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lunes, 28 de septiembre de 2015

Dicen que en Bilbao llueve...


He empezado esta crónica de un fin de semana increíble en Bilbao 4 veces y ninguna me gusta. 4 borradores que he desechado. 

Así que optaré por frases sin sentido escritas del tirón. 

- La distancia del centro a la que está el Hotel Gran Bilbao para los de Madrid es "cerca" y para los del mismo Bilbao es "casa Dios". Esta diferencia en la apreciación de los tamaños me lleva a reflexiones absurdas que debería apuntar para otro post. 

- La emoción que provoca ver un cartel en la calle con mi apellido bien escrito. Aunque no sea mi calle ni tenga nada que ver conmigo. "Mamá, está bien escrito, con b"

- Hay habitaciones cuádruples que tienen cuatro camas de verdad y ningún camastro. Lo sé, resulta increíble, pero existen. Y además no hay que pasar por encima de unas camas para llegar a otras. Y se puede saltar. 

- Los columpios de Bilbao son mil veces más chulos que en Madrid. La mejor hora para disfrutarlos las 12 de la noche. 

- El Guggenheim es maravilloso. Es una pasada. Siempre. Da igual las veces que lo vea. M se ha enamorado de El gran árbol y el ojo de Anish kapoor y C de Puppy " y de las esculturas, y de la langosta ¿o es un langostino? de Koons y de Popeye y de la araña..." 

- Richard Serra y sus esculturas son un juego y una experiencia. También te pueden provocar un globo parecido al del tiovivo y se puede jugar con ellas a decir secretos a voces. 

- Clavadistas ha sido la palabra del fin de semana. Hasta el sábado a mediodía no sabía que existía ni la palabra ni ellos. Una vez más, he tenido una epifanía con el género masculino. Esta vez, compartida con Molihermana: "¿te has fijado? en esos bañadores no cabe ni un suspiro...ni sobra nada". 

- En Bilbao se vive despacio. Se respira más lento y la gente pasea. 

- Si tienes un pasillo y dos niñas hay fotos que tienes que hacer. Y pelis que hay que volver a ver. 

- Subir a Artxanda siempre es buena idea. 

- Ir por la ría en barco con un guía como Txipi que te cuenta toda la historia de los edificios, las zonas y los barrios. Un lujo. Eso sí, él llevaba jersey y yo no. No son tan aguerridos. 

- Como los de Bilbao hacen lo que quieren, he visto tíos con pantalones rojos, amarillos y ¡tachán! rosas. A lo mejor lo de "hacemos lo que queremos" se les está yendo de las manos. 

- "Soy Roque Altube, del caserío Altubena de Getxo". Por fin he ido a Getxo. Me lo debía a mi misma y a Pinilla. Me ha encantado. El puente colgante es  una maravilla que no entiendo como no tiene hordas de turistas a todas horas. Podría haberme pasado horas paseando por la pasarela. M se tumbó en el suelo a mirar por las rendijas de la madera como pasaba la cabina. C contó los pasos entre un extremo y otro. Nos hicimos mil fotos. 

- Mamá, ¿necesito un abogado? 
- Depende, ¿qué has hecho? 

Tengo una cita apuntada en uno de mis cuadernos que dice algo así como que para hacer tuya una ciudad hay que enamorarse en ella. Yo no me he enamorado en Bilbao, me enamoro de Bilbao cada vez que voy y descubrírsela a laz princezaz ha sido una pasada. 

- Mamá, Bilbao huele a campo. 
- ¿Tú crees?
- Sí y me encanta. Pero yo creí que aquí llovía. 
- Ya, y yo. 


miércoles, 8 de julio de 2015

Viaje hacia el Norte

Menos mal que he tenido un momento de lucidez y he decidido hacer antes la maleta. Si llego a decidir ducharme primero ahora tendría que cambiarme entera y volver a la ducha. Qué caloreta tengo, me suda todo. Sudor de canalillo en modo niágara. No entiendo cómo no han inventado un desodorante de canalillo. Inventan Chilly para unos picores que nadie que yo conozca tiene y un desodorante de canalillo que es una necesidad básica no se les ocurre. Sí, se puede usar cualquier desodorante pero lo mismo pasa con las cremas y las hay para cada trozo de piel. 

Bien. Ya está todo. El libro, otro por si acaso. Mierda se me olvida la toalla, la pluma, las sandalias. Otra vez a subir. Menos mal que no me ve nadie, he hecho una maleta como si me escapara de casa, qué contenta estoy de haber comprado un coche ranchera, no tengo que preocuparme del espacio. 

Joder qué calor del infierno. 11:58, rumbo al norte. A ver si hay suerte y refresca. Cerceda, Soto, Manzanares... qué casas más horrorosas se construye la gente. Nunca sé si es que los arquitectos son lo peor o que la gente paga y aunque el arquitecto le diga que lo que se está construyendo es un engendro le da igual. A ver si identifico la casa que papá y mamá querían comprar cuando éramos pequeños. No la compraron porque tenía una terraza enorme sin barandilla que, a nosotros, nos encantó pero era un peligro. Ahora no creo ni que dejaran  construir esa casa y por otro lado mejor que no la compraran. Mi vida sería completamente distinta si hubiéramos tenido esa casa y no, me gusta mi vida. Sería tan diferente que ni siquiera sería Molinos. 

Carretera de Burgos. 35 grados. Las princesas deben estar recocidas en su campamento. Espero que se les pase la gastroenteritis y empiecen a pasárselo bien. No sé si esto que siento es un poco de cargo de conciencia. No, no, no. Es pena porque me da cosa que estén pachuchas de campamento pero no es nada grave, nos hubieran llamado si fuera grave. No le voy a dar más vueltas. ¿Qué día es hoy? 7 de julio, San Fermín.
 "El suelo es el piso, el piso el departamento".
debería escribir en el chat de primos para que R sepa que Rafa Pons está en Buenos Aires y que puede ir a verle al concierto. En cuanto llegue voy a mandar un wasap para pasar lista a ver dónde están todos y que manden fotos. 

"Ya no me asusta el inviernome doy más miedo yo".
A mi tampoco me asusta el invierno, me encanta. 35 grados marca fuera. Qué pesadilla, menos mal que me he puesto vestido y sandalias. Tengo el móvil echando humo de contactos para quedar, yo creo que llego a las 3:15 a Bilbao sin problema. La verdad es que no pensé que iba a quedar con nadie y no me pegan las sandalias con el vestido. Voy a cepillarme el pelo. ¿Habrá una normativa que prohiba cepillarte el pelo mientras conduces? tengo que acordarme de cortarle la etiqueta a este cepillo, a ver si lo saco en público y hago el ridículo. Pero, ¿Qué digo? No voy a peinarme en público. 

Gogoratu. Recuerde. ¡Qué distinto suena! Gogoratu, gogoratu. Ya no se me olvida, como orbela. Me flipan esos caseríos pero no sé porque siempre me imagino viviendo en ellos cuando llueve y no con este sol... "¿Por donde vas?". Parque Gorbeia. Me recuerda a Pinilla y la llama que se perdía en el monte y se convertía en un animal legendario. Bueno, no se perdía, se escondía. Pinilla, que rabia que ya me lo he leído todo. Podría ir a Getxo a dar un paseo...

21 eurazos de peaje. Madre mía, qué pastizal del infierno y además taquicardia. Tengo que trabajar esto, no puede ser que me entre el síndrome del aeropuerto cada vez que llego a un peaje. Siempre lo mismo. Llego y creo que he perdido el ticket, y pienso que me he dejado la cartera en casa y en 2 nanosegundos me imagino dando explicaciones al de la caseta o peor a los 20 coches que están detrás de mi y encima teniendo que llamar a alguien apra que venga a darme pasta para pagar. ¿A quién llamo si ya casi estoy en Bilbao? Y ahí me paro, encuentro el ticket y la cartera aunque claro, parece que un perro a escarbado en mi bolso y tengo todo esparcido por el coche. 

