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lunes, 1 de octubre de 2018

Lecturas encadenadas. Septiembre. La gloria...

 Invasion of readers  de Yuko Shimizu
En septiembre he tocado el cielo de la lectura y me he hundido en el infierno del que creo que va a ser, sin duda, el peor libro del año. La gloria y el barro. 

Empecemos por la gloria. Un año y nueve meses llevaban Los detectives salvajes de Roberto Bolaño esperando en mi estantería. Es un libro que me trajeron los Reyes de mi hermano G en enero de 2017. Confieso que me daba miedo y pereza, a pesar de no haberme metido nunca a leer ninguno de los artículos que le dedican percibía en los titulares, en los comentarios en tuiter, en frases leídas en diagonal un tufillo entre sus admiradores a secta, a malditismo, a ese rollo tan «no es para todo el mundo pero si consigues entrar en su mundo, alucinarás» ¿Qué pasaba si me ponía con ello y me parecía un bodrio? ¿o no lo entendía? ¿o Bolaño no me dejaba entrar en su mundo y me convertía en una paria para esa secta?  

En la segunda página de Los detectives salvajes el miedo se había esfumado y Bolaño me recibió en su mundo con alfombra roja. Leía y pensaba ¿dónde está la dificultad?  Hay un millón de artículos sesudos sobre este libro que yo no voy ni a intentar remedar. Los detectives salvajes para mí es una historia de una de esas amistades que marcan un momento de tu vida como un fogonazo, se apagan y sin embargo su olor impregna toda tu vida. Arturo Belano y Ulises Lima son dos jovenzuelos intensos, en búsqueda de algo que no saben muy bien qué es hasta que se topan con la historia de una poeta fantasma y se lanzan en su búsqueda. La poeta fantasma es lo que Hitchcock llamaba el Macguffin, planea sobre el argumento pero, en realidad, no importa nada. Para mí, el verdadero tema de Los detectives salvajes es la historia de la amistad juvenil, de esas relaciones que se establecen con veinte años basadas en el miedo a la vida, en la incomprensión de lo que ser adulto significa, en la propia desconfianza hacia uno mismo. Los vínculos que se crean cuando no sabes quién eres, ni a dónde vas, ni qué quieres, cuando no encuentras tu sitio y ni siquiera sabes si tienes uno. Los detectives salvajes buscan algo que ni siquiera saben quien es y su historia es la de los rastros que esa búsqueda dejan en sus vidas y en las de todos los que les rozan. ¿Cómo se siente Los detectives salvajes? Como una colmena. Pasas de una celda a otra, y en cada una de ellas su habitante te cuenta su porción de la historia, los instantes que compartieron con uno de ellos y con los dos. Tras esa historia, abres otra puerta y pasas a otra celda en la que otro nuevo personaje te cuenta otra porción de la historia. A veces, vuelves a una celda y la historia de ese personaje continua. Todas están intercomunicadas porque a través de sus finas paredes el influjo de Belano y Lima se expande y sus habitantes que creen, cada uno desde su perspectiva, que ellos fueron los que de verdad los conocieron, los que vieron su verdadera cara. 

Los detectives salvajes es también un libro de viajes, de viajes en el tiempo y en el espacio. Avanzas y retrocedes, saltas de un país a otro, de una trabajo a otro, de una ciudad a otra, de la ciudad al desierto, del mar a la montaña, de una novia a otra, de un encuentro a otro. Y en el ultimo momento Bolaño, después de haberse estado deteniendo en los detalles de cada celda de la colmena (antes de que el lector supiera que es un celda) hace zoom, toma distancia... y te deja ver la colmena y es entonces cuando todo encaja. 

Bolaño consigue, además, lo que todos los grandes, hacer fácil lo imposible. Construye mil celdas, con mil puntos de vista, creando mil personajes, todos distintos, todos con una vida completa, una vida a la que llegas a la mitad pero cuyo valor en lo que ese personaje es, entiendes perfectamente. Para cada uno, Bolaño tiene una voz. Ninguna suena impostada, inventada, ficticia, todas son reales.

«Era bastante sincero pero de esa sinceridad que tú no sabes si sentirte ofendida o halagada.»

Mi prologuista, Juan Tallón, al que odiaré eternamente por haberme dicho: «No tienes pinta de que te guste Bolaño, eres demasiado mayor», tiene un artículo muy interesante que leí al terminar Los detectives salvajes y en el que me enteré de que Arturo Belano es Bolaño. Esto explica muchas cosas, entre ellas, la sensación que había experimentado al leer la novela, la extraña fascinación que todos los personajes sienten hacia Belano, un personaje inquietante, misterioso a su manera (odio el misterio) que parece atraer sin proponérselo a todo el mundo y dejar para siempre su huella en todo aquel que le conoce. Bolaño se saca favorecido en Belano, supongo.  

«Hay una literatura para cuando estás aburrido. Abunda. Hay una literatura par cuando estás calmado. Esta es la mejor literatura, creo yo. También hay una literatura para cuando estás triste. Y hay una literatura para cuando estás ávido de conocimiento. Y hay una literatura para cuando estás desesperado.»

Recomiendo infinito leer a Bolaño. No tengáis miedo, no es para listos ni para iniciados ni para intensos. Es una experiencia increíble. Me dais envidia los que no lo habéis leído. 

Me niego a mezclar a Bolaño así que para el despelleje... stay tuned.


martes, 22 de febrero de 2011

LOS INTENSOS

¿Qué define a un intenso?

Primero de todo, hay que distinguir a un intenso de un apasionado o entusiasta de algo.

Al apasionado cuando le mola algo, se le nota enseguida, lo transmite, lo comunica, se le nota en la cara, en la sonrisa, le brillan los ojos. Un apasionado, no se puede estar callado ni quieto. Necesita comunicarle al planeta que lo que sea que le apasiona le tiene fuera de sí. Probablemente, el planeta no necesite saberlo y podría pasar perfectamente sin que ese tsunami emocional le inundara el correo o los oídos de cháchara entusiasta, pero un entusiasmado es así: un brasas.

Por poner un ejemplo. Me siento a ver mi supercaja de Bruce, de The Promise y estoy tan entusiasmada y tan feliz y tan contenta que tengo que escribirlo por mail o llamar a alguien a contárselo directamente. Necesito saltar en el sofá cantando con toda la piel de gallina. Soy una brasas, lo reconozco, pero mi interés y mi pasión por eso es hacia fuera…irradio entusiasmo braseador. Por supuesto, estos ataques de entusiasmo pasional procuro tenerlos cuando el ingeniero se va a hacer cosas de ingenieros porque él está hasta el gorro de mis tsunamis de entusiasmo.

Un intenso, al contrario de lo que pudiera parecer, no siente bien el entusiasmo. lSabe que eso es una carencia, pero como es incapaz de entusiasmarse y le parece de mala educación serlo en el caso de conseguir un atisbo de emoción, lo que hace es fingir que “siente mucho”. Pero siente hacia dentro…algo en plan…"siento tanto que vosotros chusma entusiasta y superficial no lo entenderíais”.

Un intenso...se muerde los mofletes por dentro precisamente por eso, porque todo es hacia dentro. Esto que me gusta, me gusta tanto que ni siquiera puedo sacarlo fuera y compartirlo. Es demasiado bueno para el común de la chusma. Y se muerde los mofletes.

Un intenso es un snob. Si te apasiona el futbol eres un hincha, si te mola David Bisbal eres un fan, si eres muy fan eres un frikifan…etc. Los intensos eligen bien sus campos de actuación. Suelen fingir que les flipa la poesía, el medio ambiente, las causas humanitarias, las canciones con mensaje, la maternidad como fuente de sentido de la vida...esas cosas.

No digo que todo aquel al que le interesa la poesía, el calentamiento global o los niños de Etiopía sea un intenso. Para nada. Hay mucha gente interesada en todas estas cosas que son normales o apasionados y cuando hablas con ellos te transmiten emoción, ganas e incluso interés por esos temas.

