sábado, 22 de febrero de 2014

Escribir es poner una palabra tras otra.

Hay mucha gente que escribe, mucha más de la que creemos. De  hecho, uno no empieza a pensar en cuánta gente habrá escribiendo hasta que se pone a hacerlo. Piensa, ¿cuántos estarán escribiendo ahora mismo? ¿Cómo lo harán? ¿Les costará más o menos que a mí? ¿Escribirán sobre lo mismo? También, al sentarse a escribir, uno es consciente de lo complicado que es y ve desde una nueva perspectiva las novelas, los artículos, los reportajes y por supuesto los blogs que sigue.

Por supuesto, se miran con nuevos ojos esos grandes libros que nos han acompañado y a sus autores como auténticos prodigios de la naturaleza, ¿Cómo fueron capaces de escribir esa historia? ¿Cómo lo hicieron?

Escribir es sentarse a intentar plasmar una idea, una sensación o un concepto que tenemos dentro. A veces ni siquiera hay una idea o sólo hay el atisbo de un pensamiento que se escapa y que parece completamente imposible de fijar.

¿Cómo hacerlo? ¿Cómo se escribe?

En este video montaje, Neil Gaiman, da una serie de consejos para escribir.

Los consejos de Gaiman  se pueden resumir en dos:

- Escribe lo que sea. Siéntate y escribe lo que te salga.
- Ten siempre presente que nadie puede escribir como tú ni contar tu idea como tú mismo.



"Para mí, (escribir) siempre ha consistido en tratar de autoconvencerme de que lo que estoy haciendo en el primer borrador no es importante. 

Recuerdo la increíble liberación que fue pasar de la máquina de escribir al ordenador. Ya no haría más basura de papel, no emborronaría más folios y papeles. Escribir era más una noción, algo más imaginario. Escribía esas palabras pero no importaban y después, una década más tarde,  recuerdo la nueva liberación que fue pensar “Podría escribir en cuadernos”, porque nada de lo que escribo es real hasta que no lo tecleo. Seguir escribiendo en cuadernos es una de las cosas que sigo haciendo,  escribo en viejas y grandes moleskines. Escribir a mano no es real. 

Una vez que pasas el muro, tienes que autoconvencerte de que no importa, nadie va a ver nunca tu primer borrador, a nadie le importa tu primer borrador. Y este es el punto clave, tú estás agonizando para escribirlo pero honestamente cualquier cosa que estés escribiendo se podrá arreglar, podrás corregirlo mañana, podrás corregirlo la semana que viene...pero ahora lo que hay que hacer es sacar las palabras, sacar la historia, escribir lo que puedas y luego corregir. 

If you’re only going to write when you’re inspired, you may be a fairly decent poet, but you will never be a novelist — because you’re going to have to make your word count today, and those words aren’t going to wait for you, whether you’re inspired or not. So you have to write when you’re not “inspired.” … And the weird thing is that six months later, or a year later, you’re going to look back and you’re not going to remember which scenes you wrote when you were inspired and which scenes you wrote because they had to be written.

Si solo vas a escribir cuando estás inspirado, podrás ser un poeta bastante decente pero nunca serás un novelista, porque tendrás que pensar cada día en cuantas palabras has escrito y esas palabras no van a esperarte, estés o no estés inspirado. Así que tienes que escribir cuando no estás inspirado. Y lo más extraño de todo es que seis meses después o un año después, mirarás atrás y no podrás recordar que párrafos escribiste inspirado y cuáles escribiste simplemente porque había que escribirlos. 

El proceso de escribir puede ser mágico. Hay veces en las que es como asomarse a la ventana de un último piso y salir a caminar por el aire...y eso es felicidad suprema. La mayor parte de las veces,  sin embargo, es un proceso que consiste en poner una palabra detrás de otra. 

Se parece a lo que ocurre en el Peak District, en Inglaterra, cerca de Escocia. Allí hay gente que se dedica a hacer muros de piedra y los han estado haciendo durante generaciones. Tienen montones y montones de piedras y van colocando una piedra, y otra y otra y otra más que encaje y otra que encaje. Ellos saben como hacerlo y de alguna manera construyen esos muros absolutamente estables sin más técnica que ir colocando una piedra tras otra y al final tienen una pared. Es así como se hace una novela, una palabra tras otra. 

Asi que cuando la gente viene y me dice  “Quiero ser escritor, ¿qué tengo que hacer?” Yo les digo “ “Tienes que escribir”.  A  veces me dicen, “Ya lo estoy haciendo, ¿qué más tengo que hacer?” y yo les digo  que tienen que terminar lo que escriben y de ahí aprendes, Aprendes al terminar las cosas. 

Hay más consejos, hay otros consejos para escritores, particularmente escritores que quieran escribir de cierto género. Yo les digo “Mira, lee todo lo que haya sobre ese género, lee para entender lo que otros autores han estado haciendo en ese género pero después lee fuera de tu zona de confort”. 
Si te encanta cierto tipo de películas y quieres hacer pelis de acción de Hollywood ve a ver otro tipo de películas, documentales, ve otras cosas, todo lo que puedas. 

Si te gustan los libros de fantasía y quieres ser el siguiente Tolkien, no leas solo grandes libros de fantasía al estilo de Tolkien. Tolkien no leyó grandes libros de fantasía al estilo de Tolkien, él leeía libros de filología finlandesa. Hay que leer fuera de nuestra zona de confort, hay que aprender otras cosas. 
Tell your story. Don’t try and tell the stories that other people can tell. Because [as a] starting writer, you always start out with other people’s voices — you’ve been reading other people for years… But, as quickly as you can, start telling the stories that only you can tell — because there will always be better writers than you, there will always be smarter writers than you … but you are the only you.

