miércoles, 23 de julio de 2014

Balance del veraneo.

Un mes desde que empezó el verano propiamente dicho. Un mes desde que me instalé en Los Molinos para empezar a veranear.  Es hora de hacer balance. 

Con las princesas he asistido a su primera gran desilusión cuando, tras meses de ensayos, la representación de "El sueño de una noche de verano" se suspendió, antes incluso de empezar, por problemas técnicos. Lloraban desconsoladas mientras yo me preocupaba porque C llevaba 10 días con una fiebre absurda que no se le curaba. Pasarse la primera noche del verano con un frío bastante considerable casi desnuda disfrazada de trasgo...mágicamente le curó la extraña fiebre. Esa misma tarde, asistir a la transformación de la dulce M en un monstruo del bosque me hizo verla de repente muy mayor. Al día siguiente, con la cara todavía a medio maquillar y en pijama, pensé que ya era casi una adolescente. 

Llevada por esa sensación y acojonada por si me pillaba el toro, tuve con las princesas "La conversación".  En un momento cualquiera, a bocajarro, mientras recogíamos 35 toallas que habían utilizado para hacerse una cabaña.

 - Chicas, ¿sabéis lo que es la regla? 

Creo que lo hice bastante dignamente y lo expliqué con claridad y sin falsos misticismos "Chicas, os va a pasar mucho tiempo, duele y es un "coñazo"...pero no le digáis a nadie que he dicho "coñazo".  M suspiró y C dijo "el próximo mes me la enseñas". Por ahora se ha olvidado de esa parte. Después le comenté al Ingeniero que había tenido "la conversación" con las princesas y casi hiperventila. 

- Pero, pero, pero..¿para qué? Si son muy pequeñas todavía y queda muchísimo...

¿Qué más? Una noche vimos en casa de Juan, en su supertele de 60  pulgadas "Alien, el octavo pasajero".  Empezaron muy chulitas: esto no da miedo, ¿cuando empieza el miedo? Luego se rieron con risas histéricas cuando el bicho sale de la tripa, después se hizo el silencio y al final M se quitó las gafas para no seguir viendo la película y se puso a llorar. C cuando llegamos a casa y la acosté, me llamó susurrando y me dijo: 

- Mami, una cosita ¿Los alien no existen, no? 

Ja. Por chulas. 

Me he comprado un vestido tan bonito que sé que no me lo voy a poner jamás y una cazadora de cuero negra tan macarra que se que no la me quitaré durante todo el invierno. 

He leído 6 libros. He encargado en la Libreria Fuenfria de Cercedilla, El cuarteto de Alejandría para releerlo, La broma infinita de DFW y NW de Zadie Smith porque el otro día leí un artículo suyo maravilloso y a la vez en una cadena absurda de mails diarios que tengo con unos locos londineses y un terco de Malasaña no paraban de recomendármelo. He recomendado y prestado libros con gran éxito. He mandado dos cartas postales, ya lo he dicho más veces pero escribo unas cartas espectaculares. Me he pintado las uñas de los pies dos veces. Después de ocho meses me he cambiado los pendientes. Me ha salido un mechón de pelo blanco en la nuca. 

Hemos desayunado solo cuatro días en el jardín,  porque hemos tenido muchos días de verano del norte con los que yo he sido inmensamente feliz. He recolectado grosellas dos veces y he tardado cuatro días en pintar una valla interminable, me sentía a medio camino entre Karate Kid "dar cera, pulir cera" y Tom Sayer. Las pintas inmundas con pañuelo en la cabeza, gafas de sol y camiseta guarrera han sido debidamente documentadas por si, por si, por si hacen falta para algo en el futuro y sólo para público escogido.

Me he bañado poco en la piscina al aire libre pero he ido a nadar casi todos los días a la piscina cubierta. Me he venido arriba y 80 largos son los nuevos 60. He ido a un par de mercadillos. En uno pasé  un calor infernal con sudor de canalillo incluido y me compré un bikini y en otro pasé frío a pesar de llevar  mi jersey favorito de verano que tiene ya 28 años.  Me enamoré de unos  sillones de jardín de los años 50 y se los regalé a Molimadre. Ya los he pedido para la herencia y Molimadre me ha dicho que les ponga una etiqueta. Por supuesto lo haré.  He leído poco en el jardín y mucho en la cama. He visto tres temporadas completas de Breaking Bad y me he hecho fotos acuáticas haciendo el idiota  y una foto genial con mi perro en la que él parece Fujur y yo una modelo de piernas largas.  He perdido dos partidas de parchís y cuatro de Rumi Kub. 

