viernes, 3 de julio de 2009

MATERNITY (XXXII): En el coche de papá.

Viajar en coche con niños es cómo ir en el tren de la bruja, un sobresalto continuo, nunca sabes lo que te espera, nunca acabas de estar cómodo y lo que quieres es que se acabe cuanto antes.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que antes de viajar con niños el sitio guay era el del copiloto, el otro conduce y el copiloto da charleta o no, escucha música e incluso se puede dormir. El copiloto descansa.

Cuando tienes niños el que peor va del coche es el copiloto. Tienes que atender al conductor, cambiar la música, dar agua, dar comida, cantar canciones, separar fieras, poner orden, volver a buscar la emisora, dar agua otra vez, coger el chupete del suelo del asiento, coger la oveja, poner el Dvd, quitar el Dv, cambiar de emisora, tapar, colocar cabezas que se han dormido en un ángulo anatómicamente imposible, volver a dar agua y todo eso sin quejarte porque el otro “ está muerto de tanto conducir”. En mi caso, cuando llega mi turno de conducir ( llevamos un turno riguroso) no falla nuca, las princesas se desnucan a sobar y el ingeniero se echa una cabezada de impresión. No me quejo, por lo menos me dejan tranquila.

Para mi es fundamental no viajar jamás con los niños en la parte de atrás. Se da la circunstancia de que cuando tienes tu primer hijo todo el mundo supone que vas a ir sentada en la parte de atrás contemplándole. Da igual que hasta entonces cuando has viajado con tu pareja os hayáis turnado al volante, ahora de repente ya no puedes conducir:

-¿ tu vas atrás con la niña, no?
- ¿ Yo? ¿porqué? Si está durmiendo.
- Por si le pasa algo
- No le pasa nada, pero si estás tan preocupado conduzco yo y ve tu con ella.
- Ah no, yo paso.
- Pues conduce y calla.

Yo me niego a ir detrás, me siento la suegra. Además el niño se acostumbra y te espera un futuro de ir sentado detrás incómodo mientras el otro va delante conduciendo a su rollo.

Muchos padres pierden el criterio a la hora de organizar viajes.

- Nosotros vamos a salir a las 3 y 20 de la mañana.
- ¿ Y eso?

- Porque es la única hora a la que nuestra hija va dormida, así que la acostamos, nosotros esperamos a que se duerma, la despertamos con cuidado la metemos en el coche y nos vamos de viaje. Tenemos que hacer pis antes porque no podemos parar que entonces se despierta y mi mujer va sentada detrás con ella cogiéndole la mano.

Genial. Llegan a su destino, la niña se despierta a las 8 de la mañana y los padres no han pegado ojo. El que sale perdiendo una vez más es el copiloto. El conductor dirá: yo estoy muerto de conducir todo el día, te tienes que quedar tú con la niña. Repito, nunca hay que ser copiloto.

Otra cosa que no tolero es la gente que por el hecho de tener hijos tiene el coche hecho una pocilga. Yo no soy una fanática de la limpieza en los coches ( no soy tío), tolero polvo en el salpicadero, la típica botella de agua rodando por el suelo, un par de tickets del peaje por el suelo y una bolsa de plástico, pero cuando entro en los coches de algunos padres siempre pienso que tenía que haberme puesto ropa plastificada.

Cuando eres primerizo y memo la elección de silla de coche te parece apasionante y por supuesto quieres lo mejor de lo mejor para tu heredero. Dos consideraciones al respecto:

- compres la silla que compres en la tienda parecerá ligera y fácil de manejar. No te lo creas, el vendedor está entrenado para ello. Será un muerto y el sistema de cinturones, cerramientos y engranajes te hará sudar.
- La verdadera utilidad de las sillas es mantener a tus hijos atados y separados el uno del otro. No se mueven y no llegan a pegarse. Bueno, esto funciona con dos, si finalmente tengo 3 supongo que el bebé habrá que ponerlo en medio y confiar en que a las princesas les de vergüenza pegar a uno más pequeño.

Nunca hay que decir que queda “mucho” para llegar. “mucho” es una palabra que desestabiliza a los niños, para ellos significa una inmensidad de tiempo, creen que se aburrirán, que van a estar toda la vida en el coche y se ponen insoportables. Tampoco hay que decir que queda “poco”, porque “poco” para los niños significa “ya”, así que se ponen nerviosos y empiezan: ¿nos bajamos ya? ¿Me puedo desabrochar ya? ¿Me hago pis ya?.

El ingeniero utiliza un término que las deja sin saber muy bien que decir que es “en breve”.

- Papá, ¿ cuanto queda? ¿ mucho, poco o en breve?
- En breve.

Y se quedan como anestesiadas. Es magia.