Y luego está lo más importante. Cualquiera, una vez que ha adquirido una cierta calidad, en el momento en que está preparado para escribir y puede escribir...tiene que contar su historia. No hay que tratar de contar las historias que otros pueden contar. Cualquier escritor cuando empieza lo hace con las voces de otros, has estado leyendo durante años y vas a contar las cosas que les han pasado a otros pero tan pronto como puedas hay que empezar a contar las historias que sólo tú puedes contar. Porque siempre habrá mejores escritores que tú, y siempre habrá escritores más inteligentes y siempre habrá gente mejor que tú haciendo una cosa u otra pero tú eres el único tú. Siempre habrá gente ahí fuera  que sean mejor escritores que yo y más listos pero no hay nadie que pueda contar una historia Gaiman como yo"  


Post publicado en PisandoCharcos.

jueves, 20 de febrero de 2014

¿Qué ha hecho Keanu Reeves por los hombres?


Les robo la pregunta a los Monty Phyton para empezar con esta reflexión de altura.

Es probable que como le pasaba a los Monty Phyton nunca os hayáis parado a pensar qué ha hecho Keanu Reeves por los hombres, es posible incluso que nunca hayáis pensado en él, pero si lo hacéis os daréis cuenta de su grandiosa aportación a vuestras vidas.

Hombres del mundo, le debéis muchísimo a Keanu. Muchísimo. Casi tanto como a los romanos.

Keanu ha hecho más que nadie  por acabar con un género de películas que generalmente los hombres odiáis.  Un género de películas que a (casi) todos os provoca convulsiones, sarpullidos y sudores fríos. Con tal de no verlas sois capaces de planear las más elaboradas excusas y acceder a los planes más atroces "Esa peli no, lo cambio por ir a Ikea un sábado por la mañana, organizar una fiesta de cumpleaños a niños de 3 años u ordenar los armarios de la cocina". En  caso de veros obligados a verla,  rebullís en el asiento, bufáis, resopláis y suspiráis como damiselas  hasta que os dormís  o hasta que termina la tortura y comprobáis que han sido los 90 minutos más largos de vuestra vida. .

Sé que estáis pensando en las películas románticas y no.

Hablo de las películas románticas "malas". Este subgénero cinematográfico  formado por esas películas agradables de ver en el sofá  o en un día tonto de cine.  Hablo de "Tienes un email", "Algo para recordar", "La boda de mi mejor amigo", "Novia a la fuga" y otras tropecientas de este estilo. Son malas, son ridículas, son cursis, son perfectamente intercambiables y exigen  mínima actividad neurológica para comprenderlas, basta con no dormirse y en algunos casos incluso durmiéndote no te pierdes nada. Son pelis malas de usar y tirar. Son pipas.

¿Qué ha hecho Keanu por acabar con ese subgénero? Mi teoría es que Keanu ha sufrido en sus carnes un visionado masivo de estas películas y decidió destruirlas desde dentro, hacerlas estallar llevando el genero hasta tal nivel de absurdez que hasta las más acérrimas partidarias del género corrieran despavoridas en sentido contrario al ver el primer fotograma.

Keanu, con dos cojones, decidió protagonizar  dos pelis románticas "malas" tan atroces, tan infernales, tan espantosas que elevan a todas las demás a la categoría de obras maestras.

¿Cuales son? "Noviembre dulce" y "La casa del lago".

Noviembre Dulce es con mucho, con muchísimo (y tengo el culo pelado de ver películas) la peor película de amor que se ha hecho  nunca. Nadie con un mínimo criterio, un delfín por ejemplo, puede soportarla entera sin querer suicidarse arrancándose los padrastros de los meñiques. (Yo la he visto tres veces de lo que se deduce que no tengo criterio)

La historia es tan completamente idiota que no das crédito. Una loca intensa y misteriosa se encuentra con un ejecutivo de éxito y se lo liga haciendo algo que ahora mismo no recuerdo. En vez de chuscar como locos, tener agujetas,  pasarlo bien y a otra cosa mariposa, a la loca intensa le entra el mesianismo místico y decide que va a pasar con el ejecutivo el mes de noviembre ( de ahí la memez del título) para cambiarle la vida. El espectador descubre entonces que la loca intensa se está muriendo de cáncer...y el espectador desea que muera de algo más doloroso y sobre todo más rápido...que caiga fulminada por un rayo en el minuto 15 de película por ejemplo.

La historia es tan mala, tan horrorosa que provoca justo lo que quería Keanu con su malvada estrategia. Los personajes son tan imbéciles, la fotografía es tan cursi con un velo amarillento todo el metraje, Charlize está tan de abofetearla hasta la muerte y Keanu tan meloso, tan baboso y tan cursi que provoca un rechazo brutal incluso en las espectadoras más curtidas en este tipo de películas.

Keanu se lo curra y consigue más cosas con esta película. Consigue que todos, ellos y ellas, odiemos a Charlize. Con saña, con furor, con ganas, con ansia odias a Charlize en esta película.

Charlize es espectacularmente guapa y espectacularmente sexy. Es incluso simpática. Y lista.  Lo tiene todo.

Ellos la ven y todos quieren empotrarla. Varias veces....y claro es imposible, lo que supongo genera mucha frustración o un poco por lo menos.

