Lo curioso de los hermanos es que puedes no tener nada en común con ellos y sin embargo estás unido a esa persona de por vida. Estarán más lejos o más cerca pero nunca dejarán de ser “algo tuyo”.
Mi hermano B y yo nos llevamos 1 año, 1 mes y 18 días. Y no tenemos casi nada en común.
Mi hermano B es alto,delgado, guapo, con barba y se está quedando calvo. Yo no.
Lo de quedarse calvo ya se lo decía mi padre “ Ay..con ese pelo tan bueno que tienes y lo calvo que te vas a quedar”. Y B. no se lo creía..agitaba su pelo al viento y pensaba “ ni de coña”. Incluso se permitió hacer una apuesta estúpida con su amigo N:
“ ¿ a que no estás un año sin cortarte el pelo?,
“ ¿ a que tú no estás un año con esas zapatillas sin atarte los cordones?”.
Tener veintipocos, fumar porros y tener mucho tiempo libre llevan a este tipo de estupideces que además provocan calvicie.
Mi hermano B es muy serio y muy callado. Yo no.
Es tan serio que incluso parece mayor. Mucha gente cree que él es el hermano mayor. Es muy raro verle sonreir. No es que no lo haga, pero no así alegremente, no va por la calle sonriendo y pensando en sus cosas. Va muy serio, pensando en sus cosas y asustando a la gente que se encuentra. Eso sí, si consigues que sonría se le ilumina toda la cara y transmite mucho buen rollo. Como lo vende tan caro a mi me impresiona cuando le veo con la sonrisa puesta.
Habla poco. Poquísimo. Entablar una conversación con él de más de 5 frases es un hito histórico. Es tan callado que hasta a mi me da como vergüenza hablar delante de él. Levanta la vista y te mira como queriendo decir “ ¿ de verdad era necesario destrozar este silencio con tu cháchara?”.
Mi hermano B tiene memoria de pez. Yo no.
Si le saludas por la calle hay muchísimas posibilidades de que no tenga ni la más remota idea de quien eres. Es más, es probable que cuando lea este post, no se acuerde de ninguna de las anécdotas que cuento aunque sea él el protagonista. Antes se cabreaba cuando se lo decías “ Joder, ¿ Qué quieres? ¿que me acuerde de todo?”. Ahora ya lo reconoce: “ yo, ya sabéis que no me acuerdo”.
Le gusta leer y le presto un millón de libros. Se los lee y le gustan. Se fía de mi criterio, pero lo mejor es que cómo luego no se acuerda, se los vuelvo a dejar y se los lee con el mismo gusto.
Mi hermano B. es misterioso y bastante carajipi. Yo para nada.
Para ser misterioso cumple todos los requisitos: callado, serio y guapetón. Porque aprovecho para decir que si eres horripilante no puedes ser misterioso, a nadie le importa lo que hagas..no hay ocasión de hacerse el interesante. Mi hermano los cumple todos. Está rodeado de un hálito de misticismo alternativo que resulta altamente atractivo para los especímenes femeninos, sobre todo para los de menos de 30. Ese hálito en casa no funciona: en calzoncillos y albornoz tomando café por la mañana con los pelos de punta resulta muy poco misterioso. Además siempre sabes si ha desayunado o no, porque siempre deja una mancha en la encimera.
Con 35 palos vive en casa bajo la protectora atención y cuidado de mi madre. Mesa puesta, ropa lavada y atención al cliente 24 horas. Tarifa básica. La pasta que tiene se la gasta en viajes alternativos, nada de rutas organizadas, mejor cosas exóticas: a Chile para llegar justo día y medio antes de mi boda con pinta de naúfrago, viaje en solitario a Costa Rica, o la última, ir a Mali y volver el día de la cojonevada en Madrid en chanclas porque le habían robado las zapatillas.
Mi hermano B. es deportista esforzado y existoso. Yo no.
B. y yo empezamos a esquiar a la vez. Yo tenía 5 años y él 4, en Andorra, en la estación de Pas de la Casa. Teníamos clase y luego volvíamos solos al hotel donde la dueña nos daba la merienda ( mi madre seguía esquiando…ya sé de donde viene mi carácter desnaturalizado). Estábamos tan cansados y llevábamos tanta ropa encima que ir al baño ni se consideraba. Nos hacíamos pis y caca encima y esperábamos a que mi madre volviera para cambiarnos. Estoy pensando que además de cansancio a lo mejor había un puntito de rencor en la falta de control de nuestros esfínteres. El caso es que él esquia ahora de puta madre y yo no. Lo de controlar esfínteres lo hacemos los dos igual de bien.