Sobre la música. Mi máxima es resignación con criterio. Si no voy a poder viajar escuchando la música que me mola todo el tiempo me resignaré a algo de música infantil pero siempre con criterio: nada de high school musical, ni Leticia Sabater, ni la secta del “Canta Juego”. Sólo bandas sonoras de Disney que les molan a ellas y a mi e incluso el ingeniero se sabe algunas.

Mi mejor consejo para las madres primerizas que no conducen es: dejad los cursos preparto y sacaos el carnet de conducir.
Un último consejo, nunca les dejes quitarse los calcetines en el coche. Jamás los encontrarás.

jueves, 2 de julio de 2009

SOY GILIPOLLAS.

Con 36 años y medio tengo que reconocer que no he enfocado bien mi existencia. Yo creía que había que ser positivo, currante, no dar la brasa, ser independiente, poder con todo y salir adelante por tus medios. Si hacías todo eso la vida sería más fácil y todo iría sobre ruedas. Vale, además de gilipollas soy una ingenua de cojones.

Pues ayer caí en la cuenta de que me he equivocado en la vida. Para triunfar de verdad y vivir como un duque lo que hay que hacer es “dar pena” y que delante de tu nombre la gente ponga “pobre”. Si consigues eso tú vida va a ser un camino de rosas.

No estoy hablando de pena de la buena, de esa que sientes por las auténticas desgracias: muertes, enfermedades, desastres, hambruna..etc. No, no me refiero a eso. Eso tiene que provocarnos pena, tristeza y en muchas casos vergüenza por no hacer nada para evitarlo.

Me refiero a la “falsa pena”, esa sensación de “ayy pobre” que provoca determinada gente y que no es para nada real. No les pasa nada triste ni malo. Lo gracioso de los creadores de falsa pena es que ellos no lo hacen aposta pero provocan esa sensación en los demás. Son distintos de los tristes que sí lo hacen aposta.

Un caso claro de “falsa pena” es Letizia Ortiz, una pava que se casa con el tío que quiere ( no digo que le quiera pero se casa con él porque le sale de las narices, no la obligan), pasa a tener 0 preocupaciones aparte de combinar zapatos y bolso, viaja por todo el mundo y sabe que siempre tendrá qué comer y un techo. Bueno pues la gente dice “ la pobre Letizia” ¿ pobre de qué? .

En todas las casas hay un hermano que siempre provoca falsa pena en los progenitores. Es facilmente identificable porque suele ser “ el pobre zutanito”. A cualquier otro hermano se le exigen 3 sobresalientes, él suspende y entonces se dice “ El pobre zutanito con lo que se ha esforzado”. Todos los hermanos empiezan a currar por una mierda de sueldo en un polígono lejísimos de casa y se supone que se están curtiendo. Llega el susodicho y decide no currar porque no le compensa, sigue en casa, se toca los huevos, vive cómo un duque, no se queja y está feliz y sin embargo provoca esta frase “ pobre zutanito es que le pagaban una mierda por trabajar muy lejos”.

Obviamente yo nunca he sido en mi casa “lapobremoli”.

Las embarazadas también son unas provocadoras de falsa pena. Yo creí que lo lógico y lo normal era trabajar mientras estás embarazada, no estás enferma, sólo preñada. Yo curraba, iba y venia conduciendo y ya está. No daba pena. Ahora de repente hablo con un amigo mío que su mujer está embarazada y me dice “ lapobrefulanita está de baja, porque claro ir a trabajar con el bombo, conduciendo con el cinturón de seguridad”. Lo que comentaba, yo soy gilipollas.

En el curro, un jefe comenta “ la pobrezutanita ahí dónde la ves ha venido a trabajar y eso que tiene un dolor de ovarios horrible”. ¿ Dolor de ovarios? Venga no me jodas, ¿ alguna vez te has enterado de si a mi me dolían? ¿ o es que crees que los míos son de plástico? Lo mejor es que fulana probablemente haya dicho “ me duelen los ovarios” como un comentario sin más, pero sin quererlo ha provocado “falsa pena”.

Yo quiero ser “lapobremoli”, lo intento pero no hay manera. Cuando cuento algo de pena lo más que consigo es que o la gente se descojone o me diga cosas cómo “ lo bueno es que tú eres tan fuerte, tan organizada que seguro que lo llevas bien”.

Vale si, lo llevaré bien, pero joder quiero ser ¡ LAPOBREMOLI!.

miércoles, 1 de julio de 2009

¿ ALGUIEN HA VISTO UN LINDO GATITO?

Con 15 años mi madre decidió mandarme a Irlanda a aprender inglés, y allí que me fui a Youghall con Úrsula y Charlie, una encantadora pareja de rubios pálidos con un churumbel. Debían tener treinta y muchos y eran majetes. Me trataban muy bien aunque creo que en esto influía que mi madre les pagaba bastante por mi estancia allí. Me dieron un cuarto estupendo, enorme, con una cama de matrimonio para mi sola, mi propio baño..a todo plan. Una noche nos acostamos todos y yo me puse a leer como siempre, leí bastante rato y cuando apagué la luz, empecé a oír ruidos extraños debajo de la cama, algo se movía.

