viernes, 10 de abril de 2015

La sonrisa de desconocido

En marzo he fracasado de manera estrepitosa. No he conseguido mi propósito mensual, aunque confieso que tenía muy poca fe en lograrlo. Supongo que he puesto menos empeño que en aprender a encender un buen fuego o ser más concienzuda con la puntuación de mis textos. 

El propósito de marzo era mejorar, mejor dicho empezar a tener, la sonrisa de desconocido: un bonito eufemismo que se aplica a sonreír falsamente todo el día, sin motivo y sólo por el supuesto poder mágico de la sonrisa. 

Estoy siendo cínica porque he comprobado empíricamente que la sonrisa de desconocido funciona. Voy con Juan a los sitios, él luce su fabulosa sonrisa de desconocido y mágicamente todo el mundo se fija en él, le hablan primero y le devuelven la sonrisa. Obviamente que mida 1,90, tenga todo el pelo cano y sea mil veces más atractivo que yo también suma... PERO hemos hecho el experimento y cuando no sonríe recibe menos atención. 

Empujada por su consejo "Moli, la sonrisa funciona, es un hecho, una realidad en sí misma y debes hacerlo", decidí intentarlo en marzo. 

No me sale. No sé. No tengo ganas. No me da la gana. Me siento imbécil. 

Lo he intentado a ratos. Con desconocidos, al saludar, entrar en una tienda, o simplemente por la calle. No me sale. Sólo sé sonreír si estoy contenta, si algo me hace reír, me hace feliz, o si la otra persona me cae bien o como recompensa por algo. No sé sonreír para conseguir algo, ni siquiera para salir bien en una foto. 

Hay por la red miles, millones de consejos de tipo buenista que dicen "Sonríe, sé feliz" o "Sonríe y haz el mundo mejor". No me los creo, no me convencen, no me funcionan. Si me siento mal o cabreada, o cansada o triste, o hasta el moño de todo, sonreír no me quita la mala leche, ni la tristeza, ni el cansancio ni hace desaparecer mágicamente mi hartura. 

Para mí, el consejo válido que me ayuda no es "practica tu sonrisa de desconocido", es "hazme sonreír". De hecho, es un consejo que sólo escribirlo me provoca una sonrisa porque automáticamente me acuerdo de los normandos diciéndole a Asterix: "Haznos miedo"

"Haz sonreír" también  me funciona. Si algo de lo que hago hace sonreír a alguien, me pongo contenta, me entusiasmo, me emociono y sonrío con sinceridad. Sonrío con toda la cara, con los ojos brillantes y no sólo enseñando los dientes. 

No consigo que nadie me preste atención como respuesta a mi falsa mueca. Tengo claro cuál es el valor de mi sonrisa mellada y hasta dónde puedo llegar con ella. Sé que usándola en falso no llego a ninguna parte. 

Sé que no haré sonreír con mi mueca, pero también sé que  soy capaz de hacer sonreír con mi mirada, con lo que digo y con lo que escribo.  

Y será entonces, cuando tú sonrías, cuando sacaré mi sonrisa mellada a relucir, la usaré de verdad con alguien, contigo. Entonces, puede que te provoque curiosidad y en algunos casos, lo he comprobado, un extraño deseo por mi diente roto.

Si te sonrío, ten por seguro que es de verdad. 

34 comentarios:

HombreRevenido dijo...

Yo compro la idea de la escritora uraña que nunca sonríe y sin embargo nos hace sonreír a los descerebrados. Como los normandos, que no tienen miedo y lo dan muchísimo.

Una vez se consolide esta idea. en unos pocos meses, los elegidos del diente roto dominaremos el mundo.

Anónimo dijo...

Si a la sonrisa de desconocido le sumas el hablar al desconocido digiriendote a es por su nombre, es lo mas!

Caro dijo...

Yo soy como Juan, llevo siempre la sonrisa puesta. Y funciona. Pero te entiendo.

Ana María dijo...

Yo la sonrisa de desconocido la pongo bastante, pero hay días que me cuesta mucho. Tengo que acompañar con ella casi todo lo que digo en público porque mi cara neutra es muy seria, con lo que si no sonrío parece que doy órdenes o que estoy enfadada. Esto es válido para todo el mundo mundial salvo para señoras que quieren pegar la hebra indefectiblemente, haga lo que haga yo. Les da igual verme leyendo con el ceño fruncido, ellas me hablan del tiempo y bliblibli.

