sábado, 23 de abril de 2022

Instagram y los padres de Chihiro

 

En la película El viaje de Chihiro hay una escena aterradora. Los padres de Chihiro no hacen caso a la advertencia que su hija les hace de no entrar en un parque de atracciones abandonado y acaban convertidos en cerdos que no paran de tragar toda la comida que les ponen delante sin fijarse en nada más. 

Ultimamente esta escena me viene a la cabeza cada vez que entro en Instagram y veo como mucha gente se queja de que el algoritmo maltrata su contenido, de que tienen que estar publicando todo el tiempo para que les lleguen seguidores, atención, interacciones, clics, comentarios y demás. En España estamos ahora surfeando la cresta de la ola en Instagram y creyéndonos los reyes del mundo (yo no). Como llevo muchos años por aquí y sé como de maligna es la mente de algunos lectores (alguno de los pocos que se dejan caer por aquí ahora) sé que alguno estará frotándose las manos y pensando "Ja, ya sé que comentario inteligente voy a dejar: «pues para no creerte la reina del mundo, hablas mucho de IG, si no te gusta para que lo usas». 

Instagram me hace gracia y me entretiene, me parece la banalidad más absoluta y me divierto. Ahora que en el Hola ya no conozco a nadie y además hacen un uso del photoshop tan extremo que creo que debería pasar a llamarse Hola Today, IG me sirve para ver casas bonitas que son mentira, historias de amor que son mentira y ver anuncios. Estoy muy a favor de la frivolidad, las mentiras brillantes y la publicidad engañosa. Lo que me preocupa y preocupa en sitios donde la cresta de la ola está revolcando a los entusiastas surferos de instagram es que ha convertido a la audiencia en vagos redomados. La gente ya no quiere ir a ningún sitio a buscar algo, ni siquiera quiere leerlo o tener que teclearlo en el buscador, quiere que una foto (sin mucho texto que me aburro) o un vídeo corto con un link donde pueda pinchar (porque como va a retenerlo en su memoria y buscarlo luego) le acerquen absolutamente todo. Ya no hay interés en buscar, en encontrar. Todo es "lo que me des y, por favor, machacadito, que no tenga ni que pensarlo, ni recordarlo, ni mucho menos buscarlo". Si tienes un blog tienes que contarlo en IG, si tienes una tienda tienes que estar poniendo fotos todo el día, si tienes un negocio, no dejes de hacer stories absolutamente banales y llenas de links, porque si dejas un solo momento de alimentar la máquina, caerás en el olvido. 

Por lo visto y esto no lo controlo porque yo no uso IG (ni twitter ni el blog) para ganar dinero ni influencia ni promoción, el algoritmo es un ente maligno, como el parque abandonado de la peli,  que va en contra de los creadores, que los penaliza si no están todo el día creando, vomitando contenido para que otros que, convertidos en los padres de Chihiro, lo engullan sin mirar. Veo a gente agotada "creando contenido" todos los días para no dejar de ser relevante y a mucha gente que si algo no está en IG cree que no existe.

Pero, 

vamos

ver

¿Estamos tontos? 

¿No es hora de pararse a pensar?

Si tu tienes un negocio y tienes tu cuenta de IG y muestras tu negocio, tus cositas y tal... y, de repente, la gente deja de hacer clic o de escribirte o de comprarte, ¿el problema es el algoritmo o que tus clientes, la gente, todos nos hemos vuelto gilipollas? ¿Somos los padres de Chihiro? A lo mejor esa gente que te escribía que le encantaba tu producto, tu cuenta, tus fotos, tu contenido, no apreciaba tu producto, tu cuenta, tus fotos, tu contenido...simplemente se lo tragaba porque tropezaba con él, porque le caía encima por el comedero automático de IG. 

Pensemos.

A lo mejor el problema no es el algoritmo, a lo mejor es que nos hemos vuelto idiotas o vagos o unos vagos idiotas. No queremos buscar nada porque "no tengo tiempo". Idiotas, vagos y mentirosas. ¿No tienes tiempo y pasas horas mirando IG o FB o Twitter? Claro que tienes tiempo pero no te da la gana. Claro que tienes tiempo pero no quieres reconocer que te has vuelto idiota. Quieres los destacados de IG, y las stories, y el servicio de entrega de lo que sea que compres en 24 horas. 

A mí no se me olvida donde está mi pastelería favorita, ni las librerías que me gustan ni dónde comprar la tinta con la que más me gusta escribir. Y no hablo solo de tiendas físicas, busco la web en el que sé que mejor revelan las fotos y donde hay descuentos para comprar mis sandalias favoritas. Tengo un lector de feeds en el que entro cada mañana y reviso todos los blogs o publicaciones que me interesan. Busco los artículos que me interesan en el periódico y leo newsletters. Y cuando no encuentro algo, lo busco, tecleando combinaciones diversas, en Google. Esto de buscar y encontrar no siempre es fácil porque aquí hay otro problema. Mucha de la gente que anda ahora corriendo y creando contenido en pildoritas ridículas de fácil digestión, tuvo un día un blog, una web. Un sitio en el que escribía con pausa, daba explicaciones y redactaba textos, un sitio con un buscador y etiquetas, con la información organizada. Muchos, la mayoría, lo abandonó o lo dejó ahí, aparcado. Todo lo que crea está ahora a merced del parque de atracciones maldito que ni ordena, ni explica y en el que es imposible encontrar nada. Hay que tragarse lo que te dé. Y ¿qué pasa si mañana esa red social desaparece? ¿Se esfuma? 

