martes, 10 de abril de 2012

EL SOBRINISMO.

Ser padre mola, tiene sus momentos mejores y peores, pero digamos que en general mola, aunque nunca puedes relajarte. Es un trabajo full time y agotador.

Ser tío mola muchísimo, todo el tiempo. Antes de nada, vamos a dejar claro, que ser tío de sobrinos carnales no es lo mismo que ser tío de sobrinos políticos. Sí, sí...todos son muy monos y todo eso…pero NO es lo mismo. Cuando los niños son de tus hermanos, no das crédito a que esas cositas tan monas con las que babeas y te llaman tío sean obra de los energúmenos de tus hermanos o de la bruja de tu hermana. Al fin y al cabo tus sigues viendo a tus hermanos como los cabrones con los que te pegabas, jugabas y los cabrones que se descojonan de ti…y de repente tienen niños adorables que te llaman tío. Y se te cae la baba, claro. Sobre todo porque puedes disfrutarlos un ratito y luego pasar de ellos. Por eso mola ser tío, porque no es un curro full time…es más de media jornada. Puedes estar agotado...pero sabes que habrá un fin.

Cuando no tienes hijos y tienes sobrinos, los sobrinos molan pero dan bastante el coñazo. Te joden la siesta, quieren ver dibujos cuando tú quieres ver una peli, te persiguen para jugar al futbol, te persiguen para bañarse contigo en la piscina. Tú eres el tío molón y quieren estar contigo. A ti, según te dé el aire puedes dedicarles atención o pasar olímpicamente y por supuesto no tienes problemas morales sobre si deberías educarles o no...Ni te lo planteas. Tu quieres a tus sobrinos para disfrutarlos y punto y cuando te cansas…dices: eh...que yo me voy a echar la siesta...ahí os los dejo.

Lo mejor es ser padre y a la vez ser tío. Eso es el premio gordo...

A los sobrinos se les quiere mucho, muchísimo. Es una sensación muy rara y que no te crees que te vaya a pasar. Tú ya tienes hijos así que seguro que controlas esos afectos hacia el mundo infantil. Pero luego llega el momento y ves a tus sobrinos y a tus hermanos/as ejerciendo de padres o madres y flipas. Flipas con tus hermanos y flipas con tus sobrinos.

Con tus niños no te puedes permitir aspirar al premio popularidad del año. Eres el padre y tienes que ser firme, eres el que pone las normas, el que organiza, en una palabra el que dice que NO. Pero eso solo con tus niños…a tus sobrinos les puedes decir que SI a todo…ya tienen padres que les digan que NO.

Tienes la sabiduría suprema paternal y puedes pasártela por el arco del triunfo con tus sobrinos. Sabes lo que deberías hacer…y pasas…es un saltarse las normas tan a la torera que te sientes liberado. Un gustazo. Se parece mucho al solterismo.

Y te lo pasas en grande.

Tus sobrinos sirven para hacer todo lo que no puedes hacer con tus hijos. A tus sobrinos no les pareces aburrido, ni el mismo de siempre que les va a decir que no. Tú molas…y molar tanto de tío compensa mucho de los sinsabores de la paternidad propia.

Como padre y tío a la vez, tampoco tienes problemas morales sobre si deberías educar a tus sobrinos o no. Conoces el dilema y optas por la opción fácil…no vas a educarles, vas a mimarles, vas a decirles que si….

Cuidar sobrinos puede ser agotador, pero tiene muchas ventajas:

- Para empezar compensa tus bajos niveles de popularidad maternal. Cierto es que a esto contribuye mucho la novedad. Tus sobrinos no te tienen tan visto como tus hijos y por eso les molas. Por eso y porque no saben muy bien por donde entrarte…así que suelen portarse bastante bien y eso te hace pensar...” eh...esto no se me da tan mal”.

- Aumenta mucho tus niveles de popularidad entre la población infantil (exceptuando tus hijos). Tus sobrinos consideran que eres guay, que molas mucho y te dicen cosas adorables como que te quieren mucho.

- Ser tío te permite ser irresponsable. Disfrutar de cuidar niños pero sin que sean exclusivamente tu responsabilidad. Mejor dicho…es una responsabilidad con fecha de caducidad y si algo no funciona o algo va mal…tú no eres el único responsable..tendrás a quién recurrir. Con tus propios hijos no pasa eso…eres el responsable único y absoluto y eso pesa mucho. Ser tio es más ligero.

- Te relajas. Poder decir que si a todo sin pensar en que es una batalla que pierdes en la guerra por la educación...porque sencillamente no es tu guerra…relaja mucho.

- Tus hijos te ven desde una nueva perspectiva…puede que moles mucho si sus primos están tan contentos contigo.

A lo mejor creéis que cuidar sobrinos es un trabajo egoísta. Para nada. Se hace también por los propios hijos. Tus sobrinos son adorables e ideales…pero tus hijos siempre lo serán más...asi que cuando por fin dejas de cuidar a tus sobrinos...tus hijos te parecen más mejores y te enfrentas otra vez a tu curro de padre full time con nuevas energías.

