sábado, 6 de diciembre de 2008

AMIGOS Y RISAS

Los Molinos. Diciembre. Niebla. No sé ve ni La Peñota ni Siete Picos. Si fuera la primera vez que vienes, no podrías creer que ahí al lado están esas montañas y no puedes verlas. No hace frío pero todo está mojado y huele especial, huele como siempre.

Comida con amigos, hace meses que no nos vemos, pero da igual, todo es fácil, nada de un millón de mails. "¿venís a comer?, Si." .

Buena comida y buen vino. Nos reimos tanto que casi no podemos respirar, vuelan las puñaladas traperas, entre nosotros y hacia los que no están...ahh..se siente... haber estado.

Todo es igual que hace 10 años. Bueno, igual, igual no. En el jardín hay 7 fieras corriendo.

Me asomo a la ventana y pienso que somos una repetición de lo que hacían nuestros padres hace 30 años. Se juntaban en una casa y te mandaban a jugar al jardín que " para eso hemos venido a Los Molinos". Entonces creíamos que los padres hacían cosas serias en esas reuniones.

Comento este pensamiento en alto y todos nos descojonamos. Nuestros padres estarían como nosotros ahora, agarrados a sus gintonic y hablando de burradas. Por un momento bordeamos el abismo cuando alguien menciona las palabras: crisis, interés, euribor y ahorro.

- NI de coña vamos a hablar de eso.

Y enseguida retomamos el vuelo, comentamos la ira descontrolada de F. cuando, el otro día después de horas de insomnio provocado por los gritos de un borracho, se asomo a la ventana y se sorprendió así mismo gritando:

- O TE CALLAS O BAJO Y TE RAJO. ( F. es un padre de familia respetable y serio..pero el no dormir es lo que tiene...)

Luego uno de nuestros temas favoritos, el bricolaje y las chapuzas de todos. Esto deriva en el uso de bombillas de bajo consumo y la vez que yo compré unas que daban una luz tan blanca que por el pasillo parecía que del dormitorio de mis hijas iba a salir un poltergeist. De ahí pasamos a la experiencia sexual altamente frustrante que se tiene en los bares de Las Vegas.

O el viaje a esquiar que hicimos en el 97, 4 machotes y yo. 7 días en Pirineos, días esquiados ninguno. Nevó tanto que no podíamos salir de la casa, cuando por fín pudimos salir se levantó vendaval. Nos tuvimos que dar a la comida y a la bebida sin parar. Fué un viaje genial.

Vuelan los gin tonic. Ya no hay limón, se ha hecho de noche, comemos chocolate.

A veces se me olvida lo fácil que es pasarlo bien.


2 comentarios:

Alvaro de la Rica dijo...

gracias por compartir tu felicidad: eres muy afortunada…

JuanRa Diablo dijo...

No sabes cómo me lo he imaginado todo. Creo que hasta he sentido un deja vu. Los Molinos es a tí como el campo de Petrel es a mí. Padres, hijos y risas...