny Winter en el antiguo pabellón del Real Madrid de baloncesto, hablando con unos amigos del por entonces mi novio y diciendo muy digna que no pensaba ir. Era completamente gilipollas y no fui. Siempre me he arrepentido de eso y creo que jamás lo había contado a nadie. Es un arrepentimiento casi tan tonto como el de Bowie pero creo que dice mucho en mi favor...o así lo veo yo. 

¿Cuál es tu estado actual de ánimo?
Embarazado dice Bowie. El mío no, gracias a Dios. 

Molirespuesta: en calma, sin nudos. 

Si pudieras cambiar algo de tu familia, ¿qué cambiarías?
El miedo que les tengo, dice Bowie. Me cuesta creerlo, en una casa en la que vive Bowie, es muy probable que el que más miedo de sea él... 

Molirespuesta: lo tengo clarísimo. No sería la primogénita, cambiaría el orden de nacimiento y sería la segunda hija o mejor aún, la pequeña. 

¿Cuál es tu posesión más valiosa? 
Económicamente no tengo ni idea, no tengo nada de mucho valor. Se que lo que más me entristecería perder es la medalla de la Virgen del Pilar que llevo colgada del cuello desde que tenía 2 años. No porque sea una medalla ni de la Virgen... sino porque ha estado conmigo siempre. 

¿Cuál consideras que es el estado vital más miserable?
 Vivir con miedo dice Bowie y es una gran respuesta. Vivir acojonado es de las cosas más horribles que te pueden pasar porque vives paralizado. No vives, sobrevives en un estado de ameba aterrorizada muy desagradable. 

Molirespuesta: vivir mintiéndote a ti mismo. 

¿Dónde te gustaría vivir?
Nordeste de Bali o Sur de Java. Obviamente Bowie y yo jamás seremos vecinos. 

Molirespuesta: en el Norte, en un sitio verde, dónde haya nubes y cielos grises. Lluvia. Niebla y días de verano con sol. En un sitio sin monotonía climática. En algún lugar que huela a verde. 

¿Cuál es tu ocupación favorita? 
Despachurrar pintura en un lienzo. Así pasa sus ratos Bowie. 

Molirespuesta: leer, escribir, hacer el vago, dormir, brujulear por la red, nadar (a ratos), ver películas con las princezaz, las charlas con mis amigos...Me temo que no tengo ninguna ocupación exótica...

¿Qué cualidad te gusta más en un hombre?
Bowie dice que le gusta que sus amigos le devuelvan los libros. No es una mala respuesta pero si a mi me dejara un libro Bowie dudo mucho que se lo devolviera pero, claro, yo no soy un hombre. 

Molirespuesta: que me conmueva. Si un hombre me conmueve es porque me conoce bien, muy bien... y eso me gusta. 

¿Qué cualidad te gusta más en una mujer?
Como mujer tampoco tengo nada que hacer para que Bowie me admire, no sé eructar a voluntad y sinceramente Bowie no me cae tan bien como para aprender a hacerlo. Si fuera Bruce aprendería a hacerlo hasta durmiendo. 

Molirespuesta: que sea ella misma, tal cual. Que no se defina como pareja de nadie, ni como madre de nadie, ni como trabajadora de lo que sea. Que sea todo eso a la vez sumado a lo que ya era antes. 

¿Cuáles son tus nombre favoritos?
Esta pregunta es confusa, mejor dicho, poco concreta. ¿Nombres de qué? 

Molirespuesta: si alguna vez tengo una casa a la que haya que poner nombre, se llamará Orbela, hojarasca en vasco. Me alucina esa palabra desde que me la encontré en un libro. Orbela, orbela, orbela. Me encanta. 

¿Cuál es tu lema? 
Pues depende del día y de las cosas que (me) pasen. Puede ser "a la mierda con todo"o "Paso" o "Siéntate y ponte a escribir porque a lo mejor mañana ya no estás aquí" o "ni siento ni padezco" o "espabila y haz algo" o "aprieta los dientes y aguanta el tirón hasta que pase" o "soy una chica con suerte" o "como desees". 

El de hoy es "Aquí y ahora". 


lunes, 14 de julio de 2014

Fragilidad.

La red está llena de páginas de fotografías con grandilocuentes títulos “Las 20 fotografías más espectaculares”, “Las fotos nunca vistas de...”, “El momento previo a 20 fotos históricas...”.

