En el colegio haces amigos, amigas en mi caso porque sólo había niñas. Hacías amigas un año y te parecía que esa amistad iba a ser para toda la vida, una cosa muy peliculera como de “para siempre jamás”. No importaba que al septiembre siguiente con esa amiga ya no tuvieras ningún contacto más allá de un hola por el pasillo y hubieras cambiado tus afectos por otra, para así año tras año ir cambiando de “más mejor amiga”.
Aún así, esas amigas salían más o menos del mismo círculo. En tu clase había gente con la que te parecía que podías tener algo en común y ser amigas, otro grupo con el que no tenías nada en común y además no querías tenerlo y otro con el que no tenías nada en común y hubieras vendido una mano por conseguir acercarte. Por último estaba el grupo “limbo”, las que ni una cosa ni otra.
E. era del grupo limbo. NI siquiera estaba en mi clase, sino en el “A”. A las del “B”, nos parecía que las del “A” eran todas unas pánfilas y unas cursis y por supuesto esa simple separación por letras establecía unas barreras que impedían claramente la amistad. O eso parecía en el colegio.
E. se fue pronto del cole, ni siquiera sé cuándo. Luego durante años supe de ella a través de otras amigas, ambas estábamos sumidas en relaciones amorosas estúpidas y tremendamente absorbentes y empezábamos a trabajar como se curraba antes, de sol a sol y por una miseria, luego no había tiempo para más.
Cuando ambas tuvimos a nuestros churumbeles, no sé cómo, ni me acuerdo, retomamos el contacto. Y descubrimos que teníamos muchísimas cosas en común, y un montón más que nos separan, pero resulta que sabemos combinarlas maravillosamente y ahora no pasa un día sin que hablemos o nos escribamos.
E. es alta, flaca y estilosa. Estas tres cosas obviamente son de las que no compartimos.
E. curra en algo parecido a lo mío. Vende libros de colores a las empresas de libros de colores, así que las dos sabemos exactamente en qué consisten nuestros curros.
E. se agobia por todo, exactamente igual que yo, lo que pasa es que yo he aprendido a disimular y que parezca que todo me la pela y lo tengo todo controlado. Estoy tratando de enseñarle este superpoder..pero no se deja mucho. El sufrimiento y la autoflagelación le van bastante. A veces me saca de quicio y me pongo muy en modo “espabila coño”. En esos momentos solemos tener nuestros mayores desencuentros, ella quiere mimos y manita por la espalda y yo voy y le arreo un par de collejas. No sé hacerlo de otra manera.
No sabe cocinar. No es que no sepa, es que le da pánico. La olla exprés es un invento diabólico. “Moli..¿Y si explota?”. El horno es una bomba de relojería que actúa por iniciativa propia y por supuesto también le da miedo. Creo que incluso la freidora le da pavor. Es desesperante intentar explicarle una receta: ¿cuánta cebolla? ¿Cuánto aceite? ¿Qué es pochar? ¿La cebolla se pone transparente? ¿Cuándo? Hay días que me dan ganas de hacer un tuper y llevárselo.
Me pone enferma que me pida consejo. Le echo la charla, le cuento lo que yo creo, punto por punto, en plan didáctico y pone mil pegas.” MolI, yo no soy como tú, no sé hacerlo así”. La parte buena es que finalmente me hará caso, pero eso será después de intercambiar una media de 50 mails, haberme sacado de quicio, ella llorará y yo soltaré mi famosa frase: “tía, eres una absurda, no te aguanto”.
Es divertida y entiende mi sentido del humor. Le encantan mis maldades y no se escandaliza.
Sé que ella me apoyará siempre. Cualquier cosa que le cuente, estará a mi lado apoyándome. Eso vale muchísimo y lo puedo decir de muy poca gente.
No cree que todo sea blanco o negro, sabe que todo es tirando a gris y que la mayoría de las veces hay que pensar mucho en uno mismo.
Es muy emocional, mucho más que yo. Bueno, eso no es mucho, porque yo tiendo al glacialismo, por lo menos de puertas afuera, pero ella es todo un torrente de emociones. Sin control de ninguna clase. Podemos empezar la mañana llorando por mail porque ha terminado “ Carta de una desconocida” y terminar el día en un torrente de emoción suprema porque se va a NY para luego por la noche recibir un sms agónico porque su churumbel amenaza con tener mocos y le da cargo de conciencia dejarlo para irse de viaje.
