- ¿Qué os parece si compro una casita en el valle de Benasque?
- Bien.- respondimos los cuatro hermanos al unísono, sabiendo que era una pregunta retórica completamente. Ella cuando quiere hacer algo lo hace y lo que opinen los demás y especialmente sus 4 churumbeles se la trae al pairo.
Eso sí, para la elección de la casita eligió a su favorito, pobrehermano mayor. Allí que se fueron a escoger la casa y pagarla. Debo decir que molimadre y pobrehermano mayor son insoportables juntos, están todo el día discutiendo, pero por alguna razón que se me escapa (aunque creo que es favoritismo puro y duro) molimadre siempre acaba teniendo en cuenta la opinión de pobrehermano.
Bueno, a lo que iba, que parece que estoy celosa o algo y nada más lejos de la realidad.
Se piraron un fin de semana (que yo aproveché para disfrutar del planeta del amor recién estrenado con el ingeniero) y compraron una casa.
El primer viaje a conocer la nueva posesión de molimadre fue grandioso.
Moli..¿Vendrá el ingeniero, no?
Sí, bueno, si te parece bien.
Oh, me parece perfecto. Estupendo.
¿Estupendo? ¿Qué le vas a pedir?
¿Pedir? Nada...pero... ¿traerá su coche grande, no? ¿El todo terreno ese con mucho maletero?
Pues no sé... ¿Qué quieres? ¿Qué estas tramando?
¿Tramando? Nada, es que había pensando que así podíais llevar…y aquí con un gesto grandioso, abrió la puerta del garaje donde había unas dos mil cajas con un millón de trastos. Molimadre si monta una casa, la monta. Llevábamos de todo, absolutamente de todo.(1) Nos fuimos pobrehermano en paro (que por aquel entonces estaba en el colegio), el ingeniero y yo, en el Patrol forestal. Madrid- Sos: 8 horas, a 90 km por hora y con el coche petado de trastos.
La primera noche estábamos los tres solos.Al día siguiente después de deslomarnos a colocar todo, llego molimadre con molihermana y pobrehermano mayor y decidió que obviamente todo lo que habíamos colocado estaba mal. Sí, ya lo sabíamos, pero la opción no haber hecho nada y decirle: mamá, hemos esperado a que vinieras tú…hubiera desembocado en un chantaje emocional del tipo: es que claro, lo tengo que hacer yo todo, se puede saber que habéis estado haciendo…etc.
Esa segunda noche fue genial.
Molihermana y yo dormíamos en un cuarto con literas, molimadre en su cuarto, y el ingeniero compartía estancia con pobrehermanos. (Esto era hace 11 años...molimadre era más puri y lo de compartir cama con novio no estaba bien visto...ahora por supuesto con pobrehermano en paro las cosas han cambiado “hija, son jóvenes”).
A lo que iba, como yo, la noche anterior, (ejem), había dormido más bien poco, rápidamente cai en un sueño profundo.El ingeniero que obviamente había dormido tan poco como yo ( más ejem), se desnucó igual y roncó como si fuera a ser lo último que iba a hacer en la vida. En algún momento recuerdo haber despertado y oír a mis hermanos refunfuñar indignados: quécabróncomoroncaeljodido, como no se calle le meto un calcetín en la boca, …hasta que a las 7 y media de la mañana, uno de ellos dijo: ¡por fin es de día!. Voy a despertar a este cabrón y esta noche Moli, ¡os vais a un hotel!
Aparte de las 12 casas, hay un abrevadero del siglo XV y una ermita románica donde molihermana tuvo a bien casarse hace unos años. Delante de la esa ermita hay un banco con unas vistas sobre el valle acojonantes donde me tiro horas leyendo mientras las princezaz triscan por el monte, recogen flores o gritan a las vacas.
Me encanta ir. Me da igual ir a esquiar, a pasear, a la boda de mi hermana, a no hacer nada más que dormir, leer y pasear, a trepar por los montes con pobreshermanos, a recibir a pobrehermano y molicuñado después de hacer la transpirenaica en bici, a pasar calor en verano, con las princezaz de bebés, a enseñarles a esquiar..etc. Cualquier ocasión es buena para pirarme para allá.
Me mola porque después de 11 años es un sitio en el que no tengo ningún mal recuerdo. Allí no me ha pasado nada que me ponga triste o me dé bajón, de pocos lugares puedo decir lo mismo. (Ahora que lo pienso, me metí la gran leche por las escaleras un año…mmm..y otra vez mientras remoloneaba en el sofá, llamaron a la puerta y eran los Testigos de Jehová…). Solo he estado allí con la gente que de verdad me importa.
La última vez que estuve por allí, fue en Semana Santa y lo pasé genial.
Tengo mono, así que me he cogido puente y me voy.
Va a jarrear pero me da igual. No, no me da igual, me apetece que llueva como si fuera el fin del mundo. Me apetece estar tumbada en la cama y escuchar la lluvia en el tejado. Llevo pelis para ver tirada en el sofá, las zapas y la ropa nueva de correr, este libro de Roth, éste de Judt y éste que me acaba de regalar una amiga ( gracias S.) y seguro que en mi librería favorita encuentro algo que comprar.
Un puente perfecto.
Lo mismo no vuelvo.
(1) De todo incluye un colador para los posos del té.
(2) La foto del camino que lleva a casa la hizo P. en Semana Santa.
(2) La foto del camino que lleva a casa la hizo P. en Semana Santa.