Mi mundo en los libros de colores ha cambiado mucho. Nuevos vientos han llegado al mundo de los colorines y todo es un completo descojone. A parte de muchas cosas bastante desagradables, mi situación física en el edificio ha cambiado.
En la pecerita minúscula en la que habito ahora, comparto espacio físico con dos tipos que son una especie de combinación increíble entre Pin y Pon, Zipi y Zape, Hernández y Fernández, el Dúo Sacapuntas, Faemino y Cansado, Moreno y Rockefeler y una pareja casada desde hace 45 años.
Son completamente distintos.
Pepe Sonrisas es de estatura media, rubiales y flaco hasta la extenuación. Parece recién salido de la cámara de gas, está tan tan flaco que hasta a mí que soy la persona con menos instinto maternal del planeta me entran ganas de hacerle unas albóndigas para que coma algo. No siempre fue así...pero es el típico agonías. Le detectaron algún tipo de problema de corazón, le operaron y a la sugerencia de su médico de que cuidara su dieta respondió con una dieta alimenticia tan apetecible como alimentarte de papel de burbujas toda tu vida.
Siempre va de negro y siempre tiene frio. Esto puede parecer una característica poco interesante...pero tener frío en Mordor en pleno mes de agosto es casi casi un superpoder. Sales del edificio a coger tu coche valorando conducir en bolas y te cruzas con él con camiseta de manga larga, bufanda, gorra y forro polar….y decides que lo mismo no hace tanto calor y que tus sofocos tienen otro origen.
Sonrisas es capaz de ahogarse en un vaso de agua, literalmente. Cualquier mínimo problema en sus manos puede convertirse en un problema tan grande como el de Oriente Medio. Además, es detallista hasta el infinito. El detallismo y la agonía son dos características muy cargantes por separado, pero juntas exigen una paciencia infinita por parte del interlocutor. Todo el planeta sabe que yo no tengo paciencia...asi que cuando hablo con él le digo: Quiero la versión breve, el tráiler. Tienes minuto y medio.
Se estresa mogollón pero conseguimos tener una fluida relación profesional. A lo mejor alguien recuerda mis problemas con la lotería primitiva en el curro….Sonrisas era el artífice de esos bonitos correos que conseguían sacarme de quicio.
Cedric, el gigante bueno es eso, gigante. Mide casi dos metros y tiene una envergadura como para cogerme en brazos y lanzarme al aire a hacer una doble pirueta. Hasta hace unas semanas llevaba el pelo largo y gafas…y era una curiosa mezcla entre los Bee Gees y Eugenio. Se lo comenté, se descojonó...me hizo un paso de baile a lo Saturday Night Fever y al día siguiente apareció rapado y unos 10 años más joven, teniendo en cuenta que tiene la tierna edad de 28 años…yo diría que claramente ha mejorado.
Cedric es un descojone absoluto. Su vida se rige por tres grandes verdades que le ha enseñado su madre y que son:
- A las mujeres se las respeta.
- Los calzoncillos se cambian todos los días y
- La familia no negocia con terroristas….así que si te secuestran, date por jodido.
Cedric además es buenísimo, lo que se viene conociendo como un buenazo. Ahora mismo está inmerso en una mudanza de piso tan surrealista que cada día viene con un nuevo capítulo y me descojono.
- Me cambio de casa.
- Pues muy bien.
- Pero claro...me da pena dejar a mi casero que es muy majete...asi que le he dicho que me cambio porque me he echado una novia y claro, el piso de una sola habitación es demasiado pequeño. Necesitamos más espacio.
- ¿te has echado novia?
- ¿Yo? Qué va…pero era para que mi casero no se pusiera triste porque me fuera.
- Bueno, pues muy bien...y ¿ya tienes piso?
- Si, tenía uno, pero es que me ha llamado mi casero y me ha dicho que como soy tan buen inquilino, le ha hablado de mí a su hermano que tiene un piso de 3 dormitorios y que me lo dejaría barato.
- Bueno, pues vete a ese si te gusta más.
- Ya claro...pero entonces necesito una novia falsa para ir a ver el piso del hermano...porque si no mi casero va a pensar que le he mentido.
- Claro...aunque siempre le puedes decir que has roto, que tu novia te ha dejado o que está de viaje.
- Ya...pero necesito también un conejo.
- ¿Un conejo? ¿para qué?
- Pues porque le pregunté al casero nuevo si se podían tener mascotas en el piso…y le dije que yo tenía un conejo.
- Tú no tienes un conejo... ¿por qué le preguntaste eso?
- Porque a veces me quedo con el perro de mis padres….
- Y ¿por qué no le dijiste que de vez en cuando te quedabas con un perro?
- Pues porque un perro es algo agresivo y asusta…el conejo es más mono y está en una jaula….
- Jajajajajajaja...me descojono…así que necesitas para el sábado... ¿una novia y un conejo?
- No os descojonéis cabrones…que me falta lo mejor. El casero no puede enseñarme la casa, el hermano dueño del piso no puede venir con las llaves porque no conduce...asi que me ha llamado la madre para decirme que ella me enseña el piso con otro hermano.
- Jajajajajaja…me parto…vas a ir con la madre de los Dalton a ver un piso….hazte una foto: Cedric, los Dalton y su madre, la novia postiza y el conejo….parece el título de una peli porno.
Cuando acabamos de llorar del ataque de risas. Sonrisas se pone muy serio, me mira por encima de las pantallas de nuestros respectivos ordenadores y me dice:
- Moli...eres una cabrona...seguro que esto lo cuentas en el blog.