- Entra por Zabalburu 
- Mi coche es azul apolo 
- Ya te he visto con tu pelazo.¿Qué leches es azul apolo? 

26 grados. El Guggenheim y amigos que me dicen "eres exactamente como te imaginaba". Adoro esta ciudad. 

jueves, 23 de abril de 2015

Enamorarse leyendo


Eh, eh... hazme caso. Deja el libro. Déjalo del todo. Hazme caso. Mira lo que acabo de ver. ¿Te acuerdas cuando hace unos meses nos reímos de esa noticia que hablaba de enamorarse de alguien después de responder a 36 preguntas más o menos íntimas? ¿Te acuerdas? Sí, sé que si. 

Pues acabo de encontrar un artículo dónde comentan que también es posible enamorarse de alguien hablando de libros y respondiendo una serie de preguntas. Bueno, esto tu y yo ya lo sabíamos. ¿Acaso no fue así como nos conocimos? 

Si lo pienso, siempre que me he enamorado los libros han estado de por medio: antes, durante o después. Antes, contigo, claro, fue como llegaste a conocerme. Durante, contigo y con otros. No me mires así, no te hagas el digno que ya tenemos una edad y sabes que hubo otros antes. No, después espero que no, bueno... no lo espero, no sé. Pero no me líes, que estábamos hablando de libros. 

Libros durante una relación. Los que lees a medias, los que se prestan, los que se recomiendan o incluso los que el otro empieza a leer porque yo soy muy pesada y si estás conmigo es imposible que no te apetezca leer. Los libros por los que hemos discutido o nos hemos enfrascado horas de conversación. ¿Te suena?

Al terminar una relación también ha habido libros. Creo que esto no te lo he contado; es de mi época patética. Una época catastrófica para mi autoestima pero muy fructífera en anécdotas autohumillantes que he descubierto que dan mucho juego. ¿Que cómo fue eso? Pues con mi primer novio, desde que me dejó, todos los años, puntualmente por su cumpleaños yo iba hasta la puerta de su casa y le dejaba un libro. Lo sé, lo sé... espantoso. Si para algo me gustaría tener una máquina del tiempo es para volver a aquel momento y abofetearme hasta la muerte. ¿Cuándo dejé de hacerlo? No sé, en algún momento recuperé el criterio. Lo más gracioso es que él vino un día y me dijo "Ya no me regalas libros". Me sentí un poco el de la canción de las violetas. 

La primera pregunta del artículo es ¿cuál era tu libro favorito de pequeña? ¿Qué es pequeña? Bueno, da igual. Me encantaba un libro que se llamaba "Papaíto Piernas Largas", lo leí mil veces. Era una edición antigua, de mi madre, con tapas verde césped y una jovencita que miraba arrobada la sombra de unas piernas. Es curioso que apenas recuerde la historia. También me encantaba “Mujercitas” y el otro día en la estantería encontré "Alarma en Patterick Fell", un libro juvenil con una central nuclear que no sé por qué me dejó marcada. Creo que se lo voy a pasar a M. ¿Cómo ha llegado a la estantería de mi cuarto? ¿Lo traje yo? ¿Cuándo? ¿Por qué? y ¿por qué ése y no el de “Papaíto Piernas Largas”, que no encuentro por ninguna parte? ¿Me querrás cuando pierda la memoria del todo? Bueno, no empieces a preocuparte por eso, acabo de recordar que Fred Astaire hizo la película.

¿Cuál es el último buen libro que has leído? Creo que el último verdaderamente bueno fue el de Padura, el de "El hombre que amaba a los perros", una gran novela con un historión que me dio mucho sobre lo que pensar. Te leí la cita en alto y te quedaste petrificado: "Según se mire, Ana era la mujer que yo más necesitaba o la que menos me convenía en aquel momento...". ¿Dónde has leído eso?, me dijiste. 

Luego he leído algunas cosas de no ficción que no me han gustado mucho. Eso también lo preguntan en el artículo, ¿prefieres ficción o no ficción? Si me llegan a preguntar hace 10 años hubiera dicho que ficción y sin embargo ahora disfruto las dos cosas por igual. Ahora mismo estoy con el de Luis Magrinyà sobre muletillas, expresiones atroces al escribir y construcciones gramaticales a evitar y me lo estoy pasando bomba, además de aprendiendo un montón. Ya verás la próxima vez que me pases uno de tus textos a corregir... vas a ser mi conejillo de indias para aplicar todo lo que estoy aprendiendo. 

Hay muchas preguntas típicas pero me encanta esta porque lo hemos hablado: ¿Con qué autor, vivo o muerto, te gustaría ir a cenar? Tengo hasta una lista. De los muertos me encantaría haber podido ir a cenar con Ramiro Pinilla, escucharle contar todas sus historias sin mucho que decir; sólo escuchar, mirar y aprender. También con Ray Bradbury, seguro que sería divertido. Le contaría que da vértigo el espacio y pánico las naves espaciales, quedaría como una mema pero creo que se reiría conmigo. Lo que no sé es si podría abstraerme de sus gafotas. De los vivos elijo a Paul Auster, Enric González y Neil Gaiman. Sí, los tres me gustan como hombres pero es que si voy a ir a cenar, ¿por qué no elegir hombres que además de atraerme intelectualmente lo hagan físicamente? No seas tonto, te dejo venir conmigo. Uy, casi lo olvido... de los muertos pero que deberían estar vivos me hubiera encantado cenar con Tony Judt. ¿Cuáles elegirías tú? 

¿Quieres saber más preguntas? Una de mucha vergüenza. ¿Qué libro te avergüenza decir que te gustó? ¿Quieres saber el mío? Vale, pero no te rías. Es uno atroz que tuvo muchísimos lectores hace unos años y adivina de qué iba: unos que se enamoraban por Internet. Ja. Sabía que ibas a poner esa cara. ¿Qué si tengo ese libro todavía? Creo que sí, por ahí anda. Y cumple a rajatabla la pregunta: me da vergüenza que en su momento me gustara pero en fin, todos tenemos nuestros momentos de debilidad sensiblera. No, no voy a decirte el título. Busca en la estantería. 

Te estás descojonando de mi... lo veo. Eres un perro. 

Hay muchas más preguntas, algunas chulas, pero ya no te cuento más que luego dices que soy un torrente. Volvamos a leer un rato. 


lunes, 2 de marzo de 2015

Lecturas encadenadas. Febrero


Ocho libros han caído este mes. Como son muchos, intentaré no aburrir con lo que no me ha gustado y ser entusiásticamente breve con lo que me ha gustado mucho y he disfrutado. 

La historia secreta del Día D,  de Ben Macintyre, préstamo de Juan. Hablamos mucho de la II Guerra Mundial, de espías y de sexo, pero sólo intercambiamos libros sobre los dos primeros temas. 

Este libro aborda una parte de la II Guerra Mundial que no conocía, el papel de los dobles espías captados primero por los alemanes pero que desde el principio trabajaron para Gran Bretaña y los aliados. Ellos fueron los responsables de tramar y tejer la red de desinformación que hizo creer a los alemanes que el desembarco del día D se produciría en Calais y Noruega y no en Normandía. Macintyre cuenta la historia personal de los espías entre los que está la del español, Juan Puyol “Garbo”, que empezó como criador de pollos y acabó de superespía gracias a una imaginación desbordante.

Es un texto muy ameno que se lee casi como una película en blanco y negro de espionaje, con muchos personajes e historietas y también muchísima información. Hay un par de historias sobre las palomas mensajeras espías y los murciélagos bombas que no sé como no han sido contados por Tarantino en una película. 

El nadador en el Mar Secreto , deWilliam Kotzwinkle. Enviado por la editorial Navona en una edición sencilla pero muy chula. Es un libro que se lee y también se siente porque tiene la cubierta de tela rugosa. Es una sensación que ya asociaré a esa historia para siempre. 