Por supuesto dedico este post a mis dos sobrinos, los niños más guapos y más adorables del universo: Minicuñado y LittleRed.

domingo, 8 de abril de 2012

UNA DOCENA DE LIBROS PARA VIAJAR APRENDIENDO SIN MOVERTE DEL SOFÁ




Las guías de viaje son útiles cuando vas a visitar algún sitio. Tienen su razón de ser, decirte hoteles que no podrás pagar, hoteles que sí puedes pagar pero que están lejísimos o en los que no encuentras habitación, recomendarte restaurantes secretos que por supuesto han dejado de ser secretos desde que aparecieron en la guía y aconsejarte actividades que casualmente se celebran de enero a septiembre y tú vas en octubre. En cualquier caso, sirven para hacerte creer que sabes a dónde vas, que sabes por dónde te mueves y para guardar las entradas de los sitios que visitas con la idea peregrina de hacer un diario del viaje cuando vuelvas a casa.

Los libros que recomiendo en este post no son guías de viaje, pero sirven para conocer los lugares de los que hablan. Para conocerlos de verdad, para aprender de su historia, de sus costumbres, de su cultura, de su gente, para aprender incluso lo que no quisieras saber. Son amenos, entretenidos, instructivos, divertidos, escalofriantes a veces…te hacen a reír a carcajadas y también derramar lágrimas. Y todo eso sin salir de tu sofá. No se puede pedir más.


1.Ébano de Ryszard Kapuscinski

Para mi gusto la mejor obra del periodista polaco. Un acercamiento al continente africano para completos desconocedores del tema o para iniciados. Kapuscinsky a través de su experiencia como periodista en los países africanos,desgrana a través de anécdotas, historias y reflexiones las distintas realidades de países como Sudán, Etiopía, Rwuanda, Liberia, Sierra Leona. Conmovedor, entretenido, didáctico y en muchas ocasiones espeluznante.

2. El Imperio de Ryszard Kapuscinski

En esta ocasión el bueno de Ryszard te lleva a conocer la Unión Soviética desde su primer contacto con ella en 1937 cuando el Ejército Rojo entra en Polonia y a través de distintos viajes realizados durante toda su vida. Kapuscinski te lleva a las repúblicas de nombre impronunciable que difícilmente situarías en un mapa y cuenta historias que sencillamente te dejan sin palabras.

3. En Siberia de Colin Thurbon

El escritor británico realiza un viaje atravesando Siberia desde los Urales a Vladivostok, la mayor parte del trayecto en el mítico Transiberiano. Siberia es una gran desconocida, una extensión enorme de territorio alejado de todo y de todos: un mundo desconocido. Muy entretenido, proporciona muchísima información y además trae un mapa que es fundamental en este tipo de obras. Muy recomendable.


4. En las antípodas de Bill Bryson

¿Qué sabes de Australia? Nada. Canguros, aborígenes y la Ópera de Sidney. A esto se reduce generalmente lo que sabemos de las antípodas. Bryson realiza varios recorridos por el continente anotando todo tipo de anécdotas, historietas, encuentros con personajes curiosos y reflexiones personales. Aprendes sin darte cuenta y se te saltan las lágrimas de la risa. Brutal.

5. Menuda América de Bill Bryson

Bryson reconstruye en este libro los viajes de vacaciones que hacía con su familia en su niñez. Recorre Estados Unidos en coche reconstruyendo la historia de América a la vez que rememora sus anécdotas de la infancia. Es un libro que ayuda muchísimo a comprender el modo de ser de los estadounidenses y es también tremendamente divertido.


6. Historias de Enric González

Un libro para todo aquél que vaya a ir a Nueva York, haya ido o crea que jamás va a conocerlo. El corresponsal de El País en esta ciudad durante varios años escribe un libro a medio camino entre la guía de viajes y el diario de su estancia. Emocionante, divertido, íntimo y acogedor. En mi opinión, el mejor de Enric.


7. Historias de Londres e Historias de Roma de Enric González

Enric escribe sobre su estancia en estas dos ciudades dónde también ha trabajado y vivido. Unas colecciones de relatos, anécdotas, curiosidades, experiencias y opiniones que resultan a la vez interesantes y entrañables. Al terminar quieres coger un avión y viajar y a la vez escribir a Enric y ser amigo suyo.

8. Gente remota de Evelyn Waugh

Diario o notas biográficas del autor inglés cuando viajo a Etiopia con motivo de la coronación de Haile Selassi I en 1930. Waugh con humor y visión inglesa disecciona la realidad del país y posteriormente de Yemen, Zanzíbar, Uganda, Congo y Sudáfrica. Es una crónica periodística de una época que desde 2012 parece casi inventada.


