viernes, 23 de noviembre de 2012

¡¡NERVIOS!!



- Mamá... ¿qué peli vamos a ver el viernes por la tarde?
- Ninguna, yo no puedo. Tengo que ir a lo de los Premios.
- ¿Los premios esos de las cosas que escribes en internet?
- Si...esos.
- ¡¡Vas a ganar!!!
- No lo sé, además es mejor pensar que no voy a ganar y así no nos llevamos desilusiones.- es un pensamiento completamente idiota, pero como madre dices cantidad de tonterías al día.
- Eso hago yo mamá. Cuando quiero algo mucho, pienso...” no lo voy a querer, no lo voy a querer, no lo voy a querer”...y así, si luego no lo tengo no pasa nada.
- ¿Y te funciona?
- No lo sé, no me sale pensar eso, lo que pienso es “loquiero, loquiero, loquiero, loquiero”...pero a lo mejor a ti te sale.

Estoy nerviosa más allá de cualquier razonamiento lógico para una tía de casi 40 años.

Estoy tan nerviosa que no puedo parar quieta. Ayer hice canelones como para dar de comer a toda la pradera.

Estoy tan nerviosa que hoy cuando ha sonado la alarma “Madrugóndeloscojones” llevaba despierta hora y media.

Tan nerviosa que no puedo comer nada. Ni los canelones del tuper, ni la manzana asquerosa de “que sana soy” ni siquiera un té. Tengo un nudo.

Tengo tantos nervios que he visualizado mi armario 65 veces para decidir que me pongo. Creo que ya está decidido...por lo menos para los próximos 10 minutos.

Tan nerviosa que pienso gilipolleces. “Mierda, a mí me molan mis monstruos, pero nadie sabe quién soy ni que pinta tengo y sin embargo todos los demás tienen sus caretos. Tengo que tener buena cara esta tarde para que cuando digan “¿Tú eres Molinos?” no lea en su cara...” te favorecen más los monstruos”

Tengo tantos nervios, que me está saliendo un herpes y granos nuevos y creo que si me concentro incluso puedo conseguir algo de acné juvenil.

Tengo tantos nervios, el corazón tan acelerado y me capacidad para el dramatismo tan fuera de control, que he empezado a valorar muy en serio la posibilidad de qué me de un infarto. Si intento acallar estos pensamientos con razonamientos “científicos” es casi peor: edad, 40 años, hipercolesterolemia familiar, antecedentes familiares, situación de stress…¡¡lo tengo todo!!

Tengo tantos nervios que ando por la pradera como pollo sin cabeza.

- Mira Moli, una cosa te digo...para estar así, lo mejor es que te drogues.
- ¿Qué?
- Ante cualquier duda...lo mejor es drogarse...siempre.

Estoy tan nerviosa que necesitaría nadar 60 piscinas, dar una vuelta corriendo al Retiro, o un buen...exacto...eso, uno de los de gran sudada.

Estoy tan nerviosa que todo mi lado lógico, objetivo y maduro no es suficiente para equilibrar mi lado emocional, ilusionado y completamente enloquecido que quiere ganar esta noche.

Estoy tan nerviosa que funciono igual que una niña de 7 años. Intento pensar “No lo quiero, no lo quiero, no lo quiero”…


Pero no me sale…

A partir de las 19:30 en streaming aqui..podéis verme ganar, perder y sufrir un infarto...todo un mundo de posibilidades.

Ah y casi lo olvido..ya tenemos dominio propio. En sus pantallas: www.cosasqmepasan.com

jueves, 22 de noviembre de 2012

QUERIDO PAUL (II),

Querido Paul,

Sé que hace un par de años te dije cosas horribles, sé que el año pasado juré no volver a verte, sé que dije que no te daría ni una oportunidad más, que lo nuestro había terminado para siempre, pero ya soy tuya de nuevo.

Toda aquella ira y desprecio lo sentía de verdad, lo dije todo muy en serio, lo juro. Lo creía firmemente…

..y ahora estoy otra vez locamente enamorada de ti. Eres un conquistador y lo sabes. Te habías acomodado en las relaciones fáciles, en las historias tontas que se escriben solas, que te salen casi sin pensar, eres capaz de escribirlas mientras te cortas las uñas y las masas te amaron por esas historias, pero las amantes fieles, las antiguas como yo, nos sentimos defraudadas y estafadas y te abandonamos.

