Bueno, pues ya está aquí: un calor de mil pares. Y ya está aquí mi mala leche. Estoy hostilizada con el planeta en general y además no me soporto.
El calor acaba con todo lo bueno que hay en mi: supuro mala leche y malos pensamientos pero estoy tan agotada que no soy capaz de verbalizarlo. Lo mismo me enveneno.
Paso la mitad del día como Rodolfo langostino, precongelada. En mi edificio inteligente, el jefe de mantenimiento ha decidido que una temperatura de 18 grados es ideal. En cierto modo le entiendo, fuera hace 40, pues nada ponemos 18 dentro y como dice el ingeniero “ la media sale buena”. El caso es que llego por la mañana dormida del calor que tengo, entro en mi despacho y por un momento el frío me tonifica y consigo ponerme en marcha. Lástima que a lo largo de la mañana, según me voy poniendo azul ya no rindo lo mismo. La parte buena es que miro fuera y pienso que me hace ilusión salir a esas desiertas calles del polígono donde hace 40 grados a la sombra. No se mueve una hoja. Miro con envidia la calle, pero sé que en cuanto ponga un pie en la acera me dará un pasmo de la caloreta.
Cuando hace calor no soy capaz de hacer nada, se me quita el hambre, se me quitan las ganas de todo, sólo quiero llegar a mi casa y tumbarme en el sofá con un vaso de gazpacho. Me da igual si las niñas no cenan, si el ingeniero llega o no llega, sólo quiero fresco. Tenemos aire acondiconado en casa pero no me sirve de nada, el ingeniero controla su uso como si fuera un acelerador de partículas. No lo hace por ahorro, sino “ para no ponerse malo”. Por supuesto ese principio no se aplica en el coche donde ya llevo calcetines de repuesto ni en su trabajo a donde va con camisa de manga larga, pero en casa hay que cocerse.
Llega la hora de dormir y me tumbo para ver si descanso y consigo tener algo más que pulso periférico. Imposible. No hay nada más asqueroso que dormir con calor, te tumbas y a los 2 segundos estás pegado a la sábana y dándole la vuelta a la almohada para ver si consigues algo de fresco. Me tumbo boca arriba y veo el aparato de aire acondicionado mirándome con cara de “ si tienes calor es porque quieres bonita”.
Cuando duermo con calor entro en bucle. Me duermo pero sueño que estoy durmiendo y que paso calor y que me despierto del calor que tengo y efectivamente me despierto para comprobar que estaba durmiendo con calor. Vuelvo a cerrar los ojos y empieza el proceso otra vez, sueño que duermo con calor y me despierto y ahí que voy otra vez. Toda la noche en un puto bucle…y encima sudoroso.
Cómo duermo en bucle, después de comer me entra muchísimo sueño, no consigo mantener los ojos abiertos y tengo dos problemas. Uno, que sé que si me duermo entraré nuevamente en bucle, soñaré que estoy dumiendo en el curro y que me despierto porque me pillan…un stress. El segundo problema es que según sube la temperatura en el polígono sube el nivel de curro, aunque nadie lo crea, en el mundo de colocar libros por colores el verano es una época de mucho curro, pero yo estoy cansada , tengo calor, estoy de mal humor y además me hostilizo con toda esa gente tan féliz con el calor que hace. “ ¿salimos a tomar el solecito?”..el solecito, el solecito..te voy a dar puto solecito.
El calor acaba con cualquier posibilidad de estilo o femineidad por mi parte. En invierno disimulo, parece que voy conjuntada, me subo a los tacones, la bufanda me tapa la cara, si la camisa está pelín arrugada da igual porque llevas el jersey encima, si los calcetines no son iguales, nadie se fija..pero en verano estoy vendida. Lo que llevas es lo que se vé, no hay donde esconderse, lo único bueno es que saco mis pies a relucir que son preciosos.
Me suda el canalillo, espero que por lo menos sea sensual.
El calor acaba con todo lo bueno que hay en mi: supuro mala leche y malos pensamientos pero estoy tan agotada que no soy capaz de verbalizarlo. Lo mismo me enveneno.
Paso la mitad del día como Rodolfo langostino, precongelada. En mi edificio inteligente, el jefe de mantenimiento ha decidido que una temperatura de 18 grados es ideal. En cierto modo le entiendo, fuera hace 40, pues nada ponemos 18 dentro y como dice el ingeniero “ la media sale buena”. El caso es que llego por la mañana dormida del calor que tengo, entro en mi despacho y por un momento el frío me tonifica y consigo ponerme en marcha. Lástima que a lo largo de la mañana, según me voy poniendo azul ya no rindo lo mismo. La parte buena es que miro fuera y pienso que me hace ilusión salir a esas desiertas calles del polígono donde hace 40 grados a la sombra. No se mueve una hoja. Miro con envidia la calle, pero sé que en cuanto ponga un pie en la acera me dará un pasmo de la caloreta.
