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miércoles, 10 de marzo de 2021

Como polvo en el viento: un deslumbrante tostón


Resumen del contenido de este post por si no queréis leer casi dos mil palabras: no leáis Como polvo en el viento. 

Desarrollo de mi consejo: 

2021 se está revelando como un año de lecturas malas, regulares o mal escogidas. Algo así como cuando todos los tíos que te gustaban resultaban ser al final un fiasco, idiotas o simplemente aburridos. Pues así voy, en el caso de este último desastre literario, el tío, perdón, el libro en cuestión me apetecía muchísimo, lo compré con todo el cariño del mundo y lo reservé para empezarlo con ganas, con expectativas, dispuesta a rendirme a él porque con Padura ya había tenido otra cita, en El hombre que amaba a los perros, que me había gustado muchísimo. Era un buen plan seguro. 

Pues no. Siguiendo con el símil, El hombre que amaba a los perros había sido una primera cita en el restaurante, con gran conversación, buena compañía y un buen vino que terminó con la promesa de ser mejor la segunda vez y Como polvo en el viento, a pesar de su prometedor título, ha sido como una segunda cita en la que vas a casa del tío, la tiene llena de mierda, con las persianas bajadas, te habla de su ex y encima es eyaculador precoz. No ves el momento de marcharte pero no quieres ser maleducada y te quedas hasta la mañana siguiente, hasta que llegas a la última palabra de la página seiscientos sesenta y cinco. 

El gran gramatizador automático es un cuento de Roal Dahl en el que el protagonista, desesperado porque no consigue vender ningún relato, inventa una máquina que escribe los relatos.  

«Con mi máquina, gracias a un coordinador adaptado entre la sección de "memoria de argumentos" y la de "memoria de palabras", puede producir cualquier tipo de relato que quiera, simplemente apretando el botón correspondiente. [...] Los argumentos los introducimos nosotros. No hay ningún problema. En esta carpeta de la izquierda hay unos doscientos o trescientos argumentos.»

Sospecho que Padura ha usado esa máquina y además para no andarse con chiquitas, ni quedarse a medias, al pulsar las teclas dijo: «Dale, que en esta novela salgan los trescientos argumentos». Y ahí están, todos, absolutamente todos. 

¿Exilio cubano? Check. ¿Pandilla de amiguísimos que se jode por algo misteriosísimo que al lector le importa un pepino? Check. ¿Mujer misteriosa con secretitos? Check. ¿Gays? Check. ¿Lesbianas puede que si, puede que no, y luego definitivamente sí? Check. ¿Hijas que descubren que su padre no es su padre y su madre no es su madre? Check. ¿Exmaridos? Check. ¿Hambre y buscarte la vida? Check. ¿Palizas? Check ¿España? Check. ¿Estados Unidos? Check. ¿Francia? Check. ¿Italia? Check. ¿Drogas? Check. ¿Alcohólicos? Check. ¿Alcohólicos que se rehabilitan? Check. ¿Hombres estériles? Check. ¿Folladores con grandes pollas? Check.  ¿Asesinatos? Check. ¿Infidelidades? Check. ¿Casualidades cósmicas de las que aparecían en las novelas rosas de los años cuarenta cuando la hija de la cocinera era en realidad la heredera de un imperio? Check. ¿Cubano que llega a España y se vuelve catalanista independiente? Check. ¿Madre puta? Check. ¿Padre poderoso que acaba traficando con droga? Check. ¿Amiga buenísima, buenísima, buenísima a la que todos quieren? Check. ¿Vieja sabia que cambia la vida de alguien? Check.  ¿El Retiro? Check. Esta lista no es ni mucho menos exhaustiva, hay muchísimos más argumentos en la máquina de Padura y los ha metido todos en la novela, no se ha dejado ni uno. Ha decidido ser ambicioso y vago. Lo más difícil de escribir no es, como mucha gente cree, ponerte a inventar una historia y escribirla entera en un cuaderno. Lo más difícil es que la historia tenga sentido, que conmueva, que interese. Lo más complicado es deshacerse de lo superfluo, de lo que no encaja, de lo que da vergüenza ajena, de lo que chirría. Uno se enamora de lo que escribe y cuesta mucho borrarlo pero hay que hacerlo. Padura y sus editores han decidido que lo de borrar era innecesario, que si la máquina era tan buena, lo que escupiera estaría bien. 

Y no lo está. Esta es una novela en la que efectivamente pasan muchísimas cosas, doscientas o trescientas, todo el tiempo. Es una novela en la que los personajes van, vienen, piensan, hablan, se encuentran, se van, viajan, vuelven, se pelean, cuentan mentiras, piensan en las mentiras, las discuten, preparan comida, follan, huyen, se encuentran, descubren, hacen fiestas, son infieles, cambian de pareja...muchas cosas pero ninguna te interesa. Esta novela es muy aburrida, aburridísima. No voy a contar la trama porque me entra sueño y se me cierran los ojos del sopor de intentar recordarla. En la página treinta ya te das cuenta de que nada de lo que Padura te está contando te interesa. Ningún personaje tiene enjundia, son todos clichés con su papel dentro de la pandilla y la continua sucesión de cosas pasando te va resbalado por la vista porque nada de te interesa. El supuesto misterio de la novela sobre la que en teoría gira la tensión narrativa es menos interesante que verte crecer las uñas. TE ABURRES y eso es imperdonable en una novela en la que pasan cosas (doscientas o trescientas cosas). 

Además de que la novela es un tostón infumable que se lee igual que si estuvieras viendo un maratón de pelis alemanes de mediodía con mucha resaca, (en mi caso llegué al final para poder escribir esto) Padura, que es un grandísimo escritor, capaz de retratar la vida en Cuba con muchísima viveza y de manejar el tiempo narrativo con mucha maestría, en esta novela deja que la máquina escriba algunos párrafos que son una cumbre de la vergüenza ajena. 

