jueves, 29 de enero de 2009

THE WAY WE WERE.- Barbra Streisand.

Al hilo del instinto traigo la escena final de esta peli. Si alguien no la ha visto todavía, haber elegido muerte..no se puede tener más de 30 y no haber visto " Tal como éramos".
Barbra es una listilla gafapasta intelectualoide y fea en los años 60 y sin saber como se liga a un tío que ella misma alucina. Su instinto femenino le dice que siempre estarán juntos, que sea auténtica. Asi que es una brasas y el pavo se pira. El instinto le dice que nunca encontrará otra como ella. Y aqui casi cierta, encuentra a otra que no se le parece ni en el forro pero no le da problemas de conciencia.
Después de esta versión reduccionista y absurda, aqui va la escena final de la peli, el reencuentro en NY.
Robert está increíblemente guapo y le perdonas que no haya sabido envejecer. Ella está más horrible que normalmente con esa permanente espantosa....pero hacen buena pareja y ella canta de puta madre.
Tal como éramos. Como dice G. una peli de tías.

DESMONTANDO MITOS

Junto con la chica de la curva y la paternidad responsable , el otro gran mito de mi vida es el “instinto femenino”.

¿Qué es el instinto femenino?. Las tías somos memas y le damos un millón de vueltas a todo. Para justificar esa tontería y la cantidad de tiempo que perdemos pensando y repensando las cosas, geneticamente hemos desarrollado la creencia de que tenemos un instinto que nos hace adelantarnos a las cosas o saber lo que va a pasar o lo que piensa el otro. Y en realidad no sabemos una mierda de lo que va a pasar ni que piensa ( o deja de pensar) el otro.

Hay una etapa en tu vida en que desarrollas una confianza ciega en tu instinto, básicamente porque eres joven, no tienes problemas y eres mema. Así que entre clase y clase, salida y salida, y broncas familiares desarrollas la creencia de que “sabes” las cosas y la realidad es que no tienes ni puta idea.

Si no estuvieras cegada por las hormonas te darías cuenta de que tu supuesto instinto no hace más que patinar una y otra vez. Pero nada, tu erre que erre, confiando en él. Además como siempre has sido una listilla, lo aplicas a tus amigas, en plan pitonisa.

- Tía, te digo yo que le molas. He visto como te ha mirado y además el otro día me pregunto “ por tu amiga”…y esa tienes que ser tú y desde que le conozco hace 10 días nunca me había preguntado por nadie, asi que eso es que le interesas.

Cuando luego se confirma que el amigo en cuestión es gay….a ti no se te ocurre pensar que tu instinto ha patinado un pelín..y lo que es aún mejor..a tu amiga tampoco.

Con el tiempo vas teniendo más problemas y entonces aplicas el instinto para otras cosas..con los mismos resultados fallidos.

Llegas al curro, aparece tu jefe, entra y no saluda. Te llama para que entres a su despacho y ya está…tu instinto te dice que te llama para echarte, regañarte o porque se ha enterado que en tu tiempo libre escribes un blog. Luego entras y es cualquier chorrada, ala..ya te la ha vuelto a jugar el instinto de las narices. Porque además el día que tu jefe te echa la gran bronca del siglo..tu sexto sentido debía estar de vacaciones porque te ha pillado completamente de sorpresa.

Yo ahora ya paso de creerme pitonisa. No tengo instinto, cuando acierto es porque los indicios son tan claros que hasta un tío se daría cuenta.

Grandes fiascos de mi instinto.

- Año 1999. Voy a una boda. Me pongo hecha una princesa de guapísima, y pienso..” seguro que no me como un colín y todo este trabajo de chapa y pintura no sirve para nada”…conocí a G y hasta hoy.
- Dos partos, dos veces que me instinto me decía que eran niños…toma princezaz.


En fin..que el instinto es una mierda. Volvamos a lo simple.

Ah..y a mi no me preguntéis. No tengo ni puta idea, por no tener, no tengo ni instinto maternal...pero de ese falso mito hablaré otro día.

miércoles, 28 de enero de 2009

WISH YOU WERE HERE.- Pink Floyd.