Llego a una de esas páginas. Miro las fotografías: la II Guerra Mundial, Marilyn, El Che, Tiananmen, el hombre en la Luna...y de repente llego a una que me impacta. 

En blanco y negro. ¿Una biblioteca? ¿Una librería? ¿Una sección de libros y discos de un gran almacén? Un dependiente vestido como podría haberlo estado mi abuelo o el abuelo de cualquier persona de las que conozco atiende a dos mujeres jóvenes que sostienen en sus manos dos discos, dos LP, dos vinilos. Ellas visten como podría haber vestido mi madre o la madre de cualquiera. Faldas justo por la rodilla, medias “crystal”, zapatos de medio tacón, peinadas y no se aprecia en la fotografía pero es probable que lleven algo de maquillaje. 

¿Qué tiene esta fotografía para estar incluída en un listado que se titula “20 fotos para los amantes de la historia”? 

Leo y resulta que esas tres personas son afganas. Esa fotografía está tomada en Afganistán. 

Me quedo en shock. 

Eso era Afganistán. Personas como nuestros padres antes de nacer nosotros, mujeres que iban a comprar discos, hombres que trataban con mujeres que no eran de su familia, mujeres que podían vestir como quisieran, enseñar las piernas, disfrutar de la música, estudiar, pasear por la calle. Personas que podían divertirse. 

Personas que tenían derechos. Derechos como los que tenemos nosotros ahora. 

Y entonces pienso en lo frágiles que somos. En la inconsciencia en la que vivimos. 

Abrimos los periódicos, brujuleamos por la red, vemos las noticias y al ver a esas mujeres enclaustradas en un burka sin un solo derecho, a los hombres convertidos en fanáticos religiosos, tendemos a creer que lo que les ocurre es que van “por detrás” de nosotros en el desarrollo histórico. Creemos que están atrasados, y que de alguna manera lenta pero inevitable “avanzarán” hacia el punto en el que estamos nosotros, llegarán a nuestra situación, disfrutarán de todos los derechos que nosotros tenemos. Están en el camino hacia algo para van detrás de nosotros. 

Y no es así para nada. 

Ese hombre, esas mujeres. Los afganos eran como nosotros, tenían libros, trabajos, derechos, oportunidades y posibilidades y por una combinación diabólica de política, extremismos religiosos, intereses internacionales y dejadez...vieron desaparecer todos esos derechos que fueron barridos de sus vidas y ellos se encuentran sumidos ahora mismo en la más absoluta de las barbaries. 

Vivimos en una burbuja de falsa seguridad. Pensamos y vivimos creyendo que lo que somos y tenemos está por descontado y va a ser siempre así, pero no, todo puede cambiar: Afganistán, Líbano, Siria, Egipto, Irán...Y también Yugoslavia. Es todo tan frágil y vulnerable, y sin embargo vivimos como si todo fuera así para siempre. Y no es verdad. 

Vivimos como zombies  en una sociedad que ha perdido, entre otras muchas cosas, la perspectiva histórica.

Y por supuesto creemos que nosotros somos mejores y que lucharíamos por nuestros derechos, pero como le dijo Ricardo Ortega a Enric González:

“Me hizo un discurso sobre la fragilidad moral de las personas: bastaba un ligero cambio en las circunstancias, un peligro, una presión para que mandaran a paseo todos sus principios. Me sorprendió descubrir que era más pesimista que yo.

Me pregunto si los protagonistas de la fotografía pensaron que a ellos no les pasaría.


miércoles, 9 de julio de 2014

No pensar en nada.


¿Cómo es posible que esté otra vez cuajado de grosellas? Recogí muchísimas hace un par de semanas. ¿Cosechamos  tantas el año pasado? No lo recuerdo, creo que no. Recuerdo que fueron más tardías porque pasé la convalecencia de la apendicitis limpiando grosellas en el porche y este año ya hemos hecho una tanda de mermelada

Vaya, una rama cuajada de grosellas bien gordas, casi se me pasa. En uno de los libros que terminé la semana pasada salían unos groselleros que tenían bastante importancia en la trama pero mira, en Islandia resulta que las grosellas salen a finales de verano y aquí a principios. ¿Será que el verano va más tarde en Islandia? No, eso no tiene sentido, en todo caso sería al revés. A lo mejor no estaba bien traducido y en vez de grosellas eran arándanos. ¿Cuantos traductores de islandés habrá en España? y ¿Cuando maduran los arándanos? O a lo mejor son una variedad de grosellas islandesas. Bueno, da igual. 