9. Mala tierra. Viaje por los yermos de Montana de Jonathan Raban

Raban es un escritor inglés que se traslada a vivir a Seattle en la costa oeste de Estados Unidos y se siente atraído por las llanuras de Montana. Sigue la línea ferroviaria de la Milwaukee Road que recorre el estado de este a oeste, contando la historia de ese estado. Es lectura calmada, triste y muy apegada a la tierra. Consigue que el lector se sienta en mitad de esas llanuras.

10. La ciudad de los ángeles caídos de John Berendt

Partiendo del incendio de La Fenice y su posterior reconstrucción, Berendt recorre la ciudad conociendo a sus gentes, los venecianos y los que llegaron y se quedaron. Historias de la ciudad y sobre la ciudad. Es un estilo muy frio pero que consigue transmitir el pulso de la ciudad y su peculiar condición.

11. Ventanas de Manhattan de Antonio Muñoz Molina

Un paseo por Nueva York. La ciudad vista desde la ventana de un hotel en una primera visita. Nueva York en los primeros paseos cuando la ciudad sale a tu encuentro, Nueva York en la emoción del amor, Nueva York como música de jazz, Nueva York desde sus habitantes y sus historias. Es casi como estar allí.


12. Mi familia y otros animales de Gerard Durrell

Para terminar, un clásico del humor inglés. La vida de la familia Durrell cuando deciden dejar Inglaterra para instalarse con toda su flema inglesa en la Isla de Corfú. Un retrato familiar pero a la vez un descubrimiento de Corfú, su historia, sus gentes y sus animales, por supuesto. Muy divertido. Un libro que te alegra la vida.

Las guías de viaje se leen cuando ya sabes a dónde quieres ir. Estos libros de viajes, por llamarlos de alguna manera, una vez leídos hacen que desees visitar esos lugares o que decidas que jamás pondrás un pie allí.

Republicado con permiso, cortesía de Unadocenade.com

viernes, 6 de abril de 2012

UNA DOCENA DE TRUCOS SUCIOS QUE MEJORAN LA RELACIÓN CON TUS HIJOS



Contra lo que muchos pudiérais creer, en twitter hay gente muy maja, gente encantadora y listisima que no sabes muy bien como un día empiezan a seguirte. Y otro día sin que sepas como te ofrecen colaborar en su blog. Y dices que sí a pesar de que te obligan a publicar con un  formato con el que sufres para controlar tu verborrea...pero lo haces y le coges el gusto.

Este es el primer post que publiqué en su blog. Iré publicando algunos de ellos de vez en cuando.

Todos sabemos lo que en teoría hay que hacer con nuestros hijos. Todos sabemos que deberíamos ser unos padres pacientes y comprensivos. Todos sabemos que deberíamos predicar con el ejemplo....Y todos aprendemos los trucos sucios para cuando todas esas cosas tan chulis fallan.

Los padres primerizos que tienen en la cabeza una imagen idílica de la paternidad, con niños desdentados , sonrientes, y obedientes,niñas dulces y con trenzas y parejas que se miran arrobadas por el milagro de su paternidad..leerán esta docena de trucos sucios y pensarán: yo nunca haré eso.
Los que tenéis hijos pensaréis: sile, sile, sile, sile...nole pero me lo apunto.
Los que no tenéis hijos., guardadlo en favoritos para posibles usos futuros. De nada

1. La comida fácil

Aparcar el pepito grillo que grita “Dale a tus hijos comida saludable” y echarte en brazos del angelito negro que dice “ las grasas saturadas tampoco son tan malas” y darle a tus hijos: pasta, arroz, hamburguesa pizza, helado…te hará alcanzar cumbres de popularidad paternal y hará de las comidas un remanso de paz

2. Una ligera enfermedad

En frío suena horrible, pero una ligera enfermedad con un poco de fiebre cálida y tranquilizante que transforme a tu gremlin hiperactivo en un ser achuchable y amoroso en tus brazos, aumenta mucho el amor familiar

3. Retrasar un pelín la toma del Dalsy

Para prolongar el punto 2, a veces es aconsejable no seguir al pié de la letra las instrucciones del medicamento. El Dalsy es una droga muy poderosa con un efecto tan espectacular que creo que me voy a hacer con una garrafa para mi próxima resaca.

4. Llevarlos al agotamiento extremo

Exprimir su aguante físico suele ser una buena manera de convertirlos en seres achuchables y amorosos que se quedan dormidos en tus brazos aumentando tu amor paternal proporcionalmente al tiempo que permanezcan roques sin moverse.

5. Dejar que se hagan daño tras haberles advertido

Para este consejo hay que ser de una pasta especial y requiere entrenamiento. “No hagas eso que te vas a hacer daño”. Permanecer inmutable mientras se despeñan sabiendo que luego buscarán consuelo en tus brazos reconociendo que “mamá lo sabes todo”…es muy satisfactorio

6. Hacer algo a espaldas del otro progenitor

Un secretillo, una pequeña actividad reservada para hacer solo con ellos a espaldas del otro, y que de a tus hijos sensación de “grupo” aumenta tu apreciación como padre. Por supuesto el otro progenitor hace lo mismo…nada como un secreto compartido para crear un vínculo.

