Es un hecho. Todos estamos mejor ahora que entre 1985 y 1995. Es así.
Estamos más mayores. Algunos más calvos. Otros más gordos. Casi todos con más responsabilidades pero en conjunto estamos mejor, mejor de lo que estábamos y mucho mejor que muchas películas de esa época.
Y sobre todo, hemos envejecido muchísimo mejor que algunos aspectos de esas películas. ¿La prueba? Tu miras ahora una foto tuya con 20 años y te das vergüenza ajena...pero ni comparación con la vergüenza ajena que te provoca ver una de esas películas que te encantaron en esa época.
Empecemos por lo más obvio: la moda. Calentadores, pantalones sobaqueros, hombreras como para alojar una familia entera debajo, colores fosforitos, estampados, estampados, estampados… ¿he comentado los estampados triangulares? Para ellas chaquetas de una talle enormeeee y cruzadas con dos filas de fotones y faldas largas de novicias. Zapatones. El oro…los taconazos en zapatos de señora. Para ellos estampados de palmeras, trajes de colores imposibles como ¡¡verdes y azulones!!...musculosas, pantalones tobilleros, cazadoras cortitas…un espanto absoluto. Te pones ahora mismo a ver por ejemplo Top Gun, Karate Kid o Algo para recordar...y no consigues meterte en la historia porque la ropa atrae toda tu atención, no eres capaz de abstraerte de ese espanto. Empiezas a pensar: La Virgen qué pinta...quien engañaría a Meg Ryan para ponerse ese traje…bueno...a Meg Ryan y a mí porque yo tenía uno igual….
Otra cosa interesante son los peinados. En teoría parece que los peinados no han cambiado tanto. Error. Para empezar en aquella época, los tíos no se peinaban...se esculpían el cabello: horas de laca y peluquería os contemplan. Y además, les molaban los accesorios: sombreritos de todas clases, gorras en todas las posiciones e incluso pañuelos en la frente. Cualquier despropósito molaba. Para ellas, entre 1985 y 1995 lo que se llevaba de verdad era el pelo largo y fosco...cuanto más fosco mejor. Se trataba de que tu cabeza abultara el doble de lo normal. Y además, habia que complementarlo con un flequillo potente..a ser posible hasta las cejas y con las puntas hacia dentro. En un maravilloso movimiento pendular, con el siglo XXI eso desapareció y nos fuimos al otro extremo. Las tías mueren por tener el pelo cuanto más liso mejor, lo que mola ahora es el languidismo y el pelo fosco ha caído en el máximo descrito y ahora se conoce como pelo polla. Sin comentarios.
La música. En los 80 se descubrieron los sintetizadores y les entró un flipe alucinante, les molaba tanto tanto que nunca les parecía excesivo. La música atruena todas las películas. En las pelis de los 80 no hay silencio...nunca. Es agotador. Desde la visión de 2012 es muy muy perturbador. Además, es una cuestión que no solo afectaba a películas ambientadas en esa época...sino que destrozó buenas pelis de época como por ejemplo: Lady Halcón. Es una película buenísima, con una historia de amor preciosa y no consigues creerte la historia porque eres capaz de abstraerte de la asociación banda sonora atronadora con organillo de tiovivo de feria o música de la Oreja de Van Gogh.
La tecnología. Es acojonante, pero tú ves ahora un portátil del año 97, un teléfono móvil de los primeros años 90, un fax, un contestador automático, una pantalla con las letras en blanco sobre fondo negro y te parecen de mentira, de attrezzo. Has vivido con esos aparatos, los has usado y sin embargo los ves en la pantalla y no te los crees. Sin embargo, ves una peli de los años 60, con una máquina de escribir, una de los años 40 con teléfonos de rosca o un revolver en una película del oeste y te los crees...no te extrañan...te resultan más creibles cosas con las que nunca has tenido trato que ver a tu primer fax en pantalla.
Las parejas. Se llevaba el viejunismo en ellas. Todas las tías buenas de los 80 eran mayores, se comían con patatas a los galanes. Por favor...Elizabeth Sue en karate Kid...vamos a ver. Ella tiene cara de saber chino y él de estar jugando todavía con los madelman. ¿Y Kelly MgGuilis en Top Gun? Por favor...tiene pinta de haber echado su primer polvo el día que a Tom Cruise le regalaron su primer avión de juguete… Es un rollo un poco…” ven que te amamanto”.
Y ¿ellos? Los que han sobrevivido están mejor ahora…y los que no...¿Cómo es posible que nos parecieran atractivos? ¿Qué hacían nuestras hormonas con nuestros gustos estéticos?...mmm...me temo que no teníamos criterio.
Los besos. Qué espanto de besos por Dios. Jamás en la historia del cine se han dado besos con menos química (1:38). Se nota tanto que no quieren parecer mojigatos pero que en el fondo no están convencidos que no hay manera de resultar creíbles. Lo peor es que en su momento, con nuestras hormonas campando libremente por nuestros tiernos cuerpos adolescentes nos parecían la bomba…y ahora los ves y dices…madredelamorhermoso que cosa más antilujuria.
El sexo. En esa época, todas las películas tenían una escena de sexo exactamente igual besos torpes y apresurados de pie que terminaban en una cama a contraluz, delante de una ventana con persiana entrecerrada por la que entra una luz que da un ambiente o rojizo o azulado…él empuja mal ( nada de empotradores)...ella echa los bracitos para arriba en plan dejándose hacer ….y después es la mañana siguiente y la luz es rosa…Además, después de eso la relación se consolidaba siempre.
Esto último ha hecho mucho mal en las tías, muchas pensaron que chuscar te llevaba a conocer al padre de tus hijos, fue chungo salir de esa idea y algunas no han salido aún.
Uy..casi se me olvida mencionar..lo horribles que eran las camas...