Si, ya toca.
A mí no me engañas.
No sé de qué me hablas.
Tienes una crisis de inspiración, así que vas a colgar un gapafastismo para cubrir el expediente a la espera de que se te ocurra algo...y ¿si no se te vuelve a ocurrir nada?
No sé de qué me hablas.
“Mendel el de los libros de Stefan Zweig” No tenía nada que leer y entré en el cuarto de pobrehermano mayor a ver si había algo que mangar. Comprobé dos cosas: pobrehermano mayor tiene pocos libros porque se dedica a arramplar con los míos “Moli...dame algo para leer” y los pocos que tiene se los he regalado yo. Rebuscando encontré éste, que se lo había regalado sin leerlo yo previamente (algo raro ). Es un relato corto que se lee en nada, sobre un amante de los libros en Viena antes de la IIGM, una especie de memoria humana de los libros. Es triste y melancólico, con el sentimiento con el que Zweig escribe siempre sobre la época entreguerras, sobre el mundo que fue y que dejó de existir y que con su desaparición le dejó sin encontrar su lugar en el mundo hasta que se suicidó en Brasil. No está mal, pero de Zweig sigo recomendando “Carta de una desconocida”, ““24 horas en la vida de una mujer” o “El mundo de ayer: Memorias de un europeo” para el que le interese la Europa de antes de la IIGM. A mí sus memorias me encantaron.
Cuando molihermana me secuestró un fin de semana para llevarme a la playa devoré “Ángulo de reposo” de Wallace Stegner. De este autor leí a principios de año “En un lugar seguro” pero este me ha gustado muchísimo más. Es una novela lenta y reposada en la que se entremezclan dos historias, Lyman Ward, un historiador retirado cuenta la vida de sus abuelos, el matrimonio formado por Susan y Oliver a finales del siglo XIX en el Oeste americano. Ella dibujante y artista, mujer “liberada” para su época y él, ingeniero de minas obsesionado con su trabajo y con encontrar la oportunidad de su vida en las tierras del Oeste. La historia de Lyman y la de sus abuelos se van entremezclando para complementarse una a otra. Me ha gustado mucho aunque aviso que es triste. Marqué muchísimos párrafos pero no puedo copiarlos aquí porque el libro fue secuestrado por molimadre y todavía no ha vuelto a mis manos. Muy recomendable.
No hay bestia tan feroz de Edward Bunker. Novela negra sobre los bajos fondos de Los Ángeles recomendada por un descerebrado. Max Dembo sale de la cárcel después de cumplir 8 años de condena y está decidido a ser “bueno”. Pronto se da cuenta de que no será fácil y volverá al lado oscuro. Es una buena novela negra en la que vas con el “malo”. Sentía lo mismo que cuando leía los libros de Ripley...no puedes evitarlo, estás de parte del malo. El protagonista está muy bien construido y su autor demuestra un gran conocimiento del lado más cutre de la delincuencia, aunque esto no tiene mucho mérito porque Edward Bunker , se crió en reformatorios, estuvo en la cárcel e incluso en la lista de los 10 más buscados por el FBI. Novela negra muy recomendable
“La angustia que provocan las expectativas frustradas no puede llegar si no se espera nada”
“Tan lejos como los pies me lleven” de Josef Martin Bauer. Recomendación de Gonzalo. Más sobre la II Guerra Mundial, en este caso la odisea de un prisionero de guerra alemán que escapa de la mina de plomo donde cumple una condena de 25 años de trabajos forzados y atraviesa todo Siberia para volver a casa. Se me ha hecho un poco lento sobre todo la parte en la que atraviesa la estepa, la llegada a Siberia, las condiciones de la mina y sus vivencias allí me gustaron más. Encuentro que la parte final es un poco precipitada pero es una buena novela de aventuras, entretenida. Es estremecedor como el ser humano es capaz de soportar las peores condiciones y degradarse hasta el extremo para sobrevivir. Se me olvidaba decir que es una historia real, novelada pero que ocurrió de verdad.
