viernes, 25 de septiembre de 2015

(Re)conocerme


Antes de ayer quedé a cenar con un amigo. Un muy querido amigo al que hacia más de un año que no veía. Un año largo en el que no he hablado con él por teléfono simplemente porque no podía. Él me llamaba, me mandaba mensajes y yo contestaba "No puedo". 

Conducía por la Gran Vía de camino a nuestra cita (a la que llegaba tarde, por supuesto) y de repente me di cuenta de que estaba sonriendo. Sonreía y pensé: ésta soy yo. 

Por fin después de un año me (re)conozco. 

Por fin me levanto por las mañanas y tengo ganas de hacer cosas. Tengo ganas y el ánimo suficiente para hacerlas. Y la energía. Energía para salir de casa a las 8 de la mañana y volver a las 11 de la noche, agotada pero contenta de todo lo que he hecho. 

Por fin tengo ganas de hablar. Siempre he sido un loro y probablemente la mayoría de las cosas que digo no tienen ninguna importancia ni interés para casi nadie, pero descubrirme con ganas de contar un chiste, una anécdota o enfrascarme en una conversación después de meses de ni siquiera contestar al teléfono me reconforta. Tengo que palabras que decir y no solo palabras que escribir. 

Por fin quiero ver gente, quiero ver a amigos que se han preocupado por mí y a los que no podía ver. Por fin salgo de casa y cuando vuelvo no estoy exhausta del esfuerzo sobrehumano que he tenido que hacer, estoy feliz y contenta. Agotada de cansancio pero con la sensación de "ha merecido la pena". 

No soy ninguna autoridad en moda y me da pereza extrema comprarme ropa, pero ahora me importa lo que me pongo por la mañana. Elijo por algo más que "está encima de la silla" y unos días me veo más guapa y otros menos... pero me veo. 

Me (re)conozco en el ánimo, en el entusiasmo, en las ganas de hacer mil cosas que me gusta hacer, cosas que sé hacer y otras que no tengo ni idea pero que me intrigan, me provocan curiosidad o simplemente están ahí a mi alcance. 

Me (re)conozco. No quiero decir que no me conociera en estos últimos tiempos. Claro que sí, me conocía, me conocía tanto que me dolía el alma. Ésa también era yo, pero dominada por el lado más negro. Ese lado sigue estando, supongo que todo el mundo lo tiene, pero mi lado de colorines y sonrisas y brillo en los ojos y mala leche, y hostilidad, y ganas de bailar y de cantar y de hablar y de comer y de dormir hasta romper la cama ha vuelto y me encanta (re)conocerme en esa mujer que se refleja en el cristal del bar "El Palentino", mientras mi amigo sale a recibirme y nos damos un abrazo de cariño inmenso y de alivio porque, por fin, vuelvo a ser yo. 

Por fin, me siento con los pies en la tierra y no tan frágil como para que una palabra, una mirada, un gesto o simplemente una sensación me tumbe de golpe o me haga salir volando por el aire sin ningún control. 

Por fin, me (re)conozco. 

Y sonrío.

Soy una chica con suerte.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Nuevo periodismo


No puedo más. Tengo que decirlo o me dará un síncope, me envenenaré con mi propia bilis y caeré al suelo presa de fuertes convulsiones: el nuevo periodismo no existe. 

O sí, pero es una basura. 

Hace año y medio escribí un post sobre el llanto y el rasgaR de vestiduras de los periodistas en la red. Llantos por su situación laboral, porque el público no les hacía caso, por los despidos, etc, etc. 

En estos 18 meses la situación ha cambiado. Hemos pasado del fin del periodismo, la libertad y la democracia a "Y si somos los mejores, bueno ¿y qué?" Tal cual. 

Hordas de periodistas pululan por la red haciendo hincapié en que han descubierto la rueda del "nuevoperiodismo". Nuevos medios, nuevas maneras de hacer periódicos, radio. Nuevas cabeceras, nuevo tono, nuevo estilo. Más rigor, más profesionalidad, más profundidad, más compromiso. 

Todo es más y todo es nuevo. 

Estupendo, ¿no? 

Si fuera cierto podría ser estupendo o no. El problema es que ni siquiera es nuevo. Es lo de siempre, pero vendido como un acto de fe. 

"Somos el nuevoperiodismo. Apóyanos. Hazte socio. Suscriptor. Patrón. Give us the money. Pon un banner, un bando y un anuncio diciendo que nos apoyas porque somos nuevos, distintos y diferentes. Tuitea que bajas al kiosko a comprar una revista tan, tan nueva que se llama Papel y tiene a Casillas en portada"

Y todavía no han hecho nada, y lo que han hecho se parece sospechosamente a lo que ya teníamos. Las mismas caras de siempre "robadas" de un medio a otro. Periodistas, o algo así, sacados de la televisión para que den opinión o información. Cuanta más gente de televisión tengan mejor, como si salir en la tele diera alguna credibilidad. (Un percebe que hable me resulta más interesante que la columna escrita por cualquier presentador/a de televisión). Historias lacrimógenas disfrazadas de información y ni un solo dato. Opinión y manipulación disfrazadas de imparcialidad. 

Todo esto ya lo teníamos. Ya existía y dejé de leerlo, comprarlo y escucharlo. 

El nuevoperiodismo adalid del compromiso me parece una pura pose. No me creo nada y, además, no tengo por qué creer en el trabajo de nadie por adelantado. Y menos pagar por ello antes. ¿Quieres que me suscriba a tu medio, lo compre y lo apoye? Bien. Pues haz bien tu trabajo, hazlo cojonudo y allí estaré, pero no me pidas actos de fe por adelantado. Mi charcutero, mi farmacéutico y el de la tintorería no me piden dinero antes de darme el servicio. ¿Por qué el nuevoperiodismo sí? 

"Si quieres periodismo de investigación, apóyanos". Pues mira, no. Haz periodismo de investigación bueno y te apoyaré. 

"Somos nuevos y diferentes, apuesta por nosotros". Pues tampoco. No sois nuevos. Sois los de siempre enfurruñados unos con otros y dándoos codazos para ver quién vende la burra antes, quién consigue el mejor puesto en el mercadillo y quién pasea a la fulgurante estrella de los medios por delante de su puesto y consigue más visitas. Sé nuevo y diferente y te apoyaré. 

"Creemos en la gente". Tururú. El nuevo periodismo son las mismas caras, todos encantados de conocerse. ¿Qué tal un nuevoperiodismo que apueste por gente nueva? Por gente nueva a la que se pague bien y no con "visibilidad". 

Entiendo que la situación ha cambiado, la red es otro medio y hay que controlarlo pero el desfile de egos, palmaditas en la espalda, cheerleaders y hooligans es aburrido, grotesco y da muchísima, muchísima vergüenza ajena a todos aquellos que, en teoría, somos el público objetivo de vuestro trabajo o, en vuestra nueva jerga mesiánica, la sociedad a la que queréis servir por el bien de la información, la democracia y no sé cuántas cosas más. 

Como diría el Sr. Lobo, a ver si dejáis de chu... , os ponéis a currar y hacéis buen periodismo. Ni nuevo, ni comprometido ni diferente. Poneos a trabajar en serio. Sin mesianismos, sin vender motos, jabalíes ni el mismo perrito con distinto collar. Dejad de jalearos y de hacer el ridículo. 

Haced bien vuestro trabajo y lo pagaré. 

lunes, 21 de septiembre de 2015

Despelleje Emmys 2015: vamos a morir por sobredosis rosa


Primer despelleje de la temporada. ¡Vamos a ello!

Empecemos por un claro ejemplo de los peligros de la originalidad mal entendida.

