martes, 12 de mayo de 2020

Los días únicos

Klaus Rinke
Es curioso como está pasando el tiempo o como se me está pasando a mí. Hace apenas dos semanas era marzo y ahora ya estamos rozando el mes de junio. Los días pasan a un ritmo que no sé describir pero que no se parece a nada que haya vivido antes. No se me hacen largos, ni cortos,  ni me parece que pasen muy deprisa ni muy despacio. La sensación que tengo es que he alcanzado el ritmo adecuado. Es algo parecido a cuando sales a pasear y al principio vas deprisa, después te cansas, mides tus fuerzas, ralentizas el paso y piensas "eh, voy a paso de tortuga" y, de repente, sin saber muy bien cómo vas al paso perfecto, el que te hace disfrutar del paseo, de lo que ves, de lo que escuchas, de tus pensamientos. El paso que te hace pensar "a este ritmo podría caminar kilómetros". Así siento yo los días ahora, con la sensación de que éste, por muy extraño que sea, es el ritmo adecuado para pasar la vida. 

Todos los días se parecen mucho: llevo sesenta días durmiendo en la misma cama, mi ropa es casi un uniforme, no me preocupo de a quien voy a ver o dónde voy a ir, el criterio es la temperatura y que esté limpio. Sigo la misma rutina casi todos los días con un horario mucho más estricto que antes. Me gusta no tener compromisos sociales ni recados por hacer. Los recados que antes parecían importantes han pasado a dejar de tener sentido o la más mínima importancia. 

Todos los días se parecen pero todos son diferentes porque ya no se trata de hacer planes ni de ver a gente, ni de ir a sitios, ni de viajar, ni de celebrar. La diferencia está en el detalle mínimo que, al contrario que pasa con los recados, han pasado a tener importancia, han pasado a ser visibles. Está el día que nevó, el primer día de ir sin calcetines, el de volver al forro polar, el día de bajar a la farmacia, el sábado de cavar el huerto y el de reservarme tres horas para leer, el domingo de limpieza y el de guardar los jerseys de lana y sacar las sandalias. EL miércoles de The Good Fight y el viernes de cine clásico con mis hijas. El miércoles de clase de inglés y el jueves de clase de Excel. Los lunes de video reunión y los viernes de no trabajar por la tarde. Los martes viene el cartero, los jueves y los domingos el panadero y en cualquier momento un repartidor que trae una Cartcher, plantones para el huerto o una desbrozadora. El miércoles que recogí a mis hijas y el que comenzó mi confinamiento y empezó este ritmo. El día que llueve y el que se parece mucho a un día de verano. El día que duermo bien y el que no pego ojo. 

No hago mucho pero hago todo lo que quiero. 

No me aburro ni echo nada de menos. 

El tiempo pasa al ritmo que crecen mis canas. 

Los días pasan justo como tienen que pasar, sin nada excepcional pero todos diferentes, llenos de detalles. Son los días únicos, nunca iguales. 


PS: se me ha roto la tecla E del ordenador. Cada e de este texto me ha costado un roce delicado sobre ella. A lo mejor, la próxima ocasión, todo va sin e. 


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Esperemos que se te arregle!!! Hay pocos verbos interesantes sin "e", aunque siempre puedes sustituirla por un número.

Me llama la atención que no menciones las RRSS. No forman parte especial de estos Días?

Si es así, es una suerte para ti, supongo.

Leer, ser, estar, ver, tener, temer, crecer, saber, poner, coger, escribir, recoger, cerrar, entender, responder, comprender, esperar, terminar, dejar, esconder, comer, enviar...

Qué sigas tan bien confinada!!!

Enja

JC dijo...

¿Clase de Excel? Cada día una sorpresa nueva.

Anónimo dijo...

Te empecé a leer hace 7 años cuando estaba embarazada y leía tus Maternitys. Leí tu libro de una madre sin superpoderes. He leído muchas de tus recomendaciones y me encanta cómo escribes.
A veces he utilizado expresiones como "hostilizar" o enviar al barranco de la indiferencia.
Nunca me había atrevido a escribirte. Hoy sí, porque me siento en los días iguales.
Eres genial. Sigue escribiendo para gente como yo que nunca te dice nada, pero tus palabras son un bálsamo

valpertuna dijo...

Esa foto refleja perfectamente la idea que sugiere el comentario

Concha Aparicio dijo...

La situación que atravesamos ha puesto patas arriba las costumbres, rutinas y comportamientos. Y el ánimo oscila como un columpio. Entre otras razones, porque conocemos el comienzo, pero no cómo y cuando terminará. En medio de la incertidumbre, reconforta comprobar que hay quien percibe los días de un modo muy similar al tuyo, aunque no lo sepas expresar igual de bien.
Muchas gracias por esta magnífica entrada.

Anónimo dijo...

Yo también tengo tu sensación....los días pasan y son iguales a excepción de los detalles.
Es curioso que siempre corriendo y con ganas de tener tiempo para esto o lo otro....
Ahora cuando acabo el teletrabajo tendría tiempo pero no tengo ganas :(
Aún así, tiene su encanto este tiempo.
La E es importante, muy importante.
Esperanza - Evolución - Empatía - Encanto - Emoción
Muy importante.
Cuídate mucho!!
Pilar