El intenso no hace eso. El intenso guarda su interés como “su tesoro”. Es intenso porque le mola la poesía pero no quiere compartirlo contigo. Su táctica es más de desprecio. “Uy...novelas...yo es que no leo novelas...a mí lo que me gusta es la poesía de principios del XVIII en Bélgica”...

¿"Salir de copas? Uy...no puedo..tengo una reunión para hablar del tema del calentamiento de las piedras en el desierto de Namibia que es un tema que me preocupa mucho"

"¿Llevar a los niños a ver Disney on Ice? Para nada, eso es de masas...yo voy a llevarles a un espectáculo que consiste en ver encender y apagar una vela mientras suena la sinfonía trágica de Mahler para que se acostumbren a la fugacidad de la vida."

Todo esto, los intensos lo dicen muy serios y como si después de 3 meses estreñidos hubieran sentido un peristaltismo de masa en su intestino, que les marcara el momento de sacar de su cuerpo esa bola, pero que ellos van a conseguir abortar haciendo mucha fuerza.

Un intenso ni siente ni padece y por supuesto no caga ni tiene mocos.

Un intenso no tiene sentido del humor. Y vienen de serie sin la capacidad para captar la ironía y el humor negro. Todo se lo toman en serio.

Ser intenso no es para un rato. O se es intenso o no se es. Así que cuando optan por ese estilo de vida no se pueden hacer concesiones al entretenimiento y la frivolidad.

“No entiendo cómo puedes leer el Hola…eso es una pérdida de tiempo...yo solo leo el New York Times

¿leer traducciones? Yo solo leo en idioma original

No entiendo cómo puedes bailar “El venado”..yo solo escucho a Tom Waits”.

¿Eso es Cadena 100? Yo solo escucho Radio 3.

No me jodas, se puede ser serio a ratos y frívolo otros. No todo tiene que hacer girar el mundo. Algunas cosas pueden ser solo para entretenernos mientras gira el mundo.

A un intenso no le ponen los cuernos..tiene relaciones complicadas.

Un intenso no tiene una relación por el sexo solamente..tiene una relación con una conexión especial. Pero no puede explicarte nada de esto porque tú no lo entenderías: eres chusma y un sin sustancia.

¿Qué por qué se me ha ocurrido este tema? Pues porque el otro día, haciendo zapping, vi a una intensa de tamaño descomunal, hablando de una majadería tal que no podía parar de descojonarme, porque además lo mejor...era que se lo tomaba superenserio. Estaba tannn intensa que era de coña.

¿Quién era ella? Espido Freire. Y ¿De qué hablaba? De zapatos.

Dijo tal sarta de absurdeces pretendidamente inteligentes e intelectuales que no podía parar de reírme. No he conseguido encontrar el video, pero era algo así. Iba andando por una zapatería hecha un auténtico adefesio y con un vestido que le hacía las tetas caídas, al lado de una reportera que estaba estupenda (esa es otra...el intenso se puede permitir ser feo porque lo suyo es la belleza interior, el que no se consuela es porque no quiere). Espido iba cogiendo zapatos, a cual más horripilante y diciendo: “este zapato con este tacón… ¿qué nos sugiere? Nos sugiere el sexo...porque si lo miras por aquí tiene punta…pero si lo miras así...es curvo...como las formas de la mujer” y “ esta sandalia...nos dice muchas cosas...las tiras nos recuerdan al sadomasoquismo, el cuero a la dominación y la puntera de acero..a que eres una mujer fuerte”…Espido, a mi todo eso me dice que estás más salida que el pico de una mesa...pero claro, yo es que no soy intensa. ( Al final he conseguido encontrar el video..Espido sale en el minuto 24 por si alguien quiere comprobar que no miento) . Acabo de ver el video otra vez..merece la pena porque se me había olvidado incluir esta gran frase " este zapato nos recuerda a la nuca de una geisha..en periodo de formación"...sin comentarios.

¿Más gente intensa? Nawja Nimri..Esa voz, esa pose…ese rollo “Yo no hago música comercial. Estoy por encima de eso”. Pues muy bien…pero no pretendas que la gente se vuelva loca por comprar tus discos.

¿Más? Bumbury. Se toma tannn en serio y su música es tannn con mensaje y le miras poniendo esa cara y dices. “Pero alma de cántaro...un tío que escribe “no seas membrillo”…no pretenderás que te tome en serio, ¿no?? …

¿Más intensos? Esa gente que cuando tú estás hablando de tus niños y de que estás un poquito hasta el gorro, se ponen de pie, te miran por encima del hombro y dicen: “No entiendo de qué hablas...mis hijos dan sentido a mi vida”….venga no me jodas… ¿dónde tienes el sentido del humor? Una intensa de este estilo es Lucia Etxebarria… que además de intensa es fea…

…mmm…si un intenso es guapo..entonces es misterioso...pero de esos ya hablaré otro día.

lunes, 7 de mayo de 2012

IMPRESIONES PARISINAS INÚTILES



Como gané un premio he tenido que pasar el fin de semana en Paris. El trabajo de los ganadores es agotador. Los ganadores somos gente generosa y sorprendente y sorprendemos a la gente con llamadas que no esperan.

Antes de que os de un colapso, desvelaré que Molihermana fue la agraciada con la generosidad de la ganadora...osea Yo. Molihermana y yo tenemos un pasado común de viajes de fin de semana regalados. Cuando cumplí 25 nos fuimos a Venecia, cuando ella cumplió 30 nos marchamos a Roma…y cuando yo he ganado un premio...lo lógico era ir con ella a Paris.

Viajar con una hermana con la que te llevas bien mola mucho. Si además te descojonas y con solo mirarte sabes que estás pensando lo mismo es un despelote y si además las dos somos igual de malvadas y somos capaces de seguir los pensamientos de la otra aunque tengan un argumento muy retorcido todo es diversión.

Primero vayamos a lo obvio. Paris es precioso, sigue siendo precioso y los franceses saben cuidarlo. Paris es increíblemente caro, lo bueno de ir en un viaje pagado es que eso te da un poco igual… ¿8 euros por una Coca-Cola en un bonito café con Notre Dame a mi espalda? Bueno...venga…si total he venido gratis. ¿23 euros por un sándwich? Venga coño...que aquí no están en crisis. Pero lo que es un flipe son los precios de las casas…es una frikada que hago pero siempre me acerco a las inmobiliarias cuando viajo…lo de Paris es una pasada. Estudios de 11 metros cuadrados que se venden al módico precio de 180.000 €...eso si...trés jolie.

Cuando vas de turista paseando por un sitio como Paris, la fauna que te cruzas es impresionante. La moda es un concepto aparte en el universo del turismo. Basándome en una observación exhaustiva del entorno he establecido varios puntos:

- Los norteamericanos y orientales consideran que en Europa en primavera es obligatorio ir sin calcetines y con camiseta de tirantes. Lo han debido leer en la Lonely Planet porque el hecho de que haga 8º, truene y estén chapoteando en los charcos no les disuade del chanclismo.

- Entre los distintos miembros de las parejas americanas suele haber una amplitud térmica muy perturbadora. Uno de sus miembros (él o ella) suele ir abrigado como para hacer un crucero por Alaska, mientras que el otro va en bermudas y chanclas. Cuando los veo siempre pienso en como conseguirán dormir.

- Los italianos por el contrario siempre van excesivamente abrigados. Elegantes y con estilo pero forrados. Siempre llevan bufanda.

- Tenemos que tomarnos en serio la erradicación del chandalismo para el turismo. Lamentablemente he comprobado que el hecho de que el chándal haya costado 100 euros es considerado por determinados turistas como una prueba de que es una prenda perfectamente aceptable para pasear por la calle y hacerse fotos frente a Notredame. Esta tendencia está cogiendo fuerza y el resultado es que es casi imposible sacarte una foto sin tener a alguien detrás con un fabuloso chándal rojo de marca arruinando el marco turístico. Ahora que lo pienso me sorprende que los franceses con lo suyos que son no lo hayan prohibido.