«Ella era como el águila que, en función de su lugar en el orden natural, vio bajar hasta el agua y salir volando con un enorme salmón entre sus garras. ¿O ella era el salmón atrapado? ¿la afectaba el potente sortilegio del lugar? ¿Su madre también habría sido beneficiaria de ese sentimiento en el rincón apacible del mundo que consideró su paraíso encontrado y donde resultaba tan fácil caer en tales trances de comunicación con la naturaleza y lo eterno? ¿Qué le había pasado a Elis Correa, cuales eran sus pena, cargas y culpas, el infierno personal del cual llevaba veintiséis años huyendo, procurando liberarse?»

La "ella" que está siendo tan cursi que su lado Blancanieves es un camionero de Idaho, es Adela que por historias que nos importan un pepino ha descubierto que su misteriosa madre, Loreta*, en realidad se llama Elisa y se ha ido a buscarla a ese "paraíso encontrado" que es un rancho de caballos en Tacoma. 

Elisa-Loreta estaba allí en Tacoma cuidando caballos (¿Mujer que susurra a los caballos? Check) y allí, resulta que a sus más de cincuenta años descubre o le apetece probar sus inclinaciones lésbicas. Chapó por Elisa-Loreta pero claro, Padura lo cuenta mal. 

«En la intimidad, desnudas sobre el elegante lecho inglés king size del aposento de Miss Miller, las dos mujeres se sintieron plenas y activas, compartieron cigarros de marihuana, se excitaron con películas porno, experimentaron con penes de goma en consistente erección, se lubricaron con mantequilla, aceite de oliva griego, escupitajos y hasta se untaron mermeladas que se lamían. Ambas se confesaron que jamás habían tenido tan intensos orgasmos ni explorado estrategias tan radicales y reconocieron que los hombres de sus vidas quizás habían sido potentes, fuertes, resistentes, pero poco creativos, hombres, al fin y al cabo.»

Dejando de lado que si este párrafo lo mando yo a una editorial me lo devuelven diciendo "aprende a escribir", lo siento por Padura y su máquina pero lo que él cuenta como "estrategias radicales" tiene pinta de ser de primero de relaciones sexuales de cualquier tipo salvo quizás lo del aceite de oliva griego. Por otro lado yo hubiera dicho "lubricarse con saliva" y no con escupitajos que tiene otra connotación y, por último,  Padura, los penes de plástico para jugar en la cama siempre están en consistente erección. Si no lo estuvieran serían globos o pollas, perdón, penes normales. 

Elisa, ante de este festival lésbico, había estado casada con Bruno quince años y antes de eso con Bernardo otros tantos y ahí, mientras estaba casada con él, se quedó embarazada pero no de él (recordad el check en hombre estéril). El bombo le vino de un par de polvos con un amigo, Héctor, con el que usó condón. Ella piensa ¿Cómo puede ser? ¿Héctor pincho los condones o serían condones soviéticos y ya sabemos que los rusos hacen las cosas regulinchis? Pero no, entonces recuerda que después de los polvos con condón, se fue desnuda a ponerle la comida al gato, se agachó, puso el culo en pompa y: 

«Horacio se acercaba a ella por la retaguardia, la tomaba con firmeza por las caderas y, empuñando su miembro todavía endurecido o vuelto a endurecer, delicada pero insistentemente le recorría con el glande cobrizo el perineo húmedo -quita que estoy sucia, había dicho ella; quiero más, reclamaba él, dale a bañarte, insistió ella sonriendo-, en un movimiento deslizante que iba y volvía del ano a la vulva...Un pene descubierto, de cuya uretra podría haberse escurrido una gota remanente de semen, que por un enorme capricho biológico, al ritmo in crescendo del Bolero de Ravel, había iniciado el largo viaje hacia el inicio de una nueva vida. ¿Era posible?»

¿Semen al ritmo del Bolero de Ravel avanzando por la vagina? Claro que sí, Padura...y cuando se encuentra con el óvulo dice: PAMPLONA. 

Según avanza la novela, mejor dicho, según pasan páginas y más páginas parece que el gran gramatizador se aburre y empieza a estar más lujurioso y sin control. Cositas como "En las playas como las de Segur de Calafell la potencia del sol y la plenitud del verano difuminan las inhibiciones y sacan al aire las tetas de las mujeres, desde jovencitas con senos turgentes y puntiagudos hasta ancianas con bolsas pendientes, con pezones como teteras mustias»

Pezones como teteras mustias. Sin comentarios, Padura. 

O esta joya:

«Su iniciación se habrá concretado con una novia, de igual edad, y con la aceleración en el aprendizaje aportado por la hermana mayor de esa novia, una contundente trigueña de dieciocho años que se templaba hasta los pepinos, por delante y por detrás, como le demostró un día al adolescente (y luego se comía esos mismos pepinos, lavados con esmero y rociándolos con sal, pues en Cuba no estaban como para botar comida)»

Meses fregando la comida con lejía para que luego llegue Padura y te cuente que te puedes comer los pepinos que te has metido por el culo si los lavas bien. 

Ninguno de estos párrafos me produce asco (lo de los pepinos un poco) o me escandaliza, lo que me provocan es muchísima vergüenza ajena, porque están mal escritos, porque no transmiten ninguna emoción, porque son propios de una malísima novela pseudoerótica pensada para alimentar pensamientos lujuriosos abocados a la masturbación. ¿Estoy en contra de esas novelas? No,  pero, Padura, ¿qué es esto? ¿Qué despropósito de novela has escrito? ¿Por qué nadie te ha dicho que le sobran doscientas cincuenta páginas? ¿Qué le dieras una vuelta? Que, quizás, sería buena idea quitar algún topicazo, que pasaran menos cosas pero más interesantes. ¿Por qué nadie te dijo que Como polvo en el viento es aburridísima? Que es mala, que no necesitabas publicarla. 