“Gente remota” de Evelyn Waugh. Diario o notas biográficas del autor inglés cuando viajo a Etiopia con motivo de la coronación de Haile Selassi I en 1930. Waugh con humor y visión inglesa disecciona la realidad del país y posteriormente de Yemen, Zanzíbar, Uganda, Congo y Sudáfrica. Me ha recordado por un lado a Ébano de Kapuscinsky y por otro a “El antropólogo inocente” de Nigel Barley, libro que recomiendo muchísimo. El de Waugh me ha gustado pero por no lo leáis en la edición de “Ediciones del viento”, es horrible, mal traducida y con un montón de erratas..¿No tienen un lector que corrija las pruebas? Me ofrezco voluntaria. Rescato esta cita que a pesar de estar escrita en 1930 creo que se ajusta perfectamente a lo que ocurre ahora:
“Resulta sorprendente descubrir la importancia que cobra la política en el momento en que uno empieza a viajar. En Inglaterra se ha convertido en un pasatiempo para especialistas; como mucho en una cuestión técnica de economía, y como poco una mera acumulación de cotilleos cerca de individuos mortalmente aburridos. Se puede viajar en automóvil por Francia o Italia con gran placer y provecho, sin tener opiniones sobre L´Action francaise o el fascismo. Fuera de Europa, no se puede evitar ser político si uno se interesa por lo que ve; los temas políticos están implícitos en todo”.
Y esta sobre el aburrimiento que me pareció muy gráfica y muy inglesa.
“Yo soy, constitucionalmente, un mártir del aburrimiento, pero en Europa nunca me había sentido tan desesperada y degradantemente aburrido como en el transcurso de los cuatro días siguientes. Resultaron tan negros como la condenación eterna; un puñado de cenizas arrojado a los ojos; una manta sobre la cabeza, una masa de barro hasta la altura de las rodillas”.
“Winnesburg, Ohio” de Sherwood Anderson. Llegue a este libro a partir de las elogiosas referencias que a él hacía Amos Oz en su autobiografía “Una historia de amor y oscuridad”. Se trata de una colección de cuentos protagonizados por los habitantes de Winnesburg, una pequeña población en el estado de Ohio. El hilo conductor, es la presencia de un joven reportero del periódico local. Algunos relatos me han gustado mucho, sobre todo los del principio, otros menos...pero todos están escritos magistralmente con unos personajes delimitados y construidos de una manera tan increíble que crees oírles hablar y conocer todos sus pensamientos en las pocas páginas que ocupa cada uno de los relatos. Todos tienen una carga de infelicidad que te hace llegar al final del libro con un deseo de huir de ese ambiente opresor en el que parece que los momentos de dicha son imposibles.
“Engaño” del bueno de Philip Roth. Este año no había leído nada de él y lo echaba de menos. Roth es una apuesta segura, aunque todos cuenten la misma historia, todos me dan muchas cosas que pensar. Sus personajes siempre son los que los defensores del “buenismo” llamarían “malos”, están llenos de defectos que asumen y con los que conviven. Tienen pensamientos laterales retorcidos, atormentadores y complejos a través de los cuales intentan ser más conscientes de la vida que llevan. Viven más de verdad.
Aquí Roth nos empuja a zambullirnos en una estructura compleja, complicada de seguir. Fragmentos de diálogos entre dos amantes adúlteros, no siempre los mismos, intercalados con conversaciones del autor y un amigo y el autor y su mujer. A veces resulta confusa de seguir, aún así lo importante de Roth es como es capaz de con su escritura golpearte y dejarte pensando.
Hoy te veo seria
Estoy de muy mal humor.
Me siento fatal.
Por lo menos conservas un aspecto excelente
¿de veras?
Si, Tu animo combativo sigue intacto.
Eso viene y se va.
Cuando tienes el ánimo combativo estás espléndida.
Ahora estoy con “Sobre el olvidado siglo XX” de Tony Judt. Este libro me da para un post supersuper gafapasta porque estoy aprendiendo muchísimo y me está encantando. Dejo solo para abrir boca esta cita que viene muy a cuento de un post que escribió ND en su blog y que dio para una gran discusión en los comentarios.
“Hemos olvidado como pensar políticamente. Éste también es uno de los paradójicos legados del siglo XX. El agotamiento de las energías políticas en la orgía de violencia y represión de 1914 a 1945 y posteriormente nos ha privado de buena parte de la herencia política de los últimos doscientos años. La terminología de “izquierda” y “derecha”, heredada de la Revolución Francesa, no carece por completo de significado en la actualidad, pero ya no describe (como hasta hace poco tiempo) las lealtades políticas de la mayoría de los ciudadanos en las sociedades democráticas. Somos escépticos, si no activamente recelosos, ante los objetivos políticos globales: las grandes narraciones de la Nación, la Historia y el Progreso, que caracterizaron a las familias políticas del siglo XX, ahora parecen desacreditadas sin recuperación posible. Y, así, describimos nuestros objetivos colectivos en términos exclusivamente económicos – prosperidad, crecimiento, PIB, eficacia, producción, tipos de interés y comportamiento del mercado de valores – como si no fueran sólo medios para alcanzar colectivamente unos fines sociales o políticos, sino fines suficientes y necesarios en sí mismos”.
Judt era un tío muy brillante y me mola aprender.
Hala...hasta dentro de un par de meses.