Es una novela muy breve, escrita en 1975 y con una parte autobiográfica. Tres días en la vida de una pareja contados desde el momento en que ella rompe aguas. Es una escalada trágica y esforzada, en la que ambos, ella y él tienen que ayudarse mutuamente para alcanzar una cima que no esperan y cuya bajada resulta mucho más dura y difícil de enfrentar. Es una historia con nieve, nieve silenciosa que parece amortiguar la historia de Lasky y Diane, que da la sensación de hacerlos de corcho, de aislarlos del mundo, del lector y al mismo tiempo ese mismo silencio, esa blancura hace destacar trágicamente cada pensamiento y sentimiento que tienen. 

Me ha gustado muchísimo y me recordó a “Una cuestión personal” de Kenzaburo Oé aunque sin ese tono egoísta del japonés. Es una historia preciosa e increíblemente íntima. 

Y la mejor descripción de un parto que he leído jamás está en esta historia. 
“Laski bajo la mirada y en la grieta rasurada y sudorosa vio algo rosado y extraño, un pequeño fragmento de carne que no alcanzó a asimilar. Él sólo reconocía las olas que volvían a llevárselos a un lugar en el que estaban solos en un amor y una tristeza que nadie más podía compartir, solos y cada uno aferrado al otro en aquella realidad para la que tanto se habían preparado y para la que ninguna preparación era suficiente.” 

Una Asombrosa Aventura De Jules, de Emile Bravo. Volumen 2. Comic que le trajeron los Reyes a M que ya había leído el año pasado la primera parte. A ella le encantan las historias de Jules y a mí también. Si tenéis hijos a partir de 8 años, este tebeo es muy buena opción para que lean algo distinto, entretenido, divertido, con historia, personajes chulos y mucho humor. Además, en este volumen, en las tres historietas que lo comppnene se habla del cambio climático, de navegación, de genética e incluso de sectas. No estoy diciendo que un buen tebeo o un buen libro tenga que enseñar algo para ser mejor, pero que esas ideas estén en un tebeo es una buena manera de que los niños vayan conociendo más cosas. Pero que conste que el principal valor de las historietas de Jules es que molan mucho. Ya estáis tardando. 

La Tejonera de Cynan Jones, enviado en este caso por la editorial Turner dentro de su colección “El cuarto de las maravillas”. A pesar, o precisamente por eso, de las grandes frases de su portada (creo que haré un post sobre estas frases) “Un nuevo clásico”, “Absolutamente  magnética”, “Brillante, tensa, dura, inolvidable”, no me ha gustado nada. 

Es una historia que en cierta manera se parece a la de El nadador en el Mar Secreto pero en vez de ser una novela breve muy brillante y conmovedora, ésta es un desastre. Dos historias sin mucho que ver que se supone suceden paralelamente en la campiña galesa. Una de ellas, la de David, tiene sentido e identidad en sí misma y consigue transmitir emoción aunque no sea nada original ni del otro mundo. La otra, la del “hombre corpulento” no aporta nada más que confusión y bastantes datos sobre la caza del tejón, un tema que lamentablemente me interesa cero. El estilo narrativo fluye bastante bien con la historia de David y es una carrera de obstáculos con los tejones. 
“¿Cuántos recordatorios habría?, preguntó. ¿Cuántas veces me pasará esto? Es tan palpable su presencia aquí. Estaba al borde de la ira, pero de pronto lo asaltó un sentimiento triste y desesperado de cálido afecto por ella. Puedo aferrarme a ella, pensó. Dentro de mí puedo aferrarme a ella.” 
El puente de Brooklyn de Henry Miller, enviado también por Navona Editorial. Recoge una serie de relatos, todos con material autobiográfico como casi siempre en Miller, algunos mejores y otros peores pero todos muy reconocibles como suyos. Hacía muchísimo que no leía nada de él pero si lo pienso una serie de casualidades cósmicas hacían inevitable que llegara este libro a mis manos. Me fijé en la correspondencia entre Miller y Durrell que tenía en la estantería y escribí un post, decidí releer El Cuarteto de Alejandría que me encantó… y ahora reencontrarme con Miller. 

Algunos de los relatos, especialmente el primero que es una especie de torrente narrativo de desgracias descritas por un personaje trágico, debieron ser una clara influencia en David Foster Wallace. La misma visión trágica y ácida de la vida, el mismo punto de vista desde arriba y la misma erudición apabullante que no te deja casi respirar. En el relato “Fricandó Astrológico” me he reído a carcajadas y no podía dejar de pensar en “El guateque” de Peter Sellers. 

Miller no es para todo el mundo y creo que los Trópicos hay que leerlos de joven para que causen el efecto que deben, son una especie de pasarela a la vida adulta. Su correspondencia con Durrell, sin embargo, es una maravillosa manera de contemplar la vida de un escritor, entender su madurez, comprender la amistad y asombrarse por una vejez lúcida y plena. 
“Resulta mucho más fácil suicidarse que matar el alma. Queda la duda - con la que ni siquiera el más decidido destructor puede acabar - de que eso sea posible. Si se pudiera llevar a cabo mediante un acto de voluntad no sería necesario invocar el destino, pero precisamente por la voluntad ha dejado de funcionar es po lo que el individuo desesperanzado se rinde a los poderes existentes.” 
Cadáveres en la playa de Ramiro Pinilla. ¡Qué pena me dio su muerte hace unos meses! Este nuevo caso de Samuel Esparza me lo regalaron por mi cumpleaños. Otra vez Getxo, volver a los escenarios que conozco desde que hace cuatro años comencé a leer a Pinilla, otra vez la playa, el Mar Cantábrico y la lluvia. Una lectura agradable, entretenida y que para mi es “casa”. 
“Las playas como simple paisaje, pueden admirarse desde arriba, pero solo se sienten desde abajo”. 
Del Color De La Leche, de Nell Leyshan. Regalo de Nan por mi cumpleaños y comprado y dedicado en Tipos Infames

Tercer libro en el mes con una  historia trágica en un entorno rural. Mary, una jovencita con el pelo “del color de la leche” y una malformación en una pierna, cuenta su vida en una granja paupérrima en Inglaterra en la que vive con sus tres hermanas a las órdenes de un padre despótico que las obliga a trabajar de sol a sol.

No voy a descubrir nada más de la historia. A Nán le deslumbró y a mi me ha parecido normalita sin más. Contada con la candidez de una niña que ahora mismo estaría diagnosticada como Asperger resulta chocante y sorprendente en el estilo y la forma. Todo en minúsculas, en frases cortas, tal  y como escribiría alguien que acaba de aprender a hacerlo. A mí esa forma de escribir me parece en sí misma un artificio para hacer la historia más dramática, intentar hacerla más real. No es una mala novela pero no me ha parecido nada del otro mundo. 

Terminé el mes con El asesino de policías regalo de las princezaz y El Ingeniero por mi cumpleaños. Un nuevo caso del inspector Martin Beck ambientado en esta ocasión en Escania, en Malmo, escenario dónde muchos años después Mankell desarrolla todas las historias de inspector Wallander. Una novela policiaca entretenida aunque me ha parecido más floja que las anteriores. 
“Tampoco le gustaba la idea de la mujer como objeto sexual en una sociedad donde ni siquiera el principio de igual remuneración por igual trabajo se cumplía”. 

¿España 2015? No, Suecia 1973. Y seguimos igual. 

En resumen, corred a leer El nadador de medianoche, conseguid Jules para vuestros churumbeles y vosotros y aprended algo de espías con Ben Mcyntire. 