Pero tú sabes cómo hacerlo. Tenías un plan. A principios de este año, valiéndote de esas casualidades que te caracterizan, hiciste que llegara a mis manos “El Libro Rojo”, una obra pequeña que me había pasado desapercibida en su momento y que tú sabías que me engancharía. Por si acaso me resistía, hiciste que la acompañara una entusiasta recomendación “Moli...tienes que leerlo”. Era un primer paso para reconquistarme. Eran las flores que se mandan para que la amada deje de fruncir el ceño, deje de estar enfurruñada y por lo menos sonría. Y claro que sonreí, me flipó “El libro rojo”, me flipo tanto que nada más terminarlo, volví al principio y lo releí del tirón.

Paul, eres un seductor y vas paso a paso. Sin prisa, dejando que el terreno esté preparado. Has esperado el momento justo para el golpe perfecto. Una vez más y valiéndote otra vez de las casualidades que tanto te gustan, has hecho que llegara a mis manos “Diario de invierno”. En el momento justo, otoño y por el precio justo, gratis a cambio de una reseña. Sabías que no iba a resistirme a darte la enésima oportunidad, que caería otra vez en la tentación de ver qué habías escrito, sabías que la posibilidad de volver a despellejarte sería una trampa para mí.

Piensas que nunca te va a pasar, imposible que te suceda a ti, que eres la única persona del mundo a quién jamás ocurrirán esas cosas, y entonces, una por una, empiezan a pasarte todas, igual que le suceden a cualquier otro”.

¿Cómo se puede ser tan cabrón? Sabías que una vez que leyera ese primer párrafo que encabeza todo el libro, iba a ser tuya. Entregada completamente.

Como me resistía a ser una chica fácil a la que se conquista nada más llegar a la cita, seguí leyendo muy crítica, con mis gafas de directora de cine lesbiana catalana y mi pose de “ Paul, a mí no me la pegas”, dispuesta a sacar el boli rojo y hundirte en la miseria de los despellejes.

Me cuentas entonces que miras por la ventana y que ves nevar, y yo pienso como cualquier otra enamorada "Le gusta el invierno como a mí”. Y desde ahí empiezas a tejer tus memorias, contándomelas e hilándolas con el presente. Tienes una memoria prodigiosa (como la mía) y me enseñas hechos, personas, sentimientos, sensaciones que te ocurrieron y que te han hecho como eres. Sabes lo que opino sobre compartir recuerdos, lo especial que me parece y consigues que me sienta como si estuviéramos debajo de las sábanas contándonos confidencias…y te odio por ello.

Intento resistirme. No quiero caer tan rápido en tus redes. No eres tonto, y para liarme, para que no me sienta incómoda, cuentas tu historia sin ser “yo”, son tus memorias, es tu vida, pero las cuentas desde el “tú”. Sabes que como todo lo que cuentas es tan íntimo, tan personal, podría sentirme incómoda con el “yoismo”, podría sentirme una cotilla, sin embargo al hacerlo con el “tú” me incluyes, me dices...” ven que te cuento su historia”.

Como eres un maestro de la seducción, también manejas el humor y cuando parece que todo va a ser trascendencia y sentido de la vida, te descuelgas contándome como fue la adolescencia y el despertar sexual de ese “tu” del que me estás hablando…y consigues que me ría:

Como cualquier otro varón que haya vagado por este mundo, eras esclavo de aquel cambio milagroso que había ocurrido en tu cuerpo. La mayor parte de los días, apenas podías pensar en otra cosa; el resto del tiempo, en nada más”.

O “Vives en un tormento de frustración y continua excitación sexual, batiendo el record norteamericano de masturbación durante todos los meses de 1961 y 1962 como onanista no por elección sino por circunstancias”.

Me rio imaginándote casi con callos en la mano y rebosando frustración. Cuesta creerlo con la planta que tienes ahora y el indudable atractivo que desprendes incluso con 64 palos.