Padura, qué decepción pero mándame un pin porque he aguantado el deslumbrante tostón hasta el final. 

*Yo leo Loreta y pienso en los Monty Phyton y en "quiero tener útero" y la verdad es que un giro en el que Loreta hubiera sido un hombre con útero, creado a partir de un ser llegado de Raticulín me hubiera interesado más que cualquier otra cosa pero Padura capó los argumentos de ciencia ficción, por lo visto. No se atrevió.  

lunes, 1 de octubre de 2018

Lecturas encadenadas. Septiembre. La gloria...

 Invasion of readers  de Yuko Shimizu
En septiembre he tocado el cielo de la lectura y me he hundido en el infierno del que creo que va a ser, sin duda, el peor libro del año. La gloria y el barro. 

Empecemos por la gloria. Un año y nueve meses llevaban Los detectives salvajes de Roberto Bolaño esperando en mi estantería. Es un libro que me trajeron los Reyes de mi hermano G en enero de 2017. Confieso que me daba miedo y pereza, a pesar de no haberme metido nunca a leer ninguno de los artículos que le dedican percibía en los titulares, en los comentarios en tuiter, en frases leídas en diagonal un tufillo entre sus admiradores a secta, a malditismo, a ese rollo tan «no es para todo el mundo pero si consigues entrar en su mundo, alucinarás» ¿Qué pasaba si me ponía con ello y me parecía un bodrio? ¿o no lo entendía? ¿o Bolaño no me dejaba entrar en su mundo y me convertía en una paria para esa secta?  

En la segunda página de Los detectives salvajes el miedo se había esfumado y Bolaño me recibió en su mundo con alfombra roja. Leía y pensaba ¿dónde está la dificultad?  Hay un millón de artículos sesudos sobre este libro que yo no voy ni a intentar remedar. Los detectives salvajes para mí es una historia de una de esas amistades que marcan un momento de tu vida como un fogonazo, se apagan y sin embargo su olor impregna toda tu vida. Arturo Belano y Ulises Lima son dos jovenzuelos intensos, en búsqueda de algo que no saben muy bien qué es hasta que se topan con la historia de una poeta fantasma y se lanzan en su búsqueda. La poeta fantasma es lo que Hitchcock llamaba el Macguffin, planea sobre el argumento pero, en realidad, no importa nada. Para mí, el verdadero tema de Los detectives salvajes es la historia de la amistad juvenil, de esas relaciones que se establecen con veinte años basadas en el miedo a la vida, en la incomprensión de lo que ser adulto significa, en la propia desconfianza hacia uno mismo. Los vínculos que se crean cuando no sabes quién eres, ni a dónde vas, ni qué quieres, cuando no encuentras tu sitio y ni siquiera sabes si tienes uno. Los detectives salvajes buscan algo que ni siquiera saben quien es y su historia es la de los rastros que esa búsqueda dejan en sus vidas y en las de todos los que les rozan. ¿Cómo se siente Los detectives salvajes? Como una colmena. Pasas de una celda a otra, y en cada una de ellas su habitante te cuenta su porción de la historia, los instantes que compartieron con uno de ellos y con los dos. Tras esa historia, abres otra puerta y pasas a otra celda en la que otro nuevo personaje te cuenta otra porción de la historia. A veces, vuelves a una celda y la historia de ese personaje continua. Todas están intercomunicadas porque a través de sus finas paredes el influjo de Belano y Lima se expande y sus habitantes que creen, cada uno desde su perspectiva, que ellos fueron los que de verdad los conocieron, los que vieron su verdadera cara. 

Los detectives salvajes es también un libro de viajes, de viajes en el tiempo y en el espacio. Avanzas y retrocedes, saltas de un país a otro, de una trabajo a otro, de una ciudad a otra, de la ciudad al desierto, del mar a la montaña, de una novia a otra, de un encuentro a otro. Y en el ultimo momento Bolaño, después de haberse estado deteniendo en los detalles de cada celda de la colmena (antes de que el lector supiera que es un celda) hace zoom, toma distancia... y te deja ver la colmena y es entonces cuando todo encaja. 

Bolaño consigue, además, lo que todos los grandes, hacer fácil lo imposible. Construye mil celdas, con mil puntos de vista, creando mil personajes, todos distintos, todos con una vida completa, una vida a la que llegas a la mitad pero cuyo valor en lo que ese personaje es, entiendes perfectamente. Para cada uno, Bolaño tiene una voz. Ninguna suena impostada, inventada, ficticia, todas son reales.

«Era bastante sincero pero de esa sinceridad que tú no sabes si sentirte ofendida o halagada.»

Mi prologuista, Juan Tallón, al que odiaré eternamente por haberme dicho: «No tienes pinta de que te guste Bolaño, eres demasiado mayor», tiene un artículo muy interesante que leí al terminar Los detectives salvajes y en el que me enteré de que Arturo Belano es Bolaño. Esto explica muchas cosas, entre ellas, la sensación que había experimentado al leer la novela, la extraña fascinación que todos los personajes sienten hacia Belano, un personaje inquietante, misterioso a su manera (odio el misterio) que parece atraer sin proponérselo a todo el mundo y dejar para siempre su huella en todo aquel que le conoce. Bolaño se saca favorecido en Belano, supongo.  

«Hay una literatura para cuando estás aburrido. Abunda. Hay una literatura par cuando estás calmado. Esta es la mejor literatura, creo yo. También hay una literatura para cuando estás triste. Y hay una literatura para cuando estás ávido de conocimiento. Y hay una literatura para cuando estás desesperado.»