Fuera ya del ámbito moda, tengo alguna que otra observación inútil.

Sorprendentemente las japonesas fuman como bestias...no se si llegan tarde o van demasiado adelantadas, pero son auténticas chimeneas. Las italianas van ideales pero no saben montar en bici, he visto a varias tambaleándose peligrosamente intentando manejar sus bicicletas y a alguna otra pasando de utilizar los pedales e impulsándose como los niños pequeños. Oh, olvidaba comentar que un italiano jamás se quita las gafas de sol.

Las parejas de nórdicos y de americanos mayores tienen una tendencia muy perturbadora al envejecer. Ellos envejecen con pinta de señoras mayores (rollo Paul McCartney) y ellas envejecen con pinta de leñadores que abren las botellas con los dientes. El resultado es que los ves venir y no sabes cuál es cual.

La vida del turista es increíblemente cansada y el paso museo es agotador, cualquier excusa es buena para pararse. Los músicos callejeros de París han tomado buena nota de este hecho y están estratégicamente colocados para provocar que multitudes de turistas se paren a observarles…ganan más dinero los que se colocan en lugares donde los agotados paseantes pueden sentarse. Por supuesto que más que tocar perpetren cualquier tonada da igual. Una banda de americanos formada por una sección de viento y dos bombos, vestidos todos de color naranja, se dedicó en la tarde de ayer a destrozar varias canciones populares con un considerable éxito de público…sospecho que debieron ganar más dinero que yo en un mes, a pesar de que su versión de Bésame Mucho era con mucho la más espeluznante que he escuchado en mi vida.

¿Qué he hecho en Paris?

Pasear muchísimo, muchísimo. Patear, patear  y patear.

Recorrer la Isla de San Luis con calma, entrando en todas las tiendas y haciendo muchas fotos.

A pesar de que el Ayuntamiento de Paris estaba obviamente en nuestra contra y ha ideado un sistema de alquiler de bicicletas digno de Kafka, Molihermana y yo conseguimos vencer al maldito sistema y alquilar unas bicis para pasar la mañana del domingo recorriendo la zona de los Inválidos, Torre Eiffel, Trocadero, las orillas del Sena, la plaza de la Concordia, la plaza Vendome…un buen rulo.

Pasar una hora en Shakespeare & Co, brujuleando entre los libros tranquilamente. La librería es chulísima y mola mucho. Molihermana incluso tocó el piano que hay en el segundo piso. Para mi gusto habría que limitar la presencia de los dependientes americanos carajipis que pueblan la librería. Los hay de dos tipos: ellos y ellas. Ellos son frikis con gafas al estilo de José Luis López Vázquez en las pelis de los 70 con jerseys de lana con agujeros. Ellas son lánguidas y o bien llevan gorros de lana gordísimos con pinta de ser el hogar de unos 200 piojos o llevan medias rotas. Si les preguntas algo levantan la vista de lo que estén haciendo o interrumpen la absurda conversación que están teniendo sobre Faulkner para mirarte con cara de: “como osas perturbar el ambiente de intensos que tenemos aquí para preguntar algo”. Si no te dejas impresionar por esa mirada y les sigues interrogando acaban cortocircuitando y reconociendo que no saben de qué libro les hablas. Es un placer para mentes retorcidas como yo…aunque sinceramente creo que la librería ganaría encanto con otros dependientes.

He comido sopa de cebolla, croque Monsieur y una crepe de Nutella ante el horror de Molihermana que considera que la gente que toma Nutella en vez de Nocilla no es de fiar…

He estado tomando unas cervezas con el protagonista de uno de los posts que más me gustan.
He visto muchísimos frescos y noruegos..París está lleno de ellos.

Y una vez más he flipado con la Torre Eiffel que me encanta…

Un buen fin de semana.

Muchas gracias a Espasa, todo perfecto.

miércoles, 10 de marzo de 2021

Como polvo en el viento: un deslumbrante tostón


Resumen del contenido de este post por si no queréis leer casi dos mil palabras: no leáis Como polvo en el viento. 

Desarrollo de mi consejo: 

2021 se está revelando como un año de lecturas malas, regulares o mal escogidas. Algo así como cuando todos los tíos que te gustaban resultaban ser al final un fiasco, idiotas o simplemente aburridos. Pues así voy, en el caso de este último desastre literario, el tío, perdón, el libro en cuestión me apetecía muchísimo, lo compré con todo el cariño del mundo y lo reservé para empezarlo con ganas, con expectativas, dispuesta a rendirme a él porque con Padura ya había tenido otra cita, en El hombre que amaba a los perros, que me había gustado muchísimo. Era un buen plan seguro. 

Pues no. Siguiendo con el símil, El hombre que amaba a los perros había sido una primera cita en el restaurante, con gran conversación, buena compañía y un buen vino que terminó con la promesa de ser mejor la segunda vez y Como polvo en el viento, a pesar de su prometedor título, ha sido como una segunda cita en la que vas a casa del tío, la tiene llena de mierda, con las persianas bajadas, te habla de su ex y encima es eyaculador precoz. No ves el momento de marcharte pero no quieres ser maleducada y te quedas hasta la mañana siguiente, hasta que llegas a la última palabra de la página seiscientos sesenta y cinco. 

El gran gramatizador automático es un cuento de Roal Dahl en el que el protagonista, desesperado porque no consigue vender ningún relato, inventa una máquina que escribe los relatos.  

«Con mi máquina, gracias a un coordinador adaptado entre la sección de "memoria de argumentos" y la de "memoria de palabras", puede producir cualquier tipo de relato que quiera, simplemente apretando el botón correspondiente. [...] Los argumentos los introducimos nosotros. No hay ningún problema. En esta carpeta de la izquierda hay unos doscientos o trescientos argumentos.»

Sospecho que Padura ha usado esa máquina y además para no andarse con chiquitas, ni quedarse a medias, al pulsar las teclas dijo: «Dale, que en esta novela salgan los trescientos argumentos». Y ahí están, todos, absolutamente todos. 

¿Exilio cubano? Check. ¿Pandilla de amiguísimos que se jode por algo misteriosísimo que al lector le importa un pepino? Check. ¿Mujer misteriosa con secretitos? Check. ¿Gays? Check. ¿Lesbianas puede que si, puede que no, y luego definitivamente sí? Check. ¿Hijas que descubren que su padre no es su padre y su madre no es su madre? Check. ¿Exmaridos? Check. ¿Hambre y buscarte la vida? Check. ¿Palizas? Check ¿España? Check. ¿Estados Unidos? Check. ¿Francia? Check. ¿Italia? Check. ¿Drogas? Check. ¿Alcohólicos? Check. ¿Alcohólicos que se rehabilitan? Check. ¿Hombres estériles? Check. ¿Folladores con grandes pollas? Check.  ¿Asesinatos? Check. ¿Infidelidades? Check. ¿Casualidades cósmicas de las que aparecían en las novelas rosas de los años cuarenta cuando la hija de la cocinera era en realidad la heredera de un imperio? Check. ¿Cubano que llega a España y se vuelve catalanista independiente? Check. ¿Madre puta? Check. ¿Padre poderoso que acaba traficando con droga? Check. ¿Amiga buenísima, buenísima, buenísima a la que todos quieren? Check. ¿Vieja sabia que cambia la vida de alguien? Check.  ¿El Retiro? Check. Esta lista no es ni mucho menos exhaustiva, hay muchísimos más argumentos en la máquina de Padura y los ha metido todos en la novela, no se ha dejado ni uno. Ha decidido ser ambicioso y vago. Lo más difícil de escribir no es, como mucha gente cree, ponerte a inventar una historia y escribirla entera en un cuaderno. Lo más difícil es que la historia tenga sentido, que conmueva, que interese. Lo más complicado es deshacerse de lo superfluo, de lo que no encaja, de lo que da vergüenza ajena, de lo que chirría. Uno se enamora de lo que escribe y cuesta mucho borrarlo pero hay que hacerlo. Padura y sus editores han decidido que lo de borrar era innecesario, que si la máquina era tan buena, lo que escupiera estaría bien. 