Sabes que la risa y la ternura acaban con cualquier resistencia pero querías acabar rematando la faena, que te jurara amor eterno y me lanzara al mundo a decirle a los descerebrados que habías vuelto, que tenían que leerte, que te dieran una nueva oportunidad y ¿cómo lo consigues? Contándome como te sentiste cuando murió tu madre de repente.

Mientras asimilas la noticia tienes la impresión de que se vacían las entrañas. Te sientes aturdido y hueco, incapaz de pensar, y aunque eso es lo último que esperas que ocurra ahora (Hace años que no estaba tan contenta), no te sorprende lo que te está diciendo Debbie, no te horrorizas, no te quedas atónito, ni siquiera te disgustas. ¿Qué es lo que te pasa? te preguntas. Tu madre acaba de morir y te has convertido en un bloque de madera”


Ni lágrimas, ni aullido de angustia ni dolor: solo una vaga sensación de horror creciendo en tu interior”.

Ya me tienes en tus manos, ya no hay resistencia. Me dejo llevar por ti, por tus recuerdos, por tu vida, por todo aquello que me enseñas de tu pasado, grandes cosas y también pequeños detalles, situaciones que en su momento fueron pequeñas, casi intrascendentes pero de las cuales guardas un recuerdo, una sensación que te ha hecho como eres ahora...Me guías por tu vida, poniéndola del derecho y del revés...para que vea qué es como todas, como la de cualquiera, y que lo único que hay que hacer para darte cuenta de que te pasan cosas, es pararte y mirar.

Todos somos extraños para nosotros mismos, y si tenemos alguna sensación de quienes somos, es sólo porque vivimos dentro de la mirada de los demás”.

Amo a Paul. Al terminar, he querido volver a empezar otra vez…exactamente como cuando...sí, eso.

Sé que ahora mismo tengo la misma credibilidad que cualquier tía que pone a parir a su ex, hace que todos sus amigos  le hagan vudú …y luego vuelve con él y dice “es que ha cambiado”, pero hacedme caso, corred a leer “Diario de Invierno”…ya.


martes, 20 de noviembre de 2012

MOMENTOS DE PRADERISMO LABORAL

La venta de libros de colores va mal, hecho este que no me sorprende porque digamos que no estamos vendiendo libros de colores buenos. Y es una pena porque podríamos escribir uno cojonudo y con mucho éxito de crítica y público simplemente transcribiendo lo que pasa en la pradera.

La vida en la pradera comienza tempranísimo. A las 7 y media de la mañana ya hay un par de praderistas que entre las legañas que nublan su vista empiezan a currar cuando en Mordor todavía es de noche.

Yo llego a las 8. Cabreada por el madrugón y por el absurdo infinito de mi vida, porque a esas horas me pongo muy trascendente, muy de tragedia griega con túnica y tal. Nada más llegar, huelo a zumo de naranja recién exprimido, a te recién hecho y a tostadas. Me guio por el olfato y llego al mini office que durante un tiempo fue de JS, y que al desaparecer él fue adoptado por los praderistas para dejar sus avituallamientos: algo de fruta para mediodía, un tuper para la hora de la comida, etc. Morenaza sin embargo ha llevado más lejos el avituallamiento y se ha montado su despensa: un frutero con piezas variadas, queso sin lactosa, tés variados, pan para desayunar tostadas y un exprimidor donde se hace su zumo todas las mañanas.

- Tronca... ¿Qué haces?
- En la cafetería me soplan 3 euros por un zumo así que paso...me traigo las naranjas y me lo hago yo.
- ¿y el te? ¿y las tostadas?
- Tendré que desayunar ¿no?
- ¿y en casa?
- Moli coño...me levanto a las 5:45 en mi ciudad a tomar por culo de Mordor...no puedo desayunar, lo que me pide el cuerpo es recena.

Porque sí, hay gente que madruga mucho más que yo, pero esto solo confirma mi teoría de que no es bueno para la salud. Temo el día que llegue a la pradera y Morenaza salga a recibirme en bata y pasando la aspiradora…”Hija Moli, a ver cuando quieres que haga estas cosas”. Por si acaso he empezado a controlar lo que trae, por si la veo llegar con un paquete sospechoso de ser un colchón inflable.