- Churri, no sé que ponerme para los Emmys.
- Pide un vestido por ahí.
- Es que no quiero ir de princesa, me molaría ir original, diferente,

Y se ha vestido de ilusión óptica. No quiero ni pensar el mareo de cualquiera que estuviera a su lado. He perdido la cuenta de cuantas veces original es sinónimo de espanto. Las botas de agua con plataforma me tienen completamente loca. ¿Esta chica no ha pensado lo que le van a sudar los pies ahí?

Lara Carmichael como representante del look languidismo al poder. Vestiditos flojos, con florecitas, tirantitos y volantitos. Todo muy "ito".

Rachel Brosnahan, nadie le ha dicho que si vas a enseñar el entreteto también tienes que darte ahí loción autobronceadora o parece que te has tirado la leche de los cereales.

Precioso vestido el de Viola Davis.

No sé quien es Jackie Cruz pero me da miedo. He visto limpiaflutas con mejor tacto que ese pelo.

Damian Lewis brilla. Los brillos en tíos son mal, dan sensación de resbalar y de ser pegajosos. Por eso su pareja que va de flamenca de wasap lleva gafas de sol.

Hola, me llamo Morena y Candy Candy a mi lado es un marimacho. Esta chica es guapísima y está estupenda pero le pierde el rictus. Si yo fuera tío me bajaría mucho la líbido esa pinta que tiene de tener más ganas de meter un pollo en el horno que de....mmmm...cualquier otra cosa.

Lena Headey y Maise Williams reinterpretando la bota de boatiné de toda la vida. Maise incluso reinterpreta las zapatillas de pom pom.

Candidatas a premio "Pechitos":

- Maggie con un vestido bastante chulo pero que seguro que suena.
- Joanne y su vestido imposible, excesivo y rosa "palo". ¿Por qué se llama palo? Yo les daría con un palo en la cabeza a todas, pero dudo mucho que sea por eso.
- Kiernan. Que alguien llame a servicios sociales y le quiten la custodia a sus padres. Yo iba más mona vestida de narrador del gato con botas.

Lo he dicho mil millones de veces, sólo si eres increiblemente guapo E increiblemente atractivo puedes permitirte llevar el pelo largo. Ni Adrian  ni Adam pueden permitírselo. Soy muy fan de Willie pero tampoco.

January. Otra guapa a rabiar que se sabotea a sí misma. Esta cosa verde que lleva colgada y arrastrando es espantosa, innecesaria y parece sacada del vestuario de Norma Duval.

Elizabeth Moss. Vamos a ver. Cuando resulta que estás más guapa, más mona y  más estilosa caracterizada de mujer soltera de los años 60 que eligiendo tu propio vestuario: TIENES UN PROBLEMA. En el caso de Elizabeth es un problema gravísimo. El vestido es una agresión visual sin precedentes y ¿el pelo? ¿Por qué te fries el pelo y te lo pones de ese color tannnn natural?

Look "clinc, clinc" para Kerry.

Os acordáis de cuando Timothy Hutton tenía un "puntito"? Él no.

Un par de hermanastras de Cenicienta encantadas de haberse conocido.

Taylor Schilling de rechazo visual. Me imagino a todo el mundo achinando los ojos para poder hablar con ella.

Sección gente con clase y que sabe llevar la edad que tiene: Diane de TGW y Jessica Lange aunque ésta tiene pinta de llevar la petaca en el bolso rollo "esto es un pestiño que no hay quien lo aguante y qué necesidad tengo yo de esto"  Y Jamie Lee, 

- Sofía, yo creo que ahí no cabes. 
- ¿Qué no? 
- Digo respirando. 
- Respirar, respirar...¿para qué?  Si Cristina puede, yo también. 

Ellie Kemper de plena moda. Va de mandala de esos de colorear, relajarte y caerte redondo al suelo de mareo. En la misma línea Naomi Grosman...me mareo de mirarla y supongo que al llegar a casa se habrá tenido que recoger los lóbulos de las orejas de las costillas. Zoe Kazan en la misma línea, hipnotizando a su novio.

Claire Daines de despropósito absoluto. De demasiado. Demasiado cuello, demasiado rubio el pelo, demasiado feo el vestido, demasiado espacio entre las tetas para ese escote, demasiado brillo, demasiado morado. Demasiadas cadenas.

Ni una gala sin su visillo sucio.  Ni su candelabro. 

Negro con clase: Julia y Julie.

Sarah Paulson de poquita cosa con boquita de piñón. Danielle Brooks de colores complementarios.

Jessica Paré pero ¿Qué mierda pasa con el rosa? Es horrible, cursi y sienta como el culo. Ahora que el color carne parecía pasar a la historia nos vamos a meter un atracón de rosa hello Kitty?? No, no y no...Retta.

Alan Cumming de Mary Poppins. Gary Cole de noruego. Muy fan de los dos.

Amanda, ¿Qué te pasa?

Lo peor de la noche es este diseño geométrico con trasnparencias y manguita de niña buena que lleva esta chica. La miro, la miro y la miro y pienso ¿Qué tiene en la cabeza para que le enseñen esa cosa y diga "eso es lo que quiero llevar"? ¿Qué tipo de desconexión neuronal o trauma?

Laura Prepon de "Pepona"

NIkolajjj....no sé quien eres pero me gustas. Tienes pinta de saber encender chimeneas.

Jaimie Alexander de miembro del equipo de natación sincronizada nada más salir de la piscina. 

Amy Laendecker de hiedra parásita.

Joana Newson de chista de "Se abre el telón".

Heidi de de de...algo amarillo colgando, con plumas y desflecado y transparencias.

Menos mal que siempre me quedará John Stamos ¡A mis brazos! Stamos es un ejemplo buenísimo de envejecer con clase estilo, dejando atrás un pasado de horterismo y sin caer en la tendencia a envejecer siendo la reina madre. Está tremendo. Y también tiene pinta de saber encender chimeneas y que le siente bien un jersey de cuello vuelto. Dos cosas que me gustan infinito.

Y hasta aquí el despelleje, casi muero de sobredosis de rosa. Queredme mucho.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Seamos sinceros


-  Lo que quiero es que tengamos una conversación sincera. 
- Aha.- contesta ella sabiendo que hemos empezado mal. Si algo no quiere él es que ella sea sincera. 
- Te voy a ser sincero. 
- Me parece muy bien.- contesta ella sabiendo que es ahora cuando viene el comentario desagradable. 
- A mi me gustaría para este puesto el mejor de España y ,obviamente, tú no eres la mejor de España. 
- En eso estamos de acuerdo. Si fuera la mejor de España no estaría aquí, obviamente. 

Primera cara de sorpresa de él. 

- Esto ¿por dónde iba?
- Porque no soy la mejor de España. 
- Ah si, eso. Bueno pero eso no quiere decir que no crea que tienes muchas capacidades. 
- Gracias. 
- Lo que de verdad me preocupa es que este no sea tu trabajo ideal. 
- No es mi trabajo ideal. ¿Es el tuyo? 
- ¿Qué?
- Este no es mi trabajo ideal. Claro que no lo es. Mi trabajo ideal sería trabajar en casa un par de días a la semana y otros tres ir a un sitio chulo  al que pudiera ir caminando o viajar a otra ciudad a hacer colaboraciones. Otro trabajo de mis trabajos ideales sería tener una pequeña librería o trabajar en una biblioteca.

Segunda cara de sorpresa. 

- Pero que no sea mi trabajo ideal no quiere decir que no vaya a hacerlo lo mejor posible. ¿Estar aquí, entrevistándome, es tu trabajo ideal? Seguro que no, pero yo no dudo de tu interés e intención en encontrar la persona adecuada para el puesto. 
- Esto...vale. Pero lo que me preocupa es que te cojamos, trabajes aquí unos meses y te salga algo mejor y te vayas. 
- Lo entiendo. Si me sale algo mejor, me iré. 
- ¿Cómo?
- No sé, a mi me preocupa entrar a trabajar aquí y que dentro de 4 meses pienses que no soy la persona adecuada y me eches. Estamos iguales. 
- Esto... claro pero me gustaría tener un compromiso firme. 
- Y a mi. ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué no me voy a ir si me sale algo mejor? ¿Qué te entregue a mi primogénita en prenda? ¿Qué me dais vosotros a cambio?
- Esto....


