Pocas cosas me revientan más en la vida que la gente condescendiente. Me atacan, me cabrean y me hostilizan muchísimo.
Te puedes poner condescendiente o serlo.
Ponerse es inevitable. Todos somos capaces de usar un tono condescendiente y dañino de vez en cuando. A veces sin querer y otras a conciencia, para joder, siendo plenamente consciente de estar haciendo algo malo y del daño que se está causando al otro.
Cuando te pones condescendiente con alguien a propósito, te mueve un afán por ser dañino, por mostrarte superior. “ Sé que sé más que tú sobre esto, sé que no sabes de qué estás hablando y te lo voy a demostrar, pequeña piltrafilla”. Lo haces para ponerle en su sitio, aposta y esa conciencia mitiga lo dañino de tu condescendencia. Normalmente además, lo usas como respuesta a algún tipo de agresión previa, alguien se pasa de listillo y entonces tú le atrapas contra la pared y te pones condescendiente para defenderte y devolver la jugada. Usas un recurso, un tema, un estilo, con mayor o menor acierto, pero sabes qué estás haciendo y para qué.
Eso es ponerte condescendiente.
Ser condescendiente es otra cosa. Los condescendientes congénitos lo son siempre, permanentemente, con cualquiera, por cualquier tema, en cualquier ocasión, hablando, escribiendo, cantando o por tuiter. Siempre condescendientes.
Ser condescendiente implica siempre un desprecio absoluto por las opiniones, sentimientos y pensamientos del otro. Mejor dicho, ni siquiera es desprecio,es algo peor, es "no-aprecio". Para que haya desprecio primero tendria que considerar la existencia previa de esas opiniones, sentimientos o pensamientos. Un condescendiente ni siquiera contempla la posibilidad de que existan. En el hipotético caso de atisbar una opinión o un sentimiento pertenciente a otro, siempre, siempre será considerado improcedente, absurdo, carente de cualquier tipo de valor o fundamento y estará situado a años luz de la opinión, pensamiento o sentimiento del condescendiente que siempre está en posesión de la verdad absoluta y el conocimiento total.
Un condescendiente tiene cero empatía porque no hay nada más en el universo aparte de su persona. Considera que estar en posesión de la verdad absoluta le permite usar un tono cortante, frio, seco, desconsiderado, carente de cualquier atisbo de educación pero cargado de un tono que dice " pequeña piltrafilla ni considero que existas pero me estoy tomando la molestia de contestarte o de hablar contigo asi que por favor idolátrame y aprecia en lo que vale lo magnánimo de mi gesto, el que te dedique mi valioso tiempo" Si el otro se ofende, mostrará la más absoluta de las sorpresas porque ese otro se fije en el tono en vez de centrarse en el mensaje. Un condescendiente sabe hasta porque te ha afectado su tono…y nunca es porque haya sido dañino si no porque te “jode” que él tenga razón….Si, también son egocéntricos nivel “ el universo gira a mi alrededor” y “soy el sol que alumbra tu pobre caminar”.
Un condescendiente nunca quiere tu opinión o tus aportaciones cuando te cuenta algo o te hace partícipe de sus ideas. Incluso cuando parece que está pidiendo tu colaboración lo que busca en realidad es que te vistas de palmero, te ates la camisa a la cintura, cojas la guitarra y le jalees. Busca siempre aplauso, ovación, la vuelta al ruedo y salir a hombros. Su sorpresa será mayúscula si no recibe este premio a su ego y se pondrá muy muy hostil rozando la agresión verbal si osas decirle algo del tipo “no estoy de acuerdo y creo que quedaría mejor si….” Puede que tu aportación sea valiosa, ajustada, con criterio y mejore notablemente la idea original del condescendiente, pero él será incapaz de verla. No la vería ni aunque le golpeara en la cara como un satélite caído del cielo. Es una aportación que no es suya y por tanto no existe. No es nada.
Un condescendiente cree que te conoce, que sabe quién eres, qué haces, qué piensas o que sientes. ( Si es una madre no es condescendiente..es otra cosa), cuando en realidad no tiene ni puta idea. Y no la tiene no porque tú no se lo hayas querido contar, mostrar o enseñar ( que también puede ser) sino porque ni se le ocurre que tú puedas ser, sentir o pensar algo diferente a lo que él ha considerado que tú eres pienses o sientes. Si un condescendiente ha decidido que tú eres una madre frustrada, una corredora amargada o un mindundi sin opinión, ya pueden nombrarte madre del año, ganar un maratón o que te den el premio nobel que él siempre dira..” Si..pero en el fondo”….Un condescendiente jamás se apea de su burra….aunque la burra le tire.
Un condescendiente, te ve, te encasilla y ahí te quedas para siempre..porque por supuesto, su primera impresión es infalible.
Un condescendiente aburre siempre.
La característica más especial de los condescendientes sin embargo, es el efecto que causan en la gente que te quiere o que provocan en ti cuando son condescendientes con alguien a quien tú aprecias.
Cuando chocas con un condescendiente piensas “ que gilipollas, siempre está igual..con ese tono, no le aguanto”, y después de un breve momento de incandescencia hostil, directamente pasas y lo olvidas. Sin embargo, si alguien que te quiere presencia ese intercambio, ese "no-aprecio", le duele más que a ti. Ese alguien que te quiere sabe quién eres, conoce el valor de tus pensamientos, de tus sentimientos y sabe la ilusión que has puesto en esas opiniones. La condescendencia del otro y el desprecio que conllevan hacia lo que tú eres o has dicho o sientes, le duele en el alma. Primero le duele, luego se cabrea hasta el infinito, después le hierve la sangre, aprieta los dientes y se controla para no plantarse delante del condescendiente y decirle:: ¿quién cojones te crees qué eres?
Por eso podemos soportar que alguien regañe a nuestros hijos pero no que sean condescendientes con ellos, ni con nuestros hijos ni con los que queremos.