miércoles, 9 de julio de 2014

No pensar en nada.


¿Cómo es posible que esté otra vez cuajado de grosellas? Recogí muchísimas hace un par de semanas. ¿Cosechamos  tantas el año pasado? No lo recuerdo, creo que no. Recuerdo que fueron más tardías porque pasé la convalecencia de la apendicitis limpiando grosellas en el porche y este año ya hemos hecho una tanda de mermelada

Vaya, una rama cuajada de grosellas bien gordas, casi se me pasa. En uno de los libros que terminé la semana pasada salían unos groselleros que tenían bastante importancia en la trama pero mira, en Islandia resulta que las grosellas salen a finales de verano y aquí a principios. ¿Será que el verano va más tarde en Islandia? No, eso no tiene sentido, en todo caso sería al revés. A lo mejor no estaba bien traducido y en vez de grosellas eran arándanos. ¿Cuantos traductores de islandés habrá en España? y ¿Cuando maduran los arándanos? O a lo mejor son una variedad de grosellas islandesas. Bueno, da igual. 

Me gusta recoger grosellas. Me siento absurdamente útil, me gusta la mermelada y además como recoger grosellas es una actividad completamente mecánica puedo pensar en otras cosas mientras tanto. Consigo abstraerme más que conduciendo, casi mejor claro. Si me abstraigo muchísimo mientras ando aquí recogiendo bolitas rojas el máximo peligro que corro es ¿cual? Ninguno. No se me ocurre nada peligroso en recoger grosellas...si por lo menos fueran moras que tienes que andar vigilando para no pincharte. 

¡Media hora! Llevo media hora recogiendo grosellas y pensando. 

¿Dónde leí el otro día que la gente prefería una descarga eléctrica a quedarse pensando 10 minutos? Me resultó acojonante el estudio. ¿De qué tiene la gente miedo? Y ¿sobre todo? ¿Cómo consigue no pensar en todo el día? Eso, sin duda, es un superpoder. 

En el artículo decían que habían hecho varios experimentos a personas entre 18 y 77 años, con espacios de tiempo entre 6 y 15 minutos en los que se les decía que no pensaran en nada, que dejaran la mente en blanco y que un 67% de los hombres y un 25% de las mujeres preferían ¡una descarga eléctrica! antes que aguantar 10 minutos sin hacer nada, solo pensando. 

Vamos a ver el artículo era confuso porque ¿qué es dejar la mente en blanco? Para mi eso es completamente imposible. Yo tengo pensamientos muy muy raros, mi cabeza funciona de una manera muy rara.  Aquí estoy, recogiendo grosellas y pensando en cómo sería no pensar en nada pero creo que soportaría perfectamente 10 minutos en una habitación, sentada pensando. De hecho es lo que hago cuando conduzco o cuando plancho o cuando limpio guisantes o recojo grosellas. 

Supongo que en esos experimentos habría alguno que no sería exactamente no hacer nada, a lo mejor alguno era hacer algo completamente mecánico que te permita estar pensando en otra cosa mientras lo haces. ¿Acaso toda esa gente que reclutaron tienen su vida tan llena de actividades absorbentes que no piensan jamás y por eso les asusta tanto? O aún peor, ¿hay gente que plancha o conduce o recoge grosellas y mientras lo hace consigue no pensar en nada? ¿En nada de nada? 

"¿Has visto esto? Nos daría para una buena charla. Te hablaría del zen y me dirías que soy un intenso". Ja. Exacto. ¿Zen? Hay tres millones de cosas que no soy y que a lo mejor puedo llegar a ser, pero zen ni de coña. Soy un puto tobogán emocional. Como dice Juan tengo "una amplitud emocional demasiado grande" y eso hace que siempre esté en un extremo o en otro o viajando a toda velocidad de un lado a otro con la cabeza funcionándome a mil por hora y pensando en mil cosas. 

Pero ¿cuántas grosellas tiene esto? 

Me pregunto si realmente existe gente que recoge grosellas y no piensa más que en recoger grosellas. ¿Cómo será eso? Supongo que la secuencia será algo como "uy me ha parecido ver una grosella muy roja escondida detrás de esa hoja, voy a apartar la rama con cuidado de no tirar el recipiente que sostengo con la otra mano y ver si alcanzo a cogerla. Estupendo, ya la tengo, al cubo con las demás. Uy, otra grosella roja un poco más arriba..."

Vale, si yo tuviera ese funcionamiento neuronal es posible que si me dejaran en una habitación vacía sin nada que hacer optara por la descarga eléctrica, la guillotina o arrancarme la cabeza. El eco craneal debe ser una sensación poco placentera, algo así como cuando llegas a una casa nueva y todo está vacío y desangelado y da como pena y lo que quieres es marcharte y salir corriendo. Supongo que hay muchas cabezas así.  