Y no lo está. Esta es una novela en la que efectivamente pasan muchísimas cosas, doscientas o trescientas, todo el tiempo. Es una novela en la que los personajes van, vienen, piensan, hablan, se encuentran, se van, viajan, vuelven, se pelean, cuentan mentiras, piensan en las mentiras, las discuten, preparan comida, follan, huyen, se encuentran, descubren, hacen fiestas, son infieles, cambian de pareja...muchas cosas pero ninguna te interesa. Esta novela es muy aburrida, aburridísima. No voy a contar la trama porque me entra sueño y se me cierran los ojos del sopor de intentar recordarla. En la página treinta ya te das cuenta de que nada de lo que Padura te está contando te interesa. Ningún personaje tiene enjundia, son todos clichés con su papel dentro de la pandilla y la continua sucesión de cosas pasando te va resbalado por la vista porque nada de te interesa. El supuesto misterio de la novela sobre la que en teoría gira la tensión narrativa es menos interesante que verte crecer las uñas. TE ABURRES y eso es imperdonable en una novela en la que pasan cosas (doscientas o trescientas cosas). 

Además de que la novela es un tostón infumable que se lee igual que si estuvieras viendo un maratón de pelis alemanes de mediodía con mucha resaca, (en mi caso llegué al final para poder escribir esto) Padura, que es un grandísimo escritor, capaz de retratar la vida en Cuba con muchísima viveza y de manejar el tiempo narrativo con mucha maestría, en esta novela deja que la máquina escriba algunos párrafos que son una cumbre de la vergüenza ajena. 

«Ella era como el águila que, en función de su lugar en el orden natural, vio bajar hasta el agua y salir volando con un enorme salmón entre sus garras. ¿O ella era el salmón atrapado? ¿la afectaba el potente sortilegio del lugar? ¿Su madre también habría sido beneficiaria de ese sentimiento en el rincón apacible del mundo que consideró su paraíso encontrado y donde resultaba tan fácil caer en tales trances de comunicación con la naturaleza y lo eterno? ¿Qué le había pasado a Elis Correa, cuales eran sus pena, cargas y culpas, el infierno personal del cual llevaba veintiséis años huyendo, procurando liberarse?»

La "ella" que está siendo tan cursi que su lado Blancanieves es un camionero de Idaho, es Adela que por historias que nos importan un pepino ha descubierto que su misteriosa madre, Loreta*, en realidad se llama Elisa y se ha ido a buscarla a ese "paraíso encontrado" que es un rancho de caballos en Tacoma. 

Elisa-Loreta estaba allí en Tacoma cuidando caballos (¿Mujer que susurra a los caballos? Check) y allí, resulta que a sus más de cincuenta años descubre o le apetece probar sus inclinaciones lésbicas. Chapó por Elisa-Loreta pero claro, Padura lo cuenta mal. 

«En la intimidad, desnudas sobre el elegante lecho inglés king size del aposento de Miss Miller, las dos mujeres se sintieron plenas y activas, compartieron cigarros de marihuana, se excitaron con películas porno, experimentaron con penes de goma en consistente erección, se lubricaron con mantequilla, aceite de oliva griego, escupitajos y hasta se untaron mermeladas que se lamían. Ambas se confesaron que jamás habían tenido tan intensos orgasmos ni explorado estrategias tan radicales y reconocieron que los hombres de sus vidas quizás habían sido potentes, fuertes, resistentes, pero poco creativos, hombres, al fin y al cabo.»

Dejando de lado que si este párrafo lo mando yo a una editorial me lo devuelven diciendo "aprende a escribir", lo siento por Padura y su máquina pero lo que él cuenta como "estrategias radicales" tiene pinta de ser de primero de relaciones sexuales de cualquier tipo salvo quizás lo del aceite de oliva griego. Por otro lado yo hubiera dicho "lubricarse con saliva" y no con escupitajos que tiene otra connotación y, por último,  Padura, los penes de plástico para jugar en la cama siempre están en consistente erección. Si no lo estuvieran serían globos o pollas, perdón, penes normales. 

Elisa, ante de este festival lésbico, había estado casada con Bruno quince años y antes de eso con Bernardo otros tantos y ahí, mientras estaba casada con él, se quedó embarazada pero no de él (recordad el check en hombre estéril). El bombo le vino de un par de polvos con un amigo, Héctor, con el que usó condón. Ella piensa ¿Cómo puede ser? ¿Héctor pincho los condones o serían condones soviéticos y ya sabemos que los rusos hacen las cosas regulinchis? Pero no, entonces recuerda que después de los polvos con condón, se fue desnuda a ponerle la comida al gato, se agachó, puso el culo en pompa y: 

«Horacio se acercaba a ella por la retaguardia, la tomaba con firmeza por las caderas y, empuñando su miembro todavía endurecido o vuelto a endurecer, delicada pero insistentemente le recorría con el glande cobrizo el perineo húmedo -quita que estoy sucia, había dicho ella; quiero más, reclamaba él, dale a bañarte, insistió ella sonriendo-, en un movimiento deslizante que iba y volvía del ano a la vulva...Un pene descubierto, de cuya uretra podría haberse escurrido una gota remanente de semen, que por un enorme capricho biológico, al ritmo in crescendo del Bolero de Ravel, había iniciado el largo viaje hacia el inicio de una nueva vida. ¿Era posible?»

¿Semen al ritmo del Bolero de Ravel avanzando por la vagina? Claro que sí, Padura...y cuando se encuentra con el óvulo dice: PAMPLONA. 

Según avanza la novela, mejor dicho, según pasan páginas y más páginas parece que el gran gramatizador se aburre y empieza a estar más lujurioso y sin control. Cositas como "En las playas como las de Segur de Calafell la potencia del sol y la plenitud del verano difuminan las inhibiciones y sacan al aire las tetas de las mujeres, desde jovencitas con senos turgentes y puntiagudos hasta ancianas con bolsas pendientes, con pezones como teteras mustias»

Pezones como teteras mustias. Sin comentarios, Padura. 

O esta joya:

«Su iniciación se habrá concretado con una novia, de igual edad, y con la aceleración en el aprendizaje aportado por la hermana mayor de esa novia, una contundente trigueña de dieciocho años que se templaba hasta los pepinos, por delante y por detrás, como le demostró un día al adolescente (y luego se comía esos mismos pepinos, lavados con esmero y rociándolos con sal, pues en Cuba no estaban como para botar comida)»

Meses fregando la comida con lejía para que luego llegue Padura y te cuente que te puedes comer los pepinos que te has metido por el culo si los lavas bien. 

Ninguno de estos párrafos me produce asco (lo de los pepinos un poco) o me escandaliza, lo que me provocan es muchísima vergüenza ajena, porque están mal escritos, porque no transmiten ninguna emoción, porque son propios de una malísima novela pseudoerótica pensada para alimentar pensamientos lujuriosos abocados a la masturbación. ¿Estoy en contra de esas novelas? No,  pero, Padura, ¿qué es esto? ¿Qué despropósito de novela has escrito? ¿Por qué nadie te ha dicho que le sobran doscientas cincuenta páginas? ¿Qué le dieras una vuelta? Que, quizás, sería buena idea quitar algún topicazo, que pasaran menos cosas pero más interesantes. ¿Por qué nadie te dijo que Como polvo en el viento es aburridísima? Que es mala, que no necesitabas publicarla. 

Padura, qué decepción pero mándame un pin porque he aguantado el deslumbrante tostón hasta el final. 