Recomiendo infinito leer a Bolaño. No tengáis miedo, no es para listos ni para iniciados ni para intensos. Es una experiencia increíble. Me dais envidia los que no lo habéis leído. 

Me niego a mezclar a Bolaño así que para el despelleje... stay tuned.


miércoles, 10 de septiembre de 2014

Lecturas encadenadas.- Agosto.

En el mes de agosto cayeron 6 libros: 2 comics, un ensayo, y tres novelas curiosamente de tres autores ingleses, una de ellas mujer.

Empecé el mes con un libro que tenía muchísimas ganas de leer. La edad de los prodigios: Terror y belleza en la ciencia del romanticismo de Richard Holmes. Llegué a él por una recomendación de Sergio Palacios en su blog y lo apunté en mi lista. Antes de seguir, me pongo en pie y agradezco a Sergio, desde lo más profundo de mi ser, haberme descubierto este libro.

¿De qué va el libro? Holmes te lleva de la mano recorriendo las vidas, los descubrimientos y el ambiente social en el que se movieron algunos de los científicos más importantes del finales del siglo XVIII y principios del XIX. Joseph Banks, "científico" (de hecho, he aprendido que esta palabra se creó en ese momento de la historia para definir a esas personalidades curiosas), que acompañó a Cook en su vuelta al mundo y pasó seis meses en Tahiti, se convierte en  el hilo conductor de todo el libro porque cuando volvió de su viaje se convirtió en un personaje central en el desarrollo de casi cualquier actividad científica ocurrida en Inglaterra. Es un libro ameno, entretenido, muy interesante y con el que he aprendido un montón de cosas. De hecho, me hizo pensar tanto que escribí un post con todas mis reflexiones sobre el libro que la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco tuvo a bien publicar en su Cuaderno. (Me pongo en pié otra vez y agradezco profundamente a Juan Ignacio Pérez Iglesias que aceptara mi post).

Una de las cosas que más me gusto, es que estamos acostumbrados a pensar en los científicos como personajes fríos y centrados en sus investigaciones (es un estereotipo pero es así) y sin embargo en el libro de Holmes, muchos aparecen "poseídos" de vez en cuando por raptos poéticos y literarios, algunos de los cuales me parecieron increíblemente románticos.
"Tú eres mi imán (aunque te diferencias de un imán en que no tienes puntos de repulsión y diriges mi rumbo" 
Watchmen de Alan Moore y David Gibbons. Alguien que me quiere mucho me regaló este comic por mi 40 cumpleaños diciéndome que era una obra cumbre del género. ¿Cómo es posible que siendo un regalo tan especial no lo hubiera leído? Pues porque estaba en inglés y no encontraba el momento. De hecho, comentando este regalo que no había leído, ese alguien me dijo "tendrías que leerlo en castellano primero...no se si me arrepiento de habértelo regalado en inglés". Y como mi vida es así y está llena de casualidades (supongo que como la de todos pero yo las veo como le pasa a Paul Asuter), al día siguiente de esta conversación, mientras esperaba a que Juan saliera de lavarse los dientes y mientras cotilleaba la estantería de su casa por enésima vez, encontré Watchmen en castellano. ¡Me lo llevo para leerlo! grite y me piré. No salí corriendo porque la edición que tiene Juan es en tapa dura extragrande y pesa un quintal.

Watchmen es un comic alucinante. Una historia de ficción tan compleja que me impresiona que alguien sea capaz de pensarla y otro alguien sea capaz de plasmar en imágenes esa historia que sólo existe en la cabeza de otro.

La historia va de superhéroes, de superhéroes en decadencia. Están en sus horas bajas de popularidad y de repente se ven enfrentados a una especie de asesino que va a por ellos mientras el mundo en el que viven, en 1985, asiste asombrado al peor momento de la guerra fría y la amenaza nuclear es cada vez más real.  Watchmen no es sólo una historia de superhéroes y asesinos, es muchísimo más. Es una historia tétrica, agobiante, desasosegante, deprimente a ratos, solitaria, desesperante, compleja, rica en detalles, en conceptos y sensaciones que se te quedan pegadas una vez que lo has leído. Terminas y sabes que te has perdido la mitad. Terminas y sabes que podrás releerlo 20 veces y siempre encontrarás algo nuevo. Lo terminé y supe que ya podría leerlo en inglés y agradecerle al alguien que me quiere mucho ese regalo. Gracias.

"Ven... Seca tus lágrimas, porque res mi vida, algo más excepcional que un quark y más impredecible que lo que Heinseberg soñó jamás: la arcilla en la que las fuerzas que dan forma a todas las cosas dejan sus huellas de un modo más claro. Seca tus lágrimas... y volvamos a casa."

Lo superhéroes con dilemas morales también pueden ser románticos. Muy románticos.

Amigas con hijos de Mónica Drake. Vamos a ver, yo quería que este libro me gustara. No necesitaba que me marcara la existencia, ni me volviera del revés pero quería que un libro que según la editorial es "un cruce entre la maternidad traumática de Richard Yates y el hedonismo profundo de la serie Girls, es una ácida y desternillante novela que desafía el cliché de la maternidad, ese debate polarizado en el que dar a luz se ve como una carga eterna o como una bendición salvadora", me entretuviera y por lo menos me hiciera reír. También quería que me gustara porque la editorial muy amablemente me había enviado el libro y estaba deseando poder decir algo bueno y contribuir a que las pequeñas editoriales subsistan, pero no puedo. 

