sábado, 23 de febrero de 2013

UNA DOCENA DE REFLEXIONES SOBRE LOS CULOS..DE ELLOS.


 
Este es con mucho la docena  más frívola que he escrito, pero me han obligado. Tras la docena sobre las cosas que empiezas a valorar con la edad, ciertos lectores me exigieron que hiciera una aproximación más exhaustiva al tema del aprecio por el culo. 


Y eso es lo que he intentado hacer, pero como es un tema muy amplio me he centrado en un solo campo: los culos de ellos.

1. Todos los tíos tienen uno.
Este es un pensamiento muy perturbador que hay que manejar con extremo cuidado.  Nunca hay que pensar en el culo de tu padre, de tu jefe o de tu portero, es una idea que lleva a lugares que no quieres ir, que no quieres ni pensar que existen. Por el contrario, si  un tío te gusta mucho puedes dar rienda suelta a ese pensamiento tranquilamente…pero teniendo en cuenta no excederte en tus aspiraciones.


2. El momento “apreciación”.

Los hombres vienen de serie con el gen “aprecia culos”. Las mujeres no, las mujeres tardamos mucho tiempo en darnos cuenta. Estamos imbuidas de la idea de que la belleza interior es lo más importante, que un tío atractivo está bien pero mejor si es inteligente o divertido y todas esas cosas…hasta que de repente un día, sin saber muy bien como te encuentras pensando: ¡Madre mía…qué culo tiene!   


Por supuesto hay mujeres que jamás tienen esa revelación, esa epifanía. 

3. Desconocimiento de su propio culo.
Todas las tías saben cómo es su culo. Si tienen mucho, poco, caído, respingón, con o sin celulitis, con cartucheras o sin, pequeño, picudo, sexy o lo que sea. 

A un tío le dices “tienes un culo estupendo” y se queda como si le hubieras dicho “soy de Raticulín”  y exactamente lo mismo si le dices “no tienes culo”, te miran con cara de “no sé de qué me estás hablando”

4. Orgullo de culo.

A pesar no prestarle ningún tipo de atención a su culo, los hombres, al contrario que las mujeres, no tienen ningún tipo de pudor para enseñarlo. Es más, les parece el colmo de la hilaridad bajarse los pantalones en público y  hacer un calvo.  Huelga decir que son muy muy pocos los que merecen esa exhibición pública.


5.  Culito de bebe.
Si tienes hijos, no habrá nada absolutamente nada más tierno que su culo. Esto es así…un tiempo, luego si es niño se volverá un gañán y hará gala del punto 3 de esta docena.   


6. Ni grandes ni colgones.

Muchas mujeres sufren por  tener culos gordos y se pasan la vida intentando disimular, arreglar o modificar esa constitución. Los hombres con culos gigantes son muy muy desagradables y  además tienden a subirse mucho los pantalones y apretarse muchísimo el cinturón multiplicando el efecto pandero descomunal y cortocircuitando casi cualquier otro pensamiento que tengas mientras estás hablando con ellos. 

Tan malo como un culo gordo es un “sinculo”, un tío al que le cuelgan los pantalones desde el cinturón...es muy poco sexy.

7. Relación entre deporte y el culo.

No vale cualquier deporte para tener un buen culo. Por supuesto el mus, el ajedrez y el futbol con los colegas una vez a la semana tienen un efecto nulo o directamente negativo en la evolución de un buen culo pero hay otros deportes que a pesar de ser gran predicamento entre los tíos tampoco hacen buenos culos.  Correr por ejemplo tiende a empequeñecerlos en exceso en caso de corredores compulsivos no profesionales y a desarrollarlos en exceso en caso de corredores profesionales de velocidad. Nada sexy en cualquiera de los dos casos.
Molan los nadadores, los gimnastas y los de deporte de equipo sobre todo el balonmano.

8. Uso de ropa interior.
Un buen culo de tío siempre está mejor sin calzoncillos. Si usa bóxers disfraza y si usa algo más ajustado es completamente innecesario. 


En las tías es justo al revés.  

9. Vaqueros.

La mejor manera de apreciar si un hombre tiene buen culo, es con vaqueros.  No lo puedo explicar mejor, pero si los vaqueros le hacen buen culo, lo tiene. 

