viernes, 17 de abril de 2015

Porque sois vosotras


Echarás de menos la etapa de bebés cuando sean mayores.
Ya verás cuando crezcan y te empiecen a contestar. 
Espera a que lleguen a la pubertad. 

Agoreros de mi futuro maternal. No les hago caso, son los mismos que me dijeron que supuraría amor maternal nada más veros nacer y que se me caería la baba cuando os tuviera en mis brazos, que no viviría nada mejor que acunaros y sentiros contra mi pecho. Ninguna de esas cosas ocurrió así y tampoco ha llegado el Apocalipsis a nuestra relación ahora que ya sois personas. 

Claro que hay cosas que ya no hacéis y echo de menos. Ya no pedís permiso para dormiros en el coche porque ni siquiera en los viajes muy largos conciliáis el sueño. Vais mirando el paisaje, charloteando entre vosotras o preguntándome cosas complicadas que nos llevan a conversaciones que empiezan por algo como "Mamá, ¿qué es el subconsciente?" y terminan con algo como "Mamá, si no lo sabes, dilo. No pasa nada". 

Tampoco cantamos canciones de Disney a voz en grito: ¡Aliii, príncipe Ali Ali Ababua, es audaz, fuerte y tenaz claro que siii!, pero a cambio nos descubrimos canciones mutuamente. Odiáis a Springsteen, "Mamá, ¿cómo te puede gustar? ¡Está siempre afónico!", y os desesperáis cuando os digo que algunas de las canciones que os molan son de hortera llorica con carpeta de gomas. 

¿Qué es una carpeta de gomas? 

Dormís como ceporros absolutos. Ya no os hacéis bolita como cuando erais pequeñas, dormís con el desmadejamiento de miembros que se tiene cuando se empieza a crecer y los brazos y las piernas parecen tener vida propia. Entro por la noche a veros, a daros un beso y tampoco oléis a bebé. Oléis a champú, a vida, a vuestro día exprimido al máximo y a sueño reparador. Se os cae la baba, brujas, mientras dormís. 

Me encanta que lleguéis del cole espídicas, eufóricas y hambrientas, abriros la puerta, veros pasar por delante: ¡Hola mamá! ¿Qué hay de comer?, mientras os quitáis los abrigos y los colgáis. Contestaros sólo con una sonrisa.

-Mamá, ¿Qué pasa?

Subir los hombros, miraros, sonreír y no decir nada. 

-¿Qué hay de comer? 

Volver a sonreír mientras entráis en tromba en la cocina a ver lo que hay cocinado. Veros salir preocupadas.

-Mamá, no hay nada de comer. 

No decir nada. 

-Mamá, ¿Qué pasa? ¿Qué te pasa? ¿No puedes hablar? ¿Estás enferma? ¿QUÉ PASA? DI ALGO.

Soltar la carcajada y tener que sentarme a llorar de la risa. 

-¿Es una broma? ¡No tiene gracia!, -me gritáis indignadas mientras empezáis a reíros. -Vale, muy divertido mamá...pero la comida la has hecho, ¿no? 

No todo es maravilloso por supuesto. Me saca de quicio que M haya conseguido el superpoder de desconectar la frecuencia auditiva correspondiente a mi tono de voz normal y sólo me "oiga" cuando grito con voz de camionero tenor. Me exaspera que C sea un martillo pilón cuando quiere algo, es la reencarnación de Bart Simpson: ¿me llevas al Salpicamás? ¿me llevas al Salpicamás? ¿me llevas al Salpicamás? Me pone de los nervios que os peléis por majaderías y tener luego que mediar sabiendo que las dos partes se irán disconformes y murmurando “es injusto, es injusto”. Yo también sé que es injusto pero no sé hacerlo mejor. 

Pero todas estas cosas son poco importantes, no van a ninguna parte más que a tener un día a día bastante entretenido, confortable y agradable. No confiaba mucho en mi capacidad para lograrlo. 

Lo importante, lo más importante, es que ya no me queréis incondicionalmente. No os parezco la mejor madre del mundo mundial y sabéis que no siempre tengo razón. Sois perfectamente conscientes del millón de cosas que no sé, que no puedo hacer, que me desbordan, que me dan miedo o que, sencillamente, son demasiado para mi. 

También sois conscientes de cuando hago algo que me cuesta un esfuerzo y lo hago por vosotras, porque lo necesitáis o es algo que os hace muchísima ilusión. Sois conscientes del esfuerzo que hago y apreciáis el valor de ese esfuerzo y estáis aprendiendo a hacerlo vosotras... a veces. 