"No da el perfil. Es un alma libre". 

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Anomalía estadística

"Eres una anomalía estadística" dice mirándome mientras se agacha  porque entre lo alto que es y los (malditos) mariachis casi no me oye. 


No sabéis lo que es una anomalía ni la estadística pero esa frase, que en realidad nos incluye a las tres, quiere decir que somos diferentes. Ni mejores ni peores pero distintas de lo que la gente espera. 

¿Por qué? 
Porque no nos echamos de menos. Os lo he preguntado, os lo pregunto, mil veces para haceros rabiar. 

- ¿Me habéis echado de menos?
- Que noooo

Vosotras no me lo preguntáis nunca porque ni siquiera se os ocurre y eso estupendo. 

Yo confieso, os confieso, aunque ya lo sabéis, que tampoco os echo de menos. Confieso, incluso, que hay días en que ni siquiera me acuerdo. Luego os llamo, hablamos un rato. Otros os tengo que sacar las palabras con sacacorchos "Mamá, me estás quitando tiempo de jugar", nos reímos y lo vuelvo a olvidar. No es que os olvide, claro que no, pero no me acuerdo de que soy madre, una madre. Y me gusta sentirme así, me encanta ese sentimiento. 

Igual que me incorporé al trabajo de las bajas de maternidad sin sentir ni un ápice (otra palabra que no conocéis) de culpabilidad o tristeza; cuando ahora estamos sin vernos unos días, me siento bien, tranquila, contenta y feliz. 

Ni más feliz ni menos que cuando estamos juntas. Ni más ni menos contenta, ni más completa ni menos. Sí más tranquila porque cuando queréis sois muyyy pesadas. 

Soy yo estando juntas y también estando separadas. 

Vosotras también sois vosotras sin mi. Estáis, sois igual de felices, tristes, cabreadas, pesadas o divertidas conmigo o sin mi. 

Ahora que lo pienso no es estar "sin", esa es la clave. Aunque no nos veamos en lo que la gente considera que es un montón de días y a nosotras se nos pasa volando, nunca nos sentimos "sin".

Me gusta que seamos una anomalía estadística. Creo que lo estamos haciendo fenomenal. Y os lo escribo aquí porque aunque ahora os da igual y ni lo pensáis, puede que en algún momento del futuro... de ese futuro en el que la lejía lo solucionará todo, tengáis curiosidad por saber cómo me sentía. 

Brujas. 

viernes, 11 de septiembre de 2015

No todas


"Que los textos de @Barbijaputa levanten tantas críticas demuestra cuánto queda por hacer en la lucha por la igualdad" Ignacio Escolar. 

Y que los ficus no hablen demuestra que todo les va bien en la vida. 

Yo no quería escribir sobre la Juana de Arco del feminismo de trincherita porque no, porque para qué... pero cuando me noto hervir la sangre y hormiguear los dedos y se me atraganta el Mix 5 de alpiste, sé que o hago algo o los que me rodean van a terminar salpicados por mi bilis. 

Para el que viva a salvo de este conocimiento y, por supuesto, más feliz que yo, resumiré la situación. Barbijuana sustuvo en un artículo publicado en el diario que todos los hombres son potenciales asesinos porque todas las mujeres somos potenciales víctimas de su maltrato y opresión. 

"Al igual que todas las mujeres somos víctimas potenciales, los hombres son verdugos potenciales. ¿Quiere decir eso que todas las mujeres vamos a ser violadas o maltratadas? No. Al igual que no todos los hombres serán violadores o maltratadores. La ventaja es que los hombres al menos saben si ellos son o no verdugos: las mujeres no podemos saberlo nunca, el riesgo siempre está ahí".

Tal cual. Se queda tan pancha. Cada uno es libre de sacar las conclusiones que quiera, por muy peregrinas que sean, incluso aunque sean completamente bobas. Me parece bien. Ahora, lo que me hostiliza hasta el infinito es el hecho de envolverlo en un paquete de regalo que incluye:

- actitud salvadora: ¡Eh chavalas!, he venido a ser vuestra abanderada porque no lo sabéis pero sois unas pobrecillas oprimidas. 

- actitud de chulo de instituto. Y sí, he puesto chulo con toda la intención. Actitud de John Travolta en Grease, "eh, chavalas, vengo a salvaros, yo voy a defenderos de cualquiera que os diga nada, porque vosotras, pobrecillas, no sabéis". 

- actitud de mantón de banda. O eres de tigres o eres de leones. O gritas "babor, babor, que gane babor" o gritas "estribor, estribor, que gane estribor". O eres pares o nones, o blanco o negro. 

- actitud de terapeuta de tres al cuarto. "Usted no lo sabe pero está enamorado de su padre"..."Tú no lo sabes pero eres una víctima" y "Tú no lo sabes pero eres un verdugo". 

Con todo esto, Barbijuana te trae el regalo y tienes que aceptarlo sí o sí, porque si no lo haces, resulta que o eres una desagradecida, o estás tan oprimida por el patriarcado que ni siquiera sabes qué hacer con tu vida. Si eres un hombre y dices "hombre, yo creo que las cosas no son exactamente así", estás siendo "postmachista" que a mí me suena exactamente igual de vacío de contenido que el "predeporte" como actividad extraescolar. 

Este regalito fue el lunes, lo leí, me encabroné no sé muy bien si como víctima oprimida o como postmachista pero me callé. Sin embargo hoy, hemos tenido segunda entrega del regalito. 

"El hecho de que haya personas que comparen a la mitad de la población española, los hombres, que además de ser un grupo mayoritario es un grupo opresor sobre las mujeres por los privilegios de los que disfrutan (cobran más por el mismo trabajo, no son discriminados en entrevistas preguntándoles si tienen pensado ser padres, no temen que se les cosifique ni tienen temores como quedarse a solas con un desconocido, no tienen riesgo de ser violados en cualquier esquina…) con un grupo minoritario y oprimido como el de los gitanos, o con los negros en EEUU, otro grupo oprimido y discriminado, deja claro que el machismo vuelve a centrar el debate en el hombre y en cómo cada artículo feminista es recibido como un ataque, en vez de asimilar el objetivo de lo escrito: empatizar con la realidad de las mujeres en situaciones vulnerables".

Ole. Resulta que o comulgas con todo su artículo o estás atacando. 

Estoy siendo muy buena porque no estoy haciendo sangre de la parte del artículo en que mezcla chicas indias violadas con camareras con champán envenenado en una fiesta pero la conclusión de Barbijuana es que como todas las mujeres están en peligro, todos los hombres son peligrosos y o aceptas esto como un dogma de fe o no estás empatizando con el problema. 

Para sostener su cruzada de trincheritas, se ha dedicado a recopilar ejemplos de mujeres que en algún momento se han sentido amenazadas o que tienen miedo por la calle. Y son muchas, muchísimas, cuando no debería ser ninguna. Pero, que sean muchas, muchísimas, una barbaridad de ellas no significa que cada hombre que te encuentras por la calle, conoces o con el que tienes una relación vaya a maltrarte, pegarte o asesinarte. Es una conclusión tan evidente que da vergüenza tener que escribirla. ¿Todas esas mujeres no conocen muchos hombres con los que están seguras y tranquilas y sin ningún tipo de miedo? Seguro que sí: sus padres, sus amigos, sus compañeros de trabajo, de gimnasio. 

Una vez más lo repito para que quede cristalino: queda muchísimo para la igualdad, hay mucho por lo que pelear, mucho en lo que educar. Soy mujer, trabajadora, tengo dos hijas y me NIEGO absolutamente a convertir a mis hijas en unas odiadoras profesionales de hombres. 