Mi cabeza es más como un cuarto atestado de cosas, de libros, estanterías y con una gran mesa de madera con una lámpara encima. Una mesa enorme. Hay una ventana, por la que ahora mismo veo grosellas, y un sofá. Si me dejan a solas en mi cabeza lo que hago es dedicarme a ordenar y cotillear. Me mola mi cabeza.

¡Mierda! pero ¿qué hora es? Joder, llevo una hora con las grosellas y mis pensamientos. 


*La foto es de mis grosellas. 

23 comentarios:

Silvia dijo...

Creo que el problema del estudio científico que han hecho es que no tienen en cuenta que la mayoría de gente se dará la descarga eléctrica simplemente porque le han dejado una máquina en la habitación y no saben como funciona. Les dará curiosidad ver como de fuerte es la descarga, si es solo un cosquilleo, si sirve para algo… En lugar de quedarse sentado mirando a la máquina mientras piensan en sus cosas. Yo también tengo un gran mundo interior, pero si me encierran en una habitación desconocida con una máquina extraña, seguro que me pongo a trastear con el chisme ese antes que sentarme a mirar al infinito. Para eso ya tengo mi sofá, que es más cómodo.

Oswaldo dijo...

Lo he intentado. Jamás he podido sentir que "puse la mente en blanco" más allá de algunos segundos y eso con dudas de cuan en blanco haya realmente estado.
Siempre estoy pensando.

Cuando mucho, puedo concentrarme en un pensamiento repetitivo exigente, cómo por ejemplo, pedalear una bicicleta en una fuerte subida, después de una hora de esfuerzo previo.

Uno puede sólo pensar, un, dos, inhala, exhala, un, dos. Pero eso es pensar en ALGO.

Anónimo dijo...

Hace poco acudía a clases de relajación,para relajar el cuerpo y así también la mente,y consistían,en lo que tú llamas eco craneal.Creo que funcionaba porque alguna se quedaba dormida,incluso roncaba bajito.
Sonia.

Ana María dijo...

Hubo una temporada en mi vida que hice tai-chi, y al finalizar cada clase hacíamos un rato de meditación y relajación, y la monitora nos guiaba, nos decía que imagináramos cosas agradables, un paseo por el campo, la playa descalzo, lo que más nos gustara, y que estuviéramos allí mientras sonaba la música y relajábamos el cuerpo. Es lo más cerca que he estado de "no pensar" en mi vida. Bueno, eso, y determinados compromisos sociales, ponerse en "modo pera" es todo un arte, que parece que te pones a pensar y todo lo que piensas pueden leértelo en la cara los demás.

Cuelga la receta de la mermelada. ¿Cuánto tiempo os dura? Y el huerto de tu hermano, ¿cómo va?

Besote :*

Anónimo dijo...

Una mente maravillosa es lo que tienes y es un placer que la compartas, porque por lo menos a mi, me encantan las cosas que se te ocurren.

Anónimo dijo...

en mi modesta opinión, creo que has malinterpretado el estudio. La razón por la que la gente prefería la descarga era porque lo que se les pedía no era estar 10 min. pensando sino tratar de dejar la mente completamente en blanco durante 10 min. y,como tú bien dices, eso es casi imposible!!!

eu93 dijo...

Deberias intentarlo, no se trata de "no pensar en nada" sino de no pensar. Ves los pensamientos y los dejas pasar, no te quedas en ellos, centras la atencion entu respiracion, llegaran mas ideas y pensamientos y las tienes que dejar ir, tu solo respiras.

Diez minutos todos los dias, es buenisimo, con el tiempo notaras una paz y sensaciones diferentes, de verdad, deberias intentarlo.

Besos,

NáN dijo...

Es casi imposible no pensar en nada. Nos lo enseñó Joyce con Ulises; y no, no es necesario leerlo. Lo grande de Freud fue que se hizo público que tenemos deseos guarros ocultos. Lo de Joyce, que tuvimos que reconocer, a regañadientes, que pensamos continuamente. Que esos pensamientos estén hilados, que se verbalicen o no, es otra cosa.

Cuando ando entre gente, por la calle, los pensamientos suelen ser respuestas a estímulos sensoriales: qué buena está esa tía, qué chulo el solecito en esta esquina, ya se podían parar a hablar donde no hay farola, porque tapan la acera. Pensar pensamientos sacados de la nada es lo que más me gusta. Ayer estuve dos horas para que me pusieran una inyección en la SS y las pasé feliz, sordo a lo que me rodeaba. Al salir fue cuando me di cuenta de que habían pasado dos horas. Cuando mi compañera me quiere acompañar a un médico le digo que no, porque me saca de los pensamientos yla espera se me hace larga.