Cuando cumplí 15 años mi amigo F. me regaló una cinta.
Por aquel entonces ,una cinta era una cosa muy seria. Había que comprarla y las buenas ( Sony ) costaban pasta. Luego había que hacer la selección de canciones y luego grabarla intentando que no se oyera el clic final de cada tema. Además el orden no podía ser aleatorio, íban colocadas en una sucesión pensada milimétricamente.
Esa cinta la conservo. Se llama Varios by Fede. Una cara son temas en "studio" y la otra es "live". Es impresionante pero todavía se escucha.
En esa cinta había varios temas míticos de Hendrix, de los Beatles, los Rolling, Police....pero este es sin duda el tema que más me gusta.




Para F.

PONGA UN INGENIERO EN SU COCINA.


Contemplar a mi ingeniero en mi cocina es una de las experiencias más fascinantes de mi intensa vida familiar.

El ingeniero no cocina normalmente, es decir que el proveerle de alimento diario para que pueda desarrollar su trabajo es algo de lo que me encargo yo, pero en fechas señaladas el ingeniero se lanza a intentar desarrollar sus dotes culinarias.

Al ingeniero le encanta comer, le encanta lo exacto, y le flipa Arguiñano. Estos tres factores por separado no son nocivos pero combinados se convierten en un coktail Molotov que además me saca de quicio.

El ingeniero me mira asombrado cuando me trago una comedia romántica y suspiro por un paseo romántico o una velada a la luz de las velas…"A. eso no es real, que te crees que la vida es como una peli” me dice..y rompe toda la magia. Pero se pone a cocinar y quiere ser Arguiñano.

Para empezar necesita mucho espacio, más o menos como si estuviera en un plató de 100 m cuadrados. Los demás habitantes de la casa debemos irnos de la cocina o sentarnos a contemplarle en silencio reverencial. Y silencio. Nada de distracciones.

Después va el atrezzo. El ingeniero siempre se pone delantal, y un trapo colgando del cinturón. Y luego dicen que las tías somos esclavas de la moda….

El ingeniero coloca la tabla de madera, la limpia (aunque ya esté limpia), coloca los cuchillos y cucharas al lado de la tabla y al otro la receta que vaya a seguir debidamente protegida para que no acabe llena de grasa y manchas.

Después necesita tener todos los ingredientes preparados, medidos y colocados perfectamente en recipientes lo más parecido posible a los que salen en la tele. Esta tarea lleva bastante tiempo porque el ingeniero no está en su habitat y desconoce la ubicación de ingredientes, recipientes y demás utensilios. Esta búsqueda va acompañada de todo tipo de improperios del tipo:

- así no hay manera de encontrar nada, no están las cosas donde tienen que estar, es que lo escondéis todo.

Además el ingeniero no puede cocinar sin un utensilio que a las marujas trabajadoras nos sobra completamente: la báscula.

- A. la cocina es ciencia. Las cantidades han de ser exactas. ¿ Donde está el peso?

El peso está por supuesto en el último armario, debajo de otra serie de cachivaches que yo jamás uso porque cocino al buen tun tun, sin método ni pesos ni majaderías. De todos modos como es su día, subo y se lo doy. Asisto a la ceremonia del pesaje, colocación y ordenación de los ingredientes con sumo respeto. Las niñas mientras tanto se impacientan:

- ¿Cuándo comemos???

El toque Arguiñano además de en la parte formal se reconoce en que en medio de tanto método de repente, al ingeniero le alcanza un rayo de creatividad..y decide que comino es lo que más le va a los canelones o ralladura de limón al cocido…” ¿no quieres experimentar cosas nuevas?. Pues la verdad es que no, pero me callo.

Otra cosa genial es que la receta se puede variar por adicción (añadir cosas) pero jamás por sustracción (quitar cosas). Así que si en la receta pone que hay que echar por ejemplo, almejas machas y no nos gustan…hay que echarlas por cojones y por el método. Pero si en la receta no pone nada de almejas y el ingeniero las ve en su búsqueda por la cocina…échate a temblar porqué dirá algo así como:

- yo creo que a las lentejas les irían bien unas almejas ¿no?..fusión de sabores.

No me jodas..fusión de sabores almejas y lentejas…que asco.

Cuando por fin termina el ritual y te sientas a comer…te espera la última sorpresa.
" He hecho un cálculo, he sumado el precio de los ingredientes, el gasto de luz y agua y el coste de la mano de obra y lo he prorrateado por los días que vamos a comer este gazpacho y resulta que sale más barato comprar un litro de gazpacho marca blanca que hacerlo en casa”.


Casi me asfixio con el gazpacho.