*Yo leo Loreta y pienso en los Monty Phyton y en "quiero tener útero" y la verdad es que un giro en el que Loreta hubiera sido un hombre con útero, creado a partir de un ser llegado de Raticulín me hubiera interesado más que cualquier otra cosa pero Padura capó los argumentos de ciencia ficción, por lo visto. No se atrevió.  

lunes, 24 de marzo de 2014

Cuando el cine español sí funciona.


Entre otras muchas cosas, el sábado fui al cine con 3 hombres. La película la elegí yo, y la elegí por pura pijotería. Me gusta ver las películas en versión original y en el único cine que pilla cerca de Los Molinos no hay esa opción, así que sólo podíamos ir a ver una película en español: 8 apellidos vascos. 

Los tres hombres dijeron que sí. O son fáciles de convencer o tengo mucha capacidad de persuasión o sencillamente me dieron la razón como a las locas peligrosas. A todos nos gustó. 

¿Qué es 8 apellidos vascos?

Es una película española. Cine español, producido, escrito, dirigido e interpretado por actores españoles que ¡oh sorpresa! está consiguiendo arrasar en taquilla y llenar las salas de cine noche tras noche. (400 personas había en la sala el sábado)

Es una comedia romántica de chico conoce a chica. Chico y chica no se soportan y acaban juntos. Una historia que el espectador conoce sólo con ver el cartel que la anuncia o el trailer. No es una historia nueva, ni sorprendente ni espectacular. Es una comedia romántica de enredo de manual. 

Es una película con GUIÓN. Cuenta una historia repetida cien millones de veces pero con un guión que funciona. Estoy harta de ver películas que o bien no saben qué quieren contarte y se dedican a pasear la cámara y encadenar planos y escenas sin sentido dotándolo todo de una pretendida intensidad estética que resulta cargante y aburrida o películas que saben que quieren contar pero no saben hacerlo y naufragan en un guión espantoso. Lo más importante de una película SIEMPRE es el guión. Esto es una obviedad pero es acojonante la cantidad de películas que lo olvidan. 

Es una película sobre los tópicos de los vascos y los andaluces. Que si a las vascas las peina su peor enemigo, que si los andaluces son unos engominados catetos. Que si la kaleborroka, que si Los del Río y la Virgen de Triana. Que si Vitoria es "el sur" y si hay que ser andaluz hay que ser Sevilla y no de Córdoba...y mil tópicos más. He leído críticas feroces quejándose de esto. No lo entiendo. ¿De verdad que hay gente que se ofende por estas cosas? El humor de 8 apellidos vascos no puede ser más blanco, más neutro y más sencillo.  Si te ofendes por estos chistes o tienes la piel muy fina o te la coges con papel de fumar o las dos cosas a la vez. 

La película funciona desde el minuto 1 con la primera imagen y consigue mantener el ritmo casi hasta el final sin repetir los chistes. Te ríes, sonríes y llegas al final casi sin enterarte. Los actores están correctos y hacen un buen trabajo y a pesar de lo inverosímil de la historia (toda comedia romántica lo es) nada chirría tantísimo como para sacarte del mundo de ilusión en el que estás viviendo ese rato. 

¿Es maravillosa? No.
¿Es espectacular? No. 
¿Tiene fallos? Si, algunos. 
¿Es una buena película? Es una película correcta. 
¿Merece la pena ir a verla? Sí. 

8 apellidos vascos no es una película que vaya a cambiarte la vida ni es la película de tu vida. Es cine de entretenimiento, bien hecho y bien contado. Es una comedia para hacerte reír sin humor zafio, con ritmo y con unas interpretaciones correctas. 

¿A qué viene este encendido elogio de una película de cine español? Pues sencillamente al hecho de que esta película desmonta varias chorradas que se dicen sobre el cine español y que estoy harta de oír. 

"El cine español es un coñazo". SI. Lo siento pero sí. Se producen muchísimas películas (muchas más de las que se deberían producir...aunque a la gente no le guste leer esto) y la mayoría son horribles y lo que es peor, no son horribles porque no tengan dinero para producción o por un problema de dirección. Son horribles porque sencillamente cuentan historias que no interesan a nadie y las cuentan mal. Casi todo los problemas del cine español, son de guión. 

"La gente no va a ver cine español.". No. La gente no va a ver cine español coñazo. Esta película está arrasando en las salas. ¿Por promoción? Si, claro. Bienvenidos al mundo real, las películas hay que promocionarlas. El cine no es una obra de caridad...es una industria y hay que publicitarlo. 8 apellidos vascos ha tenido una buena campaña de promoción....pero además está funcionando muy bien en el boca a boca. 400 personas riéndose y saliendo del cine con una sonrisa son la mejor promoción que puedes tener. Y si lo aliñas con unos cuantos intensos quejándose de los tópicos o de inconsistencias del guión como si estuviéramos hablando de una película realista...lo que consigues es un éxito absoluto. 

"La piratería está acabando con el cine español". Ja, ja y ja. Nadie se descarga películas españolas. El lamento de los productores, actores y demás gente de cine quejándose de que su trabajo se pierde por culpa de las descargas es mentira. La gente no va a ver cine español coñazo y tampoco se lo descarga en casa. Aunque parezca increíble...hay poco masoquista entre el espectador medio de descargas. Las salas se están llenando para ver 8 apellidos vascos...y es muy posible que sea una película muy descargada...pero las descargas no harán que no triunfe y sea un éxito. De hecho ya lo es.  

Lo que acaba con el cine español es la grandilocuencia de venderlo como "cultura" despreciando cualquier intento de hacer cine comercial,  la falta de ideas y la falta de aprecio por el trabajo de los guionistas. Así de sencillo. 

El que quiera que lo entienda, y el que no...que siga diciendo chorradas y lamentándose. 


Este post está en MNM por si queréis "menearlo". Gracias. 

martes, 31 de marzo de 2009

ORDEN Y DESORDEN

Tengo fama de ser ordenada y organizada. Confesaré algo, en esto como en casi todo, soy un fraude. He conseguido a lo largo de intensos años de esfuerzo, ocultación y astucia sin igual pasar por ser una tía organizada. Sé que lo he conseguido porque hasta mi madre cuando viene a casa dice:

- “ hija, es increíble, pero venga a la hora que venga siempre tienes la casa ordenada y sin trastos por medio”.

A mi madre le sorprende porque primero es una cosa buena sobre mí que tiene que decir, y eso siempre le resulta digamos “duro” de creer y en segundo lugar le sorprende porque ella es lo contrario.
Mi madre no es ordenada por ambiciosa. Explicaré esto. Mi madre dice "voy a ordenar el armario de las telas" ( si, si, tiene un armario de las telas..pero eso ya lo explicaré en otro momento). Empieza a ordenar y de repente encuentra un retal precioso y dice”voy a hacer unas cortinas para el cuarto de la plancha” ( si, también tiene un cuarto de la plancha), y se encamina para allá a tomar medidas, pasa por el cuarto de estar ( si, también lo tiene y no es el salón), abre un cajón para sacar el metro y se da cuenta de que ese cajón está desordenado. Saca todo el contenido: cuelga fácil, unas libretas, cinta aislante, un bote de pegamento, unas fotos de su último viaje y entonces dice: “estas fotos tienen que ir al album”. Se encamina con las fotos al despacho ( si, si, la casa es muy grande), abre el armario de los albumes y empieza colocar las fotos hasta que se da cuenta de que es la hora de hacer la comida, irse por ahí o lo que sea. Resultado de esta ambición organizadora: todas las telas desordenadas, los álbumes fuera de su sitio y en medio del salón un trozo de tela y un metro abandonados. ¿ Que nos enseña esto?. Para ordenar lo mejor es ponerse metas fáciles: hoy ordeno este cajón. No te dará problemas, serás capaz de hacerlo y te irás con la satisfacción del deber cumplido.