Me he apuntado a un curso que me apetece mucho y que empezará el 1 de octubre. He escrito poco, lo confieso, pero es que ando un poco dispersa. He escrito un post sobre mujeres y ciencia y otro sobre los amigos en los libros que seguro que los que pasáis por aquí no habéis leído. 

He salido un par de noches a tomar copas. En una de ellas el tema de conversación fue mi pelo y como debería llevarlo ahora que "estoy en el mercado". Un hombre me ha aconsejado dejarme el pelo largo, otro me ha dicho que me lo deje "largo y con capas que es lo que se lleva", otro tiene mucho curiosidad por cómo me quedará y cómo me peinaré y Molihermana se ha descojonado y ha dicho "ni de coña aguantas a dejártelo largo". Veremos. 

He esperado. He hecho cookies de chocolate blanco y avena y he llevado mis sandalias favoritas al zapatero. 

Duermo mal. O no duermo o tengo unas pesadillas que son como arenas movedizas en las que caigo y de las que no puede escapar hasta que me despierto. Vuelvo a la consciencia arrastrando hilos de fango y lodo que se me quedan pegados al cuerpo muchos horas después de haberme despertado. Si la pesadilla ha sido especialmente horrible al despertar noto que me ahogo como si tuviera arena en la boca. 

He visto ratones, erizos y una serpiente. 

Visto así, me ha cundido bastante. 


viernes, 18 de julio de 2014

El cuestionario de Proust.


¿Sabéis quién es Marcel Proust? Bien. Doy pistas:  escritor francés, bigotito, una madalena, un libro muy largo que no he leído. 

Marcel en su tierna adolescencia tenía una amiga, Antoinette,  que era hija del por entonces presidente francés. Ella le pasó un cuestionario, en inglés, con preguntas que se parecen algo a lo que conocemos como test de personalidad, memes absurdos y esas cosas. El cuestionario no se descubrió hasta 1924, dos años después de la muerte del escritor. Muchos años después, un periodista francés recuperó ese cuestionario para pasárselo a varios de sus entrevistados y algunos años después fueron recogidos en un libro. 

¿Sabéis quien es David Bowie? Doy pistas: alto, inglés, frío, muy blanco, con mucha clase y una música que crees que no te gusta pero que sí te gusta. Exacto. Ya lo tenéis en la cabeza. 

Voy a hacer mi versión  del cuestionario de Proust comparado con el de Bowie. Hay que tener en cuenta que ni soy francesa, ni inglesa, ni tengo bigotito, ni me gustan las madalenas, ni hago música y tampoco tengo la seguridad de saber envejecer con la clase de Bowie. 

Veremos que sale. 

¿Cuál es tu idea de la felicidad perfecta?
Leer dice Bowie. Comparto respuesta pero un poco más elaborado. Mi idea de felicidad perfecta no es leer en la sala de espera de un hospital, ni en un autobús atestado de gente, ni en un parque petado de padres y niños... aunque todos esos malos momentos serán mejores leyendo. 

Molirespuesta: leer, descalza, tumbada en buena compañía en un sofá cerca de una gran ventana por la que entra luz. Fuera veo el mar o un paisaje verde. Puede llover a ratos y se ven nubes.  Si además me dan un masaje en los pies...

¿Cuál es su característica más relevante, más importante?
Encontrar la palabra justa, tener una respuesta para todo dice Bowie. (La traducción de esto ha sido chunga)  Obviamente esa no es la mía, es espectacular la cantidad de palabrería que gasto. Mi característica más relevante....mmmmm...esta es difícil. No tiene porqué ser algo bueno, puede ser algo malo. 

Molirespuesta: No tengo ni idea. No sé qué es lo más relevante de mi, lo primero que se le viene a la cabeza a alguien que me conoce.  

¿Cuál consideras que es tu mayor logro? 
Descubrir las mañanas dice Bowie. Cómo es el malditismo, toda una vida de drogas y juergas para acabar en el lado oscuro considerando madrugar un logro. 

Molirespuesta: mi mayor logro lo tengo cristalino. Escribir, haber empezado a hacerlo casi por casualidad para descubrir luego que es lo que más me gusta hacer y que no se me da mal. Seguir escribiendo. Y mis pies que son perfectos. 

