- Hay gente que opina que a los niños siempre hay que decirles absolutamente toda la verdad. Yo no.
- A tus hijos les pareces omnipotente, no porque seas tú, que también,..sino porque eres “un mayor” y un mayor puede hacerlo todo. Hay gente que no se acuerda de cómo se sentía cuando era cani, pero yo si me acuerdo, perfectamente. Ser mayor era poder absoluto, era poder hacer lo que quisieras y todo bastante molón excepto: la renta, limpiar la plata y guardar las alfombras.
Con estas dos consideraciones previas: no decir toda la verdad si es mejor no decirla y sabiendo que laz princezaz consideran que yo lo puedo todo, me paso el día sumergida en conversaciones en las que para salir airosa tengo que emplear las frases comodín.
No siempre funcionan, pero dan tiempo antes de llegar a la respuesta correcta.
Un ejemplo…
Molicuñado se hace el tío molón y se pasa todo el verano diciéndole a laz princezaz que va a llevarlas a un bosque donde hay unos recorridos superchulos para hacer por los árboles. Sigue todo el verano haciéndose el enrollado y el día antes de volvernos a Madrid les promete llevarlas por la tarde y hacer algún recorrido.
Molicuñado se echa una siesta de mil pares y para cuando llegamos al bosque, es demasiado tarde para hacer nada. A M le flipa el bosque, los recorridos que hay, quiere ponerse un arnés y trepar por todas partes.
- No puede ser cariño...están cerrando, se está haciendo de noche.
- Es que yo quiero hacerlo...sé hacerlo mamá.
- Si, lo sé...pero hoy no puede ser. Otro día.
- ¿Mañana?
- No, mañana no puede ser, nos vamos a Madrid.
- ¿El sábado que viene?
- ¿El sábado? Bueno…” ya veremos”.
YA VEREMOS. Es la frase comodín de todos los padres del planeta. Es como no decir nada. Es como decir “Si no hay más remedio lo haremos el sábado que viene”. Es como decir “Si de aquí al sábado que viene no sale un plan mejor, más chulo, más barato y sobre todo que no signifique sufrir por la integridad física de mi primogénita lo haremos”. Es como decir “a ver si de aquí al sábado que viene se le ha olvidado”. Es como decir “No te digo que no para que no te lleves el disgusto ahora y no te digo que si para que no lo grabes en tu memoria de elefante y estés toda la semana diciendo “el sábado vamos” “el sábado vamos”.
Realmente tú quieres decir eso...que ya veremos que pasa, porque no sabes que pasará de aquí al sábado. Pero ella eso no lo entiende, si tú quieres ir, eres mayor...puedes hacerlo.
YA VEREMOS no soluciona nada, pero da margen. El problema es que los niños juegan a acortar ese margen, son astutos y conocen sus cartas.
¿Ya veremos qué?
Pues ya veremos si hace bueno.
Pero si hace bueno... ¿venimos?
Si hace bueno ya veremos...
Vale, vale...pero si sale un sol radiante...entonces ¿es que si?
Bueno...a ver...a lo mejor hay que esperar a que crezcas un poco.
CUANDO CREZCAS. Otra frase comodín. Es como no decir nada o decirlo todo. Puede significar muchísimo en plan putada…..”Cuando crezcas podrás hacer esto tan chulo que te he enseñado y que por tanto se puede ver pero no se puede tocar y por tanto soy una cabrona como madre” y provocarás frustración en tu churumbel.
O puede significar una promesa de recompensa al hecho de crecer “Mira que cosa tan chulísima te está esperando cuando crezcas”…lo que viene siendo...creando expectación. Lo suyo es venderlo así porque además los churumbeles no controlan el concepto temporal del crecimiento.
- Entonces si crezco mucho podremos venir.
- Si
- Y si bebo mucha leche, creceré mucho y parecerá que tengo 12 años y podré hacer los recorridos de mayores, ¿no?
- Si creces mucho si.
- Y ¿vendremos?
- Bueno...si hace bueno, creces mucho y por supuesto…depende de cómo te portes.
DEPENDE DE CÓMO TE PORTES. Tercera frase comodín del mundo mundial. Esta no siempre funciona, para que surta efecto, el premio a conseguir por un comportamiento adecuado tiene que ser adecuado a las expectativas generadas. “Que haya macarrones de comer depende de cómo te portes” no suele funcionar. Un vil plato de pasta que más pronto o más tarde saben que van a degustar no compensa 24 horas de conciencia sobre su comportamiento y control sobre su conducta. Pero una excursión por las copas de los árboles en un bosque acojonante…compensa mucho. Es lo mismo que si viene tu jefe y te dice “depende de cómo te portes te doy un pilot nuevo azul”...pues tú le miras y piensas “uy que susto..prefiero la muerte” y sigues a lo tuyo. Pero si viene tu jefe y te dice “tu plus de 400 leuros depende de cómo te portes”…la cosa cambia.
“Ya veremos”, “Depende de cómo te portes” y “Cuando crezcas” no solucionan el problema pero dan tiempo. A lo mejor alguien me lee (alguien sin hijos probablemente) y dice:
- Dile que si vais a ir. Error. Y si sucede algo no previsto que impide la excursión. ¿Y si jarrea? ¿Y si cierran el parque? ¿y si hay una rebelión de ardillas que están hasta el moño de ver humanos triscando por sus pinos? Si dices que si…y luego es que no...la decepción en sus caritas no te dejará dormir en días...porque ellos no entenderán porque no has podido conseguir que abrieran el bosque, porque la lluvia es un impedimento si además a ti te encanta y porque las adorables ardillas están contra ellas.
- Dile que no vais a ir. Error. Eso hubiera supuesto una llantina horrible, con lágrimas perfectas cayendo de sus increíbles ojos azules por su carita de princeza y un disgusto emocional en M que me hubiera hecho sentirme horriblemente culpable.
El uso inteligente de las frases comodín sin embargo, ha conseguido que M esté bebiendo leche como si le fuera la vida en ello “Mami, esta leche es fresca... ¿hace crecer más que la normal?” y portándose tan bien que hasta ha aprendido a ducharse sola “Mamá...soy mayor...cierra la puerta que lo hago yo sola”.
También pregunta compulsivamente por la previsión meteorológica pero eso es un efecto colateral que estoy tratando de controlar…
Y de aquí al sábado QUEDA MUCHO…