miércoles, 6 de junio de 2012

PARA SER MALO HAY QUE VALER.

En la vida cada uno tiene una ambición. Unos quieren ser madres, otros quieren ser ricos, otros superhombres, otros simplemente quieren pasarlo lo mejor posible, otros quieren ser importantes y algunos quieren ser malos.

Para ser malo, un malvado de verdad, hay que valer. Como todas las cosas complicadas de la vida, parece sencillo. Bueno, te parece sencillo si eres idiota, que es lo que le pasa a muchos de los que quieren ser malvados de verdad.

Para empezar, la maldad molona y verdadera solo está al alcance de unos pocos, porque para serlo es condición fundamental e imprescindible ser inteligente, muy inteligente. Es una condición que ya de primeras descarta a gran parte de los humanos, pero que lamentablemente no es obvia para aquellos humanos idiotas que desconocen que no son inteligentes y se empeñan en querer ser malos.

Un buen malvado es un estratega. Estudia el terreno, traza un plan siniestro para dominar la galaxia, la comarca o el planeta que te toque y lo pone en práctica con calma y tiempo. Un malo malísimo no se mete a tontas y a locas a hacer gilipolleces sin sentido, anda con tiento, con calma, no da puntada sin hilo y va trazando la senda del terror sin dejar nada al azar.

Un malo de verdad no da armas a su propio enemigo.

Conocer al enemigo, a aquellos que quieres disciplinar con tu maldad es fundamental. Esto es de primero de maldad, hasta los golfos apandadores y los mafiosos de medio pelo saben esto. Uno no puede lanzarse contra alguien sin saber quién es ese alguien y cuál es su punto débil. Esto es tan obvio que da hasta vergüenza tener que decirlo.

Un malo molón y competente se rodea de una pandilla a su altura. Por supuesto, siempre menos inteligentes que él pero no completos zopencos. Utilizar para tu supuesto malévolo plan a una panda de inútiles integrales, serviles, pero inútiles es completamente contraproducente. No sólo no servirán para hacer el mal sino que además habrá que pasarse la mitad del tiempo controlando que no te quemen el chiringo ellos solos. El problema está en que como el malvado jefe es idiota, solo consigue a su alrededor más idiotas…si llegara un malo inteligente acabaría con él de un plumazo.

Un malo de verdad es un as de la mentira. Miente tan bien que todo lo que dice parece verdad. Lo hace tan de puta madre que te hace dudar sobre tus más profundas convicciones. Un malo de pacotilla miente tan de puta angustia que hasta un niño de 3 años podría desmontarle la mentira en 2 nanosegundos…Es tan fácil desmontarle la mentira a un malvado de pacotilla que daría hasta penica, si no fuera porque piensas que realmente ese imbécil cree que tú eres más idiota que él y te estás creyendo la trola que acaba de soltar.

Un malo de verdad es imperturbable. Jamás pierde la calma ni la tranquilidad. No levanta la voz, no chilla, no pierde los nervios. Un malo de verdad no se indigna cuando alguien le dice que es malo, aunque claro a un malo de verdad nadie se atreve a chistarle. A uno de pacotilla se le reconoce enseguida porque grita, manotea y son muy de dar portazos…tienden a ser muy histéricas. El histerismo ridículo y la maldad suprema son incompatibles. Un malo de verdad no da gritos, ni profiere amenazas y por supuesto no se hace el digno de manera absolutamente idiota y dice “ pues no respiro”.

Un malo de verdad da miedo, pánico, terror. Uno de chichinabo provoca primero incredulidad: ¿ de verdad es tan gilipollas como para jugar con la bomba atómica al volley playa? Luego provoca hilaridad…¡¡no jodas…me descojono que haya hecho eso!! y luego se le pone un mote.

Un malo de verdad sabe a quién se enfrenta y jamás subestima a su enemigo.

Un malo de verdad sabe que no hay peor enemigo que aquel que no tiene nada que perder.

Yo no soy una mala de verdad, pero no tengo nada que perder, tengo muchísimo tiempo y tú eres un malo de pacotilla.

Hagan sus apuestas.

27 comentarios:

José Antonio Peñas dijo...

