lunes, 5 de octubre de 2015

Irene, te quiero

"Irene, te quiero. 13 de septiembre de 2012"

Todos los días veo este cartel. 

¿Quién es Irene? ¿Pasará por aquí cada día como yo o sólo pasó ese día, el 13 de septiembre de 2012? ¿Sabe que es ella? Irene no es María ni Carmen pero es posible que pasen muchas Irenes por esta carretera cada día. ¿Tendrá la seguridad de que ese mensaje es para ella? ¿Esa fecha marca un día especial? ¿Un día que no olvida o es el único que día que pasó por aquí? ¿Habrá olvidado que en una carretera a las afueras de Madrid hay una pintada que cada día recuerda a miles de conductores que hay alguien que la quiere o que la quería el día que hizo la pintada? 

"Irene, te quiero. 13 de septiembre de 2012"

¿Es una declaración de amor de un desconocido? ¿De un conocido que no se lo había dicho nunca? ¿Es el día que se casaron? ¿Por qué, si ese es el caso, no aparece el nombre de él o de ella? ¿El 13 de septiembre es una fecha que hará que Irene sepa que esa pintada es para ella? 

Sigo dándole vueltas. Puede que Irene pase cada día por aquí. Puede que el 13 de septiembre no sea una fecha especial, puede que el 14 fuera el primer día que ella lo vio. ¿Qué sintió? ¿Le dio un vuelco el corazón? ¿Tuvo dudas sobre si era ella? ¿Cómo se resuelven esas dudas? Llamas al otro y le dices "Quería preguntarte una cosa... ¿no habrás cometido la  locura de colgarte de un puente encima de la autopista para hacerme una nota de amor?". 

Dejo a Irene de lado y me pongo a pensar. Si yo me encontrara algo así por la autopista, ¿sabría que es para mí? No me llamo María ni Carmen pero tampoco Anastasia, Eleuteria o Crispina... así que de primeras pensaría que no es para mí. 

Bah, seguro que no es para mí. Y, además, conozco muchos tíos muy locos pero no tanto como para hacer esto. Y si alguno de ellos es capaz de hacerlo... o no me conoce o está loco rozando el peligro, así que mejor salgo huyendo y no me doy por aludida. 

De repente me veo a mi misma un día del verano de 1992. He ido en coche a casa de mi amiga Amaya a jugar a las cartas. Una tarde de piscina, cartas, charla y risas. Sin más. He metido el coche dentro del jardín. Mi Talbot Samba blanco con holgura de carrocería y que si pudiera hablar me avergonzaría seguro. 

Al volver al coche para irme en el salpicadero había un post it con su letra. Solo podía haber sido él pero aún así firmó la nota. 

"Te quiero"

Recuerdo el vuelco en el corazón, la sorpresa, la emoción y la incredulidad. ¿De verdad había venido, había entrado y me había dejado esa nota sin que yo le viera? Uno no lleva un post it en el bolsillo del bañador en julio. Fue algo premeditado. 

Tengo esa nota guardada y, cada vez que le veo, que me cruzo con él, me acuerdo de ese día y de esa emoción. 

Cosas del primer amor. De la primera vez que alguien me escribió Te quiero.

viernes, 2 de octubre de 2015

Regresión al pasado


Te invitan al estreno de la última peli de Amenabar.
Quieres ir vestida para la ocasión.
¿Qué haces?
Te vistes de adefesio que da terror, causa inquietud y provoca dudas en el espectador. Y, por supuesto, de negro riguroso para camuflarte con el photocall.

¿Qué tenemos? Despropósitos a gogó.

Empecemos por el look "Ejecutiva agresiva de mentira". Serio, sobrio y discreto... pero de mentira. Los pies de hermanastra de Cenicienta embutidos en esos zapatitos de adorno obviamente no son de ejecutiva. Para mí que responden más a algo como "Necesito mucho tacón porque estos pantalones me arrastran por el suelo y no tengo tiempo, ni sé coger un dobladillo. No  hay quién camine con estos zapatos pero ¡a quién le importa!"

