lunes, 28 de diciembre de 2020

Me acuerdo de ellos


Blue Monday. Brian Rae
Blue Monday. Brian Rae
No sé como se llamaba ni a que se dedicaba. Conozco a su mujer y a sus hijos, una niña y un niño, de la edad de las mías. Era moreno, no muy alto y casi siempre llevaba un traje oscuro, una camisa clara y siempre corbata. Los primeros años nos saludábamos con la misma timidez con que nuestras hijas lo hacían en sus primeros días de clase y luego, poco a poco, con más confianza pero sin pasarse. Un "Hola" al cruzarnos por la calle, un levantamiento de cejas en un pasillo del colegio o una mirada de esas de padre curtido, que crees que no tendrás nunca, cuando ya has ido a más reuniones de padres de las que jamás pensaste que podrías soportar. Para él, supongo que yo era la madre de mis hijas. 
Se ha muerto el padre de C, me dijo María. 

De ella conocía su nombre, su apodo, su apellido, conocía a sus hijos, sus nietos, dónde vivía y la historia de toda su vida. El sonido de su voz y el tacto de sus manos.Una de las mejores amigas de mi madre, llevaba toda la vida quedándose ciega y cuando ibas con ella por la calle se ponía a tu lado y caminaba cogida de tu brazo, mirando al frente sin tropezar ni vacilar. Siempre coqueta y alegre. Siempre con una sonrisa en la cara y la carcajada lista para saltar. Una vez estuve con ella en la playa, en Benidorm, nos bañamos y charlamos mucho. Le comentaba el Hola en alto y a pesar de que ella apenas podía ver las fotos se moría de la risa con mis despellejes. Diferenciaba el color de la ropa por el tacto y su nieta L nació el mismo día y a la misma hora que mi hija María. Me llamaba "Anita". Una mañana de mayo, entré en el cuarto de mi madre, me senté a su lado en la cama y le dije: ha muerto Chati. No le dije nada más, solo la abracé. 

"Soy superfan de tu blog" me dijo la primera vez que la vi. Fue en su oficina, en la editorial en la que trabajaba que por entonces estaba en el Paseo de Recoletos. Nos caímos bien al instante y nos reímos mucho. Cuando volví del viaje a París que había ganado en un concurso organizado con motivo de un libro que habían lanzado "Moli, es muy malo pero se vende como churros", le traje caramelos y nos fuimos a cenar. Ella siempre me llamaba Moli. Hacia fotos, llevaba botas rojas en invierno y converse en primavera, adoraba a los Cazalet, la palabra musgo y la cursilería la sacaba de sus casillas. Le gustaba que yo despellejara libros que ella también odiaba. La última vez que la vi no me dejó darle dos besos, ni a mí ni a nadie, por miedo al Covid. Ya estaba muy enferma pero no dejó de sonreír. Adoraba las flores. Un wasap: Ha muerto Belén.

De él sabía su apellido porque colgaba en la fachada de su tienda. Un comercio mítico de Los Molinos. Recuerdo, de pequeña,  escuchar a mi alrededor "Es que es muy caro". Esto fue antes de Amazon, antes de que prefirieras gastarte más en la tienda de tu pueblo que en comprarlo por internet porque así puedess decir esa frase tan de estar ocupado, de tener algo que hacer, "bajo a hacer recados". Hemos redescubierto el discreto encanto de encargas cosas y esperar a que te llamen. Tenía barba, calva y los ojos claros. Le conocía hace cuarenta años y para mí, siempre tenía la misma edad: eterna.  Era premioso; "¿Qué necesitas? Tenemos estos modelos, este es un poco  más caro pero mejor. Lo he guardado por aquí". Daba paseos, lo vimos pocos días antes y por eso la noticia nos cogió por sorpresa. ¿En serio? ¿Pero él? Era como La Peñota, o Siete Picos o la fuente de Los Leones, algo que siempre está. No sabía cómo me llamaba pero sí de qué familia era. Otro wasap: Ha muerto Partida. 

Nunca he leído sus poemas, lo haré, pero fui a su última presentación hace más o menos un año. Ahora ya no está él, ni ella, ni la librería en la que presentaron su poemario. Alicia a mi lado comía frutos secos porque estaba haciendo algún tipo de dieta y yo, como siempre, me preguntaba como es posible escribir poesía, cómo se te ocurre, qué tipo de sensibilidad en el alma tienes para ver la poesía y escribirla.  No le volví a ver pero con las redes seguí su, como ellos la llamaban, subida al Everest hasta alcanzar el final. Un breve en un periódico: Ha muerto el poeta Miguel Ángel Herranz conocido como Miki Naranja. 

