jueves, 4 de junio de 2009

MATERNITY (XXVIII): La fiesta de la familia

Las fiestas de los colegios son de dos tipos. Por un lado están las que son gratis y vas a a descubrir que no tienes criterio y que efectivamente tu hijo es el más guapo, el que mejor canta, el que mejor recita y el más mejor de su curso con diferencia ( en estas es muy posible que llores de emoción maternal/paternal). Y luego están aquellas en las que pagas por algo que no queda claro ( dónde también es posible que llores).

Las monjas del cole de mis hijas se parecen muchísimo a las de mi colegio, aunque éstas son “hermanas” en vez de “madres” y van de beige en vez de ir de blanco, pero lo que las hace mucho más peligrosas que las de mi colegio es que han aprendido el concepto “ marketing”.

En mi colegio, como en todos supongo, había una serie de fiestas al año. Todas eran un coñazo, a mi no me gustaba ninguna porque yo soy muy de rutinas. Vas al cole, te sientas, sales al patio, comes y otro ratito sentado y te piras. De lunes a viernes. Las fiestas jodían mi ritmo vital; primero había que ir sin baby, había que ir a la capilla, luego te llevaban al patio de los autobuses a que te comieras media chocolatina y después de comer había actividades variadas: Molokai, carreras de sacos o cualquier otra chorrada francamente prescindible. Yo nunca quería ir al cole los días de fiesta.

Ahora veo que a las monjas de mi colegio les faltaba saber vender su producto. Las del cole de mis hijas lo han aprendido muy bien. El viernes pasado era la “fiesta de la familia”, un plan espantoso, pero no te puedes escabullir, porque las monjas llevaban una semana vendíendoselo a tus hijos con un ardid muy astuto: castillos hinchables.
Los castillos hinchables son a las actividades como la besamel para la comida: si hay castillos hinchables los puedes llevar a que los despellejen, igual que con besamel se comen lo que sea.

Pues las monjas del cole de mis hijas llevaban 10 días vendiendo los castillos hinchables de la fiesta de la familia.


- Mamá, es la fiesta de la familia. ¿ vamos a ir?
- Pues no sé, ya veremos.
- Tenemoz que ir hay caztilloz hinchablez.
- Bueno, ya veremos.

Me devané los sesos buscando una actividad que pudiera ser mejor que los castillos hinchables. Se me ocurrió, pero el ingeniero me dijo que de ir a Eurodisney ni de coña.

- Mami, tienez que comprar loz ticketz.
- ¿ Que tickets?
- Loz de la fiezta de la familia para loz caztilloz hinchablez.


Creo que el propósito de la mencionada fiesta es algo benéfico en el Congo, pero no me he enterado bien, porque las monjas están muy a favor de las misiones y también muy en contra del medio ambiente: todos los días nos mandan circulares que ya ni leo. Esa en concreto creo que era mucha letra y una cuenta para hacer una transferencia que por supuesto no hemos hecho. Bastante que compré los puñeteros ticketz.

Con esos ticketz ( 7 leuros los adultos y 5 los niños), te permitían acceder al recinto de la fiesta y recoger un pack de merienda.

Asi que nada, de perdidos al río. El viernes me bajé con las princesas al magno evento. ¿ Qué puede haber mejor que estar un viernes a las 5 y media de la tarde en un patio de cemento con un sol de justicia viendo como tus niñas se juegan la vida en los castillos hinchables?. Nada.

Si a ese plan, le sumas un escenario con karaoke dónde los que ya no caben en los castillos hinchables, es decir adolescentes carpeteras con acné, emulan a sus héroes perpetrando a voz en grito supuestos grandes éxitos y mesas donde padres de niños se sientan a hacer pandilla te sale el peor plan del mundo.

Pues allí estaba yo comprendiendo una vez más que quiere decir la expresión “sacrificio maternal”. A pleno sol, con 3 packs de merienda, dos pares de zapatos en la mano, sudando como un pollo y sorteando a gente que me decía: ¿ eres la madre de C.? Nunca sé que contestar a eso, mi institino me lleva a negarlo: ¿ Qué C.? pero claro si C. está agarrada a mi pierna haciéndose la tímida no se lo traga nadie. AL final digo que si y me sumerjo en una conversación absurda del tipo.