Son unos zapatos curiosos, tienes que ir de puntillas para lograr ponértelos. Y seguro que lleva los dedos apiñados en la punta. Nada sexy.

Elena, Elena, Elena. Con lo fan que soy de ti y de lo guapa que eres. ¿Por qué te haces esto? ¿Por qué? Esa falda no le sienta bien a nadie, a nadie en todo el planeta. ¿Qué digo planeta? Ni en la galaxia. Es una apuesta de diseñadores borrachos a las 3 de la mañana. "Nos falta una falda. No se me ocurre nada. ¿Ponemos una cosa abullonada con la que no puedas sentarte, muy corta para que haga muslo columna hasta a las mejores piernas y en homenaje a mi abuela con el estampado de su sofá? No hay huevos"

Y eso es lo que llevas, una falda "no hay huevos" y unas sandalias de ir de puntillas pero con las alzas de Hermann Monster. Y no te creas que no me he dado cuenta de que no te has peinado.

Claudia Trisac va de triste. Tan de triste que "Tristeza" parece la flamenca de Whatsapp.

Silvia Abascal va de "Hola, soy tu madre y vengo de 1970 con el mono con el que fui a la boda de tu tío, de un bonito color verde "madre".

Ana Fernández con botines de pleno invierno a 26 grados en Madrid. Unos botines curiosos, son como la reinvención en macarra de las botas de Robin Hood. Son feos.

Marta, Marta, Marta. ¿En qué estabas pensando para vestirte de cueros? ¿Y esa chaqueta a lo Norma Duval con brilli brilli? ¿Y las sandalias? ¿Dónde acaba el pantalón y dónde empiezan las sandalias? ¿resbalaba mucho el cuero con la sudada que tuviste que pasar?

A Patricia Conde sencillamente no la veo...le pasa como al Gato de Alicia, sólo veo esa sonrisa tan natural. Como la del gato.

Norma va de "Hola, soy tu tía Puri y vengo también del pasado,  de la boda de tu tío. Los monos eran tendencia, eran muy modernos. El abuelo me regañó por marcar canalillo"

¡Hola, soy Belén Rueda y soy tan estilosa que me puedo poner cualquier cosa!

Que alguien le diga que no.

Elena Ballesteros viene también del pasado. De un pasado hortera de bolera y macarrilla de los 80. Con el pelo sin lavar, el pintalabios puesto en el coche al aparcar y los zapatos de Norma Duval.

¿Soy yo? o ¿Ana Locking es clavada a Ana Belén pero sin disimular la frente? Me da ternurita porque yo también tengo ganas de estrenar la ropa invierno. Claro que yo tengo criterio y, como en Madrid hace 27 grados, no me pongo abrigo, ni cueros, ni zapato de invierno. Pero, claro, yo no soy diseñadora.

Si Katia se quita el zapato y te lo tira, te mata. No digo más.

A Isabel Jiménez no sé qué le duele más: la falta de riego sangüíneo en las piernas o los botines "de corte asimétrico" del horror que lleva, y que tienen pinta de apretar y dejar rozaduras.

Marta Larralde como los toreros, de capote y oro.

Sara Sálamo va de la Sofia Vergara patria, pero de garrafón y también viene un poquito del pasado.

Y María Teresa de abuela rokera, con ganas también de estrenar la ropa de invierno.

Dudo mucho que la película cause más terror que esto.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

21 días de solterismo

No es lo mismo soltería que solterismo. 

La soltería es un estado bastante absoluto que exige fuerza de voluntad, constancia y un control férreo de rutinas y horarios para no despeñarse por la pendiente del descontrol absoluto. 