7. Un susto

Un buen susto, uno que les acojone y les haga buscar tu protección, abrazarte y verte como un superhéroe. Lo mejor es que tú te lo acabas creyendo. ¿A quién no le mola ser un superhéroe?

8. Un grito aterrador con el tono de voz paralizante

Este es un recurso que suele funcionar siempre que no se abuse de él. Si hay sobredosis deja de funcionar y jamás podrá volver a utilizarse. Usado con criterio suele dejar a los churumbeles suaves como la seda durante un rato cuya duración será inversamente proporcional al uso que se haga del recurso.

9. Una recompensa o premio

Contra lo que algún susceptible pudiera pensar, esto no es un soborno. Se trata de ofrecer un premio adecuado a un buen comportamiento…puede ser inalcanzable pero muy deseable “ si os portais bien vamos a Eurodisney” o alcanzable y por lo tanto susceptible de ser exigido: “quiero mi sobre de invizimals que me prometiste por portarme bien”. Deben manejarse con criterio.

10. Si tienes varios churumbeles, hacer cosas con cada uno de ellos por separado

El churumbel que tiene tu atención en exclusiva está tan agradecido que se porta muchísimo mejor. El churumbel que no tiene tu atención en exclusiva se portará mejor para poder tener ese premio próximamente. Y tú disfrutarás mucho de uno y te sentirás culpable por el otro..decidiendo ipsofácticamente que también le dedicarás tiempo. Un círculo vicioso muy efectivo.

11. Compararlos con otros

Esto está muy feo pero siempre funciona. Cuando estés hasta el moño de tus hijos, harto de ellos y replanteandote tu criterio por haber decidido reproducirte. Párate, mira alrededor y siempre encontrarás a alguien con hijos tan maleducados que los tuyos de pronto te parecerán angelitos.

12. Separarse de ellos

Pirarse de fin de semana romántico, un viaje de curro, un fin de semana de solterismo porque son ellos los que se van, una semanita de campamento, un viaje al extranjero..un curso fuera para aprender inglés..Nada como la distancia para aumentar el amor por tus hijos..y al revés. ¿ O es que no os habéis dado cuenta de que ahora queréis más a vuestros padres?

Los trucos sucios tienen mala fama, lo sé...pero funcionan.

Republicado con permiso, cortesía de Unadocenade.com

miércoles, 4 de abril de 2012

LAS VACACIONES SON PARA..

Me voy de vacaciones.

A la casa de las montañas.

Va a jarrear a lo bestia y estoy feliz con ello. Los inviernófilos estamos encantados con este ataque postrero y a contra pie de nuestra estación favorita. Queremos que los primaveradictos sepan que se siente cuando te okupan tu estación favorita. Los primaveradictos además, son unos lloricas y unos blandos y mueren por estrenar chancletas en abril, así que se van a pasar los próximos 4 días lamentándose de la lluvia viendo como se embarra la playa y lloriqueando “no es justo, no es justo”. Los inviernófilos, entre los que por supuesto me encuentro, vamos a disfrutar como enanos viendo la lluvia desde el sofá, escuchando su sonido en el tejado desde la cama, oliendo la tierra mojada y chapoteando con nuestras botas de pisar charcos.

Tengo grandes planes para estos días.

Las vacaciones son para dormir hasta que te despiertas de aburrimiento.

Las vacaciones son para cuando te despiertas, disfrutar del momento ese en que pasas de estar en tus sueños a la realidad…y además puedes elegir tu primer pensamiento del día. Sé perfectamente cuál va a ser el mío. Cuando curras, ese primer pensamiento molón es apartado enseguida de tu mente por absurdeces como: no quiero ir a Mordor a trabajar, tengo que hacer la compra, no quiero ir a Mordor a trabajar, hoy es día de huevo… etc. En vacaciones pienso disfrutar de mi pensamiento favorito.

Las vacaciones son para una vez despierta, leer un rato antes de que laz princezaz se levanten. Leer antes de desayunar...ese placer.

Las vacaciones son para vaguear muchísimo. Vaguear puede ser estar en un sofá viendo llover pero puede ser sentarme a escribir con calma…sin que nadie me interrumpa.

Las vacaciones son para que laz princezaz disfruten de la montaña y se sientan mayores diciendo “nos vamos a dar una vuelta”. Por ahora, que la vuelta dure un par de horas…no me inquieta.

Las vacaciones son para comer trenza, butifarra longaniza de Graus y mermelada de 3 cítricos.

Las vacaciones son para terminar From Hell y leer La colina del mal consejo de Amos Oz, otro que me llevo sobre algo de errores en la guerra y unos relatos de Cheever.

Las vacaciones son para escribir. Tengo deberes que hacer, tengo un post a cuatro manos a medias con otro bloguero insigne (sí, he puesto otro...hoy soy insigne) y tengo unas 30 ideas de posts pululando por mi cabeza, que necesitan ser fijadas para ver si son mierdas absolutas o mierdas de las que se puede sacar algo.