Si los vaqueros le sientan mal, no hay nada que hacer. Tendrá otros atractivos.

10. Depilado / No depilado.

Este es un tema muy personal, pero sinceramente un tío que se depila el culo no me parece de fiar y además provoca pensamientos rarunos.  ¿Pensará que yo soy peluda? ¿Sería muy o poco peludo? ¿Pinchará cuando empiecen a crecerle? Sinceramente, creo que si no tienes una moqueta adherida a los glúteos la depilación me parece innecesaria, e incluso en ese caso, los pelos son punto de agarre.

11. Un culo para ellas.



12. Un culo para ellos.




Por supuesto, un tío con un buen culo debe saber moverlo.

Publicado primero en Unadocenade

viernes, 22 de febrero de 2013

MOLIENFURECIDA.

Soy gilipollas y estoy muy cabreada.

Soy gilipollas y estoy muy cabreada por no controlar mis ataques de entusiasmo y presentarme a unos premios.

Soy gilipollas y estoy muy cabreada por emocionarme y entusiasmarme aún más cuando a pesar de haberme retirado el “Jurado” decidió que fuera finalista.

Soy gilipollas y estoy muy cabreada por no hacer caso a la vocecita interior que me decía. “No te fíes, te están utilizando”, “No tiene sentido que te rescaten del puesto 7 de las votaciones, te han cogido de finalista para darle el toque “personal” a la categoría de “mejor blog personal”, “Han elegido Cosas que (me) pasan como finalista por la comunidad de descerebrados que harán ruido y les dará publicidad”.

Soy gilipollas y estoy muy cabreada por haber tenido un ataque de “melanismo” que me puso las mejillas sonrosadas y me hizo pensar que tenía alguna posibilidad.

Soy gilipollas y estoy muy cabreada por no haber hecho caso a mi lado maligno y haberme dado cuenta de que me estaban utilizando.

Soy gilipollas y estoy muy cabreada por creer que lo que diferencia un blog personal de uno que no lo es, es tan obvio como lo que me diferencia a mí de Halle Berry.

Soy gilipollas y estoy muy cabreada por haber perdido 2 viajes de bonometro y 3 horas de mi tiempo en asistir a una gala con cantidad de hermanastras de cenicienta andando como velocirraptores y mucho tío con pantalón pitillo y zapatillas. Desde aquí lo digo, NINGUN tío del planeta mola con pantalones pitillo. Eso sí, el catering era cojonudo y el sitio muy chulo.

Soy gilipollas y estoy muy cabreada porque me jode desilusionar a los descerebrados. Sé que no es así, sé que da igual, que una estatuilla no da valor a Cosas que (me) pasan pero me jode estar a las puertas de dar una alegría a todos los que pasáis por aquí y que no salga. Me jode desilusionaros aunque no sea culpa mía. Me jode que en vez de estar saltando de alegría y sintiéndoos absurdamente orgullosos rollo “ yo leía a Moli antes de que fuera mainstream” tengáis que estar dándome palmaditas en la espalda.

Soy gilipollas y estoy cabreada porque C me dijo ayer cuando me fui a la gala. “Mamá..está vez gana ¿eh?” y ahora tengo que decirle que esta vez tampoco…y me temo que lo de que mola mucho ser subcampeón no le va a compensar.

La parte buena es que tengo un blog personal y puedo contarlo como me salga de los cojones.

Y ahora, voy a ver si para mis siguientes premios me agencio una chupa de camuflaje, una camiseta de Darth Vader, unas gafasde pasta que me tapen toda la cara y unas All Star. El título del blog lo estoy dudando, me debato entre “Mi mejor año fue COU” , “Yo también eché un polvo en un coche en Ciudad Universitaria” o “ MI primer pedo fue con minis de Leche de Pantera”. Y tengo que decidir en qué categoría me presento, dudo entre Social Media o Motor.


Por otro lado, mi más sincera enhorabuena a “Yo soy EGB” por los premios, los 5.000 euros y tenerme a mí como subcampeona. Sin rencor chicos, que lo disfrutéis, en serio, sois unos cracks. 