Con esto y un bizcocho hasta los encadenados de marzo. 

viernes, 2 de enero de 2015

Lecturas encadenadas. Diciembre y resumen final


Empecé diciembre con un libro que sabía que iba a odiar pero que tenía que leer. Sé que es absurdo pero de vez en cuando tengo estos arranques. Perdida de Gillian Flynn era justo lo que esperaba una memez de historia disfrazada de intriga. Es igual que una tv movie de Antena 3 de los sábados por la tarde. Ella es rubia y se cree lista, él es guapo y se cree listo y la realidad es que los dos son idiotas y viven en un mundo dónde increíblemente todo el mundo es más idiota que ellos así que ellos parecen super astutos. No son astutos, son memos. Voy, vengo y por el camino me entretengo y el libro es un coñazo. Lo terminé para poder despellejarlo a gusto y para saber hasta dónde había sido capaz la autora de retorcer la historia. Es increíble como partiendo de una premisa absurda consigue llegar a un final inverosímil en el que no hay marcianos, ni una isla que desaparece ni un hada madrina. 

Me parece recordar que al estrenarse la película hubo cierta polémica porque decían que el libro iba contra las mujeres o algo de eso. No entiendo la crítica, todos los personajes son idiotas, independientemente de su género. Me falta ver la peli para someterme a la tortura completa.

La editorial Turner tuvo la amabilidad de enviarme Hacer el bien de Matt Sumell a pesar de que mi opinión sobre Las esposas de los Álamos que también forma parte de su nueva colección "El cuarto de las maravillas" no había sido precisamente buena.

Hacer el bien es la historia de Alby, alter ego de Matt Sumell, que al perder a su madre entra en una espiral de lo que podríamos llamar vida sucia. El tipo de descenso a los infiernos, introspección, rescate de recuerdos, inconsciencia vital, borrachera descontrolada y sinceridad desbordada tan típica de muchas novelas americanas.

Es una novela que engancha al principio; Alby cae bien. Quieres saber quién es, qué le ha pasado, qué le va a pasar. El problema es que en algún momento a Sumell los saltos temporales se le van de las manos y acabas un poco desorientado y sin saber muy bien dónde estás y lo que es peor si te importa. Por otro lado es una sensación de dar vueltas sobre ti mismo que se parece mucho a la sensación de espiral en la que se vive en una situación de luto. El problema es que las espirales tienen salida y Sumell parece más bien dar vueltas en un círculo sin fin. A pesar de todo esto, me ha gustado y se lee con agrado. Tiene algunos diálogos muy brillantes de un humor bastante negro.

Una cuestión de fe de Enric González. Este libro tiene toda una historia. El día que yo presenté mi libro, Enric hacía de librero en "Tipos Infames" y obviamente yo no podía ir. Nán tuvo el detallazo de ir a ver a Enric, comprar el libro y hacer que me lo dedicara "Para Molinos que ya es vieja amiga con un abrazo y un gran beso"  Enric puede escribir de lo que quiera que yo lo leo todo con pasión, devoción y entrega adolescente.

En este caso Enric habla de fútbol que como todo el mundo sabe es un tema que me motiva cero, pero he devorado el librito más feliz que una perdiz, con una sonrisa en la cara y disfrutándolo como una enana. Se lee como si le estuvieras escuchando, como si se estuviera tomando una copa y fumando mientras te cuenta esas historias, esas ideas, esas reflexiones. Lo imaginas sonriendo porque tú también estás sonriendo al leerlo. Siempre te quedas con ganas de más, de decir "sigue, no pares, cuéntame más".
"Lo que llamamos "historia" no es lo que ocurrió, sino lo que se ha escrito sobre lo que ocurrió. Y lo que se ha escrito se corrige, se reescribe y rectifica día a día desde un presente continuamente cambiante. Y hechos desnudos e indiscutibles se disfrazan de forma distinta en cada época, bajo una condición: la narración histórica es siempre la que más satisface a los grupos dominantes en la sociedad. Por poner un ejemplo chusco, si España se convirtiera en una república islámica, el relato de lo que ahora se llama Reconquista cambiaría por completo, aunque los hechos fueran los mismos". 

Por supuesto lo recomiendo para todos. ¡Ah! casi lo olvido, habla de su equipo, de El Español. De la historia, sus recuerdos como seguidor, su sufrimiento.... pero eso es lo de menos.


Al servicio del Reich: La física en tiempos de Hitler de Philip Ball ha sido otro envío de Turner. ¡Mil gracias! Como su propio nombre indica este ensayo trata sobre qué ocurrió y como se comportaron los científicos y concretamente los físicos y más concretamente Planck, Heinsenberg y Deybe cuando los nazis llegaron al poder. Es un libro interesantísimo por lo que cuenta de ciencia y por sus reflexiones sobre lo fácil que nos es a nosotros juzgar como buenos o malos desde nuestro cómodo sillón del siglo XXI.

La premisa de Ball para sustentar el libro es contar la historia de Peter Deybe, el más desconocido (por lo menos para el público de mi nivel)  de los tres científicos que he mencionado antes. Deybe fue siempre considerado un militante anti nazi que hizo todo lo que pudo contra ellos hasta que se exilió a Estados Unidos. En 2006 un libro lo presentó como colaborador de los nazis incluso cuando ya trabajaba para los americanos. Se desató una gran polémica que hizo que se quitara su nombre a un instituto en Holanda, a unos premios... Ball se propone contar la historia de la ciencia en tiempos del III Reich y presentar la figura de Deybe, no para rehabilitarle sino para mostrar que no todo es blanco o negro. Es un libro muy muy interesante que recomiendo a todo el mundo por sus reflexiones sobre historia, sobre el papel de la ciencia y sobre el comportamiento moral de cada uno de nosotros.  He copiado muchísimos párrafos en mi cuaderno de aprender.
"Una de las lecciones vitales que hemos de aprender del desastre alemán es la facilidad con que un pueblo puede verse absorbido por el marasmo de la inacción; basta que sus individuos se dejen llevar por la marrullería, el oportunismo y la cobardía, para que estén irrevocablemente perdidos". 
"Cuando oímos decir en defensa de los físicos alemanes que no todos los hombres puede ser héroes, debemos recordar esta observación: no se trata de cuan inquebrantable sea nuestro valor, sino de cuanto puede tolerar nuestro sentido moral". 

He terminado el año maravillándome con la segunda y tercera parte de El Cuarteto de Alejandría:

Balthazar  y Mountolive.  Ya conté en verano que había empezado la relectura de esta tetratrología de Lawrence Durrell porque cuando la leí por primera vez con 20 años sentí que era demasiado joven, demasiado inexperta, demasiado inocente para apreciarla. Tenía esa sensación pero no estaba segura de que iba a pasar al volver a ella y sencillamente me ha maravillado. No recordaba casi nada de la historia ni de los personajes y ahora mismo que estoy con la última parte, estoy inmersa en el calor de Alejandría en la época anterior a la II Guerra Mundial, con unos personajes centrales vistos desde mil puntos de vista y rodeados de todo un universo de personajes secundarios que crea Durrell. Estoy fascinada y contentísima por haberlo releído. Con 20 años no era su momento, lo es ahora.

De Balthazar:
"La ciencia es la poesía del intelecto y la poesía es la ciencia de los efectos del corazón". 
En 2014 he leído 67 libros, mejor marca personal de todos los tiempos. No tiene mayor importancia pero me sigue sorprendiendo la cantidad de tiempo que dedico a leer sin por ello dejar de hacer otras cosas.

De los 67 libros, 7 han sido escritos en castellano, 11 por mujeres, 5 han sido relecturas, 20 de no ficción y 7 comics. Bastante variado. Durante el año he repetido a Steinbeck, Siri Hustved, Pinilla y Lawrence Durrell. He leído un par de ellos espantosos pero no tanto como para entrar en  mi ranking de libros espantosos de todos los tiempos. (Me he currado un tablero de pinterest muy chulo con todas las lecturas y las citas correspondientes) 

Ha sido un gran año lector. ¿Alguien ha leído alguno de los que he recomendado o desaconsejado en todo el año? 

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Lecturas encadenadas.- Octubre (y II)

Vamos con los últimos cinco libros de octubre que quedaron pendiente en la anterior entrega de los libros encandenados.