Y para el Sr. Director del medio al que le parece que los textos de Barbijaputa demuestran lo que queda por hacer por la igualdad. Hay muchas mujeres, muchísimas, y muchos hombres, muchísimos que no necesitamos ni de lejos ese tipo de artículos banales, frívolos y de trincheritas para saber lo que queda por hacer. 

La diferencia es que esas muchas mujeres y esos muchos hombres trabajamos juntos para ello en vez de armarnos con palos y horcas.

Sobre el mismo tema, ya escribí hace un mes "No me liberes" 

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Documentales que hay que ver: rusos y arte.



En todas las casas hay chascarrillos particulares y sólo conocidos por los iniciados. En la Molicasa tenemos un montón, pero uno de los mejores es que si alguien dice "ensaladilla rusa", "vodka", "sputnik", "Putin" o cualquier otra palabra que remotamente tenga que ver con Rusia, alguien contestará:

- Camarrradas, rrrrussos todos. 

Y nos descojonamos. Si alguien dice "Val Kilmer" la respuesta es la misma.

- Camarradas, rrrusos todos. 

Por eso, cuando empecé a ver "Red Army" y apareció en pantalla el protagonista hablando inglés con un acento ruso alucinante y físicamente clavado a Val Kilmer (si Val Kilmer no hubiera decidido envejecer comiéndose a los rrusos todos) me levanté del sofá y dije muy seria: Camarrradas, rrrusos todos. 


A lo que iba. ¿Qué es Red Army? Es un fabuloso y fantástico documental sobre hockey sobre hielo. Lo sé, es un tema que no resulta muy atractivo y del que resulta difícil pensar, a priori, que se pueda hacer un documental interesante y que te tenga en vilo durante hora y media. 

Eso es lo que distingue un buen documental de una bazofia documental. Contar una buena historia ya sea de animales en la sabana, de guerras, de peces, de ciencia, de grandes logros o de hockey sobre hielo, requiere saber contar la historia. Parece obvio pero no lo es. Es necesario saber qué se quiere contar y, una vez que se tiene claro el fin, hay que armar la narración para conseguir que el espectador no use el documental para dormirse. 

Red Army es un documental que tomando como hilo conductor la formación, consolidación y desaparición  del mejor equipo de hockey sobre hielo de la historia y su capitán, Slava Fetisov, recorre la historia de la URSS desde la posguerra hasta los juegos olímpicos de invierno de Socchi. La figura de Fetisov, (clavadito a Val Kilmer) provoca miedo, tensión, comprensión, ternura y luego otra vez miedo. Es la historia de una personalidad hecha a sí misma por su tesón pero moldeada también por las circunstancias políticas de su país y del mundo. 

Descerrrrebraddos todos, no dejéis de verlo. 

*********

Si Fetisov me da ganas de llevar guardaespaldas, Herb and Dorothy me dan ganas de adoptarlos como abuelos. No pueden ser más adorables, más tiernos, más lúcidos y más entrañables. 




Herb&Dorothy es un documental sobre arte, sobre arte contemporáneo y coleccionistas. Pero no es una historia de dinero, ostentación, subastas y exhibicionismo. Herb y Dorothy viven el arte, viven para el arte, entendiéndolo, apoyándolo, admirándolo y comprándolo. 

El arte puede no entenderse y puede no gustar. 
El arte puede entenderse y no gustar.
El arte puede entenderse y gustar.
El arte puede gustar sin entenderse. 

Herb y Dorothy están más allá de estas apreciaciones, ellos viven el arte. Hay una escena maravillosa, por lo que transmite y por su sencillez, en la que Herb, anciano y con su bastón, mira fijamente una pieza de arte conceptual. Una pieza que para el profano puede no entenderse. Al mismo tiempo, la conservadora del museo está hablándole pero él permanece abstraído en la contemplación. De repente se gira y dice: 

- ¿Por qué está colocada así? Está al revés. 
- ¿al revés? No, es así.- contesta la conservadora. 
- No, así no dice nada. 

La conservadora se pone unos guantes y gira la pieza. 

- ¡Así!- exclama Herb. 

Y tiene razón. La pieza que parecía una "tontería de arte contemporáneo" adquiere esa característica, para muchos inapreciable y difícilmente explicable en palabras que le confiere la calificación de arte.


La sonrisa del bueno de Herb lo dice todo. 

Herb&Dorothy es un documental para conocer el arte sin alharacas, sin grandes millonarios, sin falsos especialistas que hablan jerga. Es un documental para acercar el arte a la gente corriente, para apreciar la dedicación de una vida a una pasión. 

Si queréis conocer a una pareja genial, entender un poco de arte y acabar el día con una sonrisa y creyendo un poquito en lo bueno de la vida, no dejéis de verlo. 

Rusos, hockey, abueletes y arte contemporáneo, dos cócteles para un par de noches. 


lunes, 7 de septiembre de 2015

Verano del 42

Se acabó el verano. Mi mejor verano de los últimos 5, no está mal. Estoy como los niños, diciendo "se me ha pasado volando". No he parado de ir, venir, hacer planes, ver gente. 

Tengo la espalda destrozada de tanto coche. ¿Cuántos kilómetros me he hecho? ¿15.000? Voy doblada de dolor y como una abuelita. Como siga así, necesitaré un bastoncito. Recuerdo cuando fuimos a recoger a los PAGS, hace tres años, a una casa perdida en el Pirineo de Huesca. Dos viejitas, casi centenarias, salieron a recibirnos. Una ciega y la otra doblada en un ángulo de 90 grados sin poder levantar la cabeza. Dos cachorros peludos corriendo entre las piernas, laz princezaz en éxtasis y El Ingeniero bajo una lluvia de piropos: pero ¡qué buen mozo eres! ¿A qué viene esta disgresión? Ah si, como siga con el coche así voy a acabar como aquella viejita. No me importaría vivir en el Pirineo pero llego tarde para tener ese cutis sonrosado. 

Por otro lado si el precio a un verano genial es acabar doblada con 90, lo pago. Nunca había estado tanto tiempo en la playa con las princezaz, 15 días que se pasaron volando y nos reímos tanto. El juego de las historias fue un hallazgo y creo que la historia de las tres chicas a las que pusimos de nombre Mari Cruz, Mercedes y Jenny (¡mami, como la novia de Forrest Gump) va a ser el típico chascarrillo para toda la vida. 

"Mami, Mari Cruz es la china, su padre es japonés porque lo digo yo y es un magnate de la leche. Vino a España a Galicia y se enamoró de una señora que hacia quesos y yogures y por eso le pusieron a la hija Mari Cruz aunque fuera china. Y claro, es alérgica". 

Me acuerdo y me muero de la risa. Creo que me acordaré también del día, recién llegada a San Sebastian, y me llamaron llorando por tercer día consecutivo desde el campamento para que las fuera a buscar. Me rompían el corazón pero fui una roca y les dije mientras me subía al bus para irme de cena: No volváis a llamarme llorando. 

Funcionó. No volvieron a llamarme ni llorando ni nada. Volvieron encantadas y quieren repetir el año que viene. Los trucos de bruja malvada molan. 

He comido más postres de manzana que en toda mi vida. Sin crema. Odio la crema pastelera. ¿Qué sentido tiene? La crema es como si la nata se hubiera puesto mustia. Un asco. 

En 60 días me he puesto pantalón largo sólo 3. Ha hecho un calor asqueroso, incompatible con llevar pantalones. Me he comprado 3 pares de sandalias y sólo me he puesto dos. Sabía que me equivocaba al comprar unas. Las guardaré para que las usen laz princezaz, estamos ya en ese punto en que podemos compartir zapatos. Pronto seré yo la que herede. 