Encendí la luz y los ruidos cesaron.

Apagué y volvieron a empezar. Había algo debajo de mi cama.

Encendí y pararon.

Apagué y volvieron.

Encendí, apagué, encendí, apagué. ( jajaja, parecía Enjuto mojamuto).

Cuando ya estaba aterrorizada y me imaginaba descuartizada en cuanto cerrara los ojos, decidí que tenía que hacer algo, así que me armé de valor y me fui al cuarto de Úrsula y Charlie a decirles: tengoooooo miedoooooo.

Llamé a la puerta, toc, toc.

Llamé más fuerte, toc toc. Ya que estaba allí no iba a volver a mi cuarto con el monstruo yo sola.

Se abrió la puerta y aparecieron los dos en bolas.

No sé cómo conseguí no descojonarme y balbucear que había algo debajo de mi cama. Ambos dos muy preocupados por mi, me acompañaron en bolas a mi cuarto. Charlie se asomo con el culo en pompa debajo de la cama y miró.

3 gatos asquerosos salieron despavoridos. Creo que ha sido la situación más violenta de mi vida, 2 irlandeses desnudos y yo aterrorizada gritando por 3 gatos.

Odio a los gatos y ellos me odian a mi. Me caen mal y yo les caigo mal a ellos.
Son taimados, misteriosos, cursis, orgullosos,mentirosos, traicioneros y me dan muchísimo asco. No me fío de la gente que tiene gatos. No entiendo porqué les gustan, es más, sospecho que cuando metes un lindo gatito en tu casa te parece monísimo y no sabes que vas a terminar siendo su esclavo.

La gente que tiene gato no anda por encima de los muebles porque evidentemente es una guarrada, pero sin embargo sí dejan a su gato hacerlo. He intentado razonarlo con ellos, pero no se dejan. Sé que no tienen excusa, simplemente el gato les ha podido y ellos le dejan. Su mejor explicación es “ si, pero no sueltan pelo como los perros”. Ya, pero el perro no se sube a la encimera de la cocina. ¡ que asco!

Los gatos tienen fama de limpios porque hacen pis en una caja con arena. ¿ Hay algo más asqueroso?. La excusa de los que tienen gatos es que tener perro es más coñazo porque hay que sacarle a la calle a que haga pis. Ah, estupendo, así que además de ser cerdísimo eres un vago porque no quieres sacar el gato a pasear. Y lo que es peor la caja de la arena suele estar en la cocina, puaghhhh.

Los gatos dan miedo, la gente les teme. Yo creo que en algún momento dominaron el mundo y luego consiguieron un trato con los humanos, para seguir mandando pero pasando desapercibidos. ¿ Por qué nos parece normal que, por ejemplo la Alhambra, esté petada de gatos asquerosos paseando? “ Uy mira un gato”. Si fuera un perro ya estaría todo el mundo llamando a la perrera municipal, pero los gatos tienen bula, pueden hacer lo que quieran. Es EL TRATO.

Los gatos son malos y por eso en los dibujos siempre pierden: los gatitos siameses de la Dama y el Vagabundo son unos cabrones, Tom es un malo y tonto, Silvestre es malísimo, Garfield es asqueroso. Él único que me mola es el gato de Shreck 2 y al principio también es malo, lo que confirma mis sospechas de que no son para nada de fiar.

Si tienes gato, para mi restas 10 puntos.

Otro día hablaré de la gente que considera molón tener iguanas o cualquier otro tipo de mascota “original”. Esos restan 1000.

martes, 30 de junio de 2009

LIBROS ENCADENADOS.- ( Mayo-Junio)

Mi Nueva York” de Brendan Behan inauguró el mes, como ya dije en otro post no es nada del otro mundo. Brendan Behan era un escritor irlandés que vivió largas temporadas en Manhattan y este libro es una especie de diario de estas existencias. No cuenta nada especialmente interesante pero se lee fácil y mola porque hay veces en las que es obvio que su fama de borracho era real, salta de un tema a otro sin solución de continuidad, exactamente igual que hace cualquiera cuando va bolinga.

Siguiendo con Estados Unidos, leí luego “Pájaros de América” de Mary McCarthy. De esta autora ya he leído otros dos y con todos me pasa lo mismo. Me entretengo mientras los leo pero los cierro y no recuerdo absolutamente nada de la trama. He leído unos cuantos blogs de culturetas por ahí que la ponen por las nubes y no digo yo que esté mal, al fin y al cabo he leído 3 libros suyos pero no me parece nada del otro mundo. Además encuentro que su narrativa se ha quedado un poco anticuada en los temas, y no es que yo sólo lea cosas contemporáneas, me trago lo que sea, novelón decimonónico, entregas palaciegas del siglo XVI, ciencia ficción, pero eso sí que me lo crea. Las dudas existenciales del protagonista no me las creo.