Que te recuerden tus amigos y tu familia es lo que todos esperamos pero ¿Qué huella dejamos en los que solo se cruzaron con nosotros algunos instantes o, en esta época, en la distancia de las redes? El padre de C, Chati, Belén, Partida, Miki se han ido, han muerto este año. Me acuerdo de ellos. 

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Dicen por ahí que no se muere del todo mientras te recuerdan. Y si te recuerdan tan bonito como tú mucho mejor.

Ana dijo...

¡Un estupendo homenaje! Gracias

Misia dijo...

El otro día una compañera me decía que ella no se va a vacunar porque para ella la covid es solo una enfermedad leve, que no conoce a nadie que se haya muerto de eso. No sé cuántos de la lista han caído por el dichoso coronavirus, supongo que han sido varios. En mi caso tengo varios conocidos que han caído y que recuerdo: el tendero gallego, el vecino juergas y amable, los abuelos de mis primas... No les recuerdo tan bonito como tú, pero ahí les tengo.

Anónimo dijo...

Qué bonito. Gracias.

Alberto Secades dijo...

Quienes menosprecian las relaciones virtuales, "porque no son relaciones de verdad", basan su afirmación en que, por descontado, no han tenido ninguna.

No todas las relaciones son recíprocas, o simétricas. Ni siquiera tienen porque ser vinculadas. Pero estar en el mundo es dejar huella en otros (y permitir que otros dejen huella en ti). A veces resulta extraño explorar el agradecimiento hacia una persona que no conoces, o que no has hablado con ella, o que ni siquiera responde a tus comentarios pero que, no tienes la menor duda, ha influido en ti cuando has leído sus comentarios, o seguido sus recomendaciones, o visto las cosas de la forma en que ella las ha visto.

Y eso es completamente real, por mucho que haya personas que se esfuercen en mostrar su cerrazón y no lo comprendan.

Alguien tenía que decirlo.

Gracias Moli.

Concha Pérez dijo...

Partida, Antonio Partida, era una excelente persona. Siempre triste, siempre amable. Muy buena gente. Y sus hijos también lo son.Albertonsigue con la tienda y es igual de atento que su padre. Ojalá todos así en este pueblo.

Anónimo dijo...

Miki Naranja... ayer empecé su "Lírica de lo cotidiano". Como homenaje
Belén Bermejo... su voz!
Aute, su voz, su mirada, su música



Siguen entre nosotros, de alguna manera y a veces de la mejor manera posible

Un abrazo

Carmen dijo...

Mi hermana murió en mayo, 34 años.
El wasap con “ha muerto xx” corrió como la pólvora... normal, era la persona más buena que he conocido nunca.
Lo que me sorprendió fue la cantidad de wasaps que recibí con el pésame, incluso de personas muy cercanas.... de verdad que se te muere una hermana y las personas que te quieren / la querían solo te envían un wasap??? No te llaman... pero te dicen por wasap cuenta conmigo para lo que necesites, si quieres hablar.... contigo que ni siquiera me has llamado????

molinos dijo...

Carmen, lo siento en el alma. La muerte da miedo, la gente no sabe que decir, por eso no llaman. Ante la muerte y el dolor que causa hay que ser valiente y da miedo. Tu sabes con quien puedes contar y con quien no pero lo de no llamar no es dejadez, es miedo.

Lo+ dijo...

Muy bonito. Me ha encantado.
Carmen, lo siento mucho. Yo soy de esas, si voy al funeral no me acerco y si no puedo ir al funeral, no llamo. El whatsapp es lo máximo de lo que soy capaz Leer tu comentario me ha partido el alma. A partir de ahora , lo intentaré.

Anónimo dijo...

Fantástico Moli, ....pero lo de la fuente de Los Leones, querrás decir del Leon....una molinera como tu!!!!

Anónimo dijo...

Mi padre se murió, no de coronavirus, pero se murió. Y desde entonces pienso en sus recuerdos, sus historias, sus batallitas...ya no están

Pilar dijo...

La piel de gallina. Y muchas ganas de llorar.