Me escudo mucho en ella, casi tanto como en las gafas. Aunque si veo que hay balas que no puedo esquivar, la quito y se acaba la fiesta automáticamente.

No te esfuerces en eso, Molinos, ya te irá saliendo, si te apetece. Y si no... Busca otras soluciones :***

Iraide dijo...

A mí me pasa lo mismo que a Juan, la sonrisa me sale sola porque tengo un temperamento alegre. No tengo que pensar en si estoy sonriendo o no, y creo que es algo adquirido porque en mi familia más cercana son iguales.

En mi caso se trata también de timidez y autoprotección, una forma de asegurarme de que la persona a quien me dirijo no va a responderme de forma hostil.

Las menos de las veces me topo con algún borde, y en esos casos mi sonrisa se evapora, pero sí que es verdad que si sonríes te hacen más caso y te suelen sonreír de vuelta.

De cualquier modo, el "haz sonreír" es un don aún más difícil que manejas a las mil maravillas. Si además te provoca una genuina sonrisa de diente mellado, ¡bienvenido sea! :)

Ana de cestaland dijo...

A mi me has hecho sonreír, reír y hasta llorar de la risa.
¡Por si eso te saca una media sonrisa aunque sea!
¡Eres maravillosa y nosotros lo sabemos!

sasadogar dijo...

Yo también practico lo de la sonrisa y funciona, predispone a la gente en sentido positivo. Somos humanos y seres sociales y la sonrisa es un signo de confianza. Pero también te entiendo; hay días en los que estás con pocas ganas de sonreir.Yo tb soy muy transparente en el reflejo de mis emociones, en esos días la preocupación se me refleja en la cara y como mucho conseguiré esbozar una sonrisa triste.

Práctica sin presión la sonrisda al desconocido; es liberador

Anniehall dijo...

Yo sonrío mucho, sin pensar, automáticamente. No sé si me funciona o no. Es posible que me oculte tras ella. Lo que sí sé es que no es la misma sonrisa que la de verdad la de con los ojos.

Anónimo, si alguien que no me conoce me llama por mi nombre en cuanto lo sabe me pongo en contra automáticamente. No lo soporto.

Alberto Secades dijo...

Durante una época de mi vida debía salir a las 8:15 de la mañana a fumar un pitillo, en mangas de camisa, a la acera. Aproveché entonces para hacer mi "Máster en Psicología". A esa hora, cuando la gente deambulaba camino del trabajo o de los estudios, zombies pero sin dispositivo (era la etapa pre-smartphone; lo más sofisticado era la gente que oía música con auriculares y no eran demasiado abundantes) podías verles la cara y comprobar que, a esa hora, había mucha gente que iba con el gesto enfurruñado y otros, escasos pero siempre los mismos, iban sonriendo. No dependía de lo que les hubiera pasado, porque "todavía no le había pasado nada, ni habían hablado con nadie". Ni era como mi caso que, a la vez que me ponía el mandil, debía ponerme la sonrisa como parte de mi uniforme profesional.

Pero, a esas horas de la mañana (madrugada en una ciudad de provincias, hora punta en Madrid) había algunos privilegiados que tenían un saludo que les salía de forma natural.

Luego envejecí, encanecí, me hice más viejo y presumo que un poco más sabio; comprendí que mucho más importante que llevar una sonrisa puesta (natural o falsa), era hacer florecer una sonrisa en la cara de otros. Pequeños gestos o detalles, que se hacen sin demasiado esfuerzo y que, cuando alguien te los regala, los recuerdas para toda la vida.

***

Moli: no te preocupes de qué gesto pones; has conseguido hacer sonreír y reír (has alegrado el día, has hecho mejor la vida) a un montón de personas que te leen y te aprecian.

Gracias.

PD - Alguien tenía que decirlo.

eu93 dijo...

Somos piratas neutrales

Juliet dijo...

Hace un tiempo leí por alguna parte, que sonreír forma parte de nuestro instinto de supervivencia y sociabilidad. Y que en realidad, de forma primaria, la acción era mostrar la dentadura, en señal de "no te voy a atacar".

Para asegurarme de que no me había patillado este dato que pulula en mi memoria, he hecho un google a ver si salía en algo tipo "muy interesante" o alguna publicación de este tipo.

Y lo que he encontrado sí que te va a hacer reír más que sonreír…. jajajaja La gente está FATAL:

http://quo.mx/noticias/2013/11/28/5-cosas-que-tu-sonrisa-revela

Ning Jie dijo...

