martes, 6 de abril de 2010

DECONSTRUCTING FANTASIES

Las fantasías son eso, fantasías, molan en tu cabeza donde todo encaja y nada chirría. Esto en la vida real no pasa, en la vida real nada encaja y las cosas y las personas dan mucho grima, por eso hay que tener cuidado en poner en práctica con lo que se fantasea.

Lavado de pelo (empezaré por la mía para que no se diga)

Es una cosa sencilla y que no tendría por qué dar lugar a muchas complicaciones. Obviamente hay que pensar que no vas a tener el estilazo de Meryl y Robert y ser consciente de tu pinta. Luego hay que valorar los posibles problemas: que el agua queme, que el agua esté helada, que te tire el champú por los ojos, que te lave el pelo como si estuviera manejando un melón, que lo encharque todo....etc..todos esos posibles problemillas hay que visualizarlos con antelación, para saber si te arruinarán la fantasía o a pesar de todo conseguirás sobrevivir a la experiencia. Hay que tener claro que cosas no se deben permitir, para mí lo fundamental es el chiste fácil: “si quieres te lavo el pelo de otro sitio", el chascarrillo procaz es completamente inadmisible.

Como ya he destrozado la mía, voy a pasar a destrozar otras fantasías absurdas:

Montárselo con azafatas calentorras en los baños de un avión. Primero, no todas las azafatas están estupendas. Creo que es un colectivo tan sobrevalorado como el de las enfermeras, ejecutivas y porno chachas. A mi además, el uniforme me parece cero erótico, esas medias tupidas son un horror. A favor de la fantasía supongo que está el hecho de que tú estás sin poder moverte sentado en tu minisitio y ellas dominan la situación porque pueden moverse a su antojo arriba y abajo del pasillo, pero vamos que llevan té y café, tampoco es como para imaginar una escena de dominación sadomaso. Creo que tiene que ver con lo estrecho del pasillo porque una camarera de Vips, que es más o menos lo mismo me temo que protagoniza menos fantasías. El tema de montárselo en el baño también me parece irreal. ¿Cómo te lo vas a montar ahí si cuando te pones a hacer pis te das con las rodillas en todas partes? Ah..Esto me lleva a otro tema..Hacerlo de pie..no mola..exige unas dotes físicas que no están al alcance más que de unos pocos, poquísimos. Gerald y los bomberos..por ejemplo. ( cualquier excusa es buena para enlazar a Gerald)

Las parejas lésbicas deseosas del macho Alfa. Eso no existe.

El fontanero/antenista o cualquier otro oficio desatascador. Cualquiera que haya tenido una avería en casa del tipo “tengo la cocina inundada” sabe que lo último que piensa cuando llega el “profesional” de turno es en algo erótico..bueno..un momento. Cuando estuve 20 días sin agua caliente con dos bebes en mi casa nueva..y apareció el de la caldera y la puso en marcha..Se me caían las lágrimas de la emoción y recuerdo que le dije: me ha hecho más ilusión que viniera usted que el día de los reyes magos. El hombre flipó un poco y creo que si me lo hubiera pedido le hubiera dado un morreo de agradecimiento.

Fantasías con comida: gelatina, miel, nata, fresas..Para mi es una pérdida de tiempo. Además, hay que ser realista. Kim Bassinger con gelatina frente a la nevera con luz indirecta es muy sexy. Piensa en tu cocina, abre tu nevera, tuper de lentejas, medio limón, una tónica, jamón de york..Fin del erotismo.

Para mí las fantasías con comida untada por el cuerpo son poco sugerentes. Si, en una tía superbuena..Nata y fresas rodando alrededor del ombligo puede parecer sexy…pero mira el tuyo y valora las posibilidades de parecer un roscón de reyes. Y luego está la sensación pegajosa..mmm…vale, si..esa sensación puede venir por otra cosa..pero eso va implícito en el juego.

En el rollo blogger supongo que hay gente que fantasea con los autores/as de los blogs que lee. Básicamente uno tiende a imaginar al que escribe como medianamente guapo, vamos que uno nunca piensa que el que está escribiendo es uno de los Hermanos Calatrava. Yo desconfío de los que presumen de ser especialmente atractivos sin aportar documento gráfico, vamos, que por mi puedes decir que eres George Clooney o que los tíos matan por ti..pero si no te veo no me lo creo. Claro, que la fantasía también puede ir al revés, autores anónimos que fantasean con lectores babeantes practicando manualidades delante de la pantalla…hay gente para todo.


Ah y por último..cuidadín con los espejos…los carga el diablo.