La mañana transcurre tranquila, los praderistas llegamos, nos saludamos, charlamos sobre el hundimiento de los libros de colores, me hacen la ola cuando soy finalista de los bitácoras y luego todos nos ponemos los cascos para currar.

Todo es paz y tranquilidad.

Tacatacatacatacatacatacatacataca taconeo de llegada….Buenos días, buenos días, buenos días…. ¿Qué tal? ¿Qué pasa? ¿Alguna novedad? ¿Qué tal las ventas?

Las habitantes de los despachos que bordean la pradera han llegado perturbando la tranquilidad de los praderistas.

Nos vamosssss a una reuniónnnnn. Tacatacatacatacatacatacatacataca….taconeo de despedida.

Ahhhhhh, suspiro de satisfacción de los praderistas que vuelven a su calma laboral.

- Morenaza... ¿oyes eso?
- ¿El qué?
- Quítate los cascos...
- Vale... ¿el qué?
- Ese zumbido tía, vibra todo, lo oigo hasta con los cascos…
- ¡Ah sí! Es el calefactor.
- ¿Qué calefactor?
- El que me he traído de casa...
- ¿Qué te has traído qué?- ya veo claro que mañana me la encuentro planchando.
- Un calefactor. El de mantenimiento pasa de nosotros…y me estaba pelando...
- Ya tía, pero es que hace un ruido que parece una avioneta de vuelo sin motor. Me siento Meryl en Memorias de África.
- Jajajaja... ¿Te lavo el pelo?
- Tronca...me estás dando miedo….- la visualizo ya convirtiendo la pradera en un salón de peluquería.

La conversación se interrumpe porque entra en escena el habitante más grande de la pradera, Cedric.

- Cedric... ¿qué te pasa?
- ¿Qué me pasa de qué?
- ¿te has caído de la cama? ¿Has tenido pesadillas? ¿Ha sonado el teléfono a deshora?
- Te veo venir...perra. ¿Qué pasa?
- Joder...pues que son las 10…tempranísimo para ti.
- Pero qué graciosa eres...
- Es una pena que llegues tan tarde...te pierdes los mejores momentos de la pradera.
- ¿Tarde? Pero si son las 10…
- Ya...pero llevamos aquí más de 2 horas...justo hablábamos ahora de calentar la pradera.
- Me gusta ese tema… ¿puedo aportar algo?
- ¿Calor?
- Muchooooo

Tacatacatacatacatacatacatacataca..Venimos de la reuniónnnnnnnnnnn. Hay que cambiar todo…

Tacatacatacatacatacatacatacataca…..nos vamos a otra reuniónnnnnn.

- Moli...tengo iphone.
- Estupendo Cedric, así podremos mandarte wasap en el grupo “pradera”.
- Ah no, tarifa de datos no tengo.
- ¿y para qué quieres un iphone?
- No sé...es chulo
- Mira...tener un iphone sin tarifa de datos es como tener un ferrari y usarlo tirado por caballos…Es absurdo.
- No te soporto…

Vuelvo a mis cascos y el libro de color verde que estoy revisando y que es atroz. Por el rabillo del ojo veo que Cedric me hace gestos...intento ignorarle, pero ignorar a un gigante humano de 2 metros y 120 kilos de peso sentado a un metro de distancia que mueve los brazos es complicadísimo...incluso para mi.

- ¿Qué pasa?
- Moli... ¿tú has revisado estos libros?
- ¿Cuáles? Reviso mil…
- Estos que pone que son comics y están sin valorar...
- Si, fui yo. Ahora no vamos a comprar comics así que les eché un vistazo pero están sin valorar.
- ¿y qué pongo en LA BASE?

Inciso.- Cedric lleva 6 meses creando una base de datos chupilerendi que acaba de poner en marcha y a la que puede asegurar que tiene más aprecio que cualquiera de sus pertenencias incluidas sus extremidades.- Fin del inciso.

