lunes, 19 de febrero de 2018

A medias.

Les fils du temp @Gilbert Garcin

«Si pudiera elegir un superpoder sería la indiferencia hacia las tareas pendientes. Ser capaz de desentendeme totalmente de las cosas que tengo que hacer sin que eso enturbiara mi vagueo».

A medias, a la mitad, sin terminar. Ojalá supiera dejar las cosas a medias pero no puedo. Es superior a mis fuerzas. Dejar algo a la mitad me provoca desasosiego, inquietud y, lo que es peor, arruina cualquier posible placer posterior. Si empiezo algo lo termino, aunque sea mal, aunque sea una chapuza, aunque sepa que si lo dejo en un determinado momento quizá en el futuro pueda retomarlo y hacerlo mejor. 

Creo que podemos dividir a las personas entre las que están cómodas en la mitad y las que no. 
Entre las que consideran que hacer la mitad es un avance, un logro del que estar orgulloso y satisfecho y las que consideran que empezar y dejar sin terminar es un fracaso. 
Entre las que consideran la mitad un lugar tan bueno como el final y las que, en el medio de las cosas, estamos perdidos. 

Ser capaz de dejar las cosas a medias puede ser bueno, las posibilidades son infinitas. No importa el tiempo del que dispongas, los materiales con los que cuentes, la motivación que te haya llevado a embarcarte en esa actividad o que tus reservas de ánimo sean escasas. Vas a empezar y ya verás hasta donde llegas. Encuentras placer en el comienzo, en intentar, en probar, en ver hasta donde llegas. No hay logro al que llegar, ni meta que cruzar, ni reto que conseguir. Hagas lo que hagas, llegues hasta donde llegues, algo habrás conseguido y no te sentirás decepcionado ni intranquilo al dejar lo que sea a medias, orillado en una esquina de tu vida esperando que vuelvas a retomarlo. O no, a lo mejor llegar a la mitad era su destino. 

Yo no sé hacer eso. No puedo dejar las cosas a medias. Cuando me propongo hacer algo necesito saber qué seré capaz de terminarlo, que contaré con el tiempo, el espacio, los materiales y las ganas para llevar esa tarea hasta el final. El ánimo es siempre lo que suele fallarme, la motivación se me va desgastando y es entonces cuando sueño con ser una persona "a medias" y decir: lo dejo y ya lo retomaré cuando sea. Pero hacer eso me sale fatal. Lo que sea que he dejado a medias me persigue como una maldición, revolotea a mi alrededor, me pica, me arde, me encabrona. 

Envidio muchísimo a la gente que es capaz de dejar las cosas a medias: los proyectos, los textos, la cama sin hacer, la cocina media recogida, el cambio de armario, la limpieza de primavera, una relación, un informe u organizar las fotos en el ordenador. Me encantaría ser un medianista, alguien con la capacidad para comenzar a realizar un millón de tareas sabiendo que sólo terminará algunas. Alguien a quien la mitad le parezca siempre un logro, una conquista. Alguien a quien estar rodeado de mitades no le parezca un campo de batalla sino un desván mágico con todas las posibilidades del mundo.  

Hace muchísimos años, un amigo que estudiaba Caminos me dijo «Si sé que solo tengo un rato para estudiar ni siquiera me pongo porque sé que para que me cunda, para sentir que he estudiado algo, necesito por lo menos tres horas así que solo me pongo a estudiar si sé que dispongo de ese tiempo». 

Él acabó Caminos y yo siempre me acuerdo de esas tres horas cuando voy a empezar algo. ¿Puedo llegar al final o ni lo intento? Ser completista es un lastre, es un engorro y es agotador.  Tienes la casa más ordenada pero vives siempre limitado por esas tres horas, por lo que crees que es la medida de tus posibilidades. 




13 comentarios:

Sr.Pérez dijo...

Efectivamente, muchos preferimos dejar un trabajo a medias qu

Anónimo dijo...

Luego te contesto, voy a terminar de comer (en cuanto tienda la ropa y me de una ducha, me pongo)

Anónimo dijo...

