martes, 10 de junio de 2014

Lecturas encadenadas. Mayo (II)

Habíamos dejado los encadenados de mayo a la mitad y eso está muy feo. Hay que terminar las cosas, pero ya os adelanto que en lo que va de junio he leído ya 4 libros... voy camino de un nuevo record.

Tras el desastre del libro del francés sobre hablar de libros que no has leído, decidí apostar por algo seguro y tuve la suerte de que la editorial Navona, me envío un ejemplar de "El pony colorado" de John Steinbeck. Pocas cosas hay más seguras que Steinbeck en literatura. Lo leí del tirón una noche de insomnio.

El pony colorado recoge cuatro relatos escritos por Steinbeck entre 1933 y 1934. Son en parte autobiográficos y están ambientados en el valle de Monterrey dónde más tarde situaría sus novelas Cannery Row, Dulce Jueves y Tortilla Flat. Los cuatro relatos tienen los mismos personajes y están contados desde el punto de vista de Jody, un niño de diez años.

Al leerlos, te imaginas en una de esas películas del oeste con un sol cegador o una lluvia brutal que hace que la tierra árida del verano se convierta en un lodazal. Ves al niño rubio con el peto vaquero y las botas desabrochadas, al padre silencioso y adusto y a la madre con el delantal tocando la campana en el porche. Son escenas que ya has visto pero con Steinbeck estás en ellas.

Son relatos sobre el final de la infancia, sobre esos momentos en los que hechos determinados acaban con el lugar seguro que es la infancia y te abren la ventana al territorio incierto que es ser "mayor", ser un adulto.

"Durante un momento creyó ver un punto negro que se arrastraba cerro arriba en la lejanía. Jody pensó en el estanque y en Gitano. Y pensó en las grandes montañas. Un sentimiento de añoranza se apoderó de él, y era tan agudo que deseó poder llorar para arrancárselo del pecho. Se tumbó sobre la hierba verde, junto al barreño redondo del agua, en el borde de matorrales. Se cubrió los ojos con los brazos y permaneció allí largo rato, lleno de una tristeza sin nombre."

Steinbeck es siempre sí. 


Cuaderno De Viaje de Craig Thompson. A mitad de mes hice una incursión en mi biblioteca. Pensé que hacía mucho que no leía comics y bajé a cotillear a la comiteca. Un amigo me había recomendado un comic de Thompson, al que yo ya conocía desde que leí Blankets. El que mi amigo me había recomendado no estaba, pero estaba este Cuaderno de viaje que me llamó.


Craig Thompson, tras el éxito de Blankets, realizó en 2004 una gira de promoción por Europa que interrumpió durante 3 semanas para viajar a Marruecos. Thompson es joven, americano y de la América profunda. Además, es un poquito depresivo, acaba de dejarlo con su novia y está desbordado por la cantidad de compromisos, entrevistas, firmas y demás que tiene que realizar. El diario se centra en su estancia en Francia, el paréntesis marroquí y unos días en Barcelona. La parte del diario que transcurre en Europa se centra más en él y en como se siente (de mal), la parte de Marruecos es más descriptiva de todo lo que ve y lo que no entiende, que es casi todo. Thompson se muestra así mismo en casi todos los estados de ánimo posibles: eufórico, agotado, triste, deprimido, nostálgico, solo, flipado, feliz, hambriendo, empachado, estreñido, con diarrea, apático y enfermo.  A veces provoca ternura porque es obvio el choque cultural que Europa y Marruecos le provocan y otras dan ganas de decirle "espabila".

Stoner de John Williams, también vino de la biblioteca por recomendación de Elena Rius. Lo devoré en un par de días.

Stoner es la historia de una vida por la que se pasa pero no se vive. Sólo hay dos decisiones en su vida que toma por iniciativa propia, una buena  para estudiar lo que quiere y otra mala para casarse. La decisión con la que se equivoca le acompaña durante toda su vida y soporta esa carga gracias a la decisión que tomó para bien, porque el trabajo será un refugio.

Es una buena novela que se lee con gusto y que atrapa, aunque deja regusto amargo porque es una historia triste.

"En su año cuarenta y tres de vida, William Stoner aprendió lo que otros, mucho más jóvenes, habían aprendido antes que él: que la persona que uno ama al principio no es la persona que uno ama al final, y que, el amor no es un fin sino un proceso a través del cual una persona intenta conocer a otra.  Ambos eran muy tímidos y se fueron conociendo despacio, a tientas; se acercaban y se separaban, se tocaban y se retiraban, sin que ninguno quisiera imponer al otro más de lo que le fuese grato. Día a día caían las capas de reserva que los protegían, por lo que finalmente fueron como son los extraordinariamente tímidos: cada uno abierto al otro, sin protección, perfectamente cómodos y sin conciencia de sí mismos."

Terminé el mes con un acierto absoluto, también recomendación de Elena Rius, La liebre con ojos de ámbar de Edmund de Waal. Dejad de leer, pinchad en el enlace y comprad el libro. 