Amigas con hijos es un espanto y está a años luz de poder ser calificada de desternillante. No es que sea una historia absurda, que lo es. No es que sus cuatro protagonistas parezcan compartir el uso del cerebro a ratos,  que lo parece.  No es que la historia no tenga ni pies ni cabeza, que no los tiene. Es que es un coñazo. Se lee rápido porque tiene exactamente la misma enjundia que un cuento de Pepa Pigg. Señores de Blakie Books, lo siento. Siento muchísimo no poder decir nada bueno de esta novela pero compararla con Richard Yates me parece hasta ofensivo para el pobre Yates. Supongo que nunca más querrán enviarme un libro pero les juro solemnemente que si lo hacen estaré en la mejor disposición posible para leerlo sin que la tortura que ha supuesto Amigos con hijos enturbie mi criterio. En cualquier caso, gracias por enviármelo, nunca más me tomaré la palabra desternillante tan a la ligera. 




Justine (I. El cuarteto de Alejandría) de Lawrence Durrell. Relectura a la que me he enfrentado con más miedo que otra cosa. En su momento, cuando El cuarteto cayó en mis manos por primera vez, recuerdo que sentí que era demasiado joven para entender lo que contaba...ahora al releerlo me he dado cuenta de que tengo la edad y la experiencia vital justa.


Voy a ser sincera, El Cuarteto es una historia de intensos y Justine es una misteriosa de libro pero me ha gustado releerlo. De hecho, creo que ha sido como si lo leyera por primera vez. Lawrence Durrell es preciosista en su manera de escribir pero tiene algunas imágenes y descripciones muy brillantes que se con seguridad que mi yo de 20 años no fue capaz de apreciar. Veremos como sigue la relectura.  

"Su vida en común era semejante a la de un cable eléctrico enterrado en la arena que, inexplicablemente, se rompe en un punto imposible de ubicar, sumiéndolos en una insólita e impenetrable oscuridad." 
"Comprendí que ese tráfico estéril de ideas y sentimientos había abierto un camino hasta las selvas más densas del corazón, y que allí nos convertiríamos en siervos de la carne, dueños de un conocimiento enigmático que sólo podía ser transmitido, recibido, descifrado, entendido por los pocos seres que son nuestros complementarios en el mundo (¡cuán pocos y qué raras veces se los encuentra!)

Dandole Vueltas  de Frederick Peeters. Segundo comic del mes y  préstamo de Pobrehermamo Pequeño. Recoge 26 historietas escritas y dibujadas por Peeters de quien en su día leí "Píldoras azules" y me gustó mucho. Las historietas son muy irregulares, algunas me han encantado como la que recuerda a su amigo de infancia al descubrir que murió atropellado por un tren y otras me han dejado fría. Peeters tiene un dibujo "sucio",  muchas veces me echa de la historia o me impide conectar con lo que quiere contar. A veces me transmite la sensación de no querer contarme la historia, de no querer estar haciendo lo que está haciendo. 


NW London  de Zadie Smith. Comprado por recomendación de Nán y reservado para leer durante mis vacaciones francesas. Vamos a ver, me ha gustado regular. Creo que es un experimento formal de Zadie y que es intensamente local. Si conoces Londres y la problemática de cada barrio, la zonificación por etnias y grupos de la ciudad, seguramente la historia te transmita mucho más.  Sin ese conocimiento, es una novela entretenida y bastante chula por la manera en la que está contada pero que como historia resbala bastante. La olvidas fácilmente al terminar de leerla. Resbala, no sé explicarlo mejor.

"Ese momento posee un carácter peculiar. Es breve y temporal, ciertamente, igual que todos los momentos; es transitorio, igual que todos los momentos; y es pasado, igual que todos los momentos en el momento siguiente. Y sin embargo, es decisivo y contiene lo eterno. Ese momento debería tener un nombre distintivo, llamémoslo "plenitud del tiempo"." 
Si alguien quiere conocer a Zadie  recomiendo como lectura "Sobre la belleza", me gustó mucho más.

Y con esto y un bizcocho, hasta las lecturas encadenadas de septiembre.

lunes, 24 de marzo de 2014

Cuando el cine español sí funciona.


Entre otras muchas cosas, el sábado fui al cine con 3 hombres. La película la elegí yo, y la elegí por pura pijotería. Me gusta ver las películas en versión original y en el único cine que pilla cerca de Los Molinos no hay esa opción, así que sólo podíamos ir a ver una película en español: 8 apellidos vascos. 

Los tres hombres dijeron que sí. O son fáciles de convencer o tengo mucha capacidad de persuasión o sencillamente me dieron la razón como a las locas peligrosas. A todos nos gustó. 

¿Qué es 8 apellidos vascos?

Es una película española. Cine español, producido, escrito, dirigido e interpretado por actores españoles que ¡oh sorpresa! está consiguiendo arrasar en taquilla y llenar las salas de cine noche tras noche. (400 personas había en la sala el sábado)

Es una comedia romántica de chico conoce a chica. Chico y chica no se soportan y acaban juntos. Una historia que el espectador conoce sólo con ver el cartel que la anuncia o el trailer. No es una historia nueva, ni sorprendente ni espectacular. Es una comedia romántica de enredo de manual. 

Es una película con GUIÓN. Cuenta una historia repetida cien millones de veces pero con un guión que funciona. Estoy harta de ver películas que o bien no saben qué quieren contarte y se dedican a pasear la cámara y encadenar planos y escenas sin sentido dotándolo todo de una pretendida intensidad estética que resulta cargante y aburrida o películas que saben que quieren contar pero no saben hacerlo y naufragan en un guión espantoso. Lo más importante de una película SIEMPRE es el guión. Esto es una obviedad pero es acojonante la cantidad de películas que lo olvidan. 