Cuando hace calor no soy capaz de hacer nada, se me quita el hambre, se me quitan las ganas de todo, sólo quiero llegar a mi casa y tumbarme en el sofá con un vaso de gazpacho. Me da igual si las niñas no cenan, si el ingeniero llega o no llega, sólo quiero fresco. Tenemos aire acondiconado en casa pero no me sirve de nada, el ingeniero controla su uso como si fuera un acelerador de partículas. No lo hace por ahorro, sino “ para no ponerse malo”. Por supuesto ese principio no se aplica en el coche donde ya llevo calcetines de repuesto ni en su trabajo a donde va con camisa de manga larga, pero en casa hay que cocerse.
Llega la hora de dormir y me tumbo para ver si descanso y consigo tener algo más que pulso periférico. Imposible. No hay nada más asqueroso que dormir con calor, te tumbas y a los 2 segundos estás pegado a la sábana y dándole la vuelta a la almohada para ver si consigues algo de fresco. Me tumbo boca arriba y veo el aparato de aire acondicionado mirándome con cara de “ si tienes calor es porque quieres bonita”.
Cuando duermo con calor entro en bucle. Me duermo pero sueño que estoy durmiendo y que paso calor y que me despierto del calor que tengo y efectivamente me despierto para comprobar que estaba durmiendo con calor. Vuelvo a cerrar los ojos y empieza el proceso otra vez, sueño que duermo con calor y me despierto y ahí que voy otra vez. Toda la noche en un puto bucle…y encima sudoroso.
Cómo duermo en bucle, después de comer me entra muchísimo sueño, no consigo mantener los ojos abiertos y tengo dos problemas. Uno, que sé que si me duermo entraré nuevamente en bucle, soñaré que estoy dumiendo en el curro y que me despierto porque me pillan…un stress. El segundo problema es que según sube la temperatura en el polígono sube el nivel de curro, aunque nadie lo crea, en el mundo de colocar libros por colores el verano es una época de mucho curro, pero yo estoy cansada , tengo calor, estoy de mal humor y además me hostilizo con toda esa gente tan féliz con el calor que hace. “ ¿salimos a tomar el solecito?”..el solecito, el solecito..te voy a dar puto solecito.
El calor acaba con cualquier posibilidad de estilo o femineidad por mi parte. En invierno disimulo, parece que voy conjuntada, me subo a los tacones, la bufanda me tapa la cara, si la camisa está pelín arrugada da igual porque llevas el jersey encima, si los calcetines no son iguales, nadie se fija..pero en verano estoy vendida. Lo que llevas es lo que se vé, no hay donde esconderse, lo único bueno es que saco mis pies a relucir que son preciosos.
Me suda el canalillo, espero que por lo menos sea sensual.
7 comentarios:
Dos temas Moli:
1.En mi casa también hay " aparato" de aire acondicionado, y digo "aparato" (funcionado creo que lo he visto una vez). El resto del tiempo jugamos a " las corrientes"
2.La indumentaria veraniega creo que se merece una entrada propia. Que mal se pasa al desprenderse una de la rebeca.
PD: Lo único bueno del calor es que las cañitas te saben mejor, si cabe
La última frase es lo mejor de todo...
"me dará un pasmo de la caloreta"
"mirándome con cara de “ si tienes calor es porque quieres bonita"
"Me duermo pero sueño que estoy durmiendo y que paso calor y que me despierto del calor que tengo y efectivamente me despierto para comprobar que estaba durmiendo con calor"...
Molinos, haces que la gente que me rodea me mire como a un bicho raro
AUN NO HAS COLGADO NADA.....
PORDIOSPORDIOSPORDIOSPORDIOS.....
Yo tampoco soporto el calor!
Yo también cuento los días para que llegue el frío...
Coño pareces andaluza de lo exagerada que eres! jajajajaja
Lo que te diré no es novedad: me encanta el verano, la playa, el sol, la caloreta, la cañas y la ropa de verano. Ah! y enseñar los pies, aunque no sean la mitad de bonitos que los tuyos. Así que "be water my friend", porque lo peor está por llegar (al menos en Barcelona).
Ah y cuando tengas calor, piensa en mi, en Etiopia an pleno mes de Julio...verás como Madrid/Toledo no te parece tan malo.
¡Besito!
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