De Neguri a Lausanne - diarios de una transicion 1977-1980, de Alejandro Gaytán de Ayala. De este libro me habló Juan Ignacio Pérez Iglesias mientras paseábamos por San Sebastián arriba y abajo hablando de Pinilla, de museos y de un millón de cosas más. Luego, tuvo la gentileza de enviármelo. Mil gracias Iñako. 

Es un libro muy curioso. Son las memorias de un señorito vasco de Neguri en los años de la transición, cuando todo su mundo y su posición económica y social se desmoronan. Es culto, católico, de familia del Opus, de derechas, jugador de bridge, anglófilo, aficionado a la ópera y a la música clásica, viajero, depresivo y homosexual. Es una especie de Oscar Wilde o de personaje de novelón inglés del periodo de entreguerras. Refinado, infantil para muchas cosas, observador de la realidad política y social que se va imponiendo en el País Vasco. Es clasista, casi racista, profundamente egoísta, y está asustado porque todo su mundo y sus certezas se desmoronan con 37 años.

En algunos momentos y salvando las distancias, me recordaba al Sandor Marai del primer tomo de sus memorias que son también las de un señorito quejumbroso y elitista que a veces resulta cargante e insoportable, y que es incapaz de valorar lo bueno de los cambios que se producen a su alrededor independientemente de los perjuicios que le ocasionen a nivel material. Repito que es un libro curioso y tiene su mérito el que se haya atrevido a publicar esos diarios casi sin editar, enfrentándose a esa realidad 30 años después. Es un poco una mezcla de Dowtown Abbey y el Hola con unos toques de realidad política.
"En realidad, la naturaleza humana se acostumbra fácilmente a la desaparición de los demás, por muy queridos que sean, que es la única manera de seguir viviendo". 
"Verdaderamente, las mujeres vascas viejas son de una elegancia natural extraordinaria, por muy bajo que sea su nivel social. La mujer humilde cursi es un producto de otras latitudes". 
Catedral  de Raymond Carver.  Colección de relatos que saqué de la biblioteca y que no recuerdo de dónde me llegó la recomendación. Todos los relatos son bastante deprimentes y tétricos. Algunos angustiosos. En casi todos aparecen niños en circunstancias tristes, dramáticas o incluso terribles.  Con los relatos siempre tengo la misma sensación de inquietud y asombro. Me intriga cómo los autores son capaces no de contar una historia completa sino de transmitir la sensación de que han observado una vida, a unos personajes y ha cortado un pedazo de esas vidas para mostrárnoslas, transmitiendo la sensación de que hubo algo antes del trozo que nos muestran y habrá un después que nos veremos, que no se nombra pero que aún así, los lectores sentimos real.

Llegados a este punto del mes, pensé en que todo lo que había leído hasta ese momento era pelín deprimente y que a lo mejor me convenía leer algo más ligero, menos dramático así que fui a la biblioteca, busqué a David Lodge y saqué Pensamientos secretos . Lodge escribe otra vez el mismo libro; una universidad inglesa, un profesor casado e infiel,  intrigas académicas, vida inglesa. Los escribe como churros y se leen exactamente igual, como un entretenimiento fácil y sin complicaciones. Un pasarratos sin más.
"Es un buen ejemplo de lo que estábamos hablando esta tarde, la intimidad de la conciencia, el secreto del pensamiento, es el archivo del que sólo nosotros tenemos la llave, y menos mal que es así...". 
Como la lectura fácil no dio resultado, volví a lo que pedía el cuerpo. Plataforma de Michel Houellebecq. Tras lo mucho que me gustó en su día "El mapa y el territorio" parecía una apuesta segura.

La historia de Michel, un funcionario gris, sin vida, sin intereses más allá del sexo y su historia al conocer a Valerie en un viaje organizado y comenzar una relación "perfecta" me ha dejado bastante fría a pesar de las pormenorizadas y detalladas escenas de sexo espectacular. Paralelamente a su historia personal, se desarrolla la trama sobre la vida profesional de Valerie centrada en el desarrollo de la industria turística, los viajes organizados para que turistas europeos salgan de sus vidas grises y de las normas que el viejo mundo impone para vivir aventuras de todo tipo en paraísos lejanos en Asia, África y América.

No me ha parecido gran cosa a pesar de su fama, muchísimo más flojo que "El mapa y el territorio" que me deslumbró. No le he encontrado la gracia ni me ha escandalizado ni me ha hecho pensar. ¿Se supone que es una reflexión sesuda sobre el sexo? ¿Sobre la depravación moral de Europa? ¿Sobre la mojigatería fingida? ¿Sobre la hipocresía occidental? Ni lo sé ni me importa mucho, la verdad. Se lee bien pero sin mucho más interés.
"Es imposible hacer el amor sin un cierto abandono, sin la aceptación, al menos temporal, de un cierto estado de dependencia y de debilidad. La exaltación sentimental y la obsesión sexual tienen el mismo origen, las dos proceden del olvido parcial de uno mismo: no es un terreno en el que podamos realizarnos sin perdernos".
Terminé el mes con un regalo de la editorial Turner, Las esposas de Los Álamos de Tarashea Nesbit. El tema me apetecía, la vida de las mujeres, de las familias que acompañaron a los científicos reclutados por Estados Unidos tanto en su país como en Europa a mediados de la II Guerra Mundial para llevar a cabo una investigación supersecreta en el desierto de Nuevo México, en Los Álamos, y que terminó con la creación de las bombas nucleares que se lanzaron sobre Japón para poner fin a la guerra.

Pues bueno, a pesar de que el tema me apetecía el libro es regulero. Desconozco la razón por la que Tarashea ha optado por contar la historia en primera persona del plural, englobando en ese "nosotras" a todas las mujeres que llegaron a Los Álamos siguiendo a sus maridos. El resultado es que la narración resulta artificiosa, superficial y poco atractiva, porque realmente no llegas a conocer a ningún personaje ni ninguna circunstancia concreta. Es todo una sucesión de párrafos del estilo: 
"Llegamos recién casadas, o inmersas en la crisis matrimonial de los siete años, o siendo todavía muy amigas de nuestros maridos, o sin estar ya enamoradas pero tratando de seguir adelante por nuestros hijos, o por nosotras mismas. Algunas esperábamos continuamente que se produjera un desastre y teníamos siempre las persianas bajadas, a algunas nos invadía un escepticismo discreto, aunque nadie se diera cuenta, y nuestro apelativo era Polly. Algunas de nosotras siempre nos las apañábamos con lo que teníamos, y no tardamos en formar clubes de lectura y grupos para hacer punto. Algunas brillábamos en reuniones, y organizábamos bailes por las noches y meriendas y clubes de bridge".

Y así todo el libro. "Algunas", "otras", "éramos", "queríamos, "no queríamos"... un despropósito y una desilusión. 

Y con esto, un bizcocho y mi insomnio de alerta, hasta los encadenados de noviembre.

La fotografía es un cuadro de Jordan Buschur titulada Sideways Stack. 



martes, 3 de junio de 2014

Lecturas encadenadas. Mayo (I parte)


Si tenéis curiosidad por saber cómo he pasado el mes, imaginadme con una manta de cuadros cubriéndome las rodillas y un libro en las manos. Boca arriba, de un lado, de otro, dormitando a ratos y completamente insomne cuando se supone que debería dormir. Esa he sido yo todo el mes de mayo y por eso tengo que dividir las lecturas encadenadas del mes en dos posts, porque por mis manos han pasado 9 libros. 

Al lío. 

 Todo cuanto amé de Siri Hustvedt. Empecé el mes con una relectura. Recuerdo cuando compré este libro un frío día de invierno de 2004 con M en el cochecito. Lo compré porque había leído sobre él en un foro. No fue una recomendación entusiasta, sólo una frase de alguien "Dejad de leer a Auster y leed a su mujer". Lo compré siguiendo esa escueta recomendación, lo leí y me fascinó. Me fascinó tanto que fui a que me lo firmará Siri.  10 años después ha vuelto a llamarme y lo he releído porque a pesar de saber que en su día me había encantado, no conseguía recordar por qué me había gustado tantísimo. 