Es un libro maravilloso, tranquilo, pausado. Leerlo es como sentarte en la cima de una montaña o en la orilla de un lago y dedicarte a mirar el paisaje, el cielo, las nubes, estableciendo conexiones entre lo que ves y lo que piensas, dejando tu mente vagar sin rumbo y descubriendo cosas sin buscarlas. 

Edmund de Waal reconstruye y recorre la historia de su familia desde principios del siglo XX. Los Ephrussi son una familia judía  de origen ruso que hizo su fortuna en Odesa negociando con grano y de allí saltó a París y Viena. De Waal  reconstruye a su familia a través de recuerdos, cartas, diarios, archivos, noticias en periódicos, novelas y cuadros. Habla de arte, de historia, de música, de pintores, escultores y escritores que todos conocemos y además nos descubre ( o por lo menos a mi) lo que son los netsuke y nos lleva a Japón y a la vida allí para un europeo después de la II Guerra Mundial.  Es también un recuerdo de los cambios brutales y drásticos que las dos guerras mundiales produjeron en Europa y es un canto a la familia y al hecho de que en lo que somos tiene mucho peso lo que otros antes que nosotros fueron. 

Es un libro maravilloso, entretenido, ameno, interesante, curioso y que se lee con placer. 

Leed a Steinbeck, leed Stoner, leed "La liebre con ojos de ámbar" y daos prisa que en menos de un mes volveré con los encadenados de junio. 


12 comentarios:

Albert dijo...

Me apunto el de La liebre. No voy a poder con la maleta cuando me vaya de vacaciones...

Anónimo dijo...

Gracias mil,Moli,el del poni colorado lo quiero ya,superipsofacto.
Sonia.

B dijo...

Sigo teniendo una deuda pendiente con Steinbeck, pero ya sabes, siempre se cruzan cosas...
Stoner me gustó mucho. No es de nada pero es de todo.

Rísquez dijo...

Es curioso, acabé "La liebre de los ojos de ámbar" ayer mismo. Yo había leído en diciembre pasado una recomendación de Enric González en esas listas que se suelen hacer a final de año. Del libro decir simplemente que suscribo todo lo que comentas, la historia de la familia del autor a través del McGuffin de los netsuke es sencillamente deliciosa. Es de esos libros que te da mucha pena que se acaben.

Respecto al resto de libros, leí el de Steinbeck hace ya años y tuve las mismas sensaciones respecto a las historias del chaval (soy tan fan como tú del bueno de Steinbeck). Me apunto las otras recomendaciones.

Anniehall dijo...

Uy, pues me llaman dos. Steinbeck creo que podría conmigo. A lo mejor llega su momento algún día.

Me quedo con Stoner y con La liebre con ojos de ámbar. Aunque éste último tiene un título para echar a correr por alarma de intensismo, por lo que cuentas no tiene nada que ver.

Anniehall dijo...

Uy, pues me llaman dos. Steinbeck creo que podría conmigo. A lo mejor llega su momento algún día.

Me quedo con Stoner y con La liebre con ojos de ámbar. Aunque éste último tiene un título para echar a correr por alarma de intensismo, por lo que cuentas no tiene nada que ver.

Ana María dijo...

Me quedo con tu recomendación del libro de la liebre, a ver si me desestanco ya de lecturas, que estoy enfarragada en leer dos libros que me tienen... Por el camino de la indiferencia. Ay.

Un besote :*

NáN dijo...

Conclusiones:

1. Hay que leer a Steinbeck. Siempre.

Pobrecito Craig. Yo, cuando me dejaba una novia, harta de dortmir sola hasta las seis, hacía una fiesta de chupitos de tequila.

Stone ya va tocando. Llama a mi puerta día sí y otro también.

Últimamente no leo: me dedico a las fosas sépticas en las que yo solo me metí.

El 27 de junio daré la vuelta a la tortilla.

annajr dijo...

Titular: "Pocas cosas hay más seguras que Steinbeck en literatura".

La liebre con ojos de ámbar, le voy a decir a mi padre que se lo compre en su próxima visita semanal a la librería se turno. Tiene toda la pinta de que le vaya a gustar.

HombreRevenido dijo...

O hacen pronto la película de todos los libros que recomiendas o tendré que mejorar muchísimo mis registros de velocidad lectora.
Vaya ritmo...

MenteLectora dijo...

"Stoner",que ganas...
Mayo para mí también fue un buen mes, leí bastante. Veo que tu ritmo de lectura de Junio es vertiginoso, a ver cuantos acabas. Yo llevo, por el momento, dos a medias.

María dijo...

Acabo de terminar Stoner. Llegué a él gracias a ti y me ha encantado. Gracias por la recomendación. (Aunque me ha dejado un regusto amargo, un cierto desasosiego con el que voy a tener que lidiar el resto de la tarde …)