He perfeccionado mucho la técnica de la siesta. Estaba a punto de conseguir un 10 en ejecución artística en el programa largo cuando se me han acabado las vacaciones. Perderé práctica y no sé si podré retomar ese nivel alguna vez en mi vida. 

Les he explicado a las niñas qué es un prepucio. Y les he dado la brasa con una lista de cosas que no me gustaría que tuvieran los tíos con los que salgan: nada de gorras de visera plana, ni tatuajes, ni piercings, ni joyas, ni el pelo largo...Han prometido quedarse conmigo para siempre. 

He tenido tiempo de solterismo, tiempo de madre en exclusiva, tiempo de hija, de hermana, de amiga. He escrito muchísimo pero menos de lo que me gustaría porque tengo mil cosas en la cabeza. Leí muchísimo en julio y casi nada en agosto pero supongo que ambas cosas se compensan. He ido al cine y descubierto música nueva. He vagueado y hecho planes como cuando tenía 16 años, sentarnos a charlar sin nada que hacer durante horas. He vuelto a comprobar que en Francia hay mucho tío guapo. 

Sigo con la operación dejarme el pelo largo. Ya está largo, queda decidir hasta cuando lo dejo crecer o si me lo corto ya. Según el día, la hora y el espejo que me mire me inclino por una cosa u otra. 

- Mami, no te hagas coleta que pareces más vieja. 

Me hago coleta cuando nadie me ve o cuando el que me ve considera que estoy guapísima. O cuando no puedo más. 

También he perfeccionado el arte de las pesadillas. Las que tengo ahora son del tipo apocalíptico: tsunamis de los que tengo que salvar a las princezaz, ataques nucleares terroristas de los que tengo que salir corriendo con Idris Elba mientras intento saber qué está ocurriendo. Fantasmas y espíritus. El otro día tuve una en la que el padre de una amiga de la infancia me regañaba muchísimo y con más miedo que vergüenza conseguía balbucear: tengo 42 años y hago lo que quiero. 

En St Remy de Provence me compré una pulsera que no voy a quitarme hasta que se desintegre y recordar siempre el verano de los 42 años. 

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Soy una chica con suerte

Estar deprimido no es lo mismo que sufrir una depresión. 

Sentirse solo, triste, cansado, agotado, sin ganas de hacer nada y alicaído tampoco es sufrir una depresión. 

Tener el corazón roto por un desamor, creer que nunca jamás volverás a enamorarte, sufrir una decepción personal enorme y sentirte como un idiota tampoco es sufrir una depresión. 

Perder un ser querido, sufrir la ausencia, la nostalgia, tener que rehacer una vida, tampoco es sufrir una depresión. 

Estar arrasado de pena, de tristeza, llorar sin consuelo horas o ahogarte con sollozos que no te dejan respirar, tampoco es sufrir una depresión. 

Tener miedo, terror, ansiedad, angustia, un peso en el pecho que al mismo tiempo es un hueco, tampoco es tener una depresión. 

No dormir, no comer, no hablar, no reír, tampoco es sufrir una depresión. 

Sufrir una depresión es no sentirte tú. No reconocerte en la persona que eres, en la piltrafilla humana que no puede levantarse de la cama sin tener terror de poner un pie en el suelo. 

Sufrir una depresión es como estar parado en arenas movedizas. Vas caminando por tu vida y un buen día el suelo empieza a desmoronarse y todo lo que te sostenía y que sigue estando allí deja de hacerlo. Ta vas hundiendo y aunque al principio tratas de luchar y agarrarte a algo, pronto te das cuenta de que cuanto más intentes escapar, más hondo te hundirás. 

Sufrir una depresión se parece a tener que caminar por unas vías de tren en medio de un páramo. No se ve el final, parecen no ir a ninguna parte. No puedes volver atrás, sólo puedes seguir adelante. Cada vez más despacio, cada vez con menos fuerzas, con menos ganas. Puedes pararte de vez en cuando y sentarte, pero no hay nada que ver, nada que vaya a animarte, ni ayudarte, ni empujarte. No va a venir un tren a arrollarte, ni uno al que puedas subirte y te haga más corto el trayecto. Sólo estás tú y un camino que parece infinito y no terminar nunca. Un pie tras otro, un pie tras otro, un día y una noche, y otro día y otra noche. Todos iguales, todos exactamente igual de duros. 

Sufrir una depresión es como ahogarse y al mismo tiempo sentirse protegido debajo del agua. No puedes respirar pero al mismo tiempo estás a salvo. No pueden verte, no pueden oírte, no tienes que hablar. Tu mundo, tu familia, tus amigos, todo lo que te gustaba hacer, sentir, oler, ver, tocar, mirar...está ahí, al otro lado de la cortina de agua, de la ola que te tapa. Lo ves, lo percibes...pero a distancia. A veces quieres romper esa ola y volver a hacer, sentir, oler, ver, tocar, mirar, escuchar las cosas que te gustaban, que te hacían ser tú, pero la mayoría de las veces quieres quedarte dónde estás. A salvo. 

Sufrir una depresión es estar solo. Solo con alguien que no eres tú mismo pero que puede contigo. Solo aterrado, apenado, sin dormir, sin comer, sin hablar, sin reír. Solo y asustado. Solo aunque tengas una familia maravillosa que te mira y no sabe cómo ayudarte. Solo aunque tengas los mejores amigos del mundo que jamás hayan estado tan preocupados por ti. 

Sufrir una depresión es sentirte fatal contigo mismo porque parece que deberías hacer algo, que deberías luchar contra ello, intentar curarte y sencillamente no puedes. Lo intentas, lo intentas y te sientes fatal por no conseguirlo hasta que alguien (si tienes suerte) te dice: déjalo, déjalo...es como si intentaras curarte tú sola la apendicitis, es imposible. Sufre, llora de dolor, de angustia, de cansancio, de miedo, deja que te castañeteen los dientes de pánico, tiembla, tirita, llora y descansa. No luches más porque te estás agotando y no podrás salir de las arenas movedizas, ni seguir caminando por las vias hasta que veas un final ni impulsarte desde el fondo del mar para poder romper la ola, respirar aire fresco y volver a verlo todo con nitidez. 

Y es entonces, cuando dejas de luchar y de pelear, cuando te dejas ir y descansas. Cuando, por fin, dejas de buscar explicación y dejas de culparte a ti mismo cuando sientes que un nudo, el nudo que te hundía el pecho ha comenzado a deshacerse. Un poco solo, poquísimo. Tan poco que te da miedo moverte por si acaso vuelve a apretarse. 

Sufrir una depresión es sentirse solo aunque no lo estés. Yo no lo he estado. Soy una chica con suerte, con muchísima suerte y tengo los mejores amigos del mundo. No voy a decir que amigos que no me merezco porque no es verdad, pero son los mejores. Han estado conmigo, buscando una liana para sacarme de las arenas, dispuestos a zambullirse como el Pirata Roberts. Me han dado la mano mientras caminaba por las vías y me han mirado desde el otro lado del agua, sonriendo y esperándome. Me han abrazado, me han hecho reír entre lágrimas, han dejado que les empapara la camiseta, que les abrazara sin fuerzas, que me apoyara en su hombro y me durmiera. Me han dejado descansar y estoy segura de que tienen un grupo de wasap en el que no estoy yo. Me han apoyado, alentado y empujado y me han dado fuerzas un montón de días aunque no les llamara porque ni siquiera podía hablar. Jamás me han dicho una obviedad como "anímate" sino "no te preocupes, no hagas nada, descansa". 