El solterismo de corta duración, intermitente y con fecha de inicio y fin es un estado temporal en el que puedes relajarte, dejarte llevar por la inercia y como te descuides, alcanzar unas cotas de descontrol que creías fuera de tus posibilidades. 

Día 1 

Compra de supervivencia. Descubro que comprar lo mínimo no me sale. En seguida me lanzo a cantidades absurdas o los envases son muy grandes para mi sola. Mi lado organizativo maternal es todavía poderoso en mi y compro pensando en menús equilibrados: verdura, pollo, huevo, fruta, yogures, leche y un capricho: pizza... Una compra decente. 

Día 3

¿Para qué llenar un tuper para comer en el curro si puedo comer un sandwich? Decido comprobar la resistencia del pan de multisemillas metiendo dentro todo lo que pillo en la nevera. Mi nueva mejor amiga es la mayonesa. 

Día 5

Al llegar a casa me cambio de ropa y al ir a colgarla detrás de la puerta, fallo y se cae al suelo. Se queda ahí. No tengo remordimientos. Me siento rara.

Día 6

Me descubro a mi misma tumbada en la cama, con el ordenador en las piernas y los pies apoyados en la pared. No sé si soy una soltera sobrevenida o tengo una regresión a los 18 años. A los 18 de una peli americana. En mis 18 años ni tenía portátil, ni escribía, ni tenía un cuarto para mi sola. 

Día 7

Al salir de la ducha y abrir el cajón de la ropa interior, éste se desliza ligero al suelo. Descubro horrorizada que no me quedan braguitas limpias. ¿Cómo es posible? Por el rabillo del ojo atisbo un montón de ropa sucia... mirándome con reproche. 

Llego tarde a los libros de colores así que tengo que decidir entre la lencería de lujo o la de regla. Opto por la de lujo. ¡Un día es un día!

Antes de salir de casa pongo la lavadora. Mi parte de madre/ama de casa/ tía organizada me grita ¿Vas a meter toda la ropa mezclada, sin separar por colores? ¿Vas a dejar la ropa todo el día en la lavadora hecha un guiñapo?

Cierro de un portazo y me voy escuchando de fondo el ruido de la lavadora. 

Día 8

De madrugada tiendo la lavadora...hecha un guiñapo. 

De más madrugada, compro ropa interior por internet.

Día 10

Abro el armario para coger una taza para desayunar y no queda ninguna. Me subo a una banqueta para comprobar que efectivamente no queda ninguna limpia. Abro el lavaplatos y allí están todas mirándome... sucias. Saco mi favorita, la friego. 

Abro el cajón de las cucharitas. ¡No quedan! ¿Cómo he conseguido fundirme todas las cucharitas? Abro el lavaplatos, saco una y la friego. 

El lavaplatos está a medias pero lo pongo. Mi voz interior grita ¿vas a poner el lavaplatos sin estar lleno?

Cierro la puerta y me voy mientras oigo su dulce murmullo. 

Día 11

Abro el lavaplatos para colocar las cosas limpias. Me freno en seco. ¿Para qué? Mejor las voy sacando según las necesite y ahorro trabajo. 

Es un pensamiento tan de solterismo que me entra la risa. 

Refunfuño mientras relleno el azucarero...durante los últimos 4 días he tenido la absurda esperanza de encontrármelo lleno al desayunar. No ha funcionado.

Día 12

Un día que ceno en casa. Abro la nevera, miro. Cierro. 

¿Y si ceno un desayuno? Ferpecto.  

Día 13

Bajo a los chinos a por leche. Y pan. Me he quedado sin pavo para mis sandwiches ilustrados. Compro "Finissimos". Reflexiono sobre cómo sería de buenísimo "finissimo" como nombre para unos condones. 

En un alarde de responsabilidad me hago una tortilla de patata para cenar y ensalada. Y me pongo mantel. 

Día 15

- Moli, pero pero pero ¿Qué llevas en el maletero?
- Pues cosillas.

