No sé muy bien cómo va a salir esto, pero llevo dos días sin publicar y no puede ser. A ver si por no practicar voy a perder el ritmo. Esto es como todo, no se te olvida, pero pierdes destreza y si lo dejas mucho cuando vuelves a ello tienes hasta agujetas…así que a practicar.
En teoría el entusiasmo y la maldad no tienen mucho que ver a no ser que uno sea un malvado muy entusiasta lo que lamentablemente le hace perder efectividad en su maldad y además digamos que la maldad no está bien vista.
En lo que se parecen el entusiasmo y la maldad es que para sentirlos como se merecen hay que ser conscientes de uno mismo, de lo que está sintiendo. Hay que pararse y decir…eh...estoy entusiasmado y mola mil…o estoy siendo malo y no hay donde esconderse ni justificación, lo estoy siendo.
Primero la maldad.
Hablo de la maldad porque si. Hacer algo que sabes que está mal a propósito. NO hablo de hacer mal a alguien haciendo algo que a ti te satisface de otra manera, o de hacer mal sin darte cuenta, no. Hablo de ejecutar una acción sabiendo que está mal y con la única justificación de causar mal al otro y además de esa acción la única satisfacción que sacas tú es el daño que causas.
Si...claro...ninguno hemos hecho eso jamás en la vida…todos somos buenísimos y tenemos un buen fondo y nunca hemos hecho algo asi. Pues tengo mis dudas. El problema es que no mola ser malo, y para ser malo hay que ser consciente de ello...no mola decir...he sido malo, me he portado mal. No está bien visto, así que lo enmascaramos de mil maneras…la peor de todas es: si, lo que hice estaba mal...pero es que la otra persona había sido mala antes.
Correcto. La otra persona ha sido una completa hija de puta por el motivo que sea. X, pero si tú haces algo que está mal con el único motivo de causarle mal…estás siendo igual de malvado. Admítelo, se coherente, no te justifiques. Decidiste ser malo, hacer algo para putear y lo has hecho.
Ya está. No me vengas ahora con “no es que X se lo merecía porque antes”…me da igual. Me da igual quien fuera X y lo que hiciera. Tú has hecho una maldad y apechuga con ello.
Que conste que no estoy diciendo que no haya que ser malo. Eso lo decide cada uno en sus circunstancias y no vivo en los mundos de Hello Kitty (a pesar de la campaña de C por decorarme la casa con la gata de los cojones) y todos tenemos un fondo de maldad aunque todos hayamos llegado al acuerdo de esconderlo al fondo a la derecha y no enseñarlo.
A lo que voy es que si eres malvado por la simple satisfacción de serlo, por venganza...asúmelo, vive con ello y no lo justifiques. Hay que asumir que no somos perfectos ni la gente esa que sale en los anuncios que no se mancha nunca, quiere a sus vecinos y su máximo problema es quitar una mancha absurda de césped en una rodillera del pantalón.
Y además un malo arrepentido es un completo fiasco..como Dart Vader...molaba mil hasta que salió con lo de Luke soy tu padre..toda mi infancia queriendo ser Darth Vader y respirar como si tuviera mocos y al final descubro que era un fraude. Nada peor que un malo con conciencia.
Ahora la parte amable.
Al entusiasmo le pasa más o menos lo mismo. El entusiasmo es un sentimiento que necesita de la conciencia de sentirlo para desarrollarse plenamente. La tristeza, por ejemplo, llega y te arrasa, no puedes hacer como que no está, una oleada de pena provocada por nada en concreto llega un día, en un momento y puedes optar por bracear para intentar salir de ella o dejarte arrastrar.
Al entusiasmo no le pasa eso. El entusiasmo no llega, el entusiasmo se crea. Para sentirlo hay que querer algo, hay que tener interés por algo, hay que dejar que lo que sea (la fórmula 1, los libros, Bruce, la física cuántica, los peces de colores, la repostería, el futbol, escribir, los gintonics o lo que sea) que te guste, te llegue a apasionar. Hay que construir ese entusiasmo por lo que sea y disfrutar de él...decir...joder…¡¡como me mola este libro!! O ¡¡como me flipa esta canción!! O ¡¡de puta madre que he conseguido hacer una tarta de cumpleaños para mi hija con barritas de Kit Kat!! (1)….y hay que ser consciente de que uno está entusiasmado…nota el cuerpo en tensión, todo su cuerpo en tensión porque hay algo que le llega, que le toca, que le hace sentir más vivo…algo con lo que vibra.
El entusiasmo es además, un sentimiento que hay que mimar. Y es un sentimiento muy muy difícil de compartir precisamente porque aquello que nos lo provoca es extremadamente personal. Estas dos circunstancias hacen que sea un sentimiento frágil...muy frágil y que si te lo rompen te dejará hecho polvo. No hay nada peor que la frase “yo no sé qué interés le ves a esto”…como respuesta a un entusiasmo verdadero… te deja arrasado.
Hay que mimar el entusiasmo propio y tener muchísimo cuidado con el entusiasmo de los demás…a no ser que quieras ser malo a propósito...porque entonces, joderle el entusiasmo a alguien es una manera fácil y muy efectiva de hacer el mal.
Eso sí...cuando consigues transmitir el entusiasmo por algo que te interesa a otro alguien…y no solo ese alguien lo capta si no que se interesa y percibes como se va entusiasmando poco a poco ( aunque nunca llegue a tu nivel )….es un sentimiento que vale millones.
No pasa casi nunca...pero cuando pasa es la leche. Y hay que ser conscientes de que te está pasando…para disfrutarlo como se merece.
Y sé que hay miles de entusiastas de Darth Vader cuando molaba por ahi....
(1) Homenaje a mi amiga Anniehall y su reposterexia.