¿He comentado que me mola un tío planchando? Le veo pocos peros a esta fantasía, es sencilla, apta para todos los públicos y lo peor que puede pasar es que me queme una camiseta de los chinos...Hasta me gusta el olor a quemado...

No hay nada como los placeres sencillos.

lunes, 5 de abril de 2010

El último encuentro.- Sandor Marai

Encontré este libro en el año 2003, no sé como llegué a él. Debí leer sobre él en algún sitio porque tengo apuntado que me lo trajeron los Reyes Magos, así que estaba en mi carta de ese año.

Recuerdo leerlo y quedar totalmente impresionada, sobrecogida. A partir de ese día, cuando me preguntan por mis libros favoritos, siempre está el primero de la lista.

Lo he recomendado muchísimo, con distinto grado de éxito.

A algunos les pareció aburrido. Dejé de recomendarles libros.

A otros les pareció lento, ajeno e incomprensible. Dejé de escucharles.

Una absurda gafapasta me dijo que era un libro “machista” y que se había puesto de mal humor al leerlo. Le escupí.

A unos pocos, como a mi, les dejó sin habla y con el alma del revés. A éstos les quiero más, obviamente.

Después he leído más cosas de Marai, con resultados diversos. Me gustó “Divorcio en Buda”, soporté “ La mujer justa” y me horrorizó “ La Amante de Bolzano”. En vista de que nuestra relación iba hacia el desastre más absoluto, decidí dejar a Marai al rincón de los castigados durante una larga temporada porque veía que sino me iba a joder el recuerdo de " El último encuentro".

Tiempo después y en un momento de debilidad, le dí otra oportunidad con “La herencia de Estzer” que me gustó bastante y me recordó al mejor Marai y luego me tragué sus memorias que son tristísimas pero que me gustaron.

El otro día, estaba a punto de empezar un libro nuevo, pero pasé por la estantería y ahí estaba mirándome..” venga..relee..a ver si te atreves”. Y decidí arriesgarme, decidí releerlo para saber porque ese libro es tan importante para mi y porque me dejó el alma del revés. Tenía miedo de que me defraudara, como cuando ves a un ex después de muchos años y dices: ¿ madre mía como me pudo molar ese tio? Pues lo mismo.

Pero no. Desde la primera página estaba otra vez completamente atrapada por el ambiente de nostalgia, de falsa calma y secreto. El anciano que recibe la carta que le trae un pasado que ha estado esperando 40 años. El encuentro enmarcado por los detalles que lo hacen especial: la mesa, las flores, las velas, los platos, el salón. Conocemos contada por el general esa amistad que sabemos esencial, ese encuentro entre los dos ancianos que intuímos que marcará la vida de ambos. En el monólogo posterior nos vamos enterando poco a poco de la traegia, la traición, la mentira, el engaño y el sufrimiento que la traición ha llevado a la vida de los tres personajes.

Me ha vuelto a dejar del revés, a revolver, emocionar y conmover. Es un libro tan especial para mi que no quiero decir nada más para no reventarlo.
Como ya he dicho antes, a los que les deja como a mí, les quiero más...y eso vale trillones, que yo soy muy raspa.






domingo, 4 de abril de 2010

Primer candidato al peor libro del Año: EL AMOR PATÉTICO de Rafael Martínez Simancas.

Señores, ya tenemos un primer candidato para el premio al peor libro del año. Redoble....TACHÁN..." El amor patético" de Rafael Martínez Simancas.


Para que nadie piense que me cebo en las cosas malas y que no sé apreciar las cosas buenas, voy a señalar primero los aspectos positivos de la novelita en cuestión: 271 páginas que se leen rápido, un cuerpo de letra 16 que facilita muchísimo la lectura en diagonal, un color de portada verde hospital francamente horroroso y que con un poco de suerte ahuyentará a cualquier comprador esteta y una historia tan ridícula, previsible y mal escrita que provoca carcajadas en una lectora tan predispuesta a la crítica destructiva.

Primero el argumento.

El protagonista de esta ridiculez se llama José y tiene 50 años. Trabaja de dependiente en una mercería en el centro de Madrid y es completamente imbécil. Es un triste y un seta. Tiene un amigo tan patético como él, un tal Eduardo y se pasan el tiempo que no curran en un bar que se llama "Las Nueve albóndigas" donde cocina una señora Pepi y pone las copas su hijo Alberto. Se supone que tienen charlas trascendentales sobre el sentido de la vida, los amores, las relaciones y esas cosas. Completa el triángulo, Rosa, una tía buena que trabaja con José en la mercería. Ah, el jefe de José es un gay muy "marica" y del que se hacen chistes fáciles durante todo el libro. La "acción" transcurre en los primeros 80.