Mi maletero se parece peligrosamente al de un tío soltero: dos forros polares, una cazadora vaquera, un gorro de paja, varias bolsas vacías, 8 triángulos (esto tengo que mirarlo, no sé si soy cleptómana de triángulos), 3 chalecos amarillos, una camiseta que no es mía y un par de calcetines que tampoco. 

Día 16

Me descubro cenando un desayuno a las 23:30 de la noche y no soy consciente de qué he hecho desde las 18:00 que llegué a casa. Bueno, sí se lo que he hecho pero no me he enterado. 

Cuando eres soltero las 8 de la tarde marca una hora en la que suele empezar el tiempo libre o la diversión: el gimnasio, las cañas, el cine o lo que sea. Cuando eres padre las 8 de la tarde es la hora del horror: baños, duchas, deberes por terminar, cenas...agotamiento supremo. 

Cuando eres solterista las 8 de la tarde sencillamente pasan, y las 9 y las 6 y la hora que sea. Descontrol horario. 

Día 17

Purpurina. 

Día 19

¿Y si me lo pongo sin planchar?

Día 21

Último día de solterismo extremo. Toca recoger el cuarto de adolescente, ordenar la ropa y limpiar un poco. Para celebrarlo decido cenar la pizza del Dr. Oetker que tengo en la nevera. 

Enciendo el horno, me pongo una copa de vino, saco la pizza y ¡no doy crédito! He conseguido que una pizza refrigerada se ponga mala y el moho la cubra por completo. 

Después de 21 días el solterismo es poderoso en mi. 

enos mal que hoy voy a pasar la tarde haciendo la compra con laz princezaz. Me espera un mes de horarios, menús, ropa limpia en el cajón, lavadoras llenas por colores y lavaplatos que sirven para limpiar y no sólo para guardar los cacharros sucios. 

Para el próximo mes, espero que me haya llegado ya la ropa interior y compraré condones aunque no sean finissimos.



lunes, 28 de septiembre de 2015

Dicen que en Bilbao llueve...


He empezado esta crónica de un fin de semana increíble en Bilbao 4 veces y ninguna me gusta. 4 borradores que he desechado. 

Así que optaré por frases sin sentido escritas del tirón. 

- La distancia del centro a la que está el Hotel Gran Bilbao para los de Madrid es "cerca" y para los del mismo Bilbao es "casa Dios". Esta diferencia en la apreciación de los tamaños me lleva a reflexiones absurdas que debería apuntar para otro post. 

- La emoción que provoca ver un cartel en la calle con mi apellido bien escrito. Aunque no sea mi calle ni tenga nada que ver conmigo. "Mamá, está bien escrito, con b"

- Hay habitaciones cuádruples que tienen cuatro camas de verdad y ningún camastro. Lo sé, resulta increíble, pero existen. Y además no hay que pasar por encima de unas camas para llegar a otras. Y se puede saltar. 

- Los columpios de Bilbao son mil veces más chulos que en Madrid. La mejor hora para disfrutarlos las 12 de la noche. 

- El Guggenheim es maravilloso. Es una pasada. Siempre. Da igual las veces que lo vea. M se ha enamorado de El gran árbol y el ojo de Anish kapoor y C de Puppy " y de las esculturas, y de la langosta ¿o es un langostino? de Koons y de Popeye y de la araña..." 

- Richard Serra y sus esculturas son un juego y una experiencia. También te pueden provocar un globo parecido al del tiovivo y se puede jugar con ellas a decir secretos a voces. 

- Clavadistas ha sido la palabra del fin de semana. Hasta el sábado a mediodía no sabía que existía ni la palabra ni ellos. Una vez más, he tenido una epifanía con el género masculino. Esta vez, compartida con Molihermana: "¿te has fijado? en esos bañadores no cabe ni un suspiro...ni sobra nada". 

- En Bilbao se vive despacio. Se respira más lento y la gente pasea. 