Lo releí en cinco días y no sé si me ha gustado o no. Creo que en estos diez años que han pasado me he hecho "mejor" lectora o mejor dicho, leo de otra manera, leo mejor. Se que en esta relectura, he visto cosas que no percibí en el 2004, algunas por mi experiencia vital y otras por la cantidad de lecturas que he hecho desde entonces. Por ejemplo, en esta lectura me he dado cuenta de que hay muchos detalles en esta novela que son en parte autobiográficos, o mejor dicho, Siri introduce en la trama aspectos de su vida: la boda en medio de una tormenta, el pasado noruego de la familia de una de las protagonistas, la pasión por el baseball de otro... y lo sé porque son detalles que Auster cuenta en su Diario de Invierno.

Probablemente mi experiencia escritora (en el 2004 ni escribía ni tenía la más mínima intención de hacerlo) también haya influido en mi percepción actual del libro. 

Es una historia sobre parejas, amistades, arte, paternidad. Es angustiosa y duele (tengo pendiente hablar de los libros que duelen). Transmite la horrible sensación de que a pesar de lo queramos creer (y la autoayuda nos incite a ello) se puede vivir toda la vida siendo intensa y profundamente infeliz y siendo consciente de ello. Es una idea aterradora.   

Todo cuanto amé es una buena novela que creo que hay que es mejor leer con 40 años que con 30. 

"Bill, al igual que todo el mundo, reescribió su vida. Los recuerdos de las personas mayores son distintos de los de los jóvenes. Lo que a los cuarenta años nos parece vital bien puede haber perdido su importancia a los setenta. Al fin y al cabo, nos inventamos historias a partir del fugaz material sensorial que nos bombardea a cada instante, que no es sino una serie fragmentada de imágenes, conversaciones, aromas y contactos de personas y cosas. La mayor parte de esta información la eliminamos para así vivir en algo parecido al orden, y seguimos barajando una y otra vez nuestros recuerdos hasta que morimos."

"Siempre piensas que si de verdad quieres a tu hijo estas cosas no pueden pasar - dijo- y elevó los ojos hacia mi con expresión feroz.- ¿Cómo ha podido pasar?"


La higuera de Ramiro Pinilla.  Vuelta a Getxo, vuelta a Don Manuel y doña Mercedes. En este caso la historia va sobre vencedores y vencidos de la Guerra Civil y como ganar una guerra puede no significar ganar una vida. Es la historia de una venganza muda o más bien la historia de cómo vivir una vida aplastado por la culpabilidad, paladeándola porque no se puede dejar atrás. Me gusta Pinilla, es como volver a casa. Abro el libro y estoy en Getxo, casi oigo el mar, siento la lluvia, veo el verde de los montes y saludo a los personajes como viejos conocidos. 

Por supuesto y lo repito una vez más, hay que empezar por la trilogía para descubrirlo como se debe. 

Los cañones de agosto: Treinta y un días de 1914 que cambiaron la faz del mundo de Barbara W. Tuchman. Regalo de un descerebrado por mi cumpleaños. Mil gracias Javi. 

Nada mejor para combinar con mi mantita de cuadros y mi convalecencia que un libro sobre los comienzos de la I Guerra Mundial. No hay nada más decadente que esos meses de 1914 previos a la invasión de Bélgica por parte de Alemania que destruyó completamente toda Europa, sus estructuras sociales, políticas, económicas y que obligó a los europeos a reinventarse desde cero, a vivir con la idea de que todo lo que habían conocido hasta entonces desaparecería para siempre. 

Es un libro super exhaustivo sobre los meses precedentes al estallido de la guerra y sobre las campañas, movimientos de tropas y batallas que se llevaron a cabo en el primer mes de la guerra, agosto de 1914. La autora, Barbara W. Tuchman ganó el Premio Pulitzer con este libro. Fue uno de los primeros trabajos sobre ese conflicto y la señora Tuchman realizó un trabajo de documentación y estudio absolutamente apabullante... a veces demasiado apabullante porque tu cabeza ya no es capaz de asimilar más nombres de diplomáticos, más batallas, más generales y más telegramas que van y vienen entre absolutos incompetentes aferrados a la idea de que "la guerra sólo duraría unos meses". 

La conclusión al terminar el libro y dejar a los dos frentes enfangados en el barro, es que fue una guerra que comenzó por la ambición política de Alemania por un lado y la falta de pensamiento realista y crítico por parte de las potencias aliadas. Todos pensaban que sería una guerra de batallas corta y acabaron llevando a Europa a un conflicto terrible del que nadie salió ganador y que volvió a reactivarse casi por las mismas causas 20 años después. 


Diario de una dama de provincias de E.M. Delafield.  Novelita que responde perfectamente al término "novelita". Es el diario de una señora británica en 1947, el antecedente de Bridget Jones en el que la preocupación por el peso y el trabajo están sustituidos por la preocupación por las finanzas familiares, la corrección en las relaciones sociales y los problemas con el servicio doméstico. 

Completamente intrascendente y carente de interés. He leído reseñas por ahí que hablan de su "delicioso humor" pero debe ser que a mi el humor "delicioso" no me hace gracia. Para leer con completo encefalograma plano. 

Cómo hablar de los libros que no se han leído de Pierre Bayard. Este libro llevaba en mi lista de pendientes desde que leí una crítica bastante entusiasta de ND, cómo él no suele entusiasmarse con casi nada me picó la curiosidad. Lamentablemente no comporta el entusiasmo para nada. Me ha parecido bastante pedante y soporífero. Detecto un peculiar estilo de escritura entre los autores franceses que en muchos casos me resulta afectado y poco cercano y que en el caso de no engancharme por el fondo de la historia hace que me distancia muchísimo del libro. 

Bayard es profesor de literatura y francés. Una combinación explosiva. Defiende la actitud de hablar sobre libros que no se han leído y reconocer abiertamente cuando no se han leído. Partiendo de la base de que yo no tengo ningún problema en decir que no he leído algo o en despellejar un libro cuando me ha parecido espantoso, no entiendo los remilgos. 

A pesar de que no me ha gustado y no es un libro que recomiende, tiene algunas reflexiones bastante interesantes y que sí comparto. 

"Tener, si no las mismas lecturas, al menos lecturas comunes con el otro - lo cual quiere decir, de hecho, las mismas no-lecturas - es una de las condiciones de una buena alianza amorosa. De ahí la necesidad, desde el comienzo de la relación, de mostrarse a la altura de las expectativas del ser amado haciéndole sentir la proximidad de nuestras bibliotecas interiores."


Y hasta aquí la mitad de mi mes lector... la semana que viene la segunda parte. Y leed a Siri. 


martes, 1 de abril de 2014

Lecturas encadenadas.- Marzo


Ha sido un gran mes. Recomiendo a los cuatro autores que he leído. Ninguno es nuevo, todos son viejos conocidos (Salter el que menos) y no me han defraudado.  

Tras la devastación lectora del mes de febrero con libros durísimos, opté por empezar marzo con algo ligero, entretenido y que me absorbiera y para eso lo mejor son los padres de la novela nórdica policíaca.

El abominable hombre de Saffle es la sexta entrega de la serie de Martin Beck. Un asesinato, una investigación sin adn, sin teléfonos móviles, sin internet. Sin complicaciones, sin grandes temas pero y esto es fundamental sin agredir la inteligencia del lector. Fabulosa para desconectar.


Este año me tocó en el Amigo Invisible de mi casa regalar a Molimadre y como soy un poco perra, le regalé un libro que yo quería leer. Esto está muy feo pero en mi descargo diré que sabía que a ella también le gustaría aunque sabía también que le parecería un poco "pobre" como regalo porque es un libro bastante corto y Molimadre es de las que se disfruta los libros cuanto más tochos mejor. De hecho, cuando días después comentamos los regalos dijo: 

- Mi amigo invisible ha sido un poco cutre...un librito fino. 