No veo muchas soluciones a este problema. De hecho la única solución que le veo al hechizo que nos ha convertido en cerdos con orejeras y enormes tragaderas sería, de hecho, que IG desapareciera, que se esfumara y despertáramos saliendo de esa rueda infernal. Que abriéramos los ojos y fuéramos a buscar lo que nos interesa o podría interesarnos, que sintiéramos curiosidad para movernos, para ir más allá de lo que sale a nuestro encuentro. 

No sé. En los podcasts americanos que escucho, en los artículos que leo, hay un run run en el ambiente, se dice, se comenta, se murmura que vuelven los blogs. 

Será los que se han ido, me digo yo a mí misma. 

13 comentarios:

MG dijo...

¿Las newsletters no son ya los nuevos blogs?

Yo a veces lo echo de menos (el blog) o pienso en empezar algo y es como dices, la pereza. Tener a la vez tiempo, ganas y algo que contar…

IG me gusta mucho porque es entretenido, bonito y todos somos más guapos y más felices en IG. Que nos requiere muy poco. Salvo a los que quieran vivir de ello, que debe ser agotador

Alberto Secades dijo...

Esto, publicado el día del libro, tiene mucho más sentido.
Alguien tenía que decirlo.

Gracias

lolo dijo...

Yo tampoco conozco ya a nadie en el Hola. Me adaptaré sin problema si vuelven los blog.

Di Vagando dijo...

MO: whot? QUE VUELVEN LOS BLOGS???? (tenías q haber titulado así la entrada).

Tu última frase la visualizo como los pantalones de tiro alto: NO, conmigo no cuenten. Ya pasarán y volverá el tiro bajo, donde sigo yo.

Seguimos en el tiro bajo de los blogs darling... y por muchos anios!

Y feliz san jorge, sant jordi y st george!

di

Lo+ dijo...

NO tengo IG ni twitter. Tampoco un blog, aunque casi lo tuve . (no existió siquiera el tiempo necesario para decir que, en verdad, tuve un blog.)

Mordor dijo...

Será que ya soy mayor pero he intentado interesarme por IG y no lo he conseguido. Un montón de cosas mezcladas, sin información, sin casi descripción... No le encuentro ningún interés. Continuo leyendo blogs casi cada día y espero que por mucho tiempo

Anónimo dijo...

Yo nunca he dejado de leer blogs, Instagram me marea, no retengo la información, se me olvida lo que acabo de ver, en cambio, a menudo, cuando voy conduciendo de vuelta a casa reflexiono sobre algo leído en un blog, o lo comento con la familia en la cena (a menudo, en tu blog). Y si, he notado que blogs que habían dejado de publicar, lo hacen otra vez.

Anónimo dijo...

Hasta para la frivolidad he desinstalado IG de mi móvil. Lo veia por temas que me interesan pero hasta eso me ha aburrido. Lo que me dejaba y me deja de piedra pómez es pensar que de verdad hay gente intentando hacer sus negocios ahí. Si tu negocio se nutre de instagramers, lo siento, no tienes un negocio, tendrás un badulaque temporal o como le queramos llamar, pero un negocio NO.
No puedo soportar más lo instantaneo, lo volátil hasta el extremo, lo fugaz en su maxima expresión. Y ojo, no hablo de la profundidad del tema. Yo he leido el Hola EN PAPEL toda mi vida, muy alto lo digo, y cierto, ya no conozco a casi nadie (no te digo cuando no estén Carolina y Lilibet...) pero me parece una lectura "formal" comparado con el tema redes....

Anónimo dijo...

El viaje de Chihiro me encanta, me alejé de las redes sociales por aburrimiento (no, no lo digo por pose, de verdad me aburrían, yo qué sé) y por falta de tiempo robado a la lectura, o eso sentía, no entiendo que es IG, ni un lector de feeds y no sé si debo echarlo de menos. Me envían boletines desde mi suscripción a un diario cada semana y no llego a tener una opinión definida al respecto. Sigo rumiándola.
Acostumbro a leer con el móvil a un lado para buscar nombres, lugares y referencias que se me escapan y enriquecen mi lectura aunque mi desmemoria cada día sea mayor, o quizás por eso.

Será que prefiero buscar y no tanto que me encuentren, como tú dices. Analógica que fue una, ¿de ahi vendrá? y lo mismo hasta ludita un día de estos.

Pero si sé que me gusta este blog y algunos otros. Larga vida a los blogs, si vuelven y si no... qué le vamos a hacer. Tú resiste, eso sí.

Marga

Anónimo dijo...

Gracias por haber seguido y seguir con tu blog
/Nuria

MiliWoman dijo...

Lamentablemente cada vez dedico más tiempo a IG, por lo que para autocontrolarme me puse un límite en el teléfono que me lo bloquea cuando paso más de una hora allí.

Anónimo dijo...

Nunca he entendido Instagram, una red social que ni siquiera te permite enlazar a tu web en cada publicación. Dentro de las redes sociales, es lo peor de lo peor. Yo sigo pasando por tu blog desde hace años. Yo lo busco sin que nadie me invite ;)

Esther dijo...

Yo sigo leyendo blogs, aunque cada vez hay menos, el mío lo aparqué hace bastante, y a veces me gustaría retomarlo, porque era para mí un ejercicio de pararme, reflexionar y contar. Por eso me alegró toparme con el tuyo y empezar a leerte. Gracias.