El secreto para parecer ordenada es tener pocas cosas y escondidas. Todo es apariencia. Lo fundamental es la primera impresión. Si llegas a una casa y todo está por medio, aunque luego abras el armario y las camisas estén colgadas por colores…da igual..te llevarás la impresión de que son desordenados. Si por el contrario llegas a mi casa..no hay nada por medio, todo es orden y organización… pasamos por ser una joven pareja ordenada.

ES mentira. Por ejemplo, no tengo ordenados los libros. Mi amigo F. dedica horas a colocar los libros en su estantería, no por orden alfabético ni por temas, ni por colecciones..simplemente los coloca para que “queden bien”, para que estén "ordenados". Desde aquí te digo que es tiempo malgastado. Tú no lo sabes, pero cada vez que voy a tu casa miro tu estantería esperando admirar la colocación de tus libros…y me parece tan caótica como la mía. Yo coloco los libros según van llegando en la estantería que tenga más a mano.

En cuanto a la ropa, eso es el caos. La ropa tiene vida propia y además es mi enemiga. Desde siempre. Cuando era pequeña lo que más temía del mundo era llegar del colegio y al abrir la puerta de mi cuarto darme cuenta de que había agotado la paciencia de mi madre con respecto al desorden de nuestro armario. Todo lo que había en el armario estaba tirado en el suelo. Todo, incluido las perchas. Me daban ganas de ser huérfana de la frustración. Aquello conllevaba horas y horas de colgar, doblar, meter en los cajones, subir a las baldas….un espanto porque sabías que era trabajo en balde. Cuando después de 3 horas de ordenar, daba 2 pasos para atrás y contemplaba el armario esperando ver un resultado digno de revista de decoración…lo que veía era algo así como un Tupper petado de comida..todo apretado, sin organización y lo que era peor sin ninguna posibilidad de mantenerse en ese equilibrio inestable. Cerraba a presión la puerta y esperaba que mi madre aguantara un mes por lo menos.

Ahora que sé que mi madre no tiene potestad sobre mi armario no tengo ese peso sobre los hombros pero no consigo nunca que esté ordenado. Cuando llega el mes de septiembre y quito toda la ropa de verano, coloco la de invierno, intento tener un método; aquí las faldas, aquí los pantalones, allí las camisas, este cajón para camisetas, está balda para jerseys gordos, aquí la ropa de estar en casa. El primer problema es que para aplicar el método correctamente necesitaría el triple de espacio del que dispongo. El segundo problema es que necesitaría no solapar conceptos: el jersey gordo que me pongo en casa cuando hace mucho frío..¿dónde lo pongo?, los vaqueros son de sport pero también me los pongo para venir al trabajo, ¿ la ropa de piscina donde la pongo?. Así que empiezo con un método y acabo rendida a la evidencia de que es imposible.

Y entonces aplico mi método fraude: ordeno solo lo que se ve desde la puerta del vestidor, la primera línea. Lo demás es el caos pero da igual…mi madre cree que soy ordenada y mis hijas también. ¿ Qué más se puede pedir?.

Ahora que lo pienso lo mismo es un superpoder…hacer creer a los hijos que eres ordenado….mmmm…bueno, prefería el brazo de goma, pero no está mal.

viernes, 11 de noviembre de 2011

LOS LIBROS DE COLORES

Mi entretenida, fabulosa y casi siempre surrealista vida laboral transcurre en una empresa que compra, hace y coloca en el mercado libros de colores. Por aquí hay mogollón de curris que hacen sus cositas, todas ellas vitales para la humanidad. Hay gente que compra libros verdes, otros rojos, otros los colocan, otros ven si la colocación ha sido chula, otros los iluminan para que queden bonitos, otros encargan libros amarillos a medida, otros por supuesto arreglan ordenadores para que los otros curris puedan hacer su trabajo o brujulear buscando porno y casas rurales…

Tras una doble pirueta con mortal atrás y un complejo arabesco lateral, actualmente me dedico ahora mismo a los libros verdes y los rojos. ¿Qué hago con ellos? Pues recibo toneladas de ellos que tengo que valorar. Algunos ya están hechos del todo, con sus tapas verdes brillantes, o verdes oscuras y todo su contenido listo para valorar. Otros son solo proyectos con espiral y tapas transparentes, sacados en powerpoint y con un plan para terminar siendo un fabuloso libro rojo brillante, rojo pasión.

A diario me siento, leo y valoro.

¿Cómo se valora si un libro o un proyecto de libro de colores conviene?

Primero hay que ver si lo que te cuentan interesa a alguien, más allá del autor y su madre. Esto puede parecer una obviedad pero hay gente con un ego tan increíblemente crecido que cree que una historia autobiográfica sobre sí mismo con un tema tan interesante como verse crecer las uñas mientras mira al horizonte y toca una guitarrita o escribe en un cuaderno pequeño (las guitarras y los cuadernos son de intensos) puede interesarle a alguien. Desde aquí os digo, o tocas la guitarra y escribes en bolas y estás increíblemente bueno…o no le interesa a nadie.

Si el tema es susceptible de interesar a alguien, pasamos a cómo está contado. Y aquí se abre un abanico infinito de posibilidades desde el horror más absoluto que hace que me pegue cabezazos contra la pantalla del ordenador hasta el éxtasis más fabuloso que me hace sonreír como una imbécil durante horas. Ni que decir tiene que los cabezazos están a la orden del día y las sonrisas son un bien muy escaso, escasísimo…casi inexistente.

La mayoría de las veces, tras la lectura fluctúo entre el atractivo del suicidio o las ganas de dar con el autor, perpetrador de ese horror en el que he malgastado mis últimas horas y asesinarle mediante la ingesta de las páginas de su obra. ¿Por qué me mandáis proyectos mal escritos, con faltas de ortografía o con errores de trama tan clamorosos que a veces hasta pienso que son trampa? ¿Por qué creéis que los personajes que hablan como si hubieran tenido un ictus son creíbles? ¿Por qué me engañáis diciendo que es un libro verde de ficción histórica y luego me encuentro con adolescentes depilados que hacen calvos? ¿Por qué me aburrís hasta el infinito?

La única parte buena de los horrores que sufro cada día es que me permiten utilizar mi hostilidad para cosas creativas y molonas como mis notas:

Auténtica bazofia sentimentaloide que solo provoca vergüenza ajena y la inquietud sobre cuanto habrá tardado la familia del autor en renegar de él y cambiarse el apellido”

O

Me provoca asombro que la Señorita Puri haya conseguido financiación para realizar este proyecto y solo puedo pensar en que la señorita puri tiene algún tipo de encanto oculto que por supuesto no se manifiesta por escrito ni está relacionado con el cerebro para sus oscuros propósitos

O

Sin duda lo peor que he leído en mi vida. Esta cumbre de horror que he escalado hoy difícilmente será igualada en próximas fechas. El record del mundo de intensismo horripilante ha sido alcanzado con esta primera obra
A veces, sin embargo y normalmente cuando estoy a punto de ponerme a llorar de impotencia...aparece un libro molón. Uno que me interesa, y que está maravillosamente hecho…y se me caen las lágrimas de la emoción primero y de la pena después.

Algunos de esos libros maravillosos, con sus tapas verdes oscuras, preciosos y llenos de un contenido increíble, interesante, ameno, currado, bien contado y que haría un bien a la humanidad…no me valen. A mi me fascinan, quiero comprarlos, quiero llevármelos a mi casa, ponérselos a las princezaz, adoptarlos, ponerlos en el blog...casi quiero hacerme de fb solo por poder comentarlos….pero tengo que decir que no, y rechazarlos.

Son maravillosos pero no sirven para los clientes de mi empresa de libros de colores. A ellos no les gustan.

Si, ya sé lo que estáis pensando. ¡¡ Cómpralos y así aprenden a valorar algo bueno!!

Ya. Seguro.