Deberías leer "El último héroe" de Pratchett. Las intervenciones de Maligno Harry, el último Señor Oscuro, son impagables. Y ese diálogo en que rememoran a viejos camradas...

_¿Qué me decís de Pandar, la reina Bruja?
_Ahora tiene una tienda, La Despensa de Pam. Hace mermeladas.
_¡Pero si reinaba en un trono sobre una pila de cráneos!
_Yo no he dicho que sean mermeladas muy buenas

TXABI dijo...

¿ A quién le estás hablando, Moli ? porque ya puede temblar...

fle dijo...

Para mí uno de los malvados más brillantes ha sido siempre James Moriarty. Además, encarnado por Andrew Scott. Me encanta, es inteligente, es audaz y tiene ese puntito de psicópata asocial tan rico.
AIns.

Besicos!

Efe dijo...

Born again sí lo tienes, ¿verdad?

Fle dijo...

Por cierto, +1000 a José Antonio Peñas, Pratchett es to-tal! :P

Desmadreando dijo...

¿Alguien ha sacado tu lado oscuro a pasear? Tomayaaa pobrecill@ por que puede estar listo con balas de Bruce para suplicar piedad ante tu ira.

Si das miedito- así que te creo eres de las de "a veris".

NáN dijo...

Por alusiones, ya que has hablado de “nanosegundos”:

Te falta decir que “un malo de verdad” nunca quiso ser malo, como le pasó al de la foto en la peli. Quería a su famiglia, pero se había montado la vida lejos de ella. Son las circunstancias las que te llevan a malear en el lado oscuro (con todas las cualidades que tan bien has sabido describir, ¡oh puta ama de las categorizaciones!), y ya puestos en su sitio, su misión en hacerlo no “lo mejor posible”, sino “de puta madre”.

De todas las cualidades, si hay una esencial es esta: “Un malo de verdad es imperturbable. Jamás pierde la calma ni la tranquilidad. No levanta la voz, no chilla, no pierde los nervios”. (los histéricos siempre terminan bajo tierra cerca de Las Vegas).

Y la foto me permite decir que un guapo de verdad verdadera no nace, sino que se hace a partir de los 30 años, como Al Pacino, Jeremy Irons o Sean Connery. Ver una foto de Al de joven, que solo tenía ojos oscuros de latino macarra, y ver otra de sus 40 o 50, cuando ya sabe mirar taladrando, es la prueba.

¿Me he desviado? Cáchis

Tita dijo...

Yo venía a leer lo de las cargas del hermano mayor ¿andestá?

He recordado a un malo molón, Lex Luthor, pero rodeado de incompetentes. No debía ser tan listo...

Pero desde luego Mike Corleone es uno de mis favoritos. A lo mejor el más favorito. Chiquitillo pero superempotrador.

Anónimo dijo...

Muy de tu estilo, alabando y admirando algo negativo. Hoy no me he podido reprimir.

Solo añadir que para ser muy malo no hace falta ser inteligente. Porque un inteligente es bueno, aunque sea más difícil.

Lo que tú llamas inteligencia es habilidad para engañar y facilidad para la estrategia.

Miss Hurry dijo...

Por supuesto, apuesto por ti.

Sol Elarien dijo...

Afortunadamente la mayoría de los malos son estúpidos pero los inteligentes, los engatusadores, los que saben dónde hacer daño, esos son los realmente peligrosos y con los que no conviene cruzarse. Cuando se los reconoce es ya demasiado tarde.
Espero que el malo de pacotilla sea lo suficientemente listo como para huir, y no tanto como para darse cuenta de que, en realidad, no puedes ser mala de verdad.

Oswaldo dijo...

Para ser bueno (y jefe) en casi cualquier cosa, hasta en ser malo, hay que ser inteligente.
Lo que pasa es que si una gente quiere, por poner un ejemplo, hacer esculturas de hielo y no es propiamente brillante, podría dejarlas al sol y hacer que se conviertan en un charco amorfo. Penoso, pero inofensivo.
Si un malo, así sea astuto y un taimado estratega, no es realmente inteligente, arriesga su libertad y hasta su vida. Y las perderá. En ese medio, el de las mafias y eso, la "selección natural" es expedita.
Si es malo, astuto y taimado, pero sabe que no es muy inteligente, debería probar metiéndose a político. A muchos así les ha ido muy bien...