Ellas la ven (vemos) y pensamos "qué cabrona, que guapa y que sexy y que lista". Y sentimos celos...porque obviamente jamás seremos Charlize, ni siquiera nos aproximaremos mínimamente. Esto no nos causa frustración pero jode (un poco).

La solución para curarse de ese deseo carnal y lujurioso por Charlize y de esa envidia insana y poco productiva  es ver Noviembre Dulce.

Charlize están tan loca de secta en esta película que a cualquier tío (y tengo ejemplos) no es que se le apague el deseo de empotrarla, es que se le mete la cola hacia dentro y algunos incluso gritan: Keanu no!!! Corre!! No lo hagas!!! Es trampa! en una especie de fraternidad de género absurda.

Charlize lleva un estilismo tan atroz durante toda la película que las tías sólo podemos pensar en vaciarle las cuencas oculares con la puta horquillita que lleva atravesada en la frente desde el minuto 1 o colgarla del techo con la toquilla de primero de Tricotosa que se echa sobre los hombros. Las tías nos descubrimos pensando que Charlize es guapa pero que vestida de Chilindrina pierde muchísimo, incluso más que la Chilindrina y se te pasa bastante la envidia.

Keanu hace una última cosa por los hombres de este planeta. Consigue que cualquier mujer prefiera morderse la lengua hasta sangrar antes de decir  jamás "me gustaría que tuvieras un detalle romántico".  ¿Cómo lo hace?

Una vez más, uniéndose al enemigo. Por no sé que motivo o sin motivo le regala a Charlize una serie de detalles románticos tan cursis que cuando estás viendo la película te da vergüenza ajena.  Es un logro al alcance de muy poca gente, hacer sentir verguenza ajena  en una película....espectacular. Incluso canta (de angustia) vestido con un esmoquin blanco. Keanu no deja nada al azar.

Así que ya sabéis  hombres del mundo, si queréis libraros de pelis románticas malas, poned a vuestra chica "Noviembre dulce" y obligadla a llegar hasta el final. Varias veces, varios fines de semana seguidos. En plan "Churri, vamos a ver una de las que te molan". Es insoportable, insufrible, una tortura. Morenaza opina que sólo se salvan los perros que son muy monos...yo lamento cada vez que la veo que no sean perros rabiosos que despedacen a Charlize y descuarticen a Keanu.

Os aseguro que vuestra chica jamás volverá a decir "me encantan todas las pelis de amor". 100 % de efectividad.

Eso sí, Keanu no es perfecto y también os ha hecho una putada, os  ha hecho creer que llevar un abrigo de cuero largo es sexy y que no quitaros las gafas de sol ni para cagar es atractivo...pero eso lo dejo para otro post.

martes, 18 de febrero de 2014

¡Sorpresaaaaa!


Entro en casa pensando que estoy agotada, que ya es casi la hora de cenar pero que gracias a Dios los viernes es el día de Santa Pizza sin gluten. Miro el reloj y pienso que con suerte en un par de horas estaré en la cama. Babeo pensándolo.

- Niñas, a la ducha.
- Ay hija no, que no se duchen.
- ¡Mamá! ¿Cómo que no se duchen?
- Es que son las 9, que pereza...ya mañana por la mañana.
- Pero yo quiero ir a nadar mañana por la mañana temprano y luego me lío con ellas...y...
- Pues que se duchen solas y además estaré yo por la mañana...
- Bueno, vale. No quiero discutir con las tres porque además perdería. Subid y poneos el pijama.
- No, que no se pongan el pijama.
- ¡Mamá! Siempre cenan en pijama.
- ya pero hoy no...además es pronto para cenar.
- ¡Mamá! ¡Son las nueve!
- Venga, no seas sosa. Un poco de juerga.
- ¡¡Si Abu!! ¡Juerga!!

Me derrumbo en el sofá. Charlo con Pobrehermano Mayor mientras él se atusa una barba increíble que se ha dejado. Está entre el norueguismo y ser el Padre Abraham de los Pitufos. Me perturba.

- Me voy a cenar por ahí con mis amigos.- anuncia Molimadre.
- Pero..¿no decías que juerga con las niñas? Joder mamá, me la montas y luego te piras.
- Anda, anda.
- Bueno, pues voy a poner la pizza. Niñas poneos el pijama.

Veo como lo que les digo traspasan sus cuerpecitos. Fingen tener mucho interés en el partido de hockey patines entre Ruisa y Estados Unidos que está viendo Pobrehermano Mayor.

- Niñas, poneos el pijama.

Veo las ondas de mi voz perdiéndose en la inmensidad del salón. Calculo que tengo más posibilidades de que me escuche el árbitro del hockey que mis hijas.

- ¡¡Poneos el pijama!!

Por fin. Me hacen caso y suben a ponerse el pijama. Saco la pizza, preparo los platos. Miro el reloj...bien, en una hora me acuesto.

Bajan en pijama. Se sientan a cenar. Terminan.

- Subid a lavaros los dientes. Y por favor, no me hagáis repetirlo 3 veces...por favor.

Suben y bajan demasiado deprisa para haberse lavado los dientes. Inexplicablemente llevan las zapatillas deporte puestas con el pijama.

- ¿Por qué os habéis puesto las zapatillas de deporte con el pijama?
- Nos apetecia.
- ¿Cómo que os apetecía? Estáis muy raras...¿qué habéis roto?
- ¡Nada! No estamos raras.
- Si lo estáis y no os habéis lavado los dientes...lo sé perfectamente.

Suena el móvil. "Juan". Valoro no cogerlo, lo mismo me llama para ir a tomar algo y no tengo ganas. Sueño con mi cama.