Son los mejores y soy una chica con muchísima suerte. Todo esto se lo he dicho a ellos personalmente, pero quería escribir esto, aquí, en Cosas que (me) pasan porque se lo merecen todo. 


lunes, 31 de agosto de 2015

Una casa en La Provenza


Después de 8 mañanas en esta cama, en este cuarto, en esta casa, me despierto por última vez aquí y todavía no puedo creerme que hayamos tenido tanta suerte. Reservar una casa de vacaciones siempre tiene algo de lotería, de rasga y gana. Aunque apliques un criterio tan selectivo como el nuestro "Si las colchas son horribles ni de coña cogemos esa casa", siempre puedes encontrarte con una desilusión, un horror decorativo o una cueva. 

Esta vez nos ha tocado el gordo. Estamos encantados y flipados con la casa de Karen pero ya sabemos que hemos tocado techo en cuanto a casas de vacaciones. Nunca jamás en nuestra vida volveremos a tener tanta suerte. Y si la tenemos empezaré a preocuparme por perder una pierna o dos dedos para compensar. 

Pienso todo esto mientras veo las grandes ventanas desde la cama. 

- Moli, por ahí cabe un caballo.
- Un caballo no. Un caballo y su jinete y yo en los hombros del jinete. 

Son ventanales enormes, con preciosas contraventanas de madera con rejilla que dejan pasar la luz. Los dejé entreabiertos por la noche y ahora veo las ventanas de la casa de enfrente y los árboles del jardín. ¿Me verán los vecinos de la casa de enfrente? Me da igual. 

Entre los dos ventanales hay una televisión colgada. Es lo único que no me gusta de esta casa. No puedo imaginar porqué alguien con el gusto de Karen necesita tener una pantalla gigante colgada en el dormitorio. 

Mi cuarto tiene tres puertas. Dos preciosas y enormes puertas de madera antiguas. Una da al salón y otra al cuarto de baño. Sobre el marco de cada una de ellas y cubriendo el espacio que falta hasta los cuatro metros y medio de techos, hay unas pinturas enmarcadas con escayolas. Sin las gafas y desde aquí abajo no las distingo bien pero son marinas con veleros. ¿Me gustan?  No lo sé. En esta casa hay un montón de cosas que yo jamás hubiera elegido pero que, sin embargo, parecen encajar perfectamente y consiguen crear una atmósfera en la que me imagino viviendo. 

La tercera puerta es pequeña, pintada del mismo color que toda la casa, gris perla, y disimula una entrada secreta. La he tenido cerrada toda la semana. 

Si me pongo boca abajo puedo ver los cuadros que hay en la pared de enfrente de las ventanas. Es la primera vez que duermo en una cama "isla", colocada en medio de la habitación se puede rodear entera. 

- Moli, para ti el cuarto grande. 
- ¿En serio? Pero sí es el mejor. 
- En serio, me gusta más la cama del otro cuarto y además me perturba dormir en esa cama y pensar en Karen y su chica y las cosas que habrán hecho. 
- Jajajaja. Vale. A mi no me perturba nada, me quedo con el cuarto chulo. 

El cuadro expresionista de la mujer en ligueros no me gusta. Abre las piernas y por debajo de la cama en la que está sentada aparecen figuritas. ¿Es erótico festivo?  También lo quitaría. ¿Usarán la chimenea en invierno? No tiene mucha pinta de ser usada pero la casa está tan impoluta que no puedo asegurarlo. 

Me tengo que levantar. Hay que bajar al mercadillo, comprar quesos, salchichones y volver a la tienda del viejecito duende a comprar cuencos de colores para llevarme de recuerdo. Por última vez piso descalza este maravillos suelo. Madera de verdad, no tarima ni parquet. Tablones de madera gruesos, sólidos, mates, suaves y cálidos para caminar descalza. Podría vivir en este suelo. 

8 días en La Provenza. Se me han pasado volando pero nos han cundido muchísimo. Me miro en el espejo gigante del baño mientras me hago la coleta y recuerdo cada día, con sus pueblos y las visitas. ¿Qué me ha gustado más? ¿El teatro romano de Orange? ¿Aix en Provence? ¿Los mercadillos? ¿Los cuencos de Picasso? ¿Avignon a pesar del calor que hacía? ¿Las puestas de sol? 

Me encanta Francia. Quiero que Karen me adopte, ir siempre vestida de rayas, llevar bailarinas, oler a lavanda y tomar postres de mazana todos los días. Si hace falta me echo un novio que se llame Pierre y me traiga croissants para desayunar.


domingo, 23 de agosto de 2015

Música para conducir

- Juan, ponme música o me duermo. 
- Vale. ¿Quieres que te ponga una lista que hice para seleccionar las 20 canciones que más me gustan?
- Estupendo.

Enfilamos la carretera. Empieza a sonar la música.

- No sé... ¿Quienes son?
- No te lo digo. Adivina.
- ¿The Who? 
- Nop. 
- Led Zeppelin. 
- ¡Muy bien!
- ¿Has visto? Si te echas un ligue ni de coña lo saca. 

- ¿Elvis? ¿Can´t help falling in love? No me creo que esta entrara en tus 20 favoritas. 
- No, no entró pero se quedó finalista.
- A mi me gusta más Burning Love. Esta es un rollo. 
- Tiene unos coros de flipar. 
- Aburre. 
- A mi me da pereza al principio pero luego me gusta, aunque mi favorita es Suspicious Minds. 
- Esa también me gusta. ¿Entro en el top 10?
- No, porque la terminan dos veces y la cagan. Escucha, hacen fade out y luego vuelven. Una cagada. 

- Es un grupo actual. Se llaman Tedeschi Trucks Band.
- ¡Me encantan! Tienen una historia curiosa. La canción es del corista. Ella es una cantante de blues super famosa y tenía su propia banda, conoció al guitarrista que se llama Derek Trucks que es más joven que ella y se casaron. Él se llama Derek por la banda Derek and the Dominos. ¿Los conoces?
- ¿Por quién me tomas? Pues claro.
- Pues Derek es sobrino del batería de Allman Brothers Band, y es un prodigio de la guitarra. Hay vídeos suyos con 13 años tocando y es tan bueno que acabó convirtiéndose en el segundo guitarrista de la banda, en el mismo papel que en su día hizo Duane Allman que tocó con Clapton su famosa canción Layla cuando estaba en Derek and the Dominos. Duane murió en un accidente de coche super joven. Y a Derek Trucks le pusieron ese nombre por Derek and the Dominos.
- Alucino.
- ¿Con qué?
- Con que no te acuerdes de nuestras vacaciones del año pasado y te sepas estas historias.
- Tengo memoria para lo que me impacta y es importante en mi vida.
- Sin comentarios. Me flipa la canción. 

- Madre mia, que atasco. 
- ¿En directo?
- Si, ¿sabes quienes son?
- Ni idea...a ver...ese que canta que es David Byrne. ¡talking Heads!
- ¡Bien!
- Me encanta esta versión. Fa, fa, fa, fa....

- ¿Por qué? Me mola como empieza. ¿Quien es?
- Adivínalo. Es un cantante que esto es lo que tiene más escuchable. Tiene otras cosas que ni siquiera yo puedo escuchar. 
- Me mola la voz. Es super grave.
- Sí, tenía la voz grave pero, además, el novio celoso de una fan le tiró desde el escenario y se rompió no se qué y la laringe y le cambio la voz a aún más grave. 
- ¿En serio? Alucino. 
- Escucha a las coristas, es Tina Turner y las Ikettes. Al loro como cantan y los coros que hacen que son jodidísimos de cantar. 
- Alucino más.
- Ellas cantaron esos coros y luego se lo enseñaron a Ike Turner todas orgullosas porque era un super trabajo y el tío les dijo que vaya mierda. Era un cabrón. Zappa contaba que Tina cocinaba para todos y lo llevaba al estudio y que nadie se explicaba como podía estar casada con el memo de Ike. 
- Me encanta la canción, aunque sea muy rara.
- Pues va de un tio que se va a Montana a ser un empresario del hilo dental. 
- jajajajajaja. 

