martes, 27 de enero de 2009

ME DAS PEREZA

Hay cosas que me dan muchísima pereza: sacar la basura, ir al cajero, tender la ropa, echar gasolina, bañar a las princesas o lavarme los dientes. No recuerdo ni un momento en mi vida en que esas actividades me hicieran ilusión ( el baño de las princesas puede que un poco cuando era una pringada madre primeriza) . Son cosas que siempre preferiría no hacer pero acabo haciendo.

Hay libros que me dan pereza, es una sensación, algo sin criterio y totalmente injustificado pero por ejemplo me da perezón horroroso leer los libros de Harry Potter o la literatura española contemporánea..vale que aquí es con un poco de criterio porque a muchos de los autores les tengo muchísima manía.

También me da pereza Penélope Cruz..es tannnn cansina…o la profesora de danza de mi amiga A. a la que no he visto nunca, solo en fotos, pero me da pereza.

Todas estas cosas me han dado pereza desde siempre, desde el minuto 1 que conocí su existencia.

Luego están las personas que me dan pereza pero que sin embargo, tuvieron su momento de gloria. En algún instante de mi vida me pareció que merecían la pena. Lo que quiere decir que o soy tonta o la gente “ quedapereza” tienen alguna virtud. Una virtud que caduca pero una virtud al fin y al cabo.

En algún momento me parecieron interesantes, inteligentes, con algo que aportar. Los “quedanpereza” sin embargo luego se desinflan y me doy cuenta de que son una mezcla de obvios, tristes, ocupados y misteriosos pero bien envueltos para despistar.

Así que conozco a esas personas y todo va bien, me caen bien, tengo cosas de que hablar, me divierten..puedo incluso tomarles cariño. Pero un buen día empiezo a percibir cosas que no me gustan, contestaciones misteriosas del tipo “ya te lo contaré” , tristeza sin criterio, mails previsibles, temas de conversación aburridos..etc. Lo curioso es que todas estas cosas en gente nueva me provocarían hostilidad, ironía y sarcasmo..es decir sacarían lo mejor de mi. Sin embargo con esta gente y en consideración a que en algún momento me cayeron medianamente bien sólo me provocan hastío y pereza. Pensándolo bien, no sé que es peor.

De repente se convierten en gente que cuando me llaman al móvil..miro la pantalla y digo..”pufffff…no lo cojo”. Pero tienen mi móvil, lo que quiere decir que en algún momento pensé que merecían la pena y les dí mi número…y en consideración a eso lo cojo para arrepentirme en el minuto 1. Y si llaman al fijo ante mi falta de contestación al móvil..al cogerlo pienso “ mierda…que pereza” y acto seguido..¿sabrá donde vivo?”.

Alguien se ha convertido en un “dador de pereza”, cuando recibes un sms o un mail de su parte y dices…”pufff..luego lo contesto”, para luego pasar olímpicamente pero encontrando una excusa: me olvidé, no tuve tiempo, lo perdí, es que pensé que estabas de viaje.

Hay gente “quedapereza” con la que pudiste tener cosas en común en algún momento, por ejemplo compañeros de curro, del colegio o de un curso absurdo al que te apuntaste…pero su momento pasó y fuera de ese entorno protegido…dan muchísima pereza. Yo he llegado a bajarme de un autobús antes de tiempo al ver entrar a una excompañera de clase solo por la pereza de pensar que lo mismo quería hablar conmigo.

Los ex también dan mucha pereza, examantes, ex amigos, ex jefes…..sinceramente…¿porqué no seguimos cada uno por nuestro lado?.

Lo peor de los “quedanpereza” es pensar que en algún momento los consideré interesantes, lo que me hace pensar que quizá no tengo criterio o que no soy tan lista como me creo y me dejé engañar por un envoltorio bonito.

Se me está ocurriendo otra cosa aterradora…¿y si yo le doy pereza a alguien??...mmmm…vale..ese alguien no tiene criterio y es un simple.

lunes, 26 de enero de 2009

DON´T PLAY THAT SONG FOR ME.- Aretha Franklin

Para compensar la imagen de Aretha el otro día en la toma de posesión de Obama, cantando como buenamente podía a 3 grados bajo cero, la traigo aqui en una actuación de 1970 sencillamente espectacular. Toca el piano de lujo y canta con un sentimiento y una garra increibles.
Los cardados y el bailecito de las coristas también es increible.

MATERNITY (XIII): Al cine.

Ir al cine con los niños parece un plan perfecto. Hora y media en la que están sentados, callados y entretenidos..¡no se puede pedir más por 7 euros!. El problema como siempre son los inconvenientes con los que no habías contado y que hacen de este plan supuestamente genial…una prueba de resistencia.

Ir al cine con las princesas es una experiencia de madre soltera desde que G. me desarmó la primera vez que se lo propuse con una excusa tan contundente, eficaz y genial que no pude decir una palabra en contra:

- ¿Qué te parece si vamos al cine esta tarde a ver “Bolt”?
- Yo no, a mi esa película no me apetece.

¿Qué puedes contestar a eso?. Así que nada, me voy yo sola a ver Bolt porque obviamente es la peli que más me apetece del mundo y arrastro a mis hijas que lo mismo preferían "Revolutionary Road".

Como soy muy previsora saco las entradas por Internet, solo hay que recogerlas en la máquina de la entrada. Parece fácil dicho así, pero no. Con una mano sujeto a M. y le digo que le de la mano a C. que por supuesto se niega…con la otra mano sujeto la mochila de las medicinas, e intento sacar la cartera del bolso para coger la tarjeta y pasarla por la máquina. Momentos de tensión…nunca sé si funcionará o no…parece que si….respiro aliviada, me giro y C. sale corriendo en medio de un hall lleno de niños..grito, la persigo..y consigo agarrarla.