Sonriendo, aunque sea falsamente, los músculos faciales engañan al cerebro, y éste puede creerse hasta que estás feliz. Dicen que funciona y todo va así mejor. No sé, a mí a veces se me olvida.

T dijo...

Totalmente de acuerdo con lo que cuentas: por muy útil que pueda resultar, para que yo intentase lo de la sonrisa, la cosa tendría que ser cuestión de vida o muerte, y estoy seguro de que no resultaría ni medio convincente. Según leía, iba asintiendo con la cabeza y todo.

Y luego he llegado a lo de los normandos y he sonreído con ganas.

Gran entrada y gran blog, Moli.

Anónimo dijo...

Odio el rollo sonríe para que la vida te sonría a ti. Lo siento, sólo sonrío cuando tengo ganas que puede ser mucho, poco o nada. Agradezco las sonrisas francas y verdaderas. A ti no te pega nada estar todo el día sonriendo pero sí que sabes hacer sonreír y reír con lo que escribes, ¿qué más quieres? Déjate de sonrisitas chorras.

Alberto Secades dijo...

TO JULIET:

Gracias. Me has hecho sonreír. El enlace que adjuntas es deliciosamente delirante y te aseguro que

Anónimo dijo...

Yo sonrió bastante en general y si creo que si sonríes "todo va mejor"....pero, cuando alguien me cae mal, no puedo, no puedoooooo!!!!!!
Yo más que sonreir más, necesito que alguien me explique como hacer para que no se me note tantooooo que hay gente que me repugna (básicamente están concentrados en a oficina)!
Pilar

Miniabarcas dijo...

Pues estamos casi todos iguales...

1. Intento practicar la sonrisa del desconocido porque soy/parezco demasiado seria, y porque sé que funciona... pero hay días que no me sale, y personas con quienes no me da la real gana.

2. Odio profundamente que se dirijan a mi por mi nombre si no me conocen. Si encima la situación se da por teléfono, a las 15.30h e intentando venderme algo ya me sacan de mis casillas. Esto me hace sospechar que hay principios marketinianos interiorizados por hordas de comerciales que realmente son totalmente erróneos.

3. Y, si, para no sonreir, provocas ese efecto en mucha gente.

Anónimo dijo...

Que tierno!! Juan experimentando con su sonrisa y tratando de convencerte de que funciona!!

A mí me suenas esta vez un poco sonrisa falsa pero sin ponerla. A los que sonríen sin motivo, les estás llamando falsos, y tú que eres muy auténtica solo sonríes de verdad. Independientemente de que la mueca pueda engañar al cerebro y todo eso, está el final de la cuestión. Si es intentar hacer la vida más agradable a los demas, o hacérsela a uno mismo. En los dos casos da igual quien ría. Llegan al mismo punto (tú sonriendo para q el otro baje la guardia y se sienta bien, o tú haciéndole reir para queo baje la guardia y se sienta bien)

Al final es una cuestión de respeto,,,,

Buen día!!

Toy folloso dijo...

- ¿Has desayunado en ese bar?.
- Sí.
- Dejé de ir porque son antipáticos.
- Hacen ricos bocatas.
- Jamás les vi sonreir.
- Tampoco se trata de que me den la lengua....igual con unos cientos de miles en el banco, incluso canturrearan....que nada hay más patético que un huraño intentando pasar por gracioso.
(Hala!).

molinos dijo...

Anónimo al que le sueno falsa.

Yo no digo que la sonrisa de desconocido de los demás sea falsa. PARA NADA. La veo en Juan, la veo en mucha gente que conozco y que le sale instintitvamnte. A mi no.

A lo mejor no me he explicado bien.

Anónimo dijo...

Perdona Molinos, soy la anónima a la q le extraña tu actitud en el post de hoy. Releo y veo que la que se ha expresado mal soy yo. Suena incluso borde, y además contrasta con tu comentario. Un saludo!

África dijo...

Yo creo que a quien le sale la sonrisa espontáneamente tiene una ventaja en las relaciones sociales porque siempre es más agradable que te sonrían incluso cuando te están llamando gilipollas. Pero si es muy forzada se ve falsa y puede convertirse en todo lo contrario.
Pero en medios hostiles como en el trabajo que en ocasiones tienes que aguantar mucho,creo que una sonrisa y una frase del tipo 'no sabría decirte' puede ser muy útil para la supervivencia.

anonima porteña dijo...

a mi tampoco me sale sonreir porque si! solo cuando las cosas me hacen sonreir.......
al leerte me acorde que el otro dia en el subte (metro) subio un musico y empezo a tocar el arpa (creo que era un arpa paraguaya no estoy segura). y varios de los que viajabamos con cara de estoy cansada y quiero llegar,y tengo muchos problemas, empezamos a sonreir, fue curioso, senti mi sonrisa y la empece a ver en los demas!

olalla dijo...