Me gusta recoger grosellas. Me siento absurdamente útil, me gusta la mermelada y además como recoger grosellas es una actividad completamente mecánica puedo pensar en otras cosas mientras tanto. Consigo abstraerme más que conduciendo, casi mejor claro. Si me abstraigo muchísimo mientras ando aquí recogiendo bolitas rojas el máximo peligro que corro es ¿cual? Ninguno. No se me ocurre nada peligroso en recoger grosellas...si por lo menos fueran moras que tienes que andar vigilando para no pincharte. 

¡Media hora! Llevo media hora recogiendo grosellas y pensando. 

¿Dónde leí el otro día que la gente prefería una descarga eléctrica a quedarse pensando 10 minutos? Me resultó acojonante el estudio. ¿De qué tiene la gente miedo? Y ¿sobre todo? ¿Cómo consigue no pensar en todo el día? Eso, sin duda, es un superpoder. 

En el artículo decían que habían hecho varios experimentos a personas entre 18 y 77 años, con espacios de tiempo entre 6 y 15 minutos en los que se les decía que no pensaran en nada, que dejaran la mente en blanco y que un 67% de los hombres y un 25% de las mujeres preferían ¡una descarga eléctrica! antes que aguantar 10 minutos sin hacer nada, solo pensando. 

Vamos a ver el artículo era confuso porque ¿qué es dejar la mente en blanco? Para mi eso es completamente imposible. Yo tengo pensamientos muy muy raros, mi cabeza funciona de una manera muy rara.  Aquí estoy, recogiendo grosellas y pensando en cómo sería no pensar en nada pero creo que soportaría perfectamente 10 minutos en una habitación, sentada pensando. De hecho es lo que hago cuando conduzco o cuando plancho o cuando limpio guisantes o recojo grosellas. 

Supongo que en esos experimentos habría alguno que no sería exactamente no hacer nada, a lo mejor alguno era hacer algo completamente mecánico que te permita estar pensando en otra cosa mientras lo haces. ¿Acaso toda esa gente que reclutaron tienen su vida tan llena de actividades absorbentes que no piensan jamás y por eso les asusta tanto? O aún peor, ¿hay gente que plancha o conduce o recoge grosellas y mientras lo hace consigue no pensar en nada? ¿En nada de nada? 

"¿Has visto esto? Nos daría para una buena charla. Te hablaría del zen y me dirías que soy un intenso". Ja. Exacto. ¿Zen? Hay tres millones de cosas que no soy y que a lo mejor puedo llegar a ser, pero zen ni de coña. Soy un puto tobogán emocional. Como dice Juan tengo "una amplitud emocional demasiado grande" y eso hace que siempre esté en un extremo o en otro o viajando a toda velocidad de un lado a otro con la cabeza funcionándome a mil por hora y pensando en mil cosas. 

Pero ¿cuántas grosellas tiene esto? 

Me pregunto si realmente existe gente que recoge grosellas y no piensa más que en recoger grosellas. ¿Cómo será eso? Supongo que la secuencia será algo como "uy me ha parecido ver una grosella muy roja escondida detrás de esa hoja, voy a apartar la rama con cuidado de no tirar el recipiente que sostengo con la otra mano y ver si alcanzo a cogerla. Estupendo, ya la tengo, al cubo con las demás. Uy, otra grosella roja un poco más arriba..."

Vale, si yo tuviera ese funcionamiento neuronal es posible que si me dejaran en una habitación vacía sin nada que hacer optara por la descarga eléctrica, la guillotina o arrancarme la cabeza. El eco craneal debe ser una sensación poco placentera, algo así como cuando llegas a una casa nueva y todo está vacío y desangelado y da como pena y lo que quieres es marcharte y salir corriendo. Supongo que hay muchas cabezas así.  

Mi cabeza es más como un cuarto atestado de cosas, de libros, estanterías y con una gran mesa de madera con una lámpara encima. Una mesa enorme. Hay una ventana, por la que ahora mismo veo grosellas, y un sofá. Si me dejan a solas en mi cabeza lo que hago es dedicarme a ordenar y cotillear. Me mola mi cabeza.

¡Mierda! pero ¿qué hora es? Joder, llevo una hora con las grosellas y mis pensamientos. 


*La foto es de mis grosellas.