Sufre con tanta antelación que me descojono. En enero sufrimos por el veraneo, en verano por las vacaciones de navidad, cuando nació el niño sufrimos por conseguir plaza en el colegio y ahora que tiene 5 años sufrimos por a qué universidad irá. Para todo es así, puede ahogarse en un vaso de agua por una chorrada.
Nunca ha comprado condones. Yo sí.
Ama el myolastán. Yo no.
Me llama “tronca” y me saca de quicio.
Aún así, esas amigas salían más o menos del mismo círculo. En tu clase había gente con la que te parecía que podías tener algo en común y ser amigas, otro grupo con el que no tenías nada en común y además no querías tenerlo y otro con el que no tenías nada en común y hubieras vendido una mano por conseguir acercarte. Por último estaba el grupo “limbo”, las que ni una cosa ni otra.
E. era del grupo limbo. NI siquiera estaba en mi clase, sino en el “A”. A las del “B”, nos parecía que las del “A” eran todas unas pánfilas y unas cursis y por supuesto esa simple separación por letras establecía unas barreras que impedían claramente la amistad. O eso parecía en el colegio.
E. se fue pronto del cole, ni siquiera sé cuándo. Luego durante años supe de ella a través de otras amigas, ambas estábamos sumidas en relaciones amorosas estúpidas y tremendamente absorbentes y empezábamos a trabajar como se curraba antes, de sol a sol y por una miseria, luego no había tiempo para más.
Cuando ambas tuvimos a nuestros churumbeles, no sé cómo, ni me acuerdo, retomamos el contacto. Y descubrimos que teníamos muchísimas cosas en común, y un montón más que nos separan, pero resulta que sabemos combinarlas maravillosamente y ahora no pasa un día sin que hablemos o nos escribamos.
E. es alta, flaca y estilosa. Estas tres cosas obviamente son de las que no compartimos.
E. curra en algo parecido a lo mío. Vende libros de colores a las empresas de libros de colores, así que las dos sabemos exactamente en qué consisten nuestros curros.
E. se agobia por todo, exactamente igual que yo, lo que pasa es que yo he aprendido a disimular y que parezca que todo me la pela y lo tengo todo controlado. Estoy tratando de enseñarle este superpoder..pero no se deja mucho. El sufrimiento y la autoflagelación le van bastante. A veces me saca de quicio y me pongo muy en modo “espabila coño”. En esos momentos solemos tener nuestros mayores desencuentros, ella quiere mimos y manita por la espalda y yo voy y le arreo un par de collejas. No sé hacerlo de otra manera.
No sabe cocinar. No es que no sepa, es que le da pánico. La olla exprés es un invento diabólico. “Moli..¿Y si explota?”. El horno es una bomba de relojería que actúa por iniciativa propia y por supuesto también le da miedo. Creo que incluso la freidora le da pavor. Es desesperante intentar explicarle una receta: ¿cuánta cebolla? ¿Cuánto aceite? ¿Qué es pochar? ¿La cebolla se pone transparente? ¿Cuándo? Hay días que me dan ganas de hacer un tuper y llevárselo.
Me pone enferma que me pida consejo. Le echo la charla, le cuento lo que yo creo, punto por punto, en plan didáctico y pone mil pegas.” MolI, yo no soy como tú, no sé hacerlo así”. La parte buena es que finalmente me hará caso, pero eso será después de intercambiar una media de 50 mails, haberme sacado de quicio, ella llorará y yo soltaré mi famosa frase: “tía, eres una absurda, no te aguanto”.
Es divertida y entiende mi sentido del humor. Le encantan mis maldades y no se escandaliza.
Sé que ella me apoyará siempre. Cualquier cosa que le cuente, estará a mi lado apoyándome. Eso vale muchísimo y lo puedo decir de muy poca gente.
No cree que todo sea blanco o negro, sabe que todo es tirando a gris y que la mayoría de las veces hay que pensar mucho en uno mismo.