Las vacaciones son para ver los dos perritos nuevos que vamos a traer a hacer compañía a putoperrodeloscojones.

Las vacaciones son para ponernos al día en el Cineclub de Princezaz. Sofá, chimenea, pelis y chocolate.

Las vacaciones son para seguir leyendo con laz princezaz “La historia Interminable”….tengo que racionar su lectura porque si por ellas fuera me tendrían leyendo 6 horas seguidas hasta terminarlo. Nos queda un poco menos de la mitad.  
Las vacaciones son para comprobar una vez más en Benasque, que si eres argentino, tienes rastas y buscas trabajo en Pirineos acabas vendiendo material de montaña aunque no tengas ni idea. Debe haber algún estudio de marketing que diga que un tío con rastas y acento porteño vende más libros de senderismo que un tío limpio con acento de Huesca.

Las vacaciones son para comprarme un libro aquí.

Las vacaciones en la casa de la montañas son para preguntarme siempre ¿y si me quedo a vivir aquí?

martes, 3 de abril de 2012

¿ PARA QUÉ SIRVE UN HERMANO PEQUEÑO?

Hablo de uno pequeño de verdad, uno con el que te lleves por lo menos 6 ó 7 años como mínimo. Si te llevas menos de 5 es casi un igual y si te llevas menos de 20 meses, sois casi siameses y tus padres os ven como una hidra de dos cabezas.

Un hermano pequeño de verdad, como el que yo tengo, sirve para muchas cosas.

Sirve para que tu tío de 23 años decida leerte El Hobbit, la serie de noches que pasas en casa de tus abuelos, cuando tu hermano pequeño decidió nacer en plena Semana Santa hace 30 años. Visto desde la distancia, arriesgó mucho…3 enanos de 9, 8 y 6 años podían haber odiado a Tolkien para siempre tras haberle cogido pánico. No sólo no ocurrió eso, nos volvimos superfans y fuimos capaces de transmitirle esa adicción al hermano pequeño.

Sirve para darte cuenta definitivamente de lo que venías sospechando desde que nació tu hermana. En la escala de hijos, vas a ser el último mono. Tu única esperanza para conseguir algo de proyección en el universo de los descendientes es aburrida. Consiste en ser tan sumamente responsable que te encarguen el cuidado de tu hermano pequeño cuando tus padres salen.

Sirve para pasar un miedo atroz cuando le ves caer al suelo entre convulsiones y a tu madre correr con él en brazos para conseguir una ambulancia. Sirve para aprender una rutina de medicación durante años.

Sirve para aprender que un niño con un disfraz de coca cola hecho en casa y que le llega hasta los tobillos no puede subirse a un autobús sin caerse. Hay que quitarle el disfraz primero.

Sirve para ver a tus padres hacer de padres desde la distancia…como si fueras un espectador.

Sirve para consolarte de compartir cuarto con tu hermana. Ahora tu otro hermano también tiene que compartir. 2 y 2...es lo justo.

Sirve para darte cuenta de que una diferencia de 10 años, es una brecha generacional en cuanto a dibujos animados. Los referentes han cambiado.

Sirve para comprobar que la influencia de los hermanos mayores es casi tan fuerte como el lado oscuro de la fuerza. Compruebas con orgullo como tu hermano pequeño se hace fan de Bruce, los Rolling, The Who, Pink Floyd y Bob Dylan…mientras sus amigos babean por el rap.

Sirve para tener una excusa para ir a ver Toy Story 1 cuando tenías 22 años e ir a ver películas de dibujos animados no era tan “guay” como ahora.

Sirve para que te reafirmes en tu idea primigenia de que Bob Marley es pesadísimo y un brasas cuando tu hermano pequeño decide salirse un poco del guión musical que le habéis marcado y se lanza a la música reggae. Sirve para darte cuenta de que molaría bombardear Jamaica con efectos retroactivos…porque vas a morir si sigues escuchando ese ritmillo con la resaca que tienes.

Sirve para descubrir que hay gente que bebe vodka porque le gusta. Tu hermano pequeño.

Sirve para asistir ojiplática a como el nivel de tolerancia de tu madre hacia las resacas de sus hijos ha aumentado hasta casi hacerse infinita. Y digo casi, porque cuando tratas de medirla con tus resacas...súbitamente se reduce hasta los límites que recordabas de tu juventud.

Sirve para redescubrir a Steinbeck cuando le robas “El autobús perdido” y después te regala “ Cannery Row”

Sirve para regalarle la mesa de comedor que quieres quitar de tu casa y que a él le viene de puta madre porque justo acaba de irse de casa.

Sirve para que tus hijas tengan un tío joven. Eso siempre mola.

Sirve para presumir por lo guapísimo que es y sentirte como una abuela “¿a que es mono mi niño?