¿Cuál es tu mayor temor?
Convertir kilómetros en millas dice Bowie. Confieso que éste no es el mayor de mis temores pero está bastante alto en el ranking. Cualquiera que me conozca sabe que cualquier cosa que tenga que ver con cálculos me hace sudar y casi marearme. Soy un desastre para las matemáticas y los cálculos, un auténtico desastre. 

Molirespuesta: mi mayor temor es, por supuesto, el de cualquiera que tenga hijos. Que les pase algo a las princesas, algo grave. Sólo pensarlo me paraliza. 

¿Con qué figura histórica te identificas más? 
El cachondo de Bowie dice que con Santa Claus. Podría ser malvadísima y pensar que lo dice porque ambos vivían entre polvos blancos, pero pensaré que es o bien porque se está haciendo el gracioso, cosa que dudo porque si hay algo que Bowie no es, es gracioso. O bien lo dice porque considera que su música es un regalo. 

Molirespuesta: otra que no tengo ni idea. ¿Una mujer? ¿Un hombre? ¿Un artista? ¿Un descubridor? ¿una gran figura de la política? No me identifico con nadie pero me hubiera molado ser Leonardo da Vinci, por ejemplo. 

¿A qué persona viva admiras más?
Bowie definitivamente está harto del cuestionario y dice que Elvis. Eso o ha encontrado los polvos blancos de Santa Claus. 

Molirespuesta: ¿famosa? Es que admirar suena a total rendición a sus encantos, a ser ciego ante sus defectos...y la verdad es que no creo admirar a nadie así. Pasopalabra. 

¿Quiénes son tus héroes en la vida real?
El consumidor dice Bowie...ya me está cayendo mal. 

Molirespuesta: los profesores. Los profesores de infantil que batallan con niños canijos y con sus padres enloquecidos.  Los profesores de adolescentes que batallan con esos sacos de hormonas maleados en muchos casos por sus padres, convencidos de que lo saben todo y comportándose como auténticos zopencos. Los profesores de universidad desesperados.  Ya lo dije hace mucho, para mí es el trabajo más sacrificado del mundo. 

¿Cuál es el rasgo qué más deploras de ti mismo?
El bueno de David dice que la tolerancia en Nueva York y la intolerancia fuera de Nueva York. 

Molirespuesta: la crueldad. Puede ser increíblemente cruel y además lo soy perfectamente consciente de ello. 

¿Cuál es el rasgo que más deploras en los demás?
Bowie dice que el talento, así que supongo que va bien servido de envidia. 

Molirespuesta: no soporto que la gente sea miserable en el sentido de ruin. Me saca de quicio, me hostiliza y hace que saque a pasear mi lado más cruel... pero en estos casos no me arrepiento de serlo. Y no lo olvido jamás, soy muy rencorosa. 

¿Cuál es tu viaje favorito?
"El camino hacia el exceso artístico" dice Bowie. Pírate, le digo yo a él. 

Molirespuesta: voy a decir dos. Uno, en coche por Europa recorriendo Normandía hasta llegar a Berlín primero y luego hasta Varsovia, parando dónde sea a dormir, comer, hacer visitas, sin prisas. El otro, a Nueva York, a pasear y ver lo típico pero también a pasear sin rumbo. Los dos en buena compañía. 

¿Cuál es para ti la virtud más sobrevalorada? 
Bowie dice que la compasión y la originalidad. La verdad es que no parece el campeón de la empatía, aunque de original va sobradito. En cualquier caso, estoy de acuerdo en que hay que manejar con cuidado la originalidad... ya lo he dicho más veces, la originalidad mal entendida lleva a auténticos descalabros estéticos y es peligrosísima en cualquier campo. 

Molirespuesta: la fuerza de voluntad es la virtud más sobrevalorada. La fuerza de voluntad es una mierda, es lo que sirve para hacer algo que no quieres hacer, la fuerza de voluntad te hace sufrir y penar como un perro con la vaga recompensa de "la satisfacción del deber cumplido". La fuerza de voluntad es el mal y convierte a la gente en zombies tristes y con la mirada perdida.  Yo, por supuesto, carezco de fuerza de voluntad. 

¿Qué frases o palabras usas más? 
Chetonic y miasma dice Bowie. 

Molirespuesta: descerebrados, hostilización, fenomenal, molar, absurdo, ni de coña... pufff...un montón. 

¿De qué te arrepientes más?
De no haber llevado nunca pantalones de campana dice Bowie. Eso no es un arrepentimiento, David. Todavía estás a tiempo. 