Al lío. Eduardo que está separado, decide que sabe mucho del amor, que ha encontrado la ecuación perfecta para enamorar, así que se lo cuenta a José y deciden ponerlo en práctica con Rosa. José le da una carta de Eduardo,y ella cae rendida a sus pies..se pasan 4 días sin parar de follar y comienzan una relación que nadie entiende y que se acaba por algo que no es que no se entienda es que a esas alturas del libro importa poco. Eduardo se queda hecho polvo, José pulula por la novela sin aportar nada más que ganas de asesinarle con tortura y Rosa desaparece.

Pero claro..no iba a ser tan fácil. José va a comer un día a un McDonalds en vez de al bar mugriento y se encuentra con Rosa, ella le reconoce, se sienta con él y el tal José acaba follando como nunca en su vida y se enamora..y blablablablabla...y al final la relación se acaba y se termina la novela y el suplicio del lector.

Obviamente es una trama currada, con unos personajes trabajados y unos diálogos espectaculares que mantienen la atención del lector desde el minuto 1. Básicamente piensas: ¿ cómo coño ha conseguido publicar semejante mierda? Bueno, primero piensas: esto lo ha tenido que escribir borracho, si yo escribo esta basura y la releo me daría vergüenza hasta mirarme al espejo. Pero no, al tal Martínez Simancas no solo no le da vergüenza sino que además pone su careto en la contraportada, con dos cojones. Si te veo por la calle te escupo.

Es una obra de tan alta literatura que no quiero ahorraros algunos maravillosos extractos llenos de escritura pulida, inteligente y acertada. Juro que está copiado tal cual.

"La línea que separa el presente del pasado es del color de la cerveza, por eso a veces el beber nos pone tan melancólicos, porque metemos los pies en las aguas de un lago quieto. Yo lo creo así".

¿ Como se puede escribir esto sin que se caigan las falanges?

" Rosa, llegar a ella, a su mundo privado y sin bata, era más difícil que descubrir un continente por la noche con la ayuda de una caja de cerillas, ¿ parece tarea fácil? Pues lo complico aún más:¡ y con viento!"

Supongo que esto le habrá parecido el colmo del romanticismo y que es un ferviente defensor del "misterio". Por si alguien no le ha quedado claro el personaje de Rosa es más plano que un folio.

" Lo que le había ocurrido era algo más que un trance, era un cañonazo en el tímpano de un hada"....sin palabras me dejas con estas imágenes literarias de tan alto nivel.

" Hay gente que encuentra el camino de la felicidad pero luego no lo recuerda porque olvidó tomar nota de por donde pasó. Hay gente que deja pasar la suerte como si fuera una señora mayor que no va con él. Hay gente empeñada en batirla clara de la tristeza a punto de nieve". ¿ Dónde está el editor de esto? Que lo lapiden...." la clara de la tristeza a punto de nieve"..dan ganas de vomitar.

"Alberto decía que podía saber, a la primera, cómo era la gente que entraba en su bar, y según le parecía, así aplicaba el trato. La verdad es que el chaval se equivocaba poco, tantos años de pensar mientras lavas los vasos de las cañas en el grifo dan para mucho. Alberto era de la escuela de los "Mistol-télicos".

Que prodigio de humor, que sutileza en el chascarrillo, que manera de provocar la sonrisa cómplice del lector...Mistol -télicos...que audacia unir lo prosaico de la vida con la filosofía griega...me descubro ante este prodigio de humor inteligente.

Cuando al pobre José le dejan y pena de amor, el Sr. Martínez Simancas nos sumerge en metáforas dramáticas que nos hagan ver lo patético de la situación: " Era incendio sin llama, por lo tanto, los bomberos no acudirían. Era un robo de corazón, pero la policía no atendía a casos de sustracción de vísceras personales".

Y para finalizar esta magna obra, y hacernos ver lo intenso de la amistad entre José y Eduardo acodados en la barra del "El nueve albóndigas", no puedo dejar de citar estas líneas:

" Gracias. ¿Qué te debo por la copa?
Nada, me debes la vida, pero no te la puedo cobrar porque no tengo cambio para darle la vuelta por tu alma
"

Y así con el alma encogida por estas líneas que concentran el espíritu de la amistad masculina termina esta BAZOFIA.

La parte buena es que ya no veo tan imposible que a mí me publiquen algo.
La parte genial es que me encanta hacer estos despellejes.

sábado, 3 de abril de 2010