Sobre "El imperio" de Kapuscinski ya hablé aquí, es muy recomendable. Apuesto a que de aquí a fin de año habré leído todos sus libros.

El premio al peor libro del mes y probablemente el peor del año es para “Mira si yo te querré" de Luis Leante. Es un regalo. Es Premio Alfaguara de novela. En la contraportada viene recomendado por Vargas Llosa, hecho éste que me reafirma en mi idea de jamás leer las contraportadas. Las contraportadas son un invento diabólico. O bien sirven para que te destripen todo el libro “ Mark no sabe que en el supermercado conocerá a una mujer que le hará la vida imposible pero que gracias a ella encontrará el camino hacia su felicidad al conseguir conocer a Meg en el programa de alcohólicos anónimos” o bien están llenos de elogios de amigos del autor o gente a la que le pagan por mentir. “ Impresionante novela que resulta imposible de olvidar” o “ Nunca como hasta ahora los sentimientos han estado tan bien reflejados”. Vale, pues este libro lo tiene todo en la contraportada: destripe y elogios. Y es una basura.

Spoiler.

Años 70. Montse conoce a Santiago cuando ambos son jóvenes y tontos en Barcelona, él es mecánico pero miente, ella sabe que él miente pero ella es rica y muy lista y no le importa. Amor y amor..y blablablabla…y follan y se preña ( no es tan lista). Montse se enfada con Santiago porque le ve con otra chica ( típico malentendido), la familia de ella se entera, se separan, sufren los dos. Él se pira al Sáhara con el ejército, ella se va a la costa brava a esperar que nazca el churumbel…pierde el niño.

Años después, Montse es médico en un hospital, su marido le ha dejado por una más guapa y más joven, su hija ha muerto, ella es un alma en pena. Un día una joven marroquí entra en el hospital y muere y de sus cosas se cae una foto, donde ¡oh milagro!..aparece el tal Santiago y la foto está fechada después de que a ella le dijeran ( no se sabe quien) que él había muerto. Por supuesto decide hacer ese viaje a los campamentos de refugiados del Sáhara y por supuesto de casualidad entonces encuentra unas cartas que el tal Santiago le había escrito y su madre le había escondido…tachánnnn..lo nunca visto en originalidad.

Como además de tonta es una pardilla, al llegar al Sáhara le roban, le timan y acaba siendo prisionera de un tratante, aquí mis carcajadas ya eran de órdago. El caso es que un día al intentar escapar, le pica un escorpión, consigue huir, la rescatan, pasa meses en un hospital y se hace amiga de una enfermera que la lleva a su casa después de que Montse le cuente su lacrimógena historia.

A todo esto Santiago en el Sáhara había llorado un poquito por Montse, se había enamorado de una saharauí y en la huida provocada por la marcha verde le cae un bombazo encima y pierde un brazo.

¿ Qué cómo se produce el encuentro?. Santiago es el tonto del campamento saharaui dónde va Montse con la enfermera y le reconoce porque está todo el día cagando al aire libre y le ve el culo blanco. Le mira los ojos y sabe que es él. Nosotros sabemos que es él porque no tiene brazo.

De traca, para fiarse de los premios literarios.

Terminamos el mes con “Postales de invierno” de Ann Beatie. Es un libro que no tiene nada, lo único que tiene es que le roba toda la gracia a “Alta fidelidad” de Nick Hornby que cuando lo leí me pareció un libro original. Vale, pues no es original, es exactamente “Postales de invierno” pero en vez de en los 70 en los 80. Todo lo que resultaba original en Alta fidelidad ya lo había escrito Beatie antes, un protagonista patético y perdedor que llora por su gran amor perdido creyendo que si vuelve con ella logrará que funcione, un amigo que pulula sin mucho que hacer más que dar conversación, unos padres patéticos, música sonando todo el rato dependiendo del estado de ánimo del protagonista..todo. Está entretenido pero poco más.

Un mes regulero, sólo recomiendo “El imperio”.
Y “Mira si yo te querré” para encender la chimenea.
Ayer repasé mi cuaderno de lecturas y se me olvidó comentar que también había leído "Inglaterra, Inglaterra" de Julian Barnes. Está gracioso, el planteamiento es original: montar un parque temático con lo mejor de Inglaterra ( incluída la familia real) fuera de Inglaterra, pero Barnes partiendo de una idea genial se desinfla y al final pierde la gracia. A Barnes le veo levantándose un día y diciendo: joder que idea más buena he tenido, luego se pone a escribir y al final no sabe como terminarlo y acaba en plan " bueno, pues así y ya". Está entretenido.