Esto es como cuando vas a comprar juguetes para tus niños y ves uno que a ti te fascina, es precioso, educativo, molón y barato ( los juguetes de madera son un clásico de esta categoria). Quieres comprárselo a tus hijos, quieres que les guste tanto como a ti, quieres que aprendan, que les mole…que jueguen con él, que sea su juguete favorito. Quieres que sea un éxito.

Y se lo compras. Lo abren…y les hace más gracia la caja. Y lo dejas en una estantería y de vez en cuando lo sacas a pasear por si les mola y con tu mejor cara de entusiasmo dices: Mirad, mirad… ¿a que es chulo??? Y lo miran de reojo y siguen con lo suyo.

Al final el juguete se hace viejo...pasa de moda…y lo tiras.

Puedes hacer eso con un juguete...pero no dedicarte a comprar juguetes que no les molan por si suena la flauta. Con gran dolor de tu corazón, a veces, tienes que comprar juguetes que te horrorizan...pero a ellos les molan y son felices con ellos.

Pues lo mismo con mis libros de colores verdes. De vez en cuando consigo colar uno que me mola a mí, pero la mayor parte del tiempo tengo que desechar los que a mí me encantan porque no me encajan y lanzarme a comprar libros verdes loro que me espantan pero que a mis clientes les molan.

A esto me dedico. Ha quedado clarísimo, ¿no? 

martes, 11 de junio de 2013

FALSA MÍSTICA BLOGUERA






Como ser mejor bloguer. 
Como tener el perfecto blog.
Como vivir de tu blog.
Cómo conseguir más visitas.
Posicionamiento SEO
Herramientas de optimización


Bla bla bla.

Mucha tonteria. Muchísima.

Tener un blog es mucho trabajo. Pues déjalo.
Tener un blog es muy sacrificado. Pues déjalo.
Tener un blog es dedicarle muchas horas...Cierto, pero si no se las quiere dedicar déjalo.




Tener un blog (excluídos los profesionales) es como salir a correr o ir a nadar. Ni más ni menos.
No hay ninguna necesidad vital, ni es obligatorio, ni se lo debes a la humanidad.

Hay que tener un blog porque te apetece tenerlo, porque lo disfrutas y porque a través de él has conseguido encauzar una pasión o un interés, explicar unos conocimientos, darlos a conocer, compartir unas experiencias, ordenar tus ideas, mostrar tus relatos o dar rienda suelta a tu autocompasión cuando te han roto el corazón. Cualquier motivación puede ser buena para intentar expresarla en un blog y ver si ese experimento te sirve para algo. Te sirve a ti, a ti como persona con dos manitas que escribe..no a la humanidad ni a nadie más.

Un blog debe empezarse porque te apetece, por probar, por curiosidad. “ A ver qué es esto”.  
Lo suyo es ir poco a poco. Empezar eligiendo de qué quieres escribir, o colgar o contar,  probando cómo escribirlo, como mostrarlo, como contarlo, haciendo pruebas y sencillamente practicando.  Un día sí, otro no, dos días si, 3 días no. Hacerlo cuando te apetece. No hay que meterse presión pensando cuánta gente te va a leer, porque no te va a leer ni el tato.

No hay que pensar ¿Qué puedo escribir para que me lea mucha gente? Eso es tan absurdo como empezar a correr y pensar ¿Qué carrera puedo correr que vaya a ganar? NINGUNA. Pues exactamente lo mismo con el blog. No hay que pensar ¿Qué puedo escribir que traiga hordas de lectores a mi blog? Porque no hay nada ( exceptuando sexo salvaje bien escrito y bastante explícito o reyerta política bien escrita y bastante explícita) que vaya a traerte hordas de lectores a tu blog. Estoy pensando que incluso escribiendo de sexo y política habría que ser muy muy original para conseguir lectores al comenzar un blog.

Igual que un día decides ponerte las zapatillas o el gorro y las gafas y te lanzas a correr o nadar para ver si te mola...exactamente lo mismo pasa con empezar un blog. No tiene más misterio.

Tener un blog da mucho trabajo, hay que dedicarle muchas horas.

Pues bueno, pues depende. ¿De qué estamos hablando? Trabajo es levantarse por la mañana y pirarte a enseñar a niños, a echar cables, a regular el tráfico, a dirigir una empresa, a picar datos, a responder llamadas, a investigar o a arreglar coches...eso es trabajo. El trabajo es algo que no se puede dejar cuando quieras, al que tienes que ir más o menos en un horario y en el que tienes que cumplir unos objetivos.

El blog puedes dejarlo cuando quieras. Si le haces caso y te dedicas a él, es muy agradecido, pero si no tienes tiempo, no te apetece, no encuentras el momento, te has echado un novio que absorbe todo tu tiempo, prefieres dedicar las  horas a leer, dormir o incluso prepararte un maratón, el blog no se cabrea ni hace nada.

Un blog no es “trabajo”. Es dedicación, pero exactamente la misma que si decides salir a correr o a nadar. Obviamente si quieres prepararte una maratón tendrás que dedicarle más tiempo, pero lo haces encantado de la vida porque es lo que te apetece hacer. Y si no te apetece y lo haces...entonces no lloriquees.

Tener un blog debe ser algo tremendamente egoísta. Hay que hacerlo porque a uno le mole hacerlo y las horas que le dedique le supongan tanta satisfacción que no quiera dejarlo. El blog debe ser para uno mismo. No quiero decir con esto que no mole que te lean, te comenten, te enlacen y las mil cosas añadidas que pueden venir, por supuesto que molan. Es como si corres o nadas o haces punto de cruz...si ganas una carrera, atraviesas el canal de la mancha o te dan un trofeo a la alfombra más molona pues vas a dar palmas con las orejas...pero si no consigues nada de eso, no pasa nada, no hay porqué dejar de hacerlo. La satisfacción por haber corrido la carrera, nadado como un perro o haber sido capaz de tejer la alfombra está ahí, lo has conseguido.

Tener un blog es exactamente lo mismo. La satisfacción máxima tiene que dártela el hecho de que se te ocurra un post, una idea, sentarte a escribirla y conseguir que el resultado se ajuste lo más posible a lo que habías imaginado. Darle a publicar y sonreír feliz y satisfecho ( más o menos satisfecho según el día) Ese tiene que ser el mejor momento.

Después puede que lleguen las visitas,  los comentarios y la repercusión...y molará. Pero si no llegan dará igual, porque tú puedes al día siguiente o cuando quieras volver a disfrutar del gusanillo de la duda ¿se me ocurrirá algo?, encontrar la inspiración y  escribir algo, compartir algo y disfrutarlo.

Hay miles de articulos, consejos, decálogos sobre como tener un blog y conseguir muchas visitas. Hay trucos para conseguir que tu blog salga entre los primeros resultados de google. “Aprende posicionamiento SEO”, “como conseguir un blog de éxito”...etc. Todo eso arruina la gracia de tener un blog. Supongo que esos trucos funcionan, los cuentan gurús de las redes, listos superlistos...pero en mi opinión obsesionarse con eso es arruinarse el placer y la experiencia de tener un blog.  Puedes conseguir visitas sí, pero ¿qué son visitas? ¿es gente que te lee? Los lectores de un blog no son “visitas”, es gente que llegó de alguna manera, probablemente brujuleando por la red y algo de lo que leyó en el blog le moló, le moló tanto que siguió leyendo, que decidió apuntarlo en favoritos y que vuelve de vez en cuando a ver si hay algo nuevo.




En la vida real las visitas son incómodas, no son de confianza. En un blog puede pasar lo mismo...¿para qué quieres un pico de tropecientas mil visitas provocadas porque has puesto en el título del post “tanga, picha, urdangarin” o cualquier otra combinación mágica de palabras? Siempre será mejor conseguir gente que llegue de casualidad, como los amigos en la vida  y al que le guste lo que haces...y vuelva cada día a ver qué vas a contar.