- Si tienes un pasillo y dos niñas hay fotos que tienes que hacer. Y pelis que hay que volver a ver. 

- Subir a Artxanda siempre es buena idea. 

- Ir por la ría en barco con un guía como Txipi que te cuenta toda la historia de los edificios, las zonas y los barrios. Un lujo. Eso sí, él llevaba jersey y yo no. No son tan aguerridos. 

- Como los de Bilbao hacen lo que quieren, he visto tíos con pantalones rojos, amarillos y ¡tachán! rosas. A lo mejor lo de "hacemos lo que queremos" se les está yendo de las manos. 

- "Soy Roque Altube, del caserío Altubena de Getxo". Por fin he ido a Getxo. Me lo debía a mi misma y a Pinilla. Me ha encantado. El puente colgante es  una maravilla que no entiendo como no tiene hordas de turistas a todas horas. Podría haberme pasado horas paseando por la pasarela. M se tumbó en el suelo a mirar por las rendijas de la madera como pasaba la cabina. C contó los pasos entre un extremo y otro. Nos hicimos mil fotos. 

- Mamá, ¿necesito un abogado? 
- Depende, ¿qué has hecho? 

Tengo una cita apuntada en uno de mis cuadernos que dice algo así como que para hacer tuya una ciudad hay que enamorarse en ella. Yo no me he enamorado en Bilbao, me enamoro de Bilbao cada vez que voy y descubrírsela a laz princezaz ha sido una pasada. 

- Mamá, Bilbao huele a campo. 
- ¿Tú crees?
- Sí y me encanta. Pero yo creí que aquí llovía. 
- Ya, y yo. 


viernes, 25 de septiembre de 2015

(Re)conocerme


Antes de ayer quedé a cenar con un amigo. Un muy querido amigo al que hacia más de un año que no veía. Un año largo en el que no he hablado con él por teléfono simplemente porque no podía. Él me llamaba, me mandaba mensajes y yo contestaba "No puedo". 

Conducía por la Gran Vía de camino a nuestra cita (a la que llegaba tarde, por supuesto) y de repente me di cuenta de que estaba sonriendo. Sonreía y pensé: ésta soy yo. 

Por fin después de un año me (re)conozco. 

Por fin me levanto por las mañanas y tengo ganas de hacer cosas. Tengo ganas y el ánimo suficiente para hacerlas. Y la energía. Energía para salir de casa a las 8 de la mañana y volver a las 11 de la noche, agotada pero contenta de todo lo que he hecho. 

Por fin tengo ganas de hablar. Siempre he sido un loro y probablemente la mayoría de las cosas que digo no tienen ninguna importancia ni interés para casi nadie, pero descubrirme con ganas de contar un chiste, una anécdota o enfrascarme en una conversación después de meses de ni siquiera contestar al teléfono me reconforta. Tengo que palabras que decir y no solo palabras que escribir. 

Por fin quiero ver gente, quiero ver a amigos que se han preocupado por mí y a los que no podía ver. Por fin salgo de casa y cuando vuelvo no estoy exhausta del esfuerzo sobrehumano que he tenido que hacer, estoy feliz y contenta. Agotada de cansancio pero con la sensación de "ha merecido la pena". 

No soy ninguna autoridad en moda y me da pereza extrema comprarme ropa, pero ahora me importa lo que me pongo por la mañana. Elijo por algo más que "está encima de la silla" y unos días me veo más guapa y otros menos... pero me veo. 

Me (re)conozco en el ánimo, en el entusiasmo, en las ganas de hacer mil cosas que me gusta hacer, cosas que sé hacer y otras que no tengo ni idea pero que me intrigan, me provocan curiosidad o simplemente están ahí a mi alcance. 