Es una película sobre los tópicos de los vascos y los andaluces. Que si a las vascas las peina su peor enemigo, que si los andaluces son unos engominados catetos. Que si la kaleborroka, que si Los del Río y la Virgen de Triana. Que si Vitoria es "el sur" y si hay que ser andaluz hay que ser Sevilla y no de Córdoba...y mil tópicos más. He leído críticas feroces quejándose de esto. No lo entiendo. ¿De verdad que hay gente que se ofende por estas cosas? El humor de 8 apellidos vascos no puede ser más blanco, más neutro y más sencillo.  Si te ofendes por estos chistes o tienes la piel muy fina o te la coges con papel de fumar o las dos cosas a la vez. 

La película funciona desde el minuto 1 con la primera imagen y consigue mantener el ritmo casi hasta el final sin repetir los chistes. Te ríes, sonríes y llegas al final casi sin enterarte. Los actores están correctos y hacen un buen trabajo y a pesar de lo inverosímil de la historia (toda comedia romántica lo es) nada chirría tantísimo como para sacarte del mundo de ilusión en el que estás viviendo ese rato. 

¿Es maravillosa? No.
¿Es espectacular? No. 
¿Tiene fallos? Si, algunos. 
¿Es una buena película? Es una película correcta. 
¿Merece la pena ir a verla? Sí. 

8 apellidos vascos no es una película que vaya a cambiarte la vida ni es la película de tu vida. Es cine de entretenimiento, bien hecho y bien contado. Es una comedia para hacerte reír sin humor zafio, con ritmo y con unas interpretaciones correctas. 

¿A qué viene este encendido elogio de una película de cine español? Pues sencillamente al hecho de que esta película desmonta varias chorradas que se dicen sobre el cine español y que estoy harta de oír. 

"El cine español es un coñazo". SI. Lo siento pero sí. Se producen muchísimas películas (muchas más de las que se deberían producir...aunque a la gente no le guste leer esto) y la mayoría son horribles y lo que es peor, no son horribles porque no tengan dinero para producción o por un problema de dirección. Son horribles porque sencillamente cuentan historias que no interesan a nadie y las cuentan mal. Casi todo los problemas del cine español, son de guión. 

"La gente no va a ver cine español.". No. La gente no va a ver cine español coñazo. Esta película está arrasando en las salas. ¿Por promoción? Si, claro. Bienvenidos al mundo real, las películas hay que promocionarlas. El cine no es una obra de caridad...es una industria y hay que publicitarlo. 8 apellidos vascos ha tenido una buena campaña de promoción....pero además está funcionando muy bien en el boca a boca. 400 personas riéndose y saliendo del cine con una sonrisa son la mejor promoción que puedes tener. Y si lo aliñas con unos cuantos intensos quejándose de los tópicos o de inconsistencias del guión como si estuviéramos hablando de una película realista...lo que consigues es un éxito absoluto. 

"La piratería está acabando con el cine español". Ja, ja y ja. Nadie se descarga películas españolas. El lamento de los productores, actores y demás gente de cine quejándose de que su trabajo se pierde por culpa de las descargas es mentira. La gente no va a ver cine español coñazo y tampoco se lo descarga en casa. Aunque parezca increíble...hay poco masoquista entre el espectador medio de descargas. Las salas se están llenando para ver 8 apellidos vascos...y es muy posible que sea una película muy descargada...pero las descargas no harán que no triunfe y sea un éxito. De hecho ya lo es.  

Lo que acaba con el cine español es la grandilocuencia de venderlo como "cultura" despreciando cualquier intento de hacer cine comercial,  la falta de ideas y la falta de aprecio por el trabajo de los guionistas. Así de sencillo. 

El que quiera que lo entienda, y el que no...que siga diciendo chorradas y lamentándose. 


Este post está en MNM por si queréis "menearlo". Gracias. 

martes, 11 de junio de 2013

FALSA MÍSTICA BLOGUERA






Como ser mejor bloguer. 
Como tener el perfecto blog.
Como vivir de tu blog.
Cómo conseguir más visitas.
Posicionamiento SEO
Herramientas de optimización


Bla bla bla.

Mucha tonteria. Muchísima.

Tener un blog es mucho trabajo. Pues déjalo.
Tener un blog es muy sacrificado. Pues déjalo.
Tener un blog es dedicarle muchas horas...Cierto, pero si no se las quiere dedicar déjalo.




Tener un blog (excluídos los profesionales) es como salir a correr o ir a nadar. Ni más ni menos.
No hay ninguna necesidad vital, ni es obligatorio, ni se lo debes a la humanidad.

Hay que tener un blog porque te apetece tenerlo, porque lo disfrutas y porque a través de él has conseguido encauzar una pasión o un interés, explicar unos conocimientos, darlos a conocer, compartir unas experiencias, ordenar tus ideas, mostrar tus relatos o dar rienda suelta a tu autocompasión cuando te han roto el corazón. Cualquier motivación puede ser buena para intentar expresarla en un blog y ver si ese experimento te sirve para algo. Te sirve a ti, a ti como persona con dos manitas que escribe..no a la humanidad ni a nadie más.

Un blog debe empezarse porque te apetece, por probar, por curiosidad. “ A ver qué es esto”.  
Lo suyo es ir poco a poco. Empezar eligiendo de qué quieres escribir, o colgar o contar,  probando cómo escribirlo, como mostrarlo, como contarlo, haciendo pruebas y sencillamente practicando.  Un día sí, otro no, dos días si, 3 días no. Hacerlo cuando te apetece. No hay que meterse presión pensando cuánta gente te va a leer, porque no te va a leer ni el tato.

No hay que pensar ¿Qué puedo escribir para que me lea mucha gente? Eso es tan absurdo como empezar a correr y pensar ¿Qué carrera puedo correr que vaya a ganar? NINGUNA. Pues exactamente lo mismo con el blog. No hay que pensar ¿Qué puedo escribir que traiga hordas de lectores a mi blog? Porque no hay nada ( exceptuando sexo salvaje bien escrito y bastante explícito o reyerta política bien escrita y bastante explícita) que vaya a traerte hordas de lectores a tu blog. Estoy pensando que incluso escribiendo de sexo y política habría que ser muy muy original para conseguir lectores al comenzar un blog.

