lunes, 26 de enero de 2009

MATERNITY (XIII): Al cine.

Ir al cine con los niños parece un plan perfecto. Hora y media en la que están sentados, callados y entretenidos..¡no se puede pedir más por 7 euros!. El problema como siempre son los inconvenientes con los que no habías contado y que hacen de este plan supuestamente genial…una prueba de resistencia.

Ir al cine con las princesas es una experiencia de madre soltera desde que G. me desarmó la primera vez que se lo propuse con una excusa tan contundente, eficaz y genial que no pude decir una palabra en contra:

- ¿Qué te parece si vamos al cine esta tarde a ver “Bolt”?
- Yo no, a mi esa película no me apetece.

¿Qué puedes contestar a eso?. Así que nada, me voy yo sola a ver Bolt porque obviamente es la peli que más me apetece del mundo y arrastro a mis hijas que lo mismo preferían "Revolutionary Road".

Como soy muy previsora saco las entradas por Internet, solo hay que recogerlas en la máquina de la entrada. Parece fácil dicho así, pero no. Con una mano sujeto a M. y le digo que le de la mano a C. que por supuesto se niega…con la otra mano sujeto la mochila de las medicinas, e intento sacar la cartera del bolso para coger la tarjeta y pasarla por la máquina. Momentos de tensión…nunca sé si funcionará o no…parece que si….respiro aliviada, me giro y C. sale corriendo en medio de un hall lleno de niños..grito, la persigo..y consigo agarrarla.

Sin aliento, con la mochila colgando, el bolso, una niña de cada mano y las entradas en un bolsillo seguro..entro en el cine.

- ¡¡QUIERO PALOMITAS!!!! ¡¡¡QUIERO PALOMITAS!!!!.
- Que si, que ya vamos a por ellas.
- YO TAMBIÉN QUIERO PALOMITAZZ.
- A ver, poneos aquí, a mi lado.


Bien, consigo un cucurucho de palomitas por el módico precio de 4 euros…y me encamino hacia la sala. Me siento como un malabarista de esos que van sumando cosas mientras las van tirando por los aires: bolso, mochila, 2 niñas, entradas entre los dientes y cubo de palomitas…

Después en la sala, las escaleras. Desde que soy madre he desarrollado un pánico absurdo y desproporcionado a las escaleras…¡¡cuidado!!!..¡¡dame la mano!!!...¡¡no te caigas!!...¡¡mira por donde vas!!!...no lo puedo evitar…entro en una espiral de repetir sandeces de ese estilo y mis hijas me miran en plan..”¿Se puede saber que te pasa??...no nos vamos a caer”…Y es verdad…luego andando en la playa se tropiezan con sus propios pies..pero por las escaleras no se caen.

Llego a los asientos…y de repente mis hijas son superheroínas ( o mejor supervillanas) y los abrigos son como kriptonita…son veneno, les queman la piel, se vuelven locas y empiezan:

- mami quítame el abrigo!!!!
- Mamiii…el abrigooooo!!!...


Asi que mientras entro de medio lado en nuestras butacas con la mochila, el bolso, el cubo de palomitas y las entradas entre los dientes..intento sujetar los abrigos para que no caigan al suelo.


- Yo aqui.

- No, ahi yo.

- No, mamá ahi.

- Mejor aqui yo.

Consigo dejar todo sobre mi butaca sin ponerme histética: ¡ no hay dolor!. Paso a la siguiente etapa que es acomodarlas en sus asientos y aquí tengo que hacer una advertencia a padres/tios/abuelos primerizos que vayan con niños al cine: las butacas de las salas de cine son un arma mortal si pesas menos de 18 kilos. Lo digo por experiencia.

Cojo a C. en brazos, bajo el asiento de su butaca, la siento y me giro para repetir la operación con M. De repente oigo un ruido, miro a C. y su butaca se ha vuelto a cerrar atrapándola a ella…jijiji..solo se ven los pies, las manos y la coronilla..parece Mortadelo atrapado por una cama plegable. La verdad es que me río un poco pasado el susto inicial.

Vuelvo a acomodarla y me doy cuenta de que es un problema de peso, así que la siento y le pongo encima los abrigos, la mochila, mi bolso y las palomitas para que no se cierre la butaca y conseguir sentar a M. que tiene el mismo problema.

En una maniobra increíble por mi parte…mientras C. está sepultada… siento a M. y sin soltar su butaca consigo sentarme…..y entonces apoyo mis dos rodillas en sus butacas para hacer de contrapeso. Comodísimo.

Cuando libero a C. de todo el peso, no está de muy buen humor..¡¡QUIERO MIZ PALOMITAZ!!!, pero empieza la peli y se tranquiliza.

Exhausta, miro la pantalla...y solo pienso en G. disfrutando de la paternidad.


9 comentarios:

Sílvia dijo...

jajajajajajja pobre C. atrapada en la butaca asesina...

Creo que esperaré a que mis sobris pesen más de 18 Kg. para llevarlos al cine.

Besote!

carlota dijo...

jajajajja.. así sentadas llegaban a ver la peli? no lo tapaba el butacón de delante? . La otra vez ( si te animas a ir otra vez ) las sientas sin bajar el asiento .

Besos .

molinos dijo...

Ya he probado a no bajar el asiento pero no les mola y el elevador no pesa lo suficiente y se cierra igual la butaca....pero yo insisto...sigo llevándolas que les mola.

JuanRa Diablo dijo...

Hoy he visto la foto de una alfombrilla para las entradas a las casas y me he acordado de tí.
Decía:
"OLVÍDESE DEL PERRO. CUIDADO CON LAS NIÑAS"

molinos dijo...

jajajajaja...que bueno la alfombrilla...me viene al pelo.

Anónimo dijo...

Y el papel de G..... (a mi me ha pasado lo mismo...) Se mala, contraataca... tú tambien tienes derecho...

camaca dijo...

jajajaja! sin más, jajajajaaaa

Silencio dijo...

Que sepas que me acaba de dar un ataque de tos de reirme de la situación, aunque imagino que a ti ni p.gracia en el momento.. jajajajaja... Que mulas Francis somos las madres!... ya quisiera yo ver a un solo padre cargar con la mitad de cosas con las que cargamos nosotras (niños aparte) y sin rechistar... difícil, ehh??...

Un abrazo!

Anónimo dijo...

Bueno, el sábado pasado pasé por lo mismo con la salvedad que a la media hora quisieron irse: 24.60 euritos.Y porque los quicos y el agua venían de casa...