Me (re)conozco. No quiero decir que no me conociera en estos últimos tiempos. Claro que sí, me conocía, me conocía tanto que me dolía el alma. Ésa también era yo, pero dominada por el lado más negro. Ese lado sigue estando, supongo que todo el mundo lo tiene, pero mi lado de colorines y sonrisas y brillo en los ojos y mala leche, y hostilidad, y ganas de bailar y de cantar y de hablar y de comer y de dormir hasta romper la cama ha vuelto y me encanta (re)conocerme en esa mujer que se refleja en el cristal del bar "El Palentino", mientras mi amigo sale a recibirme y nos damos un abrazo de cariño inmenso y de alivio porque, por fin, vuelvo a ser yo. 

Por fin, me siento con los pies en la tierra y no tan frágil como para que una palabra, una mirada, un gesto o simplemente una sensación me tumbe de golpe o me haga salir volando por el aire sin ningún control. 

Por fin, me (re)conozco. 

Y sonrío.

Soy una chica con suerte.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Nuevo periodismo


No puedo más. Tengo que decirlo o me dará un síncope, me envenenaré con mi propia bilis y caeré al suelo presa de fuertes convulsiones: el nuevo periodismo no existe. 

O sí, pero es una basura. 

Hace año y medio escribí un post sobre el llanto y el rasgaR de vestiduras de los periodistas en la red. Llantos por su situación laboral, porque el público no les hacía caso, por los despidos, etc, etc. 

En estos 18 meses la situación ha cambiado. Hemos pasado del fin del periodismo, la libertad y la democracia a "Y si somos los mejores, bueno ¿y qué?" Tal cual. 

Hordas de periodistas pululan por la red haciendo hincapié en que han descubierto la rueda del "nuevoperiodismo". Nuevos medios, nuevas maneras de hacer periódicos, radio. Nuevas cabeceras, nuevo tono, nuevo estilo. Más rigor, más profesionalidad, más profundidad, más compromiso. 

Todo es más y todo es nuevo. 

Estupendo, ¿no? 

Si fuera cierto podría ser estupendo o no. El problema es que ni siquiera es nuevo. Es lo de siempre, pero vendido como un acto de fe. 

"Somos el nuevoperiodismo. Apóyanos. Hazte socio. Suscriptor. Patrón. Give us the money. Pon un banner, un bando y un anuncio diciendo que nos apoyas porque somos nuevos, distintos y diferentes. Tuitea que bajas al kiosko a comprar una revista tan, tan nueva que se llama Papel y tiene a Casillas en portada"

Y todavía no han hecho nada, y lo que han hecho se parece sospechosamente a lo que ya teníamos. Las mismas caras de siempre "robadas" de un medio a otro. Periodistas, o algo así, sacados de la televisión para que den opinión o información. Cuanta más gente de televisión tengan mejor, como si salir en la tele diera alguna credibilidad. (Un percebe que hable me resulta más interesante que la columna escrita por cualquier presentador/a de televisión). Historias lacrimógenas disfrazadas de información y ni un solo dato. Opinión y manipulación disfrazadas de imparcialidad. 

Todo esto ya lo teníamos. Ya existía y dejé de leerlo, comprarlo y escucharlo. 

El nuevoperiodismo adalid del compromiso me parece una pura pose. No me creo nada y, además, no tengo por qué creer en el trabajo de nadie por adelantado. Y menos pagar por ello antes. ¿Quieres que me suscriba a tu medio, lo compre y lo apoye? Bien. Pues haz bien tu trabajo, hazlo cojonudo y allí estaré, pero no me pidas actos de fe por adelantado. Mi charcutero, mi farmacéutico y el de la tintorería no me piden dinero antes de darme el servicio. ¿Por qué el nuevoperiodismo sí? 

"Si quieres periodismo de investigación, apóyanos". Pues mira, no. Haz periodismo de investigación bueno y te apoyaré. 

