Este ha sido el año de Nueva York. El año en que decidí que si podíamos viajar ahora mejor hacerlo ya porque «más adelante» no existe. Y sin planearlo y sin esperármelo lloré de emoción debajo de las arcadas de Central Park. «Mamá, por favor, que no pasa nada, no seas dramas». Ha sido el año, otro año, de volver a hacer un triple salto mortal sobre un «ni de coña» y acabar dando una charla TED con un acuario gigante a mis espaldas, frente a quinientas personas tratando de que mis palabras fueran más interesantes que los bancos de peces nadando. Repasando las fotos del año he descubierto que ha sido el año de ir vestida de azul. Y el año de intentar dejarme el pelo blanco y abandonar el intento porque me parezco demasiado a mi madre. Ha sido el año de Las Palmas y La Palma. Ha sido el año de ver volcanes en La Palma y refunfuñar durante los últimos tres kilómetros de una marcha interminable mientras murmuraba: «¿Qué cojones hago yo aquí?» y Antonio me contaba los detalles de una película con Sean Connery y Lorraine Bracco. «¿Por qué me estás contando esto? Porque te estás encabronando y con algo tengo que distraerte». Ha sido el año de seguir pensando que tengo que irme de Madrid: a Los Molinos, a Comillas, a Segovia, a La Palma, a Asturias, a donde sea hacia el norte. Ha sido el año de darme cuenta de que, a lo mejor, soy un poco demasiada organizada para algunas cosas. Tan demasiado organizada que me obligo a hacer cosas que solo tienen sentido para mí. A veces pienso que si me muero mañana y alguien, mis hijas, encuentra mis papeles, mis cuadernos, mis archivos, para ellas no valdrán nada. Ha sido el año de Doña Rosita anotada, Sueños y visiones de Rodrigo Rato y Esperando a Godot. Ha sido el año de llegar a los Oscars habiendo visto casi todas las películas nominadas y el año en que mis hijas dejaron de ir al cine conmigo sin chantaje o soborno de por medio. Ha sido el año de regañar a mi madre a gritos por política y de advertir a mis compañeros en el comedor del trabajo: «si votáis a VOX no me habléis más allá de lo estrictamente obligatorio por temas laborales». Ha sido el año de conocer a Alan Cumming y descubrir que es idiota y el de charlar con Paul Giamatti sobre mi vestido Hitchcock. Ha sido el año del vestido Hitchcock y la falda de rayas de colores. Ha sido el año de descubrir San Juan de Luz, decepcionarme con Biarritz y confirmar que ser francés debería ser nuestro objetivo en la vida. Ha sido el año de charlar con Miguel Ríos sobre mi charla del empotrador en un bar de Consuegra la víspera de la boda de otros amigos. Ha sido el año del verano infernal con mis hijas y el de cuidar al Ingeniero cuando decidió viajar al pasado, a finales de los ochenta concretamente, para jugar al squash y romperse el tendón de Aquiles el día antes de marcharnos a Cerdeña, a la Isola de San Pietro para la boda de unos amigos. Ha sido el año de centrifugar de nuevo con los De Montes. Ha sido el año de leer sesenta libros, ir siempre ocho números atrasada en el New Yorker, hacer un excel de podcasts que ya suma ciento ochenta y siete registros y de quedarme dentro del coche esperando a que termine el que estoy escuchando y al terminar pensar «creo que he desarrollado un poquito de adicción a esto». Ha sido el año de conocer a María Jesús que me ha animado a hacer algo útil y divertido con mi adicción. Ha sido el año de ir a Asturias a conocer el hotel de Julian y el de aprender a maquillarme. Ha sido el año de enseñarle Madrid a mi sobrino pequeño y asegurarle que sí, que vivo en un circuito de carreras porque por delante de mi casa pasan muchos coches. Ha sido el año, otra vez, de echar de menos el invierno, uno de verdad, uno con frío de llevar gorro, guantes y la punta de la nariz congelada. Ha sido el año de dejar de nadar porque me he cansado de hacerlo y el de cambiar mi horario en el curro para salir de allí cuanto antes. Ha sido el año de la cena perfecta con Ximena Maier y Miquel Del Pozo Ha sido el año de intentar ahorrar y el de comprar setenta libros y suscribirme al New York Times y a HBO. Ha sido el año en el que mi hija Clara me ha dicho: «mamá, ¿sabes que ya estás pre menopaúsica?». Ha sido el año de pensar que ya estoy rozando los cincuenta. Hoy empiezo a desear llegar a los cincuenta y celebrarlo volviendo a Nueva York.
14 comentarios:
Muchísimas Felicidades Moli.Que pases otro año tan bueno como este.
(Ni se te ocurra dejarte el pelo blanco)
Muchísimas felicidades, Ana!!
Felicidades Ana!
Cada año estas mejor, cada año me gusta mas este sitio. Mil gracias por preservar este oasis de internet. Y un gran abrazo!
p.d soy una anonima fan
Felices 47!!!
Muchas felicidades! Enhorabuena por las cosas que (te) pasan y gracias por compartirlas!! ;)
Un año intenso, gracias por compartirlo y muchas felicidades.
Ana
Felicidades!! A por esos 48 con la misma energía!
Madre mīa!! Pies sí que se te da bien la vida!!!
Muchas felicidades, por este año que empieza para ti, y por el que acabas de terminar!!! Parecen cinco de una persona "normal", con tantos viajes, lecturas, oportunidades, decisiones... Da gusto leerte!
Que lo celebres y disfrutes mucho!!!
Enja
Happy Birthday! I turned 52 almost a month ago...Love is in the air for me too, that's for sure! Lucky us, I guess! Well, indeed...We are lucky...Congrats! You look gorgeous! And, guess what? Pasa como desapercibido, pero se intuye, tú...
Enjoy your life!
Felicidades! La marmota Phil predijo el 2 de febrero que la primavera llegará pronto este año así que el tiempo de transferirte las chanclas brasileñas ha llegado. 47? Bravo!
Muchísimas gracias a todos por las felicitaciones. Fue un día estupendo.
¡Felicidades!
Muchas felicidades Moly, desde Guanajuato Mexico. Que sigas madurando tan bien como hasta ahora. Te ves guapisima. Muchas gracias por escribir.
Muchas felicidades, estás en una edad y en un momento personal estupendos.
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