Pues yo antes era como tu, pero ahora soy especialista en dejar las cosas a medias y en hacer listas de cosas pendientes, que luego pierdo y ni empiezo....
Antes era hiperactiva y ahora me puede la "desazón".....yo creo que estoy un poco depre...aparte haberme vuelto una chapucera:(
Pilar

Anónimo dijo...

Yo dejo muchísimas cosas a medias, algunas sin problema y otras con tortura, pero no es porque considere que la mitad de las cosas ya sea un logro, sino que sencillamente no me compensa terminarlas.

Anónimo dijo...

Es una manera como otra de amargarse la vida a base del perfeccionismo y la autoexigencia. Tendrá sus cosas buenas y malas, así como kas tiene ser una vaga inconstante como yo lo soy.
Tata_keli

NáN dijo...

Pensé hace tiempo tatuarme mi punto de satisfacción máxima: IN MEDIA RES. Pero al final ni siquiera fui al tatuador.

Anónimo dijo...

Es lo que tiene que vivir en el perfeccionismo. Hay que aprender a relajarse y a convivir con las tareas a medias, porque aunque tú puedas ser tu peor enemigo, si tú lo construiste, también serás tú quien pueda derrotarlo.

Elena Rius dijo...

Leonard Woolf publicó una extensa autobiografía, creo que son cuatro o cinco volúmenes, uno de los cuales tiene un título que me parece soberbio "The Journey not the Arrival Matters". Pues eso, hay que disfrutar el viaje, quién sabe si llegaremos, o a dónde...

Anónimo dijo...

Pues yo envidio a la gente que es capaz de terminar lo que empieza. Yo me lo dejo casi todo a medias, pero no porque quiera, sino porque calculo mal mis tiempos. Soy muy "ansias" me hace mucha ilusión empezar cosas y luego no me da tiempo a acabarlas y sufro muchísimo porque me acuerdo de todas y cada una de ellas y me torturan. Durante años.
Supongo que otro de mis problemas es que dejo que otras personas dispongan demasiado de mi tiempo. Pero eso es otra historia.
Me encanta leerte en general, y hoy te envidio mas que nunca.
Un beso bonica!

toyfolloso.blogspot .com dijo...

Sobretodo, no dejes a nadie a medias, como no gustas que te dejen a ti....

Maribel dijo...

A mi me costó muchos años pero por fin aprendí a empezar cosas sabiendo positivamente que no iba a acabarlas, o no iba a acabarlas a tiempo, o no iba a acabarlas con los standares de calidad requeridos. Y disfruto incluso con ello.

Mi punto de inflexión fue la limpieza de una estantería, que nunca empezaba porque resultaba un trabajo tan titánico que sabía que no iba a empezar y acabar de una tirada, y eso para mi mente era impensable. Al final me di cuenta de que pasaban las semanas y la estantería estaba que se caía de mierda y me di cuenta de lo absurdo del caso.

La curación vino mucho después, pero no quiero acaparar espacio.

Besos!

Anónimo dijo...

Peroooo "Que Bonito Es-Estar En CASA-A Tus Anchas Con Los "Pies Extendidos (Bajo Los Cojines), Y Decir...-Y Hoy, Con QUIEN Compito?
- Contigo "Misma!!
Si A MEDIAS-Lo Llamas "MEDIOCRE!!

Las Ahi " IMPACIENTES Que-No Tienen Otra COSA Que Hacer QUE "MIRAR-POR EL OJO DE LA CERRADURA!!

CRETINA!!

Ysa,
GOOD DAY

La LLave Roja dijo...

Pensaba que solo era yo! que sola he estado este tiempo....aunque a mi me pasa en los dos sentidos, o no empiezo porque sé que no me dará tiempo a terminarlo en una jornada (por ejemplo coser, leer sí que lo hago sin terminar el libro) pero también me pasa que empiezo con mucho ainco e ilusión (sobre todo cursos de todo tipo) que siempre dejo a medias, pierdo el interés porque será muy largo de terminar o no le veo el final.....puffff y lo dejo. Al principio me siento fatal, y luego indiferencia.