- Hola guapa.
- Hola.
- Bajaba al pueblo y he parado para darte tu regalo pero tus PAG no me dejan entrar.
- Eras a la única persona a la que le hacen el show completo del perro fiero.
- Pues no sé si será un show pero acojonan y me odian.
- Olerás a drogas.
- Los Pags son perros del Pirineo y no han olido drogas en su vida...eso no es.
- ¿Quiere decir eso que si llevas drogas?
- No coño y ¿quieres salir antes de que me coman?
- Voy.

Salgo gritando a los perros que dejen de saltar, ladrar y gruñir como si fueran fieros. ¡Callad de una vez! Llego a la puerta y allí está Juan.

- Sal que te doy tu regalo.

Abro la puerta del jardín, salgo pensando que me va a querer dar un abrazo y como estoy tan blandita me pondré a llorar y será peor porque tendré que decir algo de humor negro para soportar el momento...salgo a la calle.

- ¡SORPRESA!! FELIZ CUMPLEAÑOS MOLI.

Joder. Me quedo sin respiración. Allí están mis más mejores amigos del mundo mundial con sus hijos cantándome cumpleaños feliz a voz en grito y muy mal.

-No puedo articular palabra. Pero, pero, pero...¿qué hacéis aquí? Estaba pensando en meterme en la cama.
-Lo sabemos y nos daba igual. Te hubiéramos sacado de los pelos. ¡Tienes que celebrar tu cumpleaños! ¡Tú siempre celebras tu cumple! No podíamos dejar que no lo celebraras.

Traen comida, bebida, una tarta, velas, sombrillas de papel, globos.

Entro en casa y las princezaz ¡ya no están en pijama!

- ¿Ves por qué estábamos raras? ¡Había una fiesta pero era sorpresa y no te lo podíamos decir! Además, ha sido un lío. Primero nos dijeron que era mañana, luego que hoy en casa de Fede y por eso no queríamos ponernos el pijama, luego nos dijeron que aquí y por eso nos pusimos el pijama y luego otra vez que fuera. ¡Era un lío sorpresa!
- Era sorpresa y por eso ¡estábamos raras!

Un rato después alrededor de una mesa llena de guarrerías para comer, restos de tortilla de patata y con un Gintonic en la mano charlamos de las cosas importantes de la vida.

- ¿sabéis que hay una actriz porno que se llama igual que yo?
- ¿En serio Moli? Voy a buscarla ahora mismo. Cierto...aquí está. La han sacado favorecida....
- ¿más que yo?
- Tú eres real, pero en un mundo ideal al celebrar tu cumpleaños tendría que haber siempre una actriz porno. 
- Juan, no hay ningún actor porno que se llame como tú. 
- He dicho cuando celebraras TU cumpleaños. 
- Yo no quiero eso en mi cumpleaños. Yo quiero un empotrador, noruego a poder ser. 
- Estábamos hablando de mi mundo ideal...no del tuyo. 

También tuve tarta. Una tarta de queso con frutas del bosque espectacular y 41 velas que tardamos un rato en colocar, contar y encender.

- Moli, en un mundo ideal si soplaras más velas que años cumples, morirías. 
- Juan, tu mundo ideal es un asco, que lo sepas. 

Son los mejores.

Me acosté sonriendo, pensando que soy una chica con suerte y que estoy en la parra.

Pero no tan en la parra como para no tomarme un ibuprofeno antes de dormir.



lunes, 17 de febrero de 2014

Música y princezaz.


Por fin, a las ocho de la tarde nos metemos en el coche para ir a Los Molinos a pasar el fin de semana. Saco el mp3 y se lo paso a M para que vaya eligiendo las canciones.

Empezamos con Happy de Pharrell Williams.  Descubrí  esta canción en mi brujuleo diario por los blogs, me gustó y se la mandé a las princesas por mail. Ya son mayores y cuando veo cosas chulas por la red, cosas que creo que les pueden gustar o divertir o emocionar o enseñar algo se las mando para que luego las veamos juntas. Esta canción les flipó, se la saben entera y la bailamos todas las noches. Las veo bailar por el retrovisor y pienso que es una canción que de ahora en adelante siempre estará asociada a ellas y a estar contentas. Soy consciente de estar construyendo ese recuerdo.

M. busca y encuentra la que quiere, "Dime que me quieres" de Tequila. Le encanta esta canción, la canta a voz en grito mientras mueve la cabeza agitando todo el pelo. Es como hay que bailarla. "ah, oh, ah...dime que me quieres...". A mi también me gusta esta canción y a pesar de tener una letra patética de patético del amor, me da buen rollo. ¿Quién no ha sido alguna vez un patético del amor? Tequila siempre me hace pensar en tíos con mallas de licra en los 80 y desear que esa moda no vuelva jamás.

Al acabar, la siguiente que eligen es "Anabel Lee" de Radio Futura en la versión de Juan Perro con Big Band. Esta canción les fascina.  Les gusta la canción y la letra. Hemos hablado mil veces de la historia que cuenta. Pienso en un concierto en Villalba, hace 5 ó 6 años, en verano. Yo llevaba un vestido con dibujos psicodélicos negros y blancos que todavía tengo. El concierto fue una pasada, Juan Perro y la Electric Light Orquestra. Después de ese concierto, sacaron el disco en directo de Juan Perro y lo podías comprar con un periódico. Lo compramos y una Semana Santa, cuando C tenía 4 años lo escuchábamos a todas horas mientras subíamos y bajábamos de esquiar. Es la canción favorita de C desde que tenía 4 años. Se la sabe entera e incluso le ha hecho una coreografía interpretando la letra. 

