sábado, 10 de enero de 2009

SÁBADO

Sábado. Frío increible. Sol y nieve en mi calle en Madrid. Un buen día.
Comida casera. Después de comer, las princesas se ponen a ver "Los robinsones de los mares del sur", gran película de aventuras que yo me he podido tragar con mis hermanos un millón de veces. G. duerme en el sofá.

Cojo el periódico, lo miro por encima: crisis, temporal, Gaza y Obama. Pero ohhh..en la portada del Babelia está Siri. ¿Qué quien es?. Es Siri Hustvedt, una gran escritora, autora de uno de los libros que más me han gustado en mi vida. "Todo cuanto amé". Es un libro emocionante, impactante y maravilloso. No es lectura fácil porque trata temas duros, la pareja, la infidelidad, el desamor, el fin de las relaciones, la muerte. No dejeís de leerlo, no os arrepentireis.
El libro me gustó tanto que hice una de las cosas más frikis que he hecho en mi vida.
En el 2007 en un intento de escapar a mi destino como madre trabajadora, me propuse hacer algo " gafapasta culturetas" y estuve yendo a unas conferencias en el Museo del Prado. Una de las conferenciantes era Siri. Y allí que me fuí yo con mi ejemplar de su libro, a intentar que me lo firmara.
Ella llegó tal y como la retratan en el artículo de EL País. Es una tía muy grande y eterea, tan rubia, tan flaca, tan élfica...es como una hada..pero sin misterio. Mola por eso porque no es misteriosa, da la impresión de que podría ser tu vecina guiri. Al acabar la conferencia, esperé por si hordas de lectores plastas como yo se acercaban a hablar con ella...pero no se acercó nadie. Ella estaba allí charlando con Almodovar que la había acompañado. Reuní todo mi valor y bastante nerviosa me acerqué a ver si conseguía que me firmara el libro.

Se quedó bastante sorprendida, pero fue realmente encantadora. Me firmó el libro y charlamos 5 minutos sobre cuando había leído el libro, que me había parecido y alguna otra cosa. Un encanto.

Llevo 3 años pidiendo a los Reyes dos libros suyos " Los misterios del rectángulo " y " Una súplica para Eros". No han podido traérmelos. Ahora publica nueva novela "Elegía para un americano". Los quiero todos. LOS QUIERO TODOS.

Queda un mes y 2 días para mi cumpleaños.

viernes, 9 de enero de 2009

MARUJA TRABAJADORA.

Mi amigo invisible de este año que me quiere ¿bien? me ha regalado el bonito libro que ilustra esta entrada. Se llama “ Classic Household HInts. Over 500 old and new tips for a happier home”.

Este libro me va a proporcionar grandes momentos de inspiración para este blog, porque entre las cosas que (me) pasan, están las que me ocurren por ser Maruja trabajadora. La primera de ellas es la curiosa evolución en la apreciación de las tareas del hogar que se sufre a lo largo de la vida.

Cuando eres pequeño, te parece que cosas como poner la lavadora, echar el jabón del lavaplatos, tender la ropa, pasar la aspiradora o abrir el inaccesible armario de la ropa de casa son actividades llenas de un misterio y un misticismo increíbles. Tu madre es un ser superior que tiene muchísima suerte porque puede hacer todas esas cosas. Tú imitas en lo que puedes con tus cacharritos y tus muñecos, y lo normal con 3 años, es que a la pregunta de qué quieres ser de mayor digas que “mamá” .

Un poco más adelante en la vida te das cuenta de que no mola tanto como pensabas. La razón fundamental es que tu madre refunfuña y que además en cuanto puede pretende que esas cosas las hagas tú. Eso levanta tus sospechas, si fuera realmente divertido no te dejarían hacerlo. Por eso no te dejan conducir, ver pelis de “mayores” o salir por la noche. Empiezas a sospechar que las tareas del hogar son malas.

Si eres veinteañero y tía y vives con tus padres, te toca hacer tareas del hogar. Ir a la compra, cocinar de vez en cuando, planchar. Te jode pero lo toleras. ¿Porqué lo toleras?. Porque no te ocupa memoria. Sabes que hay una mente superior que está por encima de ti y que si tú no te acuerdas de comprar papel higiénico se acordará ella y si no te planchas la ropa, pues ya la planchará ella. Es algo así como ser Darth Vader, eres malo pero te puedes permitir dejar de serlo porque por encima de ti está el emperador que es el que tiene que ser malo todo el día porque si no el lado oscuro se iría al carajo. Pues eso.

Pero luego te independizas/casas/vas a vivir en pecado y derepente eres el emperador. El lado oscuro depende de ti. Y eso es muchísima responsabilidad, ocupa muchísima memoria y es un puto coñazo.