También nos trajeron los reyes las bicis a la vez. La mía roja y la suya azul. Por supuesto aprendió a montar en bici antes que yo y por supuesto él sigue montando en bici y yo no.
Escala, hace trekking, juega al futbol, le encuentra encanto a sufrir andando 6 horas para llegar al Pico Maladeta y yo no. Nada fatal y yo no.
Mi hermano B. tiene los mismos 10 amigos que cuando tenía 8 años. Yo no.
Sus dotes asociales son impresionantes. Como ya conté en otro post, consiguió pasar toda la carrera sin hacer ni un solo amigo. Su táctica es: “ llegas con los cascos puestos y no te los quitas hasta que llega el profesor..y sobre todo hay que evitar el contacto visual…Nunca hay que mirar a nadie. Y no hay que sentarse siempre en el mismo sitio porque entonces habrá un listo que se siente siempre a tu lado y al final de curso incluso tendrás que saludarle”. ¿no es impresionante?.
Mi hermano B y yo nos llevamos 1 año, 1 mes y 18 días. Y no tenemos casi nada en común.
Mi hermano B es alto,delgado, guapo, con barba y se está quedando calvo. Yo no.
Lo de quedarse calvo ya se lo decía mi padre “ Ay..con ese pelo tan bueno que tienes y lo calvo que te vas a quedar”. Y B. no se lo creía..agitaba su pelo al viento y pensaba “ ni de coña”. Incluso se permitió hacer una apuesta estúpida con su amigo N:
“ ¿ a que no estás un año sin cortarte el pelo?,
“ ¿ a que tú no estás un año con esas zapatillas sin atarte los cordones?”.
Tener veintipocos, fumar porros y tener mucho tiempo libre llevan a este tipo de estupideces que además provocan calvicie.
Mi hermano B es muy serio y muy callado. Yo no.
Es tan serio que incluso parece mayor. Mucha gente cree que él es el hermano mayor. Es muy raro verle sonreir. No es que no lo haga, pero no así alegremente, no va por la calle sonriendo y pensando en sus cosas. Va muy serio, pensando en sus cosas y asustando a la gente que se encuentra. Eso sí, si consigues que sonría se le ilumina toda la cara y transmite mucho buen rollo. Como lo vende tan caro a mi me impresiona cuando le veo con la sonrisa puesta.
Habla poco. Poquísimo. Entablar una conversación con él de más de 5 frases es un hito histórico. Es tan callado que hasta a mi me da como vergüenza hablar delante de él. Levanta la vista y te mira como queriendo decir “ ¿ de verdad era necesario destrozar este silencio con tu cháchara?”.
Mi hermano B tiene memoria de pez. Yo no.
Si le saludas por la calle hay muchísimas posibilidades de que no tenga ni la más remota idea de quien eres. Es más, es probable que cuando lea este post, no se acuerde de ninguna de las anécdotas que cuento aunque sea él el protagonista. Antes se cabreaba cuando se lo decías “ Joder, ¿ Qué quieres? ¿que me acuerde de todo?”. Ahora ya lo reconoce: “ yo, ya sabéis que no me acuerdo”.
Le gusta leer y le presto un millón de libros. Se los lee y le gustan. Se fía de mi criterio, pero lo mejor es que cómo luego no se acuerda, se los vuelvo a dejar y se los lee con el mismo gusto.
Mi hermano B. es misterioso y bastante carajipi. Yo para nada.
Para ser misterioso cumple todos los requisitos: callado, serio y guapetón. Porque aprovecho para decir que si eres horripilante no puedes ser misterioso, a nadie le importa lo que hagas..no hay ocasión de hacerse el interesante. Mi hermano los cumple todos. Está rodeado de un hálito de misticismo alternativo que resulta altamente atractivo para los especímenes femeninos, sobre todo para los de menos de 30. Ese hálito en casa no funciona: en calzoncillos y albornoz tomando café por la mañana con los pelos de punta resulta muy poco misterioso. Además siempre sabes si ha desayunado o no, porque siempre deja una mancha en la encimera.