Sin querer, salta después "El tonto Simón". No la han escuchado nunca pero C salta "Es del mismo cantautor". Pienso por un momento en explicarle toda la historia de Radio Futura pero creo que no es el momento...llueve muchisimo y tengo que concentrarme en la carretera. No me libro de las preguntas sobre la letra de la canción. Es complicado explicar una canción de Radio Futura...

Seguimos. Ya estamos en la zona dónde hay poco tráfico. Noche cerrada. Siguen buscando canciones en español. Salta Lucha de gigantes y cómo siempre que escucho a Nacha Pop, vuelvo a tener 15 años y me vuelvo a ver con mi melenita absurda y mi primer novio...el que me dejó en una cafetería de señoras mayores de Madrid. 

Llegamos a Navacerrada. Deja de llover. 4´5ºC. Nos hemos metido en la niebla y suena The whole in the moon. Intento pensar porqué metí esta canción en el mp3, recordar algún momento de mi juventud asociado a ella.  Escudriño mi memoria. Nada. Solo tengo un recuerdo. Hace años colgué esta canción en el blog y a los tres minutos recibí un mail  de Fede. "A mí también me gustan los Waterboys pero prefiero The fisherman blues". Pienso que esa no la tengo en el mp3 y debería meterla...se que se me olvidará. 


- Mami, la niebla me recuerda a una historia que he leído en uno de los libros de GOL. ¿Os la cuento?
- Claro. 
- Sino hay más remedio...¿es de fúbtol?
- No, no es de fútbol.
- Mamá, no corras en las curvas que no veo. 
- ¿Qué tiene que ver la velocidad en las curvas con que no veas? Es de noche. 
- No lo se, pero si corres no veo. M, ¿y la historia?
- Pues los niños del equipo de fútbol van a esquiar con el padre de uno. Uno se llama Fulanito, otro se llama Nosequé y uno se llama Issa con dos eses. 
- ¿Es chica? 
- No, es chico. 
- ¿Y se llama Issa? No lo veo. 
- Si, se llama Issa...eso da igual. Déjame seguir. Entonces hay mucha niebla, como ahora, y esquían y el padre les dice que no vayan por un camino, pero claro van y entonces uno que le llaman Fideu porque es gordo se choca contra un árbol pero nadie lo sabe porque no le han visto con la niebla y entonces Issa que como es de África escucha a la naturaleza. 
- Jajajajaja...¿"como es de África escucha a la naturaleza? 
- ¡Eso ponía en el libro! y dejadme terminar...ah no. ¡¡Ya estamos en casa!!

Me bajo del coche, saco las bolsas y mientras entro y saludo a los PAG pienso que ya tengo un post.



sábado, 15 de febrero de 2014

El primer lector.

Ya lo dice Cheever:

"No puedo escribir sin un lector. Es necesario como en un beso - no puedes hacerlo solo"

Para escribir, los lectores son necesarios. Más que necesarios, imprescindibles.
Pero ¿quién es el primer lector de un libro?
Podemos pensar que el autor, que al fin y al cabo lee lo que va escribiendo, pero no es un “primer lector” puro porque no se enfrenta al texto virgen, sabe lo que va a leer y lo que es más importante lee más de lo que está escrito. No lee lo que hay, lee lo que debería haber.

Podemos pensar también que el primer lector son todos los lectores de ese libro. Cada lectura es individual y única y es una primera lectura, pero tampoco me refiero a eso.

Creo que hay dos tipos de primeros lectores.

Por un lado estaría el primer lector,  aquella persona en la que el escritor piensa cuando se sienta a escribir, escribe para esa persona, pensando en cómo esa persona interpretaría su escrito, en cómo lo leería. Escribe esperando escuchar y anticipar la opinión de esa persona en su cabeza.

El primer lector, por otro lado,  es también aquella persona que sin ser el autor lee el texto por primera vez. Es la persona a la que el autor confía lo que ha escrito para recibir su opinión, sea la que sea.

El primer lector es la persona que en cierta manera justifica el tono, el tema y el fondo de lo escrito.

Muchos escritores han hablado sobre los primeros lectores.

"Escribiendo, tu audiencia es un único lector"

Forget your generalized audience. In the first place, the nameless, faceless audience will scare you to death and in the second place, unlike the theater, it doesn’t exist. In writing, your audience is one single reader. I have found that sometimes it helps to pick out one person—a real person you know, or an imagined person and write to that one.”. John Steinbeck

Steinbeck considera fundamental escribir pensando sólo en una persona. Dice algo muy obvio pero que puede pasar desapercibido, en la lectura no hay una gran audiencia, no es como el teatro, en la escritura tu público está formado por una sola persona cada vez. Steinbeck explica que para él a veces era más fácil escribir pensando en una sola persona, real o imaginaria, y escribir exclusivamente para ella. 

"Escribir para gustar a una única persona"

“Write to please just one person. If you open a window and make love to the world, so to speak, your story will get pneumonia”. Kurt Vonnegut

Escribir para una sola persona, igual que se hace el amor a una sola persona. Intentar complacer a todo el mundo, escribir pensando en gustar a todos, es imposible; para Vonnegut ese intento "hará que tu historia enferme" .


"Intenta leer tu propio trabajo como lo leería un extraño"

“When an adult, try to read your own work as a stranger would read it, or even better, as an enemy would”. Zadie Smith

La escritora inglesa propone algo complicado, y en cierta manera imposible. Leerse a uno mismo como si fueras un extraño o un enemigo. Leer lo que uno ha escrito es siempre completar mentalmente lo dicho, para que encaje con la idea que tenemos en la cabeza y leernos como un enemigo es imposible. Nuestro peor enemigo somos nosotros mismos, nadie es tan cruel con nuestro trabajo como nosotros mismos.