Molirespuesta. Cuando tenía 20 años, Molimadre quiso enviarme a Bruselas un verano a estudiar francés y yo me negué rotundamente y no fui. Me recuerdo a mí misma, muy digna, a la salida de un concierto de Johnny Winter en el antiguo pabellón del Real Madrid de baloncesto, hablando con unos amigos del por entonces mi novio y diciendo muy digna que no pensaba ir. Era completamente gilipollas y no fui. Siempre me he arrepentido de eso y creo que jamás lo había contado a nadie. Es un arrepentimiento casi tan tonto como el de Bowie pero creo que dice mucho en mi favor...o así lo veo yo. 

¿Cuál es tu estado actual de ánimo?
Embarazado dice Bowie. El mío no, gracias a Dios. 

Molirespuesta: en calma, sin nudos. 

Si pudieras cambiar algo de tu familia, ¿qué cambiarías?
El miedo que les tengo, dice Bowie. Me cuesta creerlo, en una casa en la que vive Bowie, es muy probable que el que más miedo de sea él... 

Molirespuesta: lo tengo clarísimo. No sería la primogénita, cambiaría el orden de nacimiento y sería la segunda hija o mejor aún, la pequeña. 

¿Cuál es tu posesión más valiosa? 
Económicamente no tengo ni idea, no tengo nada de mucho valor. Se que lo que más me entristecería perder es la medalla de la Virgen del Pilar que llevo colgada del cuello desde que tenía 2 años. No porque sea una medalla ni de la Virgen... sino porque ha estado conmigo siempre. 

¿Cuál consideras que es el estado vital más miserable?
 Vivir con miedo dice Bowie y es una gran respuesta. Vivir acojonado es de las cosas más horribles que te pueden pasar porque vives paralizado. No vives, sobrevives en un estado de ameba aterrorizada muy desagradable. 

Molirespuesta: vivir mintiéndote a ti mismo. 

¿Dónde te gustaría vivir?
Nordeste de Bali o Sur de Java. Obviamente Bowie y yo jamás seremos vecinos. 

Molirespuesta: en el Norte, en un sitio verde, dónde haya nubes y cielos grises. Lluvia. Niebla y días de verano con sol. En un sitio sin monotonía climática. En algún lugar que huela a verde. 

¿Cuál es tu ocupación favorita? 
Despachurrar pintura en un lienzo. Así pasa sus ratos Bowie. 

Molirespuesta: leer, escribir, hacer el vago, dormir, brujulear por la red, nadar (a ratos), ver películas con las princezaz, las charlas con mis amigos...Me temo que no tengo ninguna ocupación exótica...

¿Qué cualidad te gusta más en un hombre?
Bowie dice que le gusta que sus amigos le devuelvan los libros. No es una mala respuesta pero si a mi me dejara un libro Bowie dudo mucho que se lo devolviera pero, claro, yo no soy un hombre. 

Molirespuesta: que me conmueva. Si un hombre me conmueve es porque me conoce bien, muy bien... y eso me gusta. 

¿Qué cualidad te gusta más en una mujer?
Como mujer tampoco tengo nada que hacer para que Bowie me admire, no sé eructar a voluntad y sinceramente Bowie no me cae tan bien como para aprender a hacerlo. Si fuera Bruce aprendería a hacerlo hasta durmiendo. 

Molirespuesta: que sea ella misma, tal cual. Que no se defina como pareja de nadie, ni como madre de nadie, ni como trabajadora de lo que sea. Que sea todo eso a la vez sumado a lo que ya era antes. 

¿Cuáles son tus nombre favoritos?
Esta pregunta es confusa, mejor dicho, poco concreta. ¿Nombres de qué? 

Molirespuesta: si alguna vez tengo una casa a la que haya que poner nombre, se llamará Orbela, hojarasca en vasco. Me alucina esa palabra desde que me la encontré en un libro. Orbela, orbela, orbela. Me encanta. 

¿Cuál es tu lema? 
Pues depende del día y de las cosas que (me) pasen. Puede ser "a la mierda con todo"o "Paso" o "Siéntate y ponte a escribir porque a lo mejor mañana ya no estás aquí" o "ni siento ni padezco" o "espabila y haz algo" o "aprieta los dientes y aguanta el tirón hasta que pase" o "soy una chica con suerte" o "como desees". 

El de hoy es "Aquí y ahora". 


lunes, 14 de julio de 2014

Fragilidad.