Todos somos el señor Bloom, pero la gran mayoría siente horror a pensar por las bravas: tiene miedo de su interior. Por eso, en casa, siempre tienen la radio o la TV puesta, para que los sonidos exteriores ocupen el espacio mental. Allá se las apañen.

Quizá me pase eso porque he practicado el zazén (que no es el Zen). Estás ahí, sentado con los ojos abiertos y las piernas dobladas mirando un punto de la pared. Respirando. Vienen los pensamientos y les invitas educadamente a que se vayan por el otro lado. Después, “parece” que no vienen, pero siguen, lo que pasa es que ya no te das cuenta de que los empujas suavemente fuera. De pronto, a los 30 o 40 minutos) suena una palmada y vuelves en ti. Lo primero que notas, al instante, es un fortísimo dolor en las piernas cruzadas. Yo me preguntaba: ¿dónde estaba yo que no lo notaba? O bien, ¿dónde estaba ese dolor en las últimas decenas de minutos, que ha aparecido de pronto?

Por eso empecé diciendo que “es casi imposible”. A lo mejor con el zazén dejas en descanso absoluto la mente y por eso sales de la sesión encantado de haberte conocido. Tampoco me apostaría nada porque sea por eso, y no por otra cosa.

Isabel dijo...

Gracias por hacerme reir en una mañana que no tenía muchas posibilidades.

Nunca he conseguido hacer meditación como se supone que debe hacerse.

Intento poner la mente en blanco cuando limpio etc. para no cabrearme porque eso sí duele, pero nada.

Esa mermelada debe estar deliciosa. Por cierto, si me permites, el letrero del año pasado estaba algo escorado, este año se ve como más centrado.

Lo dicho gracias, un placer leerte.

Entre suspiros y un café dijo...

Más que no pensar en nada, es dejar fluir libremente los pensamientos, sin controlarlos y sin tratar de pensar en x o en y. Yo intento practicar "la mente en blanco" de manera habitual. Es un hábito que adquirí en yoga y aunque no lo logre bien, sí que consigo abstraerme del mundo por un breve espacio de tiempo. Cuando hacía yoga llegaba a quedarme casi dormida, y la sensación era gloriosa. Hoy por hoy no le dedico tanto tiempo pero intento desconectar un ratito al día y hacer lo más parecido a no pensar. Vale la pena intentarlo, a mí al menos me relaja muchísimo.

Besos,
Patricia.

Anónimo dijo...

Lo de relajarte y dejar la mente en blanco es estupendo ... yo lo utilizo cuando me desvelo por la noche.
No me gusta que mi mente mande mas que mi voluntad (de dormir) ...

Burbuja dijo...

Casi imposible no pensar en nada y no ir enlazando unos pensamientos con otros, muchas veces sin sentido...

Anónimo dijo...

¡Qué mente en blanco, en negro ni qué gaitas...! A mi lo que realmente me flipa, chica... ¡¡¡es que tienes y recoges grosellas!!! Jajajaja...

Solamente por eso ya, eres como una especie de heroína... ¡Qué suerte! Uno de mis mejores recuerdos de infancia de verano campestre, es el de ir recogiendo moras por las zarzas de los caminos, cuando íbamos de camping.

Ya soy más fan, todavía... ;)

abuelo Pepe dijo...

Claro que a la gente le da miedo pensar. Por eso siempre tienen a mano un libro, ochocientos capítulos de tal o cual serie, trabajos manuales...etc.
Son incapaces de una tarde de domingo ponerse unos cascos, una buena música y dar rienda suelta a la mente tumbado en el sofá.
Incluso sin música.

Tita dijo...

Yo tampoco veo claro el estudio, has mezclado en el mismo párrafo "mente en blanco" con pensar 10 minutos.

Entiendo que se refieren a pasar 10 minutos sin pensar. Algo casi imposible que exige de una gran disciplina tipo yoga y similares, y muchos años de práctica.

A la gran mayoría nos dan tantas vueltas cientos de pensamientos en la cabeza, que detenerlos durante un solo minuto es una tarea agotadora. Mejor descarga.

No hubieras sido capaz de recoger ni 3 minutos de grosellas con la cabeza en silencio.

Anónimo dijo...

Bueno, el experimento no fue precisamente así, el artículo era un poco engañoso. En realidad se trataba de permanecer SIN NINGÚN estimulo durante ese tiempo: ojos tapados, ni un ruido y la piel cubierta. Es decir, sin percibir absolutamente nada a través de los sentidos. Asi que no se trataba tanto de no pensar sino de no percibir. No era aburrimiento, eran miedo y sensación de extrañeza al sentir solo nuestro cuerpo dentro de un enorme vacio, creo yo. Y sin poder obviar su latido y sonido.

Y la diferencia por géneros también me resultó curiosa.

