miércoles, 21 de febrero de 2018

Te quiero por si me muero

«Te quiero por si me muero» me dice María cuando entro en su cuarto a darle el beso de buenas noches. «Te quiero por si me muero» grita desde la puerta cuando sale corriendo hacia el colegio. «Te quiero por si me muero» cuando, cada día, colgamos el teléfono a mediodía tras haberle dado las instrucciones para la comida. 

Las dos partes de esta frase me dan escalofríos. Me encanta que con catorce años vuelva a decirme que me quiere y, por supuesto, me aterra que se muera. Hay un tercer sentimiento que no consigo definir, la súbita consciencia de que María ya sepa, piense, que la muerte no es algo que pasa a otros o dentro de mucho tiempo me enorgullece y me entristece a la vez. «Te quiero por si me muero» le contesto yo cada vez porque quiero que sepa, que sienta, que no se le olvide que la quiero infinito aunque estemos atravesando una época en la que el amor de madre (y de padre) es incompatible, cuando no directamente opuesto, con las expectativas que una adolescente tiene de como ese amor debe ser y manifestarse. 

«Te quiero por si me muero» no se le ha ocurrido a ella pero empezar a utilizarla todos los días sí. Desde hace unos cuantos meses, por las noches, en pijama y tiradas en el sofá estamos viendo How I met your mother, una buena serie que estamos disfrutando y que nos da para hablar de muchos temas. (Sé que hay gente que dice que si los valores que transmite, que si es machista, sexista y blablablabla... pero afortunadamente mis brujas ya distinguen la ficción de la realidad). En uno de los capítulos que vimos la semana pasada, Marshall, uno de los protagonistas, perdía a su padre de un infarto fulminante. «Como te pasó a ti, mamá». Y él y todos sus amigos se dedican a pensar en cuales han sido las últimas palabras que han intercambiado con sus padres. Al terminar, se quedaron muy pensativas y les pregunté qué era lo último que le he habían dicho al Ingeniero. 

—Creo que ha sido Hasta luego, cara huevo.- dijo María.

Recogimos, nos lavamos los dientes, las mandé a la cama veinte veces y les grité otra media docena que cerraran la puerta del baño. 

—Mamá, ¿vienes a darnos el beso?
—Voy
—Te quiero por si me muero. 
—Jajaja, ¿De dónde has sacado eso?
—De una serie muy tonta pero la protagonista decía esa frase y he decidido que a partir de ahora voy a usarla por si acaso. 

«Estáis tontísimas con esa frasecita» opina Clara. 

Te quiero por si me muero. 

Todo lo importante de la vida en seis palabras.



12 comentarios:

Albert dijo...

Importantísimo. En casa ha estado muy presente siempre y hablamos de ello hace poco. El padre de mi mujer murió de un infarto mientras dormía. Ella tenía 18 años y llevaban semanas sin hablarse. Así que en nuestro caso se trata de no irse a la cama enfadados o sin haber solucionado un conflicto.

sonia dijo...

También nosotros todas las noches,pase lo que pase,nos lo decimos.
Hay que decirlo más,creo.A todo el que es importante para nosotros.
Y escribirlo.

el chico de la consuelo dijo...

Va de si,
cuando eres adolescente
el preguntarte
por dios, el sexo
y la muerte.

Muakssssss

Anónimo dijo...

Vaya agonía tener que estar pensando siempre en el "¿y si...? ¿por si...? No le encuentro la belleza a esas seis palabras, ni a tener que estar diciendo siempre "te quiero". Seré un ser rancio de otro planeta? Nadie más ve la agonía?
Teka

Lala dijo...

Tus hijas siguen sorprendiendome, que buen trabajo como padres amiga...

Luxindex dijo...

No es lo mismo «¡Vamos a comer, niñas!» (léase con el dulce soniquete de los hogares moviditos y amorosos como el tuyo) que «¡Vamos a comer niñas!» (con risa to’ loca y caníbal). La coma…

Te digo esto, querida Molinos, porque «Te quiero por si me muero» no tiene sentido alguno, pues la condición humana, ay, es mortal. Si «Te quiero por si me muero» es que inevitablemente te quiero, luego la condicional sobra.

Y te lo digo con esta franqueza porque yo tengo el mismo problema: o, pongo, más, malditas, comas, de, la, cuenta o joder no pongo ni una.

Ante la duda, vayamos a la fuente, a la serie GirlBoss: "I love you, in case I die". Eso: «Por si me muero, te quiero». La coma…

Bueno, o los dos puntos: «Por si me muero: te quiero»; o incluso los puntos suspensivos que antes tanto usabas: «Por si me muero… Te quiero». Pero algo, coño, algo, pues, siguiendo con los ejemplos, no es lo mismo «Vamos a comer, coño» que «Vamos a comer coño», aunque el tono maleducado y machista sea el mismo y tu falta de respuesta esté garantizada en ambos casos.

molinos dijo...

luxindex, algo te digo: tururú.

Tita dijo...

Me encanta.
Por ese capítulo también escribí yo un post.

Oswaldo dijo...

¿Valdría también: ¡Te quiero!...(Por si te mueres TÚ) ?

Oswaldo dijo...

En un par de meses hará veinte años de que sufrí un infarto de madrugada.
Mi esposa, manejando lo más rápido que podía en vía al hospital pero con cautela, porque estaba oscuro y llovía, de vez en cuando me miraba levantar los brazos en un intento de sacudir el dolor que me atacaba en ambos antebrazos, ambos hombros y en el pecho y no se le ocurrió mejor cosa para decirme que "No se te vaya a ocurrir morirte sin decirme que me quieres"

Mamacorrecaminos dijo...

Pues me ha hecho soltar una lagrimilla esta entrada

:( dijo...

"Te quiero por si me muero".
¿Qué importancia puede tener que se haya escrito con coma o sin ella? El asunto es que cuando lo dicen, lo dicen conscientes de lo que implica.
No se trata de vivir pensando en que podemos morir en cualquier momento, pero si de hacerlo sin perder de vista que -como dijo Albert- separarse enojados de una persona querida, puede dar lugar a mucho arrepentimiento. Las cosas hay que arreglarlas enseguida. Pocos le dan importancia a eso, y dejan el hacer las paces para después, para el día, la semana o el mes siguiente. Son los que más lloran, cuando ya es tarde para hacerlo.

Un te quiero -con o sin "porsimemuero"- nunca estará demás. Y si son niñas(os), con mayor razón.