- ¿En la base? Pon “no revisado”. Yo qué sé...a mi me da igual…pregúntale a Sonrisas que es el que cortocircuita con estas cosas.
- ¿Qué pongo Sonrisas? ¿Qué prefieres que ponga “No revisado” o “Sin revisar”?
- Jajajajajajajaja...pero estáis tontos...eso es exactamente lo mismo.
- No...tiene un matiz…
- ¿Un matiz? Venga no me jodas….
- Si, “no revisado” quiere decir que lo miraste pero no lo revisaste…” sin revisar” quiere decir que ni lo miraste.
- Vosotros exactamente ¿de qué planeta sois? Estáis enfermos.
Tacatacatacatacatacatacatacataca….
_ Moli…hazme caso un momento.
- ¿Qué quieres ahora? Me da igual lo que ponga la base. Pon “sin revisar” o pon “ Moli paso millas de mirar este libro” lo que quieras.
- Que no es eso...
- ¿Qué es? ¿Es importante?
- Mucho...mira... que pasada… ¡adivina qué!!
- ¿Qué?

Pero os juro que somos superprofesionales y de libros de colores sabemos un huevo.

lunes, 19 de noviembre de 2012

LA TEORIA DEL LLORIQUEO


Lloriquear: Llorar sin fuerza y sin bastante causa.

Estoy muy a favor del lloriqueo. Muy a favor, siempre que se encuentra dentro de estos parámetros:

- No sea el de laz princezaz.
- No se abuse de él. La gente que se hace adicta al lloriqueo, se engancha a la autocompasión y el autoanálisis pormenorizado de sus mierdecitas, acaban convertidos en unos tristes, son insoportables y un coñazo.

El lloriqueo es una manera de relacionarse con el mundo tan práctica como la ironía, el sarcasmo, la inteligencia y la buena conversación, pero como todos esos recursos hay que utilizarlo con la gente adecuada y capacitada para saber qué hay que hacer cuando les lloriqueas.

¿Qué es lloriquear?

Nada de lágrimas. Lloriquear no implica nunca llanto, está más a medio camino entre la queja y el “hazme caso”.

Uno lloriquea por gilipolleces y sabe que son gilipolleces pero como las estás viendo desde dentro, el pensamiento objetivo y de persona mayor que intentas mantener: “a ver Moli, esto por lo que estás lloriqueando es una absurdez y no tiene el más mínimo sentido” no funciona. Y además, siempre es más cómodo lanzarse por la pendiente del lloriqueo que ser una tía madura y decir: venga coño…a pasar de todo.

El lloriqueo es un arma a utilizar solo por gente inteligente y siempre con cuidado. Cuando te pones a lloriquear, y aunque te dejes ir, hay que mantener siempre un control porque si desbarras mucho al final acabas en tu sofá, tapada con una manta y balanceándote hacia delante y hacia atrás y pensando majaderías como: mi vida es una mierda, yo no valgo nada y nadie me quiere y no se trata de eso. Que a lo mejor es verdad y eres un mierda, no vales nada y nadie te quiere, pero por eso no se lloriquea, se coge uno una depresión de mil pares de cojones y es otro tema mucho más serio.

El lloriqueo es siempre para enseñar a los otros, porque como he dicho antes, el lloriqueo quiere “llamar la atención”. Cuando tienes un problema de verdad o tristeza suprema puedes no querer contarla, puede darte vergüenza, el lloriqueo no. El lloriqueo tiene complejo de centro del universo. El lloriqueo es exhibicionista por naturaleza.

¿Qué buscas cuando lloriqueas?

Una buena leche y un tirón de pelos.

Cuando le comunicas tu lloriqueo al interlocutor adecuado, sabes que has elegido bien cuando te contesta algo como:

¿Pero tú eres gilipollas o qué te pasa? ¿Se puede saber que tonterías estás diciendo??

O

Vamos a ver absurda. No habías decidido después de mucho pensar que ibas a hacer tal...pues ahora apechuga con lo decidido y deja de pensar memeces.

O

Eres una llorica de mierda y no tienes razón y como sigas diciéndome esas memeces te juro que voy y te pego.