Ah si! En el bloguerio del intensismo, el pelo largo y los pantalones pitillo sigo siendo una desconocida pero ayer una descerebrada majísima vino a saludarme. Gracias Kate, me hizo muchísima ilusión.

jueves, 21 de febrero de 2013

MANERAS IDIOTAS DE PONER A MOLI FRENÉTICA



Bueno, ya estamos aquí otra vez. Otro día, otros premios, otra final y otro inminente ataque de nervios.

Lo estaba llevando muy bien, lo estaba llevando de puta madre. De hecho desde el día que me enteré de casualidad que eramos finalistas, no lo había pensado mucho. La emoción por mi 40 cumpleaños, la fiesta de precumpleaños feliz o prefeliz cumpleaños, la fiesta familiar, el concierto del Panocho, la juerga sin fin y otra serie de cosas habían ocupado toda mi memoria y no había pensado para nada en los Premios 20Blogs. Lo tenía allí en un rincón, en plan “ah sí, este jueves tengo los premios”, pero rollo “ese día no podré cocinar, ni quedar con nadie, ni ir a correr ni nada”.

Y eso era lo bueno. Estaba tranquila y feliz, pero sois todos muy cabrones. Mi vida 1.0 y mi vida 2.0 y lo hacéis aposta...me veíais tan tranquila que no os molaba y os habéis confabulado para “hagamos que a Moli le de un ataque”.

Todo empezó el martes por la noche, guasap.

- Moli, me han invitado a lo del jueves pero no puedo.
- ¿Qué es lo del jueves?
- ¡TRONCA! ¡¡Tus premios…!!
- Ah...si... lo tenía completamente olvidado.
- Eres la pera…pero verás como ganas.
- Qué voy a ganar, iré allí a aplaudir a los de la EGB, ya verás.
- Ya verás cómo no.
- Anda, anda…que no gano ni de coña...que ya he asumido que soy subcampeona.
- ¿Y cómo ganes el premio absoluto?
- Jajajajaja…NI DE COÑA.
- Bueno...ya veremos.

Resultado de esta conversación: unos dos millones de vueltas en la cama, pesadillas con la ceremonia de los premios y palpitaciones cardiacas desde el miércoles por la mañana.

El tema de la ropa también me está causando muchísimo stress.

- ¡Qué chulos esos botines!
- ¿te gustan? Los compré cuando los Bitácoras.
- ¿Los llevaste ese día?
- Si.
- No te los pongas para los 20 minutos. No lleves nada de ese día.
- ¿No? ¿Por qué?
- Porque no.

Me sumo en un mar de dudas de vestuario y cuando creo que las tengo solucionadas.

- Voy a llevar camiseta.
- No
- ¿Cómo que no?
- Camiseta no. El rollo de blogueros con camisetas es para otros. Lo tuyo es diferente.
- A ver, que no me voy a poner una camiseta de Darth Vader ni de Iñigo Montoya...coño…bueno...la de Iñigo Montoya molaría...
- Que no, que camisa.

Le doy otra vuelta.

- Morenaza me voy a poner lo que llevaba el día de las fotos guays.
- No...
- ¿Cómo que no? Ese día te pareció bien...
- Ponte falda.
- Yo nunca llevo falda.
- Mentira...a veces te pones y te queda guay, estas muy guapa. Ponte falda.

Estoy valorando ir como Cindy Lauper, con toda la ropa de mi armario puesta encima.

El evento en sí con su organización y todo también ha sido motivo de nervios.

- Ingeniero...mañana son los Premios.
- Ah sí...
- ¿Cómo vamos a ir?
- ¿Dónde es?
- Te lo he dicho mil veces...en el Matadero. Podemos ir en metro o en coche.
- Metro bien...coche no sé si podremos aparcar. Pero bueno, podemos ir en coche...te dejo en la alfombra roja y me voy a aparcar.
- Muy gracioso…la última vez que hiciste una de esas casi te pierdes el nacimiento de M.
- ¿Has preparado unas palabritas por si ganas?
- ¿Qué? No...
- Pues algo tendrás que decir…si ganas. Piénsalo.
- ¿Y qué digo?
- A mí que me cuentas…algo de internet…yo qué sé….
- Joder… ¿podremos tomar copas antes?
- Lo que te faltaba...mazarte a copas antes del premio y que subas borracha…No creo que nos den suficientes copas, acuérdate en los Bitácoras solo me dió tiempo a tomarme dos cervezas..¿habrá comida o vamos cenados?
- ¡¡Eso da igual!! Nos tomamos una copa en casa antes...y  además no voy a ganar.
- Ya, tú sabras.  Ya sabes que no te leo, pero si te han elegido será por algo. No puedes subir borracha y sin unas palabritas pensadas.