Er-Murazor dijo...

Yo apuesto cien pavos por el que gane.

¿Cuándo recojo mis ganancias?

Hermano E. dijo...

Ya sabes lo que decía Ortega: El malvado descansa algunas veces; el necio, jamás.

Así que no te confíes.

regaliz dijo...

Ayns!, la ilusión de mi vida: ser mala, malísima, como Maléfica o asi, ¡lástima que no cumplo ni una de las carácteristicas!.
No se olvide, que los malos de verdad siempre se cubren las espaldas y siempre, siempre tienen un plan B.
(Y disculpas por irrumpir en su blog, sus amigos andan pregonando sus habilidades blogeras y una no es de piedra)

regaliz dijo...

Me regalen un diccionario, please: características y blogueras (ya lo copio 10 veces)

Ana María dijo...

Excelente la elección de foto. Como Tita, yo también creo que es empotrador :)~~~~~~~~~~

Sobre el tema, pues lo dicho, lo peor es tener como enemigo a alguien que no tiene nada que perder. Porque van con todo, como en los juegos de azar.

Besote ;)

Anónimo dijo...

Los malos de verdad no avisan y nunca dicen que lo son. No dicen nada. Y los malos, los de verdad, siempre piensan que son buenos. Y creen que todo lo que hacen, todas sus maldades son por algo bueno.

El país de Tócame Roque dijo...

Si no eres un malo de verdad, como es mi caso por desgracia, ya me gustaría, lo que funciona bien es poner cara de desquiciada y decir - que estoy mu loca...eso por lo menos acojona

Anónimo dijo...

También se puede diostinguir entre los malos encantadores y los malos asquerosos. Quedan perfectamente retratadas ambas categorías con un simple ejercicio de observación de la foto con la que ilustras el texto y una visualización interior del personaje que te inspira.

Madamer dijo...

El malo inteligente nunca da puntada sin hilo, no pierde por nada los estribos, es frío y calculador y no patalea jamás... no hará daño si eso le salpica, así como tampoco se muestra prepotente, simplemtente se sabe poderoso y por eso lo transmite... Todas las actitudes restantes son de malo en prácticas o de malo tonto.

NáN dijo...

propuestas:

Tacho a la Esperrancia por esta razón: “Uno de chichinabo provoca primero incredulidad: ¿ de verdad es tan gilipollas como para jugar con la bomba atómica al volley playa? Luego provoca hilaridad…¡¡no jodas…me descojono que haya hecho eso!! y luego se le pone un mote”. Y porque además se le están cayendo ya los palos del sombrajo.

Tacho a Aznar y Acebes porque “Un malo de verdad es un as de la mentira. Miente tan bien que todo lo que dice parece verdad”.

Tacho a Botín por el conjunto rojo playero con el que saludó al Rey. ¿Cómo se le puede tomar en serio?

Voto por Pedro Jota Ramírez fuera del burdel. Y por MAFO.

Anónimo dijo...

Nada que añadir y nada que quitar. Buenísmo, muy descriptivo. Por añadir, añadiría que tú sí eres mala Moli y de las buenas.
MALVALOCA.

Juliet dijo...

Buenísssssimo.

Añadir que los malos malíssssisisisimos, que tienen poder, tienen recursos económicos ilimitados para poder controlarlo todo, cualquier imprevisto.

John el Rojo nunca pierde el control, la calma, el sadismo. Sabe solamente lo que quiere que sepas de él. El perfecto malo.

EP Fandorin dijo...

Si hay algo que mola de un malo, es que nadie sepa que lo es. Uno de mis favoritos es Keyser Söze (Sospechosos Habituales, 1995),....imprescindible en cualquier colección de malos

JP dijo...

Pues mira que yo me esfuerzo en lo contrario, en ser buen tipo, pero tengo mas de el 70% de todas esas cualidades que dices y casi logro mas de malo que de bueno.

Zendir Haidar: Director dijo...

Un malo de verdad mata, pero a diferencia de la gente justa, un malo de verdad tiene que matar a gente inocente, a gente buena, pues inclusive matar por si mismo no es ningún signo de maldad. Todo lo que esté por debajo de ese nivel es sólo pan con queso.