Sirve para sacarte de quicio por lo tocapelotas que es y volver a sentir toda esa rabia que solo los hermanos son capaces de hacer brotar. “No te soporto. Eres imbécil

Sirve para continuar con la misma plantilla del blog y ejercitar la paciencia.
¿Me haces un diseño nuevo?
Claro, para cuando lo quieres.
Molaría para el 28 de enero……
Vale.
Sirve para que tus amigos midan lo mayores que son… ¿Que pobrehermano pequeño cumple 30??? No me jodas.

Pobrehermano pequeño cumple hoy 30 años.  Le miro y me siento como si yo siguiera teniendo 9 y él acabara de nacer.  Me cuesta creer que seamos mayores.

¡Feliz cumpleaños!

lunes, 2 de abril de 2012

¿ QUE DICE TU COCHE?

Tengo un Seat Ibiza TDI de 11 años, blanco con 415.000 km. Es un coche estupendo que no me ha dado ni un solo problema en todos estos años y con el que mantengo una relación fabulosa. Yo le hago el mínimo caso imprescindible y él me lleva y me trae sin darme sustos. El día que estalle, se pare o arda para siempre...lo cambiaré por otro. Él no me echara de menos y yo tampoco. Mientras eso ocurra nos somos fieles.

No me gustan los coches. No me dicen absolutamente nada. Soy incapaz de recordar los modelos, los colores y el tipo de coche que tienen mis amigos. Soy perfectamente capaz de sorprenderme cada vez que alguien aparece con un coche gris y decirle: ¿pero no era negro? No, lleva 8 años siendo gris.

Como mi querencia hacia el mundo automovilístico es inapreciable me sorprenden muchos comportamientos que observo con respecto a los coches.

El coche autobús.

La gente se reproduce por primera vez y automáticamente se compra un coche de 6 plazas. No lo entiendo. ¿No saben que tamaño tendrá su hijo? ¿Están tan emocionados con el embarazo que piensan ya en encargar media docena? O ¿es que tenían capricho de un monovolumen y se han embarazado para justificar su compra? No lo entiendo. Un monovolumen es un coñazo de coche, se te pone complejo de conductor de autobús pero con el inconveniente de que los pasajeros te hablan.

Si el que lleva el monovolumen es ya familia numerosa..entiendo la compra y le compadezco sólo de imaginar los viajes entre juegos interminables de veo veo, música atronante del canta juegos, peleas sin fin por la menor tontería y el festival de migas infinito que son capaces de generar unos cuantos críos con una bolsa pequeña de cheetos en un habitáculo cerrado.

El coche concesionario.

Te sientas, miras alrededor y dices Ah...coche nuevo.

No, tiene ya 4 años.

¿4 años lleva conduciendo ese coche? No hay nada, absolutamente nada personal dentro de él. Todo está tal cual, como si acabara de sacarlo del concesionario. No huele a nada, no hay papeles, no hay cds, ni klennex, ni bolsas, ni un jersey, ni una moneda para el carro de la compra o el ticket del parking. Nada. Son esos coches que son como los salones de las revistas de moda, los ves y dices: ahí no vive nadie.

Esos coches me dan miedo…más que los coches los que los llevan…me dan tanto miedo que miro a ver si se reflejan en el retrovisor.

El coche Diógenes

Hay coches (el de pobrehermano mayor por ejemplo) que tienen un superpoder. Cualquier cosa que metas en él se quedará ahí para siempre: 3 jerseys, 2 paraguas, unas dos docenas de botellitas de agua en distintos estadios de putrefacción, bolsas ecológicas de la compra, las botas de esquiar, las botas de andar, una mochila de ir al monte, una mochila con la ropa de pádel, la raqueta de pádel, unos cuantos libros, la funda porta esquís, un forro polar, un chubasquero, otro forro polar, 10 ó 12 ejemplares de un periódico gratuito, calcetines…

Algunos de estos coches además, tienen el superpoder Diógenes combinado con el superpoder hipnótico. El dueño se monta cada día y piensa: joder, de hoy no pasa que me suba estas 3 camisetas y los dos pares de zapatillas a casa. Lo cree firmemente y conduce todo el camino pensando en que nada más llegar a destino sacará esas cosas…el coche le deja creerlo...y justo cuando para el coche y saca la llave del contacto, le sopla en la oreja y el conductor olvida coger lo que había pensado y no se da cuenta de que ha alimentado el Diógenes de su automóvil con una bufanda.

El coche quirófano.

Te montas y te dicen: cuidado con el bolso no le des a la puerta, cuidado con las piernas al cruzarlas no le vayas a dar al salpicadero, sacúdete el barro no vayas a manchar las alfombrillas, no se te ocurra comer nada, bebe antes de entrar porque no permito que nada líquido se aproxime a mi habitáculo, no tosas y por supuesto no se te ocurra estornudar.

Es tan estresante que como te descuides te encuentras pensando en que se te ha olvidado la mascarilla y abriendo la puerta con el codo para no dejar huellas dactilares en la puerta al abrirla.

El coche parque infantil.