- Mi hijo está todo el día hablando de C.
- ¿ Ah si? ( qué se dice a eso)
- Si, todo el día. Que si C. se ha subido a la mesa, que si C. ha imitado a la profesora, que si C. se va a Gibraltar.
- ¿si?

Mis comisuras se van tensando en una sonrisa forzada mientras pienso algo que decir porque no tengo ni idea de quien es su hijo, C. jamás dice nada de sus amigos aparte de algo como: P. es un llorica, M. me tira del pelo o G. se ha hecho caca, cosas que no se le pueden decir a los padres.

Después de 2 horas de sortear padres, buscar la sombra cómo un perro pachón y consolar a M. porque en el dichoso pack de merienda lo único que ella se puede comer es el cartón de la caja consigo convencerlas de que nos vayamos a casa.

¿ Convencerlas? ¿ Cenar en el salón, comer palomitas y ver una peli se considera chantaje?

El año que viene a Eurodisney.

miércoles, 3 de junio de 2009

LA COMUNIDAD.- ¿ La historia interminable?

Martes. 19 horas. Una terraza en una calle concurrida de Madrid, en una mesa dos de los churumbeles ( mi madre y otro). Dos churumbeles apostados en la terraza de cada para atisbar el encuentro.

La pasma avisada.

Llega MAK con un joven trajeado con una carterita.

Se sientan los cuatro.

- ¿ Quién es este chico?
- Es un amigo mío que su padre era un gran abogado con un despacho muy importante. Su tío es Inspector Jefe de Policia y él trabaja en XX pero mientras estudiaba trabajaba en el kiosko de la calle A. ( MAK sí había visto al otro churumbel en el autobús y traía preparada la excusa).
- Muy bien. Bueno, mire queremos que nos dé la llave porque este señor está muerto.
- ¡ No está muerto! Ya he ido con el notario y ya voy a traer la fé de vida.
- No nos diga más cuentos.
- Está vivo y está en una residencia
– apostilló el joven kioskero.
- Díganos cómo se llama la residencia dónde está.
- No se lo puedo decir.
- ¿ Porqué no?
- Porque no estoy autorizado
- ¿Autorizado? ¿ Quien tiene que autorizarle?
- La gente que le lleva sus asuntos
- ¿ Qué gente le lleva los asuntos?
- Sus abogados
- Vale, pues dígame quienes son sus abogados y hablamos con ellos.
- Les digo que está vivo.

Tres jóvenes de paisano se acercan a la mesa.

- Señora, perdone, ¿ le importaría identificarse?
- ¿ Yo? ¿ Por qué?
- No pasa nada, pero le importaría identificarse?
- No llevo pasaporte porque me lo han robado, pero les apunto aquí mis datos.

MAK saca un folio y apunta lo que le apetece.

- Oiga joven, ¿ Es usted su abogado?

El joven kioskero entra en pánico y empieza a temblar. Los churumbeles temen que se moje los pantalones.

- No, no..yo soy…un amigo..he venido a acompañar..ehh..ehhh..pero no he hecho nada ehh.

Por supuesto de su supuesto tío policia no dice ni mus ( cómo dice mi suegra).

MAK sigue a lo suyo, que para eso es una profesional.

- ¿ Me habéis puesto una denuncia? Pues me lo teníais que haber dicho.

Rebuscando en su bolso secreto encuenta el Abono transporte y se lo da a la policia que se retira un poco para llamar a comprobar datos.

- Señora, mire..tiene que acompañarnos a comisaria.

Asi que ayer a las 8 de la tarde MAK fue conducida a la comisaría. Luego la pasma llamó a decir que le estaban tomando declaración.

Esto fue ayer y creíamos que sería el fin de MAK, pero nos pasamos de listos.

MAK ha llamaodo hoy hecha un basilisco y amenazando con poner una denuncia a uno de los churumbeles que estaba ayer por haberla denunciado. No se ha enterado de que la denuncia es de los 6. Está superindignada y dice que el bicho está enfadadísimo ( jajajaja..es un crack) y que no quiere saber nada de los churumbeles. ( Lógico, está el pavo en su nube celestial sin ninguna gana de ver a sus caseros).