La red está llena de páginas de fotografías con grandilocuentes títulos “Las 20 fotografías más espectaculares”, “Las fotos nunca vistas de...”, “El momento previo a 20 fotos históricas...”.

Llego a una de esas páginas. Miro las fotografías: la II Guerra Mundial, Marilyn, El Che, Tiananmen, el hombre en la Luna...y de repente llego a una que me impacta. 

En blanco y negro. ¿Una biblioteca? ¿Una librería? ¿Una sección de libros y discos de un gran almacén? Un dependiente vestido como podría haberlo estado mi abuelo o el abuelo de cualquier persona de las que conozco atiende a dos mujeres jóvenes que sostienen en sus manos dos discos, dos LP, dos vinilos. Ellas visten como podría haber vestido mi madre o la madre de cualquiera. Faldas justo por la rodilla, medias “crystal”, zapatos de medio tacón, peinadas y no se aprecia en la fotografía pero es probable que lleven algo de maquillaje. 

¿Qué tiene esta fotografía para estar incluída en un listado que se titula “20 fotos para los amantes de la historia”? 

Leo y resulta que esas tres personas son afganas. Esa fotografía está tomada en Afganistán. 

Me quedo en shock. 

Eso era Afganistán. Personas como nuestros padres antes de nacer nosotros, mujeres que iban a comprar discos, hombres que trataban con mujeres que no eran de su familia, mujeres que podían vestir como quisieran, enseñar las piernas, disfrutar de la música, estudiar, pasear por la calle. Personas que podían divertirse. 

Personas que tenían derechos. Derechos como los que tenemos nosotros ahora. 

Y entonces pienso en lo frágiles que somos. En la inconsciencia en la que vivimos. 

Abrimos los periódicos, brujuleamos por la red, vemos las noticias y al ver a esas mujeres enclaustradas en un burka sin un solo derecho, a los hombres convertidos en fanáticos religiosos, tendemos a creer que lo que les ocurre es que van “por detrás” de nosotros en el desarrollo histórico. Creemos que están atrasados, y que de alguna manera lenta pero inevitable “avanzarán” hacia el punto en el que estamos nosotros, llegarán a nuestra situación, disfrutarán de todos los derechos que nosotros tenemos. Están en el camino hacia algo para van detrás de nosotros. 

Y no es así para nada. 

Ese hombre, esas mujeres. Los afganos eran como nosotros, tenían libros, trabajos, derechos, oportunidades y posibilidades y por una combinación diabólica de política, extremismos religiosos, intereses internacionales y dejadez...vieron desaparecer todos esos derechos que fueron barridos de sus vidas y ellos se encuentran sumidos ahora mismo en la más absoluta de las barbaries. 

Vivimos en una burbuja de falsa seguridad. Pensamos y vivimos creyendo que lo que somos y tenemos está por descontado y va a ser siempre así, pero no, todo puede cambiar: Afganistán, Líbano, Siria, Egipto, Irán...Y también Yugoslavia. Es todo tan frágil y vulnerable, y sin embargo vivimos como si todo fuera así para siempre. Y no es verdad. 

Vivimos como zombies  en una sociedad que ha perdido, entre otras muchas cosas, la perspectiva histórica.

Y por supuesto creemos que nosotros somos mejores y que lucharíamos por nuestros derechos, pero como le dijo Ricardo Ortega a Enric González:

“Me hizo un discurso sobre la fragilidad moral de las personas: bastaba un ligero cambio en las circunstancias, un peligro, una presión para que mandaran a paseo todos sus principios. Me sorprendió descubrir que era más pesimista que yo.

Me pregunto si los protagonistas de la fotografía pensaron que a ellos no les pasaría.


miércoles, 9 de julio de 2014

No pensar en nada.


¿Cómo es posible que esté otra vez cuajado de grosellas? Recogí muchísimas hace un par de semanas. ¿Cosechamos  tantas el año pasado? No lo recuerdo, creo que no. Recuerdo que fueron más tardías porque pasé la convalecencia de la apendicitis limpiando grosellas en el porche y este año ya hemos hecho una tanda de mermelada

Vaya, una rama cuajada de grosellas bien gordas, casi se me pasa. En uno de los libros que terminé la semana pasada salían unos groselleros que tenían bastante importancia en la trama pero mira, en Islandia resulta que las grosellas salen a finales de verano y aquí a principios. ¿Será que el verano va más tarde en Islandia? No, eso no tiene sentido, en todo caso sería al revés. A lo mejor no estaba bien traducido y en vez de grosellas eran arándanos. ¿Cuantos traductores de islandés habrá en España? y ¿Cuando maduran los arándanos? O a lo mejor son una variedad de grosellas islandesas. Bueno, da igual. 