- ¿Sabes que Lennon se inspiró en el sonido de una ambulancia para escribirla?
- Pues no, pero esta canción me encanta y siempre me recuerda a ti.
- Es un temazo. La letra no tiene ningún sentido. Lennon la hizo así, sin sentido para que la gente se comiera la cabeza intentando encontrárselo. Hay una estrofa que es parte de una canción que él cantaba con un amigo suyo del colegio. Le llamó desde el estudio a preguntarle "oye, como era la canción". Y el amigo flipó, claro. Es la última canción psicodélica de los Beatles. Luego ya se olvidaron de este rollo. 

- ¡Este es Nick Drake!¡Esta la conozco porque ya me la habías enseñado!
- Si. Pink Moon.  Pobre Nick, era un genio absoluto. Hizo 3 discos cojonudos pero era un tío muy raro, no quería salir de gira, ni entrevistas ni nada y a pesar de ser un genio no tuvo éxito y acabo suicidándose o algo. Y ahora está super reconocido. El Vang Gogh de la música. 

Pocas cosas hay mejores que un coche, un paisaje, un amigo y música. 

miércoles, 19 de agosto de 2015

El cumpleaños de las dos manos


Cumples 10 años. 3650 días juntas. Recuerdo perfectamente este día hace 10 años. Llevaba unos pantalones blancos y una camiseta de rayas blancas y verdes y me leí el periódico entero antes del parto. Teníamos tu nombre decidido desde el minuto 1, aunque si hubieras sido niño te habrías pasado días sin nombre. 

Cuando te veo dormir te sigo viendo pequeña. Duermes de lado, hecha una bolita y con todo el pelo por la cara. No sé como lo haces pero sigues oliendo a bebé, a niño pequeño. 

- Mamá, buenos días. Estoy sudorífica. 

Cuando duermes sudas siempre... sudas y te levantas como si una pareja de cigüeñas te hubiera anidado en la cabeza. Un halo de pelo encrespado te rodea mientras te sientas y en silencio sepulcral te echas el nesquick en tu cuenco rosa o tu taza de animales, la leche fría y entonces, me miras y dices: ¿las tostadas? Siempre igual. No eres persona hasta que desayunas.

Cada día me sorprende lo segura que estás de ti misma, de lo que quieres y del efecto que causas en los demás. Sabes perfectamente lo que quieres. Lo que quieres ahora y en el futuro. Sabes también lo que no quieres con total certeza. 

Con los labios apretados, los puños cerrados y los ojos bajos te veo reconcentrarte en la rabia que te provoca que te regañemos. Te duele el orgullo. 

Contienes las lágrimas todo lo que puedes. Te las tragas, las sorbes, las dejas caer sin hacer nada. Pocas veces, muy muy pocas veces lloras de pena, y entonces, cuando es por pena lloras muchísimo. Lloras tanto que no sabemos como consolarte porque  cuando te has dejado llevar para llorar así estás muy muy triste. Me parte el alma. 

Concentrada. En el coche te transformas, puedes estar charloteando y preguntando sin parar todo el día "mamá, ¿si te echas un novio me tengo que cambiar el apellido?" "mamá, explícame la guerra civil", "mamá, ¿sabes que eres vieja, verdad?", pero en cuanto te metes en el coche te callas. Vas mirando por la ventanilla concentradísima. Te veo por el espejo retrovisor, seria, atenta, a veces canturreas la canción que esté sonando pero poco. Pocas veces te duermes y muchísimas me sorprendes diciendo "por aquí pasamos una vez y paramos en esa gasolinera". Has heredado mi memoria y tienes un sentido de la orientación alucinante. He perdido la cuenta de todas las veces que gracias a ti he encontrado el coche en un parking.

Consigues provocarme la necesidad de abrazarte, besarte y achucharte. Soy arisca y de poco tocar pero contigo es distinto. Nadie más en el mundo lo consigue. Me gusta abrazarte, sentarte en mi rodillas a pesar de lo grande que estás y que te dejes achuchar. A veces logro que te tumbes encima de mi al levantarte por la mañana como cuando eras canijilla. 

- ¿Cuánto me quieres?
- Muuuchooooo. 
- Mucho no.
- Muchízimoooooo. 

Me encanta que lo hagas por darme gusto, hablando con la z como cuando eras más pequeña y con voz de "eres pesadísima". 

Como tu padre eres una persona feliz. "Mami, yo soy alegría y tú un follón de cosas". Sí, eres alegría permanente, ganas de vivir, de estar contenta, de hacer cosas. De hacer el payaso. Todo te apetece, todo te gusta, todo te sorprende. Nada te perturba, nada te preocupa.

Estás aquí, estás viva y eres feliz. Y es alucinante verlo. 

Cumples 10 años, dos manos completas pero siempre siempre serás mi niña pequeña. 

Feliz cumpleaños princeza. 


martes, 18 de agosto de 2015

Cosas que (me) dan miedo


Brujuleando he conocido a a Michelle Poler y su video  100 days with out fear. Michelle se ha pasado la vida acojonada por todo. Es una absoluta milindris a la que le da pánico todo y además confunde el miedo con la vergüenza, el asco y un montón de cosas más. 

A pesar de no compartir con Michelle casi ningún miedo (va por el 87) y distinguir las cosas que me dan pánico y las que me dan vergüenza, la buena de Michelle me ha inspirado para hacer una lista de mis miedos más idiotas. 

Me diferencio de Michelle en que no tengo ninguna intención de superar esos miedos. Ella es tan pipiola y tan milindris que sospecho que detrás de esta iniciativa hay años de terapia para intentar que salga de su campana de cristal y pueda enfrentarse al mundo cuando sus padres dejen de cuidarla. 

Cosas que (me) dan miedo...y tranquilos que no llego a cien. 

Inciso.- Obviamente lo que más miedo me da es que mis hijas sufran o que les pase algo, seguido de la enfermedad y muerte de mi familia y amigos...pero este post no va de eso. He dicho miedos tontos.- Fin del inciso. 

Me dan pánico los gatos. Mi terror hacia los mininos ha ido creciendo con el tiempo. Debería ser al revés, te haces mayor y, se supone, capaz de ser objetiva y pragmática y ver que es una chorrada de miedo. Pues me hago mayor y cada vez soy más objetiva y pragmática y los gatos cada vez me dan más miedo. Ya no soporto ni verlos en fotografías. He desarrollado tanto pavor que cuando alguien me dice que tiene gato me encuentro pensando ¿qué tipo de tara tiene esta persona para que le guste un animal tan terrorífico? Prefiero un ligue con serpiente que con gato...tal cual lo digo. (Para cuando sea vieja revieja, si llego a eso, me tendré que comprar un canario que píe cuando me muera... paso de gatos que me devoren)

Bucear. Lo he contado mil veces. Ni me planteo bucear en plan embutida en neoprenos pero es que ni siquiera me gusta usar gafas de bucear en el mar. No quiero saber lo que hay debajo. No me dan miedo las medusas, las algas, los peces o lo que sea... sencillamente no quiero verlo. Me da pánico la sensación de inmensidad que sientes al mirar con gafas de bucear. Además no le encuentro la gracia a respirar por la boca con un trozo de plástico en la boca. 

Saltar. No me refiero a saltar metafóricamente, a cambiar de vida, tomar una decisión o correr un riesgo. Me refiero a saltar,a pegar un brinco. Este es un miedo adquirido, supongo que debe ser por hacerme mayor. Me da miedo saltar y hacerme daño. Sé que no tengo porqué hacerme daño pero no salto por si acaso. Es curioso porque en el resto de mi vida... los por si acaso me sirven para hacer cosas. 

El espacio. El universo. La inmensidad del cosmos. No quiero ser astronauta ni saber qué todo está lejísimos y que somos motas infímas y que cuando me muera ya no habrá nada más. Si lo pienso, ya lo he comentado también, me entra vértigo cósmico y muchísimo miedo. 