"Somos nuevos y diferentes, apuesta por nosotros". Pues tampoco. No sois nuevos. Sois los de siempre enfurruñados unos con otros y dándoos codazos para ver quién vende la burra antes, quién consigue el mejor puesto en el mercadillo y quién pasea a la fulgurante estrella de los medios por delante de su puesto y consigue más visitas. Sé nuevo y diferente y te apoyaré. 

"Creemos en la gente". Tururú. El nuevo periodismo son las mismas caras, todos encantados de conocerse. ¿Qué tal un nuevoperiodismo que apueste por gente nueva? Por gente nueva a la que se pague bien y no con "visibilidad". 

Entiendo que la situación ha cambiado, la red es otro medio y hay que controlarlo pero el desfile de egos, palmaditas en la espalda, cheerleaders y hooligans es aburrido, grotesco y da muchísima, muchísima vergüenza ajena a todos aquellos que, en teoría, somos el público objetivo de vuestro trabajo o, en vuestra nueva jerga mesiánica, la sociedad a la que queréis servir por el bien de la información, la democracia y no sé cuántas cosas más. 

Como diría el Sr. Lobo, a ver si dejáis de chu... , os ponéis a currar y hacéis buen periodismo. Ni nuevo, ni comprometido ni diferente. Poneos a trabajar en serio. Sin mesianismos, sin vender motos, jabalíes ni el mismo perrito con distinto collar. Dejad de jalearos y de hacer el ridículo. 

Haced bien vuestro trabajo y lo pagaré. 

lunes, 21 de septiembre de 2015

Despelleje Emmys 2015: vamos a morir por sobredosis rosa


Primer despelleje de la temporada. ¡Vamos a ello!

Empecemos por un claro ejemplo de los peligros de la originalidad mal entendida.

- Churri, no sé que ponerme para los Emmys.
- Pide un vestido por ahí.
- Es que no quiero ir de princesa, me molaría ir original, diferente,

Y se ha vestido de ilusión óptica. No quiero ni pensar el mareo de cualquiera que estuviera a su lado. He perdido la cuenta de cuantas veces original es sinónimo de espanto. Las botas de agua con plataforma me tienen completamente loca. ¿Esta chica no ha pensado lo que le van a sudar los pies ahí?

Lara Carmichael como representante del look languidismo al poder. Vestiditos flojos, con florecitas, tirantitos y volantitos. Todo muy "ito".

Rachel Brosnahan, nadie le ha dicho que si vas a enseñar el entreteto también tienes que darte ahí loción autobronceadora o parece que te has tirado la leche de los cereales.

Precioso vestido el de Viola Davis.

No sé quien es Jackie Cruz pero me da miedo. He visto limpiaflutas con mejor tacto que ese pelo.

Damian Lewis brilla. Los brillos en tíos son mal, dan sensación de resbalar y de ser pegajosos. Por eso su pareja que va de flamenca de wasap lleva gafas de sol.

Hola, me llamo Morena y Candy Candy a mi lado es un marimacho. Esta chica es guapísima y está estupenda pero le pierde el rictus. Si yo fuera tío me bajaría mucho la líbido esa pinta que tiene de tener más ganas de meter un pollo en el horno que de....mmmm...cualquier otra cosa.

Lena Headey y Maise Williams reinterpretando la bota de boatiné de toda la vida. Maise incluso reinterpreta las zapatillas de pom pom.

Candidatas a premio "Pechitos":

- Maggie con un vestido bastante chulo pero que seguro que suena.
- Joanne y su vestido imposible, excesivo y rosa "palo". ¿Por qué se llama palo? Yo les daría con un palo en la cabeza a todas, pero dudo mucho que sea por eso.
- Kiernan. Que alguien llame a servicios sociales y le quiten la custodia a sus padres. Yo iba más mona vestida de narrador del gato con botas.

Lo he dicho mil millones de veces, sólo si eres increiblemente guapo E increiblemente atractivo puedes permitirte llevar el pelo largo. Ni Adrian  ni Adam pueden permitírselo. Soy muy fan de Willie pero tampoco.