Me hice la loca, claro. 

El cementerio vacío de Ramiro Pinilla. Pinilla es un autor que no me canso de recomendar, creo que con escaso éxito pero me da igual. Me encanta lo que escribe, unas cosas más que otras, y me parece un escritor al que hay que conocer porque se puede aprender mucho de él y de su vida. Da gusto leerle. 

Esta novelita "poliaca" es la continuación de "Sólo un muerto más" del que ya hablé por aquí y que es la guinda a la trilogía "Verdes valles, colinas rojas". Confieso que éste me ha gustado menos que el anterior pero aún así  disfrute y lo devoré en un par de días. Estamos otra vez en Getxo, otra vez Koldobike y Samuel Esparta, el librero metido a detective que investiga un crimen por amor del que acusan a un "maketo". 

He aprendido que lochobacos es sinvergüenzas y me ha encantado la leyenda de los cementerios costeros. Las parejas que se entierran juntas, que incluso años después se entierran al lado de su amado, confiando en que al llegar la noche, podrán escabullirse por el fondo de la tumba y llegar al mar para pasar la eternidad juntos. 
"El encanto, también amoroso o fundamentalmente amoroso, que esconde esa hermosa leyenda de los cementerios que se vacían y prometen una eternidad en el mar. Es algo muy poético y que asombra a quienes suponen a los vascos algo toscos. 
- No es el mar, sino la mar. Y eso no sucede en todos los cementerios, sólo en los costeros"

 La última noche de James Salter. Este va a ser el año de Salter, si nadie lo remedia veo que me voy a leer todo lo que tenga publicado. Éste me lo regalaron por mi cumpleaños y lo empecé nada más terminar el de Pinilla y lo terminé el día siguiente. Volví al principio y lo releí entero. 

Es una colección de relatos, todos sobre parejas. Lo que se cuenta cuando estás en pareja, lo que se sabe sin decir, las seguridades que se tienen y que se desvanecen o se transforman en relatividades con las que hay que vivir aceptándolas o negándolas. Salter habla de y por las mujeres. No nos saca favorecidas pero si muy reales. A veces un poco idealizadas y otras veces muy perdidas... entre ambos extremos nos vemos muchas veces. 

El último cuento "La última noche" (pinchando en el enlace está la versión completa en inglés del relato) es el que da título al libro y es espectacular y espeluznante. Cuando lo terminas, tienes que volver a leerlo inmediatamente descubriéndolo desde otra perspectiva que resulta aún más alucinante, viendo como Salter lo ha construido. Una maravilla. Dice Muñoz Molina "Es ese cuento que uno da a leer de inmediato a la persona querida, urgiéndole a dejar de lado cualquier otra tarea" y es justo así. Es un relato increíble que quieres compartir con el otro, leerlo en alto. 

Otro de los relatos, Bangkok también me ha gustado mucho. No lo destripo pero es un relato con mucha violencia e intensidad emocional transmitida a través de un diálogo incisivo y ágil entre una pareja que se está haciendo daño con lo que se dicen, lo que no se dicen y lo que saben que tendrían que decirse y no se dirán. Todo está ahí.  

Otra cosa curiosa es que en las historias de Salter aparecen muchos perros y siempre juegan un papel en la historia, simbolizan algo. 

"Una cosa sí había visto: cuán cerca podía estar el hombre de la catástrofe por más seguro que se sintiera. Él había visto cambiar situaciones, malograrse una cosa detrás de otra. Era algo que podía suceder sin previo aviso."

Algo va mal  de Tony Judt ha sido el tercer libro del mes que tenía pendiente desde Reyes. He doblado tantísimas esquinas que como alguien me dijo parecía que estaba haciendo papiroflexia con el libro. 

Judt realiza un repaso a la situación social, política y económica "actual", aunque él murió en 2010 y que creo que no imaginó hasta dónde íbamos a ser capaz de llegar en el desastre. Él no pudo imaginarlo ni vivirlo y nosotros con su muerte hemos perdido la oportunidad de poder conocer su análisis de la situación. 

Judt explica como se formó el Estado del bienestar y se trabajó por una sociedad igualitaria tras los desastres de la primera mitad del siglo XX y como desde los años 70 hemos asistido a un paulatino desmantelamiento de esa sociedad igualitaria, primero poco a poco y en los últimos años a una velocidad y con una virulencia que nos habría resultado increíble hace 15 años. Casi todas las cosas que dábamos por supuestas y con las que contábamos para nuestro futuro y el de nuestros hijos ha saltado por los aires y todavía estamos dando vueltas mirando a nuestro alrededor pensando como ha sido posible y lo que es peor sin ninguna idea constructiva en mente. Ni unos, ni otros. 

Dejo algunas solo de sus citas...pero recomiendo su lectura como todos los de Judt, siempre se aprende algo incluso aunque no estés de acuerdo. 

"La desigualdad es corrosiva. Corrompe a la sociedad desde dentro. El impacto de las diferencias materiales tarda tiempo en hacerse visible, pero, con el tiempo, aumena la competencia por el estatus y los bienes. Las personas tienen un creciente sentido de superioridad (on inferioridad) basado en sus posesiones, se consolidan los prejuicios hacia los que están más abajo en la escala social, la delincuencia aumente y las patologías debidas a las desventajas sociales se hacen cada vez más marcadas. El legado de la creación de riqueza no regulada es en efecto amarga". 
"La confianza no se puede institucionalizar. Una vez que se desgasta es practicamente imposible restablercerla. Y ha de ser alimentada por la comunidad - la colectividad -, pues ninguna persona puede imponer a los demás, ni siquiera con las mejores intenciones, una confianza recíproca". 
"Quienes afirman que el fallo es del "sistema" o quienes ven misteriosas maniobras detrás de cada revés político tienen poco que enseñarnos. Pero la disposición al desacuerdo, el rechazo o la disconformidad - por irritante que pueda ser cuando se lleva a extremos - constituye la savia de una sociedad abierta. Necesitamos personas que hagan una virtud de oponerse a la opinión mayoritaria. Una democracia de consenso permanente no será una democracia durante mucho tiempo." 
"Nos hemos liberado de la premisa de mediados del siglo XX- que nunca fue universal, pero desde luego sí estuvo generalizada- de que el Estado probablemente es la mejor solución para cualquier problema dado. Ahora tenemos que librarnos de la noción opuesta: que el Estado es - por definición y siempre - la peor de todas las opciones". 

Igualdad, confianza, pensamiento crítico e ideas.

 Eso es lo que necesitamos.

 Lo llevamos claro. 




viernes, 27 de diciembre de 2013

LECTURAS ENCADENADAS.- NOVIEMBRE-DICIEMBRE



Noviembre y diciembre han sido malos meses para mi ritmo de lector, aunque finalmente he leído exactamente lo mismo que el año pasado: 50 libros.

Cinco escritos por autores españoles. Seis comics. Seis escritos por mujeres. He repetido con Didion, Pinilla, Lodge, Banville, Oz, Primo Levi y Steinbeck. Cinco sobre la II Guerra Mundial. Siete más o menos autobiográficos. Uno de viajes. Cinco ensayos "puros". Cinco de relatos. Treinta y tres relatos de Cheever.











Diario de Rusia.- John Steinbeck y Robert Capa estuvieron en Rusia en el verano de 1948. Teniendo como centro de operaciones Moscú, dónde asisten al 800 aniversario del nacimiento de la ciudad,  viajaron para conocer las granjas colectivas soviéticas, Stalingrado y Georgia. Es un libro meramente descriptivo, muy parecido en el tono a las crónicas de Steinbeck recogidas en "Hubo una vez una guerra". Se limitan a contar lo que ven y lo que hacen sin emitir ningún tipo de opinión. No hay política ni ningún juicio de valor. Steinbecl advierte que su propósito es conocer como son los rusos, su vida diaria, la gente normal, qué hacen y qué piensan.

