Por fuera parece superchulo, cuando lo saco en público y lo abro…la gente dice… "alaaaaa"...tiene gran pantalla en color, se puede navegar por Internet, leo los correos y tiene un gran teclado.
Todo chulísimo. Lástima que funcione de angustia y la mayor parte del tiempo su mayor utilidad sea provocarme una luxación de hombro de cargar con él en el bolso, porque como es tan completo pesa un quintal.
Normalmente mi móvil no suena. Nunca. Da igual que me llaméis…no suena. Tampoco suena si me llega un mensaje o un mail. Está silencioso. Yo me confío y pienso: "que bien, que tranquilita estoy" . Al cabo de 6 horas, caigo en la cuenta de que esta falta de actividad tecnológica comienza a ser sospechosa y miro la pantalla y me encuentro esto:
14 llamadas perdidas.
30 correos electrónicos
10 sms.
Me pongo de los nervios. Empiezo a intentar ver de quien son las 14 llamadas perdidas pero mi teléfono es muy celoso de su información y decide que “información no disponible”. Como ya me conozco el percal, llamo a G., suena 2 veces y oigo:
“SE PUEDE SABER PORQUÉ NO ME COGES EL TELÉFONO EN TODO EL DÍA”.
Bien..buen rollo.
Cuando consigo calmarle me confirma que solo la mitad de las llamadas son suyas. Así que pruebo con mi jefe.
- Hombre..que bien, por fin consigo hablar contigo, ¿para qué tienes móvil de empresa SI NO ME COGES EL TELÉFONO NUNCA?.
Intentar explicarle a mi jefe los misterios de la tecnología es absurdo, así que me limito a tomar nota de los mil encargos que ha acumulado en las horas que no ha hablado conmigo.
Luego está el tema “Bluetooth”, otro invento diabólico. Se supone que sirve para hablar por teléfono desde el coche. JA. El mío solo sirve para que me plantee visitar al otorrrino más frecuentemente. Si intento hablar por teléfono desde el coche me veo a mi misma desgañitándome para que la otra persona me oiga y al mismo tiempo estirando el cuello hacia el altavoz para ver si me entero de lo que el otro me dice. Conclusión: luxación de cuello y series dudas sobre mi capacidad auditiva.
Los navegadores. Otro buen tema.
Desde hace un año y medio compruebo que la gente ha perdido la capacidad para leer carteles, indicadores y señales mientras conduce. Necesita una pantalla que le diga: “por aquí se va a Toledo”, o “ reduce que hay un stop” , “ no gires por ahí que es prohibido” o algo impresionante "ha llegado a su destino" ¿ No es increible? no te das cuenta de que has llegado hasta que la máquina lo dice.
Me fascina como la gente ha caído en la trampa del navegador, a mi me parece una completa gilipollez.
Elimina la posibilidad de contemplar el paisaje porque la gente va mirando la pantalla como si le fuera en ello la vida. No se puede poner música porque el navegador “habla” y lo mismo te pierdes un mensaje vital para la humanidad como “posible radar oculto”.
Conclusiones:
- que me cambien el móvil o me costará el matrimonio y el curro.
- No me gusta hablar por el bluetooth.
- Si alguno ha pensado por un instante en ¡ que ilusión le hará un navegador!...absteneos.
Elimina la posibilidad de contemplar el paisaje porque la gente va mirando la pantalla como si le fuera en ello la vida. No se puede poner música porque el navegador “habla” y lo mismo te pierdes un mensaje vital para la humanidad como “posible radar oculto”.
Conclusiones:
- que me cambien el móvil o me costará el matrimonio y el curro.
- No me gusta hablar por el bluetooth.
- Si alguno ha pensado por un instante en ¡ que ilusión le hará un navegador!...absteneos.