Con 35 palos vive en casa bajo la protectora atención y cuidado de mi madre. Mesa puesta, ropa lavada y atención al cliente 24 horas. Tarifa básica. La pasta que tiene se la gasta en viajes alternativos, nada de rutas organizadas, mejor cosas exóticas: a Chile para llegar justo día y medio antes de mi boda con pinta de naúfrago, viaje en solitario a Costa Rica, o la última, ir a Mali y volver el día de la cojonevada en Madrid en chanclas porque le habían robado las zapatillas.
Mi hermano B. es deportista esforzado y existoso. Yo no.
B. y yo empezamos a esquiar a la vez. Yo tenía 5 años y él 4, en Andorra, en la estación de Pas de la Casa. Teníamos clase y luego volvíamos solos al hotel donde la dueña nos daba la merienda ( mi madre seguía esquiando…ya sé de donde viene mi carácter desnaturalizado). Estábamos tan cansados y llevábamos tanta ropa encima que ir al baño ni se consideraba. Nos hacíamos pis y caca encima y esperábamos a que mi madre volviera para cambiarnos. Estoy pensando que además de cansancio a lo mejor había un puntito de rencor en la falta de control de nuestros esfínteres. El caso es que él esquia ahora de puta madre y yo no. Lo de controlar esfínteres lo hacemos los dos igual de bien.
También nos trajeron los reyes las bicis a la vez. La mía roja y la suya azul. Por supuesto aprendió a montar en bici antes que yo y por supuesto él sigue montando en bici y yo no.
Escala, hace trekking, juega al futbol, le encuentra encanto a sufrir andando 6 horas para llegar al Pico Maladeta y yo no. Nada fatal y yo no.
Mi hermano B. tiene los mismos 10 amigos que cuando tenía 8 años. Yo no.
Sus dotes asociales son impresionantes. Como ya conté en otro post, consiguió pasar toda la carrera sin hacer ni un solo amigo. Su táctica es: “ llegas con los cascos puestos y no te los quitas hasta que llega el profesor..y sobre todo hay que evitar el contacto visual…Nunca hay que mirar a nadie. Y no hay que sentarse siempre en el mismo sitio porque entonces habrá un listo que se siente siempre a tu lado y al final de curso incluso tendrás que saludarle”. ¿no es impresionante?.
Eso si, en las concidiones adecuadas y si se alinean los planetas es capaz de organizar una conga de señoras de 50 años en la boda de su mejor amigo o cantar con unos mariachis en la plaza Garibaldi de México sin importarle que los mariachis lleven unos pistolones de impresión colgando del cinto.
Mi hermano B. cocina de angustia. Yo no.
Su plato más famoso son los famosos spaghettis “ramillete”. El truco consiste en echaros en la cacerola y no molestarse en moverlos. Se cuecen pegados y quedan preciosos en el plato. Duros pero preciosos.
No cocina nada, pero es un señorito: “ estos spaguettis no son como los de mamá”, “ este tomate no entomatece”, “ a mi las salchichas me gustan más hechas”, “ Este pescado tiene espinas”. Si se le somete a una temporada de “ o comes lo que hago o te lo haces tú”, es capaz de comer spaghettis ramillete de comida y de cena.
Mi hermano B. cocina de angustia. Yo no.
Su plato más famoso son los famosos spaghettis “ramillete”. El truco consiste en echaros en la cacerola y no molestarse en moverlos. Se cuecen pegados y quedan preciosos en el plato. Duros pero preciosos.
No cocina nada, pero es un señorito: “ estos spaguettis no son como los de mamá”, “ este tomate no entomatece”, “ a mi las salchichas me gustan más hechas”, “ Este pescado tiene espinas”. Si se le somete a una temporada de “ o comes lo que hago o te lo haces tú”, es capaz de comer spaghettis ramillete de comida y de cena.
Mi hermano B. es como mi madre. Yo no.
Me apuesto a un brazo a que cuando tenga hijos, seguro que él sí tiene superpoderes. La vida es injusta.
Mi hermano B. cree que soy una plasta. Yo también lo creo.
No tenemos casi nada en comúnn ni siquiera le gusta su cumpleaños. El lunes cumplió 35 y ni caminito de chuches, ni regalitos, ni tarta, ni fiesta, ni comida favorita…pero para que no te quejes aquí tienes tú regalo.