No os quiero igual ni os quiero por las mismas cosas. No os quiero porque seáis mis (nuestras) hijas ni de una manera incondicional, instintiva y derivada del hecho de haberos parido. Os quiero porque sois vosotras: individuales, distintas entre vosotras y diferentes a mí. Os quiero por el tiempo que hemos pasado juntas. 

Pero lo más importante de todo, lo que más me llena y me hace feliz es que no me queréis porque tenéis que quererme ni porque me creáis perfecta. Me queréis porque soy yo, con todo lo bueno y todo lo que no os gusta de mí, que son muchas cosas. 

Y cuando os pregunto: ¿Cuánto me queréis? 

Os reís y decís: ¡Muchizimoooo! 

Ahora mismo, con 42 años y casi 10 años de experiencia con las dos, soy la madre que quiero ser.


33 comentarios:

Deliranta Rococó dijo...

Buff Molinos. Nudo en la garganta.
Un abrazo.

Blanco Humano dijo...

Me encanta "si no lo sabes, dilo. No pasa nada". Yo creo que también lo he usado alguna vez cuando alguien se me enreda en explicaciones complicadas.

Me has dado ganas de tener descendencia, mala persona ;)

Malos pelos dijo...

Ya eres la mejor madre del mundo, como muchas otras, porque haces lo que crees que debes hacer, aunque a veces no es lo mejor que podrías haber hecho y te has equivocado, pero ¿quién no se equivoca?.
Ver a tus hijas como personas, y quererlas como tal, me parece lo más bonito que un madre puede hacer con sus vástagos¡¡

Teresa dijo...

Moli, molas mil.

Isabel dijo...

Hoy me hubiera gustado ser hija tuya y leer esto. Me ha encantado.

Dacia dijo...

Precioso Molí. Amor sin ñoñerías. La vida real. Me encanta que nos hagas participes de vuestro día

Dacia dijo...

Por cierto....la foto genial! En el Paseo Marítimo de Almeria hay un sitio igual¡

Anónimo dijo...

Que bonitooooo!
Besos,

Ana María dijo...

El esfuerzo que demuestras y que nos transmites es increíble y da sus frutos. Yo de mayor, como tú, jefa.

:****

La madre del monillo dijo...

Demasié para mí, pero necesario en este tsunami de bebe segundo que estoy viviendo leerte este post tuyo es lo mejor que puedo sentir.

Enhorabuena

HombreRevenido dijo...

No, ya, sí, bueno, pero... ¿hay algo para comer o no?

Muy divertido y muy bonito. Te perdonamos que nos reblandezcas el corazón porque es viernes.

Pau dijo...

Si mi madre no fuera perfecta (y lo puedo decir ahora a mis casi cuarenta palos, que si me preguntas a los quince UF) te pediría que me adoptaras, que lo sepas.

Moni dijo...

Ya lo han dicho por ahí... amor sin ñoñerías... gracias por hacernos espectadores boquiabiertos de esta declaración de amor "incondicional"

Amapola Azzul dijo...

Pues me alegro mucho. Besos.

PAQUI dijo...

Joder,Molinos.
Los pelos como escarpias.
Molas mil!

sonia dijo...

Moli te quieren muchízimo,me encanta que les preguntes lo de cuánto me queréis y sus respuestas.Pero lo de la adolescencia tiene su miga.En fin,que lo estás haciendo muy requetebien:D

Oswaldo dijo...

Ya nos tienes acostumbrados a que tus escritos sean fabulosos pero hoy, además de tus palabras, es merecedora de elogios la fantástica imagen que las acompaña. ¡Magníficas!

ELISA dijo...

Disfruta esas preciosidades y que te acompañe siempre la suerte, porque ese factor influye.

B dijo...

Son estupendas y muy simpáticas. Me gusta ver sentido común a mi alrededor.

Nuria dijo...

No podrían tener una madre mejor. Podrían tener otras madres buenas, pero tú eres insustituible para ellas. Todas y todos los somos.

Ana María dijo...

Qué bonitas palabras! Gran madre!

Raquel Ubierna dijo...

También tus amigas son individuales, distintas entre ellas, diferentes a ti, pasáis tiempo juntas, etc. Pero en el hipotético caso de tener que salvar a una amiga o a tu hija,tal vez admitirías tener eso tan primitivo, tan animal, tan perturbador, tan independiente de tu voluntad y que tanto niegas.
Lo siento, pero a mí tu post me parece frívolo y falso. Y si fuera verdad, entonces, a diferencia de las demás personas que están comentando, a mí no me gustaría ser tu hija.
Un saludo, con afecto.