January. Otra guapa a rabiar que se sabotea a sí misma. Esta cosa verde que lleva colgada y arrastrando es espantosa, innecesaria y parece sacada del vestuario de Norma Duval.

Elizabeth Moss. Vamos a ver. Cuando resulta que estás más guapa, más mona y  más estilosa caracterizada de mujer soltera de los años 60 que eligiendo tu propio vestuario: TIENES UN PROBLEMA. En el caso de Elizabeth es un problema gravísimo. El vestido es una agresión visual sin precedentes y ¿el pelo? ¿Por qué te fries el pelo y te lo pones de ese color tannnn natural?

Look "clinc, clinc" para Kerry.

Os acordáis de cuando Timothy Hutton tenía un "puntito"? Él no.

Un par de hermanastras de Cenicienta encantadas de haberse conocido.

Taylor Schilling de rechazo visual. Me imagino a todo el mundo achinando los ojos para poder hablar con ella.

Sección gente con clase y que sabe llevar la edad que tiene: Diane de TGW y Jessica Lange aunque ésta tiene pinta de llevar la petaca en el bolso rollo "esto es un pestiño que no hay quien lo aguante y qué necesidad tengo yo de esto"  Y Jamie Lee, 

- Sofía, yo creo que ahí no cabes. 
- ¿Qué no? 
- Digo respirando. 
- Respirar, respirar...¿para qué?  Si Cristina puede, yo también. 

Ellie Kemper de plena moda. Va de mandala de esos de colorear, relajarte y caerte redondo al suelo de mareo. En la misma línea Naomi Grosman...me mareo de mirarla y supongo que al llegar a casa se habrá tenido que recoger los lóbulos de las orejas de las costillas. Zoe Kazan en la misma línea, hipnotizando a su novio.

Claire Daines de despropósito absoluto. De demasiado. Demasiado cuello, demasiado rubio el pelo, demasiado feo el vestido, demasiado espacio entre las tetas para ese escote, demasiado brillo, demasiado morado. Demasiadas cadenas.

Ni una gala sin su visillo sucio.  Ni su candelabro. 

Negro con clase: Julia y Julie.

Sarah Paulson de poquita cosa con boquita de piñón. Danielle Brooks de colores complementarios.

Jessica Paré pero ¿Qué mierda pasa con el rosa? Es horrible, cursi y sienta como el culo. Ahora que el color carne parecía pasar a la historia nos vamos a meter un atracón de rosa hello Kitty?? No, no y no...Retta.

Alan Cumming de Mary Poppins. Gary Cole de noruego. Muy fan de los dos.

Amanda, ¿Qué te pasa?

Lo peor de la noche es este diseño geométrico con trasnparencias y manguita de niña buena que lleva esta chica. La miro, la miro y la miro y pienso ¿Qué tiene en la cabeza para que le enseñen esa cosa y diga "eso es lo que quiero llevar"? ¿Qué tipo de desconexión neuronal o trauma?

Laura Prepon de "Pepona"

NIkolajjj....no sé quien eres pero me gustas. Tienes pinta de saber encender chimeneas.

Jaimie Alexander de miembro del equipo de natación sincronizada nada más salir de la piscina. 

Amy Laendecker de hiedra parásita.

Joana Newson de chista de "Se abre el telón".

Heidi de de de...algo amarillo colgando, con plumas y desflecado y transparencias.

Menos mal que siempre me quedará John Stamos ¡A mis brazos! Stamos es un ejemplo buenísimo de envejecer con clase estilo, dejando atrás un pasado de horterismo y sin caer en la tendencia a envejecer siendo la reina madre. Está tremendo. Y también tiene pinta de saber encender chimeneas y que le siente bien un jersey de cuello vuelto. Dos cosas que me gustan infinito.

Y hasta aquí el despelleje, casi muero de sobredosis de rosa. Queredme mucho.