Ha sido curioso leer este libro justo después de ver los documentales de Oliver Stone sobre la historia de Estados Unidos tras la II GM. Tras la muerte de Roosvelt, Truman dinamitó todos los esfuerzos de acuerdo con los rusos que se habían hecho en Yalta. Se estableció una distancia entre ambos países y se dedicaron ingentes esfuerzos a colocar a los rusos como una amenaza terrible y real para los americanos, cuando la realidad era que lo rusos no querían para nada un enfrentamiento en el que sabían que no tenían nada que ganar.

Es un libro curioso y muy entretenido. Además de la mera descripción de la Unión Soviética, las anécdotas del viaje, las fricciones entre dos personalidades como las de Steinbeck y Capa y sus manías  y juergas se leen con interés.  Hay un capítulo de Capa sobre Steinbeck que es genial.

Una interesante reflexión que hace Steinbeck sobre las noticias en 1948 y que es perfectamente extrapolable a nuestra época.

"Estábamos deprimidos, no tanto por las noticias, como por su manejo. Porque las noticias ya no son noticias, al menos esa parte de ellas que requiere la mayor parte de nuestra atención. Las noticias se han convertido en un asunto de pericia. Un hombre sentado a una mesa en Washington o Nueva York lee los teletipos y los recoloca para que se ajusten a su propio esquema mental y a su firma. Lo que a menudo leemos como noticias, no son en absoluto noticias, sino la opinión de uno de entre media docena de expertos respecto de lo que significan las noticias".



Solo un muerto más de Ramiro Pinilla.  Lo saqué de la biblioteca porque después de la trilogía de "Verdes valles, colinas rojas" me apetecía leer algo más de él. Me ha encantado, ha sido como el premio que escribe Pinilla para el que termina la trilogía. Es el postre, la golosina, el chocolate...la copa de después. 

Pinilla homenajea a los grandes de la novela negra americana como Hammett o Chandler en la figura de Sancho, un joven librero de Algorta que tras 16 rechazos editoriales, se da cuenta que tiene delante de sus narices, en su Getxo natal un crimen sin resolver, el de uno de los gemelos Altube. Para el que no ha leído la trilogía (inexplicablemente), es una novela entretenida. Para el que sí la ha leído es un premio, un reencuentro con personajes ya conocidos y un descubrimiento porque Pinilla le permite observar historias ya conocidas desde otro punto de vista. 

Hay homenaje a la novela negra, hay humor, intriga, descripción de personajes y grandes frases. 

"Koldobike es la mujer que menos ríe de cuantas conozco, a pesar de que toda ella está hecha de sarcasmo". 

Y he aprendido que Koldobike es Luisa.  


Algo supuestamente divertido que no volveré a hacer de David Foster Wallace. ¡Suenan las campanas! ¡Suenan los clarines! ¡Aleluya! Por fin llegué a David Foster Wallace, tras años de leer sobre él y años de recomendaciones de gente con criterio, conseguí sacar esta recopilación de ensayos de la biblioteca. Me ha gustado mucho pero confieso que tuve un momento de casi abandonarlo, creo que no fue culpa del libro, sino de mi momento personal, pero seguí con él y al final me compensó con creces. 

El  libro recoge unos cuantos ensayos muy largos escritos por DFW con temas diversos: el tenis y las llanuras de Illinois, la televisión en los años 90, una descripción tronchante de una feria estatal en Illinois, otro sobre el cine de David Lynch que es fascinante, un par de ellos soporíferos sobre metafísica de la literatura y luego el que da título al libro sobre su experiencia en un crucero por el Caribe. 

DFW tiene un estilo muy personal, gafapasta e irónico a partes iguales. Las descripciones de sus experiencias personales, tanto de su niñez como tenista de éxito como en la feria estatal o en el crucero son tronchantes. Me ha recordado muchísimo a Bryson en ese estilo irónico y mordaz. Cuando habla de cosas serias tiene interesantes reflexiones aunque para mi gusto a veces peca de intenso pero era una mente privilegiada, aguda e inteligente al que sin duda hay que leer. 

"Tengo 33 años y la impresión de que ha pasado mucho tiempo y que cada vez pasa más deprisa. Cada día tengo que llevar a cabo más elecciones acerca de qué es bueno, importante o divertido, y luego tengo que vivir con la pérdida de todas las demás opciones que esas elecciones descartan. Y empiezo a entender cómo, a medida que el tiempo se acelera, mis opciones disminuyen y las descartadas se multiplican exponecialmente hasta que llego a una punto en la enorme complejidad de ramificaciones de la vida en que me veo finalmente encerrado y atrapado en un camino y el tiempo me empuja a toda velocidad por fases de pasividad, atrofia y decadencia hasta que me hundo por tercera vez, sin que la lucha haya servido para nada, ahogado por el tiempo. Es terrorífico. Pero como son mis propias elecciones las que me encierran, me parece inevitable: si quiero ser adulto, tengo que elegir, lamentar los descartes y vivir con ello" 




Versos de vida y muerte de Amos Oz. Tras "Conocer a una mujer" que me encantó, me apetecía algo más de Oz, así que saqué éste de la biblioteca, sabiendo que Oz unas veces me posee completamente y otras veces me deja indiferente. 

En este caso, Oz me ha recordado muchísimo a Italo Calvino y "Si una noche de invierno un viajero" porque se mezclan el autor y sus personajes. Cuenta la historia de un autor que acude a la lectura de una de sus obras a un centro social y va imaginando historias sobre todas las personas que va encontrándose en su camino. Imagina sus vidas antes, antes de cruzarse con él y sus historias después de haberle conocido y al final son también los personajes los que le imaginan a él en una especie de juego de espejos.  

Tiene una de las mejores descripciones del sexo que he leído en mucho tiempo...pero no la voy a poner aquí. Voy a poner esta cita con la que no estoy para nada de acuerdo.  

"Entre un hombre y una mujer la amistad es algo que no trae a cuenta: si entre ellos no hay descarga eléctrica, entonces no puede haber amistad. Y si entre ellos no hay una descarga eléctrica, entonces no puede haber nada". 




Demasiada felicidad de Alice Munro. Otra autora de la que llevaba años intentando leer algo y en este último mes del 2013 le ha tocado el turno y por fin pude sacar este libro de relatos de la biblioteca. Me ha gustado mucho, muchísimo. Es impresionante como escribe Munro, como te lleva por la historia casi sin darte cuenta, sugiriendo, mostrando y construyendo el camino por donde transitas mientras lees y vas avanzando. Cuando llegas al final descubres la historia completa, desde su primera palabra hasta la última. Consigue ademas que parezca sencillo escribir así, cuando es algo complicadísimo.  Son relatos no muy extensos y siempre con un peso incómodo, un registro de alguna manera amargo, relatos que inquietan y todos sobre o de mujeres. Eso, por supuesto, no quiere decir que sea un libro para mujeres. 

"Joyce debería haberlo entendido en aquel preciso instante, aunque el mismo Jon estaba muy lejos de saberlo. Jon estaba empezando a enamorarse. 
Empezar a enamorarse. Eso sugiere cierto paso del tiempo, cierto abandono; pero también se puede tomar como una aceleración, el momento o el segundo en que te enamoras"

Termino el año lector con 50 libros y 33 relatos de Cheever.

Bueno, no. Mi año lector lo estoy terminando con una vuelta a casa, he vuelto a los brazos de Paul, al refugio seguro.  Estoy releyendo "Diario de invierno" de Paul Auster y lo estoy disfrutando más que la primera vez, mucho más.

"Piensas que nunca te va a pasar, imposible que te suceda a ti, que eres la única persona del mundo a quién jamás ocurrirán esas cosas, y entonces, una por una, empiezan a pasarte todas, igual que le suceden a cualquier otro”.