Toda la puta noche en bucle pensando qué decir. Llego al curro y comento.

-Mirad lo que me dice el Ingeniero...que prepare unas palabritas por si gano... ¡qué cachondo!
- Moli, por Dios, con lo que tú eres de organizada, tienes que llevarte unas palabritas por si acaso tía....y en caso de ganar ¡que te grabe el Ingeniero!!!!!!

Atacada de los nervios completamente, cometo un último error.

- ¿Cómo estás?
- Atacada...con palpitaciones.
- Coño...relativiza.
- ¿RELATIVIZA?...anda y que te den.

Así que estupendo. Estoy con taquicardia y palpitaciones, sumida en una crisis de imagen y sin ninguna tontería pensada en el hipotético caso de que suene la flauta y gane. Cuando los nervios me dan un respiro os odio a todos muchísimo por ponerme tan nerviosa.

Lo único que me consuela es que el móvil del Ingeniero no graba, así que os vais a perder como me da un colapso nervioso.

martes, 19 de febrero de 2013

ENRIC, SUS MEMORIAS Y LOS DE JOTDOWN

Vaya por delante que yo con Enric no soy objetiva. O mejor, si soy objetiva pero me da igual. Veo las cosas malas que hace pero se las perdono. Está casi a la misma altura que Bruce en mi escala de cosas que perdono en un tío. A Bruce le perdono Sad Eyes, una perilla infame y su mujer panocha. A Enric le perdono ese aire a Richard Gere que se le está poniendo, que le molen los gatos y que haya escrito este libro como yo escribo los posts, deprisa y corriendo, confiando en que sus lectores le perdonen los fallos.

Desconozco el motivo de las prisas por publicar este libro. Hasta hace poco Enric afirmaba que no tenía ganas de escribir un libro, que no le apetecía y de repente de la noche a la mañana se calza unas memorias parciales (parciales porque sólo habla de su actividad como periodista) en una edición de taller de encuadernación de 3º de BUP.

Según cuenta él mismo en el libro, los de Jotdown empezaron a darle la brasa cuando el año pasado estaba en Egipto cubriendo el final de la época de Mubarak y se la dieron tanto, que le convencieron de que escribiera para ellos. (Conociendo como conozco a los de Jotdown me creo la plasta que debieron dar, rollo Bart Simpson y su “¿me llevas al salpicamás? ¿Me llevas al salpicamás? ¿Me llevas al salpicamás?). Confiesa Enric que no sabe muy bien como le convencieron (por cansinos supongo) para colaborar con ellos porque además le pagaban con puros, licores y esas cosas. Esto abre todo un mundo de posibilidades para conseguir una colaboración de Enric, me juego una mano a que cocino mejor que los de Jotdown.

La cuestión es que empezó a colaborar con artículos y entrevistas y no queda claro cómo saltó a escribir este “librito”, que es exactamente lo que es, un “librito”. Apenas 180 páginas con un cuerpo de letra de los amigables para la vista cansada, en una edición del tipo “aprende a encuadernar en 68 fascículos, primera entrega la portada de tela” y que se quedan en nada. Legas al final y dices “Enric ¿ya? ¿Ya?¿Cómo que ya?  ¡No me digas que ya!!!”

Es un coito interruptus.
¿De qué va el libro? Enric repasa toda su trayectoria profesional desde que comenzó a trabajar casi por casualidad y con pocas ganas en la Hoja del Lunes, hasta que sale de El País después de más de 20 años currando allí y siendo razonablemente feliz con el curro que tenía. Enric lo cuenta todo pero pasa como de puntillas, a veces parece que no quiere hablar sobre un tema y veces parece que le encantaría detenerse y desmenuzar otros pero no tiene tiempo, tiene que seguir adelante, va con prisa.