"Uno nunca puede leer su propio libro con la inocente anticipación  que llega con la primera página de un nuevo libro, porque tú lo has escrito."

“You can never read your own book with the innocent anticipation that comes with that first delicious page of a new book, because you wrote the thing. You’ve been backstage. You’ve seen how the rabbits were smuggled into the hat. Therefore ask a reading friend or two to look at it before you give it to anyone in the publishing business. This friend should not be someone with whom you have a ­romantic relationship, unless you want to break up”.Margaret Atwood

Exactamente eso es lo que explica Atwood. Uno no puede leer su propio libro con la inocencia con la que uno se enfrenta a un nuevo libro porque lo has escrito, has estado en la parte de atrás y conoces los trucos. Hay que buscar un amigo o dos que lean lo escrito antes de intentar publicarlo (o antes de subirlo a un blog). Atwood advierte que el primer lector no debe ser alguien con el que tengas una relación sentimental... a no ser que quieras romperla.  Pero sobre esto hay opiniones muy distintas...por ejemplo la de Amos Oz.

"Me mira de tal forma que la habitación se ensancha"

Hasta hoy día, Nilly es mi primera lectora. Cuando encuentra en un borrador algo incorrecto, me dice: "Esto no funciona. Bórralo. Vuelve a escribirlo". O: "Basta. Ya lo hemos oído. Esto ya lo has escrito. No hay que repetirlo". Pero cuando algo le gusta, Nilli alza la vista de las páginas hacia mí y me mira de tal forma que la habitación se ensancha. Y cuando me sale algo triste dice: "Este párrafo me ha hecho llorar". Y cuando me sale algo gracioso no dice nada, simplemente empieza a reír sin mesura. Después lo leen mis hijas y mi hijo, los tres tienen buen ojo y oído fino. Al cabo de un tiempo lo leerán también algunos amigos, después os lectores y después los expertos en literatura, los estudiosos, los críticos y los escuadrones de la muerte. Pero entonces yo ya no estoy allí” Una historia de amor y oscuridad, de Amos Oz.

Oz escribe para su mujer. Ella es su primera lectora mental, aquella persona en quien piensa cuando escribe y su primera lectora física...la primera persona que lee lo que hay en las páginas y la opinión que él espera con más interés. Las demás también tienen su valor, pero él lo explica muy bien, si a ella le gusta algo “la habitación se ensancha” y para cuando llegan los demás lectores (que en cierta manera siempre son primeros) “él ya no está allí”.

Y por supuesto, hay autores que no piensan en primeros lectores. Son más prácticos.

"El lector ideal... si existe, está leyendo a otro".

Don’t try to anticipate an ideal reader — or any reader. He/she might exist — but is reading someone else. Joyce Carol Oates

La escritora canadiense advierte de la imposibilidad de pensar en un lector ideal o en cualquier lector. Ese lector probablemente exista...y probablemente esté leyendo a otro.

Personalmente creo que sí que ayuda tener un primer lector en la cabeza. Alguien en quien piensas mientras escribes. Eso no quiere decir que escribas pensando que lo que escribas tenga que gustarle, escribes pensando en la opinión que tendrá sobre lo que escribes, puede que incluso escribas pensando en que no le guste.

Los primeros lectores, un gran tema.

Post publicado en PisandoCharcos.

miércoles, 12 de febrero de 2014

12 de febrero.- 41 años


I, me, mine. 

160 cm. 51 kg. 36 de pie, 36 de pantalón, 38 de camisa. 95D. Manos, pies y orejas pequeños. Pelo corto, castaño oscuro. Me tiño las canas aunque a lo mejor dentro de poco dejo de hacerlo. Jamás me he depilado las cejas ni el bigote. Llevo las uñas cortas, no las soporto largas. Ojos marrón oscuro. Miro fijamente. Sonrío. 

Leo desde los 3 años. Escribo cuadernos desde los 24 y este blog desde los 34. 

Me gusta beber Gintonic. A cualquier hora, en el aperitivo, después de comer, antes de cenar, con la cena y por la noche. Me estoy aficionando al vino y he dejado la cerveza. La cerveza me empapuza. 

Odio las alcachofas, el melón, el regaliz y la Fanta Zero. No me gusta el pollo si parece pájaro. Me flipa el arroz, el chocolate blanco y el queso. Las fresas. Jamás he comido higos.

Tengo una memoria acojonante. Soy una fanática de Bruce sencillamente porque me hace feliz, sé que es irracional y poco lógico...pero me da igual.  No quiero vivir en Madrid, cada vez me gusta menos. Tengo un trabajo que una vez fue  interesante y que me gustaba y ahora es absurdo, inútil y una pérdida de tiempo. Es un trabajo que desde fuera parece chulo. 

476.876 km en el cuentakilómetros. 4819 días en los libros de colores. En el mp3 962 canciones y un audiolibro en ingles, Sweet Thursday de Steinbeck. Siempre en modo aleatorio. Canto de angustia pero no bailo mal. 22 años de carnet. 

Exagerada, mucho según mis hermanos. Impulsiva, cada vez menos. Arisca y raspa. Cariñosa si me fío. No olvido. Lloro mal aunque cada vez lo hago mejor, impresiona verme llorar. Lloro de risa, mucho. No llevo anillos. Pendientes pequeños de oro blanco que estoy meses sin cambiarme. El mismo reloj en la mano derecha desde hace 4 años. 