Entras en uno de esos coches y para si quiera visualizar el sitio donde debes aposentar tu lindo culo, tienes que empezar a quitar trastos: una manta infantil “ es porque mi hijo por las mañanas tiene frio”, dos o tres cuentos “ es que le gusta leer de vez en cuando”, tres o cuatro carátulas de Dvd vacías “ son de las pelis que vemos de viaje largo, pero a saber dónde están las películas”, un cubo de playa…en enero, dos o tres pelotas una de ellas pinchada, una red de pesca, 2 o 3 muñecas en distinto estadio de desnudez y con los pelos enredados con dos o tres gormitis, tres o cuatro envases de actimel vacios, 6 ó 7 guarradas de esas que dan con el Happy Meal… Cuando consigues hacer un hueco después de desplazar todas esas cosas y te acomodas…miras alrededor y entonces flipas. El coche entero está lleno de regalos del día del padre y de la madre: un colgador para el retrovisor, dos o tres más en los reposacabezas de los asientos delanteros, un parasol con las manitas de los niños, un imán para el salpicadero y por último un ambientador con forma de pino colocado en el salpicadero.

El coche “mono”.

Esto es más de tías.
Me he comprado un coche. Es tann mono. Es un Pitipin clase W, de color azul noche con los asientos tapizados en negro azulón
No sé de qué me hablas… ¿es grande? ¿Es bueno? ¿Es barato?
 A ver, Moli… ¿cómo no vas a saber que coche es? Y no es nada de eso...pero es muy “mono”…y me pega muchísimo.

¿Un coche “mono”? ¿Un coche que te pega? Son conceptos que se me escapan…

Desde luego mi coche no es mono y no sé si me pega, pero molaría saber qué dice de mí.



jueves, 29 de marzo de 2012

MATERNITY (XCV): HUELGA DE DEBERES



Escucho esto por la radio y no doy crédito.

Me parece algo tan completamente idiota que en un instante de inocencia por mi parte que me enternece hasta las lágrimas, pienso que es imposible que lo haya escuchado bien.

Parezco nueva. Es completamente cierto. Escucho que en Francia se les ha ocurrido hacer una huelga de deberes y apago la radio. Con unos poderes adivinatorios que deberían hacerme ganar mucho más dinero del que gano, me quedo pensando en que sé exactamente qué va a pasar…alguna asociación absurda de padres y madres copiará esa estupidez de idea en España.

Y alehop...aqui está.

Las razones para esa genial idea son para abofetearlos hasta que se te despelleje la mano.

Quieren “suprimir los deberes a los alumnos fuera del horario lectivo” por:
Sobrecarga de tareas que deberían haber trabajo en la escuela.

¿Sobrecarga? Por favor…estamos criando niños no capullitos de alhelí. Si un niño tiene que sentarse con 6 años a hacer 20 minutos o media hora de deberes eso no es una sobrecarga. Y si con 12 tiene que estar una hora y media o dos tampoco le va a pasar nada. ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Qué la ropa venga con velcro como si fueran estrellas del porno para que no se frustren al intentar abotonarse las camisas o subirse la cremallera de los pantalones? ¿El tobogán con escalera mecánica para que no tengan que hacer el esfuerzo de trepar por la escalera?

Enseñanza poco motivadora, poco práctica y alejada de la cultura audiovisual en la que crece el niño, que sigue fundamentándose en el libro de texto y el aprendizaje memorístico. Así el sistema educativo echa «balones fuera» y encarga más deberes para casa.

Vamos a ver de qué estamos hablando. A ver si dejamos de creer que en la vida todo tiene que ser de color de rosa, gustarnos muchísimo, hacernos sentir cómodos y confortables.

La función de la enseñanza es aunque suene de Perogrullo enseñarte una serie de conceptos. Aprender a leer, a escribir, a sumar, a restar, a multiplicar, dividir, conocer los ríos, las montañas, los planetas, qué es el lenguaje, como se escribe…Esa es su función.

Estoy de acuerdo con que mola que la enseñanza sea motivadora pero esa motivación puede ser muy distinta para unos que para otros. A mí me motivaba mogollón la historia y el inglés y no me motivaba nada las matemáticas, a otros les motiva la física y a otros el análisis morfológico. Y a uno le puede motivar hacer collages de papel maché para representar los planetas y a otros leer libros sin parar…así que esto es lo que hay, unas veces te motivará y otras no.

La enseñanza no está para motivarles, para eso estás tú. Tú eres el que tienes que motivarles a esforzarse, motivarles para que vean que pueden hacer las cosas solos, motivarles para que vean que son capaces, motivarles para que disfruten mucho de las asignaturas que les gusten y lleven como puedan las que les molan menos.

Lo de la cultura audiovisual y el ataque al libro de texto es ya para quemarlos en la hoguera. Ahora resulta que las cosas solo se pueden aprender si te las cuentan a través de una pantalla...que no tengas que hacer ni el esfuerzo de leer…simplemente una pantalla que te lo cuente. ¿De qué estamos hablando? ¿A quién estamos criando? La cultura audiovisual, internet y todas esas cosas están fenomenal y son una herramienta fabulosa, pero desprestigiar y desechar el libro como instrumento de enseñanza es ya para encarcelarlos a todos.

