Trato de pensar si es que estoy dejando de hacer algo vital para la humanidad a cambio de leer, pero no se me ocurre nada vital que yo pueda hacer. Tengo el mismo tiempo que siempre, pero debe ser que me está cundiendo más. Lo mismo es que he desarrollado un superpoder para leer muy rápido, así que tengo que hacer un post ya...porque si no serán demasiados a comentar y harán bola.
"Sunset Park" de Paul Auster. Un comienzo de mes nefasto. La parte buena es que es complicado leer algo peor en el mismo mes. Basura, basura, basura, pero ya lo dije todo.
"La historia del amor" de Nicole Kraus. Regalo de M.y J por mi cumpleaños. Gracias chicos pero no me ha entusiasmado mucho. Fiasco total.
Ser Paul Auster y jugar a serlo es malo, pero jugar a ser Paul Auster cuando no lo eres, es horrible. La señorita Kraus ha dicho: a ver que puedo meter en esta historia ahora que ya tengo un título horrible. No me decido, no me decido...asi que lo voy a meter todo, todas las cosas chupis y sensibleras: judíos perseguidos, amores rotos, una niña insufrible por listilla, un hermano autista, una viuda que llora por su amor perdido, un escritor muerto y un viejo que da mucha pena. Lo mezclo todo juntándolo con frases cursis...y alehop: un truño.
Según iba leyendo, esperaba que se arreglara, que de alguna manera rocambolesca se arreglara todo y aunque fuera malo por lo menos fuera redondo. Pero no, el final es tan malo como el resto, no conseguí enterarme de la historia y lo que es mucho peor, ni siquiera me importa. Mal
"Violetas de marzo" de Philip Kerr. Regalo por mi cumpleaños de una bloggera descerebrada amante de los gintonics. Primer caso de Bernie Gunter, un detective, ex policía, en el Berlín de 1936, durante los Juegos Olímpicos. Herman Six contrata a Gunter para investigar la muerte de su hija y su marido y el robo de unas joyas. La Gestapo, las S.S, campos de concentración, matones, actrices fatales van apareciendo. Es una novela negra al viejo estilo y se lee con interés y entretiene. Gracias a la inestimable colaboración del marido de la bloguera, al que también le molan los gintonics, tengo los dos siguientes casos de Gunter esperando para leerlos en la tablet. Muy recomendable si te gusta la novela negra. Alguien comentó el otro día que Gunter era una copia de Marlowe...puede ser, pero Violetas de marzo es una buena novela negra. No te cambia la vida, ni mucho menos, pero es entretenida y está bien construida.
Amor perdurable de Ian McEwan. Con McEwan me pasa que lo leo todo. Algunas cosa me encantaron, como “El Inocente”, “Sábado” o “Chesil Beach” que recomiendo muchísimo...y sin embargo la que es considerada su obra maestra “Expiación” pues bueno, me gustó pero sin alardes.
Éste, en concreto, llevaba en mi lista de pendientes un par de años por lo menos, y por fin, este año estaba al final de mi caminito de chuches, la mañana de mi cumpleaños. Como bien dijo Elena Rius en los comments, el primer capítulo es espectacular, la presentación de los personajes, la situación, el ambiente y de repente el hecho insólito que cambiará todo.
¿Qué es el hecho insólito? La aparición de un globo aerostático. Eso me dio mala espina. Ya leí hace años otro libro en el que aparecía un globo como factor perturbador y fue un puto suplicio, “Las hermanas Zinn” de Joyce Carol Oates. (No lo leaís).
Como un globo es una cosa tan rara, cuando un autor lo mete en la historia, decide que ver un globo tiene que cambiarte la vida, y eso es una majadería. La actitud lógica es: “Ah un globo” y a otra cosa…claro que puede ser por eso, por lo que yo no escribo novelas.