Duermo en el lado izquierdo de la cama. En mi mesilla: dos teléfonos, dos cuadernos rojos y 4 libros: Tierras de Sangre, El oficio ajeno, Némesis de Philip Roth y Una infancia en Berlín. Tengo una contractura en la espalda que me paraliza un brazo. 

Un cuaderno de notas, rayado, de cubierta suave al tacto y con dibujos psicodélicos blancos y verdes. Una pluma waterman con tinta negra. 3 pen drive. Un perfumador con mi colonia. Unas gafas de sol. Unas gafas de ver que quiero cambiar. Quiero volver a Nueva York y Berlín. Voy a ir a Eslovenia. 

Cuatro cuentas de correo, dos blogs y 20 años de hipoteca. No tengo apéndice. Un diente roto, una mancha de nacimiento en la cadera y un lunar en el cuello. Llevo una cadena de oro con una medalla de la Virgen del Pilar, la llevo siempre, desde que tenia 2 años. El enganche está roto. Darth Vader, Robert Kinkaid y Phil de "Atrapado en el tiempo" que se estrenó justo el día que yo cumplía 20 años.  

Enganchada a "The good wife", echo de menos a Tony Soprano. Escucho la radio mientras cocino. Por la noche, después de cenar, bailo esta canción por toda la casa con las princezaz. Hago el tonto y me río. Leo siempre antes de dormir.

98 blogs en mi feedly. No tengo mails sin leer pero tengo dos en borradores que creo que no terminaré nunca.

Dancing in the dark. 

Desconcentrada. Dispersa. Con suerte. Con mucha mala leche. Curiosa. Impaciente. Torrente. 

Soy yo y hoy cumplo 41.

Es un buen día. 

lunes, 10 de febrero de 2014

Stockholm: el tópico pretencioso.


Hay películas malas, hay películas sin guión, hay películas con actuaciones nefastas, hay películas aburridas y luego está Stockholm, que además de ser mala, tener un guión nefasto, unas actuaciones bochornosas y aburrir hasta hacerte desear la muerte...es pretenciosa. 

Lo peor que puede ser una película es pretenciosa y lo segundo peor es que el director la presente con esta frase "Yo quería contar la historia de un chico y una chica que se conocen durante una noche".  

Stockholm es una tortura. Un suplicio. Un horror. Un despropósito con ínfulas. Y la he visto enterita. Soy una martir. 

Spoilers a tutiplen. 

Hay una fiesta en un sitio cutre. El protagonista y su colega hablan de gilipolleces, concretamente el colega cuenta que su novia se ha ido a vivir a Estocolmo (todo es tan sutil desde el principio que dan ganas de vomitar) y que seguro que allí se acuesta con otro. Además, le cuenta al protagonista que él sabe que él también se quiere chuscar a su novia. El protagonista por supuesto lo niega. La conversación es una idiotez y un absurdo...ningún tío del planeta le dice a su amigo "se que te quieres acostar con mi novia y ella contigo" y se queda tan feliz, a no ser que sean personajes de Woody Allen. Y aquí es dónde viene el problema, el excelso director de Stockholm tiene ínfulas de Woody Allen...pretenciosas ínfulas. 

El protagonista (tiene nombre pero todavía no puedo decirlo) ve a una chica. ¿Cómo es ella? ¡Sorpresón! Es lánguida, misteriosa y con el pelo lacio. 

- Me he cruzado contigo y me he enamorado. Aquí tienes las llaves de mi casa, úsalas y te vienes a dormir conmigo. - le dice él. 

Ella pasa. Pasa poco y nal  y el espectador (osea yo) ya sabe que van a terminar juntos haciendo el imbécil porque los dos son imbéciles. 

Así que ya tenemos al chico y la chica que el director quería que conociéramos. El problema es que el director ha pensado que la "química" en la pantalla es una chorrada...y  ha elegido dos actores que se repelen entre ellos en pantalla y que provocan en el espectador (o sea yo) sarpullidos de desagrado. 

Él no es ni feo ni guapo, ni atractivo ni repulsivo. En la primera parte de la película lleva una chupita beige con goma a la cintura y en la segunda parte pantalones arremangados. Llamadme clásica pero a mí son dos prendas que consiguen hacer que cualquier impulso o calambre erótico que pueda tener cortocircuite.

Ella supongo que es guapa aunque a mí no me mola mucho, lleva el pelo lacio y largo y toda la película va con un vestidito blanco y botines. El típico look de "parezco virginal pero soy una loba en la cama". Un clásico. 

Ella  después de hacerse la digna, decide que le apetece hacer el tonto con él o algo. Se acerca al grupo dónde está él, le pone ojitos, dice que se pira a casa y se va. Él, por supuesto, la sigue. Van hablando por las calles de Madrid diciendo gilipolleces. No las típicas gilipolleces que hemos dicho todos para ligar, no. Gilipolleces con ínfulas de diálogo de Richard Linklater. Pero claro, lo que funciona en la trilogía de "Antes de"..con dos buenos actores y un GUIÓN bien escrito, en Stockholm es una tortura con este nivel de diálogo. 

- Me he enamorado de ti, eso es lo primero que me has dicho.- dice ella. 
- ¿Sigues pensando que es mentira?.- dice él. 

¿A quién le importa? piensa el espectador, osea yo. 

- ¡Que morro tienes!.- dice ella 
- ¿Tu crees que tengo morro? pregunta él. 

Os partía el morro a los dos, piensa el espectador, osea yo. 