Para conseguir visitas hay mil trucos, para conseguir lectores sólo hay uno: disfrutar tu blog.

Disfrutarlo tanto que te entusiasme, que te de la vida. Lo que convierte a las “visitas” en lectores es lo que cuentes y como lo cuentes, no los trucos. Es el hecho de que transmitas ese entusiasmo y ese “vivir el blog”  lo que convierte a las visitas en lectores...y con el tiempo a los lectores en amigos.  

Disfrutar tu blog puede significar echarle mil horas, sufrir como un perro escribiendo los posts, quitarte horas de dormir para documentarte o buscar información o dejar una entrada perfecta...pero TE ENCANTA HACERLO. No hay necesidad de venderlo como una tarea de titanes, como algo complejo y esforzado, algo sacrificado y trabajoso para que sea valorado.

Todos esos artículos llenos de trucos para conseguir un blog de éxito, consejos para hacer que las marcas se fijen en ti,  sobre la frecuencia de publicación y la hora correcta, decálogos sobre cómo vivir de un blog, posicionamientos SEO y demás zarandajas no hacen más que enturbiar y ensuciar la maravillosa magia de tener un blog.

Tener un blog es algo al alcance de cualquiera.
Conseguir disfrutarlo y entusiasmarse con ello también.

No seamos egoístas, no nos hagamos los interesantes, no nos hagamos los gurús y los intensos con la mística bloguera: tener un blog es una experiencia maravillosa y es para todos.




lunes, 10 de diciembre de 2012

DES-PROPÓSITO.



Ayer, el Ingeniero y yo estábamos viendo Salvados, saltaron los anuncios y antes de que nos diéramos cuenta había una tía buena probándose trapitos y diciendo gilipolleces en le tele.

- Pero... ¿este anuncio de qué es?
- Moli, ¿qué más da? Hay una tía que está hiperbuena y con unas curvas increíbles y aquí estamos tan a gusto.
- Tan a gusto tú, a mi me parece una absurda intensa.
- Y eso ¿Qué más da? No la queremos para hablar con ella.
- Ah mira...anuncia ropa...desigual.
- ¿ Desiqué?

Hoy me he visto los tres anuncios para poder despellejarlos a gusto y con ganas. Nada como publicidad absurda y completamente idiota para sacar lo mejor de mí. Es posible que alguien me diga que al hablar de ellos han conseguido lo que querían, pero no, lo que quieren es que yo vaya a comprarme su ropa y eso no va a pasar, porque independientemente de lo horrible que son los anuncios y la imagen que dan, su ropa me horripila, me parece el ejemplo perfecto de cómo la originalidad mal entendida es capaz de alcanzar las más altas cumbres de feísmo estético…

No hay solo un anuncio. Hay tres, habrán pillado una oferta o algún creativo les habrá vendido la idea de que son tan molones que tres versiones eran mejor que una. Da igual, los tres son una completa gilipollez.

Los tres están protagonizados por tías buenas que por lo que parece comparten un cerebro por turnos. Son infinitamente memas, pero como dice el Ingeniero: no se trata de que sean majas, inteligentes y sepan leer. Creo que con que tengan pulso periférico y sepan volver a casa después de que se las tiren es suficiente.

Es decir, la empresa de ropa manda este mensaje:

Nuestras clientas están buenas. Nuestras clientas son gilipollas. Nuestras clientas son oligolérdicas. Nuestras clientas no saben hacer la o con un canuto pero nos da igual si tienen pasta para gastar en nuestros trapos…

Si ves el anuncio sin sonido (haced la prueba) lo que ves es a tres tías inseguras, con una crisis de imagen increíble y muy desordenadas. Son tres tías (buenas) quitándose y poniéndose ropa mientras se supone que se miran en un espejo y se contonean. Basándome en mi experiencia con crisis de imagen, no me cabe en la cabeza el momento contoneo y sé de buena tinta que la mejor manera de solucionar una crisis de imagen l es mirarse lo menos posible al espejo y volver a la idea primigenia, ponerte lo primero que pensaste. EL problema con esa marca de ropa es que es toda tan exactamente igual que es posible que después de tres cambios no recuerdes si te habías puesto el vestido absurdo con dibujitos de flores, la camiseta con la combinación de colores hecha por un daltónico o la falda naif que se supone que te da imagen de “qué mona soy” y que lo que realmente dice es “tienes el gusto en el culo”.

Lo del desorden me sorprende. Vale que la ropa de esa marca es espantosa y parecen trapos, pero las venden como si fueran armiño ¿Os parece bonito tirar esas camisetas de 70 euros al suelo con la cantidad de pelusas que debéis tener por el suelo porque obviamente no habéis barrido en vuestra vida?

Será marketing. Nuestras clientas están buenas, son gilipollas, inseguras y tan imbéciles que destrozan las camisetas sin usarlas y tienen que venir a comprar más exactamente iguales y por el mismo precio desorbitado.

Como este mensaje les debió parecer un poquito contraproducente a los de la marca de ropa, decidieron que las absurdas tías buenas mientras se contoneaban quitándose y poniéndose ropa espantosa pensaran en alto cosas “intensas”, cosas “con mensaje”, cosas “ de altura”. Contrataron a un creativo con gafas de pasta, pantalones pitillo con vuelta en los bajos, camisa con picos y chaqueta de punto ombliguera, lo que viene siendo un gurú.

El gurú creativo llego y dije: Pongamos primero una tía buena con las cosas claras. Que cuente que quiere “acostarse con su jefe porque es muy mono”.

Obviamente el hipster creativo no tiene amigas con las cosas claras (es posible que no tenga amigas de ninguna clase). Primero, ninguna tía en su sano juicio quiere acostarse con un tío “porque es mono” eso es tan de Candy Candy, tan de Melania que da vergüenza ajena. Si tienes las cosas claras, quieres que te empotre un empotrador. Segundo, acostarte con tu jefe es un asco de plan, a no ser que lo que quieras sea quedarte sin curro que dado que eres completamente gilipollas es posible que sea lo que quieras. Tercero, absurda de los cojones, mientras tú tienes un plan y te contoneas...hay otra que se está contoneando con tu jefe encima. Cuarto, hay que ser patética para centrar todos esfuerzos por follar en hacértelo con tu jefe….

El gurú y sus gafas de pasta llega entonces y dice: “Pongamos a otra con las cosas claras que quiera darle un giro a su vida y romper con todo”.

El hipster es un maestro del eufemismo. En este caso lo que tenemos es una intensa que vive en un zulo lleno de plantas y sin espacio para nada porque en su día le pareció buena idea acostarse con un “tío mono que además hace aeromodelismo”. Ahora debe tener toda la casa llena de maquetas y por eso ella tiene el perchero y el espejo encajado entre la puerta y la escalera. Supongo que las escaleras llevan a un segundo piso lleno de vitrinas polvorientas con aviones, por donde se pasean los gatos de ella y huele a incienso. A todo esto, el “mono” está demasiado entretenido con sus maquetas y la intensa de la coleta lo que tiene es lo que viene conociéndose como furor uterino y fantasea con irse a folletear a una playa. Lamentable, sube a darles catchou a los gatos anda…y recoge los trapos.

Finalmente, el hipster en otro rapto creativo dice: hay un mercado sin explotar, un público cautivo al que nunca se dirige la publicidad…pongamos a una lesbiana con las cosas claras que presenta a su novia y hagámoslo con misterio.

El gurú creativo sabe de crear misterio lo mismo que un Teletubbie. Tú ves el anuncio y según dice “cómo les digo que está persona es la correcta” ya sabes como acaba la peli. Que la novia lesbiana tenga pinta de futbolista y salga con una pelota de futbol es tan tan tan tan ridículo que ya da igual hasta que sea una cerda que come  cereales en la cama..
“La vida es chula” es el slogan.

La vida, efectivamente, es chulísima y vosotros, gurús intensos,  sois completamente imbéciles.