Ahora habrá que esperar a leer conclusiones...

Un saludo!

Marga

Paula dijo...

El estar un rato al día permitiéndonos sentir en lugar de pensar; el intentar parar o al menos relentizar esta jaula de monos que es nuestra mente, con pensamientos que van de un tema a otro sin que nos sea posible controlarlos es muy difícil, requiere esfuerzo y entrenamiento, y muchos años, pero créeme, merece la pena. Te ayuda a estar mas en paz, con mas equilibrio en los buenos y malos tiempos. Te ayuda a conocerte. Y te aporta muchos otros beneficios. Te lo recomiendo por mi modesta experiencia con la meditación vipassana. Metta.

paula dijo...

Por ejemplo, en el caso de las grosellas:
Lo habitual: "¡Que monton de grosellas! ¡ Me voy a poner "pua" de recoger y hacer mermelada!". Y a continuación: "¡ Tengo el cesto lleno de grosellas! ¿Es posible que haya pasado una hora? ¿ En qué mil cosas he estado pensando?".
Meditando: Sientes el aire, el color de las grosellas, el olor del campo, las sensaciones que te produce todo ello y quizás las que te producen los recuerdos similares de tu niñez: ternura, añoranza...y en medio vuelves a pensar en mil cosas, pero te das cuenta de que te estás distrayendo con el pasado o el futuro y vuelves a tu presente con tus grosellas, y así cuando terminas y tu cesto está lleno la experiencia habrá sido mucho mas intensa (creo yo ¿no?).
JaJa no se si me he explicado pero es algo así. Un beso.

Anónimo dijo...

buen post.

sul

annajr dijo...

Yo un día que dejé la mente en blanco me puse a llorar. No, no es coña. Fue en un taller en clase de Ladeseis, un rollo de teresianas modernas llamado educación para la interioridad... meditar, conectar con tu interior, escucharte y tal... y me entró una llorera angustiosa. Muy mal. Creo que el único momento en el que dejo de pensar es cuando duermo y considerando que duermo regular, pues.... eso.
Pienso haciendo las camas, cocinando, conduciendo, viendo la tele. Pienso leyendo. Pienso cosas, conversaciones, acciones, ideas, arrepentimientos, previsiones, me cago en la madre que parió a algunas personas y me acuerdo con cariño de otros y unos pensamientos me llevan a otros contínuamente. Me mola pensar. Debería pensar por qué me entró la llorera el rato aquel que dejé de pensar. Pero, ¿realmente dejé de pensar o pensé en algo que no quería pensar? Mmmmmm. Voy a pensar.

Anónimo dijo...

¡Está genial lo de ser una Moli a la que le mole su cabeza! La verdad es que esos momentos de paz con uno mismo, en los que en lugar de rumiar preocupaciones uno se dedica a divagar feliz sobre esto o aquello, son de lo mejor que hay. :)

Y transcurren a veces así, haciendo una actividad rutinaria pero sin renegar de ella o querer acabarla cuanto antes.

A mí me pasaba de niña cuando hacía castillos en la playa: entre palada y palada, empanada en crema y arena, iban desatándose mis pensamientos con todo placer.

¡Y es en situaciones como éstas cuando surgen las ideas más creativas!

Un abrazo.

Iraide

Anónimo dijo...

¡Es genial ser una Moli a la que le mola su cabeza! :) La verdad es que cuando uno disfruta mucho cuando, en lugar de rumiar preocupaciones, deja que en su cabeza vayan flotando pensamientos aleatorios mientras hace, sin ninguna prisa por acabar, alguna actividad que no requiere mucha concentración.

A mí me pasaba de niña con los castillos en la playa. Era sentarme en la orilla con mi cubo y mi pala, empanada en crema y arena, y empezar a divagar más feliz que una perdiz. :)

Además, esos momentos de estar en paz con uno mismo y con su materia gris suelen ser los más creativos.

Un abrazo.

Iraide

Anónimo dijo...

El ejemplo de Paula es muy bueno. Otra forma de " no pensar", es decir "relajar la mente" es por ejemplo haciendo actividad física intensa durante un corto plazo de tiempo, como por ejemplo: corriendo sobre una maquina, ya que la persona esta pendiente de varios aspectos que lo mantienen concentrado en el momento presente, como mantener el ritmo de la velocidad de la maquina, mantener el equilibrio, llevar una buena respiración, concentrarse en que podrá concluir el tiempo que se ha propuesto correr, etc. Considero que si la persona puede hacer ejercicio, por sus condiciones físicas, es un buen método, ya que requiere toda la atención en lo que se esta haciendo y no se piensa en nada mas que no sea eso. También valdría la natacion, o ejércicios acuáticos. Además el deporte genera endorfinas de bienestar psíquico y físico.