Es muy emocional, mucho más que yo. Bueno, eso no es mucho, porque yo tiendo al glacialismo, por lo menos de puertas afuera, pero ella es todo un torrente de emociones. Sin control de ninguna clase. Podemos empezar la mañana llorando por mail porque ha terminado “ Carta de una desconocida” y terminar el día en un torrente de emoción suprema porque se va a NY para luego por la noche recibir un sms agónico porque su churumbel amenaza con tener mocos y le da cargo de conciencia dejarlo para irse de viaje.
Sufre con tanta antelación que me descojono. En enero sufrimos por el veraneo, en verano por las vacaciones de navidad, cuando nació el niño sufrimos por conseguir plaza en el colegio y ahora que tiene 5 años sufrimos por a qué universidad irá. Para todo es así, puede ahogarse en un vaso de agua por una chorrada.
Nunca ha comprado condones. Yo sí.
Ama el myolastán. Yo no.
Me llama “tronca” y me saca de quicio.
Es dulce y cariñosa. Yo no.
Es muy princesa. Yo no.
Es superorganizada. Yo también.
Nos saca de quicio la misma gente. Nos miramos a través de una mesa de 14 personas y sabemos exactamente que acuchillariamos a ese tio con los palillos del sushi.
Odia que no cambie el bolso y que lleve medias color carne. “Moli para llevar eso no lleves nada”. Por supuesto no le hago ni caso.
Y ahora mismo mientras le escribo esto, estamos discutiendo por mail quien está más hecha polvo por la astenia primaveral. Es tan casina que le acabaré dando la razón.
Ah..Las dos estamos leyendo sobre la II Guerra Mundial, queremos volver a NY, nos parece increíblemente sexy Don Draper y le encontramos un puntito a Tony Soprano.
E. aquí tienes tu post ABSURDA.
Odia que no cambie el bolso y que lleve medias color carne. “Moli para llevar eso no lleves nada”. Por supuesto no le hago ni caso.
Y ahora mismo mientras le escribo esto, estamos discutiendo por mail quien está más hecha polvo por la astenia primaveral. Es tan casina que le acabaré dando la razón.
Ah..Las dos estamos leyendo sobre la II Guerra Mundial, queremos volver a NY, nos parece increíblemente sexy Don Draper y le encontramos un puntito a Tony Soprano.
E. aquí tienes tu post ABSURDA.
30 comentarios:
Primer!!
Mola esa gente con la que tienes tanto y tan poco en común a la vez.
Oh, vaya a lo mejor no soy primer :(
Que bonito!!
Yo tambien quiero tupper...
Por cierto, que Moli es monisima, no es pelirroja y luce mejor tipito que el que le saco Efe ayer (¿hay tupper?)
Javi, eres un interesado.
Jo, encontrarte con alguien del colegio y que se dedique a lo mismo que tú... De toda mi promoción en el colegio sólo una persona se dedica a lo mismo que yo, y de todas formas nunca perdimos el contacto. Pero están chulas esas amistades en las que sabes que el otro te apoyará siempre.
Ah, parece muy mona esa chica. Mis compis del colegio no son así. Mmm... Debe de tener alguna pega. Seguro que come bebés o algo así, con lo caros que son.
Una preciosa amistad.
Me gustó tu manera de decirselo!
Besitos
uffff, como torrente de emociones me has dejado sin palabras... solo 2: te quiero.
E
MENUDO POST GENIAL Q TENGO, TRONCAAAAAA!!!!!!!!!!!
Nunca ha comprado condones????? también vende libros de colores???? me puede la intriga, por los libros no por los condones.
Yo tambien quiero tupper¡¡¡
Anniehall..has sido primer. Y sí, E. mola mucho..hoy mismo me ha echado una bronca monumental...
Pétalo, es que cuando me pongo sé hacerlo bonito, pero no me sale siempre.
Javi, gracias, pero lo del tuper está chungo. La astenia primaveral está acabando con mi energía.
Zor, en mi cole todas son clónicas. Derecho o empresariales. Luego estoy yo que hice historia y acabé en los libros de colores y E. empezó en los libros incluso antes que yo. Mola mucho.
Efe..come profesores. Ja.
Gracias Ana.
Anónima con post dedicado..para que no te vuelvas a quejar....
Sara, lo del tuper ya has leído que está chungo. Lo de los libros..son eso..libros de colores.
Sólo una corrección.
Yo siempre fui al A y no es que fueramos más de nada. es que los del B erasis un poco...asi como...tirando a proletarios vamos.