O

Haz el puto favor de irte a la nevera, coger unos hielos y tomarte una copa a ver si se te pasa la tontería.

O

Paso de ti.

Y eso es justo lo que tú necesitas. Que alguien que no está sumido en tu tontería de pensamiento, que alguien fuera de ti, te espabile y ahuyente de ti el lloriqueo absurdo que amenaza con joderte el día, la semana o las próximas horas sin que sepas muy bien como. Te contestarán algo de eso y mágicamente, como si hubieran dicho un conjuro, la capa de lloriqueo que te rodeaba y nublaba tu criterio, se resquebraja, se rompe y vuelves a verlo todo con la clarividencia que te caracteriza.

Lo peor que te puede pasar cuando lloriqueas es que encuentres a alguien que no sepa manejar el lloriqueo y cuando le hagas partícipe de tu bobada, decida sentirse empático y te diga algo como: Claro, pobrecita...tienes toda la razón...es para estar deprimida.

Con el lloriqueo no quieres un hombro para llorar, quieres una buena leche.

Pues eso, el lloriqueo es de inteligentes porque hay que saber usarlo.

viernes, 16 de noviembre de 2012

¡FINALISTA!


Ayer casi la palmo de un infarto. Por un momento me vi reventándole el acto a los de los Bitácoras y dando un titular absurdo del tipo “Bloguera sufre un ataque al corazón en el acto en el que se conocían los finalistas a los premios Bitácoras 2012”

Fui con Pobrehermano Mayor al Sony Center. Llevábamos una estrategia preparada:

- No decimos de qué blog somos. Y si no eres finalista, pues nos levantamos y nos piramos.
- ¿Y si somos finalistas?
- Pues entonces qué se note…

Mientras iban anunciando las distintas categorías, los muy cabrones dejaron la de mejor blog personal para el final, me dediqué a un bonito diálogo interior completamente absurdo y muy de mi estilo.

Admitámoslo. Estoy histérica, estoy sudando como si viniera de correr del Retiro, me tiemblan las manos, tengo un puto tic en el párpado y tengo el corazón a 3000 revoluciones por minuto. Tengo que tranquilizarme porque no tendría ninguna gracia palmarla de un infarto por esto. Voy a respirar hondo a ver si me tranquilizo, al fin y al cabo si no soy finalista no pasa nada, escribo el blog porque me mola y ya está y ser o no ser finalista no es tan importante. ¿Cómo que no es tan importante? Con la brasa que he dado durante casi dos meses...y siendo tercera, como no lo consiga me voy a disgustar y lo mismo lloro…No me jodas...llorar si no que no, casi prefiero el infarto que es como más dramático y siempre puedo decir que no fue por mi culpa...pero las lágrimas ni de coña”

Cuando sonó “Cosas que (me) pasan”…no pude evitarlo y dije ¡¡¡Siiiiiiii!!!...si escucháis atentamente el video (20:02) se me oye de fondo.

De lo demás no me enteré mucho. Pobrehermano mayor y yo nos dimos al vino mientras trataba de contestar a todos los wasap y a los tuits de los descerebrados felicitándome. Soy un bluf de bloguera y redes sociales y casi no tenía batería…

..Pero todo eso da igual. Lo importante es que somos finalistas. Que yo he escrito el blog y los descerebrados habéis votado como si os fuera la vida en ello y ahora ¡¡¡somos finalistas!!! FINALISTAS A LOS PREMIOS BITÁCORAS COMO MEJOR BLOG PERSONAL.

Pero no podemos relajarnos todavía, esta semana se pasará por aquí el Jurado a ver cómo es este blog. Yo intentaré escribir cosas chulas y que molen y vosotros, descerebrados todos, tenéis que comentar como siempre, comentarios chulos, comentarios  para hacer aletear mi ego bloguero, comentarios para darme caña, comentarios de " es la primera vez que comento",  comentarios para corregirme la ortografia, comentarios para ponerme a parir e incluso comentarios Anónimos que me den para hacer luego un post molón.  Que  el jurado vera como mola Cosas que (me) pasan y que a lo mejor nos merecemos ganar…

Estoy feliz como una perdiz y tan ilusionada como la noche de Reyes, el día de mi cumple o un concierto de Bruce y es por vosotros, así que

Gracias a todos. Moláis mil.