Unknown dijo...

Moli,
No tengo hijos, pero si los tuviese me gustaría poder tratarlos así, con honestidad. Mi madre siempre me ha confesado que no era nada niñera y que conforme crecía le gustaba más porque era más personita, porque era "yo". Y me encanta que eso sea así. De hecho, no tengo hijos pero sí tengo a personas que quiero muchísimo y las quiero de verdad, tal como son, con sus virtudes y sus defectos.
Magnífico post, como siempre.
Un besazo

Inmaculada dijo...

Hay una idea generalizada de que la edad ideal de los hijos es la primera infancia, pero estoy comprobando que después se pueden convertir en adolescentes/jóvenes muy interesantes y dignos de ser tenidos en cuenta.
Saludos.

Nisi dijo...

Qué bonito. Se pueden expresar cosas muy tiernas sin caer en el cursilerío, pero hay que saber hacerlo y tú lo haces muy bien.

Pablo dijo...

pero al final... ¡¿Qué había de comer?!
(yo hubo un tiempo en que también entraba en molicasa preguntando eso ;-)

molinos dijo...

Muchísimas gracias a todos por los comentarios. Los que me seguís desde hace mucho sabéis como han sido ellas y como lo he llevado yo y sin lugar a dudas repito algo que ya dije en su momento, cada día que pasa es mejor y por supuesto estos días son un millón de veces mejores que cuando eran bebés recién nacidos.

Raquel...la naturaleza es sabia. Ni de coña serías mi hija con ese sentido del humor.

Unfonendoenvillamocos dijo...

Identificadísima con el post, lógicamente (dos hijas de edades parecidas); y añado que -Y NO ES BROMA- firmaría por que se quedaran en 8 y 9 años durante 5 años más. :-)

Raquel Ubierna dijo...

Ahora que ya sabemos que no sólo no seríamos la una hija de la otra sino que además nos negaríamos ese azar con grandes aspavientos, como dos actrices de cine mudo...¿qué? Pues tu post, que era el objeto de la crítica, no mi sentido del humor que a nadie de aquí le importa.Yo he criticado ese párrafo que empieza por " No os quiero porque seais..." Y he dicho que creo que no es verdad, porque si lo fuera significaría, sensu contrario, que mientras tus hijas eran pequeñas tú las cuidaste por puro sentido del deber,a la espera de que empezasen a mostrar su personalidad para decidir, ahora sí, quererlas. También significaría que si esa personalidad no te gusta las querrías menos o nada. Pues bien, yo creo que eso no es cierto y que escribirlo es una afectación. Las quieres ya desde antes que empiece a gustarte cómo son.
Un saludo con afecto (aunque ahora mismo parte de ese afecto se me caería mientras te sacudo de las solapas).

Juliet dijo...

Definitivamente, pones palabras a mis pensamientos.

Ahora que soy madre, me planteo una y otra vez qué tipo de madre quiero ser. Me da la sensación que durante estos 9 meses que llevo con esta condición, no controlo nada, y que no estoy a la altura de la situación. Como que todo se ha ido un poco de madre… Supongo que cuesta acostumbrarse a una nueva vida, y tomar las riendas.

Cuando nació me enamoré de ella…pero como cuando una se enamora de un desconocido… a ciegas, todo un poco raro.

Ahora, mi enamoramiento va tomando forma con sus virtudes y sus defectos... cada vez más real. Cuanto más la conozco, más me gusta.

Me encanta cómo describes esa sensación.

molinos dijo...

Gracias Juliet, disfrutalo mucho. Cada día será mejor.

MATT dijo...

Muy bonita entrada. Como te llevo leyendo mucho tiempo reconozco tu maternidad en lo que has escrito.
En lugar de "No os quiero porque seáis mis (nuestras) hijas..." yo habría dicho "No os quiero solo porque seáis mis (nuestras) hijas...".
Porque creo que es posible querer a un hijo que te cae mal. Una base de amor está por el simple hecho de ser tus hijos. Sobre esa base se construye más o no.
Mis hijos me caen genial, pero aunque fueran unos petardos integrales, les querría.
Besos

JAN Untypical dijo...

Creo que estos sentimientos no son exclusivamente maternales, pues yo como padre también me identifico con ellos. Lo que nunca he tenido es la ceguera tan común de idolatrar a los propios hijos por el simple hecho de serlos, sin reconocer los defectos que tienen. Si tu hijo es tonto, pues lo es...