Igual que un día decides ponerte las zapatillas o el gorro y las gafas y te lanzas a correr o nadar para ver si te mola...exactamente lo mismo pasa con empezar un blog. No tiene más misterio.

Tener un blog da mucho trabajo, hay que dedicarle muchas horas.

Pues bueno, pues depende. ¿De qué estamos hablando? Trabajo es levantarse por la mañana y pirarte a enseñar a niños, a echar cables, a regular el tráfico, a dirigir una empresa, a picar datos, a responder llamadas, a investigar o a arreglar coches...eso es trabajo. El trabajo es algo que no se puede dejar cuando quieras, al que tienes que ir más o menos en un horario y en el que tienes que cumplir unos objetivos.

El blog puedes dejarlo cuando quieras. Si le haces caso y te dedicas a él, es muy agradecido, pero si no tienes tiempo, no te apetece, no encuentras el momento, te has echado un novio que absorbe todo tu tiempo, prefieres dedicar las  horas a leer, dormir o incluso prepararte un maratón, el blog no se cabrea ni hace nada.

Un blog no es “trabajo”. Es dedicación, pero exactamente la misma que si decides salir a correr o a nadar. Obviamente si quieres prepararte una maratón tendrás que dedicarle más tiempo, pero lo haces encantado de la vida porque es lo que te apetece hacer. Y si no te apetece y lo haces...entonces no lloriquees.

Tener un blog debe ser algo tremendamente egoísta. Hay que hacerlo porque a uno le mole hacerlo y las horas que le dedique le supongan tanta satisfacción que no quiera dejarlo. El blog debe ser para uno mismo. No quiero decir con esto que no mole que te lean, te comenten, te enlacen y las mil cosas añadidas que pueden venir, por supuesto que molan. Es como si corres o nadas o haces punto de cruz...si ganas una carrera, atraviesas el canal de la mancha o te dan un trofeo a la alfombra más molona pues vas a dar palmas con las orejas...pero si no consigues nada de eso, no pasa nada, no hay porqué dejar de hacerlo. La satisfacción por haber corrido la carrera, nadado como un perro o haber sido capaz de tejer la alfombra está ahí, lo has conseguido.

Tener un blog es exactamente lo mismo. La satisfacción máxima tiene que dártela el hecho de que se te ocurra un post, una idea, sentarte a escribirla y conseguir que el resultado se ajuste lo más posible a lo que habías imaginado. Darle a publicar y sonreír feliz y satisfecho ( más o menos satisfecho según el día) Ese tiene que ser el mejor momento.

Después puede que lleguen las visitas,  los comentarios y la repercusión...y molará. Pero si no llegan dará igual, porque tú puedes al día siguiente o cuando quieras volver a disfrutar del gusanillo de la duda ¿se me ocurrirá algo?, encontrar la inspiración y  escribir algo, compartir algo y disfrutarlo.

Hay miles de articulos, consejos, decálogos sobre como tener un blog y conseguir muchas visitas. Hay trucos para conseguir que tu blog salga entre los primeros resultados de google. “Aprende posicionamiento SEO”, “como conseguir un blog de éxito”...etc. Todo eso arruina la gracia de tener un blog. Supongo que esos trucos funcionan, los cuentan gurús de las redes, listos superlistos...pero en mi opinión obsesionarse con eso es arruinarse el placer y la experiencia de tener un blog.  Puedes conseguir visitas sí, pero ¿qué son visitas? ¿es gente que te lee? Los lectores de un blog no son “visitas”, es gente que llegó de alguna manera, probablemente brujuleando por la red y algo de lo que leyó en el blog le moló, le moló tanto que siguió leyendo, que decidió apuntarlo en favoritos y que vuelve de vez en cuando a ver si hay algo nuevo.




En la vida real las visitas son incómodas, no son de confianza. En un blog puede pasar lo mismo...¿para qué quieres un pico de tropecientas mil visitas provocadas porque has puesto en el título del post “tanga, picha, urdangarin” o cualquier otra combinación mágica de palabras? Siempre será mejor conseguir gente que llegue de casualidad, como los amigos en la vida  y al que le guste lo que haces...y vuelva cada día a ver qué vas a contar.

Para conseguir visitas hay mil trucos, para conseguir lectores sólo hay uno: disfrutar tu blog.

Disfrutarlo tanto que te entusiasme, que te de la vida. Lo que convierte a las “visitas” en lectores es lo que cuentes y como lo cuentes, no los trucos. Es el hecho de que transmitas ese entusiasmo y ese “vivir el blog”  lo que convierte a las visitas en lectores...y con el tiempo a los lectores en amigos.  

Disfrutar tu blog puede significar echarle mil horas, sufrir como un perro escribiendo los posts, quitarte horas de dormir para documentarte o buscar información o dejar una entrada perfecta...pero TE ENCANTA HACERLO. No hay necesidad de venderlo como una tarea de titanes, como algo complejo y esforzado, algo sacrificado y trabajoso para que sea valorado.

Todos esos artículos llenos de trucos para conseguir un blog de éxito, consejos para hacer que las marcas se fijen en ti,  sobre la frecuencia de publicación y la hora correcta, decálogos sobre cómo vivir de un blog, posicionamientos SEO y demás zarandajas no hacen más que enturbiar y ensuciar la maravillosa magia de tener un blog.

Tener un blog es algo al alcance de cualquiera.
Conseguir disfrutarlo y entusiasmarse con ello también.