Una última cosa, disfrutad del blog esta semana porque como el viernes que viene ganemos, lo mismo es lo último que hago en la vida porque de verdad me da un infarto.

jueves, 15 de noviembre de 2012

MATERNITY (CVIII): CONVERSANDO CON LAZ PRINCEZAZ

C y su cabezonería suprema heredada del Ingeniero.

- C ¿Cuántas veces tengo que decirte las cosas?
- Muchas.
- Entonces, tengo razón cuando me enfado...
- ¡Claro!....que no.

M aprendiendo geografía.

- Mamá, uno de mi clase ha estado en Langosta Azul.
- ¿Qué es eso? ¿Un parque temático?
- ¿Qué es un parque temático?
- Pues como El País de Mickey o un parque de atracciones.
- No sé mami, creo que hay una isla.
- ¿Una isla? ¿Langosta azul? ¿No será que ha estado en la Costa Azul?
- Eso.

Canciones…canciones.

- C. ¿Se puede saber qué estás cantando que llevas todo el día?
- Una canción que me ha enseñado mi mejor amiga.
- ¡No es tu mejor amiga! Tu mejor amiga era Maria y ahora no puedes cambiarla.
- ¿No se pueden cambiar las mejores amigas?
- No...
- ¿y eso porqué?
- Mamá...es una ley o algo..pero tú eliges una amiga y es para siempre.
- Ah…bueno...C esa canción que andas murmurando... ¿cómo es?
- Así mami “Soy guapa, Soy lista y salgo en la revista. Mi cuerpo, mi culo es mega mega chulo. Ósea de verdad pio pio mevoydesopigel”

Los pelos de punta del horror.

- C es una canción espantosa…y ¿qué dices al final?
- Mevoydesopigel. Es inglés mamá.
- Jajajajajajaj...Me voy de shopping, girl….
- Lo que yo decía….


Las bibliotecas y las princezaz.

- Chicas, terminamos de merendar y nos vamos a la biblioteca a cambiar los libros ¿vale?
- ¿Podemos ir en patinete?
- Si... ¿Sabéis que cuando yo era como vosotras nunca había ido a una biblioteca?
- ¿Nooooooo?- me miran con los ojos fuera de las órbitas...y toda la cara llena de nocilla.
- No.
- Pero ¿por qué?? ¿y qué leías?
- Porque no había ninguna cerca de mi casa y no me llevaban y leía libros que me compraban o que había por casa.
- ¿Y cuántos años tenías la primera vez que fuiste?- Pues creo que tenía 12 ó 13 años. Fui a la Biblioteca central de Madrid y me pareció un sitio maravilloso.
- Es que las bibliotecas molan muchísimo.
- Si...y recuerdo que me quedé paseando por las estanterías y tocando todos los libros y me parecía un sitio mágico con todos aquellos libros que estaban allí para que los leyera.
- Jijijijijijijijijij
- ¿De qué os reís? ¿Qué cuchicheáis?
- Siiii...siempre estás con los libros…

Estupendo. Soy una niña con un lazo rojo en la cabeza.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

MI HUELGA



No estoy en huelga porque me gusten los sindicatos, sus líderes, su actitud o sus consignas. Es más, no es que no me gusten es que los odio. Los sindicatos tuvieron su momento, cuando consiguieron unir a los trabajadores para lograr unos derechos que ahora disfrutamos todos y que nos parecen tan naturales como comer y beber y sin embargo no lo son. Ese mérito se lo reconozco, pero ese mérito es histórico y su rédito no puede durar eternamente y se agotó hace mucho. Los sindicatos son ahora mismo como un partido político: corruptos, aprovechados, llenos de inútiles, trepas y arribistas. Están enquistados en planteamientos absurdos, equivocados e irreales. Por supuesto  de puertas afuera, se les llena la boca con esos grandes ideales (si oigo una vez más la palabra solidaridad vomito)  mientras de puertas adentro, negocian miserias y aprovechan reformar laborales que critican para fundirse gente. Son chusma. 