Sin darte cuenta te pasas el día pensando en cosas que hay que hacer, lo que hay que comprar, lo que vas a preparar de comida. Y no cualquier cosa como cuando eras Darth Vader, un mero subordinado…en plan..hoy pasta, y mañana arroz y si estabas en plan sofisticado pizza. No…ahora hay que alimentar a los sucesores del emperador tendiendo en cuenta múltiples factores: que han comido en el colegio, que cenaron ayer, que no les da alergia y que hay en la nevera.

Descubres que uno de tus enemigos más importantes es la lavadora, antes tú vivías feliz. La ropa se echaba a lavar y pasado un tiempo prudencial estaba en el armario o si el emperador de tu casa estaba de malas encima de la mesa de tu cuarto. Ahora descubres que hay todo un proceso muy desagradable para lograr eso. Hay que clasificar la ropa, elegir el programa de la lavadora (ni zorra, siempre el 3), tender la ropa, plancharla y luego guardarla. Y cuando crees que has vencido al cesto de la ropa sucia…el muy cabrón se llena de nuevo y vuelta a empezar.

Se me está ocurriendo que este libro, detrás de su portada noña..es un manual para emperadores...mmmm....seguiré informando.

jueves, 8 de enero de 2009

MATERNITY (XI): Pedro y el Lobo.


11 y media de la mañana de un día cualquiera de vacaciones.

Desayuno con las princesas. Recojo la casa por encima. Consigo bañarlas y vestirlas.

Me aseguro de que la puerta de la calle está cerrada con llave para que no se escapen, las ventanas cerradas para que no se asomen, los cuchillos guardados para que no jueguen a espadachines, los venenos a buen recaudo para que no se los beban, la plastilina en alto para que no la esparzan por toda la casa y las témperas escondidas para que no pinten las sábanas.

Dejo los rotuladores porque es evidente que tienen talento como muralistas y aunque a G. le da un colapso cada vez que ve que han pintado la pared yo ya paso y además con algo tengo que entretenerlas los 45 segundos que pienso tardar en ducharme.

- Me voy a la ducha. Portaos bien y no os peleeís.
- Si mamá – me miran las dos con su mejor cara. Y yo, que soy mema, me lo creo.

Por supuesto dejo todas las puertas abiertas,la intimidad en el baño hace tiempo que dejo de parecerme imprescindible.

Cuando estoy con todo el pelo enjabonado,
- Mamaaaaa

¿ He oído a M. llamarme o me lo estoy imaginando?.

M. entra en el baño con su cara angelical y me dice..

- Mamaaaa…C. tiene sangreeeeee.
- QUE?????? ¿QUÉ C. TIENE QUÉ?.
- Tiene sangreeeee.

Abro la mampara del baño, salgo corriendo chorreando con todo el pelo lleno de jabón. En dos segundos soy capaz de imaginar todas las cosas horribles que le han podido pasar a C. y lo mala madre que soy por haberme desentendido: me la imagino subida a la litera y tirándose en un doble tirabuzón con pirueta final para acabar estampada contra el suelo con la cabeza abierta. Llego a su cuarto corriendo con el corazón saliéndome por la boca y sale de detrás de la cama…diciendo…

- Mami…que era de mentiraaaaaa. Y lo eztaz mojando todo y ademáz eztaz en pelotillaz….

Las dos se miran y se tiran al suelo a descojonarse.

En un primer momento no puedo casi ni respirar de alivio al ver que está bien….de ahí paso a decir cosas como:

- ¿Os parece gracioso??. Os va a pasar como a Pedro y el Lobo que un día os va a ocurrir algo grave y no me lo voy a creer.

No sé que es peor:

- que mi hija C. con 3 años haya sido capaz de montar este número y además como buena mente maligna deducir que era mejor mandar a M. a asustarme porque yo iba a caer en la trampa.
- Encontrarme diciendo cosas como lo de Pedro y el Lobo…por favor, ¿ Se puede ser más patética y más cínica?. Si yo nunca me lo he creído. Todo el mundo sabe que un buen mentiroso es un profesional y siempre se sale con la suya.
- Haber destrozado el parquet con el charco que forme.
- No poder salir a la calle por temor a encontrarme con el vecino de la casa de enfrente que tuvo el honor de verme en pelotas mientras mis hijas se descojonaban de mi.
NO he conseguido poner la tira más grande. Pinchad en ella y la vereís mejor.

domingo, 4 de enero de 2009

SCARBOROUGH FAIR

Cuando tenía 8 ó 9 años, íbamos a Los Molinos en el Seat 131 de mi padre. No era como ahora, que los niños mandan en la música que se escucha en el coche ( no en nuestro caso), mi padre nos ponía la música que le gustaba a él. Los Beatles y Simon & Garfunkel sobre todo, aunque oíamos de todo.
Esta canción me recuerda a cuando íbamos metidos en el coche, ¡ sin silla de seguridad!, y hacía muchísimo frío y un sol radiante. Como hoy. Esta tarde me voy a Los Molinos a esperar a los Reyes.
¿A que no me pega? Pues me encanta.