
Con eso está dicho todo, pero como es un día genial donde destilo buen rollo y sentimientos de amor hacia la humanidad voy a extenderme un poco más. Al fin y al cabo es mi blog y puedo decir lo que quiera...y además el bueno de Katayama no va a leerme. La verdad es que ni siquiera sé si es un ÉL o un ELLA, me da igual.
¿Porqué he invertido día y medio de mi vida en leer esta mierda? Porque fue un regalo de alguien cercano al que suponía con criterio. Mal hecho.
"No confiar en el criterio de los demás si el libro no me llama" Lo voy a grabar a fuego en mi estantería.
Por partes. El mundo japonés se ha puesto muy de moda, ahora todo lo zen, el fengshui, el sushi, los kimonos, el alisado japonés y todas esas cosas molan. Pues no, eso es una gilipollez. Hay que tener criterio. Es como si te diera igual comer cualquier paella, cualquier mueble castellano te molara o te gustaran a todas horas las sevillanas y el folklorismo patrio. Hay cosas buenas y cosas malas y en literatura pasa lo mismo.
Por supuesto me voy a basar en mi experiencia con esos autores.
Lo primero que leí en su día fue "Tokio Blues" de Murakami, tooodo el mundo hablaba de él, pues vale, a por ello. Y bueno, estuvo entretenido, fue curioso leer algo de otra cultura y no me desagradó. No fue para tirar cohetes pero tampoco tan mal como para que no intentará leer algo más. Asi que cogí "Kafka en la orilla", un tochaco que me aburrió hasta el infinito. Por aquella época todavía no abandonaba libros, así que lo terminé a duras penas. No contenta con eso y por si acaso me había perdido algo de la espiritualidad, el misticismo y todas esas chorradas lo intenté una vez más con: Sputnik, mi amor, también de Murakami. Y ese ya me provocó arcadas de vergüenza ajena con la historia. Creo recordar que era una historia de amor absolutamente idiota en la que te dan ganas de asesinar a la protagonista a partir de la página 20 y cuando llegas al final quieres suicidarte con tal de dejar de sufrir a esa tía tan meliflua. Debo decir que mi problema con Murakami probablemente sea porque a él le encantan las tipas supuestamente misteriosas y a mi me sacan de quicio y además no les encuentro el misterio por ninguna parte, me parecen memas desde que aparecen.
Un horror. Ahora y debido a mi deslizamiento hacia el lado oscuro del deporte a lo mejor me lanzo a leer " En qué pienso cuando corro", pero ya me acerco con cuidado..sabiendo que lo mismo acabo estrellando el libro contra la pared.
Después y por recomendación de alguien ( que no recuerdo..si me lee que reclame su prestigio) leí " Una cuestión personal" de Kenzaburo Oé. Un libro tan duro, tan personal y que te deja tan mal sabor de boca que nunca en mi vida me he atrevido a recomendárselo a nadie. Literatura de la buena pero no para todo el mundo.
Vale, pues con este bagaje, a lo que iba. Como ahora está de moda lo japonés, las editoriales se han lanzado a editar todo, alegremente. ¿ Que se lleva lo que escriben los japos? Pues alegría..¿ qué además tiene un título misterioso que contiene la palabra amor? Pues fabuloso...¿ qué además es finito y lo podemos sacar en bolsillo por 6 euros? Miel sobre hojuelas. ¿ Qué además ha vendido 3 millones de ejemplares? Cojonudo, asi podemos poner en la contraportada algo como " Es la novela japonesa más leída de todos los tiempos"(sic). Un exitazo vamos.
Es una mierda. Una historia tan manida, tan mal escrita, tan llena de falsos sentimentalismo que dan ganas de vomitar desde la página 1. Voy a reventarla..lo digo por si alguien a pesar de mis exabruptos tiene interés en leerla.
Tenemos dos jóvenes japoneses, ella y él. Se conocen en el cole, se hacen amiguísimos, uy..no sé como se enamoran, se besan, ella enferma de ¡¡tachán!!! leucemia, casi chuscan en un viaje absurdo a una isla, ella sufre, él sufre, hablan..él intenta llevarla a Australia antes de que la palme, no lo consigue. Ella palma, él esparce sus cenizas por Australia. Él sufre más, se pasea unas 15 páginas con una caja con cenizas de ella y al final se decide a tirarlas al aire y " las cenizas blanquecinas flotaron por el cielo del crepúsculo como una nevisca. Volvió a soplar el viento. Las flores de cerezo se deshojaron y, mezcladas con los pétalos, pronto dejaron de verse las cenizas de Aki".
Fin.
Que conste que el tal Katayama se tiene por un titán de la literatura porque el pavo cuenta la trama en la página 2: " dentro de aquella urna envuelta en un precioso brocado, ¿ estaba realmente Aki?" . Supongo que pensó, voy a escribir una historia tannnn romántica y de tannnto sentimiento y lo voy a hacer tannn de puta madre que aunque haya contado el final, la gente llorara de emoción e hipará de amor.
Una mierda, una mierda, una mierda. Los dos protagonistas son más planos que un folio, lo que les pasa tiene cero interés y solo estás deseando que se muera para acabar de sufrir...el peregrinaje con la urna por Australia para "volver a la naturaleza como los aborígenes" es ya demasiado. Katayama..casi acabas conmigo, solo vislumbrar el poder escribir este post incendiario me ha compensado del sufrimiento.
Bazofia sentimentaloide de tres al cuarto.
De todos modos creo que queda ligeramente por detrás de este..en el ranking de horrores lectores del año.
Hoy me concentraré en la estantería,necesito que me llame algo bueno.