Los limpia piscinas. Las arañas, mantis religiosas, avispas, abejas y todo ese tipo de bichos no me da miedo. Me dan asco y procuro no acercarme, básicamente porque además pueden picarme. Mi terror hacia los limpiapiscinas es completamente irracional. Son unos bichos asquerosos  pero no hacen nada. Un limpia piscinas te roza y no te enteras... pero si en una piscina veo uno, no me meto. Además, me intrigan. ¿De dónde salen? Sospecho que son familia de los piojos porque hay las mismas teorías idiotas sobre su origen "Les gustan las piscinas (pelos) muy limpias", "estan en piscinas (pelos) sucias" y nadie tiene ni idea. ¿De dónde sale el primer limpia piscinas? y ¿Dónde tienen los ojos? Es un bicho que me perturba y me da muchísimo miedo.  

Echar gasolina y al ir a pagar no llevar cartera. Todas las veces que echo gasolina ( y son muchísimas) al encaminarme a la caja y meter la mano en el bolso se me acelera el corazón y en 3 segundos veo mi futuro proyectándose sobre la fachada. No tengo la cartera, me la he dejado en casa, revuelvo el bolso, lo vuelco, sonrío al dependiente que me mira con cara de hastío, compruebo que efectivamente no llevo cartera, ni dinero ni nada, sonrío y balbuceo "no se va a creer lo que me pasa", llamo a alguien para que venga a ayudarme, ese alguien se caga en mi y mi despiste y tarda lustros en venir y mientras tanto yo vivo en la gasolinera que por supuesto siempre está en un páramo espanto tipo París Texas. Llevo una bata rosa y un pañuelo en la cabeza y por alguna misteriosa razón fumo. 

Luego siempre encuentro la cartera (soy asquerosamente ordenada) pero el subidón de adrenalina me dura unos 5 km.

Las escaleras. Este es un miedo adquirido. Me he caído tantas veces y me he dado tantas leches que ahora si hace falta empujo ancianitas para agarrarme del pasamanos y, por lo menos, si me caigo podré minimizar la leche y no destrozarme el culo o morir como Angela Channing. Asociado un poco a esto va el escurrirme en la ducha...aunque esto no me ha pasado nunca. A ver, me he escurrido haciendo cosas que no se deben hacer en la ducha pero eso es otra historia y ahí no me da miedo. Es más miedo a escurrirme, romperme algo y tener que esperar horas hasta que alguien venga a sacarme y entonces me visualizo en bolas, con el pelo pegado....en fin, algo como lo de la gasolinera. 

En cualquier caso sé por experiencia que las cosas que más daño pueden hacerte son las que no te dan miedo. ¿Mi consejo? Desconfiad siempre. 

miércoles, 12 de agosto de 2015

Por que madrugar te hace miserable

Estamos rodeados. Rodeados de cosas desagradables que sin embargo se están vendiendo como si fueran lo más de lo más, como si no hacerlas, comerlas, pensarlas o sentirlas nos fuera a convertir en infraseres, en peores personas. 

¿De qué estoy hablando? 

Hoy hablo de la campaña a favor de madrugar para ser una persona exitosa. Hace unos días un post en Medium bajo el tramposo título de "Por qué deberías ser una persona madrugadora" contaba una historia de terror acerca de "personas exitosas" que madrugan. 

Empecemos por el principio. 

Madrugar es levantarse a las 8 de la mañana. Es una hora estupenda. Si te acuestas a las 11 de la noche tienes por delante 15 horas de día que, bien aprovechadas, dan para un montón de cosas. Una hora de leer, entretenerte o lo que sea en la cama y 8 de sueño. El día perfecto. 

Levantarse antes de las 8 de la mañana es avaricia. Ganas de ser el que se levanta antes, de estrenar las calles, de llegar al curro y decir "pues yo ya he corrido, nadado, paseado a mi perro, leído la prensa o preparado cocido para 15". Por supuesto, hay mucha gente que se levanta antes simplemente porque no le quedan más opciones... pero casi seguro ninguno de ellos se considera una persona exitosa. Se verían mucho más exitosos levantándose a la hora que les diera la gana. 

Levantarse antes de las 7 es vicio. Y como todos los vicios es incomprensible para el resto de la humanidad. "Me encanta", dicen los que se comen las uñas o aman la calceta. Los demás no lo entendemos. 

Las "personas exitosas" del post del otro día se levantaban todas entre las 3:45 y las 5:30 de la mañana. Obviamente eso no es madrugar, es rendirse al insomnio y levantarse de la cama para no seguir agonizando. "Ya que no duermo voy a ver si..."

- ¿Tienes insomnio?
-  No, es que me gusta madrugar.
- Ja. 

Antes de que nadie se me eche encima, no estoy diciendo que haya que levantarse a las 12 de la mañana. De hecho levantarse más tarde de las 10 te hace tener la sensación de que te han dado un día "usado". No es exactamente como un día de segunda mano, se parece más a leer un periódico que otro ha leído antes. Las noticias son las mismas, todo está en su sitio... pero no es lo mismo. 

"Los madrugadores tienen la ventaja competitiva" de que son capaces de salir de la cama antes. Todo depende cómo se mire. Yo puedo decir "Los madrugadores tienen la desventaja de que no disfrutan del sueño y no dan descanso a su cerebro", por ejemplo. 

En el post, las personas exitosas que madrugan tienen también en común, curiosamente, que son asquerosamente ricos. Me asombra que nadie vea que en estos artículos sobre lo buenísimo que es caerse de la cama de noche no aparezcan nunca ejemplos de "gente que se siente miserable porque se tiene que levantar a las 3 de la mañana porque tiene que ir a currar y desea morir". A lo mejor me equivoco y todos esos curris madrugadores se sienten super exitosos cada mañana al amanecer mientras se hacen la cama. 

Porque si. Resulta que para madrugar y que no desees suicidarte, conviene hacerte la cama. No lo digo yo, lo dicen las personas exitosas "Hacer la cama todas las mañanas está relacionado con una mejor productividad a lo largo del día."

Sin entrar a discutir que dudo mucho que Michelle Obama, Anne Wintertour o Richard Branson se hagan la cama, cualquiera que madrugue sabe que la cama hay que hacerla por una única razón: si la dejas sin hacer y vas a estar mucho tiempo pululando por el cuarto, es muy posible que las sábanas te llamen con cantos de sirena, tu fuerza de voluntad flaquee y acabes tumbándote mientras babeas diciendo "cinco minutos más". Por eso hay que hacer la cama, ni productividad ni leches. ¿A quién le importa la productividad a las cinco de la mañana? 

Por supuesto y como era de esperar, además de la cama, después de madrugar vienen más torturas si quieres ser el colmo del éxito. No vale con arrastrarte fuera de la cama, llorando y soñando con un poco más de sueño, aunque sea en la alfombra. Eso ni es exitoso ni nada. Después de hacer la cama, hay que beberse medio litro de agua, desayunar fruta y verduras, hacer ejercicio, leer la prensa y priorizar el día. 

Estáis pensando lo mismo que yo. Comer a las 5 o las 6  de la mañana no es desayunar, en todo caso será una recena o picar entre horas. Y hacer todas esas cosas no es "aprovechar el tiempo", es rellenarlo hasta que sea hora de empezar a trabajar y el resto de la humanidad, que sí puede dormir, se active. 

Conclusión: los madrugadores son gente muy envidiosa y quieren arrastrarnos a todos al lado oscuro. Y repito, antes de las seis de la mañana no es madrugar, es insomnio disfrazado. 

Ahora que lo pienso, la única utilidad que le veo a esta idea de madrugar es si ligas con alguien, te vas a su casa y luego cuando te estás escabullendo te pilla. 

- No es lo que estás pensando, no me estoy yendo...es que me gusta madrugar. Soy una persona exitosa.