¿Cómo me sentía leyéndolo? Con ganas de decirle “A ver, Enric...no vayas tan deprisa y cuéntamelo bien”, con ganas de decirle, “Pedimos otra copa y sigues”.
Comparado con los otros tres libros sobre Historias de ciudades, Londres, Nueva York y Roma (ya estáis tardando si no los habéis leído todavía), en éste Enric habla bastante de él, de sus ideas, de su inocencia de jovenzuelo, de sus pensamientos y de sus sensaciones...de sentimientos habla poco, muy poco. Habla de mucha gente para bien y para mal, mola porque es capaz de diferenciar el componente personal de muchos compañeros de curro del componente profesional, el típico “era un cabrón pero como jefe era cojonudo”. Se muestra bastante a sí mismo, siempre con ironía, con distancia, siempre con muchos fallos, usando el humor negro y quitándose mérito. Si tuviera un blog lo llamaríamos “falsa modestia bloguera” pero como no lo tiene lo llamaremos “falsa modestia de periodista”. Enric no va de divo pero tampoco cae en falsos malditismos y sobre todo no rodea al periodismo de ese halo de salvación mística a la que son tan propensos muchos periodistas.

Me ha molado esta cita.
Aquello fue mi universidad. Yo era un tipo sin estudios superiores, un reportero que había aprendido lo poco que sabía en la calle y en el trabajo. Leía, siempre he leído mucho y tal vez sea lo único que hago bien. Me parece que un periodista ha de leer como si le fuera la vida en ello, porque le va la vida en ello”

 
Antes he dicho que Enric casi no habla de sus sentimientos, sospecho que porque si se dejara ir sabe que no podría controlarlo. Sólo hay dos ocasiones en las que se muestra más…y duele leerle.

Cayó el Muro de Berlín, pasé meses viajando de forma errática y semiconsciente, pasé las noches de duelo en hoteles donde podía estar solo o acompañado. Francamente, ni la irrupción de El Mundo ni el enroque de El País ni el compadreo con el PSOE me interesaban demasiado. Sólo quería moverme lo más posible y pensar lo menos posible. Si alguna vez me he hundido en una crisis sin aparente salida, fue entonces

En este párrafo aparentemente frio, aparentemente descarnado y desgarrado está contenido toda la angustia, la desesperación y el duelo desgarrador que parte la vida por la muerte de un hijo. El capítulo termina ahí y uno se queda pensando...joder...Enric vamos a tomar otra copa y si quieres hablamos de ello y sino pasamos a otra cosa.

La otra ocasión salta cuando estando en el Congo, va por una carretera y ve como un camión de la ONU atropella a una madre con su hijo, se acerca corriendo y el niño está muerto y la madre malherida. Unos soldados congoleños borrachos se llevan a la madre...

Me quedé con el cadáver del niño. Lo envolví en la misma tela en la que lo llevaba su madre (supongo que sería su madre) y emprendí con él la marcha de regreso a Goma. Fui hasta la fosa común del aeropuerto, y lo arrojé a ella con la mayor delicadeza posible. Cayó entre centenares de cadáveres que se pudrían al sol.

Quizá no me habría sentido tan mal si mi hija no hubiera muerto unos años antes. Quizá habría sentido lo mismo. No lo sé. Quise morirme. Quise llorar. No ocurrió ni lo uno ni lo otro. Casi 20 años después, el camión, la carretera, la fosa y el niño siguen apareciendo en mis pesadillas”

Puff...

Por cierto, el libro termina justo cuando sale de El País. En la presentación del libro contó que alguien (no recuerdo el nombre) le dijo que Pedro J iba a llamarle y efectivamente le llamó para invitarle a comer y ofrecerle unas condiciones de curro cojonudas y por supuesto dijo que sí. Comentó que no sabe cuánto tiempo estará trabajando para El Mundo pero que ahora mismo hace lo que le gusta.

En resumen, hay que leer a Enric y el libro me ha gustado mucho,  pero jode por el interruptus, por los 23 leuros que te sacan los de Jotdown* y porque sabes que Enric podría haberlo hecho muchísimo mejor.


*Señores de Jotdown. Hubiera sido una idea genial, molona y que hubiera granjeado  muchas simpatías poner dentro del libro una nota rollo “Sabemos que 23 leuros es un poco robo por esta edición pero es la única manera que tenemos de mantener la calidad de nuestro proyecto. Gracias”. Ahi  les dejo la idea para otra ocasión. 

Más de Enric, a este paso le haré una sección.