El caso es que la pareja protagonista, Joe y Clarissa, se ven envueltos en una movida con un globo y entonces se arma el gran pifostio en sus vidas. La parte mala es que deja de interesarte enseguida y estás esperando a que pase algo o mueran los dos, o uno o venga el globo otra vez y se los lleve. Me ha recordado a Patricia Highsmith en el planteamiento de la trama, con el personaje de Jed Parry como chalado creíble con universo paralelo, muy al estilo del protagonista de “Ese dulce mal”. Lo que pasa es que los malos de Highsmith molan mucho más.
Vale, acabo de releer lo que he escrito y parece que es un libro horrible y no es así. McEwan es un escritor espectacular y merece la pena leerlo, pero quizás es mejor empezar por El Inocente o sábado. Aún así, siempre encuentras algún fragmento para destacar:
“Estar en la cama con la mujer amada es estupendo, pero volver a su lado cuando desprende el calor acumulado durante la noche es algo glorioso”.
“Seguíamos nuestra rutina diaria porque lo demás no estaba claro. Sabíamos que estábamos desanimados, habíamos perdido la ilusión. Estábamos sin amor o habíamos perdido la naturalidad de amarnos. Dormíamos en la misma cama, pero no nos abrazábamos. Utilizábamos el mismo cuarto de baño pero nunca nos veíamos desnudos. Nos comportábamos con escrupulosa superficialidad porque sabíamos que cualquier otra cosa, la seca cortesía por ejemplo, sacaría aquella farsa a la luz y nos llevaría a un conflicto que ansiábamos evitar”.
El Holocausto asiático de Laurence Rees. De este ya he hablado también. Ah sí, estaba también al final de mi caminito de chuches.
Un matrimonio feliz de Rafael Yglesias. Momento confesión lectora.
Cuando voy leyendo, sobre todo si el libro es nuevo, voy doblando las esquinas de todas las páginas que tienen una errata (Si, si...soy insoportable). Cuando acabo el libro, me tomo la molestia de mandar un mail a la editorial y con mi habitual tono sutil decirles algo como: ¿ NO creen que por 24 euracos que me ha costado su libro podrían por lo menos no meter el verbo haber sin h en su por otro lado fabuloso lanzamiento literario?
Las editoriales, normalmente, me contestan amablemente y se quedan con mi dirección de correo para sus mailings y mandarme novedades y tal. ¿A qué viene todo esto? Pues porque Libros del Asteroide (a quienes había mandado un par de erratas en “Diario de un ama de casa desquiciada”), me mandó un mail con el asunto: “si contestas entre los 15 primeros te regalamos un libro con la promesa de que lo leas y dejes un comentario.
A mí, los de Libros del Asteroide me parecieron tiernos. Y un poco inocentes, pero sobre tiernos.
El caso es que contesté ipsofácticamente diciendo que por supuesto que lo leería y por supuesto dejaría un comment en su página y en mi blog, que no creo que lo del blog sea importante, pero me molaba ponerlo.
Resultó que fui de los 15 primeros y me mandaron el libro a casa. Bien por Libros del Asteroide.
Cómo soy así de incongruente, no quería que me gustara el libro. Como los de la editorial lo ponían tan estupendamente, lo empecé pensando...no me va a gustar, seguro que es una mierda y puedo despellejarlo y Libros del Asteroide me odiará cuando deje un comentario atroz en su web y bueno, una espiral de pensamientos laterales que terminaba con el apocalipsis editorial y yo en una lista negra.
Pero no, me ha gustado mucho y lo recomiendo mucho. No quiero destriparlo. Es una historia en parte autobiográfica. Cuenta la relación entre Enrique y Margaret. A los 50 años, ella se enfrenta a la muerte por un cáncer terminal y mientras Enrique la ayuda con los preparativos y las despedidas de sus seres queridos, la novela nos cuenta esos últimos momentos y a la vez el inicio de la relación, la primera vez que se vieron, su primera cita...etc. Los capítulos se van intercalando y la relación se va construyendo y destruyendo a la vez. La construcción de una vida en común, las desilusiones, los desencuentros, las dudas, los distanciamientos y las paredes que se van construyendo. Están las relaciones entre ellos y con sus padres y sus hijos, formando todas esas relaciones una amalgama de sentimientos que se perturban unos a otros complicando la visión que tenemos de nosotros mismos y la que proyectamos.