Porque además me juego las dos manos y los dos pies (preciosos) a que ninguno de esos que postulan las bondades de la cultura audiovisual están pensando en que sus niños lean en un ebook o una tablet por ejemplo.

Volvemos a lo mismo, quieren pantalla con mensaje fácil que a sus hijos no les cueste nada asimilar.

Los deberes provocan desigualdades sociales. Mientras unos padres intentan ayudar a sus hijos, otros recurren a clases particulares o academias, otros muchos no tienen ni el nivel educativo ni el dinero para poder pagar esos apoyos. Con lo cual todos los alumnos no tienen las mismas ayudas.

A ver como explico esto sin ponerme a echar espumarajos por la boca. Los niños de una misma clase están todos con el mismo profesor, todos reciben las mismas explicaciones y el profesor les pone los mismos deberes a todos. Es decir, están en igualdad de condiciones.

Esos niños llegan a casa y se tienen que sentar a hacer los deberes. A unos les costará más y a otros menos. La vida es así, hay unos mejores y otros peores según qué cosas…

Los deberes NO son para los padres y no deberían sentarse con los hijos a hacer los deberes. Hay que animarles a adquirir el hábito y sentarse a hacerlos, y solucionarlos por ellos mismos. Por supuesto que si tienen alguna duda puedes intentar solucionársela en la medida de tus posibilidades, y si no lo sabes le dices “no lo sé, pregúntaselo mañana a la profesora”.

Yo soy una nulidad en matemáticas, pero ni se me ocurre pedir que no le pongan deberes de matémicas a mis hijas ni por supuesto creo que ellas estén en desigualdad de condiciones con sus compañeros…eso es una estupidez.

Tu hijo es terreno virgen, su cerebro es nuevo y está estrenar…y el profesor se lo ha explicado o viene en su libro. Cree en sus posibilidades, no las limites porque tu no lo sabes o no puedes pagarle una academia (este argumento me da ganas de vomitar).

Crean tensiones entre padres e hijos. Muchas veces, para poder hacer los deberes se quedan sin jugar, por lo que generan rechazo.

Bueno, bueno, bueno….”crean tensiones”…me descojono. Y la hora de comer también crea tensiones porque quieren macarrones y hay judías verdes y la hora de dormir porque quieren seguir jugando y la hora de volver del parque porque quieren quedarse y la hora de vestirse porque quieren determinada camiseta, y la hora de sentarse en el sofá porque todos quieren el mismo…

Así que eliminemos los deberes, la verdura, los horarios, la educación, los modales…volvamos a la selva y eliminemos tensiones.

Pero ¿qué mierda de argumento es esto?

Constituyen un problema para muchos progenitores que salen tarde de trabajar y no disponen de tiempo.

Los deberes no constituyen un problema porque los padres salgan tarde de trabajar. Eso es otra imbecilidad. El problema lo has creado tú. No les has enseñado a hacer los deberes por si solos, a ser independientes, a responsabilizarse de sus tareas…y entonces están esperando a qué tu llegues para hacerlos y obviamente cuando llegas te apetece hacer deberes tanto como rajarte las córneas y entonces en vez de pensar que lo mismo has hecho algo mal porque tus hijos llevan en casa 3 horas y no han hecho nada….decides que la culpa es del colegio por poner deberes. Con dos cojones….

Los menores necesitan tiempo para realizar actividades deportivas, culturales o de esparcimiento, que también contribuyen a su desarrollo personal.

Otra simpleza…que no voy ni a argumentar. Y además, no me creo nada...tururú.

Me fascina esta tendencia paternal hiperproteccionista que piensa que la vida en el Planeta Tierra está enfocada a que sus churumbeles se críen entre algodones, sin el más mínimo problema en toda su vida. Esos padres que creen que la cultura del esfuerzo es algo del pasado y que sus hijos no deben esforzarse por nada porque el solo hecho de haber nacido ya los hace perfectos. Esos padres que deciden que educar a sus hijos siempre es tarea de otros. Esos padres que en vez de remangarse y decir “tú puedes hijo mío” deciden que es más fácil echarle la culpa al profesor.

La función de los deberes cuando son pequeños es que adquieran un hábito de estudio y más adelante que fijen los conceptos enseñados en clase. Llegas a casa, meriendas, haces las tareas y juegas…así de fácil. Y cualquier niño, cualquier niño...incluso los hijos de los padres de esas asociaciones son capaces, muy capaces si les das la oportunidad, los motivas y los apoyas.

Ya podíais haber dedicado el tiempo que habéis perdido escribiendo estas majaderías en enseñar a vuestros hijos el valor del esfuerzo, el conocimiento y la superación personal.

Y ya me jode sonar como un coach por vuestra culpa.