Claro, es que la sonrisa hay que creérsela, interiorizarla, y sí funciona, al menos a mi, aunque esté de mala leche intento ponerle humor a la vida y oye, algo ayuda!
Comprobado, la gente es más receptiva cuando les hablas con una sonrisa.

Tita dijo...

Hay que sonreir, de eso no hay duda. Porque los demás no merecen nuestro mal rollo reflejado en la cara.

A mí sonreír porque sí tampoco me sale, y me siento rara. Lo que funciona es pensar en algo que sí te haga sonreír. Eso sí funciona, y lo que es mejor, los demás detectan que es sonrisa buena.

Voz en off dijo...

Yo soy periodista y a mī también me cuesta puntuar!!

sonia dijo...

Antes de leer la avalancha de comentarios,quiero decirte que te agradezco de corazón las sonrisas,risas,carcajadas y lágrimas de risa,a veces,de emoción que me sacas todas las semanas.De verdad de la buena.

Orosber dijo...

Joe, Moli. No puedo estar más de acuerdo contigo. 100%,!!!!
Generalmente suelo ser de gesto serio y no consigo adaptarme al consejo de que Sonreir te alegra la vida. Será cierto, no lo dudo, pero te tiene que salir natural... Soy incapaz de forzarla constantemente.
Eso sí, cuando sonrío lo hago desde le corazón y me ilumina por completo.
Me ha encantado tu post, sobre todo por como me identifica. aúnque también hay otros muchos que me hacen sonreír.
Enhorabuena!!!
¡Sigue siendo tú que molas mil!

NáN dijo...

Vamos a ver, que dices tú:

--Es cierto que, lo mismo que el cerebro nos engaña, podemos (y debemos) engañarle a él. Pero ¡no hace falta hacerlo el día entero! Mi sosias me obliga a practicar ese ejercicio al despertar (ella, que yo me despierto mucho antes): 5 minutos de ir por la casa sonriendo como un gili por la casa. Y es cierto: cambia el estado de ánimo. Jamás paso de los 5 minutos, para no terminar en una comuna del Renacer del Mundo.

--La sonrisa “natural”, la amabilidad, nos influye positivamente; por tanto, la nuestra influye en los demás. No tengo problemas porque casi toda la gente me cae bien. Pero tampoco es que vaya a la frutería a comprar una ensalada envasada y parezca una velina de la tele italiana. Solo cuando hay una breve comunicación personal, que vaya más allá de pedir un café italiano. Para estas cosas, con no poner una cara ceñuda de borde que signifique “como me lo hagas demasiado largo cojo un taburete y te rompo la cabeza” es suficiente.

--La sonrisa-mueca, de vendedor que sabes que te habla para engañarte, es odiosa: los que la muestran pertenecen a ese pequeñísimo porcentaje del grupo de gente que “decididamente no es que no me caiga bien, es que me cae fatal”.

--¿Por qué en el entorno hospitalario, cuando estás ingresado, jodido y sin fuerzas para darle con el soporte del goteo a quien te atiende, te llaman con el nombre de pila unido a un tratamiento de “usted”? Me saca de quicio.

Nisi dijo...

Yo sonrío mucho, pero a veces sonrío más por dentro que por fuera: me pongo seria para impresionar a la gente, para hacerme la dura, aunque por dentro esté súperfeliz.
Sonreír abre puertas, pero a veces también las cierra, no te creas.

ELISA dijo...

Hola: yo pertenezco a los sonreidores natos. Es una actitud sincera y muy gratificante. A veces me doy cuenta de ello cuando veo que alguien responde con otra sonrisa. Y no tiene nada que ver con querer un mundo feliz. Nunca llevo los problemas o el malhumor en la cara. Nadie tiene la culpa y suelo sonreir también aquí :D

Anónimo dijo...

Moli, por favor, quita esa letra naranja con subrayado naranja.Aggg.

Ire dijo...

Múdate como 30 veces en tu vida, y verás como desarrollas sonrisa del desconocido, bailes regionales de la zona, la postura de la grulla no amenazante y lo que sea necesario, Mo. A menudo, las habilidades se adquieren por pura necesidad.

Anónimo dijo...

Ja,ja,ja,ja...me encanta el comentario de arriba.:D
Sonia