Lo recomiendo en serio...y no porque me lo regalaran los de la editorial...que conste. Srs. de Libros del Asteroide..pueden seguir mandándome libros, siempre que quieran.
“Imágenes de Praga” de John Banville, llevaba también mil años en mi lista de pendientes y me lo regaló P. “solo para las mejores” por mi cumpleaños. Es un libro de viajes de los que me gustan a mí, uno que no parece un libro de viajes. Más que una guía o una recopilación de datos, son las experiencias y reflexiones de Banville durante varias de sus estancias en Praga.
A mí, Praga me moló mucho, aunque creo que ha sucumbido al síndrome de ciudad “parque temático”, aún así…cuando yo fui en el 2006, completamente fuera de temporada, se podía pasear sin sentirte en una atracción. Es una ciudad con mucho encanto.
Banville habla de sus cosas típicas, obviamente, Praga tras el telón de acero, el comunismo, Kafka, el Gollem, Rodolfo II, Tycho Brahe y Kepler en un capítulo especialmente interesante, de las inundaciones del año 2002, El Osario de Sedlec ( que por cierto también salía en el último que lei de Connolly con angeles y demonios y una ida de olla espectacular) y hasta de lo horrible que es la comida checa.
Me flipó el capítulo sobre la historia de Brahe y Kepler. Yo por supuesto, no sé nada de astronomía ni nada por el estilo, pero si me explican las cosas bien, con historietas, mi memoria absurda las absorbe todas como una esponja y ahí se quedan, dispuestas a ser utilizadas en cualquier momento. Por supuesto, me quedo en las anécdotas y la parte científica se va disipando en mi memoria, pero siempre queda algo. En cierta manera, en ese capítulo, con su humor irlandés...Banville me recordó a Bryson en su “Breve historia de casi todo”, libro que no me canso de recomendar.
Con este libro además, tuve un momento de esos de casualidades cósmicas que me flipan. Estaba tranquilamente leyendo en mi sofá, cuando empezó el capítulo de “caza nazis” del viernes pasado, deje el libro y me puse a verlo. Aluciné cuando justamente trataba de Praga y de Reinhard Heydrich, pensé “joder, que casualidad que estoy leyendo de Praga y justo veo esto”. Me tragué la recreación del atentado con el que unos partisanos checos le mataron y al acabar el documental, retomo el libro y en el primer párrafo me encuentro con esto “ Zdenek señaló el punto en una curca de una carretera donde el jefe de la Gestapo, Reinhard Heydrich, había sido asesinado por partisanos checos en 1942”...estas cosas me flipan.
Además he descubierto a Josef Sudek ( sí es él en las fotos y sí le falta un brazo que perdió por gangrena en la I Guerra Mundial) y sus fotos.
Y para terminar el mes, otro comic. Fun Home de Alison Bechdel, regalo por mi cumple de otro descerebrado como ya dije. Es la historia autobiográfica de la familia de la autora, centrada principalmente en la figura del padre, un homosexual reprimido. Alison reflexiona después de la muerte de su padre, sobre su infancia, el ambiente gélido de su familia y su problemática posterior. La primera parte hecha de recuerdos de infancia y juventud me ha gustado más que la segunda parte donde se mete en unas honduras sobre el Ulises de Joyce relacionándolo con su propia homosexualidad que me han resultado un poco espesas. El dibujo frio y lineal contribuye mucho al ambiente gélido y tenso que quiere transmitir. Me ha gustado, pero tendré que releerlo. Y me gustó más, Maus.
En resumen, un buen mes.