Sin aliento, con la mochila colgando, el bolso, una niña de cada mano y las entradas en un bolsillo seguro..entro en el cine.

- ¡¡QUIERO PALOMITAS!!!! ¡¡¡QUIERO PALOMITAS!!!!.
- Que si, que ya vamos a por ellas.
- YO TAMBIÉN QUIERO PALOMITAZZ.
- A ver, poneos aquí, a mi lado.


Bien, consigo un cucurucho de palomitas por el módico precio de 4 euros…y me encamino hacia la sala. Me siento como un malabarista de esos que van sumando cosas mientras las van tirando por los aires: bolso, mochila, 2 niñas, entradas entre los dientes y cubo de palomitas…

Después en la sala, las escaleras. Desde que soy madre he desarrollado un pánico absurdo y desproporcionado a las escaleras…¡¡cuidado!!!..¡¡dame la mano!!!...¡¡no te caigas!!...¡¡mira por donde vas!!!...no lo puedo evitar…entro en una espiral de repetir sandeces de ese estilo y mis hijas me miran en plan..”¿Se puede saber que te pasa??...no nos vamos a caer”…Y es verdad…luego andando en la playa se tropiezan con sus propios pies..pero por las escaleras no se caen.

Llego a los asientos…y de repente mis hijas son superheroínas ( o mejor supervillanas) y los abrigos son como kriptonita…son veneno, les queman la piel, se vuelven locas y empiezan:

- mami quítame el abrigo!!!!
- Mamiii…el abrigooooo!!!...


Asi que mientras entro de medio lado en nuestras butacas con la mochila, el bolso, el cubo de palomitas y las entradas entre los dientes..intento sujetar los abrigos para que no caigan al suelo.


- Yo aqui.

- No, ahi yo.

- No, mamá ahi.

- Mejor aqui yo.

Consigo dejar todo sobre mi butaca sin ponerme histética: ¡ no hay dolor!. Paso a la siguiente etapa que es acomodarlas en sus asientos y aquí tengo que hacer una advertencia a padres/tios/abuelos primerizos que vayan con niños al cine: las butacas de las salas de cine son un arma mortal si pesas menos de 18 kilos. Lo digo por experiencia.

Cojo a C. en brazos, bajo el asiento de su butaca, la siento y me giro para repetir la operación con M. De repente oigo un ruido, miro a C. y su butaca se ha vuelto a cerrar atrapándola a ella…jijiji..solo se ven los pies, las manos y la coronilla..parece Mortadelo atrapado por una cama plegable. La verdad es que me río un poco pasado el susto inicial.

Vuelvo a acomodarla y me doy cuenta de que es un problema de peso, así que la siento y le pongo encima los abrigos, la mochila, mi bolso y las palomitas para que no se cierre la butaca y conseguir sentar a M. que tiene el mismo problema.

En una maniobra increíble por mi parte…mientras C. está sepultada… siento a M. y sin soltar su butaca consigo sentarme…..y entonces apoyo mis dos rodillas en sus butacas para hacer de contrapeso. Comodísimo.

Cuando libero a C. de todo el peso, no está de muy buen humor..¡¡QUIERO MIZ PALOMITAZ!!!, pero empieza la peli y se tranquiliza.

Exhausta, miro la pantalla...y solo pienso en G. disfrutando de la paternidad.


jueves, 22 de enero de 2009

SER MALA ME HACE FELIZ

Estoy de mejor humor que esta mañana porque me he dedicado a cosas malas que me reconfortan y me ponen de buen humor. Ya sé que a alguien puede parecerle una técnica siniestra de mejorar el humor, pero sinceramente…me da igual.

Hay cosas en teoría malas que me hacen feliz.
Planear una venganza…es lo que tenemos los rencorosos, que disfrutamos de la venganza. Yo me he dedicado a planear frasecitas que le voy a decir a uno que yo me sé y que sé que le van a reventar:

- “ ese traje..no sé.. se ve como antiguo, no??”.
- “…mm…no te aprieta mucho ese pantalón?.

O la que más me gusta:

- "Me han comentado que si te pasa algo…te ven avejentado..¿ yo??..a mi no me preguntes..yo te veo como un padre".

Me río yo sola de pensar como le va a cambiar la cara y el ánimo. Estupendo.

Hay otras cosas malignas que me hacen feliz:
  • La frase “ yo tenía razón” ya lo comenté el otro día.
  • Una mala comedia romántica programada en un buen momento..suele hacerme féliz…cuanto más mala sea más feliz me hace. Y si además es previsible..de esas que en el minuto uno ya sabes como acabará mejor que mejor.
  • Lo mismo me pasa con las canciones. Normalmente no escucho música española, pero una mala canción española…cuanto más hortera mejor ( con un límite…Goñi descartado) en el momento adecuado mientras conduzco suele hacerme feliz. Hacer el chacho cantando a voz en grito una letra patética ejerce sobre mi propiedades terapéuticas…antes de que lo diga nadie, lo digo yo..: la música amansa las fieras.
  • Criticar un libro malo. Eso me encanta. Este año 2009 por ahora va bien, pero seguro que leo alguna mierda alucinante que saque lo peor de mi.
  • Compararme con otras madres…y ver que yo lo llevo de lujo..no porque yo sea estupenda sino porque ellas son un desastre…
  • Y a veces en el colmo de la maldad…que mis hijas tengan un poco de fiebre y estén mimosas, se dejen abrazar y no se cuelguen de la lámpara..también me hace feliz.

La verdad es que a veces me doy miedo a mi misma.....