-¿Cuantas veces te has acostado con desconocidas?- pregunta ella. 

Aquí me dispersé un poco. Primero pensé que es una manera muy rara de preguntar, lo suyo es decir ¿Con cuantas desconocidas te has acostado? Porque después de la primera vez, ya no son desconocidas...pero supongo que esto son minucias de espectador pejiguero como yo. Después pensé que, aunque pareciera imposible, desde este momento la película sólo iba a ir a peor, porque la protagonista además de ser lánguida, misteriosa e intensa...¡es celosa! 

El protagonista, por supuesto, no sospecha nada de esa pregunta tan rara y le sigue la corriente. 

- ¿desconocidas?- primero se hace el tonto. 
- Si, como yo.- dice ella, demostrando que es imbécil. Obviamente es una pregunta que se hace para que te mientan. Está pidiendo a gritos que él conteste "Con ninguna, jamás me había pasado esto". Lamentablemente la realidad es que a él, a pesar de llevar una chupa antilujuria total se le ven maneras de ser un auténtico cazador de gacelas desconocidas. 
- Como tú nunca.- dice él. El espectador, osea yo, se descojona de la obviedad de respuesta. 
- Venga, dí.- dice ella...con la intención de que él se lo repita. 
- Alguna vez., varias veces- dice él, mientras bebe agua de una botellita. 
- ¿Las has vuelto a ver?- pregunta ella despeñándose por la pendiente del gacelismo más patético.
- Claaaro.- dice él. 
- Seguro que a todas no.- 
- Si, acaban llamándome, encontrándome, me persiguen. 
- Ya, seguro que van a buscarte a casa. 
- Oye, alguna vez me ha pasado. 
- Claro...eres tan irresistible.  
- Oye, ¿tú también lo crees?
- Yo no soy de esas.- dice ella. Jajajajaja...el espectador se descojona. No hija, tú no eres de esas...por eso estás sentada en los escalones de un portal haciéndote la interesante. 

A partir de aquí y con este nivelón avanza todo el diálogo. Ellos van y vienen. Dicen absurdeces, ella "que no es de esas" le pide que le diga como se llama, él finge vergüenza y al final le confiesa que se llama Bartolo. Ella le dice que le demuestre no se qué (me distraje mirando algo más interesante...el segundero del reloj o algo) saliendo a la calle en bolas y él lo hace. A ella, que es idiota, le parece divertídisimo y ni se preocupa que a él se la pele como se llama ella. 

Acaban subiendo a casa de él. Ella dice que no quiere, pero sube. Se sientan en el sofá. Ella fuma. (Apunte para el director, si la protagonista tiene que fumar conviene que la actriz ensaye para no resultar tan ridícula con el cigarro en la mano que el espectador quiera partirle la cabeza con el cenicero). Hablan, ella le hace la cobra, él finge que le interesa saber cosas de ella, ella le pregunta si tiene novia, él dice que no...blablablabla. Ella dice que se pira, se pira...al director le entran ínfulas de Kubrick y se marca unos planos cenitales del ascensor a cámara lenta, montados con otros de ella corriendo por las escaleras mientras suena música clásica de banda sonora. Todos los planos a cámara lenta acaban con Bartolo abriendo la puerta del ascensor justo cuando ella llega abajo...agarrándola del brazo y besándose en el ascensor con las fanfarrias finales de la música. Todo tan, tan, tan, tan....de sacar un lanzallamas y quemarlo todo. 

La mañana del día siguiente, after sexo. 

A nadie le interesa como sigue la historia pero el director quiere contárnosla. En un giro tan sorprendente como verte crecer las uñas, pasa algo inesperado:  él pasa millas de ella y ella está colgadísima de él. 

Para seguir con las sorpresas, ella se hace la digna y él no sabe como librarse de ella. El espectador, osea yo, piensa ¡Pero alma de cántaro...cómo no has aprendido a estas alturas que nunca hay que llevarse al ligue a casa, siempre a casa del otro para poder escapar! 

Bueno, se vuelven locos. Ella ha pasado de intensa, misteriosa y lánguida...a intensa, misteriosa, lánguida y loca. Él, en una transformación aún más loca...ha pasado de pringado con chupa antilujuria...a chulo putas con pantalón remangado. 

Dan tanta pereza....que quieres morir cuando ves que te quedan 15 minutos de metraje. 

Hablan. Gritan. Él quiere que se pire "vete que ya te llamo yo". Ella no se quiere ir "ayer estabas enamorado de mi". Él que no da crédito le dice "pero no te lo creerías, ¿no?" Ella se da cabezados contra un espejo, él mira por la ventana con las manos en los bolsillos de sus pantalones pirata. 

Se gritan más. Ella se ducha. Él sube a la terraza. Ella sube detrás. 

Hablan más. Ella dice "yo me habia fijado en ti en la fiesta pero no me atreví a hablar contigo y luego te acercaste". Él le dice que no se lo cree y que se baja a por un café. 

Ella mira al infinito y se tira al vacío. 

Él vuelve y no la ve...hasta que se asoma. 

Conclusión: no te lleves a locas a dormir a casa, ni aunque estén muy buenas. 

Si no os habéis enterado de nada, no os preocupéis. Al excelso perpetrador de este despropósito argumental soporífero y mortal le costó un poco también:  "He tardado seis años en darme cuenta del gran valor de Stockholm. Y es que éste habla de algo muy importante para nosotros, de cómo se relaciona una generación. De la forma en la que se quiere nuestra generación"

No hay  nada peor que ser pretencioso.