La crisis es desayunar a las 7 y media de la mañana escuchando la radio y tener instintos asesinos combinados con ganas de llorar.
La crisis es empezar a ir a fiestas de despedida de amigos tuyos que se marchan a trabajar al quinto coño, con o sin la familia a cuestas, después de haberse dejado la piel currando aquí durante 20 años.
La crisis es comprar 2 rodillos para pintar una habitación. Terminar con uno sin estrenar. Coger el coche e ir a devolverlo.
La crisis es pensar que si tú que tienes dos sueldos estás devolviendo un rodillo de 10 euros, es posible que no sepas mucho de economía pero obviamente la economía no se va a reactivar, porque tú no consumes y podrías. Si a los que están como tú les sumamos los casi 6 millones que no pueden…en fin...no soy ministro pero no me salen las cuentas.
La crisis es mirar tu coche con 417.000 km y pensar que estás cerca de sentir lo que sienten los que gastan coches de gama alta. Se ha convertido en un lujo. A ver si puedes permitirte pagar los peajes para venir a currar y los 4 céntimos el litro que han subido la gasolina en Mordor.
La crisis es que los viernes hayan pasado de ser un día molón a ser el terror. Te levantas pensando que nueva cuchillada van a pegarte. Y según se acerca la hora de salir del curro te pones a temblar y hasta te da miedo poner la radio en el coche…casi prefieres seguir en la ignorancia un poquito más. Te permites hasta ser iluso y pensar: lo mismo este viernes no recortan nada.
La crisis es ver el tercer par de zapatillas de deportes rotas de tu hijo y pensar…mmmm...estamos casi a final de curso...lo mismo aguantan. Para luego pensar que 7 euros no te van a llevar a ninguna parte y peor será si tu hijo acaba destrozándose la uña jugando al futbol y tienes que llevarlo al centro de salud…
La crisis es el absurdo de que quieras que gane un socialista francés con cara de dependiente de farmacia bonachón, con la absurda esperanza de que algo cambie.
La crisis es pensar que tus hijos son pequeños y no pueden irse, pero que si tuvieran 22 no tendrían ningún futuro aquí y alegrarte de que sean pequeños. Quieres que se vayan cuando sean mayores, que salgan fuera y conozcan mundo...pero no porque los echen si no porque quieran.
La crisis es calcular todos los días la indemnización que te darán si te echan. Sabiendo por supuesto que elucubrarán algo para no pagártela.
La crisis es echar cuentas y darte cuenta de que ir en autobús o en metro a ver a tus suegros te sale más caro que ir en coche.
La crisis es que cada vez que escuchas lo de la “herencia recibida” pienses…Coño, pues si no querías la herencia no haberte presentado… ¿o es que encima te las estás dando de superhéroe sacrificado? ¿No sabías lo que había? ¿Acaso has caído aquí desde Ganímedes??? Eres Gurb?? ¿Te despertaste un día siendo ministro/ vicepresidente/ presidente y con un problemón y no sabes solucionarlo? Estás ahí porque has querido, porque te has presentado, porque era lo que más querías en la vida….pues ahora apechuga cojones. Y sobre todo no te hagas el mártir…que tú no tienes ni un puto problema.
La crisis es escuchar “este gobierno lo está haciendo fatal” y pensar...” Cómo coño tienes la poca vergüenza de decir que tú lo harías mejor si has tenido 8 años para hacer algo y te dedicaste a decir memeces...” todo va bien...vamos fenomenal...no os preocupéis” y gastarte el dinero que ahora no hay”. Abandona el tono de falso compungido...porque tú tampoco tienes ni un puto problema.
La crisis es saber que los dos partidos mayoritarios harían exactamente lo que hace el otro si cambiaran las posiciones mañana. Y ambos defenderían con su vida lo que ahora mismo critican si lo hiciera su partido.
La crisis es darte cuenta de que lo peor de todo es que realmente creen que somos gilipollas. Aunque peor es pensar…que lo parecemos...porque están ahí por nuestra culpa. Todos.
La crisis es...(I)