No seamos egoístas, no nos hagamos los interesantes, no nos hagamos los gurús y los intensos con la mística bloguera: tener un blog es una experiencia maravillosa y es para todos.




jueves, 24 de enero de 2013

MI TARDE CON ENRIC GONZÁLEZ




Por razones que no vienen al caso estoy disfrutando de unas vacaciones de solterismo. Solterismo desde las 9 de la mañana que despido a las princezaz que se van al colegio, hasta las 5 que como buena madre (aunque falsa) las recojo en el colegio. 8 horas libres a mi entera disposición. 

Como llevo 12 años, 1 mes y 23 días condenada a la vida en el polígono de Mordor, cuando disfruto de días laborales en Madrid me comporto como si fuera de provincias. Voy caminando asombrada de la cantidad de gente, de los coches, de las muchísimas tiendas que hay y de la actividad incesante de la ciudad. Me paso la vida en un polígono industrial, en las brumas de Mordor que apestan a pienso de perro y con bolas de paja que ruedan…llego a Madrid y me siento Alfredo Landa en Vente a Alemania Pepe. 

El caso es que estoy disfrutando de mis vacaciones de solterismo muchísimo. Y no, no me gustaría pasarlas con las princezaz y El Ingeniero por ahí. Esto me va a restar puntos en el ranking de madres entregadas pero me da igual. Estoy feliz. 

Además de feliz, estoy superenergética y con ganas de hacer cosas y una de las cosas que me apeteció hacer ayer fue ir a la presentación del libro de Enric González que hacían los intensos de JotDown en la librería Méndez en la calle Mayor. 

Cumplí un poco por encima mis obligaciones maternales de tarde con laz princezaz y salí corriendo a pillar el metro.

-        Mami, ¿dónde vas?

-        A la presentación de un libro.

-        ¿Más libros?? Pero si tienes miles...

-        Ya pero este es de un escritor que me gusta mucho…

-        Mami…te gustan más los libros que nosotras.

-        ¡Claro que no!! Pero con vosotras estoy todas las tardes y este señor solo está hoy.

-        Bueno...vete pero tráenos algo. 

Con la conciencia tranquila por el permiso de las princesas y mi carácter de madre desnaturalizada me lancé al metro a las 6 de la tarde. Y para seguir cumpliendo con mi papel en la vida...llegué tarde. 

Estaba completamente petado. Fui capaz de abrir la puerta, cerrarla y quedarme pegada a ella. Había muchísima gente, muchísimos, muchísimos tíos y todos obviamente  más altos que yo. Allí estaba yo, al final de la librería, con mi abrigo de caperucita roja sin ver nada. ¿He comentado que había muchos tíos? Una proporción alarmantemente alta de tíos...conté 10 tías en toda la librería...en fin, pensé que mi afición por Enric era compartida por más mujeres. 

Poco a poco,  y haciendo la lagartija fui avanzando posiciones, hasta conseguir colocarme cerca de una estantería dónde apoyarme y dejar el bolso y el abrigo. Lamentablemente estaba al lado de Pérez Reverte pero no se puede tener todo. 

Desde esa posición estuve escuchando hora y media a Enric y a Ramón Lobo sin verles. Sólo oía lo que contaban del libro, de la vida de Enric, anécdotas, quejas, lloriqueos periodísticos (de esto ya escribiré un post). Habló sobre sus libros, sobre su fichaje por El Mundo, comentaron la manifestación que durante un rato atronó la calle Mayor…Estuvo muy entretenido, un poco largo para los que estábamos de pié sudando la gota gorda pero muy entretenido.  Hubiera estado mucho mejor si no hubiera tenido que escuchar las cosas que P. Reverte decía alegremente pensando que nadie le oía o pensando que los que le oíamos le hacíamos la ola. En cualquier caso, me sirvió para comprobar que yo tenía razón en mi apreciación sobre él.
Al terminar el charleto, seguí haciendo la lagartija y mágicamente acabé la quinta para que Enric me firmara el libro. Por fin le vi. 

Enric se ha dejado el pelo largo, un poco rollito Richard Gere. No soy muy fan de Richard Gere, pero me parece una buena técnica. Primero Enric demuestra que no tiene un problema de caída capilar y segundo se tapa las orejas de soplillo. El único problema que le veo es que ese pelito largo derive hacia la ya conocida tendencia a envejecer hacia señora mayor que ya he comentado por aquí. Enric, no me hagas eso.
Al llegar mi turno y como me corresponde tuve una conversación absurda con Enric. 


-        Hola... ¿Cómo te llamas?

-        Molinos.

-        ¿Molinos? ¿Has dicho Molinos?

-        Bueno, si...es una historia larga pero es que publico con ese nombre...

-        ¿Escribes?

-        Bueno...sí, más o menos...algo parecido.

-        Vale, seguro que no dedico más libros a nadie con ese nombre.

-        Así pensado mola. 

Puestos a hacer el frikifan decidí tirar la casa por la ventana y le pedí si se haría una foto conmigo. 

Nos hicieron mil. Ahí estábamos, de pié, mirando a mi móvil y 3 cámaras más,  sonriendo como unos pánfilos. Era casi como un photocall, me faltaba el palabra de honor absurdo. 

-        Habéis salido movidos.

-        Soy yo que estoy temblando de la emoción con esta chica.- dijo Enric. 

Y ahí que me fui sonriendo más feliz que una perdiz. 

Salí y jarreaba. 

Una tarde genial. 

Ah casi lo olvido. Ramón Lobo es como Santa Claus pero con la barba recortada. Dijo que hacia las camas por la mañana y había aprendido a hacer pan. Quiero adoptarlo. 

Y casi olvido también que una descerebrada me reconoció pero no se atrevió a saludarme. Jamás pensé que diría algo así. 

Mi primer post sobre Enric