Me gusta recoger grosellas. Me siento absurdamente útil, me gusta la mermelada y además como recoger grosellas es una actividad completamente mecánica puedo pensar en otras cosas mientras tanto. Consigo abstraerme más que conduciendo, casi mejor claro. Si me abstraigo muchísimo mientras ando aquí recogiendo bolitas rojas el máximo peligro que corro es ¿cual? Ninguno. No se me ocurre nada peligroso en recoger grosellas...si por lo menos fueran moras que tienes que andar vigilando para no pincharte. 

¡Media hora! Llevo media hora recogiendo grosellas y pensando. 

¿Dónde leí el otro día que la gente prefería una descarga eléctrica a quedarse pensando 10 minutos? Me resultó acojonante el estudio. ¿De qué tiene la gente miedo? Y ¿sobre todo? ¿Cómo consigue no pensar en todo el día? Eso, sin duda, es un superpoder. 

En el artículo decían que habían hecho varios experimentos a personas entre 18 y 77 años, con espacios de tiempo entre 6 y 15 minutos en los que se les decía que no pensaran en nada, que dejaran la mente en blanco y que un 67% de los hombres y un 25% de las mujeres preferían ¡una descarga eléctrica! antes que aguantar 10 minutos sin hacer nada, solo pensando. 

Vamos a ver el artículo era confuso porque ¿qué es dejar la mente en blanco? Para mi eso es completamente imposible. Yo tengo pensamientos muy muy raros, mi cabeza funciona de una manera muy rara.  Aquí estoy, recogiendo grosellas y pensando en cómo sería no pensar en nada pero creo que soportaría perfectamente 10 minutos en una habitación, sentada pensando. De hecho es lo que hago cuando conduzco o cuando plancho o cuando limpio guisantes o recojo grosellas. 

Supongo que en esos experimentos habría alguno que no sería exactamente no hacer nada, a lo mejor alguno era hacer algo completamente mecánico que te permita estar pensando en otra cosa mientras lo haces. ¿Acaso toda esa gente que reclutaron tienen su vida tan llena de actividades absorbentes que no piensan jamás y por eso les asusta tanto? O aún peor, ¿hay gente que plancha o conduce o recoge grosellas y mientras lo hace consigue no pensar en nada? ¿En nada de nada? 

"¿Has visto esto? Nos daría para una buena charla. Te hablaría del zen y me dirías que soy un intenso". Ja. Exacto. ¿Zen? Hay tres millones de cosas que no soy y que a lo mejor puedo llegar a ser, pero zen ni de coña. Soy un puto tobogán emocional. Como dice Juan tengo "una amplitud emocional demasiado grande" y eso hace que siempre esté en un extremo o en otro o viajando a toda velocidad de un lado a otro con la cabeza funcionándome a mil por hora y pensando en mil cosas. 

Pero ¿cuántas grosellas tiene esto? 

Me pregunto si realmente existe gente que recoge grosellas y no piensa más que en recoger grosellas. ¿Cómo será eso? Supongo que la secuencia será algo como "uy me ha parecido ver una grosella muy roja escondida detrás de esa hoja, voy a apartar la rama con cuidado de no tirar el recipiente que sostengo con la otra mano y ver si alcanzo a cogerla. Estupendo, ya la tengo, al cubo con las demás. Uy, otra grosella roja un poco más arriba..."

Vale, si yo tuviera ese funcionamiento neuronal es posible que si me dejaran en una habitación vacía sin nada que hacer optara por la descarga eléctrica, la guillotina o arrancarme la cabeza. El eco craneal debe ser una sensación poco placentera, algo así como cuando llegas a una casa nueva y todo está vacío y desangelado y da como pena y lo que quieres es marcharte y salir corriendo. Supongo que hay muchas cabezas así.  

Mi cabeza es más como un cuarto atestado de cosas, de libros, estanterías y con una gran mesa de madera con una lámpara encima. Una mesa enorme. Hay una ventana, por la que ahora mismo veo grosellas, y un sofá. Si me dejan a solas en mi cabeza lo que hago es dedicarme a ordenar y cotillear. Me mola mi cabeza.

¡Mierda! pero ¿qué hora es? Joder, llevo una hora con las grosellas y mis pensamientos. 


*La foto es de mis grosellas.