No estoy en huelga porque sea una roja recalcitrante y esté resentida porque el PSOE no gobierna. El PSOE es un partido inútil lleno de incapaces que andan como pollos sin cabeza, encabezados por un exnovio cabrón. Funcionan a base de intentar utilizar el cabreo nacional en su provecho y hacerse los buenos, cuando son tan culpables como el que más de la situación en la que está el país. Ah y además tienen los huevos de decir que “no hacen huelga porque creen que su lugar ahora mismo, en estos difíciles momentos está trabajando”. Valiente panda de sinvergüenzas. 

No estoy en huelga porque apoye los eslóganes que sacaran en las pancartas de las manifestaciones a las que no voy a ir. Solicitar un referéndum para la aprobación de los recortes es una estupidez tan absoluta que solo a un sindicalista se le podría haber ocurrido. 

No estoy en huelga porque no quiera reformas. Claro que si, un montón de ellas y radicales además. Pero quiero reformas bien hechas, formuladas por gente que no está pensando en su partido político, en su puestecito de trabajo con sus prebendas y que no trata a la población como si fueran gilipollas. Quiero reformas que vean más allá de las próximas elecciones. Quiero reformas pensadas para mejorar la situación no para “ahorrar”.  Quiero reformas hechas por gente inteligente y con respeto. Y me sobran condescencientes que me traten como si fuera imbécil. 

No estoy en huelga para crear incertidumbre como dice la lumbrera del ministro de economía. La incertidumbre no la crea una huelga general. La incertidumbre la crea no saber si mañana, el mes que viene o el año que viene tendrás trabajo, la incertidumbre la crea llegar a tu empresa y estar esperando una lista con nombres a ver a quien echan, la incertidumbre la crea pensar que lo mismo cuando te jubiles te tienes que dedicar a vender migas de pan en El Retiro. Eso es incertidumbre,pero supongo que el ministro lo más cerca que está de eso es el momento en el que elige la corbata por la mañana “¿me pegará más ésta o ésta?

No estoy en huelga porque apruebe los piquetes informativos. ¿Qué mierda de anacronismo es un piquete informativo? ¿Volvemos a mandarnos cartas con palomas mensajeras? Si alguien ha decidido ir a trabajar, está en su derecho y sobre todo está en el derecho de que no le consideren gilipollas y haya quien vaya a aleccionarle (en el mejor de los casos) sobre lo que tiene o no tiene que hacer. Ya somos todos mayorcitos.

No estoy en huelga porque sea una irresponsable. No soy una perroflaútica absurda que crea que todo debe ser gratis. 

No estoy en huelga porque los gurús de las redes sociales me hayan abducido. 

No estoy en huelga porque sea amiga/defensora o fan de los Bardem, Willy Toledo y demás chusma del colectivo “cómicos”. 

No estoy en huelga para poder mirar por encima del hombro a los que no lo están. 

No estoy en huelga para poder usar la palabra esquirol. 

No estoy en huelga porque crea que va a servir “para algo”. No soy tan ingenua. Al país no le va a servir de nada que yo no haya ido a currar hoy. El gobierno va a seguir igual porque tiene mayoría absoluta, 3 años por delante para que se olvide todo esto y realmente se la pela completamente que pare el 40 el 50 o el 80 % de la gente. No creo que mi falta al curro hoy vaya a hacer que el gobierno piense " joder, la gente anda muy jodida y no podemo seguir por aqui, vamos a ver si se nos ocurre otra cosa"  . Tengo más posibilidades de disfrutar de un streptease del Ratón Pérez esta noche que de conseguir que algo cambie.  Pero a mí me sirve, porque estoy hasta los cojones de todo, y estar en huelga hoy me hace sentir que he hecho algo, aunque mi trabajo no sea el darle al on del Sol. 

Estoy cabreada,  harta y  desilusionada porque sinceramente creo que vamos a ir a peor. 

Por primera vez en mi vida estoy en huelga porque he sentido que debía hacerlo.  Y no quiero que nadie se  apropie  ni mi derecho a hacerla ni mis razones.