Como mola E.!!!
Propuesta: algún día queremos una super moli-receta!
Yo soy igual de patosa que E. con los fogones (me dan pánico, amo el microondas) pero hay que empezar a aprender xq con el rollo de la emancipación pasaré hambre…
Tiene gracia, en mi cole las de A también eran las buenecitas a las que adoraban los profes y las de B las chungas, ¿coincide en todos los colegios? Y nos separaban por orden alfabético, no es que hicieran una división intencionada por grado de chunguez...
Pues mi colegio también era de sólo chicas y el A y el B nos considerábamos como de planetas diferentes. Yo era del A.
Pero conservo a las mismas amigas de entonces, aunque vivimos en ciudades distintas.
Jo, como mola tener tu propio post...
Estoy con E. Medias color carne, jamás. Y si ya hablamos de ropa interior de ese color, espero que el primero que las lanzó al mercado haya muerto de forma lenta y muy dolorosa.
Cosa más antierótica, por diosssss
Moli, permíteme que por una vez use tu blog para contestar a un comentarista, please.
José Antonio Peñas: Pon tus cinco sentidos, hombre, seguro que puedes. Y luego organiza un seminario y explícaselo a tus amigos. A ver si la cosa se va extendiendo y conseguimos que todos los hombres se enteren al fin.
La ropa interior color carne es sólo para usar con determinados colores. Si la llevas blanca, negra o el color que más te guste con unos pantalones de lino de color blanco, por ejemplo, o con una blusa blanca y un poco transparente, la ropa interior se notará mucho, y eso queda ordinario, zafio y totalmente anti glamouroso.
Hay un color de ropa interior para cada ocasión. También es una tontería usarla de color blanca o marfil (o rosa bebé, si te gusta) con un jersey negro, por ejemplo, porque se te queda llena de bolitas y pelusillas de lana negra.
A muchas de nosotras nos parece tan evidente el tema que, sinceramente, estamos alucinadas de que no lo comprendáis.
Qué bien entiendo a E. cuando se pregunta si la olla exprés explotará, porque yo tengo la misma paranoia con ellas y me niego a tener una.
No es tanto paranoia (y esto censúraselo a E. si quieres ;)) porque a una de mis primas le explotó y no le pasó nada de milagro.
Me ha encanatado!
Es que veía a E en mi amiga J
Siempre hay alguien con el que no tememos nada en común pero al que nos unen muchas cosas!
ay DIOS Cristina... q le explotó??? LO VEIS? LO VEIS? LO VEIS????????
CUENTAMELO-CUENTAMELOOOOOOOOOOOO
E.
Tampoco hay más que contar. Ella dice que la cerró bien y que al rato explotó y toda la cocina se llenó de comida y demás y que si llega a estar por ahí cerca pues le habría explotado casi en la cara, claro.
No es una gran historia, pro como justificación del miedo sí que sirve ;)
Cristina, asi no hago carrera de ella..muy bonito.
Llevo dos días leyendo tus posts, a los que llegué de casualidad. Chapeau!, me encanta lo que escribes, cómo lo haces, tu cercanía, tu sentido del humor...te acabas de ganar un seguidor acérrimo!!
Que genial las más mejores amigas, ¿verdad? Felicidades a las dos. Bonito post. No entiendo lo de las medias de color carne, pero el resto creo que lo he pillado todo :D
Creo que todos tenemos amigos/as de ese tipo con los que tenemos tantas cosas en común como diferencias pero nos llevamos genial. Por cierto tengo la web perfecta para tu amiga ¿adivinas cual? :PPPPPPPP
Saludos.
Confirmado, soy un cotilla digital. Como el que mira a través de la mirilla de la puerta, pero 2.0
Ais...
Esa Veradadera Amiga la quisiera yo para mi.
Kotinussa, racionalmente entiendo tu explicación, incluso la apoyo desde la fría lógica, pero me pasa lo que a todos los hombres: cuando mi chica se quita la ropa y aparece el color carne, la racionalidad se evapora y llegan los impulsos suicidas
Es más, si lograra sobreponerme a mis instintos animales y convocara a mis amigos para tratar de inculcarles el porqué de ese color, antes de que hubiera alcanzado la mitad de la segunda frase me darían muerte a golpes y probablemente devorarían mi cadáver
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