El churumbel receptor de la llamada tras aguantar el chorreo le ha dicho que para ellos ella es una mentirosa. El bicho está muerto y ella puede decir misa, pero mientras no demuestre lo contrario es una mentirosa.

Ahora mismo estamos intentando localizar al inspector encargado del caso para saber qué pasó ayer en comisaria.

Seguiremos informando.
No sé si cambiarle el nombre al blog.

¿ opiniones?

martes, 2 de junio de 2009

CALOR

Bueno, pues ya está aquí: un calor de mil pares. Y ya está aquí mi mala leche. Estoy hostilizada con el planeta en general y además no me soporto.

El calor acaba con todo lo bueno que hay en mi: supuro mala leche y malos pensamientos pero estoy tan agotada que no soy capaz de verbalizarlo. Lo mismo me enveneno.

Paso la mitad del día como Rodolfo langostino, precongelada. En mi edificio inteligente, el jefe de mantenimiento ha decidido que una temperatura de 18 grados es ideal. En cierto modo le entiendo, fuera hace 40, pues nada ponemos 18 dentro y como dice el ingeniero “ la media sale buena”. El caso es que llego por la mañana dormida del calor que tengo, entro en mi despacho y por un momento el frío me tonifica y consigo ponerme en marcha. Lástima que a lo largo de la mañana, según me voy poniendo azul ya no rindo lo mismo. La parte buena es que miro fuera y pienso que me hace ilusión salir a esas desiertas calles del polígono donde hace 40 grados a la sombra. No se mueve una hoja. Miro con envidia la calle, pero sé que en cuanto ponga un pie en la acera me dará un pasmo de la caloreta.

Cuando hace calor no soy capaz de hacer nada, se me quita el hambre, se me quitan las ganas de todo, sólo quiero llegar a mi casa y tumbarme en el sofá con un vaso de gazpacho. Me da igual si las niñas no cenan, si el ingeniero llega o no llega, sólo quiero fresco. Tenemos aire acondiconado en casa pero no me sirve de nada, el ingeniero controla su uso como si fuera un acelerador de partículas. No lo hace por ahorro, sino “ para no ponerse malo”. Por supuesto ese principio no se aplica en el coche donde ya llevo calcetines de repuesto ni en su trabajo a donde va con camisa de manga larga, pero en casa hay que cocerse.

Llega la hora de dormir y me tumbo para ver si descanso y consigo tener algo más que pulso periférico. Imposible. No hay nada más asqueroso que dormir con calor, te tumbas y a los 2 segundos estás pegado a la sábana y dándole la vuelta a la almohada para ver si consigues algo de fresco. Me tumbo boca arriba y veo el aparato de aire acondicionado mirándome con cara de “ si tienes calor es porque quieres bonita”.

Cuando duermo con calor entro en bucle. Me duermo pero sueño que estoy durmiendo y que paso calor y que me despierto del calor que tengo y efectivamente me despierto para comprobar que estaba durmiendo con calor. Vuelvo a cerrar los ojos y empieza el proceso otra vez, sueño que duermo con calor y me despierto y ahí que voy otra vez. Toda la noche en un puto bucle…y encima sudoroso.

Cómo duermo en bucle, después de comer me entra muchísimo sueño, no consigo mantener los ojos abiertos y tengo dos problemas. Uno, que sé que si me duermo entraré nuevamente en bucle, soñaré que estoy dumiendo en el curro y que me despierto porque me pillan…un stress. El segundo problema es que según sube la temperatura en el polígono sube el nivel de curro, aunque nadie lo crea, en el mundo de colocar libros por colores el verano es una época de mucho curro, pero yo estoy cansada , tengo calor, estoy de mal humor y además me hostilizo con toda esa gente tan féliz con el calor que hace. “ ¿salimos a tomar el solecito?”..el solecito, el solecito..te voy a dar puto solecito.

El calor acaba con cualquier posibilidad de estilo o femineidad por mi parte. En invierno disimulo, parece que voy conjuntada, me subo a los tacones, la bufanda me tapa la cara, si la camisa está pelín arrugada da igual porque llevas el jersey encima, si los calcetines no son iguales, nadie se fija..pero en verano estoy vendida. Lo que llevas es lo que se vé, no hay donde esconderse, lo único bueno es que saco mis pies a relucir que son preciosos.


Me suda el canalillo, espero que por lo menos sea sensual.